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PROYECTO DIDÁCTICO QUIRÓN

Programa Filosofia para Niños


Coordinador: Félix Cardá Moriyán

Félix García Moriyán (Coord.)

MATTHEW LIPMAN:
FILOSOFÍA y EDUCACIÓN

Féliz GarCÍa Moriyón - Walter Kohan - Tomás Miranda Alonso -


Diego Antonio Pineda Ribera - Angélica Satiro - Irene de Puig -
Eugenio Echevarría - Teresa de la Garza - Juan Carlos Lago
Bornstein - Gonzalo Romero Izarra - Cherna Sánchez Acón -
Ángel Casado - Ana Gaudio - Ángel Salazar - Peter Büttner - Marta
Aja Cobo - Mabel Quintela - José Manuel Gómez Barrientos -
Miguel A. Cabrera - Esteban Cortijo Parralejo

"

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EDICIONES DE U TORRE
MADRID. 2002
LA EDUCACIÓN MORAL EN
«FILOSOFÍA PARA NIÑOS»
DIEGO ANTONIO PINEDA RIvERA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD jAVIERIANA. BOGOTÁ. COLOMBIA

EN EL presente escrito me propongo present~r el aporte que


creo se puede hacer desde una perspectiva como la del programa
Filosofía para Niñosl de Matthew Lipman a la problemática de la
educación moral. Para introducirnos en dicha perspectiva será
necesario dar algunos «rodeos». Debemos, en primer lugar, acer-
carnos a la noción fundamental de FpN en este ámbito: la de
investigación ética. Dicha noción, sin embargo, requerirá de algu-
nas precisiones, sobre todo en la medida en que queramos a la
vez diferenciarla y relacionada con la de educación moral.
Hechas tales precisiones podremos entonces mostrar los diversos
aspectos que incluye una educación moral desde una perspectiva
como la de Lipman, poniendo énfasis en tres aspectos: la forma-
'. ción de hábitos morales básicos, el «alfabetismo moral» y la edu-
cación en la virtud. Todo ello nos habrá de conducir a uno de los
últimos trabajos de Lipman: su novela Nous (con su manual
correspondiente: Decidiendo qué hacer), en el cual explora y
desarrolla los lineamientos básicos de un programa de educación

1 En adelante me referiré a "Filosofía para Niños» mediante sus iniciales: FpN.


118 Matthew Lipman: Filosofía y Educación 119
La educación moral en «Filosofía para Niños»

moral en consonancia con los supuestos generales y los materia- destrezas de razonamiento y una actitud madura y responsable
les más conocidos de FpN. ante la vida. La educación moral es, sin embargo, un proceso
mucho más básico que el anterior, pues implica una formación
de los hábitos que conforman nuestro carácter que debe empe-
PRECISIONES TERMINOLÓGICAS zar desde el momento mismo de nuestro nacimiento. Si nos ate-
nemos a la definición de Bennett según la cual <<laeducación
Antes de avanzar en nuestra reflexión requerimos de una moral es la formación de la mente y el corazón para inclinarlos
precisión de términos. Todos sabemos que uno de los objetivos hacia el bien»2, podríamos decir que éste es un proceso que
básicos de FpN es el del «desarrollo de la comprensión ética», es comienza con la manera como se forman, desde nuestra primera
decir, el de formar en los niños yjóvenes la capacidad para com- infancia, nuestras formas de reaccionar a estímulos y el tipo de
prender racionalmente los interrogantes éticos que a diario se hábitos de todo tipo (de orden, de aseo, de respeto hacia los
plantean. El término «comprensión ética» se refiere, pues, a un otros, etc.) que conforman nuestra educación más temprana,
ideal a largo plazo que se espera ver realizado en futuras genera- que se continúa a través de todas las enseñanzas morales explíci-
ciones y para cuyo desarrollo FpN cree poder aportar una serie tas que recibimos a través de sanciones, reglas, exhortaciones o
de instrumentos y herramientas generales a través de todo su consejos y que implica, además, la introyección de una serie de
programa. pautas de comportamiento y de exigencias morales que se suce-
El «desarrollo de la comprensión ética» es, sin embargo, algo den a lo largo de toda nuestra vida.
que no puede alcanzarse sin una propuesta claramente elabora- La educación moral que se propone ofrecer FpN se hace
da de formación ética. Ypor «formación ética» entendemos todo desde una perspectiva en la cual se invita a los niños y jóvenes a
aquel conjunto de tareas ordenadas a desarrollar en los niños y que se eduquen moralmente indagando sobre sus propios hábi-
jóvenes la capacidad para comprender en qué consisten sus tos, sobre los contenidos morales que se les enseñan de diversas
creencias, juicios, interrogantes, supuestos, ete., de carácter formas o sobre las exigencias morales que se les hacen en distin-
moral y para aprender a examinarlos críticamente. La formación tos ámbitos; la educación moral, pues, incluye como uno de sus
ética es también una tarea a muy largo plazo, que compromete la factores esenciales la investigación ética. De un modo semejante,
vida en toda su extensión y en todas sus facetas (intelectual, a través de la investigación ética que se realiza, por ejemplo, en
moral, profesional, investigativa, sexual, etc.); es un asunto que
nos compete a cada uno y diariamente, y, por tanto, algo que no
2 Bennett, William: El libro de las virtudes, Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 1995,
depende exclusivamente de la familia o la escuela, sino de la vida
p. 15. Creo ver en una definición tan sencilla lo que es esencial: la educación moral de
tomada en su conjunto. una persona consiste en un proceso de formación que se dirige tanto a sus sentimien-
El proceso de formación ética en FpN comprende dos tos como a sus formas de razonar, tanto a la inteligencia como a la voluntad, tanto al
corazón como a la mente; y, en segundo término, es un proceso intencionado: el de
momentos fundamentales: la investigación ética y la educación orientarlo hacia la práctica del bien. Quisiera enfatizar este segundo aspecto, pues a
moral. La investigación ética implica tanto la identificación y menudo se concibe la educación moral simplemente como una apelación exclusiva a
comprensión como el examen riguroso y metódico de nuestras los sentimientos o a la conciencia racional del individuo, esto es, como un conjunto de
exhortaciones a «comportarse bien», «ser juicioso», cuando no sumiso u obediente,
opciones morales. Es éste, por tanto, un proceso que sólo puede poniéndose el acento más bien en la práctica de unos deberes y normas prefúados que
realizar una persona en la medida en que va adquiriendo ciertas en la búsqueda del bien, de la acción correcta, en donde se combinan una inteligen-
cia razonable y una voluntad limpia, esclarecida, bien formada.
120 La educación moral en ••Filosofía para Niños» 121
Matthew Lipman: Filosofía y Educación

