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UNIVERSIDAD

“”” NACIONAL “PEDRO RUIZ GALLO”

ACTINOMICOSIS

ASIGNATURA:
 ENFERMEDADES INFECCIOSAS
DOCENTE:
 M. Sc. MAGALY DÍAZ GARCÍA
ALUMNO:
 JULCA MANCHAY HERLY
ACTINOMICOSIS

FACULTAD DE INGENIERÍA ZOOTECNIA


1. Definición:
La actinomicosis bovina es una enfermedad infecciosa crónica de tipo
granulomatoso, también es considerada una zoonosis. De distribución mundial.
Está causada por Actinomyces bovis. Se caracteriza por la afección de las
estructuras óseas, en particular de la mandíbula o quijada.
2. Sinonimia:
Quijada hinchada, quijada abombada, mandíbula de caucho, mandíbula
aterronada.
3. Etiología:
La causa primaria es el Actinomyces bovis, aunque pueden identificarse otras
bacterias en las lesiones extensas. El término actinomicosis se refiere a la
infección con Actinomices bovis que origina los llamados gránulos de azufre,
partículas caseosas en el pus o en el tejido infectado
Es pleomórfica, Gram positiva, bacteria alargada, de crecimiento
preferentemente anaerobio. Tiene a formar filamentos ramificados en los tejidos
del huésped. Son catalasa-negativo y no acidorresistente. Crece en anaerobios
en una atmósfera con el 5% de bióxido de carbono, a los 4-6 días de incubación
a 37 °C, en medios nutritivos ricos (agar- sangre). Las colonias son pequeñas y
lisas.

4. Epidemiología:
El germen es flora normal de boca, faringe y tubo digestivo. De manera
oportunista invade los tejidos más profundos de la mandíbula a través de las
heridas de los alveolos dentales. También está asociada con la entrada de
materiales extraños, como trozos de madera o alambre. La presentación más
frecuente de la enfermedad en bovinos jóvenes es durante la muda de las piezas
dentales. Si bien, la actinomicosis se presenta esporádicamente en los hatos
afectados, su importancia radica en su amplia distribución y su escasa respuesta
al tratamiento. Se registra en la mayor parte del mundo.
Se trata de un proceso característico de los bovinos con una epidemiología muy
típica, donde la enfermedad puede aparecer en diferentes localizaciones. La
forma primaria se localiza en la cabeza, en la región de la mandíbula y el maxilar,
debido a que los microorganismos se encuentran en el pasto e ingresan a través
de soluciones de continuidad en la zona de la encía, para llegar al periostio y
suele tener su origen en alteraciones de los dientes.
Se han descrito una forma torácica y otra abdominal como consecuencia de
aspiraciones o ingestiones de secreciones orales que contienen grandes
cantidades de microorganismos. Más raras son las localizaciones descritas en
válvulas cardiacas, cerebro y otros órganos como consecuencia de
diseminaciones hematógenas.
En la forma torácica, debido a las aspiraciones orales, los microorganismos se
sitúan en pulmón, originando granulomas en el parénquima pulmonar, similares
a las formas primarias de tuberculosis y actinobacilosis. Estos procesos pueden
fistulizar a través de pleura, pared costal y piel, drenando al exterior.
En la forma abdominal, caracterizada por la llegada de microorganismos en las
secreciones orales ingeridas con el alimento, éstos penetran a través de las
pequeñas lesiones de la mucosa gástrica y entérica originando granulomas en
la pared de estómago e intestinos, que pueden extenderse al peritoneo.
5. Patogenia:
El agente llega a los tejidos profundos a través de heridas/lesiones de la mucosa
y/o periostio alveolar. Luego por vía linfática o hemática es trasladado a la
esponja de los huesos vecinos. En la mandíbula se produce una osteomielitis
con rarefacción (disminución de la densidad y peso de un órgano por atrofia o
resorción, con conservación del volumen).
Se observa la formación característica de granulación, tanto en la mandíbula
como a lo largo del esófago inferior y del retículo. También se presentan casos
raros de complicación visceral. En estos órganos se forman áreas necróticas
llenas de pus, que pueden salir hacia la superficie a través de conductos
fistulosos. Más adelante, el tejido conectivo se endurece formando masas de
aspecto tumoral.
Una característica de la enfermedad es la formación de pus espeso, mucoide,
persistente, de color verde amarillento e inodoro que contiene gránulos
caseiformes de unos 3-4 mm de diámetro. Estas son colonias del
microorganismo, llamadas comúnmente gránulos de azufre. Son frecuentes los
trayectos supurados, que pueden fistulizar y descargar pus a través de la piel o
las mucosas, afectando a tejidos contiguos como lengua, glándulas salivales,
huesos del cráneo, meninges, etc.
6. Lesiones:
En la forma primaria en la cabeza, las lesiones que origina se localizan
preferentemente en la mandíbula y consisten en osteítis y osteomielitis
granulomatosas, apareciendo fenómenos destructivos y proliferativos. La lesión
en los maxilares obstaculiza la aprensión y masticación y, cuando está afectado
el aparato digestivo, se comprueba la dificultad de los movimientos del rumen y
la digestión, lo que provoca inanición parcial.
Microscópicamente, la lesión se caracteriza por la formación de granulomas cuyo
centro está constituido por áreas de necrosis donde aparecen masas de bacilos
y una sustancia fi lamentosa y acidófila originada por estos en la periferia. Son
raros los hallazgos en otros órganos provocados por diseminación hematógena
a partir de lesiones primarias. Se han encontrado lesiones en testículos (orquitis).

