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A mis amados hijos

Mis amados hijos, mis tesoros más preciados, una vez más doy gracias al Señor
nuestro Dios por su vida y por regalarme la oportunidad hermosa de ser mamá.
Ustedes dos le dan esperanza a mi vida, alegran mi existencia.

Aprovecho también para pedir perdón porque han sido innumerables los errores que
he cometido en su crianza, ninguno con propósito de causarles mal alguno, sino todo
lo contrario por evitarles dolor, el Señor llene su corazón de amor y comprensión para
perdonarme.

Quiero hablarles desde mi experiencia de vida, en mi juventud por un conocimiento


erróneo de Dios, muy lejana de Él, cometí errores que aunque el Señor me ha
perdonado y ha permitido restaurar y devolver el camino a la senda de su inicial
propósito, no dejo de pensar que algunas de las consecuencias que hoy sufrimos se
hubieran podido evitar si ese acercamiento hubiera llegado antes. Y eso me lleva a
pensar que ustedes han sido privilegiados, porque han sido instruidos en el
conocimiento del Dios que todo lo puede, que nos ama con amor eterno, que nos
escogió y nos llamó a su servicio, que anhela bendecirnos y usarnos todos los días y
del cual hemos podido disfrutar de su presencia y su inagotable misericordia.

Por eso hoy les pido que no tengan en poco ese amor, el sacrificio de Jesucristo al
morir, separarse del Padre por redimirnos y darnos ese camino que hoy podemos
recorrer para acercarnos al Padre. Les pido hijos míos que aunque sean atraídos por
el ambiente de este mundo, que sé y reconozco que es muy atractivo, que parece
bueno o no tan malo, no permitan que el enemigo los aparte de los planes de Dios para
sus vidas. ¡Sean valientes! Como digo, entiendo que hay una presión muy fuerte, pero
cuando uno ha vivido la experiencia de andar el camino sin Dios y andarlo con El,
créanme es mucho mejor andarlo con El. Es evitar dolor en sus corazones, es apartar
malas consecuencias de sus vidas, es asegurar gozo y paz. Es ganancia segura.

¡Los amo tanto¡ no lo imaginan, y sé con pleno convencimiento que el Señor cumplirá
el propósito profético por el cual fueron creados. A Camilo mi monito, el Señor mismo
te ha cuidado desde el vientre, te ha protegido y sé con toda certeza que aunque tus
pasos se quieran desviar, El Señor mismo ira por ti y te traerá hacia El con cuerdas de
amor, y gozaras de su presencia y le adoraras con el fruto de tus dones, porque el
Señor lo ha prometido y El cumple sus promesas. A mi Nico inocencia y ternura,
crecerás y te afirmarás en sus caminos, y el Señor mismo cuidará tu corazón del dolor
que otros puedan causarte, El mismo te cuidara y te bendecirá.
Quiero que además sepan que mi amor de madre siempre estará para ustedes, que
mis oraciones al cielo por ustedes no cesarán nunca, que son la esperanza de un
futuro, de unos nietos, de un legado de entrega, servicio y adoración al Señor.

Con todo mi amor, su madre.


EPISTOLA A MIS HIJOS

LILIA PATRICIA ARDILA RAMIREZ

CC 52286930

Presentado a

Señora Joy Corsón

EPISTOLAS PAULINAS Y GENERALES

SU PRESENCIA BEREA

2018

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