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Cervantes Tapia Alondra M.

311195682
09/02/17
El veleidoso clima
René Garduño

René Garduño participa en proyectos de investigación como el estudio de la


sensibilidad por el incremento de la constante solar y la predicción climática a
corto plazo en la República Mexicana.
En la atmósfera hay una capa llamada tropósfera que es la más baja, en ella hay
clima, y contiene toda el agua atmosférica y toda la humedad, además de que la
temperatura disminuye a medida que se asciende en ella.
El océano y la atmósfera interactúan térmica, hidrológica y dinámicamente; el
océano es el principal regulador del clima, pues es la fuente primordial de calor.
Otra propiedad del océano es su capacidad calorífica, que es la capacidad de
resistirse al cambio de temperatura; el continente también presenta ésta propiedad
pero es insignificante comparada con la del océano, lo que provoca que responda
más rápidamente a la radiación solar, lo anterior debido a que la capa continental
es diez veces más delgada que la oceánica; el continente participa en el clima por
otros medios, uno primordial es su color (albedo), pues de él depende la cantidad
de radiación solar absorbida por el suelo, que lo calienta y posteriormente calienta
al aire. También participa por medio de el intercambio de humedad en forma de
vapor mediante su cubierta vegetal, al mismo tiempo que absorbe agua, proceso
fundamental para la vegetación.
Otra parte importante del clima es la criosfera, que es la capa de hielo y nieve que
cubre parcialmente océanos y continentes, ésta también se localiza
mayoritariamente por los casquetes polares.
Solo la parte absorbida de la radiación calienta a un cuerpo, mientras más obscuro
sea un cuerpo que recibe radiación, elevará más su temperatura, en el caso de la
criosfera, es mucho más blanca y por lo tanto no absorbe la radiación, sólo la
refleja o transmite.
Ahora pasamos a hablar del Sol, que es el motor del clima; su calor llega a la
Tierra en forma de radiación, la cantidad de rayos que inciden dependen de la
latitud y la época del año. Regresando a lo mencionado anteriormente, una parte
de sus rayos (radiación) es absorbida, otra es reflejada al espacio exterior por las
nubes y la atmósfera, mientras otra es captada por éstas y la restante alcanza la
superficie, la parte que ésta absorbe la calienta mientras que también refleja otra
parte.
La temperatura es la variable fundamental, depende del balance de radiación, o
sea, la contabilidad de la radiación que entra y la que sale, a la vez la temperatura
contribuye al movimiento del aire, cuando el suelo se calienta, el aire superficial
también lo hace; como consecuencia, su densidad disminuye y se eleva, el hueco
dejado se llena entonces con el aire más frio circundante y esto produce viento, el
viento contribuye a determinar el campo de temperatura en la tropósfera y así
lograr el ciclo del aire anterior.
La radiación que proporciona el sol depende de la distancia; la órbita de la Tierra
es una elipse, en uno de cuyos focos se ubica el sol y la distancia entre éstos
depende de la época del año, por ejemplo, el día que estamos más cerca del sol
es el 3 de enero, se pensaría que debiera ser el día más caluroso y resulta ser el
más frío, la explicación es que la dirección con que llegan los rayos varía durante
el año por la inclinación del eje de rotación de la Tierra.
Otro aspecto evidente del clima, son los cambios de estación, éstos se deben a la
manera en cómo se orienta la Tierra respecto al sol durante el año; los rayos del
sol llegan verticales al mediodía en distintos lugares, ya que el sol viaja de norte a
sur entre junio y diciembre, también todos los días sale por el este y se mete por el
oeste y los puntos extremos de su viaje diurno se desplazan en el horizonte según
transcurre el año, en invierno hacia sur y en verano hacia el norte.
Simultáneamente, entre más al sur está el sol, su trayecto es más corto, en total,
asciende poco y recibimos sus rayos menos horas, conforme nos acercamos al
verano el sol se levanta cada vez más y aumentan las horas de luz hasta alcanzar
al medio día el cenit o cúspide de la bóveda celeste el 16 de mayo; continua su
trayecto que llega a su extremo norte el 21 de junio; de ahí emprende el regreso,
pasando nuevo por la vertical el 26 de julio.
En la mayor parte de nuestro país, el invierno es seco; en consecuencia el cielo es
muy azul y la atmosfera transparente; por eso, en invierno el contraste térmico
entre el sol y sombra es fuerte, la situación se acerca a la que priva en la Luna:
