Para el ciclo escolar 2014-2015 se distribuirán en todas las escuelas primarias del país,
como materiales de apoyo para el estudio de la matemática, los libros que llevan por
título Desafíos matemáticos, un libro para el alumno y un libro para el maestro.
Estos libros ya han sido probados en las escuelas primarias del Distrito Federal y en las
escuelas de tiempo completo de todo el país, lo que se sabe es que les han resultado
útiles a los docentes y les ayudan a tener otra visión de lo que significa estudiar y
aprender matemática, por lo tanto, son materiales bien aceptados.
Los Desafíos matemáticos fueron construidos con la intención de que los alumnos
generen ideas y produzcan conocimiento, al buscar alternativas de resolución a los
problemas que el docente plantea, sin explicación de por medio. El docente juega un
papel fundamental porque con su ayuda se analizan las ideas producidas por los
alumnos, se ponen a prueba los procedimientos más eficientes, se destaca lo
fundamental, se practican y se consolidan las técnicas, para seguir aprendiendo.
Este ambiente que se genera en el salón de clases es de trabajo, no hay que confundirlo
con el desorden, éste se genera cuando a los alumnos no les hace sentido o no les
interesa lo que se les propone hacer, que muchas veces se limita a escuchar las
explicaciones del profesor. Por momentos hay silencio, porque es necesario para pensar
individualmente, no es el profesor el que lo impone, sino la situación del momento.
En tercer lugar, debería observarse que hay una puesta en común en la que se analizan
los procedimientos y resultados diferentes que se produjeron, no sólo los que son
correctos, también los incorrectos son fuente de aprendizaje. Junto con esto, debería
poder apreciarse qué se sacó en claro de la clase y qué conceptos o procedimientos
pasan a formar parte de la memoria de la clase para seguir utilizándose.
Los rasgos anteriores deberían ser lo común en las clases de matemáticas, aunque
también debe haber actividades de práctica, cuyos resultados es necesario revisar con
todo el grupo para que se analicen los errores y se aprenda de ellos.
Esta forma de trabajo les hace sentido a los alumnos y al docente, los alumnos se
comprometen, aprenden y saben utilizar lo que aprenden, es decir, aprenden a
aprender y además aprenden a convivir, gracias al ambiente que se genera en la clase.
2. ¿Qué hacer cuando un niño termina muy rápido y se dedica a interrumpir a los
demás?
a) Hay que lograr que cada niño asuma la responsabilidad del equipo del que
forma parte. A través del trabajo cotidiano, hay que acostumbrarlos a que
se aseguren de que todos los integrantes del equipo han comprendido lo
que hicieron y cualquiera puede explicarlo.
b) Como parte de la planificación de la clase, hay que tener a la mano
preguntas adicionales para los que terminan pronto.
c) Al que termina primero se le puede pedir que apoye a un equipo que no ha
terminado.
3. ¿Qué hacer cuando se plantea un problema que la mayoría del grupo resuelve a
las primeras de cambio? ¿O cuando los resultados de todos los equipos
coinciden?
Se puede sospechar que se trata de algo que los niños ya dominan y por tanto ya
no representa un problema para ellos. Conviene entonces plantear un problema
similar modificando algún dato para aumentar la dificultad.