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TEMA 3.

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CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO
VOCACIONAL.
Ya en el capítulo 2.4 se ha señalado que existen tres
vocaciones específicas: la de los laicos, la de los sacerdotes o
ministros ordenados, y la de los religiosos. La vocación se
concreta aún más a través de las formas de vida. Por ejemplo, un laico, es al mismo tiempo
profesionista, casado, padre de familia... cada una de estas formas de vida da un matiz muy particular
a su vocación. En este capítulo nos preguntamos: ¿Cómo discernir la vocación específica? ¿Cómo
saber si Dios te llama para uno de estos tres caminos? Y ya que hayas optado por uno de los tres,
vuelves a preguntarte: ¿en qué institución y de qué manera?
El primer criterio tiene que ver con aquello que te propones para elegir. Es conveniente saber
que para elegir lo que Dios quiere es necesario limitar el campo de tu elección. Ya no puedes elegir
absolutamente lo que quieras, porque se excluyen aquellas opciones que no podrían comprenderse
como voluntad de Dios. Por ejemplo, no es la voluntad de Dios que elijas por comodidad, o por interés
personal, o por presión familiar. No es voluntad de Dios que optes por enriquecerte, o por vivir de
espaldas a los de- más. Por eso hay que dejar claro que lo que elijas debe ser bueno en sí mismo y
debe incorporarte más profundamente a la Iglesia.
El segundo criterio consiste en que exista una intención simple. No es válido elegir algo para
sí mismo, y luego, con eso, querer servir a Dios. Por ejemplo, tener mucho dinero, y con el dinero
ponerte al servicio de Dios y de los demás. Es preferible que te propongas servir a Dios ya los demás,
con dinero o sin él. Tampoco ser casado, y en tu matrimonio servir a Dios y al prójimo; al contrario,
deberás preguntar a Dios si te quiere casado o no. El caso es que no haya doblez en tu intención, o lo
que llamamos en el lenguaje corriente "dobles intenciones", sino que pura y llanamente quieras
ponerte al servicio. No es válido querer ser sacerdote para ocupar un puesto importante y, si es
posible, ponerte al servicio; sino ser sacerdote para servir, incluso teniendo un puesto importante.
El tercer criterio es que cada una de las vocaciones específicas, cada congregación religiosa,
cada forma de vida, se caracteriza y se define por unos valores. Para optar por un camino vocacional
es necesario comprobar, lo más objetiva- mente posible, que ya estés viviendo, de algún modo, de
acuerdo con esos valores. Si quieres ser sacerdote, debe existir en ti un gran amor a la Iglesia y un
afán de ponerte al servicio edificando a la comunidad. Por el contrario, sería extraño que
permanecieras alejado o indiferente ante la comunidad, y pese a todo quieras ser sacerdote. Si quieres
ser religioso o religiosa tendrías que estar viviendo ya un estilo de pobreza y de radicalidad en los
diversos aspectos de tu vida de fe. Si quieres ser laico, deberás ya comprometerte en la
transformación del mundo y de la sociedad de una manera activa. En el ejercicio de este capítulo
ampliaremos este tercer criterio.
El cuarto criterio consiste en que pongas a funcionar tu inteligencia. No es válido elegir por
puros impulsos y sentimientos. Tu elección debe sustentarse en razones más objetivas, que se pueden
llevar al diálogo con tus padres o con tu orientador. No basta para elegir la vida religiosa el hecho de
que sientas una inquietud hacia ella, es bueno que consideres también que hacen falta religiosos y qué
clase de religiosos hacen falta; si tienes capacidades o no para un fin determinado. Por ejemplo, para
ir a las misiones es necesaria cierta fortaleza física; para algunos servicios que suponen estudios, se
requiere cierta capacidad intelectual; para la vida comunitaria, una mínima capacidad para convivir
con otros.
El quinto criterio es que no basta con tus buenas razones. Es del todo necesario que Dios, de
algún modo, confirme tu elección. No es suficiente una convicción razonable, hace falta una verdadera
determinación espiritual. Por eso, después de poner tus razones, debes presentarlas ante Dios en la
oración, de modo que él mismo confirme aquello que has elegido. Si en tu elección no encuentras paz
espiritual, consuelo de Dios, y un aumento de fe, esperanza y caridad, puede ser muy riesgosa. No se
debe elegir con angustia, con temor, con dudas, sino con una gran confianza en Dios.
El sexto criterio consiste en que cuentes con la voz de la Iglesia que, en nombre de Dios, llama.
En tu caso la voz de la Iglesia se hace presente a través de tu orientador y de los responsables de la
Casa de formación a la que te acercas. Si la Iglesia te señala que un determinado camino no es
conveniente para ti, debes aceptarlo con docilidad de corazón. Cuando das este paso, Dios no tarda en
confirmar esa decisión por medio de la oración. Lo más contrario al discernimiento es que, pese a lo
que te dice la Iglesia, tu te empecines en elegir un camino vocacional.
El séptimo criterio es que, cuando ya has elegido un camino, en alguno de los niveles de la
vocación, lo nuevo que plantees para elegir esté bien comprendido en esa primera elección. Así, un
seminarista puede elegir quién será su director espiritual, pero no puede elegir tener novia, porque
esto se opone a su ser seminarista. Si elegiste una carrera, eliges a qué hora vas a estudiar, o de qué
manera, pero no puedes elegir no estudiar.
El octavo criterio es más bien negativo. Consiste en que no existan problemas que ocultes o no
hayas hablado suficientemente con tu orientador. Si se quiere formular en positivo diría: que hayas

