También se hablará acerca del ideal de Nietzsche denominado como “La moral
de los amos” para luego conformar “La moral del superhombre”
Para concluir haremos una crítica propia de lo dicho por Nietzsche, acerca del
hombre para convertirse en superhombre debe expulsar a Dios de su interior,
en otras palabras, matarlo y dejar de seguir sus normas establecidas.
La concepción que denomina Friedrich Nietzsche acerca del “Superhombre”
también conocido por otros autores como “suprahombre” o “sobrehombre” u
originalmente llamado “Übermensch” en alemán. Según Nietzsche lo define
como la persona apta de ocasionar su propio sistema de valores, además
determina como bueno todo lo que procede de su verdadera voluntad de poder.
Este concepto procede de la lectura realizada por Nietzsche en la década de
1870 del ensayo “Der Einzige und sein Eigentu”, traducido al español como “El
único y su propiedad”, publicado por Max Stirner en 1844. Para él, esta
característica representa su tipo de hombre ideal, al que él mismo denomino
Übermensch pues, refriega la moral impuesta por las religiones e incita una moral
que surja desde lo más recóndito de las personas. No cree en las cosas que
aseguran las religiones después de la muerte, él sólo cree en lo existente y en lo
visible. Es un ser que se fía de la razón, se deja llevar por sus pasiones y sus
sentimientos, pero a su vez, se domina así mismo y no busca sólo el placer. Este
sería la diferencia con el “último hombre” el último peldaño hacia el Übermensch
Los valores tradicionales o aquellos que toda una sociedad da por hecho deben
ser cuestionados, eliminados y establecerse una nueva línea de valores, esto
como paso a una nueva sociedad y el crecimiento del ser humano, tomando el
cambio radical como guía. Este movimiento, ha sido muchas veces considerado
igual a la Anarquía, pero en comparación con el Nihilismo. La anarquía tiene una
estructura de moral y ética, mientras que el Nihilismo, considera que la moral y
la ética no existen. En la historia esta corriente estuvo presente en el
romanticismo alemán, y tomó gran relevancia con el filósofo Friedrich Nietzsche,
quien con su pensamiento, considerado radical en el siglo XX, impulsó el
Nihilismo como corriente filosófica, estando presente en sus obras, en las que
estuvo presente con dos significados diferenciados; uno de ellos el Nihilismo
Negativo, que se veía palpable en la decadencia de la cultura occidental, que
empezó con el socratismo y platonismo, corrientes filosóficas que buscaban una
verdad única y consideraban que el conocimiento era inmutable, sin cambio, y
que tomó mayor fuerza con la religión judeo-cristiana, tomando hechos de su
mitología como reales. Como muestra está la inversión de los valores, que
sujetaban a la vida en función de la razón, en lugar de poner a la razón en función
de la vida. El concepto socrático-platónico se aferró más socialmente con el
cristianismo, teniendo como valores el sometimiento, la resignación y la culpa,
teniendo resentimiento contra todo lo vital.
Por otro lado, el concepto de Nihilismo Positivo, daba la vuelta a esta invasión
de creencias sociales; puesto desenmascarando los falsos valores y
proclamando que "Dios ha muerto", explica que no existe un sentido para la vida
y que aquellos valores que creíamos importante y supremos, deben ser
desvalorados. Esto llevaría a un análisis de nuestras creencias, cuestionando
con razón y buscando nuevos valores en pro de la supervivencia del ser humano.
Nietzsche diferencia dos tipos de moral: La moral de los amos, que son
individuales y eficaces, que tienen esa fuerza para consigo mismo. Que tienen
la exigencia y la aserción de los impulsos vitales, y la moral de los esclavos, los
débiles y los miserables, regida por la falta de seguridad en la vida, porque
aprecian la compasión y la paciencia. La moral de los esclavos, es una moral del
resentido, que se afronta a todo lo superior y por eso afirma que todos son
iguales.
Ahora bien, Nietzsche hace referencia a tres versiones del ideal humano: El ideal
estético, donde el ideal humano es interpretado como tragedia, donde se
armonizan lo dionisiaco y lo apolíneo. El primero hace representación a la
embriaguez desenfrenada de vivir y lo apolíneo representa la armonía de forma
y el resplandor de la belleza. Asimismo, el ideal científico, que concibe el ideal
humano como sabiduría: el hombre sabio conoce la realidad del mundo con
todas sus miserias, y por eso afirma enérgicamente la vida. Finalmente, el mayor
ideal, “el superhombre”, donde se integra y sintetiza el cambio de valores que
propone Nietzsche. Acorde a lo dicho con Nietzsche, las masas a quien
denominaba "rebaño", "manada" o "muchedumbre" se ajustan a la tradición,
mientras su superhombre utópico es seguro, independiente y muy individualista.
El superhombre siente con intensidad, sin embargo, sus pasiones están frenadas
y reprimidas por la razón, centrándose en el mundo real, más que en las
recompensas del mundo futuro prometidas por las religiones en general, el
superhombre afirma la vida, inclusive el sufrimiento y el dolor que conlleva la
existencia humana. Su superhombre es un creador de valores, un ejemplo activo
de "eticidad maestra" que hace referencia a la fuerza e independencia de alguien
que está emancipado de las ataduras de lo humano corrompido por la docilidad
cristiana, excepto de aquéllas que él juzga vitales.
El camello: Nietzsche enlista varios aspectos que pueden ser considerados entre
los más pesados o difíciles de la vida. Quiere decir que, antes de que uno pueda
convertirse en superhombre, primero deberá soportar grandes cargas. Luchar
con el miedo, el amor, la confianza, la muerte, la confusión, la sed de
conocimiento y todos los otros aspectos de la existencia humana. El camello
abraza estos retos en el nombre del deber y la nobleza. Representa al hombre
que se inclina ante Dios al obedecerlo ciegamente, los que sólo escuchan y
tienden a arrodillarse y a recibir la carga que esto trae.
El león: por lo tanto, simboliza al ser humano liberado de las cargas morales y
sociales. Representa al rebelde, al que rechaza todos los valores tradicionales y
busca nuevas formas más allá del status quo. Su poder se consuma y se agota
en el esfuerzo por buscar la contraparte a todo, descubre sus armas y un tipo de
poder que desconocía. También reconoce su fuerza y las posibilidades de su
independencia para crear su reino.
El niño se convierte en una rueda que se impulsa a sí misma, tal como la vida,
el niño Se dispone a explorar el juego de crear, dispuesto y abierto. Para
Nietzsche, la creación pura emerge en este estado de juego. Cuando una
persona puede alcanzar un entendimiento infantil, una mente inmersa en el
momento y llena de maravilla y regocijo, esta persona podrá asirse a su propia
voluntad, crear su propia virtud y, así, inventar su propia realidad. En el proceso
de esta última metamorfosis el espíritu deviene en sí mismo, conquista su mundo
y alcanza el estado de superhombre. El espíritu alcanza su liberación. En esta
nueva transformación, él tiene que resurgir de una manera muy diferente. Se
presenta superar su autosuficiencia y el sistema de creencias adquirido. Esto
supone un reto a lo construido, ya que significa vivir libre de prejuicios,
aceptación y entendimiento.