Los lóbulos occipitales son las terminaciones de las vías geniculocalcarinas y son
esenciales para la percepción y el reconocimiento visuales. (1)
La información visual viaja a través de las vías visuales que comprenden el nervio
óptico, Quiasma óptico, tracto óptico, cuerpo geniculado lateral, Radiaciones
Geniculo calcarinas y Corteza Visual (lóbulo occipital) (2)
OBJETIVOS:
I. ANATOMÍA:
Los lóbulos occipitales son las terminaciones de las vías geniculocalcarinas y son
esenciales para la percepción y el reconocimiento visuales. Cada una de estas
partes del encéfalo tiene una gran superficie medial y superficies lateral e inferior
un poco más pequeñas. La cisura parietooccipital genera una frontera medial neta
con el lóbulo parietal, pero en sentido externo el lóbulo occipital se fusiona con los
lóbulos parietal y temporal. (1)
La disposición del quiasma óptico es tal que los axones de la mitad lateral de la
retina izquierda y de la mitad nasal de la retina derecha se proyectan centralmente
detrás del quiasma dentro del tracto óptico izquierdo. Como resultado de la óptica
del ojo, estas dos mitades de la retina izquierda y derecha reciben información
visual del lado derecho del mundo visual. Esta disposición anatómica permite que
el hemisferio izquierdo reciba información de la mitad contralateral (lado derecho)
del mundo visual y viceversa. Después de viajar a través del quiasma óptico, los
axones de las células ganglionares retinianas viajan centralmente por el tracto
óptico, que discurre por el cuerpo geniculado lateral (también llamado núcleo
geniculado lateral) al igual que por el colículo superior. Los cuerpos
geniculados laterales, junto con los cuerpos geniculados mediales, constituyen
importantes núcleos de retransmisión (para visión y audición, respectivamente)
dentro del tálamo. Cada núcleo geniculado lateral es una estructura con seis
capas. Estas diferentes capas parecen tener funciones distintas en el
procesamiento visual. Las señales de las células ganglionares magnocelulares y
parvocelulares de la retina (véase la discusión anterior de Anatomía y fisiología
dentro de la sección titulada Ojo) convergen en diferentes capas dentro del
geniculado lateral. Estas señales conservan el principio arquitectónico de
corrientes múltiples y paralelas de información visual, cada una dedicada al
análisis de un aspecto diferente del ambiente visual. Las fibras cruzadas del tracto
óptico concluyen en las láminas 1, 4 y 6, en tanto que las fibras no cruzadas
terminan en las láminas 2, 3 y 5. L os axones del tracto óptico terminan de una
manera sumamente organizada y sus terminaciones sinápticas están organizadas
de una manera similar a un mapa (organización retinotópica) que reproduce la
geometría de la retina. (La parte central del campo visual tiene representación
relativamente amplia en
los cuerpos geniculados
laterales, lo cual es
probable que dé por
resultado una mayor
resolución visual, o
sensibilidad al detalle, en
esta región.) Los campos
receptivos de las neuronas
en los cuerpos
geniculados laterales
consisten en general en un
centro “encendido” con un
entorno “apagado” o
viceversa.
Incluso otros aferentes del tracto óptico envían proyecciones, por medio del área
pretectal, a las neuronas parasimpáticas en el núcleo de Edinger-Westphal
(parte del núcleo del nervio motor ocular común). Estas neuronas parasimpáticas
envían axones dentro del nervio motor ocular común y terminan en los ganglios
ciliares (figura 15-14). Las neuronas posganglionares, dentro de los ganglios
ciliares, envían proyecciones a los músculos del esfínter del iris. Esta asa de
neuronas es responsable del reflejo pupilar a la luz, que produce la contracción
de la pupila en respuesta a la estimulación de la luz en el ojo. Los axones visuales
en cada tracto óptico se proyectan de manera bilateral al núcleo de Edinger-
Westphal. Como podría esperarse, cuando una luz incide en el ojo, hay
contracción de la pupila no sólo en el ojo del mismo lado (reflejo directo de la luz),
sino también en el ojo contralateral (reflejo consensual de la luz). (2)
III. LA CORTEZA VISUAL
a. Anatomía
Más allá de la corteza visual primaria, varias otras áreas visuales (área 18 y área
19) se extienden en forma concéntrica fuera de la corteza visual primaria. Estas
áreas también se denominan corteza extraestriada o corteza de asociación visual.
Dos mapas visuales retinotópicos independientes se localizan dentro del área 18
(V2 y V3) y tres mapas retinotópicos se localizan en el área 19 (V3A, V4 y V5). V2
contiene franjas ricas en citocromo, separadas por interfranjas pobres en
citocromo. Continuando el tema de las vías múltiples y paralelas de información
visual, las señales magnocelulares se transforman dentro de las regiones con
franjas gruesas, en tanto que las señales parvocelulares se procesan en las zonas
interfranja y en las zonas con franjas delgadas de V2. (2)
Incluso otra área visual, denominada MT, se localiza en la parte posterior del surco
temporal superior. Esta área visual recibe y analiza información sobre la
localización de los estímulos visuales, pero no sobre su figura y color. El área MT
no proporciona información sobre qué es el estímulo, pero sí sobre dónde se
localiza. (2)
d. Histología
La corteza visual primaria parece contener seis capas. Contiene una línea de
fibras mielinizadas dentro de la lámina IV (línea de Gennari o línea externa de
Baillarger; figura 15-19). Las células
estrelladas de la lámina IV reciben señales del
núcleo geniculado lateral y las células
piramidales de la capa V se proyectan al
colículo superior. Las células de la capa VI
envían una proyección recurrente al núcleo
geniculado lateral. (2)
IV. IRRIGACION
V. FISIOLOGÍA