El ser humano nace con una serie de “herramientas sociales” que le permiten
comunicar y compartir emociones, sentimientos, deseos, intenciones…
Las personas con TEA presentan un déficit en esta habilidad, carecen de estas
herramientas sociales que la mayoría de las personas adquieren de forma
innata. Tienen dificultades para:
- Detectar engaños.
- Comprender las emociones propias y las de los demás.
- Inferir deseos, creencias e intenciones.
- Explicar su propio comportamiento y entender que éste tiene un efecto
sobre los demás.
- Anticipar consecuencias.
- Entender las reglas de interacción social (uso de la mirada, gestos,
distancia entre interlocutores, respetar turnos…)
Trabajar las fichas del libro “Soy especial” de Peter Vermeulen les
ayudará a desarrollar la identidad y mejorar la autoestima. Es
también otra forma de comunicar el diagnóstico, pero de una manera
más gradual.