7. Signos clínicos:
La actinomicosis del maxilar comienza por una tumefacción ósea indolora
localizada en uno o ambos maxilares, casi siempre a nivel del molar central.
Las infecciones precoces se pueden confundir con lesiones traumáticas. El
agrandamiento inflamatorio puede ser discreto y, como radica en la mandíbula,
aparece como engrosamiento del borde inferior del hueso, con la mayor parte de
su volumen en el espacio ínter mandibular. Esas lesiones a menudo no se
descubren sino hasta que adquieren gran extensión, cuando ya el tratamiento es
ineficaz. Las lesiones discretas más comunes se observan con más facilidad en
las superficies laterales de los huesos.
En algunas lesiones el aumento del volumen es rápido, pues se produce en
pocas semanas, mientras que en otros casos se requieren meses. Las
tumefacciones son muy duras, inmóviles y, en etapas tardías, dolorosas al tacto.
Con frecuencia se abren en la piel a través de uno o varios orificios permitiendo
la salida de una pequeña cantidad de pus líquido con aspecto de miel espesa
que posee gránulos diminutos y duros de color blanco amarillento. Los dientes
enclavados en el hueso enfermo pierden su alineación y presentan dolor,
dificultando la masticación con pérdida sub siguiente del estado general.
En casos graves, la diseminación hacia los tejidos blandos puede ser extensa y
llegar a músculos y aponeurosis de la región faríngea. La inflamación excesiva
de los maxilares eventualmente puede producir disnea, y llevando el paciente a
tal estado de agotamiento que se impone el sacrificio, aunque para llegar a esta
etapa deben transcurrir casi siempre varios meses. También los animales
pueden presentar dolor abdominal y torácico, fiebre, tos con abundante
expectoración y pérdida de peso.

- Síntomas en el ser humano:

 Los síntomas más frecuentes son dolor abdominal crónico, fiebre,


vómitos, diarrea o estreñimiento y pérdida grave de peso.
 Los síntomas incluyen dolor abdominal o pélvico crónico, fiebre, pérdida
de peso y hemorragia y secreción vaginales.
 Los síntomas varían en función de los órganos afectados. Por ejemplo,
pueden consistir en dolor de cabeza (cefalea), dolor de espalda o dolor
abdominal.

