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​ ​Fibra Dietética y Microbiota Intestinal

Sebastian Romero Zapata


Laura Victoria Toledo
Natalia Velasquez
Isabela Henao
Liliana Gallego

UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL PEREIRA

MICROBIOLOGÍA

23-05-2019
INTRODUCCIÓN

Se ha demostrado que el consumo de fibra dietética influye en la microbiota


intestinal al alterar la fermentación bacteriana, el tamaño de la colonia y la
composición de las especies. Los carbohidratos no digeribles son la fuente de
energía primaria para la mayoría de los microbios intestinales y, por lo tanto, pueden
afectar directamente a aquellas especies que dependen en gran medida de ese
sustrato

La fibra dietética es un carbohidrato no digerible que se reconoce hoy como un


elemento importante para la nutrición, ​el  cuerpo  de  cada  ser  humano  alberga  una 
comunidad  bacteriana  grande  y  diversa  que  tiene  un  impacto  importante  en  su 
salud,  hay  diez  veces  más  células  bacterianas  que  células  humanas  asociadas  con 
el  cuerpo  humano.  El  tracto  gastrointestinal  en  sí  contiene  aproximadamente  1.014 
células  bacterianas,  con  la  comunidad  más  numerosa  y  diversa  ubicada  en  el 
intestino  grueso.  ​La  dieta  desempeña  un  papel fundamental en el mantenimiento de 
la  diversidad  y  el  correcto  funcionamiento de nuestra microbiota intestinal. Al hablar 
de  microbiota  intestinal  se  puede  afirmar  que  “somos  lo  que  comemos"  ya  que 
cuando  nos  alimentamos  se  alimentan  también  los  cientos  de  billones  de  bacterias 
que  habitan  nuestro  sistema  digestivo  ,  por  esta  razón,  es  fundamental  llevar  una 
dieta variada y equilibrada evitando una dieta poco saludable ya que puede causar
desequilibrios en la composición a favor de especies menos beneficiosas, que
resultan en inflamación y mala absorción de nutrientes esenciales.
Fibra Dietética

La fibra dietética se reconoce hoy, como un elemento importante para la nutrición


sana. No es una entidad homogénea y probablemente con los conocimientos
actuales tal vez sería más adecuado hablar de fibras en plural. No existe una
definición universal ni tampoco un método analítico que mida todos los
componentes alimentarios que ejercen los efectos fisiológicos de la fibra. Según
Rojas Hidalgo, “la fibra no es una sustancia, sino un concepto, más aún, una serie
de conceptos diferentes. Tras la definición de Trowel se han considerado fibras
dietéticas a los polisacáridos vegetales y la lignina, que son resistentes a la hidrólisis
por los enzimas digestivos del ser humano. A medida que han ido aumentando los
conocimientos sobre la fibra tanto a nivel estructural como en sus efectos
fisiológicos, se han dado otras definiciones que amplían el concepto de fibra. La
American Association of Cereal Chemist (2001) define: “la fibra dietética es la parte
comestible de las plantas o hidratos de carbono análogos que son resistentes a la
digestión y absorción en el intestino delgado, con fermentación completa o parcial
en el intestino grueso. La fibra dietética incluye polisacáridos, oligosacáridos, lignina
y sustancias asociadas de la planta. Las fibras dietéticas promueven efectos
beneficiosos fisiológicos como el laxante, y/o atenúa los niveles de colesterol en
sangre y/o atenúa la glucosa en sangre”. Una definición más reciente , añade a la
definición previa de fibra dietética el concepto nuevo de fibra funcional o añadida
que incluye otros hidratos de carbono absorbibles como el almidón resistente, la
inulina, diversos oligosacáridos y disacáridos como la lactulosa. Hablamos entonces
de fibra total como la suma de fibra dietética más fibra funcional. Desde un punto de
vista clínico, probablemente son los efectos fisiológicos o biológicos de la fibra y por
tanto su aplicación preventiva o terapéutica los que van a tener mayor importancia.
Resumimos diciendo que son sustancias de origen vegetal, hidratos de carbono o
derivados de los mismos excepto la lignina que resisten la hidrólisis por los enzimas
digestivos humanos y llegan intactos al colon donde algunos pueden ser
hidrolizados y fermentados por la flora colónica.

