Los rusos, cuyas fábricas comenzaban a producir más y mejores tanques y

aviones que los alemanes, contraatacaron en Stalingrado en noviembre de 1942 y

cercaron a los 275.000 combatientes (alemanes, rumanos, algunos italianos,
«hiwis», o sea rusos al servicio de los nazis) al mando del general Von Paulus.
Fontana, L (2017). El siglo de la revolución (pag 150). Barcelona, Crítica.

Nos relata, los problemas que empezaron a tener los alemanes frente al ejército
soviético, las duras condiciones que tuvieron que atravesar, debido a que morían
de hambre y de frío, y eran incapaces de soportar el ataque del enemigo debido a
que los rusos tenían mejor equipamiento y alimentación. Gracias a todas estas
circunstancias, en enero de 1493 los alemanes se rindieron, dando como
resultado la primera gran derrota de estos y también significó un cambio de
dirección para la guerra que se venía dando en ese entonces.
Este cambio se hizo realidad cuando el ataque de las tropas alemanas por
contraatacar el territorio ruso no hizo efecto alguno, debido a que los rusos
tuvieron una superioridad tanto en hombres, como en armamento. En 1941, los
alemanes, brindando un apoyo al ejército italiano, lograron expandirse hasta
áfrica, todo parecía bien en la conquista de Egipto, hasta que llegaron a Alejandría
y entraron en guerra con los británicos en la llamada “primera batalla de El
Alamein”, misma que los alemanes perdieron porque el poder marítimo de los
británicos era mayor, con la eficacia de sus submarinos, impidieron el
aprovisionamiento de las tropas alemanas. En la “segunda batalla de El Alamein”,
los británicos, con apoyo de los australianos y de los neozelandeses, aseguraron
el triunfo de Gran Bretaña.
En esos mismos días, británicos y estadounidenses arribaron a las costas de
Argelia y Marruecos. Los alemanes, al darse cuenta de que la guerra con Rusia
estaba exigiendo más apoyo de sus tropas decidieron retirarse de áfrica del norte.
El 10 de julio, los aliados desembarcaron en Sicilia, dándose en Italia debido a él
Gran Consejo Fascista pidió la destitución de Mussolini, reemplazándolo con el
general Badaloglio, mismo que firmó el armisticio con los aliados el 8 septiembre
de ese mismo año.
Hitler al enterarse de lo ocurrido con los italianos, sin miedo a castigar, decidió
tomar represalias contra el ejercito italiano, iniciando así una regla que se regía de
la siguiente manera: “Por cada alemán muerto, tenía que haber 50 italianos
muertos”, misma regla que rebajó a diez italianos muertos.
La ocupación de Italia por parte de las tropas aliadas resultó difícil, existieron
cerca de cincuenta y cinco mil bajas de los ejércitos aliados. La invasión a Italia
resultó algo confusa, el ejército italiano luchaba en los dos bandos.
La ofensiva de los aliados frente a Alemania, inició el 5 de junio de 1944 en Italia.
Los aliados, empezaron su ofensiva hacia el norte, donde se consiguió la captura
de capturar un buen número de tropas de los alemanes. El seis de junio de 1944,
el desembarco aliado en Normandía permitió apoderase de Toulon y Marsella. La
resistencia alemana en Francia fue considerable pero no logró impedir el
allanamiento de Francia, dejando como resultado la mayor derrota de Alemania en
la segunda guerra mundial.
Entre junio y octubre de 1944, los norteamericanos y británicos lanzaron más de
medio millón de bombas sobre Berlín, dejando un saldo de 135.000 muertos en
una ciudad que no tenía importancia militar ni industrial.
https://drive.google.com/file/d/1uy_P_oB9M5F9UsNPZo5WynTkX9CCtSUS/view