Anda di halaman 1dari 23

Síndrome de Down: Lectura y escritura

Autoras:
María Victoria Troncoso
Profesora Especializada en Pedagogía Terapéutica
Fundación Síndrome de Down de Cantabria
María Mercedes del Cerro
Profesora Especializada en Educación Especial
Fundación Síndrome de Down de Cantabria
Edición impresa
Primera edición: 1998
Reimpresiones: 1999, 2004
Reimpresión revisada: 2005
© Fundación Síndrome de Down de Cantabria
© Masson S.A.
ISBN: 84-458-0656-4 Manual
Edición en portugués
© Porto Editora, 2004
Edición on-line: 2009
© Fundación Iberoamericana Down21

ISBN: 84-458-0656-4 Manual

Síndrome de Down. Lectura


y escritura
Capítulo 2. Programas educativos para niños con síndrome de Down

PROGRAMAS DE ATENCIÓN TEMPRANA

Durante los primeros años de la vida de un ser humano se producen grandes e importantes
cambios biológicos en el cerebro, que son muy distintos de los cambios producidos en etapas
posteriores que son mucho más pequeños, tanto en las estructuras como en la neuroquímica
cerebral.

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Los objetivos contemplados en los Programas de Atención Temprana o Estimulación Precoz,


son adquisiciones propias de los seres humanos que los niños sin dificultades adquieren por sí
mismos, como fruto de su propia madurez, sin necesidad de ser enseñados. Basta sólo que a
un niño se le provea del ambiente y nutrición adecuados para que ande y hable, sin necesitar
clases ni profesores. Sin embargo, los llamados aprendizajes académicos son creados por la
sociedad y son habilidades que se aprenden gracias a los educadores que los enseñan.
Aunque un niño en concreto, por sus condiciones personales, sea capaz de aprender a leer
solo, para ello necesitará al menos tener a su alcance textos escritos. Lo habitual es que a los
a niños se les enseñe a leer y a escribir porque, si no, no aprenderían. Lo mismo pasa con las
matemáticas y con otra serie de aprendizajes que se dan en la escuela.

Los niños con síndrome de Down y otros niños con dificultades de aprendizaje difieren de los
niños sin dificultades conocidas, en su necesidad de ser enseñados para gran parte de sus
adquisiciones, incluidas las que otros niños aprenden por sí solos como la marcha y el
lenguaje. Durante los tres primeros años de vida los programas de Atención Temprana
contienen una serie de objetivos que deben trabajarse porque, si no se hace, se corre el riesgo
de que el niño con discapacidad intelectual no logre esa destreza o habilidad o la logre de un
modo inadecuado. Durante la etapa preescolar, comparte con sus compañeros sin problemas
la necesidad de ser enseñado en actividades preacadémicas y en comportamiento social, pero,
como decimos, seguirá necesitando ayuda en habilidades que sus compañeros logran por sí
solos. Además, como señalamos más adelante, necesitará que se le enseñe de un modo
diferente:

 - con una metodología más sistematizada


 - con objetivos más parcelados, pasos intermedios más pequeños
 - con mayor variedad de materiales y de actividades
 - con un lenguaje más sencillo, claro y concreto
 - poniendo más cuidado y énfasis en los aspectos de motivación e interés
 - repitiendo más variedad de ejercicios
 - practicando en otros ambientes y situaciones.

Si todo esto no se tiene en cuenta y queda recogido en los programas individuales del alumno,
en las adaptaciones curriculares y en el trabajo que se hace a diario, no nos sorprende que los
progresos no se perciban y que los alumnos con síndrome de Down queden muy lejos de
alcanzar los objetivos generales y comunes del nivel en el que están matriculados (Troncoso et
al., 1994).

