Ejercicio físico
Cualquier persona que tenga perro sabe que, como
mínimo, tiene que salir a pasear dos o tres veces al día
(mejor tres si es posible), cosa que a lo mejor no
haríamos de no ser por ellos. De este modo, el
bienestar de nuestros animales de compañía nos
impulsa a ser un poco más activos.
Un estudio de la Universidad George Mason de Virginia
(EE.UU.) indica que las personas que tienen perro tienen una mejor
forma física que los que no tienen mascotas.
Salud mental
La Universidad de Azabu, una institución japonesa
dedicada a los estudios veterinarios, ha demostrado
que liberamos oxitocina al interactuar con perros.
Esta hormona, conocida como la “hormona de la
felicidad”, tiene efectos positivos en nuestro cerebro,
sobre todo si padecemos de depresión.
Esta cualidad ha hecho que se les utilice como factor
terapéutico en prisiones, hospitales y residencias de
ancianos.
El mejor amigo de los mayores
Son varios los estudios que asocian una vida más
larga con tener perro, y esto no se limita a la
constante actividad física a la que nos vemos
expuestos a través de los paseos, sino que, en
gran medida, se relaciona con el aumento y la
mejora de nuestras relaciones sociales, lo cual
reduce el sentimiento de soledad y aumenta
nuestra calidad de vida, lo cual repercute de forma
positiva en la salud física y mental de los ancianos.