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“El mal feminismo”

“Un feminista es cualquiera que reconozca la igualdad y plena humanidad en mujeres y


hombres” Gloria Steinem.

Desde el siglo XVIII, el feminismo se ha ubicado entre los temas más controversiales para
la mayoría de las sociedades, las conservadoras y las más liberales. Las razones principales
por las que se empezó a hablar del mismo mostraban a las mujeres como una colectividad
que hacía parte de la lucha por sus derechos. Habían transcurrido años en los que estaban
siendo oprimidas, dominadas, explotadas y discriminadas por el género masculino. La
historia y sus distintas fases agrupan a las mujeres como parte de un conjunto ignorado, de
poco valor, sin intereses, y adaptado a las necesidades ajenas. Hoy, después de tres siglos la
lucha no descansa, se ha transformado, porque las discusiones han cambiado su imagen,
pero de fondo y estructuralmente el camino hacia la sociedad que espera el feminismo sigue
siendo labrado y extenso. La pregunta estrella es, ¿lucha el feminismo por las mujeres
únicamente o por todos? El mal feminismo es el intento de superioridad moral, laboral, o
sexual por parte del género femenino o comunidades LGBTQ, y ese es el que representa un
atraso. A través de aspectos históricos, este ensayo pretende demostrar la importancia de
cómo la lucha debe ser feminista, y eso incluye a toda una sociedad, ese es el buen
feminismo. Para hablar del feminismo, debemos recordarnos a todos como seres humanos,
más allá del género, gustos, o ideologías políticas. Un recorrido histórico son los
argumentos necesarios para defender nuestra tesis.

En la Francia de 1789, luego de la conocida Revolución Francesa, se nota el olvido que


conscientemente se le ha dado a las mujeres de la época, la negación de su ciudadanía y de
aquellos derechos civiles que sí se les reconoce a los hombres. Esta es la primera
discriminación y no precisamente positiva por parte del género masculino. Quizás responde
a asuntos políticos o laborales para el contexto de entonces, pero no hacia aspectos justos.
Luego de esto, Olympe du Goges expide La declaración de los derechos de la mujer y la
ciudadanía, y Mary Wollstonecraft es autora de La Vindicación de los Derechos de la
Mujer. Ahí comienza la discusión álgida por la inteligencia femenina, la capacidad de
discernimiento, de actuación y de participación en temas de carácter público que también
influían en lo privado. Surgen entonces las primeras ideas del derecho al voto, la
oportunidad de la educación secundaria y superior (las primeras mujeres que luchaban por
ir a la universidad), la reforma a la institución matrimonial y la custodia de los hijos.
Aquello que siempre ha sido considerado como parte de la naturaleza atribuida a la mujer
como ser madre, también se le restaba valor una vez terminaba su embarazo. A esta, se le
conoce como la primera Ola del Feminismo, y son por tanto, nuestros primeros argumentos
empíricos.
En 1848, algunos años después, se celebró en Seneca Falls, Nueva York, la primera
convención sobre derechos de la mujer en Estados Unidos. Fue organizada por Lucrecia
Mott y Elizabeth Candy Stanton, de ahí nace La Declaración de Seneca Falls. Dicha
declaración refutaba lo que se había plasmado en la Declaración de Independencia de
Estados Unidos, así que buscaba nuevamente la ciudadanía para las mujeres, a eso se le
suma la búsqueda del cambio en aspectos definidos para la mujer como el voto, elegir y
también poder ser elegidas, o la militancia en partidos o movimientos políticos. En este
segunda Ola, o parte de la historia, es notorio que las luchas femeninas nunca cambiaron
aspectos que ya les habían sido dados a los hombres, nunca se establecieron condiciones o
cambios a lo que ya estaba estipulado. La no mención de ciertos autores no los elimina de
la historia, a decir, desde el primer momento en que las cosas empezaron a cambiar de
rumbo o se oyeron las primeras inconformidades. Hubo y hay detractores que discuten los
puntos que tiene el feminismo, consideran pues que nunca ha sido necesario y que tampoco
debe ser visto de forma tan oficial, inclusive mujeres.

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