PROGRAMAS ESCOLARES
Así es como, desde hace unos años, va lográndose que gran número de niños
con síndrome de Down de 3 o 4 años de edad cronológica, tengan una
madurez y un nivel de desarrollo bastante próximos a los de los niños sin
dificultades de su misma edad. Sin embargo, a pesar de estos logros, conviene
estar vigilantes y alertas porque es casi seguro que la mayoría no progresarán
a ese mismo ritmo durante los años sucesivos. De hecho, los datos que vamos
recogiendo en la actualidad y las experiencias cotidianas van mostrando que, a
partir de los 4 o 5 años, los progresos pueden ser pequeños comparados con
los logrados en los años anteriores.

Si tenemos cuidado en la elaboración de un programa con objetivos


específicos, parciales, intermedios, para alcanzar un objetivo más amplio y
general, es evidente que eso nos permite trabajar sin ambigüedades y que
vamos a lo concreto. De esta forma, es fácil evaluar los progresos y las
dificultades. Muchos programas son un fracaso porque a veces son demasiado
generales y ambiguos, o porque ofrecen unos materiales o actividades para
desarrollarlos que se saltan los pasos intermedios, que deben ser más
numerosos y más parcelados, ya que los alumnos así lo necesitan. Mantener
ese objetivo claro y específico no implica rigidez, sino que facilita:

1. Una programación concreta que todos cuantos intervienen en la


educación del niño deben conocer y pueden entender.
2. Una observación detallada.
3. Un registro diario.
4. Una evaluación de resultados a corto plazo.

Y, como consecuencia, un cambio ágil en cuanto se supere el objetivo o se


observe un error de programación o el alumno no progrese
110 I
REVISTA SÍNDROME DE DOWN
I
VOLUMEN
29,

SEPTIEMBRE
2012

OPINIÓN

Actitudes, estereotipos y
Prejuicios: su influencia en el
Síndrome de Down
Propuestas de intervención