un texto como Lisa, un joven complementa, refuerza o examina discusión a propósito de asuntos morales en donde valen todas
sus propias pautas de educación moral, haciéndose él mismo las opiniones y se promueve un relativismo ajeno a todo intento
sujeto de ella al hacerse capaz de acoger, someter a examen, e de fundamentación y justificación de las creencias y tomas de
incluso rechazar, los contenidos y prácticas morales que le han posición en materia moral. Lo que se busca aquí entonces quie-
sido enseñados desde su infancia. re evitar a la vez dos extremos viciosos: el dogmatismo y el relati-
No me ocuparé aquí de toda la propuesta de formación ética vismo. La educación moral, para Lipman, no puede en ningún
que hay en los textos de Lipman, sino exclusivamente de uno de momen to separarse del esfuerzo de investigación y reflexión filo-
sóficas.
sus elementos: la educación moral. Dejaré de lado, pues, sus refle-
xiones sobre la formación ética en su conjunto, desarrolladas en Al comprender que la moralidad humana es un campo de inves-
varios de sus textos y tratadas muy especialmente en Lisa y su tigación (y que llamamos ética precisamente a aquel tipo de inda-
manual Investigación ética. Para comprender mejor su concep- gación que puede y debe ayudamos a comprender nuestra
ción de educación moral será necesario, sin embargo, retomar acción y nuestras opciones morales y a evaluarlas críticamente) lo
una de sus nociones fundamentales: la de investigación ética3. que se quiere subrayar es precisamente que la acción humana
puede y debe ser objeto de un análisis desapasionado y riguroso,
tan riguroso o más que el tipo de análisis que plantean los fenó-
UNA NOCIÓN CENTRAL: LAS DE INVESl1GACIÓN l~l1CA menos naturales. Contra una educación moral que, con frecuen-
cia, termina por reducirse a sermones y exhortaciones
Para empezar, conviene poner de presente que FpN no es, ni edificantes, a una retórica abstracta sobre derechos y deberes, o
únicamente ni en primer lugar, un programa de educación incluso a un entrenamiento pragmático en la «toma de decisio-
moral. Es algo más amplio. Yo siempre he preferido llamarlo un nes», FpN insiste en el hecho de que la ética -esto es, la indaga-
"proyecto de educación filosófica»4, es decir, el intento por intro- ción filosófica sobre nuestra moralidad- es un campo de
ducir la dimensión filosófica, reflexiva, en todas las materias y investigación en donde, sobre todo, es preciso contar con dos ele-
todos los ámbitos de la educación. y, puesto que la dimensión mentos fundamentales: un método y una comunidad.
moral es una de las dimensiones fundamentales que es preciso Si la ética es un campo de investigación rigurosa, requiere
desarrollar y educar en la persona, FpN ofrece una propuesta de método. Con ello, sin embargo, no queremos decir que exis-
específica para ello. Desde una perspectiva como la de Lipman, ta un método, el método (entendido éste como una serie de
la educación moral y la formación ética no deben ser entendidas "pasos» o de reglas fijas que se deben seguir o aplicar en toda
ni como el intento por hacer reconocer a otros un conjunro circunstancia) de la investigación ética, sino que el examen de
determinado de valores ni como un simple entrenamiento en la los problemas éticos debe hacerse ordenadamente y acudiendo
a un conjunto muy amplio de criterios que nos ayuden a com-
3 Una explicación básica de este concepto, y en general de la perspectiva ética de
prender del modo más amplio posible, es decir, de forma glo-
FpN, nos la ofrece Lipman en la introducción a Investigación ética, el manual para el pro- bal, la situación ética en que nos hallamos, y que para ello es
fesor que acompaña a la novela Lisa, publicado en España por Ediciones de la Torre. preciso, sobre todo, desarrollar herramientas de pensamiento
4 Cfr. al respecto mi artículo ••Filosofía para niños: un proyecto de ducación filosófi-

ca», en donde intento dejar en claro que FpN es mucho más que un "programa para
crítico, pues sólo quien está en capacidad de pensar de forma crí-
el desarrollo del pensamiento» o una ••didáctica de la filosofía», y en donde preciso lo tica estará también en capacidad de comprender de un modo
que entiendo por una ••educación filosófica».

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122 Matthew Lipman: Filosofía y Educación La educación moral en "Filosofía para Nii'tos» 123

certero y profundo las situaciones que vive y de buscar en ellas sistema que se limite a familiarizarlos con las "normas» y que insista en
nuevas alternativas de acción. que ellos «cumplan con su deber»6.
Ahora bien, la investigación ética no es puramente cogni-
tiva, pues los problemas éticos son tanto teóricos como prácti-
cos. No es sabiendo unas reglas generales de razonamiento o DE LA INVESTIGACIÓN ÉTICA A LA EDUCACIÓN MORAL

simplemente elaborando conceptos como nos hacemos perso-


nas éticamente formadas, pues, como bien lo subraya La distinción hecha entre investigación ética y educación
Aristóteles, el fin de la investigación ética no es saber qué es el moral obliga a Lipman a replantear de fondo el proyecto de for-
bien, sino comprender cómo nos hacemos buenos5. La inves- mación ética de FpN. La pretensión general de desarrollar la
tigación ética requiere de una persona que previamente ha comprensión ética implica tres factores diversos: un aspecto espe-
formado sus hábitos morales y, sobre todo, que está dispuesta cÍficamente cognitivo (la investigación ética), un aspecto afectivo
a ponerse en la situación de otro para comprender sus intere- (el desarrollo de la sensibilidad hacia otros) y un aspecto propia-
ses y emociones. Todas estas cosas son posibles por la media- mente moral (la formación del carácter). El currículo básico de
ción de una comunidad en la cual los individuos no sólo se FpN, conformado por novelas como El descubrimiento de Harry,
respetan mutuamente y están dispuestos a escucharse, sino Lisa y otras más, pone el énfasis sobre todo en el primer aspecto,
que se empeñan en examinar todos los factores que determi- aborda el segundo sin darle un desarrollo sistemático y casi no
nan una situación ética: las circunstancias de la acción, sus toca el tercero. Ello ha conducido a darle a la formación ética un
motivos, sus posibles consecuencias, los méritos de quien sesgo cognitivista. No creo que ello consista en un defecto en sí
actúa, el lenguaje que se utiliza en la justificación de la acción, mismo, pero sí que tal énfasis puede hacer perder de vista el pro-
los modos de razonamiento, los sentimientos y emociones ceso de formación ética de la persona considerado en su conjun-
implicados, etc. Para hacer investigación ética es imprescindi- to. Es esencial proveer aljoven de herramientas que le permitan
ble la formación de una comunidad de indagación ética. Dice hacer juicios morales mucho más certeros y lógicamente correc-
al respecto Matthew Lipman: tos, pero ello implica haber trabajado previamente en sus hábitos
morales básicos, en el examen de los contenidos morales de la
El fin de la investigación ética no es enseñar a los niños ciertos valo- cultura a que pertenece y, especialmente, en un fortalecimiento
res particulares; más bien es una consideración constante y sin término de su carácter moral que le permita enfrentar los interrogantes
de los valores, patrones y prácticas por los que vivimos, que se discuten de éticos que se plantea con una más firme confianza en sí mismo y
forma abierta y pública para tener en cuenta todos los puntos de vista 'Y una visión a la vez respetuosa y crítica de sus tradiciones morales.
todos los hechos. Es un postulado de la investigación ética que esa discu- Para subsanar estas deficiencias se ha venido trabajando
sión y reflexión, cuando se desarrolla en una atmósfera de mutua con- en el programa de FpN por lo menos en dos direcciones dis-
fianza, sinceridad e imparcialidad, puede contribuir más a formar la tintas. En primer lugar, y contra un énfasis cognitivista dema-
responsabilidad y la inteligencia morales en los niños que ningún otro siado marcado, se insiste cada vez más en la necesidad de que,
aparte de ciertas modalidades de pensamiento de alto orden o

