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Caso: Un hombre sale en la mañana del domingo 17 en su vehículo y atropella a una persona

adulta mayor y se da a la fuga.

PREGUNTAS SUGESTIVAS: ¿no es verdad que usted Salió en su vehículo el domingo 17 de marzo en
la mañana? (Supone la respuesta)

PREGUNTAS ASERTIVAS: ¿era usted quien manejaba el vehículo de placas xxx000 el domingo 17 en
la mañana? (Decir sí o no)

PREGUNTAS CAPCIOSAS: ¿Por qué se dio a la huida cuando atropelló a la señora María? (ya que
aún no se ha demostrado que el la atropelló, se pretende insinuar que sí lo hizo)

PREGUNTAS IMPRECISAS: ¿condujo usted el vehículo en el barrio Guadalupe? (es imprecisa porque
no tiene detalles más específicos, pudo haber manejado en ese barrio cualquier día y a cualquier
hora)

PREGUNTAS SUPERFLUAS: ¿manejaba usted el vehículo de placas xxx000 en la mañana del


domingo 17? (Repetida)

PREGUNTAS IMPERTINENTES: ¿había lavado usted el día anterior su vehículo? (Es irrelevante)

PREGUNTAS INCONDUCENTES: ¿usted había desayunado ese día?

¿Qué preguntas nos pueden impugnar durante


el interrogatorio?
Las preguntas impugnables son aquellas que, conforme a nuestro
ordenamiento, estarían prohibidas, por lo que podrán ser vetadas por el juez u
ser objeto de impugnación de contrario. Para facilitar su examen, vamos a
categorizar esta modalidad de preguntas desde una perspectiva genérica, es decir, de
aplicación para cualquier jurisdicción, puesto que a pesar de que los ordenamientos
civil y penal establecen determinadas prohibiciones, lo cierto es que existen una
serie de preguntas que la práctica forense considera impugnables por lo que
afectarían a todos los órdenes.
Preguntas capciosas.
Son aquellas que, debido a la forma de su elaboración, inducen a error al
testigo, favoreciendo con ello al interrogador. El fundamento de su prohibición en
nuestro ordenamiento reside en que la información suministrada por el testigo al
contestar es ajena a su voluntad narrativa, pues procede de un error o confusión
derivado del formato de la pregunta.
P.-¿Qué hacía usted en el botellón?
R.-Pues pasando el rato con mis amigos.
P.-¿Y qué estaban haciendo? ¿Tomando alcohol?
R.-Si, tomarnos unos cubatas y echar el rato, claro.
P.-¿Y quién de ustedes llevaba la droga con la que se traficó?
Preguntas impertinentes.
Son aquellas que no guardan relación sustancial con el hecho que se está
juzgando, por lo que no aportan relevancia alguna a la solución de la
controversia.
P.-¿Qué hacía usted en el botellón?
R.-Pues pasando el rato con mis amigos.
P.-¿Y qué estaban haciendo? ¿Tomando alcohol?
R.-Si, tomarnos unos cubatas y echar el rato, claro.
P.- ¿Y por qué bebían?
Preguntas inútiles.
Aquellas pruebas que, según reglas y criterios razonables y seguros, en
ningún caso puedan contribuir a esclarecer los hechos controvertidos. Dicho de
otro modo, son las que no resultan adecuadas para el esclarecimiento de los hechos
controvertidos.
P.-¿Leyó usted el contrato en todos sus términos?
R.-Sí.
P.-¿Y firmó usted el contrato?
R.- ¿Lo firmó en todas sus páginas?
Preguntas coactivas
Son preguntas en las que el interrogador, mediante el empleo del lenguaje
verbal y no verbal, hostiga y presiona al testigo, coartando así su libertad
para formular sus respuestas. Estamos hablando por tanto del empleo de un
componente agresivo sobre el testigo que, dependiendo de diversas circunstancias
concurrentes, limitará su capacidad de emitir testimonio.
Estas preguntas plantean muchas dudas a efectos de su admisión ya que esta decisión
dependerá de factores como la persona del testigo examinado, el aporte de su
testimonio o trascendencia del mismo, la presumible falsedad de la declaración que se
está evacuando, la importancia del asunto que se está debatiendo, etc.

P.-¿Entonces usted no vio al acusado salir corriendo del bar?