Por Emilio Ruiz Rodríguez


E
STEREOTIPOS
Los estereotipos son creencias relativas a las supuestas
características comunes de los miembros
de un determinado grupo social o colectividad. Es fácil
comprobar que tendemos a considerar
iguales, en la mayor parte de los aspectos (físico, psicológico,
conductual, cultural, social) a quie-
nes pertenecen a grupos distintos del nuestro. Esa tendencia es
la que origina y nutre muchos
de los tópicos que sobre las personas con síndrome de Down
se mantienen desde hace tanto
tiempo: son muy cariñosas, son muy sociables, son muy
tranquilas, son testarudas, son “niños
para toda la vida”. Quienes conocen la realidad de cerca saben
que esos clichés en ocasiones tie-
nen poca base empírica y, con frecuencia, son totalmente
falsos. No obstante, eso no resta ni un
ápice de fuerza a la solidez del estereotipo, que funciona
generalizando lo observado en algunos
pocos casos particulares, mientras se “olvidan” con rapidez
las excepciones. Es más, como los
rasgos faciales sirven para fijar a las personas en una
determinada categoría, como se ha com-
probado con los estudios relacionados con los rasgos
africanos de la población negra en Esta-
dos Unidos, el síndrome de Down con su fenotipo
característico refuerza con facilidad determi-
nados estereotipos. Se sigue pensando, por ejemplo, que
existe una relación directa entre la fiso-
nomía característica del síndrome de Down y el nivel de
discapacidad intelectual, aunque está
más que demostrado que no existe tal correlación.
La variabilidad presente entre las personas con síndrome de
Down es tan grande, e incluso
mayor, que la que se da en el resto de la población (Ruiz,
2011a). Compruébense, a modo de ejem-
plo, los márgenes temporales en que los niños adquieren
determinadas capacidades o hitos de
desarrollo, como la marcha o el habla, mucho más amplios
que en cualquier otro caso (Díaz-
Caneja, 2007). Dicho con otras palabras, no hay dos niños con
síndrome de Down iguales, ni
parecidos, aunque tengan en común la trisomía cromosómica.
A pesar de la evidencia de la ante-
rior afirmación, se siguen manejando multitud de
generalizaciones y lugares comunes que con-
forman el estereotipo. Por ejemplo, la mayoría de la gente
sigue empleando expresiones com
P
REJUICIOS
El diccionario de la Real Academia de la Lengua nos dice que
“prejuzgar” es “juzgar de las cosas
antes del tiempo oportuno, o sin tener de ellas cabal
conocimiento”. Un prejuicio, a su vez es
una “opinión previa y tenaz, con frecuencia desfavorable,
acerca de algo que se conoce mal”. El
prejuicio, por tanto, es eso, un juicio previo, un dictamen
emitido antes de tiempo respecto a
algo o a alguien que se conoce mal, con poco fundamento y
generalmente con carácter desfa-
vorable. Si los estereotipos son creencias previas
excesivamente simplificadas, los prejuicios son
actitudes negativas dirigidas con frecuencia hacia los
miembros de un grupo que suele ser mino-
ritario, y que desafortunadamente desembocan con facilidad
en alguna forma de discriminación
proyectada sobre ese grupo.
En el caso del síndrome de Down se manejan multitud de
prejuicios, positivos y negativos, res-
pecto a este colectivo de personas. En lo que se refiere a los
prejuicios positivos, mucha gente
cree, sin ninguna base que lo sustente, que los niños con
síndrome de Down son todos angeli-
tos, que son muy cariñosos, que son niños para toda la vida o
que son muy tranquilos. El prejui-
C
ONCLUSIÓN
En las secciones anteriores se ha intentado aportar algunas
propuestas prácticas para produ-
cir el cambio de actitudes, la destrucción de estereotipos y la
eliminación de los prejuicios nega-
tivos que sobre el síndrome de Down maneja la población
general. Algunas de estas ideas son:
la participación de las personas con síndrome de Down en el
mayor número posible de situacio-
nes normalizadas; la apertura de las instituciones
especializadas a la comunidad, llevando a cabo
actuaciones en el entorno e invitando a las personas del
ambiente cercano a conocer el centro,
sus usuarios y sus actividades; la intervención de personas
ajenas en diferentes actos relaciona-
dos con la discapacidad que provoca la disonancia cognitiva y
obliga a reducirla; la utilización de
un lenguaje correcto y respetuoso en relación con la
discapacidad en general y con el síndrome
de Down en particular; la difusión de información actualizada
y rigurosa sobre el tema; la for-
mación de padres, profesionales y de la población general en
relación con el síndrome de Down,
de manera que desaparezcan todos los tópicos e
informaciones erróneas que siguen asentadas
en la mente de tantas personas; la organización de cursos,
talleres, congresos, simposios y jor-
http://downcantabria.com/revistapdf/114/110-121.pdf
Mi SciELO

Revista Habanera de Ciencias Médicas


Versión On-line ISSN 1729-519X
Rev haban cienc méd v.8 n.1 Ciudad de La Habana ene.-mar. 2009

Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana (ISCM-H) Hospital Pediátrico


Universitario Pedro Borrás Astorga

REFLEXIONES SOBRE LA INTERVENCION TEMPRANA EN NIÑOS CON


SINDROME DE DOWN CONSIDERANDO LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD

Reflect on the early intervention in children with syndrome of Down considering


the family and tne community

*Lic. Maylen Machín Verdés. Calle 164 núm. 8314 entre 83 y 89, La Lisa, Ciudad de
La Habana.Teléfono:8326561. maylen.machin@infomed.sld.cu

**MSc. Esperanza Purón Sopeña. Calle Amargura 66 entre San Ignacio y Mercader.
Habana Vieja. Ciu dad de La Habana. Teléfono: 862096. epuron@fisica.uh.cu

***MSc. Juan Antonio Castillo Mayedo. Calle Mendieta núm. 6 entre Prado y 24, Rpto.
Hechavarría, Holguín. Teléfono: 274 14 12. juan.castillo@infomed.sld.cu

* Licenciada en Sociología. Diplomada en Intervención Temprana. Instructor.

