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Pierre Bourdieu

Razones prácticas
Sobre la teoría de la acción

Traducción de Thomas Kauf

M
EDITORIAL ANAGRAMA
BAHCELONA
ANEXO 1 tado, que puede y debe ser aprehendido como expresión uni-
La ilusión biográfica taria de un «propósito» subjetivo y objetivo, de un proyecto: la
noción sartriana de «proyecto original» no hace más que plan-
tear explícitamente lo que está implícito en los «ya entonces»,
«desde entonces», «desde su más tierna infancia», etc. de las
biografías corrientes, o en los «siempre» (<<siempre me ha gus-
tado la música») de las «historias de vida». Esta vida organi-
:.-:adacomo una historia (en el sentido de relato) se desarrolla,
según un orden cronológico que es asimismo un orden lógico,
desde un comienzo, un origen, en e] doble sentido de punto
de partida, de inicio, pero asimismo de principio, de razón de
ser, de causa primera, hasta su término que es también un fin,
La historia de vida es una de esas nociones de] sentido co- una realización (te los). E] relato, tanto si es biográfico como
mún que se ha introducido de contrabando en el mundo cientí- :lutobiográfico, como el del entrevistado que se «entrega» al
fico; primero, sin bombo ni p]atillos, entre los etnó]ogos, y ,~ntrevistador, propone unos acontecimientos que sin estar to-
luego, más recientemente, y no sin estruendo, entre los sociólo- I los y siempre desarrollados en su estricta sucesión crono]ógica
gos. Hab]ar de historia de vida es presuponer al menos, ]0 que (cua]quiera que haya realizado entrevistas de historias de vida
no es poco, que ]a vida es una historia y que una vida es insepa- :;:tbe que los entrevistados pierden constantemente el hilo de
rab]emente el conjunto de los acontecimientos de una existen- la estricta sucesión temporal), tienden o pretenden organi-
cia individual concebida como una historia y el relato de esta /arse en secuencias ordenadas según relaciones inteligib]es.El
historia. Eso es en efecto ]0 que dice el sentido común, es decir ';ujeto y el objeto de ]a biografía (el entrevistador y el entrevis-
el lenguaje corriente, que describe ]a vida como un camino, una I :tdo) comparten en cierto modo el mismo interés por aceptar
carretera, una carrera, con sus encrucijadas (Hércules entre el el postulado del sentido de la existencia narrada (e, implícita-
vicio y ]a virtud), o como una andadura, es decir un trayecto, I !lente, de toda existencia).
un recorrido, un cursus, un paso, un viaje, un itinerario orien- Indudablemente es lícito suponer que e] relato autobiográ-
tado, un desplazamiento lineal, unidirecciona] (la «movili- I ¡ea siempre está inspirado, por lo menos en parte, por e] pro-
dach), etapas y un fin, en su doble sentido, de término y de I J(')sito de dar sentido, de dar razón, de extraer una lógica a la
meta (<<seabrirá camino» significa que alcanzará e] éxito, que l'eZ retrospectiva y prospectiva, una consistencia y una cons-
hará carrera), un fin de la historia. Es aceptar tácitamente la fi- I ;mcia, estableciendo relaciones inte]igibles, como la de] efec-
]osofía de ]a historia en el sentido de sucesión de acontecimien- 11) con la causa eficiente, entre los estados sucesivos, así cons-
tos históricos, que está implícita en una filosofía de la historia I ¡Iuidos en etapas de un desarrollo necesario. (Y es probable
en el sentido de relato histórico, en pocas palabras, en una teo- '!lIe de este incremento de coherencia y de necesidad surja e]
ría de] relato, del relato de historiador o de novelista, bajo este Illterés, variable según ]a posición y ]a trayectoria, que los en-
aspecto indiscerniblcs, biografía o autobiografía especialmente. I revistados prestan al propósito biográfico.)' Esta tendencia
Sin pretender ser exhaustivo, se puede tratar de extraer a]-
gunos supuestos de esta teoría. Para empezar, el hecho de que 1. Véase F. Muel-Dreyfus, Le Métier d'éducateur, París, Éd. de Minuit,
«la vida» constituye un todo, un conjunto coherente y orien- l'lin.

