La atmósfera y los fenómenos que tienen lugar en ella juegan un papel de gran
relevancia en relación a la vida en el planeta. Por ello el hombre se ha
preocupado desde la antiguedad por su estudio. Existen dos formas distintas y
complementarias de enfrentarse al conocimiento de la atmósfera:
La meteorología y la climatología
Dentro del estudio de estas oscilaciones respecto a los valores medios, resulta de
particular importancia el conocer la probabilidad de que aparezcan períodos
caracterizados por una sucesión de valores elevados o reducidos de precipitación,
es decir períodos lluviosos y períodos de sequía.
En el caso de los climas semiáridos, resulta mucho más complejo desentrañar sus
mecanismos físicos, apareciendo un importante componente aleatorio que debe
estudiarse por procedimientos analíticos.
En los últimos años (desde los años el panorama ha cambiado ligeramente debido
a la cada vez mayor relevancia social que adquiere la climatología debido al
desarrollo de preocupaciones medioambientales ligadas al clima:
Contaminación
Extremos climáticos
Cambio climático global
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Definición:
La climatología es la ciencia que estudia el clima y sus variaciones a lo largo del
tiempo. Aunque utiliza los mismos parámetros que la meteorología, su objetivo
es distinto, ya que no pretende hacer previsiones inmediatas, sino estudiar las
características climáticas a largo plazo.
El clima es el conjunto de fenómenos meteorológicos que caracterizan las
condiciones habituales o más probables de un punto determinado de la superficie
terrestre.
Cuando una comarca, ciudad, ladera, etc., tiene un clima diferenciado del clima
zonal, decimos que es un topoclima; éste se caracteriza por estar mayormente
afectado por el estado local del resto de los factores geográficos. Además
llamamos microclima al que no tiene divisiones inferiores como el que hay en
una habitación, debajo de un árbol o en la esquina de una determinada calle.
Determina de manera fundamental, las características principales de la
arquitectura bioclimática.
Estudio.
Para el estudio de la climatología tenemos que considerar tres métodos que son
fundamentales:
En el caso de los climas semiáridos, resulta mucho más complejo desentrañar sus
mecanismos físicos, apareciendo un importante componente aleatorio que debe
estudiarse por procedimientos analíticos.
Hay que subrayar que una climatología aplicada es fundamentalmente analítica-
estadística.
Factores climáticos.
La atmósfera está en continuo movimiento, lo que se denomina circulación
atmosférica. Concretamente los factores climáticos obedecen a las características
geográficas influyentes en el clima y hay que distinguir:
Para ello recurrimos a los mapas de isotermas. En éstas se vuelcan los valores de
temperaturas medias y se unen todos los puntos con igual valor. Si lo que
queremos es una visión global de las temperaturas de los planetas, se reflejan las
isotermas anuales; el resultado es una disminución de temperaturas desde el
ecuador hacia los polos, y dentro de la misma latitud temperaturas más frías en
los continentes que en los océanos. La diferencia de climas oceánicos y
continentales puede ser apreciada conociendo la llamada amplitud térmica,
consistente en la diferencia entre temperaturas medias más altas y más bajas de
un mes o un año. En una distribución de temperaturas mundiales, éstas
disminuyen conforme nos desplazamos desde el ecuador hacia los polos. La
amplitud térmica es mínima en el ecuador.
Tipos de climas.
En la clasificación de los climas tomamos los parámetros principales que son las
temperaturas y las precipitaciones.
Podemos dividir los climas en tres grandes grupos y dos variantes que son:
Cálidos
Templados
Fríos
Occidental
Oceánico
Se encuentran entre los paralelos 30º y 60º. Las precipitaciones y temperaturas
definen con claridad dos estaciones, una fría que es el invierno y otra cálida que
es el varano, más acusado en las variedades de tipo mediterráneo, y menos en los
oceánicos. En los de tipo mediterráneo y continental existen menos
precipitaciones.
El clima oceánico es lluvioso con pocos aguaceros, sin estación seca, con las
precipitaciones repartidas a lo largo de todo el año, con poca oscilación entre
invierno y verano.
Inviernos que duran la mayor parte del año, no conocen el verano. El mes más
cálido no suele alcanzar los 10º de temperatura media. Se dan en las regiones
polares y la alta montaña. En las regiones polares hay un largo invierno de 8 a 9
meses, con heladas e intenso frío, debido a la inclinación con que llegan los rayos
solares y la larga duración de la noche invernal, que es de 14 horas en el círculo
polar hasta 6 meses en pleno polo. En el clima de montaña, alcanza temperaturas
que dependen de la latitud; con la altura existe menos absorción de calor solar,
dando lugar a disminuciones de temperatura del orden de 1º C. por cada 160
metros de elevación. La amplitud térmica varía muy poco en las cumbres, en
comparación con los valles, en que el aire absorbe mayor cantidad de radiación
solar.
Pueden ser considerados como variantes de climas cálidos y templados. Este tipo
de climas tienen rasgos diferentes entre sí, pues no se dan las mismas condiciones
climáticas en el desierto del Sahara, que en los de Asia central, o los que se
encuentran próximos a la costa americana.