**Licenciada en F ísica. Master en Física. Profesora Auxiliar. Investigador Titular.


Universidad de La Habana.

*** Licenciado en Enfermería. Master en Enfermería. Profesor Auxiliar del ISCM.


RESUMEN

La Intervención Temprana en los niños Síndrome de Down es una actividad cuya


práctica va encaminada al logro de su bienestar, favoreciendo la comunicación con el
mundo social y tratando de conseguir su adaptación en el ambiente en que se
desenvuelve su vida. Por ello, se realizó el presente artículo monográfico teniendo como
objetivo reflexionar sobre la importancia que tiene la Intervención Temprana, en
términos de inserción social a niños con Síndrome de Down y en la interrelación Down-
Familia-Comunidad desde una perspectiva sociológica. Se consideró que cuando se
logra una atención exhaustiva y oportuna, las orientaciones y ayudas que reciben las
familias, que tienen un niño con Síndrome de Down, resulta beneficiosa para el
desarrollo sicomotor y social del mismo. En este sentido, la atención sociológica que se
brinda al Síndrome de Down no debe excluir a la familia y, por ende, a la comunidad.
Más investigaciones sobre este tema son necesarias.

Palabras Clave : Intervención Temprana, Síndrome de Down, Familia, Comunidad.

INTRODUCCION

La Intervención Temprana en los niños Síndrome de Down es una actividad cuya


práctica va encaminada a facilitar su comunicación con su mundo social, tratar de
adaptarlos al ambiente en que se desenvuelve su vida y crear así el marco más adecuado
para un desarrollo socio-emocional armónico. Sin embargo, no ha sido debidamente
reconocida como una actividad útil, y tanto su dimensión práctica como la producción
de su teoría, encuentran serios problemas que afectan su buen desarrollo científico. 1

Se ha puesto énfasis en el individuo y en su medio social para la aceptación en las


familias a un niño Síndrome de Down y es muy importante la Intervención Temprana
para su inserción a la sociedad. En este sentido, cuadros conceptuales sobre laFamilia-
Comunidad se han elaborado en la Sociología desde los albores de la segunda mitad del
siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, para identificar cuáles de estos tributaban el
enfoque institucional o el grupal. 2

Desarrollar este enfoque en nuestro país resulta pertinente porque los trabajos que
existen son desde el punto de vista clínico y psicológico, y no desde una perspectiva
sociológica con el trabajo social. En Cuba se aplica este trabajo con enfoque social; en
el plan del hogar La Castellana, se están viendo grandes resultados positivos. Otra
organización que ha hecho intentos es Caritas de la Iglesia Católica que realiza un
trabajo profundo y sistemático desde el punto de vista social. 1

Por consiguiente, los enfoques de la Intervención Temprana en los niños Síndrome de


Down repercuten en el desarrollo de estos como ser individual y su relación con la
sociedad. El propósito del presente artículo es reflexionar sobre la importancia que tiene
la IntervenciónTemprana, en términos de inserción social a niños con Síndrome de
Down

METODO

En este trabajo, cuyo propósito es el de reflexionar sobre la importancia que tiene la


IntervenciónTemprana, en términos de inserción social a niños con Síndrome de Down
y en la interrelación Down-Familia-Comunidad, desde una perspectiva sociológica, l os
datos obtenidos son el resultado de una previa consulta a materiales bibliográficos
actualizados respecto al tema, además las reflexiones emitidas fueron a partir de las
experiencias del manejo de los niños Síndrome de Down y sus familiares en el Servicio
de Intervención Temprana del Hospital Pediátrico Universitario Pedro Borrás Astorga,
sintetizando el contenido en el procesador de texto Word.