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,1 {"II \, 1111' ,11, 1,I,<>I<>go
1 de la propia vida seleccionando, hace que surja a contrario lo arbitrario de la representación
'11 111111 1<>11,1,utl propósito global, unos acontecimientos sig- tradicional del discurso novelesco como historia coherente y
I/I//( illwOI concretos y estableciendo entre ellos unas conexio- lotalizante y de la filosofía de la existencia que implica esta
nes que sirvan para justificar su existencia y darle coherencia, convención retórica. Nada obliga a adoptar la filosofía de la
como las que implica su institución en tanto que causas o, existencia que, para algunos de sus iniciadores, es indisociable
más a menudo, en tanto que fines, coincide con la complici- ,le esta revolución retórica. Pero en cualquier caso no se
1

dad natural del biógrafo al que todo, empezando por sus dis- puede eludir la cuestión de los mecanismos sociales que pro-
posiciones de profesional de la interpretación, induce a acep- pician o permiten la experiencia corriente de la vida como
tar esta creación artificial de sentido. unidad y como totalidad. ¿Cómo responder en efecto, sin sa-
Resulta significativo que el arrinconamiento de la estruc- Iirse de los límites de la sociología, al viejo interrogante empi-
tura de la novela como relato lineal haya coincidido con el rista sobre la existencia de un Yo irreductible a la rapsodia de
cuestionamiento de la visión de la vida como existencia do- las sensaciones singulares? Sin duda cabe encontrar en el habi-
tada de sentido, en el doble sentido de significado y de di- lus el principio activo, irreductible a las percepciones pasivas,
rección. Esta ruptura doble, simbolizada por la novela de ,le la unificación de las prácticas y de las representaciones (es
hwlkner, FL ruido} Lafuria, se expresa con total claridad en ,Iccir el equivalente, históricamente constituido, por lo tanto
la definición de la vida como antihistori8. que propone Sha- I1 istóricamente situado, de ese Yo cuya existencia hay que
kespeare al final de Macbeth: «Es una historia contada por un I)ostular, según Kant, para dar cuenta de la síntesis de lo di-
idiota, una historia llena de ruido y de furia, pero vacía de sig- verso sensible dada en la intuición y del vínculo de las repre-
nificado.» Producir una historia de vida, tratar la vida como ';cntaciones en una conciencia). Pero esta identidad práctica
una historia, es decir como la narración coherente de una se- ';,do es accesible a la intuición en la inagotable e inasible serie
euencia significante y orientada de acontecimientos, tal vez ,le sus manifestaciones sucesivas, de modo que la única ma-
sea someterse a una ilusión retórica, a una representación co- 1 \(:ra de aprehenderla como tal quizás consista en tratar de
mún de la existencia, que toda una tradición literaria no ha , :Iptarla de nuevo en la unidad de un relato totalizante (como
dejado ni deja de reforzar. Por este motivo es lógico requerir Iwrmiten hacerla las diferentes formas, más o menos institu-
la ayuda de quienes han tenido que romper eon esta tradición , lonalizadas, del «hablar de uno mismo», confidencia, ete.).
en el ámbito mismo de su realización ejemplar. Como indica El mundo social, que tiende a identificar la normalidad
Alain Robbe-Grillet, «el advenimiento de la novela moderna , ,11110 la identidad entendida como constancia consigo mismo
va precisamente unido a este descubrimiento: lo real es dis- (k un ser responsable, es decir previsible o, como mínimo, in-
continuo, formado por elementos yuxtapuestos sin razón, cada le Iigible, a la manera de una historia bien construida (por
uno de los cuales es únieo, tanto más difíciles de eaptar , '1)()sición a la historia contada por un idiota), propone y dis-
cuanto clue surgen de manera siempre imprevista, sin venir a I 'Ile todo tipo de instituciones de totalización y de unifica-
H

cuento, aleatoria». I , I,')n del Yo. La más evidente es por supuesto el nombre pro-
La invención de un nuevo modo de expresión literaria 1'1() que, en tanto que «designador rígidOl), según expresión de

1. «Todo eso pertenece a lo real, es decir a lo fragmentario, a lo huidizo, a lo


1. A. Rohhe-Crillet, l,!! NI iroir qui rcuien/, París, ((d. de M ¡nuit, 1984, pág. ''''Itil, incluso tan accidental y tan particular que todo acontecimiento se mani-
208. Ilay traducciÓn en castellano, F/ esjJi'jo que Dw:hJe, Barcelona, Anagrama, 1"\la a cada instante como gratuito y toda existencia a fin de cuentas como des-
1986, 1'" .vista de la más mínima significación unificadora» (A. Robbe-Grillet, ibid.).

