El mecanismo del mercado utiliza los precios de los bienes como señales para la toma de
decisiones de compra por los consumidores. El precio, por tanto, es una variable
fundamental para el estudio de la demanda, y conviene "aislarla" del resto de variables de la
función de demanda.
De la ley se deduce que el precio que está dispuesto a pagar el consumidor por
unidades adicionales del bien, es también decreciente. Por las primeras unidades del bien
está dispuesto a pagar precios altos, correspondientes a un grado de satisfacción alto; pero
cuanta más cantidad tiene del bien, menor es el grado de utilidad que le aporta, por lo que el
precio que está dispuesto a pagar es menor cada vez.
Se obtiene de esta forma la Ley de la Demanda Decreciente, que asegura una relación
inversa entre la cantidad demandada de un bien y su precio:
Observa que cuando cambia el precio también lo hace la cantidad demandada, y nos deslizamos a
lo largo de la curva para alcanzar la nueva combinación precio-cantidad.
En los ejemplos anteriores se han utilizado curvas convexas para representar la demanda, pero para
facilitar su estudio y simplificar la realidad, se pueden usar funciones lineales y representar la
demanda como una recta decreciente en relación al precio:
La expresión matemática de la función de demanda respecto al precio viene dada por la ecuación de
la recta:
La lectura de esta ecuación nos informa de los valores extremos de la recta que representa la demanda.
Si el precio fuera cero (P=0) la cantidad demandada por el mercado sería de 850 entradas de cine al
mes. Por otra parte, a un precio de 11,33 € nadie iría al cine (QD=0).
En los últimos años el gobierno de España ha aplicado medidas "antitabaco" para reducir el
consumo de este "bien". En 2010 hubo tres subidas en el precio de los cigarrillos: en enero, como es
costumbre cada año, en julio para reflejar la subida del IVA en dos puntos porcentuales, y en diciembre
por el aumento de los impuestos sobre las labores del tabaco. El incremento total en el precio fue de
algo más del 20 por ciento, según el Banco de España (Boletín Económico, Enero 2011). Y la
consecuencia fue la caída en el consumo, como recoge esta noticia.