Acercamiento al problema: Down–Familia–Comunidad

El nacimiento de un niño es un acontecimiento clave en la vida de una familia. Durante


nueve meses los padres se han estado imaginando cómo será el niño y qué efecto
causará en la familia. Se han supuesto las nuevas relaciones, papeles y
responsabilidades que se habrá de tener en el cuidado del recién nacido y que, al mismo
tiempo, cubran las necesidades económicas y sociales de la familia.9

Finalmente, llega el día: ha nacido el niño. ¿Verán los padres cumplidas las esperanzas?
Si el recién nacido tiene una minusvalía, es posible que los padres noten pronto algo que
no va bien del todo. 9

Todos los padres que han pasado por este trance describen sensaciones de choque
abrumador e incredulidad, como si el mundo fuera a estremecerse. Les cuesta seguir
escuchando. Algunos intentan huir de esta realidad mediante la esperanza de que ha
habido una equivocación, de que la prueba cromosómica demostrará equivocación, que
su hijo será una excepción. Sin embargo, estas reacciones son normales ante una crisis y
reflejan la necesidad de todos los seres humanos de huir de una situación que parece
insostenible. 9, 10

En este sentido, algunas parejas presentan dificultades para comunicarse entre sí acerca
del diagnóstico del recién nacido. Sus modos de afrontar una situación de tensión
pueden ser diferentes. No pueden evitar preguntarse por qué les ha tenido que ocurrir a
ellos.

Es cierto que nunca desaparecen los sentimientos de tristeza y pérdida, pero muchos
confiesan haber recibido de esta experiencia resultados beneficiosos. Notan que
adquieren una nueva perspectiva sobre el significado de la vida y una sensibilidad sobre
lo que es verdaderamente importante. A veces, una experiencia demoledora como ésta
puede reforzar y unir a una familia. 10

Está la negación de la situación: donde no se puede asumir el diagnóstico de la


patología y los padres y, en muchos casos, la familia piensa que el médico está
equivocado. Y emprende una serie de acciones, cuyo fin es conseguir otro diagnóstico
más favorable. Se visitan diversos profesionales y Centros de Atención Temprana con la
remota esperanza de que les nieguen el diagnóstico y les confirmen que el niño está
bien.10

El sentimiento de invalidez: se produce especialmente en las madres, por no haber


podido engendrar un niño sano, lo que les mueve en algunos casos a buscar otro
embarazo rápidamente. Es importante que los padres comprendan que cada niño es un
ser único y tiene el derecho de ser engendrado por el amor y deseo de los padres hacia él
y que va a necesitar toda la atención, cuidado y dedicación. Por el contrario, a veces se
deshecha la idea de tener otro hijo más adelante, aunque se esté en buenas condiciones
físicas para ello y se deseen tener más hijos. 10

La pérdida de la confianza en sí mismos se manifiesta en las madres a la hora de cuidar


a su bebé y establecer con él un adecuado ritmo en la alimentación y el sueño. Existe el
peligro de pasar a depender totalmente de los profesionales que les están orientando en
el programa de Intervención Temprana.

Dificultad para trasmitir el diagnóstico: el poder comentar el problema de su hijo ayuda


mucho a los padres, aunque al principio tengan dificultades para dar la noticia a la
familia y los amigos. A veces, se produce un aislamiento en cada miembro de la pareja a
la hora de comentar sus propios sentimientos y ello dificulta la transmisión del
diagnóstico. Los padres se encuentran mucho mejor cuando pueden hablar con libertad;
9, 10
aquí tienen un papel primordial las orientaciones del equipo dedicado a la asistencia
que brinda el servicio de Intervención Temprana, orientando a los mismos a su
participación en las escuelas de padres.

