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EL NIÑO MIMADO
Los mimos hacen referencia al efecto negativo que producen la indulgencia y unos
cuidados exagerados en los niños. Tales mimos no preparan al niño para las exigencias
de la vida futura.
El niño necesita la ayuda y la protección de padres, pero de una manera dosificada para
no afectar su desarrollo normal. Un niño sano y normalmente constituido no acepta y se
rebela contra la sobreprotección y busca su propia independencia, reaccionando
obstinado antes las manifestaciones de protección y cuidado. El comportamiento de los
padres solo debe de ser para satisfacer las necesidades emocionales básicas del niño sin
exageraciones.
Causas de la sobreprotección
El niño aprende que la realidad es muy diferente de cómo fue interiorizada por él, el
niño mimado no soporta la realidad y adopta conductas anormales. Cuando llega a ser
adulto, tienden a comportarse con reacciones infantiles y puede llegar a tener una
regresión. No soporta las frustraciones.
Otros niegan la realidad que viven e ignoran todo lo no les agrada y tienen a huir de
ello. Muchas veces el resultado es que el niño padece un retardo afectivo.
Por otro parte, el niño se vuelve sensible y vulnerable en las situaciones escolares, se
ofende por cosas simples y suele ser torturado por los celos. En tanto, cualquier
desconsideración, fracaso puede dejar a esa persona desmoralizada y deprimida por un
largo tiempo. El niño mimado adopta un estilo de vida que lo caracteriza, generalmente
padece muchos celos, son egoístas, susceptibles, impacientes y desconfiados, tratan de
explotar a los demás de una manera parasitaria y tiene relaciones sociales inadecuadas.