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Los robots no te quitarán el trabajo: lo

harán contigo
TECNOLOGÍA

O EMILIA PÉREZ
 2 ABR. 2018 11:08

Cadena robotizada en una fábrica ICAPlants


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La robótica colaborativa pretende integrar a robots en el sistema de producción junto
con los trabajadores humanos

Frente a las visiones de una industria totalmente automatizada, donde la mano de obra
es desplazada por completo por las máquinas, empieza a imponerse una nueva
tendencia en la que los robots salen de las zonas de producción donde estaban recluidos
para trabajar en equipo con los humanos.
Es lo que se conoce como robótica colaborativa y pretende integrar a los robots en el
sistema de producción junto al trabajador, no para eliminar su empleo, sino para
facilitarlo.
"Hasta ahora los robots estaban en las zonas de producción en las fábricas separados
por celdas. Con la llegada de los robots colaborativos, como son complementos, no
sustitutos de las personas, deben compartir el espacio", explica Carmen Iglesias,
directora de Transferencia a Mercado de IKA4-Tekniker, un centro tecnológico que es
referente en robótica a nivel europeo ubicado en Eibar (Gipuzkoa).
Los nuevos robots, o "cobots", para ser más exactos, pueden usarse para tareas muy
repetitivas, sin margen para la creatividad ni para la improvisación, que requieran
mucha precisión o que sean más penosas físicamente, porque requieren mayor esfuerzo
o porque una persona podría lesionarse si las hace de continuo.
También para transportar productos semiacabados o materias primas por las plantas,
recoger objetos, en caso de estar dotados de brazos y garras versátiles, o, si llevan
cámaras, hacer inventarios.
Como tienen que compartir espacio con los humanos, es fundamental la seguridad, por
lo que integran sistemas de percepción 3D, navegación autónoma y detección de
personas, como uno desarrollado por IK4-Tekniker que puede trabajar con una persona
al lado preparando pedidos.
Otro desarrollado por el mismo centro y dotado con dos brazos de 2,5 metros cada uno
es capaz de reducir su velocidad paulatinamente hasta llegar a pararse si advierte un
peligro de colisión.
Pero también es importante que la interacción con las personas sea cada vez más
natural posible, de forma que el robot pueda entender mensajes que los humanos les
envían hasta con gestos.
El experto en transformación digital Marc Vidal cree que en la relación entre humanos y
robots hay aspectos culturales que, de momento, no se han podido salvar, como la
"sensación de rareza" que esta interacción produce en las personas o que "el
desconocimiento de la verdadera inteligencia de un 'cobot'" sea motivo de inseguridad.
"La empresa Rethink experimentó con bocas sonrientes en sus robots para hacerlos
más humanos pero el resultado fue un fracaso total. Las personas veían sonrisas falsas y
desconfiaban del bicho en cuestión", pone como ejemplo.
Para definir esta nueva tendencia, el director del Área de Fabricación Avanzada del
centro tecnológico Tecnalia, Rikardo Bueno, prefiere hablar de una robótica más
autónoma y flexible.
Autónoma en el sentido de que los robots son capaces de percibir el entorno, adaptarse
al mismo, tomar decisiones y ejecutar acciones en un entorno cambiante.
Y flexible, porque, frente a los que hay ahora en las fábricas, "enjaulados, haciendo
siempre lo mismo y que hay que reprogramar por completo para que hagan algo
diferente", los nuevos robots son más sencillos de programar cuando se les asigna una
nueva función.
Reconoce, no obstante, que esa nueva robótica aún está en sus inicios y que pueden
pasar entre 10 y 15 años hasta que se implante de forma generalizada.
En su implantación, añade Iglesias, influyen los cambios en los hábitos de los
consumidores, que reclaman productos cada vez más personalizados y plazos de
entrega más cortos, lo que obliga a series más cortas y flexibles de fabricación.
Por sectores, el aeronáutico, donde hay mucha operación manual que requiere de
mayor flexibilidad en las tareas productivas, es uno de los más adelantados en
incorporar este tipo de soluciones, campo donde Tecnalia ha trabajado, por ejemplo,
con Airbus.
Otro terreno pionero de aplicación es la intralogística, es decir, la circulación de
mercancías dentro de las propias fábricas, "donde al final vemos cada vez más vehículos
autónomos que son capaces de ir de punto a punto evitando obstáculos", señala Bueno.
"También los veremos en exteriores, en puertos. Podremos ver portacontenedores
robotizados o grúas robotizadas", añade Bueno.
Frente a ese número creciente de actividades que pueden ser asumidas por robots,
Vidal cree que "no peligra el empleo" en general, sino "el empleo actual", y "el desafío es
entender en qué consistirá el nuevo".
"Tu trabajo no te lo quitará un robot, en todo caso te lo quitará una persona que se lleve
mejor que tú con un robot", afirma el experto, para quien es "fundamental" aprender a
relacionarse con "automatismos colaborativos".
En ello coincide la analista de IDC Marta Muñoz, para quien "el robot no va a desplazar
al ser humano por completo", sino que, "durante muchos años" van a convivir robots y
humanos y unos y otros tendrán que aprender a trabajar juntos.
Para el director del Área de Fabricación Avanzada de Tecnalia, los humanos seguirán
siendo esenciales por "su mayor destreza", su intuición y su capacidad "para resolver
problemas, anticiparse e improvisar".
"Los humanos se tendrán que dedicar a actividades de mayor valor. De ahí la necesidad
de formarnos mejor", concluye.

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