5 Esta afirmación la hace Aristótelcs al comienzo del segundo capítulo del libro
segundo de la l~tica Nicomaquea, 1103b. 26-27. 6 Lipman, M., Investigación ética, Madrid, Ediciones de la Torre, 1998, pp. 22-23.
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pensamiento superior (especialmente el pensamiento crítico y y en la cual se incluyen aspectos como el reconocimiento por
creativo), sobre las que se ha trabajado a lo largo de muchos años parte de los individuos de las comunidades y tradiciones a que
y respecto de las cuales hay un buen desarrollo tanto a nivel teó- pertenecen, la necesidad de conocer el «sustrato moral» de su
rico como práctico, se insista en la importancia que la noción de cultura y la posibilidad de practicar las «virtudes», es decir, una
«cuidado» (caring) tiene en la formación ética de una persona. serie de exigencias morales que aparecen autovalidadas por las
El cuidado de sí implica, por supuesto, también el cuidado de los propias tracFciones a las que pertenecen. La amplía, además, en
otros, más aún en una sociedad que se precie de ser democráti- la medida en que ensancha el espectro de lo que constituye la
ca, como las nuestras. Desde la perspectiva de FpN se enfatiza no formación ética de una persona y nos hace conscientes de que
sólo en la importancia que el cuidado de sí y de otros tiene como ello es una tarea que abarca el conjunto de la vida.
uno de los aspectos más relevantes de una persona éticamente Las cuestiones morales son asuntos que no sólo preocupan a
formada, sino que incluso la noción de cuidado determina tam- los adolescentes, que manifiestan ya un interés marcado por inser-
bién el tipo de pensamiento que debe formarse en los niños y tarse en la vida adulta, sino también, y muy radicalmente, a los
jóvenes que trabajan con el programa: un pensamiento crítico, propios niños, a quienes diversos aspectos de sus vidas les plante-
creativo y cuidadoso. an problemas morales que los dejan perplejos. Asuntos como las
Esta nueva perspectiva fue la que llevó a Lipman a elaborar mentiras, la injusticia aparente de ciertas sanciones, el sentido que
en 1996 un nuevo programa: el de educación moral, formado tienen las normas de convivencia o las exigencias que se les pre-
por la novela Nousy su correspondiente manual para el profesor: sentan de ser valientes, generosos, leales o solidarios plantean a
Decidiendo qué hacer7. Desafortunadamente, éste es un progra- los niños, ya desde una etapa muy temprana de su desarrollo, in te-
ma todavía bastante desconocido parla mayoría de personas que rrogantes morales para los que ellos pueden empezar a explorar
trabajan en FpN, por lo menos en el mundo de habla hispana. una respuesta inteligente. Una exploración filosófica de tales inte-
Creo que hay allí una perspectiva muy sugerente para la educa- rrogantes es y debe ser posible aunque no hayan desarrollado aún
ción moral, y que, aunque en algunos aspectos el programa todas las herramientas de investigación filosófica que una forma-
mismo deba ser corregido, completado o mejorado, abre una ción posterior podrá proporcionarles en la medida adecuada. Así
veta de reflexión importante en torno a lo que en el futuro debe- pues, aún antes de emprender una investigación ética rigurosa
rá ser la educación moral de los niños y jóvenes. La nueva con- (que será siempre necesaria y que, por supuesto, no pretendo de
cepción de la educación moral que inauguran estos textos ninguna forma desvalorizar), es preciso preocuparnos de algo
modifica y amplía la perspectiva ética general del programa FpN. más esencial: la formación del carácter de los niños y jóvenes.
Digo, en primer lugar, que modifica la perspectiva ética &e Antes de las discusiones más técnicas y especializadas sobre la fun-
FpN, puesto que introduce un punto de vista de carácter comu- damentación de la ética, hay una tarea siempre más urgente que
nitarista que matiza significativamente el énfasis cognitivista tenemos como padres y maestros: la de ofrecer una buena educa-
existente hasta entonces. Con ello se opta por una concepción ción moral a nuestros hijos y alumnos. En ésta, como en tantas
más amplia de lo que constituye el desarrollo moral de la persona, otras cosas, se nos impone la necesidad de volver a lo primordial:
la vida concreta de las personas.
He insistido hasta aquí en el sentido y la importancia de la
7 En lo que sigue me valdré de muchas ideas expuestas por Lipman en la introduc-
ción a este manual, del que he hecho una primera traducción al español.
educación moral. Pero ¿qué comprende la educación moral?,
126 Matthew Lipman: Filosofía y Educación La educación moral en «Filosofía para Nir'ios" 127

¿cuáles son los elementos básicos que la conforman?, ¿qué tipo La formación de hábitos morales básicos:
de tareas implica? Abordemos, pues, estos asuntos.
La base misma de toda educación está en la formación de
hábitos. Hay hábitos de todo tipo: intelectuales, sociales, afecti-
Los COMPONENTES BÁSICOS DE LA EDUCACIÓN MORAL vos, morales, etc. Por «hábito» no hemos de entender aquí,
como tan a menudo se hace, pautas de acción fijas y rígidas,
La educación moral no puede ni debe concebirse como una sino la formación de una serie de conductas regulares que
serie de tareas dispersas, sino como un proceso intencional y sis- hacen posible y efectiva la vida. Los hábitos se forman en la
temático que se ha de articular en torno a ciertos ejes básicos. medida en que vamos aprendiendo a controlar nuestros impul-
Creo que, siguiendo a Lipman, el conjunto de las tareas que sos más primigenios y vamos constituyendo ciertas formas de
implica la educación moral se puede articular en torno a tres ejes comportamiento más o menos estables, que, además, podrán
básicos, cada uno de los cuales autónomo en sí mismo, pero tam- irse modificando en la medida en que lo hagan necesario las
bién interrelacionado con los demás. Esos tres ejes básicos serían exigencias del medio ambiente en que vivimos. La formación
los siguientes: de hábitos es fundamental en toda la educación básica, pues
1. La formación de hábitos morales básicos. son los hábitos los que nos permiten llevar una vida que fun-
2. La adquisición por parte de los niños y jóvenes de un ciona según ciertas pautas regulares.
«alfabetismo moral». Dentro de los muchísimos hábitos que adquirimos dentro
3. El examen crítico y la discusión racional sobre las vir- de nuestra formación, hay unos que tienen un carácter especí-
tudess. ficamente moral. Me refiero, por ejemplo, a los hábitos que
están en relación con conductas como el robo, la agresión, la
Abordaré brevemente a continuación cada uno de estos mentira, el respeto tanto hacia los adultos como hacia los
tres ejes.

