No sabría decirlo con seguridad, pero soy de la generación que veíamos en televisión la serie del doctor Gannon, algo similar a lo que podría ser hoy Anatomía de Grey, y creo que fue algo de mimetismo, porque en mi familia nadie se había dedicado a la Medicina.
¿Cómo fueron sus inicios, qué recuerda?
Cuando empecé, en Digestivo se hablaba de lo que hoy llamamos endoscopia avanzada, se empezaba a hacer lo que hoy conocemos como tratamientos mínimamente invasivos, además, se estaba consolidando la endoscopia diagnóstica. Tuve la suerte de aprender junto a profesionales muy punteros.
También recuerdo que era una época en la que en los hospitales había grandes internistas y las especialidades empezaban a formarse. Y a mí, me tocó vivir esa época de formación de las grandes especialidades médicas.
¿Ha cambiado mucho la especialidad de Digestivo?
Ha cambiado todo. La Medicina ha cambiado muchísimo, se hace un trabajo más en equipo, hay más super-especialización de las personas. En los años 80, patologías como la enfermedad inflamatoria que no se veía mucho, hoy son muy demandantes, el cáncer de colon ha cambiado, los cánceres en digestivo han aumentado mucho, la hepatitis C, las patologías funcionales. Pero, sobre todo, yo haría hincapié en la forma de trabajar, se hace más equipo, la gente está mucho mejor formada y mucho más especializada.
¿Qué parte de su trabajo es la que más le atrae?
Me gusta mucho el contacto con el paciente. En la parte de la Hepatología tienes un contacto muy directo, mientras en la endoscopia es una labor muy técnica y aquí con lo que más disfruto es en la parte de resolver, interactuar con el paciente no sólo en el plano profesional sino, muchas veces, a nivel personal. Otra faceta que me gusta mucho de mi trabajo es enseñar, que la gente aprenda o facilitar a la gente que está en formación lo que tú has aprendido. Lo que la sociedad te ha dado, devolverlo.
¿Se puede ser optimista en la lucha contra el cáncer de colon?
Es un tumor frecuente, tratable, muchos pacientes con los tratamientos quirúrgicos y oncológicos se pueden curar y, además, conocemos las herramientas para prevenirlo, actuando con las personas de riesgo, por la edad o por patología familiar de cáncer. Hay muchas herramientas que permiten diagnosticar precozmente lesiones que potencialmente fueran cancerígenas como es la detección de la sangre oculta o la colonoscopia.
¿Qué recomendaría para prevenirlo?
Para el cáncer, lo primero que se debe tener en cuenta son los hábitos de vida saludables, dieta mediterránea y ejercicio son básicos. Aún haciendo esas cosas, a partir de los 50 años hay que hacerse una prueba que denominamos de sangre oculta y si se tienen familiares con cáncer hay que valorar si es mejor hacer también una colonoscopia. Pero lo más importante, es llevar una vida saludable, no aumentar de peso para evitar la obesidad y tomar bastante fibra. Sin olvidar, las pruebas de cribado en función de las características de cada uno. Pero bueno, si todo va bien, lo normal es hacer la revisión cada dos años. Se trata de una prueba no invasiva y es muy beneficiosa, aparte de que por la edad habría que hacerse una analítica que incluya el hemograma, el hierro u otros factores como el colesterol.