Reorganización de la familia del Síndrome de Down

La familia irá aprendiendo que el niño debe ocupar su lugar en las interacciones
familiares. Ese lugar no será el más importante ni tampoco se le condenará al último,
considerándole como la persona más torpe y necesitada de protección, lo que le
provocará sentimientos de desvalimiento, falta de confianza en sí mismo e impotencia.
11

Por ello es muy importante la presencia del padre en este proceso; él va a dar su sello
peculiar de acercamiento al niño. Apoyará a la madre para que no se encuentre sola ante
la atención y los cuidados especiales que requiere su hijo. Serán dos para quererle y
adoptar decisiones, y también dos para ocuparse del resto de los hijos que en un primer
momento puedan quedar muy abandonados. 12

CONSIDERACIONES FINALES

Finalmente, cuando se logra una atención exhaustiva y oportuna, las orientaciones y


ayudas que reciben las familias, que en su seno existe un niño con Síndrome de Down
resulta beneficiosa para el desarrollo sicomotor y social del mismo. En este sentido, la
atención sociológica que se brinda al Síndrome de Down no debe excluir a la familia y,
por ende, a la comunidad. Más investigaciones sobre este tema son necesarias.

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2009000100002
Artículo de opinión: Un cambio de
mirada hacia las personas con Síndrome
de Down
Mª Luisa Villafranca 21/03/2017

· Emiliano García-Page

Artículo del presidente Emiliano García-Page con motivo del Día Mundial del
Síndrome de Down – 21 Marzo
La mirada es precisamente el rasgo más visible que distingue a estas personas y una
mirada atrás es lo que les propongo en este pequeño ejercicio de reflexión para que
analicemos cuánto ha cambiado y cuánto nos queda por cambiar en nuestra sociedad.
Algo se ha movido desde que el 13 de diciembre de 2006 se aprobase en el seno de la
Organización de Naciones Unidas la Convención Internacional sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad, adoptada por el ordenamiento jurídico español el 3 de
mayo de 2008.

Este instrumento normativo ha supuesto importantes consecuencias para las personas


con discapacidad y entre las principales se destaca precisamente la “visibilidad” de este
grupo ciudadano, dentro del sistema de protección de derechos humanos de Naciones
Unidas, la asunción irreversible de que las políticas de apoyo a las personas con
discapacidad constituyen una “cuestión de derechos humanos”, ya que desde entonces
se cuenta con una herramienta jurídica vinculante a la hora de hacer valer los derechos
de estas personas.

A diario conocemos a jóvenes que tienen algún tipo de discapacidad. Si entablamos


conversación con estas personas y les preguntamos por sus inquietudes, descubriremos
que en la mayoría de los casos aspiran, nada más y nada menos, a llevar una vida
normal. Si les preguntamos por sus anhelos de futuro, nos responderán que tienen
metas, que les mueven sueños: formarse en una escuela en la que no se les separe del
resto de sus compañeros, tener un trabajo, vivir de forma independiente, tomar
decisiones sobre los aspectos significativos de su vida.

Lo de poder tomar decisiones libremente me hace recordar el caso una joven de


Fuensalida (Toledo), con Síndrome de Down, que llegó hace dos años a hacer realidad
su sueño de ser suplente de una mesa electoral porque sus padres habían conseguido que
un tribunal le devolviera el derecho de sufragio que una incapacitación legal de un juez
le había arrebatado años antes.

La pasada semana ha sido noticia internacional la historia personal de Mélanie, una


joven francesa con el mismo síndrome, cuyo sueño era presentar la previsión
meteorológica en un informativo de la televisión nacional francesa. Esa meta de
normalización laboral es denominador común de la mayoría de los jóvenes con algún
tipo de discapacidad de nuestro entorno.

Si la conmemoración de un día mundial tiene algo de positivo es que focaliza nuestra


mirada en la realidad tal y como la percibe y vive el colectivo y nos permite entender
mejor sus reivindicaciones. Reconozcamos, pues, sus capacidades antes que sus
limitaciones en cualquier faceta de la vida diaria. Fijémonos más en lo que aporta su
diversidad, como elemento que enriquece nuestra sociedad. Compartamos con ellos ese
sueño, esa meta cada vez más próxima, de conseguir la plena inclusión social de las
personas con algún tipo de discapacidad, de las personas con Síndrome de Down.