Podría alguien decir también que, en los tres ejes articulado res señalados, el prime-
ro se refiere sobre todo al modo como enseiiamos al nit'i.oa controlar sus afectos y emo-
8 Estos tres ejes forman, en cierto sentido, una secuencia. Lo primero en lo que se ciones y a regularizar su conducta, mientras que el segundo tiene un carácter más bien
debe trab,0ar es en la formación y fortalecimiento de ciertos hábitos morales básicos, cognitivo, puesto que implica por parte del nillo el aprendiz'J,je de ciertos contenidos
lo segundo en el «alfabetismo moral" y lo tercero en la discusión y examen crítico de concretos; y el tercero, por su parte, busca más bien desarrollar una actitud crítica
las virtudes. Sin embargo, esta sucesión no debe ser entendida taxativamente, por hacia las exigencias morales que se les hacen a los nir'ios y jóvenes. Estas distinciones
ejemplo, en términos de edades (lo primero para tales allos, lo segundo para tales demasiado tajantes resul tan también engar'iosas, pues en los tres ejes articuladores se
otros, etc.), sino como un proceso que, si bien sigue una secuencia, se realiza simultá- conjugan tanto aspectos afectivos y cognitivos como aspectos sociales, e igualmente en
neamente. También el nir'io más pequello tiene derecho, por ejemplo, aunque esté aún cualquiera de los tres podríamos buscar una conducta más bien pasiva por parte del
consolidando sus hábitos morales básicos, a preguntarse por qué una determinada cosa nir'io o ayudarle a que examine críticamente aquellos asuntos sobre los cuales le ofre-
que se le pide que haga es justa, y, a partir de ello, a examinar en qué se diferencia una cemos una instrucción moral específica. De este modo, el aprendizaje de hábitos impli-
conducta justa de una injusta. e incluso se podrá preguntar en qué consiste lajusticia. ca también una actitud crítica y autorreflexiva por parte de los niños yjóvenes, al igual
De modo semejante, en el proceso de alcanzar un alfabetismo moral (en lo cual serán que el alfabetismo moral puede ser ensellado simplemente como «algo que hay que
esencial, por ejemplo, los cuentos, las fábulas y otros relatos), el niño podría pregun- conocer», es decir, como un contenido muerto, o corno una ocasión para reflexionar
tarse si los person'J,jes de las historias que lee han actuado de una forma leal o sincera y discutir en torno a él. De todas formas, el modo C0ll10 se relacionen estos tres ejes
con sus amigos, con lo cual empezará a examinar el significado de virtudes como la articuladores es un asunto más bien práctico que teórico. No pretendamos resolverlo,
lealtad y la sinceridad. pues, aquí de una vez por todas.
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128 Matthew Lipman: Filosofía y Educación 129


La educación moral en "Filosofía para Niños»

demás niños, etc. Este tipo de hábitos se van formando espe- posibilidad de formarse una perspectiva moral para sus vidas.
cialmente a través de dos vías fundamentales en nuestros niúos: Vivirán tal vez para ejercer el odio o la venganza, o para descar-
el ejemplo que reciben de los adultos, especialmente los padres, gar sobre otros la irrespetuosidad y la muerte que anteriormente
y la introyección de una serie de normas que les enseúamos y a alguien ejerció sobre ellos. Sin un examen más detallado del tipo
través de las cuales pretendemos alcanzar una prescripción de hábitos morales que pretendemos formar en nuestros niños y
regular y directa de su conducta. Conviene subrayar aquí que jóvenes, la educación moral que pretendamos darles terminará
estas dos vías no pueden estar en contradicción, pues ello suele siendo para ellos un ideal abstracto que no convoca su interés.
generar contradicción en la propia conciencia del niúo. Aquí está la base, y, para que la construcción resulte sólida, la
Evidentemente, nada puede haber mejor que el ejemplo (unos base deberá estar firme.
padres o maestros que efectivamente respetan y escuchan al
niúo, que no desprecian ni discriminan a nadie a causa de su
condición social, que son, en general, ejemplo de conducta La adquisición, por parte de los niños y jóvenes, de un «aifabetismo
moral para sus h~ios y sus alumnos), Sin embargo, ello debe moral"
completarse necesariamente con una instrucción moral explíci-
ta: con la enseñanza a los niños de las normas más elementales Desde siempre se ha afirmado la importancia central del
del trato social: el saludo, los agradecimientos, el solicitar las ejemplo en la educación moral, ya que el aprendizaje moral es
cosas en buenos términos, el tratar a los otros con un lenguaje tanto teórico como práctico. Muchas de las enseúanzas morales
cordial. Aparentemente se trata de puras normas «exteriores». que recibimos no vienen sustentadas en compl<:;.jascadenas de
Sin embargo, aquí se juega uno de los puntos crucia1es de la razonamiento, sino que se justifican de un modo inmediato por
educación moral, pues desde el comienzo se empieza a generar las consecuencias indeseables que se seguirían de su incumpli-
en el niúo la conciencia de su pertenencia a una comunidad y miento. Si mentir es inadecuado, ello es así, en primer lugar,
de la obligación que tiene de respetar las normas de la comu- porque al mentir rompemos los vínculos de confianza con otras
nidad a la que pertenece, y especialmente de respetar a cada personas, y porque, una vez mentimos de forma habitual, todas
persona por sí misma, independientemente de su condición nuestras afirmaciones posteriores resultarán dudosas e increí-
social, sexual o cultural. bles. La enseúanza moral es, pues, en principio, una enseúanza
La educación moral, como lo ha señalado Lipman, es una directa, que, además de razones, requiere de modelos adecua-
«empresa social» que nos compete a todos, y que seguramente dos. y, sin duda, los mejores modelos morales son los más cerca-
habrá que repensar desde su base. Y la base está aquí: en el ti};)O nos a los niúos y jóvenes: un buen padre, una buena madre, un
de hábitos morales que se están formando en nuestros niúos y buen amigo o amiga, un profesor o profesora, que representan
jóvenes. Cuando los niúos crecen en ambientes en donde impe- para ellos encarnaciones vivas de la generosidad, la valentía, la
ran la agresión, la mentira, el robo, la irrespetuosidad, la muer- honestidad, la sinceridad o la solidaridad. Ocurre, sin embargo,
te, tales cosas terminan siendo lo habitual. Y cuando los hábitos que, con frecuencia, esos modelos reales fallan en uno o varios
morales básicos son hábitos de agresión, mentira, robo, irrespe- aspectos. Hay padres, maestros y amigos que no representan para
tuosidad y muerte no hay sociedad que pueda resistir. Los niños ellos ejemplos de moralidad, sino, al contrario, de egoísmo, de
que crecen en tales ambientes suelen crecer, además, sin la vicios, o incluso de deshonestidad.
130 Matthew Lipman: Filosofía y Educación La educación moral en "Filosofía para Niños» 131