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Kripke, «designa e! mismo objeto en cualquier universo posi- 11110 mismo adquieran la forma de deberes para con e! nombre
ble», es decir, concretamente, en estados diferentes del mismo 1 lropio (que siempre es asimismo, en parte, un nombre co-
campo social (constancia diacrónica) o en campos diferentes IlIún, en tanto que apellido familiar, especificado por un nom-
en e! mismo momento (unidad sincrónica más allá de la mul- I)re de pila). El nombre propio es el certificado visible de la
tiplicidad de las posiciones ocupadas). Y Ziff, que describe e!
1 I( lentidad de su portador a través de los tiempos y de los espa-
nombre propio como «un punto fijo en un mundo movedizo», I ¡os sociales, el fundamento de la unidad de sus manifestacio-
tiene razón de considerar los «ritos bautismales» como forma Iles sucesivas y de la posibilidad socialmente reconocida de to-
necesaria de asignar una identidad.2 A través de esta forma ab- I:tlizar estas manifestaciones en unos registros oficiales, curri-
solutamente singular de nominación que constituye el nombre / ¡¡{um vitae, cursus honorurn, antecedentes penales, necrología
propio, resulta instituida una identidad social constante y du- /) biografía que constituyen la vida en totalidad finalizada por
radera que garantiza la identidad de! individuo biológico en /·1 veredicto emitido sobre un balance provisional o definitivo.
todos los campos posibles en los que interviene en tanto que «Designador rígido», el nombre propio es la forma por an-
agente, es decir en todas sus historias de vida posibles. E] I(momasia de la imposición arbitraria que llevan a cabo los ri-
nombre propio «Marce! Dassault» es, con la individualidad I()Sde institución: la nominación y la clasificación introducen
biológica cuya forma socialmente constituida representa, ]0 , Iivisiones tajantes, absolutas, indiferentes a las particularida-
que garantiza la constancia a través del tiempo y la unidad a ,I"s circunstanciales y a los accidentes individuales, en la fluc-
través de los espacios sociales de los diferentes agentes sociales IIlación y el flujo de las realidades biológicas y sociales. De
que constituyen la manifestación de esta individualidad en los ,:;te modo se explica que el nombre propio no pueda describir
diferentes campos, el empresario industrial, el empresario de IIl1as propiedades y que no vehicule ninguna información so-
prensa, el diputado, el productor cinematográfico, etc.; y no es 1,1'1' lo que nombra: debido a que lo que designa sólo es una
casual que la firma, signurn authenticum que autentiEica esta psodia compuesta y variada de propiedades biológicas y so-
1;1

identidad, sea la condición jurídica de las transferencias de un / I:tles en cambio constante, todas las descripciones serían váli-
campo a otro, es decir de un agente a otro, de los bienes rela- ,I:IS sólo dentro de los límites de un estadio o de un espacio.
cionados con el mismo individuo instituido. I }icho de otro modo, tan sólo puede atestiguar la identidad de
En tanto que institución, el nombre propio se desgaja del I:J fJersonalidad, como individualidad socialmente constituida,
tiempo y del espacio, y de las variaciones según los lugares y costa de una colosal abstracción. Eso es lo que se recuerda
1

los momentos: gracias a ello, garantiza a los individuos desig- , el empleo desacostumbrado
11 que Proust hace del nombre
nados, más allá de todos los cambios y de todas las fluctuacio- Ilropio precedido del artículo definido (<<elSwann de Bucking-
nes biológicas y sociales, la constancia nominal, ]a identidad Il:lm Palace», «la Albertine de entonces», «la Albertine encau-
en el sentido de identidad para con uno mismo, de constan tia ,Imtada de los días de lluvia»), giro complejo mediante el cual
sibi, que requiere el orden social. Y se comprende que, en ':(' enuncian a la vez la «súbita revelación de un sujeto fraccio-
muchos universos sociales, los deberes más sagrados para con J:lClo,múltiple», y la permanencia más allá de la pluralidad de
1

I.)s mundos de la identidad socialmente asignada por el nom-


1. Véase S. Kripke, [,a Logique des norns jirojm:s (Naming and Necessily), I,re propio.'
París, Éd. de Minuit, 1982; y también P. Engel, IdenLiIif el ¡UjhenCl:, París,
Peos, 1985.
2. Véase P. Ziff, Sernantic Anaiysis, Ithaca, Cornell University Press, 1960, 1. E. Nicole, «Personaje y retórica del nombre», PoéLique, 46, 1981, págs.
págs. 102-104. '1)0-216.