http://www.valderec.es/2017/03/21/articulo-de-opinion-un-
cambio-de-mirada-hacia-las-personas-con-sindrome-de-down/
ACRIPRENSA

 Donaciones
 Inglés
 Italiano
 Portugués
 Alemán
 Anuncie con nosotros

Ingreso | Registro

 Noticias
 Recursos
 Comunidad
 Herramientas
 Blog
 Quiénes somos

Home » Noticias » Síndrome de Down

Síndrome de Down: Últimas Noticias


La lección que un niño de 8 años con
síndrome de Down le dio a este obispo
La lección que un niño de 8 años con
síndrome de Down le dio a este obispo

Mons. Joseph Kurtz / Mary Rezac (ACI Prensa)

MARYLAND, 14 Nov. 16 / 05:30 pm (ACI).- El Arzobispo de Louisville y aún


Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Mons. Joseph
Kurtz, compartió su experiencia de haberse encontrado con un niño de 8 años con
síndrome de Down de quien aprendió una sencilla pero clara lección.

En conferencia de prensa realizada en Baltimore este lunes 14 de noviembre, en el


marco de la asamblea plenaria del episcopado estadounidense, Mons. Kurtz contó el
encuentro que tuvo con el pequeño, un refugiado en la ciudad de Kharkiv in Ucrania, en
donde estuvo en junio de 2015.

Al reunirse con el niño y su familia, el Prelado relató que el pequeño “instintivamente


saltó a mis brazos, me miró con una gran sonrisa y me dijo en un lenguaje que solo mi
corazón entendió: ‘Te amo’”.

“La lección es obvia: nosotros los obispos y todos los que servimos al Señor
necesitamos abrir nuestros corazones a la alegría que otros puedan darnos. La alegría y
el amor no son solo para ser dados sino también para ser recibidos”, dijo el Prelado
que en esta asamblea termina su periodo al mando del Episcopado estadounidense.

Para Mons. Kurtz, este pequeño “y confiado hijo de Dios merece una oportunidad”, así
como muchos niños en Estados Unidos necesitan “una oportunidad también”.

El Arzobispo también recordó haberse reunido con una docena de menores que llegaron
solos al país y que estaban bajo custodia federal. Ellos, dijo, “solo querían trabajar,
estudiar y estar con sus familias”, además de “rezar a Dios por ayuda”.

“Ya sea el pequeño con síndrome de Down de Kharkiv en mis brazos o la docena de
jóvenes con sueños en sus corazones, nosotros los obispos necesitamos esos momentos
de inspiración y aliento que nos vienen de Dios”, compartió el Prelado.

El Arzobispo dijo que estos y otros desafíos que tienen ahora alientan el “diálogo
respetuoso” con la administración del Presidente electo, Donald Trump.

“Unidos al Papa Francisco, confiamos y estamos confiados, mientras escuchamos una


vez más el eco de las palabras de Jesús: lo que hiciste por el más pequeño, a mí me lo
hicisteis”.

“Ya sea al proteger a un niño en el vientre de su madre o a una familia que busca un
futuro mejor como migrante y que viene de otro país, es nuestra tarea no pensar en
nuestros propios intereses sino en el bien común”, destacó.
En toda la campaña electoral, lamentó, “hubo una falta de civilidad sin precedentes”, sin
embargo, precisó, “ahora es tiempo de caminar hacia adelante con respecto por aquellos
que sirven en la esfera pública”.

https://www.aciprensa.com/noticias/etiquetas/sindrome-de-down
CLAVES PARA EL ÉXITO DE LA INCLUSIÓN
EDUCATIVA

EMILIO RUIZ RODRÍGUEZ. PSICÓLOGO


FUNDACIÓN SÍNDROME DE DOWN DE CANTABRIA.
ESPAÑA
www.downcantabria.com
e-mail: eruizr02@ono.com
Subdirector de la Revista “Síndrome de Down”.
http://revistadown.downcantabria.com/
Coordinador del Área de Educación-Psicología del
Canal “Down21” en Internet (http://www.down21.org/)