R.-No, no lo vi.
P.-Pero como puede usted decirnos que no lo vio ¿No se da cuenta que
mentir en juicio está penado con la cárcel?
P.-¿Va a usted a seguir ocultando los hechos o va a decirme la verdad?
P.-Por favor, deje de proteger al acusado y conteste a mi pregunta
Preguntas poco claras
Son preguntas defectuosamente formuladas que impiden al testigo entender
cuál es el objeto de la misma y que podrían incluirse entre las preguntas
capciosas. Aquí encontramos las preguntas confusas (formulación poco clara),
ambiguas (sugieren diversas cuestiones poco claras) y vagas (amplitud excesiva
acompañada de falta de claridad). El fundamento de la prohibición de estas preguntas
reside en que, nuevamente, se pretende evitar que se incorpore a la actividad
probatoria una información aportada erróneamente por el testigo como consecuencia
de una mala formulación de la pregunta por parte del interrogador. Por lo tanto, lo que
se pretende al proscribir estas preguntas es que la información que ingrese en el
procedimiento derive del conocimiento del testigo y no de un error o confusión.
¿Y entonces la realidad fue que al entrar en el bar Luis estaba agresivo porque vio a
María, y donde la había visto? (confusa)
¿Qué había en común entre María y Luis? (ambigua)
¿Cómo era el acusado antes de la agresión? (vaga)
Preguntas compuestas
Son aquellas preguntas que introducen dos o más cuestiones en la misma
pregunta, de forma que su enunciado se compone de dos preguntas que
podrían realzarse de forma independiente. Debido a tal duplicidad, introducen un
factor de confusión en el testigo al tener que responder dos preguntas de una sola vez,
lo que hace a estas preguntas potencialmente capciosas.
¿Entonces, cuando llegó Luis en el Renault al parking del bar, llevaba consigo el bate
de béisbol?
Preguntas que contienen valoraciones, opiniones o conclusiones.
La información que ingresa en juicio como consecuencia de la declaración del testigo se
circunscribe a los hechos que ha percibido con sus sentidos o que conoce, por lo que
toda información por la que el testigo realice valoraciones, conclusiones u opiniones
sobre los mismos son irrelevantes para la decisión del caso. Por lo tanto, si al testigo
se le pregunta sobre una valoración o conclusión, lo que está haciendo es
especulando sobre los hechos objeto de la prueba.
¿Entonces cree usted que Luis se encontraba fuera de sí y que no sabía lo que
hacía?
¿Piensa Vd. que María fue al bar con el propósito de provocar celos en Luis?
Esta regla, centrada en la declaración de testigos legos, tiene sus excepciones, dado
que a mayor experiencia del testigo en determinada materia, mayores opciones habrá
de relajación de esta regla.

Preguntas repetitivas
Son aquellas preguntas que, realizadas más de una vez durante el
interrogatorio, versan sobre una materia que ya ha sido respondida por el
testigo. Las preguntas repetitivas pueden tener un origen voluntario, es decir, que el
interrogador es plenamente consciente de la repetición o involuntario, en cuyo caso, es
un error a la hora de interrogar.
Centrándonos en el primero de los supuestos, la pregunta repetitiva estaría prohibida
cuando el interrogador, a través de la repetición, pretende lograr alguna inconsistencia
en la declaración del testigo respecto a lo ya declarado. En este caso la pregunta sería
potencialmente capciosa, dado que lo que se pretende es inducir a error respecto a lo
ya declarado anteriormente.

P.-¿Dónde se encontraba usted sobre las 22,30 horas?


R.-Sentado en el interior del bar junto a la ventana.
P.-¿Estaba sentado para ver si se aproximaba María?
R.-No.
P.-¿Pero usted sabía que María podía venir?
R.-Claro.
P.-Entonces, ¿no estaba pendiente de la llegada de María junto a la
ventana?
R.-Ya le he dicho que no.
Pregunta que tergiversa la prueba
Son preguntas a través de las que el interrogador asume que son ciertos
determinados hechos sobre las que no ha habido prueba en juicio, o que,
existiendo la prueba, esta no se ajusta a la información de la pregunta. Esta
pregunta es inadmisible por capciosa, ya que tergiversan el contenido de la prueba ya
ingresada o la inventan con el fin de inducir a error al testigo. Por otro lado, no hemos
de olvidar que las preguntas que formulan los abogados no pueden considerarse
pruebas.
P.-¿Entonces, usted estaba en la ventana esperando la llegada de María?
P.-¿Podría explicarnos por qué esperaba a María en la ventana?
R.-No, ya le he dicho que estaba sentado allí solamente tomando una copa.
En conclusión, es fundamental que a la hora de preparar los interrogatorios, nos
cercioremos de que no estamos empleando preguntas susceptibles de ser prohibidas o
impugnadas, lo que nos ahorrará muchas incomodidades y, simultáneamente, nos
permitirá realizar un interrogatorio fluido y centrado en lo que realmente
interesa: obtener un testimonio acorde con nuestros objetivos.

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