Los modelos reales, pues, resultan a menudo insuficientes. extrayendo de sus actos criterios para nuestras propias acciones,
Por ello, los niños yjóvenes requieren también de modelos idea- sintiéndonos motivados por ellos, en quienes vemos representa-
les de moralidad, es decir, del conocimiento de la vida y obra de ciones vivas del coraje, la perseverancia, el valor o la sinceridad,
ciertas personas que han representado, a lo largo de los siglos, y en general, realizando ciertos discernimientos morales ilumi-
encarnaciones vivas de importantes virtudes, como la amistad, el nados por dichos modelos. Las personas que, a la hora de enfren-
trabajo, la valentía, la solidaridad, etc. Para ello, por una parte, tar los retos morales que se les plantean, disponen de recursos a
tenemos ciertos líderes espirituales que han sido ejemplo de partir de los cuales comprender mejor lo que deben hacer son
moralidad e inspiración para muchas personas, y, por otra, per- personas que tienen una cultura y una tradición moral. Las que
sonajes literarios, ficticios o reales, que encarnan para nosotros carecen de ello podríamos denominarlas «analfabetos morales».
modelos ideales de lo que constituye una vida buena, personajes Los niños y jóvenes de hoy requieren de un alfabetismo moral
que encarnan un ideal moral o que incluso se nos revelan como mucho más explícito. Con «alfabetismo moral" me refiero enton-
seres que han logrado construir una vida digna de ser vivida aun ce, a la necesidad de que le sean enseñadas de una forma más
en las circunstancias más desfavorables. Tenemos en Aquiles, el directa y explícita las tradiciones morales de la cultura a la que
héroe de La ¡líada, el hombre que está dispuesto a sacrificarlo pertenecen, y entre las que se cuentan cosas muy diversas: fábu-
todo por vengar la muerte de su amigo Patroclo; en Don Quijote las, relatos heroicos, «tablas de virtudes", códigos de conducta,
la más viva representación del idealismo moral; la Biblia nos ofre- cuentos de hadas, relatos de hazañas históricas, conocimiento del
ce el modelo más elevado de la paciencia en un personaje como propio folclor y de los valores que éste encierra, etc. Este «alfa-
Job. Las mitologías y leyendas nos ofrecen las historias de perso- betismo moral" es de primerísima importancia si no queremos
najes como Ícaro, empeñado en volar como las aves, o Prometeo, seguir formando generaciones de individuos incapaces de iden-
dispuesto a aceptar el castigo divino con tal de proclamar el valor tificarse con su cultura y tradiciones, y que, por ello mismo, no se
de la justicia y el sentido de la libertad humana. Los cuentos tra- sienten efectivamente vinculados con los problemas de su país o
dicionales nos ofrecen la figura de Pulgarcito, capaz de enfrentar región; jóvenes, por ejemplo, que se educan en un país tercer-
las dificultades que fuere necesario para sacar adelante a su fami- mundista con su mente puesta en Europa o los Estados Unidos.
lia, sumida en la pobreza. La tarea de propiciar un alfabetismo moral no sólo es urgente,
Toda nuestra vida, desde la primera infancia, está poblada de sino que resulta de una importancia fundamental que se desa-
un sinnúmero de personajes que nos sirven de modelo e inspira- rrolle con los niños prácticamente al mismo tiempo que ellos
ción. Damos sentido a nuestra vida a través de los relatos en los empiezan, a través de la lectura y la escritura, a compartir el patri-
que nos inmiscuimos, de las historias que leemos, de los sueños monio común que representa la cultura a la que pertenecen.
que nos creamos y de los ideales que construimos con otros. Los No se trata ciertamente de dar «lecciones de moral", pero sí
person~es de nuestras historias constituyen para nosotros seres de encontrar los espacios adecuados para que los niños conozcan
vivos que iluminan nuestra conducta y dan sentido a nuestras y compartan el «sustrato moral" de la cultura en que han nacido
acciones. A partir de la luz que ellos nos ofrecen enfrentamos los y se desarrollan. Este alfabetismo moral resulta necesario no sólo
retos morales de nuestra vida cotidiana. Lo hacemos de muchas en la educación básica, sino a lo largo de todo el proceso de for-
formas diversas: comparando nuestros actos con los de estos mación ética de una persona. Y ello por lo menos por tres razo-
modelos ideales, recibiendo de ellos enseñanzas explícitas, nes básicas. En primer lugar, porque todos (no sólo los niños,
!

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132 Matthew Lipman: Filosofia y Educación La educación moral en .Filosofia para Niños» 133

sino también losjóvenes y adultos), además de preceptos, hábitos o beneficio. Aristóteles definió las virtudes, en su sentido más
y ejemplos, necesitamos modelos explícitos de ~cción moral; n~ general, como «disposiciones dignas de .alabanza»9. Las virtudes
basta con que nos digan que debemos actuar bIen, pues neceSI- son maneras habituales de comportarse y no formas accidentales
tamos también que se nos muestren formas concretas de acción de actuar, o incluso actos aislados. La mera repetición de actos
buena. En segundo término, porque, al ofrecer a nuestros niños aislados de virtud no hace virtuosa a una persona.
y jóvenes, y a través de ellos también a nosotros mismos, un al~a- Hay tres signos básicos de una acción o una disposición vir-
betismo moral, nos estamos haciendo partícipes del patrimolllo tuosa: es algo que perfecciona a quien obra, es algo que produce
moral de nuestra cultura; con ello no sólo podemos apreciar obras que pueden ser calificadas como buenas y es algo que pro-
efectivamente su valor (y evitamos la tentación de un desprecio duce bien no sólo para mí, sino también para otros. Podríamos
basado en la mera ignorancia), sino que nos abrimos la perspec- decir entonces que hay una triple dimensión en la virtud: una
tiva de un intercambio multicultural, que pone en conexión dimensión personal (hace mejor, perfecciona, a quien obra vir-
nuestras propias tradiciones con las de otras latitudes. En tercer tuosamente), una dimensión objetiva (la obra realizada virtuosa-
lugar, porque el conocimiento de las tradiciones morales es el mente es buena, pues produce resultados buenos) y una
complemento de las diversas experiencias de razonamiento dimensión social (es buena para otros). Hay muchas disposicio-
moral. Una persona que posee un alfabetismo moral está en nes que pueden aspirar al título de virtudes. Para determinar si
mejores condiciones de plantearse y de resolver adecuadamente lo son o no lo son, habrá que examinar cada disposición a la luz
los diversos interrogantes éticos que plantea un mundo tan com- de los criterios antes mencionados. Sin embargo, las disposicio-
plejo como el actual. nes calificadas de virtuosas no son siempre las mismas en todos
los tiempos y en todas partes. Distintas sociedades pueden tener
diferentes «tablas de virtudes». No podemos entrar aquí en un
El examen crítico y la discusión racional sobre las virtudes análisis más detallado de aquellas disposiciones que podríamos
considerar virtuosas en el momento actual, aunque una defini-
Parte esencial de este alfabetismo moral está en la compren- ción de aquellas virtudes que se quisieran enseñar a nuestros
sión de aquellas actitudes, hábitos y prácticas que los hombres de niños y jóvenes debería ser un elemento esencial de todo pro-
las diversas épocas y culturas han considerado como especial- grama de formación moral.
mente dignas de alabanza y que, por ello mismo, se consideran La formación en las virtudes resulta el aspecto central y más
recomendables para todas las personas que buscan desarrollar profundo de la educación moral que aquí se propone, pues son
una conducta recta. Tales disposiciones se conocen en la traq.i- precisamente las virtudes las que determinan la cualidad del
ción ética como «virtudes». Las virtudes son disposiciones para carácter de una persona. La finalidad última de la educación
actuar que cumplen por lo menos con dos condiciones básicas: moral es la de formar buenas personas, buenos ciudadanos, y ello
se vuelven habituales en los individuos y gozan de un reconoci- sólo se logra en la medida en que nuestros niños y jóvenes com-
miento y alabanza por parte de otras personas. Así, por ejemplo, prendan y practiquen las virtudes. Ello tiene una doble implica-
la generosidad es una virtud cuando una persona, a la que llama- ción para la educación moral. Por una parte, nos hace
mos por ello «generosa», tiende habitualmente a compartir sus
bienes con otros sin que por ello espere algún tipo de recompensa
9 hica Niconuu¡uea 11 02b 43.
134 Matthew Lipman: Filosofía y Educación La educación moral en "Filosofía para Niños» 135