El proceso de inclusión o "ven a comer a mi casa"


 INCLUSIÓN EDUCATIVA

La inclusión escolar de los niños con síndrome de Down es un paso más en el proceso
de inclusión social que comienza en la familia y se culmina en la etapa adulta con su
participación en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho. La aceptación de los
familiares (padres, abuelos, hermanos, tíos, primos), la integración en el vecindario y
en el entorno cotidiano, la inclusión en el tiempo de ocio, la incorporación a diferentes
ambientes sociales y recreativos o la integración laboral, son escalas en esa larga
travesía hacia la inclusión social plena. Una travesía que queda truncada si en la etapa
escolar, el momento en el que todos los niños acuden a centros educativos a ser
preparados para poder superar los retos que la sociedad les presentará en la vida
adulta, no comparten con los demás niños una educación en entornos ordinarios.

La escuela, por tanto, es otro escalón que nos dirige hacia la inclusión social de las
personas con síndrome de Down. Un escalón que, en contra de la opinión de los que
nos dedicamos a la educación, no es el más importante, pero sí es determinante. La
inclusión educativa en centros ordinarios es la forma más adecuada de escolarizar a
los niños con síndrome de Down en los centros escolares. Eso sí, no basta con su
presencia física en la escuela. Es preciso que se adopten las medidas metodológicas y
organizativas precisas, que se les proporcionen los apoyos necesarios y que se
realicen las oportunas adaptaciones curriculares, para que el proceso inclusivo sea
real y no una mera declaración de intenciones, reflejada en los diferentes documentos,
pero sin verdadera influencia en la vida del niño.

 INCLUSIÓN: UN PASO ADELANTE


"La inclusión no es dejar pasar, es dar la bienvenida"
El proceso social que se produce en la inclusión de las personas con discapacidad ha
seguido, históricamente, unos pasos bien definidos. Siguiendo la secuencia lógica en
la evolución de los sistemas educativos, la exclusión representaría la fase en la que se
niega el derecho a la educación de determinados colectivos. Las referencias históricas
de las que disponemos apuntan hacia la segregación y hasta la eliminación de los
sujetos con algún tipo de deficiencia, como hacían los espartanos con los niños
deformes o insanos, que arrojaban a un barranco en el monte Taigeto. Las personas
con discapacidad intelectual, por ejemplo, fueron consideradas durante muchos años
apenas entrenables para hábitos de autonomía básica, por lo que permanecían en sus
hogares o eran internados en los centros clínicos o psiquiátricos, donde convivían
incluso con personas con trastornos mentales o delincuentes. No se valoraba la
posibilidad de que pudieran ser objeto de educación, por lo que no había una
institución educativa que les acogiera. misión final de quien pretenda abrir nuevas vías
de inclusión para los niños con síndrome de Down en las escuelmisión final de quien
pretenda abrir nuevas vías de inclusión para los niños con síndrome de Down en las
escuelas.
Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de
los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz.
UNESCO. Acta Constitucional
Puesto que la exclusión nace en la mente de los hombres, es en la mente de
los hombres donde debemos erigir los baluartes de la inclusión.

CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE


LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Art. 24. Educación
Los Estados Partes asegurarán un sistema de educación
inclusivo a todos los niveles así como la enseñanza a lo largo
de la vida.

Los Estados Partes asegurarán que


b) Las personas con discapacidad puedan acceder a una
educación primaria y secundaria inclusiva, de calidad y
gratuita, en igualdad de condiciones con las demás, en la
comunidad en que vivan.

Ella está en el horizonte,

Me acerco dos pasos,

Ella se aleja dos pasos.


Camino diez pasos
y el horizonte se corre

Diez pasos más allá.


Por mucho que yo camine

Nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?

Para eso sirve: para caminar.


Eduardo Galeano

Anda mungkin juga menyukai