3. Momentos de la Sucesión.
a) La apertura: es el momento en que ocurre el deceso del causante, quedando el
conjunto de relaciones jurídicas que conforma su patrimonio sin titular. La apertura
se produce en el instante mismo del deceso, y el último domicilio del causante.
b) La delación: es el llamado que hace la ley o el testamento del de cujus para que
determinadas personas se conviertan en sucesores a título universal, es decir,
herederos. Igualmente el llamado para que uno, o varios individuos, en virtud de
una disposición testamentaria, a título particular, se conviertan en legatarios.
c) La adquisición: ocurre cuando el llamado a suceder se transforma en titular a título
universal del patrimonio del de cujus; o a título particular del bien legado.
La ley establece y regula la sucesión por causa de muerte (arts. 822-832 CC) y da
lugar a la sucesión intestada (ab instestato) o sucesión legal o sucesión legítima. En
principio la sucesión legal es de carácter supletorio, es decir, solo tiene lugar a falta total o
parcial de testamento, o sea, que el testamento como título de sucesión por causa de muerte,
en principio priva o tiene prelación sobre la ley.
a) Categorías de personas llamadas a la sucesión legítima.
Nuestro Código Civil vigente llama a la sucesión a cuatro categorías de personas a saber:
En efecto, por una parte, a los tres tipos de líneas de parentesco consanguíneo,
corresponden distintas categorías en cuanto a la vocación ab intestato: en primer lugar está
la línea recta descendente; en segundo, la línea recta ascendente; y por último la línea
colateral. Ello a su vez, significa que la ley llama a suceder primeramente, a los parientes
consanguíneos del causante en línea recta descendente; solo cuando no hay pariente alguno
en esa clase o cuando todos los pertenecientes a ella rechazan o repudian la herencia, la ley
llama a los parientes consanguíneos del causante en línea recta ascendente; y únicamente si
tampoco existe pariente alguno de dicha segunda clase o si todos los pertenecientes a ella
rechazan o repudian la herencia, la ley llama a los parientes consanguíneos en línea
colateral.
La indignidad para ser invocada debe haber sido declarada y debe existir por tanto
sentencia firme que así lo sostenga.
Existen dos formas de suceder ab intestato: por derecho propio y por derecho de
representación. Sucede por derecho propio la persona que es llamada directa e
inmediatamente por la ley, a heredar al causante, así por ejemplo, el hijo que sucede a su
padre o madre. Por el contrario, el heredero por derecho de representación, sólo recibe al
respecto un llamado mediato, pues se trata de que ocupe en la sucesión el sitio que
correspondía a un antecesor suyo; por ejemplo: el nieto que sucede al abuelo, tomando el
lugar que correspondía al padre o a la madre de aquél.
Las categorías de familiares del de cujus antes mencionadas, no son llamadas todas
simultáneamente a la herencia ab intestato de éste, sino que al efecto la ley consagra un
sistema bastante complejo de exclusiones y de concurrencias. Cuando la ley llama a la
parentela consanguínea del causante, sigue dos principios básicos y fundamentales que son
el de la calidad de la línea (prevalece la línea recta descendente sobre la ascendente y ésta
sobre la línea colateral) y el de la proximidad del grado (dentro de cada línea, el pariente de
grado más próximo al de cujus excluye al del grado más remoto, salvo que deba funcionar
la sucesión por derecho de representación. De esta manera podemos decir que se denomina
orden de suceder al sistema de concurrencias y de exclusiones consagrado por la ley, para
el funcionamiento del jus delationis en cada sucesión ab intestato específica.
De esta manera se establece el orden en primer lugar con la clase de los hijos y demás
descendientes, estos además excluyen a las demás categorías exceptuando al cónyuge de
esté. Si el causante fallece sin dejar hijos o descendientes, se defiere así: habiendo
ascendientes y cónyuge, corresponde la mitad de la herencia a aquellos y a éste la otra
mitad; no habiendo cónyuge la herencia corresponde íntegramente a los ascendientes.
Dispone la norma que en defecto de las anteriores categorías mencionadas corresponderá la
mitad de la herencia al cónyuge y la otra mitad a los hermanos y a los hijos de estos que
sucedan por derecho de representación y que si también falta el cónyuge, la herencia se
defiere íntegramente a dichos hermanos y sobrinos. Asimismo a falta de todos los
anteriores la ley defiere la herencia a los otros colaterales sanguíneos del causante, esta
clase de parientes colaterales la comprenden los sobrinos del de cujus cuando concurren por
derecho propio y los descendientes de los mismos, sus tíos y sus primos.
Sucesión Testamentaria.
Si bien la ley establece el derecho a testar y reconoce que al efecto priva la autonomía
de la voluntad de la persona, tal facultad tiene sus limitaciones consagradas por el
legislador. Estos límites pueden ser tanto de forma como de fondo. Las de forma vienen a
ser las solemnidades previstas en la ley para el otorgamiento de testamentos validos y las
de fondo son: las prohibiciones legales de hacer testamentos conjuntos o mancomunados, la
institución de la legítima y finalmente la capacidad tanto para disponer como para recibir
por testamento.
b) La voluntad testamentaria.
Para tener eficacia jurídica, la voluntad testamentaria debe ser espontánea, libre y clara.
No es clara cuando resulta imposible determinar el sentido y alcance de la institución, ya
sea en lo relativo al sujeto de la misma o a su contenido objetivo; por otro lado no es libre o
espontánea cuando está afectada por algún vicio, estos vicios son: el error, el dolo y la
violencia.
A su vez los testamentos ordinarios pueden ser abiertos o cerrados. Hay testamento
abierto, público o nuncupativo, cuando su autor lo otorga en forma tal que todo el mundo
puede enterarse de su contenido, aun antes de la apertura de la sucesión. Hay testamento
cerrado, privado o secreto, cuando se otorga de manera tal que solo el testador y la persona
a quien se ha encargado la redacción del mismo, si fuere el caso, conocen su contenido, ya
que sólo se hace público después de la apertura de la correspondiente sucesión.
La partición. Opcional.
Únicamente puede ser a título universal. Puede dar lugar tanto a instituciones de
herederos (título universal) como también
a instituciones de legatario (título
particular).
La sucesión es pura y simple. Puede ser pura y simple pero también
puede ser modalizada por voluntad del
testador.
Solo suceden las personas físicas con Puede suceder cualquier persona física o
excepción del Estado. jurídica, en calidad de heredero y de
legatario.
La causa del derecho a suceder queda La causa del derecho a suceder es
fijada por la ley por criterios tales como exclusivamente la voluntad del testador
el parentesco, matrimonio, etc. expresada en el testamento.
La sucesión tiene carácter único para Aunque la sucesión es única en cuanto al
cada causante. Solo hay una apertura de causante se puede ir reiterando en el
la sucesión. tiempo para una pluralidad de sucesores
que le suceden uno tras otro.
Es de carácter supletorio. Se funda en el principio de autonomía de
la voluntad para la transmisión del
patrimonio por causa de muerte, de
manera tal que incluso priva sobre la
correspondiente normativa legal.
Encontramos categorías de personas que El de cujus puede hacer estipulaciones
vendrán a suceder. conforme a su voluntad de las personas
que sucederán.