comprender mejor la importancia que tiene el que los niños y enseñanza moral que suelen extraer es, más que la que ellos mis-
jóvenes tengan la posibilidad de examinar críticamente y de dis- mos elaborarían después de una reflexión sincera sobre la histo-
cutir racionalmente el sentido, el valor y el contenido de cada ria, aquella que saben satisface a los mayores. Hay dos razones
una de las virtudes que pretendemos formar en ellos. Por la otra, básicas que explican este asunto. En primer lugar, que la moral
la formación adecuada del carácter es la que determina el modo de los niños es aún heterónoma (como lo ha destacado Piaget),
como cada individuo modela su voluntad; en tal sentido, la for- y en segundo término, que muchas de esas historias fueron escri-
mación del carácter de una persona debe conducirlo, si ésta se ha tas con el fin específico de que los niños extrajesen de ellas ciertas
desarrollado adecuadamente, a que posea una voluntad fuerte, lecciones morales prefUadas. Un procedimiento de enseñanza
decidida, a que sus acciones las realice con decisión y con un directa de las virtudes, por lo menos como hasta hoy se suele
ánimo firme e inconmovible. practicar, resulta, entonces, poco convincente y efectivo, pues ni
favorece su autonomía moral, ni fortalece su carácter, ni le ayuda
a que piense por sí mismo.
LA EDUCACIÓN EN LA VIRTUD DESDE LA PERSPECTIVA DE M. LIPMAN Este método directo de enseñanza de la virtud tiende a con-
vertir la educación moral en mero adoctrinamiento y, lo peor,
Para la educación en la virtud se ha empleado casi siempre niega a nuestros niños y jóvenes la posibilidad de que ellos mis-
un método directo: el de la instrucción didáctica sobre las virtu- mos asuman responsablemente su propia educación moral. El
des ilustrada por medio de cuentos, fábulas, historias, etc. Está proceso de formar una persona virtuosa es altamente complejo e
muy bien que los niños y jóvenes conozcan estas historias, cuen- implica, sobre todo, un desarrollo más amplio de la capacidad de
tos y fábulas, pues ello forma parte de su alfabetismo moral. Sin juicio, como el que se propone en el programa. En tal sentido,
embargo, parece que no basta con esto, pues las virtudes no se FpN insiste en que las virtudes deben ser objeto de un examen
aprenden simplemente leyendo, escuchando, reteniendo un racional y de una valoración crítica y que ello sólo es posible por
mensaje o asintiendo a él. La estrategia utilizada hasta hoy suele medio del examen detenido que cada persona hace en el seno de
resultar demasiado pasiva si se queda encerrada en este esquema una comunidad de indagación cooperativa. El enfoque de FpN
lectura-escucha-retención-asentimiento. Es cierto que a los niños en este asunto ha sido llamado por Lipman como el de «la inda-
les gusta escuchar estas historias, pero el mero gusto no es nece- gación cooperativa sobre las virtudes». Dicho enfoque represen-
sariamente señal de asimilación del contenido moral que pueden ta una nueva perspectiva en la educación moral puesto que, en la
contener dichos relatos, pues ello no nos garantiza que se está medida en que insiste en introducir la investigación ética ya
comprendiendo el trasfondo moral de una historia por el simple " desde los primeros niveles del aprendizaje moral, representa un
hecho de escucharla con interés. esfuerzo pionero por elaborar una educación moral que desde el
A menudo la enseñanza moral que los niños extraen de una comienzo se desarrolla en una perspectiva filosófica.
historia tiende a formularse en términos de heteronomía más Este enfoque, desarrollado por Lipman a lo largo de Nousy de
que de autonomía moral, pues, por una parte, suele aparecer su manual, y cuyos fundamentos se presentan en la introducción
expresada más en términos de "lo que debe hacer un niño a este último, se funda, en primer lugar, en la comprensión del
bueno» que de las virtudes que allí aparecen expresadas y del carácter omnipresente que la moralidad tiene en la experiencia
sentido que tales virtudes pueden tener; y, por otra, porque la del niño. Con frecuencia se supone que el niño es exclusivamente
136 Matthew Lipman: Filosofía y Educación La educación moral en "Filosofía para Niños» 137

alguien que sigue normas, que obedece órdenes o que asimila específicas de tiempo, de lugar, de modo, etc. Este descubri-
preceptos, sin que cuenten para nada los procesos mentales y los miento le lleva a comprender el carácter con textual de las valo-
conflictos morales que acompañan la asimilación de estos conte- raciones, lo que le permite entender que determinadas acciones
nidos. Aunque hoy se insista con mucha frecuencia en la idea de pueden estar justificadas bajo determinadas circunstancias; ade-
que los niños pueden, por ejemplo, construir las normas, ello no más, le permite empezar a comprender de un modo más certero
conduce a un reconocimiento de lo que en FpN resulta más esen- aquello en lo que consiste actuar correctamente, pues, para
cial: el reconocimiento del niño como un sujeto moral. poder establecer la posible corrección de una acción, tiene que
Es un hecho que a los niños, desde muy pequeños, se les elaborar un juicio moral más considerado y cuidadoso que supo-
somete a una serie de exigencias morales diversas (seguimiento ne, además de la consideración de todas las circunstancias del
de normas, cumplimiento de órdenes, obligación de ser respe- caso, la realización de distinciones morales, la elaboración de
tuosos, pacientes, valientes, etc.) y que se les invita repetidamen- conceptos y especialmente un discernimiento en donde se vea
te a «actuar correctamente». Eso genera necesariamente en ellos obligado a sopesar todos los elementos de juicio ganados en
el interrogante por cómo se actúa correctamente, o por lo que es orden a elaborar una decisión o valoración más razonable. La
bueno o malo. Pautas y modelos que les permitan clarificar estos condición de sujeto moral que tiene el niño se va configurando,
interrogantes los buscan ellos en las historias que leen o en las pues, a medida que aprende a «leer» las circunstancias en que se
observaciones certeras que logran hacer con frecuencia en su . realiza la acción y, con base en ello, está en capacidad de elabo-
vida cotidiana. No se limitan, sin embargo, a observar. rar juicios morales cada vez más completos.
Relacionan, razonan, sacan conclusiones morales. Y las confron- Este carácter omnipresente de la moralidad en la experiencia
tan con otros, que pueden ser sus pares, o también los adultos. del niño, en el que tanto se fúa Lipman, está ligado a la creencia
Hay, pues, un proceso de construcción de nociones morales firme en la capacidad de juicio moral de los niños. Confiar en la
como justicia, bien o acción recta en los niños, como lo han des- capacidad de juicio moral de los niños constituye la base primor-
tacado las investigaciones de Piaget y Kohlberg. Lo anterior resul- dial sobre la cual puede establecerse una educación moral que
ta de importancia crucial para la educación en la virtud que se pueda verdaderamente fortalecer su carácter moral. Cuando uno
pretende en un programa como Nous, pues las virtudes se expre- obedece solamente a causa de las malas consecuencias que se
san en conceptos que son complejos y que requieren de un pro- seguirían de no hacerla, o, peor aún, cuando lo hace bajo los
ceso de indagación por parte de los niños. efectos de la amenaza o la presión externa, difícilmente puede
Cada una de las virtudes morales representa entonces una pensarse que ello constituya un fortalecimiento del carácter, pues
exigencia moral elevada que el niño tiene que hacer el esfuerzo., la obediencia ciega o meramente estratégica no genera ningún
por comprender muchas veces solo, con las dificultades que ello tipo de convicción. Cuando, por el contrario, se está en capaci-
plantea. Él puede, sin embargo, poco a poco, empezar a darse dad de comprender las razones por medio de las cuales resulta
cuenta, por medio del diálogo con los adultos o con sus propios justificable la realización de una acción, cuando se ha hecho el
compañeros, que las exigencias morales que se le plantean no tie- esfuerzo por elaborar un juicio en donde sopesa el conjunto de
nen necesariamente un carácter absoluto, es decir, que, aunque razones que motivan, explican o justifican un determinado tipo
le piden que actúe correctamente, no existe «lo correcto en sí de acción, la acción que de allí surge está en consonancia con lo
mismo», sino que lo que sea correcto depende de circunstancias que somos, creemos y sentimos; y, aunque la forma de actuar que
138 Matthew Lipman: FilosofTa y Educación La educación moral en "FilosofTa para Niños» 139