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hecho un esfuerzo por ser lo más leal y transparente en tu relación de acompañamiento, de modo que
hayas afrontado aún esos puntos difíciles o conflictivos, presentes en toda personalidad.
Para resumir estos criterios de discernimiento, y que te queden muy claros, puede ser útil el
siguiente cuadro:

Es conveniente que apliques estos ocho criterios de discernimiento a tu opción vocacional.


Estos son puntos importantes para conversar con tu orientador.
Ejercicio: el discernimiento de tu vocación específica Este ejercicio servirá para
profundizar en el tercer criterio de discernimiento: la conducta. Estamos demasiado
habituados a considerar nuestras inclinaciones y gustos a la hora de elegir. Pero hay
siempre un criterio más objetivo. Se trata de la conducta observable y concreta que te
recomienda o no para realizar de la mejor manera posible un ministerio o vocación. Este es
el criterio que aparece constantemente en el Nuevo Testamento. Vamos a aplicarlo
detalladamente a cada una de las vocaciones específicas. No se trata de tener la conducta
plenamente conseguida, pero sí de que no existan contradicciones graves entre lo que se
describe y tu comportamiento práctico.
 Para cualquier vocación específica.
 Amor vivo y personal a Jesucristo, que se expresa en la oración y en la entrega a los
demás. Una devoción al menos inicial a la Virgen Mafia.
 Vida sacramental y de oración que se corresponda con el paso que quiere dar. o
Disposición de servicio en la Iglesia y compromiso en el apostolado. o Disponibilidad
al trabajo, que no sea perezoso.
 Interés por los propios estudios y hábito de estudio.
 Amor a la verdad, y por ello sinceridad-honradez-transparencia.
 Capacidad de relaciones positivas con los demás (afabilidad, hospitalidad, sinceridad,
prudencia, discreción, generosidad).
 Compromiso en los retos y dificultades de su propia familia.
 Experiencia positiva y no conflictiva de la castidad en su etapa juvenil. o Sentido de
pertenencia a la Iglesia.
 Que cultive con interés su propio proceso vocacional.
 Para la vida religiosa.
 Un sentido de unión personal con Cristo; el anhelo de la comunión con sus ideales, su
forma de vida, sus padecimientos; el deseo de unirse personalmente a él
compartiendo su destino y su suerte.
 El testimonio de la radicalidad evangélica, por el que tiendes a vivir los rasgos del
evangelio de modo nítido. Te identificas como discípulo para estar cerca del maestro
escuchando su palabra y poniéndola en práctica.
 Una experiencia viva de oración, por la cual estos ideales se hacen concretos y
prácticos.
 Un compromiso de radicalidad en las realidades que vives: tus estudios, tu familia, tu
apostolado. En estos ámbitos sabes dar más de 10 que se te pide.
 Una especial cercanía con los pobres y con los que sufren por diversos motivos. y el
correlativo estilo de austeridad y pobreza por el cual eres solidario con todos los
que sufren.
 Conoces el valor de la castidad y del sentido esponsal de tu cuerpo, entregándote de
modo total a Cristo y al servicio de los demás. y el correspondiente estilo de pudor y
recato.
 Un sentido profundo de obediencia a la voluntad de Dios en las circunstancias de tu
vida, y la correlativa aceptación de los medios por los que se manifiesta su voluntad,
como son las necesidades de los demás, lo que se te pide. Eres en este sentido una
persona disponible y espontánea.
 Una capacidad positivamente mostrada de convivir y compartir con los demás y de
dejarte ayudar que prepara la vida comunitaria que caracterizará tu opción de
vocación religiosa.
 Un filial amor a la Virgen Maria, con quien te identificas ya quien invocas en tus
necesidades.

 Para la vida laical.


 La valoración de todas las cosas creadas, de la naturaleza y de las personas como
obra de Dios. El consecuente sentido ecológico de compromiso por mejorar el mundo
que te rodea.