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Así, e] nombre propio es el soporte (sería tentador decir la 'lue lo fundamenta, cuanto más se aproxima a los interrogato-
sustancia) de lo que se llama el estado civil, es decir de este rios oficiales de las investigaciones oficiales -cuyo límite es la
conjunto de propiedades (nacionalidad, sexo, edad, etc.) liga- investigación judicial o policial-, alejándose a] mismo tiempo
das a una persona con las que la ley civil asocia unos efectos (le los intercambios íntimos entre allegados y de la lógica de la
jurídicos y que instituyen, aparentando constatados, los actos (onfidencia que impera en esos mercados protegidos en los
de estado civil. Fruto del rito de institución inaugural que 'lue uno se encuentra entre los suyos. Las leyes que rigen la
marca el acceso a la existencia social, constituye el objeto ver- producción de los discursos en ]a relación entre un habitus y
dadero de todos los ritos de institución o de nominación suce- lIn mercado se aplican a esta forma particular de expresión
sivos a través de los cuales se elabora la identidad social; esos '1ue es el discurso sobre uno mismo; y el relato de vida va-
actos (a menudo públicos y solemnes) de atribución, efectua- riará, tanto en su forma como en su contenido, según la cali-
dos bajo el control y con ]a garantía de] Estado, también son ,lad social del mercado en e] que será ofrecido -pues la propia
designaciones rígidas, es decir válidas para todos los mundos ,,¡tuación de investigación contribuye inevitablemente a deter-
posibles, que desarrollan una verdadera descripción oficial de ¡llinar la forma y e] contenido de] discurso obtenido-o Pero e]
esta especie de esencia social, trascendente a las fluctuacio- ,>hjeto propio de este discurso, es decir la presentación pú-
nes históricas, que el orden social instituye a través de] nom- hUca, por lo tanto la oficialización, de una representación pri-
bre propio; se asientan todos en efecto en el postulado de la "l/da de la propia vida, implica unas coerciones y unas censu-
constancia de lo nominal que presuponen todos los actos de 1;15específicas añadidas (cuyo límite representan las sanciones
nominación, y también, más generalmente, todos los actos ju- i' I rídicas por usurpación de identidad o exhibición ilegal de
rídicos que inician un futuro a largo plazo, tanto si se trata de , (>ndecoraciones). Y todo permite suponer que las leyes de la
los certificados que garantizan de forma irreversible una capa- I 'Iografía oficia] tenderán a imponerse mucho más allá de las
cidad (o una incapacidad), como de los contratos que compro- Iluaciones oficiales, mediante los presupuestos inconscientes
meten un futuro lejano, como los contratos de crédito o de se- ,1,'I interrogante (como la preocupación por la cronología y
guro, o de las sanciones penales, pues toda condena presu- 1, )( lo ]0 que es inherente a la representación de la vida como
pone la afirmación de la identidad más allá del tiempo de l'I:,loria), y también mediante la situación de investigación
aquel que ha cometido el crimen y de aquel que padece el '1'1(', según la distancia objetiva entre el interrogador y el inte-
castigo.' I 1()gado, y según ]a aptitud de aqué] para «manipu]an> esta re-
Todo permite suponer que el relato de vida tiende a apro- 1" iÓn, podrá variar desde esta forma suave de interrogatorio
ximarse tanto más al modelo oficial de la presentación oficial , ,¡ Ieia] que es las más de las veces, sin saberlo e] sociólogo, la
de la persona, carnet de identidad, ficha de estado civil, currí- 111 v"stigación sociológica, hasta la confidencia, por último me-
culum vitae, biografía oficial, y de la filosofía de la identidad ,lllllle la representación más o menos consciente que el inves-
11".,,10se forme de ]a situación de investigación, en función
1. La dimensiÓn propiamente biológica de la individualidad -que el estado 1, :;11 experiencia directa o mediata de situaciones equivalen-
civil aprehende bajo la forma de JlIiae Úin y de la fotografía de identidad- está so-
metida a variaciones dependiendo de las épocas y de los lugares, es decir de los 1,' (entrevista de escritor célebre o de político, situación de
espacios sociales que la convierten en una base mucho menos segura que la mera .1IIlen,etc.) y que orientará todo su esfuerzo de presentación
definición nominal. (Sobre las variaciones de la hexis corporal según los espacios ,I,';i o, mejor dicho, de producción de sí.
sociales, consultar S. Maresca, «La representaciÓn del campesinado. Observacio-
nes etnográficas sobre la labor de representación de los dirigentes agrícolas», A [- 1",1análisis crítico de procesos sociales mal analizados y
les de la recherche en sciences sociales, 38, mayo de 1981, págs. 3-18.) Ii Id dominados que actúan, sin saberlo el investigador, en la