se siguiera de allí implicara para nosotros una renuncia a alguno En tanto la educación moral se conciba como un proceso de
de nuestros deseos, redundaría necesariamente en el fortaleci- indagación cooperativa, y en la medida en que esa indagación
miento de nuestro carácter. supone el examen de normas, formas de comportamiento, cos-
El carácter moral sólo se fortalece en la medida en que se tumbres,juicios, virtudes, ete., es preciso introducir, para que ese
amplía nuestra capacidad de discernimiento. y, para fortalecer examen sea posible, una forma de mediación comunicativa más
esta capacidad de discernimiento, es preciso que los valores que compleja que el simple discurso moral tradicional, basado fun-
les proponemos y las virtudes que les exigimos sean objeto de damentalmente en la prescripción de reglas, la prohibición, el
examen y discusión crítica por parte de los niños yjóvenes. FpN mandato o el mero ejercicio de justificación racional de las exi-
es ajena a toda forma de adoctrinamiento, y especialmente al gencias morales. Para que el aprendizaje moral sea efectivamen-
adoctrinamiento moral, pues su énfasis está más bien en el dere- te un proceso de indagación cooperativa el medio más adecuado
cho y la necesidad que todos tenemos de indagar por lo que se suelen ser las narraciones en las cuales podamos efectivamente
nos propone o enseña en el ámbito de una comunidad basada en ejercer nuestra capacidad de discernimiento.
el diálogo y en la cooperación tanto intelectual como afectiva y Hay narraciones de diverso género que tienen una gran capa-
práctica. No basta por ello simplemente con encontrar buenos cidad para generar la reflexión moral. Las fábulas y las parábolas
materiales para la educación moral. Los niños deben poder exa- son textos muy importantes en la educación moral de los niños y
minar y discutir los materiales que les presentamos. De allí se jóvenes. Pero hay también otros textos que pueden ser un buen
sigue también que dichos materiales, para que puedan ser efecti- punto de partida para la reflexión de los niños yjóvenes: cuentos,
vamente examinados y discutidos, deben estar abiertos a múlti- novelas, poemas, ensayos breves, cartas, relatos históricos, mensajes
ples formas de interpretación e indagación. No deben por ello enviados por personajes históricos famosos a sus contemporáneos o
tener un mensaje unívoco, muy directo o demasiado explícito. La compatriotas, ete. Todo este tipo de textos es lo que podríamos lla-
enseñanza moral que provee un texto no es tanto la que éste trae mar «historias con sentido mora!». Dichos textos: (a) deben ser his-
explícitamente formulada en él, sino la que suscita en tanto nos torias «abiertas», es decir, historias que, una vez planteada una
permitimos reflexionar a partir de él. Pequeñas historias, como problemática moral, dejen lugar a diversas soluciones posibles; (b)
las fábulas (siempre y cuando no se les den a los niños con su tra- deben ser ricas en descripciones de circunstancias, estados de ánimo,
dicional «moraleja») o cuentos breves (como los de Arnold situaciones que generan conflicto moral, características de los per-
Lobel, por ejemplo) 10, pueden ser muy útiles para promover la sonajes; (c) además de ello, conviene que el relato mismo vaya
reflexión moral de los niños, en la medida en que les permiten acompañado de reflexiones, por parte del narrador o de los perso-
diversas formas de interpretación de la historia y el desarrollo de " najes, en torno a, por ejemplo, los supuestos de sus creencias, las
puntos de vista morales alternativos, al tiempo que los invitan a consecuencias de sus acciones, el sentido de cada uno de sus actos;
una exploración propia de ciertos conceptos morales básicos, (d) deben ser ricas en distinciones y relaciones morales, es decir, deben
como los de valentía, amistad, lealtad o prudencia. ayudar a su lector a que identifique, diferencie y relacione senti-
mientos morales diversos, a que explore mejor el sentido de las vir-
10 Ejemplos muy ilustrativos sobre el modo como este tipo de historias pueden ser-
tudes morales o a que pueda definir mejor conceptos morales
vir para promover la reflexión moral de los niños podemos encontrarlos en el artículo como el de felicidad, amistad o justicia. En estas «historias con sen-
de Michael Pritcharcl "Desarrollo moral y filosofTa para nitios», en el libro Crecimiento tido moral» hay siempre un amplio campo para la reflexión ética.
moral y Flosofía jJara Niños, pp. 69-112.
140 Matthew Lipman: Filosofía y Educación La educación moral en "Filosofía para Niños» 141