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 Una espiritualidad marcada por el valor de las cosas del mundo. En medio de todos
tus compromisos invocas la presencia de Dios y le consagras todo lo que vives y lo
que planeas.
 Un claro compromiso social, por el que expresas la necesidad de hacer una sociedad
más justa y más humana, que corresponda al proyecto creador de Dios y al mensaje
fraterno de Jesucristo. Este compromiso se traduce en acciones de solidaridad con
los más pobres, comenzando por los de tu propia casa y de tu familia.
 Tu esfuerzo constante en el área profesional o el oficio en el que te preparas. Tu fe se
traduce en ser un buen estudiante y un buen trabajador, que hace las cosas para
estar bien preparado y para servir mejor.
 Una capacidad de utilizar las cosas materiales y el dinero con un fin específico y
cristiano, que con los bienes materiales sepas ganar amigos y hacer el bien.
 Una sensibilidad especial ante el valor del matrimonio y de la castidad en tu
noviazgo, de modo que anheles la experiencia de una familia armónica y de un amor
duradero.
 Un claro interés por la política y la economía, por medio de las cuales se construye
una sociedad mejor. No eres indiferente ante estas realidades que marcan el
progreso de los pueblos.

Pautas para la oración Para el diálogo con tu orientador

- Interna examinarte sobre los puntos - Dialoga con tu orientador sobre lo que has
discernimiento que se ofrecen en este ejercicio, y pensado de los ocho criterios de discernimiento
después llévalos a la oración, pidiéndole a Dios que se enuncia en este capitulo.
que te ayude a discernir mejor. - Dialoga con tu orientador sobre los puntos de
- Puedes hacer oración en base al texto de 1Pe4, 7- discernimiento para la vocación específica.
11, en el que se exhorta a los creyentes a poner
los dones recibidos al servicio de la comunidad Criterio de discernimiento
- Acércate a la vida de un santo cuya vocación
específica tú atraiga, para aceptarlo como En la elección de un camino vocacional no basta
modelo. con las buenas intenciones. Es necesario que
existan argumentos objetivos, y sobre todo
conductas, que sean acordes a la llamada de Dios a
la cual intentas responder

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Criterio Contenido Ejemplo positivo Ejemplo negativo
1. Que todo sea - Propongo para elegir cosas - Elijo el sacerdocio. - Elijo un camino de vida
bueno buenas en si mismas, que - Elijo una carrera. que me aparta del
son voluntad de Dios. - Elijo el matrimonio o el evangelio como la
celibato. masonería, o vivir sin
religión, o el adulterio…
2. Intención simple - Elijo simplemente para - Elijo la medicina por que - Elijo la medicina por que
servir a Dios y al prójimo, hacen falta buenos esa profesión adquiero
sin doble intención. médicos en el campo. dinero y prestigio.
3. Comportamiento - Ya descubro en mí - Elijo ser religiosa porque - Elijo ser religiosa, pero o
adecuado conductas que ponen en en mi propia familia hago oración, me cierro a
práctica los valores cultivo la oración, me la relación con los demás
vocacionales. pongo al servicio de los y me rijo por la
demás y soy comodidad y el
comunicativo. individualismo
4. Tener buenas - Sé argumentar razones - Quiero ser sacerdote - Quiero ser sacerdote
tazones. válidas para hacer una porque hacen mucha falta porque me gusta ponerme
elección determinada. en la iglesia y descubro la sotana y hablar en
en mí un verdadero y público, pero soy
profundo amor por la indiferente ante la
iglesia comunidad.
5. Determinación - Me sé impulsado por Dios y - Mi decisión de entrar al - Mi decisión de entrar al
espiritual. por su Espíritu en esta seminario me llena de paz seminario está rodeada
decisión, de modo que no y de alegría, ha hecho de dudas y vacilaciones.
dudo de ella. crecer mi fe, ha En medio de esta decisión
despertado el anhelo de no sé si Dios me escucha.
entregarme y una mayor Me percibo más egoísta y
generosidad con el materialista.
prójimo.
6. La voz de la - Acepto con docilidad la voz - Acepto las advertencias y - Rechazo las correcciones
Iglesia. de la Iglesia que me señala correcciones que me que me hacen los demás y
el camino hacen mi acompañante. especialmente mi
Considero válido su juicio acompañante. Me pongo
sobre mi proceso terco en querer un
vocacional. Me mantengo camino. Pienso ese
abierto a otros caminos. camino como el único
posible.
7. Coherencia con lo - Lo que elijo es coherente - Decido inscribirme en un - Ya he expresado mi deseo
ya elegido. con lo que por ahora tengo curso bíblico para de entrar a la vida
elegido y me ayuda a vivirlo prepararme mejor porque religiosa, pero no doy por
mejor. deseo entrar al terminada la relación con
Seminario. mi novio.

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8. No ocultar nada. - Que haya conversado con mi - Afronto los puntos - He ocultado algunos
orientador de todos los difíciles con mi puntos difíciles a mi
aspectos importantes sin orientador, de modo que orientador o los he
ocultar nada al menos me consta que se les ha mencionado como de
intencionalmente. dedicado tiempo paso, sin hacer un
suficiente. No están esfuerzo por afrontarlos.
resueltos, pero al menos Tengo conciencia de que
con más conocidos. faltó profundizar en
algunos de ellos

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