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elaboración de esta especie de artefacto irreprochable que es del tiempo por una individualidad biológica socialmente insti
«la historia de vida» no es en sí mismo su fin. Lleva a elabo- tuida actuando como soporte de un conjunto de atributos y de
rar la noción de trayectoria como serie de las posiciones suce- atribuciones adecuadas para permitirle intervenir como agente
sivamente ocupadas por un mismo agente (o un mismo eficiente en diferentes campos.'
grupo) en un espacio en sí mismo en movimiento y sometido
a incesantes transformaciones. Tratar de comprender una
vida como una serie única y suficiente en sí de aconteci-
mientos sucesivos sin más vínculo que la asociación a un
«sujeto» cuya constancia no es sin duda más que la de un
nombre propio, es más o menos igual de absurdo que tratar
de dar razón de un trayecto en el metro sin tener en cuenta
la estructura de la red, es decir la matriz de las relaciones ob-
jetivas entre las diferentes estaciones. Los acontecimientos
biográficos se definen como ir/:(}crsÚmes a plazo y desplaza-
mientos en e] espacio socia], es decir, con mayor precisión,
en los diferentes estados sucesivos de ]a estructura de la dis-
tribución de las diferentes especies de capital que están en
juego en e] campo considerado. El sentido de los movimien-
tos que llevan de una posición a otra (de un editor a otro, de
una revista a otra, de un obispado a otro, ete.) se define, a
todas luces, en la relación objetiva mediante el sentido en el
momento considerado de estas posiciones dentro de un espa-
cio orientado. Lo que significa que sólo cabe comprender
una trayectoria (es decir e] cnvcJecimiento social que, aunque
inevitablemente lo acompaña, es independiente del envejeci-
miento biológico) a conclición de haber elaborado previa-
mente los estados sucesivos clel campo en el que ésta se ha
desarrollado, por lo tanto el conjunto de las relaciones objeti-
vas que han unido al agente considerado -por ]0 menos, en
un determinado número de estados pertinentes del campo-
al conjunto de los demás agentes comprometidos en el
mismo campo y, enfrentados al mismo espacio de posibilida-
des. Esta construcción previa es asimismo la condición de
l. La distinción entre el individuo concreto y el individuo construido, el
toda evaluación rigurosa de ]0 que cabe llamar la superfiCie '''.' "le eficiente, va pareja con la distinción entre el agente, eficiente en un
social, como descripción rigurosa de la personalidad desig- <I"IH), y la personalidad, como individualidad biológica socialmente instituida
",' 1:\nominación y portadora de propiedades y de poderes que le proporcionan
nada por el nombre propio, es decir el conjunto de las posi- 11 .dgunos casos) una superficie sociaL, es decir la capacidad de existir como
ciones ocupadas simultáneamente en un momento concreto ,,', 111(' en diferentes campos.

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1,
Título de la edición original:
Raisons pratiques. Sur la théorie de l'action
© Éditions du Seuil
París, 1994

Publicado con la ayuda del Ministerio francés de la Cultura


y la Comunicación

Portada:
Julio Vivas
Ilustración: «Nudo mágico», Hermann Paulsen, 1985

Biblioteca cee. Donación A. Franchino - 15 Mar 2005

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© EDITORIAL ANAGRAMA, S.A., 1997


Pedró de la Creu, 58
08034 Barcelona

ISBN: 84-339-0543-0
Depósito Legal: B. 14300-1997

Printed in Spain

Libergraf, S.L., Constitució, 19,08014 Barcelona

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