Los Componentes de la fibra ​principalmente son los ​polisacáridos no almidón


,Oligosacáridos resistentes,Ligninas,y Sustancias asociadas a polisacáridos no
almidón, a continuación se describe cada uno de ellos,los polisacáridos son todos
los polímeros de carbohidratos que contienen al menos veinte residuos de
monosacáridos. El almidón digerido y absorbido en el intestino delgado es un
polisacárido, por ello se utiliza el término polisacáridos no almidón para aquellos que
llegan al colon y poseen los efectos fisiológicos de la fibra. Podríamos clasificarlos
en celulosa, β-glucanos, hemicelulosas, pectinas y análogos, gomas y mucílagos.
Los Oligosacáridos resistentes ​son Hidratos de carbono con un nivel de
polimerización menor, tienen de tres a diez moléculas de monosacáridos. Se dividen
en fructooligosacáridos (FOS) e inulina, galactooligosacáridos (GOS),
xilooligosacáridos (XOS), isomalto oligosacáridos (IMOS). Las ligninas ​no son un
polisacárido si no polímeros que resultan de la unión de varios alcoholes
fenilpropílicos; contribuyen a dar rigidez a la pared celular haciéndola resistente a
impactos y flexiones. La lignificación de los tejidos también permite mayor
resistencia al ataque de los microorganismos. La lignina no se digiere ni se absorbe
ni tampoco es atacada por la microflora bacteriana del colon. Una de sus
propiedades más interesantes es su capacidad de unirse a los ácidos biliares y al
colesterol retrasando o disminuyendo su absorción en el intestino delgado. Los
oligosacáridos resistentes son los siguientes:
● Fructoologosacaridos (FOS),la fuente son el ajo,cebolla, y las alcachofas.
● Galactooligosacáridos (GOS),la fuente principal es la leche de vaca y las
legumbres
● Xigooligosacaridos (XOS),la fuente son las frutas,verduras,miel y leche
● Isomaltosoligosacaridos (IMOS) la fuente son la salsa de soja,y la miel

La lignina es un componente alimentario menor. Muchas verduras, hortalizas y


frutas contienen un 0,3% de lignina, en especial en estado de maduración. El
salvado de cereales puede llegar a un 3% de contenido en lignina. Y por último las
Sustancias asociadas a polisacáridos no almidón estas son poliésteres de ácidos
grasos e hidroxiácidos de cadena larga y fenoles. Los más importantes son la
suberina y la cutina. Se encuentran en la parte externa de los vegetales, junto con
las ceras, como cubierta hidrófoba 6 . Almidones resistentes Son la suma del
almidón y de sus productos de degradación que no son absorbidos en el intestino
delgado de los individuos sanos. Se dividen en cuatro tipos:
● Tipo 1 o AR1 (atrapado): se encuentran en los granos de cereales y en las
legumbres.
● Tipo 2 o AR2 (cristalizado): no puede ser atacado enzimáticamente si antes
no se gelatiniza. Sus fuentes son las patatas crudas, plátano verde y la harina
de maíz.
● Tipo 3 o AR3 (retrogradado): almidón que cambia su conformación ante
fenómenos como el calor o el frío. Al calentar el almidón en presencia de
agua se produce una distorsión de las cadenas polisacáridos adquiriendo una
conformación al azar, este proceso se denomina gelatinización. Al enfriarse
comienza un proceso de recristalización, llamado retrogradación. Este
fenómeno es responsable por ejemplo del endurecimiento del pan. Sus
fuentes son pan, copos de cereales, patatas cocidas y enfriadas y alimentos
precocinados.
● Tipo 4 o AR4 (modificado): almidón modificado químicamente de forma
industrial. Se encuentra en los alimentos procesados como pasteles, aliños
industriales y alimentos infantiles. Estudios recientes señalan que la cantidad
de almidón que alcanza el intestino grueso puede ser de 4 a 5 g/día, aunque
en países donde la ingesta de hidratos de carbono es mayor, esta cantidad
puede ser más elevada. Este almidón se comporta en el colon como un
sustrato importante para la fermentación bacteriana colónica.

MICROBIOTA INTESTINAL

La microbiota intestinal es la comunidad de microorganismos vivos residentes en el