NONUS: UNA PROPUESTA DE EDUCACIÓN MORAL PARA LA EDUCACIÓN


clase de educación moral. A lo largo del relato se suceden pasa-
BÁSICA
jes muy habituales en las novelas del programa, como los con-
flictos que suele tener Pixie con su hermana, y pasajes totalmente
Nous Y su manual Decidiendo qué hacer forman un programa inéditos y sorprendentes, como la entrevista que sostiene «Nous»
más bien reciente, y su valor como textos que inviten efectiva- con los niños del salón de Bernardo y Pixie. Conviene, sin embar-
mente a los niños a pensar filosóficamente sobre sus interro- go, advertir que ésta no es una novela que resulte fácil de mane-
gantes morales y que les ayude a involucrarse efectivamente en jar en un aula de clase. En principio es un texto que no se
una indagación cooperativa sobre sus tradiciones morales está debería trabajar con niños que no lleven ya un cierto tiempo de
aún por probarse. Nous es una continuación de la trama de práctica con la metodología de la comunidad de indagación y
Pixiell. Como los demás textos del programa, esta novela tam- que no hayan trabajado previamente con otras novelas del pro-
bién pretende ser un reflejo de la vida de los niños, y como tal grama, y especialmente con Pixie, de la que constituye su conti-
está llena de interrogantes morales. Sin embargo, la cuestión de nuación. La «aridez» de ciertos pasajes tiene su justificación. Se
las virtudes (de su contenido, de su sentido, de sus ejemplos trata de habituar al niño a usar desde cierta edad (Nous está pen-
apropiados, de las razones en que se fundan, de las relaciones sada para ser usada en principio con muchachos entre once y
entre virtudes), y también el significado mismo de la educación doce años) a que utilice el <<lenguajede las virtudes», pues ello
moral, se aborda en Nous de un modo más explícito que en otros constituye también una parte esencial del alfabetismo moral que
textos del programa. se requiere en su formación. A medida que se va desarrollando
La trama misma de Nous no es fác.il de comprender a prime- una persona, el grado de exigencia cognitiva tendrá que ser
ra vista, pues se mueve entre dos extremos: una historia fantásti- mayor y será necesario pedirle que piense en términos cada vez
ca (la de una jirafa que habla) y un contexto realista: el de una más abstractos y exigirle que utilice lenguajes cada vez más com-
plejos: el de las relaciones, el de «las reglas del pensar» o el de las
virtudes.
11 La historia se desencadena a partir de la relación que establece Bernardo, el com- En Nous se enfatiza el análisis de los conceptos morales (y
pañero de Pixie que se había negado a hablar por varios años, con una pequeña jirafa, especialmente de las virtudes) más que el desarrollo propiamen-
recién nacida, el día que tuvieron la oportunidad de visitar el zoológico con el profe-
sor Múnera. Bernardo visitará desde entonces periódicamente a lajirafa y, lo más sor-
te tal de las llamadas «herramientas de la investigación ética».
prendente, le enseñará a hablar. Ocurre, sin embargo, que esta pequeña jirafa Según Lipman, hay tres tipos de «herramientas», que correspon-
«mutante», que tiene por nombre «Nous», será poco a poco relegada por las demás den a tres niveles diversos de investigación ética. En primer lugar
jirafas de la manada, razón por la cual Bernardo y Pixie, con la ayuda del papá de esta "
última, deciden sustraerla del zoológico, donde estaba en peligro, y lIevársela a vivir a están las herramientas para el análisis de conceptos morales, que con-
la casa de Pixie. sisten en una serie de estrategias que nos ayudan a explorar el sig-
Este hecho generará todo tipo de circunstancias conflictivas y novedosas (<<Nous» nificado de términos básicos del discurso moral, como bueno,
asistirá a la escuela con Pixie, se convertirá en una estrella, conversará con los niños en
torno a decisiones vitales que habrá de tomar, el papá de Pixie se verá en complicacio- justo, recto, etc., así como a examinar los contextos en que
nes legales por el asunto, ete.). En medio de esta trama ficticia habrá ocasión para plan- dichos conceptos pueden tener aplicación. El examen y discu-
tearse y discutir muy diversos temas morales (la forma como se toma una decisión, los
sión de las virtudes se sitúa en principio en este plano. En segun-
factores que es preciso tomar en cuenta para ello, las relaciones entre moralidad y lega-
lidad, el sentido que tienen tanto los derechos como las máximas y principios morales, do término, podemos hacer uso también de una serie. de
ete.) y especialmente serán objeto de examen virtudes como la solidaridad, la lealtad,
la modestia, el cuidado de sí, ete.
herramientas y criteriosque nos ayuden a comprender mejor las situaciones
142 La educación moral en «Filosofía para Niños» 143
Matthew Lipman: Filosofía y Educación

morales en que nos desenvolvemos; tales herramientas, que son las desarrollados mediante programas complementarios, y especial-
que casi siempre se designan en FpN con el nombre genérico de mente aquellos que se centren en la formación de hábitos mora-
«herramientas de investigación ética»12, constituyen una serie de les básicos o se propongan desarrollar un alfabetismo moral en
criterios y factores que hay que tener en cuenta a la hora de exa- nuestros niños y jóvenes. En tal sentido, el trabajo que se pueda
minar una situación moral, hacer un juicio moral o tomar una hacer con Nous no excluye de ninguna forma el trato con otro
decisión moral. En tercer término, podemos utilizar también un material que pueda proveer a los niños de una ocasión para refle-
conjunto de herramientas que nos sirven para examinar el lenguaje y xionar sobre los múltiples interrogantes morales que les suscita
su vida cotidiana.
los procedimientos a partir de los cuales hacemos nuestros juicios morales;
aquí se examinan los supuestos, las estrategias, las herramientas, Nous no es más que un primer paso. Un primer paso que en
los instrumentos que nos permiten juzgar moralmente las situa- muchas cosas seguramente es todavía muy imperfecto, y que
ciones en que vivimos. Podríamos decir que aquí se trata de algunos han calificado incluso de «moralizante», pues creen que
hacer una crítica de la aplicación de nuestra razón en asuntos en él se dan lecciones morales demasiado explícitas a los niños.
morales, pues de hecho las herramientas de las que aquí habla- De todas formas, sus imperfecciones verdaderamente importan-
mos son algo así como unas herramientas de pensamiento críti- tes sólo podremos detectadas en la medida en que nos compro-
co en relación con problemas morales. metamos a trabajada seriamente con los propic:, úlelos. Lipman
Esta distinción entre distintos niveles de la investigación ética es claro en este punto: la investigación ética no empieza con
es fundamental para comprender el sentido de Nous. Si bien, al Nous; debería empezar mucho antes. Su idea es lue este texto
igual que en Lisa y en otros textos, aquí también se dan estos tres nos anime a quienes creemos en el valor de FpN como una pro-
órdenes de investigación, en Nous se pone mayor atención a los puesta filosófica y pedagógica bien fundamentada a desarrollar
conceptos que a las herramientas o al pensamiento crítico; es nuevas propuestas de educación moral que ayuden a niños cada
decir, se enfatiza el estudio de los conceptos morales mismos y se vez más pequeños a comprometerse con el ejercicio de la investi-
le da prioridad sobre los otros dos niveles de la investigación gación ética. Hay aquí un reto al que creo que vale la pena hacer
frente.
ética. Sin descuidar los aspectos cognitivos de la formación ética,
aquí se pone mayor atención en los elementos básicos de la edu-
cación moral, privilegiando el examen y la discusión racional
sobre las virtudes, su sentido, su naturaleza, sus contextos de apli-
cación.
Dado que el trabajo que se hace con Nous pone todo el énfa>
sis en la indagación cooperativa sobre las virtudes, no debe pen-
sarse que Nous constituya un programa de educación moral
acabado. Muchos otros aspectos de la educación moral deben ser

[2 Cfr. a este respecto el texto de Vera Waksmann «Formación ética y filosofía para
niños», en Kohan, Walter, y Waksmann, Vera (comps.): ¿ Qué es Filosofía ¡Jara Niños? Ideas
y propuestas para pensar la educación, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1997,

pp. 297-318.

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