“Modelo de Competencias”
Desde los orígenes de la psicología ha existido el interés por el cambio, el cual nace de la
idea de querer mejorar las cosas. Así con los años hemos podido apreciar la participación
de diferentes autores que se destacan por su gran inclinación hacia el área social y
psicosocial, motivados cada uno de ellos por poder desarrollar una forma de entender y
del mismo modo solucionar las diferentes problemáticas singulares de los individuos, que
como hemos podido constatar cada día van en constante crecimiento, puesto que, las
personas están enfrentándose continuamente a diversos sucesos del diario vivir. Muchas
veces los cambios que surgen en los sujetos crean cierta desadaptación, afectándoles de
tal forma que provoca una gran desorganización a nivel cognitivo, conductual, emocional
y psicosocial. Es aquí donde toma un rol fundamental el modelo de competencias, el que
surge dentro de la psicología comunitaria aludiendo a las capacidades y/o habilidades
con que cuentan las personas para enfrentarse o dar solución a los eventos estresantes y
problemáticos que se enfrentan. Se debe tener presente que todas las personas
reaccionen de manera diferente ante estos sucesos, debido a que cuentan con recursos
tanto materiales, afectivos y subjetivos que difieren entre un individuo y otro, serán estos
recursos lo que le permitirán al individuo dar respuesta a los eventos estresantes que se
enfrenta, en caso que el sujeto no de respuesta a dichos sucesos, es porque no cuenta
con los recursos necesarios para responder a estas problemáticas, lo que conduce a
generar desadaptación en el ciudadano. Este modelo de competencias no solo optimiza el
desarrollo de la persona, sino que también se preocupa e instruye a quienes rodean al
sujeto, con el fin de generar un proceso de interacción que sea capaz de integrar y
satisfacer las demandas del sujeto tanto social como individualmente .
Hoy en día, el modelo de competencia es un tema que está muy en la palestra, puesto
que ha tomado gran importancia en la sociedad, de tal manera que ha penetrado en esta
con mucha fuerza, tornándose básica para la formación a lo largo de toda la vida y en los
diferentes ámbitos que compromete esta, aunque sin dejar de lado que existen algunas
competencias que serán útiles en la vida del sujeto acompañándolo en todo ámbito, y
otras que simplemente cumplirán un curso más esporádico, lo que le permitirá integrarse
de una mejor manera al entorno social que cada vez está más dinámico y cambiante.
El significado de la palabra competencia viene del latín competentia, el término está
relacionado con las capacidades, habilidades, destrezas o las pericias que se tienen para
realizar algo en específico o relacionarse con un tema determinado.
Costa y López (1982) plantean una revisión histórica del movimiento comunitario, en la
cual se refieren a los humanitarios del siglo XIX – Pinel, Tuke, Chiarugi y Psiani –, en un
intento de destacar sus esfuerzos de concientizar y humanizar a la sociedad de la época,
acerca del etiquetaje o diagnóstico clínico de quienes residían en los hospitales mentales.
Otro referente de mención, pero esta vez en un contexto moderno, se encuentra Adolph
Meyer (1948, en Costa y López, 1982) y su trabajo acerca de la población y el efecto que
produce la calidad de vida en su funcionamiento mental. En Meyer estaba la convicción,
de que la educación de la comunidad acerca de las patologías mentales, reduciría la
segregación sufrida de quienes se encontraban en la condición de “enfermo mental”, la
cual resulta una espantosa categorización.
Competencias centrales o básicas: estas competencias son las que se refieren a las
que se adquieren en la escuela para poder enfrentarse en la vida de una manera
funcional, donde encontramos las competencias en matemáticas, comprensión lectora,
capacidad para planear, entre otras.
En sí, el modelo anterior solo se encargaba de ver a la salud mental por cual fueron
saliendo a la luz varias razones por la cual este modelo no fue sustentable para seguir
vigente, creándose este nuevo modelo que se preocupaba más de la persona, entre las
razones encontramos, que nuevo modelo de competencia permitía una constante
flexibilidad y una validez de los procedimientos de intervención, mientras que el antiguo
modelo residía precisamente en su debilidad mitológica.
Por otro lado las personas que evaluaban estaban muy centradas en la teoría más que en
las personas, lo que no era muy bueno ya que minimizaban lo que las personas sentían o
pensaban, estos profesionales eran los psiquiatras, donde se centraban netamente en la
enfermedad mental.
Por lo tanto asume plenamente el derecho que todo ciudadano tiene el poder de
desarrollar competencias o habilidades que lo capaciten para prevenir y resolver
problemas, además de manejar el stress de una manera adecuada.
Olvida los planteamientos mágicos conocidos como “fuerza de voluntad” la cual solo unas
pocas personas tendrían, mientras que otros no tan favorecidos carecerían de las mismas
sin saber por qué, este modelo entonces habla de la “fuerza de la habilidad” o también
conocida como la competencia y por lo mismo apuesta en todas las estrategias de
intervención que se ponen a disposición de los ciudadanos dándoles la oportunidad de
aprender nuevas competencias.
En este sentido de acuerdo con el modelo, el técnico no trata de resolver los problemas
del cuidado, más bien como profesional trata de facilitarle los recursos teóricos a las
personas para que desarrollen el equipamiento de competencia, para que se sienta como
agente activo de su propia salud, además de que contribuyan de manera cooperativa a
promocionar la salud en el sector de su comunidad en que viven y a la vez sean capaces
de resolver los problemas.
Es por eso que creemos que el modelo de competencias ha permitido sacar las virtudes
del sujeto, posibilitando que éste pueda conocer las capacidades, habilidades y
competencias que se poseen de manera individual, esto permitirá la diferenciación entre
un sujeto y otro dentro de la sociedad, así como también dará paso a la conformación de
personas íntegras y capaces de enfrentar y canalizar de la manera más apropiada las
situaciones que le generen desadaptación.
Finalmente creemos que este modelo de competencias tiene muy poca incidencia
dentro de la psicología comunitaria, puesto que, tiene su principal aportación dentro del
área educacional y laboral, siendo un factor de suma influencia o importancia en los
procesos tanto educativos como estratégicos dentro de la organización, con el fin de
lograr un desempeño óptimo de los funcionarios que participan dentro de estas. Hoy en
día este modelo, ha tenido un fuerte impacto dentro de la sociedad, ganando cada vez
más terreno y abarcando diversas áreas que son fundamentales en la formación del
sujeto.
Referencias
Costa, M., López, E. (1982). La psicología comunitaria: un nuevo paradigma. Papeles del
Psicólogo. ISSN 0214 – 7823. Disponible en
<http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=29> [Consultado junio 2014]
Pérez, D., Peralta, E. & Fontanilla, J. (2011). Modelos Teóricos Psicología Comunitaria.
Disponible en <http://clubensayos.com/imprimir/Modelos-Teoricos-Psicologia-
Comunitaria/6208.html> [Consultado junio 2014]
Zax, M. (1980). History and Background of the Community Mental Helath Movement.
Community Pychology, Gardner Press. En: Costa, M., López, E. (1982). La psicología
comunitaria: un nuevo paradigma. Papeles del Psicólogo. ISSN 0214 – 7823.