tubo digestivo. Muchos grupos de investigadores a nivel mundial trabajan
descifrando el genoma de la microbiota. Las técnicas modernas de estudio de la
microbiota nos han acercado al conocimiento de un número importante de bacterias
que no son cultivables, y de la relación entre los microorganismos que nos habitan y
nuestra homeostasis.La microbiota es indispensable para el correcto crecimiento
corporal, el desarrollo de la inmunidad y la nutrición. Las alteraciones en la
microbiota podrían explicar, por lo menos en parte, algunas epidemias de la
humanidad como el asma y la obesidad.
Una de las enfermedades por la alteración del microbioma es la disbiosis , es decir,
un desequilibrio de la flora normal. En ella intervienen los distintos géneros
bacterianos, así como otras situaciones relacionadas, como el estilo de vida como lo
es la dieta y estrés, colonización temprana (nacimiento en hospital), prácticas
médicas como lo son los antibióticos, vacunación, higiene, y mutaciones de genes
(en NOD2, IL23R, ATGI6L, IGMR), la disbiosis se ha asociado a una serie de
trastornos gastrointestinales que incluyen el hígado graso no alcohólico, la
enfermedad celíaca y el síndrome de intestino irritable.
La microbiota intestinal ha pasado de considerarse un comensal acompañante, a
considerarse un «órgano metabólico», con funciones en la nutrición, la regulación de
la inmunidad y la inflamación sistémica. Los mamíferos que crecen libres de
gérmenes (LG) tienen un desarrollo corporal anormal, con pared intestinal atrófica,
corazón, pulmones e hígado de bajo peso y sistema inmune inmaduro con niveles
bajos de inmunoglobulinas. Backhed et al. demostraron que un grupo de ratones
tenía un 40% más de grasa corporal que sus contrapartes LG sometidos a la misma
dieta, y que los ratones LG están protegidos de la obesidad ocasionada por dietas
altas en grasa y azúcar . Cuando a los ratones LG se les trasplanta microbiota
obtenida del ciego de ratones normales («convencionalizar») ocurre un incremento
significativo de su contenido de grasa corporal. La microbiota intestinal tiene
enzimas que transforman a los polisacáridos complejos de la dieta, que el intestino
humano no puede digerir ni absorber, en monosacáridos y ácidos grasos de cadena
corta (AGCC), principalmente acético, propiónico y butírico. Los 2 primeros se
absorben a la circulación portal y el tercero es empleado por los colonocitos como
fuente de energía. Los AGCC pueden ser transportados al hígado para ser usados
en la síntesis lipídica; de hecho, se estima que las calorías derivadas de esta
digestión bacteriana constituyen alrededor del 10% de toda la energía que
absorbemos. La cantidad de AGCC en el colon y en la sangre son importantes para
la inmunorregulación del hospedero. Algunos estudios reportan efectos positivos de
los AGCC en pacientes con alteraciones inflamatorias del intestino, de hecho,
dichos individuos tienen concentraciones mucho menores de AGCC. Además,
parece ser que la microbiota es capaz de modular los genes que afectan la
disposición de la energía en los adipocitos. Los microbios y los vertebrados
evolucionaron juntos a través de miles de años, y el funcionamiento normal del
sistema digestivo e inmunológico depende de la presencia de la microbiota
simbiótica.

La  dieta  y  la  ingesta  de  fibra  dietética  también  tienen  una  gran  influencia  en  la 
microbiota  intestinal  dentro  del  intestino  de  envejecimiento.  La  elección  dietética  y 
la  malnutrición,  la  mala  salud  y  la  inmovilidad  se  asociaron  con  la  pérdida  de  la 
diversidad  microbiana.  Vale  la  pena  mantener  una  dieta  equilibrada  ya  que fomenta 
la  formación  y  la  conservación  de  una  comunidad  microbiana  bien  estructurada  en 
la  que  las  distintas  especies  de  bacterias  vivan  en  un  sistema  de  «control  y 
equilibrio».  Una  forma  de  aproximarse  a este objetivo es la utilización de prebióticos 
y  probióticos,  dos  elementos  ampliamente  estudiados  en  el ámbito de la microbiota 
intestinal.  Dado  que  ambos  tienen  efectos  nutricionales  beneficiosos,  los  expertos 
subrayan  la  importancia  de  incorporarlos  a  nuestra  dieta.  Los  prebióticos  son 
elementos  no digeribles de la dieta que sirven como alimento para algunas bacterias 
beneficiosas,  por  lo  que  pueden  fomentar  su  proliferación. Un ejemplo de prebiótico 
es la inulina, que se encuentra en la endibia y en las alcachofas.  

Vale  la  pena  mantener  una  dieta  equilibrada  ya  que  fomenta  la  formación  y  la 
conservación de una comunidad microbiana bien estructurada en la que las distintas 
especies  de  bacterias  vivan  en  un  sistema  de  «control  y  equilibrio».  Una  forma  de 
aproximarse  a  este  objetivo  es  la  utilización  de  prebióticos  y  probióticos,  dos 
elementos  ampliamente  estudiados  en  el  ámbito  de  la  microbiota  intestinal.  Dado 
que  ambos  tienen  efectos  nutricionales  beneficiosos,  los  expertos  subrayan  la 
importancia  de  incorporarlos  a  nuestra  dieta.  Los  prebióticos  son  elementos  no 
digeribles  de  la  dieta  que sirven como alimento para algunas bacterias beneficiosas, 
por  lo  que  pueden  fomentar  su  proliferación.  Un  ejemplo  de  prebiótico  es  la  inulina, 
que  se  encuentra  en  la  endibia  y  en  las  alcachofas.  Las  fibras  insolubles,como  la 
celulosa,la  mayoría  de  las  hemicelulosas  y  la  lignina  ayudan  a  reducir  el  tiempo  de 
tránsito  intestinal  y  evitan  la  sobre  exposición  de  la  mucosa  a  compuestos 
tóxicos,limitand,de  esta  manera  la  aparición  de  algunos  transtornos  intestinales 
tales como estreñimiento,diverticulitis o cancer de colón 
BIBLIOGRAFÍA

https://www.ecured.cu/Lignina

http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v21s2/original6.pdf
http://www.revistagastroenterologiamexico.org/es-microbiota-intestinal-salud-enferm
edad-articulo-S0375090613001468

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