Introducción
La potencia de una fuente de poder pareciera ser un dato puramente referencial,
pues los watts de una fuente de marca parecen medirse en una escala distinta que
los watts de una fuente genérica. Por otro lado, para ambas castas de fuentes
resulta que la suma del amperaje de cada línea multiplicado por el voltaje de la red
domiciliaria da un valor muy distinto que la potencia nominal. Para rematar, no hay
acuerdo sobre la influencia del PFC en el consumo medible.
La incertidumbre respecto de la fuente de poder es sólo la punta del iceberg, pues
nadie sabe cómo cuantificar la diferencia de consumo en un mismo CPU con o sin
overclock, ni hay una noción aterrizada de lo que influye cambiar parámetros como
el vcore a la hora de ajustar la sintonía fina de nuestra bios. Si a lo anterior
sumamos la enorme diversidad de VGA existentes en el mercado, la conclusión es
que definitivamente no sabemos cuánta energía se está tragando nuestro PC.
Hace poco tiempo tuvimos la oportunidad de leer un artículo en donde, entre otras
cosas, se ponía en evidencia que el consumo hogareño de electricidad ha
aumentado tanto por que cada familia cuenta con más artefactos eléctricos como
porque esos artefactos son más potentes y hambrientos de energía que antaño.
Así pues, ¿Qué monto de este fenómeno es atribuíble a tu PC? Se puede teorizar
hasta el cansancio pero… para qué elucubrar cuando podemos medir?