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Uno de los terremotos mas recientes y más catastrófico fue el conocido “27F”, ocurrido el sábado

27 de febrero de 2010, que alcanzó una magnitud de 8.8 Mw, ocurrido frente a la costa de Región
de Ñuble (actualmente). Movimiento telúrico producido por una falla inversa interplaca (placa de
Nazca y la Sudamericana), a una profundidad de 30,1 km con una duración entre 4 y 5 minutos.

El sismo produjo importantes daños en puentes, caminos, infraestructura pública y en las viviendas.
Según datos del MINVU, EL 70% de las viviendas destruidas eran de adobe, mientras que el 50% de
las viviendas con daño mayor eran de este material. De las viviendas destruidas o con daño mayor
que no estaban hechas de adobe, el 30%, correspondiente a 20.000 viviendas, fueron entregadas
por el SERVIU. De las casi 31.000 viviendas con daño mayor o destruidas clasificadas como privadas,
casi 23.000 sufrieron daño mayor y solo 8.000 fueron destruidas. En definitiva, la mayor cantidad
de viviendas afectadas o totalmente inhabitable corresponden a viviendas de adobe, material el
cual antes del terremoto no existía alguna norma que la regularice y, además, no es material
permitido por el MINVU para viviendas sociales.

En tanto en los edificios de hormigón armado, que corresponde a cualquier edificio que contenga
mas de cinco pisos está construido de este material. Cabe destacar que antes del terremoto de 2010,
el último gran terremoto en Chile ocurrió en la década de los 80, para lo cual en 1993 se realizó la
primera revisión de la norma de diseño sísmico de edificios. Para el año 2003 debutaron a operar
los registros de supervisores estructurales y la revisión de los proyectos de cálculo estructural.

El único edificio de hormigón armado que colapsó producto del terremoto fue el edificio Alto Río en
Concepción, el cual volcó sobre uno de sus lados, provocando la muerte de ocho personas que se
encontraban esa madrugada. Luego de una semana de ocurrido el evento, se dio la orden de
demolición de varios edificios en las principales zonas afectadas como Santiago, Viña del Mar,
Concepción debido a los severos daños que presentaban. De igual forma, algunos fueron reparados
de forma satisfactoria en un periodo de un año luego del suceso.

El daño observado en los edificios de hormigón armado causó pánico entre las personas,
produciendo presión en las autoridades para que tomen medidas de precaución respecto a la
construcción de los edificios. A pesar de que el uso de las normas técnicas de diseño y construcción
produjo un buen desempeño de las estructuras, pero debido al terremoto se dejó a la vista las malas
prácticas que producen daños estructurales en el caso de un gran sismo como el ocurrido, lo cual
fue atribuido a una mala inspección técnica en obra, dentro de las cuales se tienen las siguientes
prácticas, en la figura 1.
Figura 1. Alguna de las malas prácticas constructivas en zonas de fallas estructurales

 Una de las practicas que se observó con frecuencia fue que las barras de acero de refuerzo
de las vigas no siempre se instalan confinadas dentro del refuerzo de los muros, como se
ilustra en la figura 1.a, se observa que las barras no pueden desarrollar altas tensiones y la
resistencia efectiva de la viga resulte menor que la resistencia de diseño.
 La figura 1.b se observa que las barras de la viga estaban embebidas en el recubrimiento del
muro de hormigón y no confinadas por el refuerzo del muro.
 En la figura 1.c se observa que faltan estribos, al igual que la figura 1.d que las barras
longitudinales no posees estribos.
 Fura 1.e se usan longitudes de traslapo insuficientes para barras gruesas.
 Junta de hormigonado mal ejecutada, se observa que en la zona de compresión se puede
ver una franja de color café que corresponde a la zona de junta de construcción que no fue
realizado con las mejores prácticas recomendadas.

En resumidas cuentas, la principal falla en edificios de muros de hormigón armado fue la falla por
compresión del extremo del muro. En la figura 2, se observa la pérdida de hormigón en el muro
como también la falla por compresión de las barras verticales de refuerzo.

Figura 2. Falla frágil de muros.

Cabe destacar, luego de ver los grandes estragos producido por las malas prácticas constructivas,
que hubo elementos no estructurales que tuvieron un excelente desempeño, como es el caso de
muros cortina y otros elementos usados para el recubrimiento exterior de edificios. Ejemplo de
muros cortina se ilustran en las figuras 3.a y 3.b. las cuales corresponden a edificios ubicados en
Santiago luego del terremoto. Este buen desempeño se atribuye a que grandes empresas
dedicadas al rubro hacia algunos años dedicaron recursos para poder contratar a ingenieros
estructurales para poder asegurar una buena fijación de los recubrimientos, y para que tengan un
buen comportamiento frente a los distintos fenómenos naturales que se pueden enfrentar dichas
instalaciones. En la figura 3.c y 3.d se observa pruebas realizadas en laboratorios para asegurar un
buen desempeño.

Figura 3. Muros cortina.

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