8. Diagnóstico:

a) Si se examinan los gránulos de azufre en fresco, presionados únicamente


por un cubreobjetos limpio, se observa fácilmente el efecto de hongos
radiados. Los bordes de los gránulos comprimidos muestran filamentos
radiales, hinchados, claviformes. Por lo general, en las preparaciones de
pus teñidas, no se ven estas formas claras, pero se les puede ver en los
cortes histológicos.
b) El otro método de diagnóstico es el aislamiento del germen, ya sea a partir
de una biopsia de tejido o de un aspirado del líquido para identificar al
organismo causal

c) En el diagnóstico diferencial tenemos a la actinobacilosis, abscesos


inespecíficos, neoplasias óseas, en forma rara con coccidiomicosis,
tuberculosis y procesos tumorales.

9. Hallazgos en la necropsia:
La actinomicosis adopta tres formas principales de acuerdo con la ubicación de
las lesiones: cérvico-facial, torácica y abdominal.
- Forma cérvico-facial: Ubicada debajo de la mandíbula o como un
absceso, de progresión más rápida, ubicado en la misma zona, en la
región parotídea o en el cuello.

- Forma torácica: Por la aspiración de las secreciones orales los


microorganismos se ubican en los pulmones, necrosan el parénquima
pulmonar dando lugar a la formación de abscesos, similares a procesos
iniciales de la tuberculosis pulmonar. Los abscesos pueden fistulizarse a
través de la pleura, la parrilla costal y la piel, drenando al exterior.
- Forma abdominal: Formación de abscesos en la pared de estómago e
intestinos y en el peritoneo.
- Otras formas: Las lesiones pueden localizarse en forma muy poco
frecuente en las válvulas cardíacas, en el cerebro, en la zona ano-rectal
o en el subcutáneo.
También puede producirse la actinomicosis generalizada, fenómeno que ocurre
a través de la diseminación hematógena del germen, afectando entonces varios
órganos.
10. Tratamiento:
Las lesiones locales se tratan con solución de Lugol y, en ocasiones, se
administra yoduro de sodio por vía intravenosa para las lesiones internas. Se
recomienda vacunar antibiótico al tratamiento como: penicilina, estreptomicina
(11 mg x kg tres veces al día por 5 días) aureomicina y, a veces, dan resultado
las tetraciclinas.
El antibiótico se inyecta en la periferia de las lesiones durante 5 días
consecutivos. Sin embargo, a pesar de lo anterior, el tratamiento contra esta
enfermedad no resulta del todo efectivo; si el tamaño de la lesión es muy grande,
el tratamiento resulta ineficaz.
Las vacas con granulomas cutáneos de gran tamaño y con drenaje requiere
terapia de larga duración durante 1 o 2 meses con estreptomicina y penicilina.
11. Prevención:
Se debe tener especial cuidado con la limpieza de las instalaciones y el alimento,
sobre todo en animales jóvenes a los que les están brotando los dientes.
12. Actinomicosis en otras especies:

 En los cerdos el agente etiológico se localiza principalmente en la ubre de


las hembras, donde forman abscesos y fístulas. La vía de penetración es
la lesión originada por los dientes de los lechones al mamar. Esta
infección es atribuida a Actinomyces suis, cuyo valor taxonómico es aún
incierto.

 En los perros se encuentran abscesos cervicofaciales, empiema con


pleuritis y osteomielitis, más raramente abscesos abdominales y
granulomas cutáneos. Actinomyces viscosus es el agente más común
encontrado.
Bibliografía:
 https://es.scribd.com/doc/20575568/Libro-Enfermedades-Infecciosas-en-
Veterinaria

 http://revistas.um.es/analesvet/article/viewFile/69301/66781

 https://es.scribd.com/document/127354047/Actinomicosis-Bovina

 http://www.biblioteca.unlpam.edu.ar/pubpdf/revet/n06a04dubarry.pdf

 http://www.ammveb.net/clinica/actinomicosis_y_actinobacillosis.pdf

 https://www.msdmanuals.com/es/hogar/infecciones/infecciones-
bacterianas/actinomicosis

 http://bvs1.panaftosa.org.br/local/File/textoc/Acha_v1_actinomicosis.pdf

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