sombra muy obscura y sol hiriente; esto se debe a que la atmosfera deja pasar
casi intactos los rayos solares directos, sin que alcancen a calentarla y la ínfima
dispersión impide que los rayos lleguen a la sombra, para ambas razones en ésta
hace frío. Además, a eso de que el sol “queme” contribuye el que en invierno está
muy tendido y sus rayos nos llegan de frente a la cara y al cuerpo, y una mayor
cantidad de ellos incide sobre nuestra piel que en las demás épocas.
El clima es entonces repetitivo con ritmo anual tiene un ciclo regular de
temperatura, humedad, etc., que constituye la normal, respecto a esta línea base,
debe hacerse el pronóstico climático.
Otro tema que toca el autor es el efecto invernadero, popularizado y conocido
mayormente como villano, él menciona que el efecto invernadero siempre ha
existido, pues en años anteriores, ayudó a propiciar la vida en la Tierra, lo que
ocurrió es que en las últimas décadas se ha intensificado anormalmente por
acción del hombre. Aquí entra otro concepto: temperatura efectiva: aquella que
resulta del equilibrio entre la radiación solar absorbida y la radiación propia emitida
del planeta. Un cuerpo que recibe radiación continuamente no puede aumentar su
temperatura indefinidamente, sino que el mismo emite radiación en todas
direcciones todo el tiempo, y ésta emisión es mayor cuanto más caliente esté, así
lo perdido compensa lo ganado, la Tierra sería más caliente si fuera más negra o
si estuviera más cerca del sol; el color o blancura caracteriza la capacidad de un
cuerpo para absorber y reflejar la luz visible. Todo lo anterior sirve para entender
que la temperatura de la Tierra está muy por encima de la temperatura efectiva,
aquella que sería normal, lo que refleja que la Tierra sí se está calentando lo que
es resultado del efecto invernadero anormal.
La atmósfera es casi transparente a la radiación que viene del Sol, pero es muy
opaca a la radiación emitida por la superficie terrestre, continente y océano. Esta
radiación atrapada calienta al aire, principalmente sus capas inferiores y da lugar a
una temperatura mucho más alta que si no hubiera atmósfera.
A éste calentamiento perjudicial se le atribuyen los gases como el CO 2 y el vapor
de agua, la cantidad de H2O presente en el aire es interdependiente con la
temperatura, pues cuanto más caliente esté la atmósfera, absorbe más agua que
se evapora del océano, las plantas y el suelo; a su vez el calentamiento original se
acrecienta por la presencia de H2O adicional, ya que éste aumenta la opacidad
infrarroja de la atmósfera. Análogamente el H2O atmosférico disminuye cuando
baja la temperatura y refuerza el enfriamiento. Sin embargo, se concluye que el
CO2 es el principal causante del incremento global de éste.
Al final el hombre sí aceleró el proceso anómalamente mediante la quema de
combustibles fósiles y con la degradación de la biota; en el caso de la
deforestación, hay un doble efecto pues la vegetación destruida libera CO 2 al
quemarse o pudrirse y por otro, el proceso de fijación del CO2 de la atmósfera en
las plantas, principalmente árboles, se abate. Mucho CO2 se queda en el océano
mediante un mecanismo y a una tasa no muy bien conocidos, sin embargo, se
cree que falta mucho tiempo para que éste se sature de CO2. La mayoría de los
estudios sobre el cambio climático por efecto de éste gas han calculado que éste
se duplicará en décadas próximas. Los estudios no son estrictamente predictivos
y acertados, son más bien de sensibilidad, tomando en cuenta datos de años
anteriores con lo cual no se tiene certeza de cómo será el clima en años próximos,
pues no sólo incrementará el gas, sino otras muchas variables habrán cambiado
en la atmósfera, continentes y océano. Se trata de evaluar la sensibilidad del
clima frente un forzamiento externo que consiste en alterar arbitrariamente alguno
(solo uno) de los múltiples factores que lo determinan.
A todo esto el autor concluye que no se sabe si sí se ha aumentado la temperatura
del planeta ya que no hay un consenso concreto y presenta varios datos ya que
las tendencias suben y bajan, hay problemas de medición etc. Dejando claro que
tratar de explicar y predecir el clima es muy complejo por la gran cantidad de
parámetros que en él participan, variables e interacciones de tipo físicos,
biológicos y químicos.
Con esto último el clima en efecto, como lo dice el autor es veleidoso, caprichoso,
inconstante pero es algo cotidiano que rige la vida humana.

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