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LA ABOGACIA Y SUS PERSPECTIVAS EN LA SOCIEDAD

“Lucha, tu deber es luchar por el derecho, pero el día que encuentres conflicto

del derecho con la justicia, lucha por la justicia”

Los abogados antenas de la justicia, en una sugestiva metáfora de

CALAMANDREI son, desde que comenzara un genérico derecho de defensa,

relevantes termómetros del

grado de civilización en

cualquier sociedad, así como

piezas clave de la implantación

del Estado de Derecho.

Incontables ejemplos de esta

noble tarea se encuentran en algunos ilustres nombres: SÓCRATES, CICERÓN, o

TOMAS MORO, que constituyen baluartes de la defensa de la razón y de la

civilización; y como apuntaba un estudioso del derecho: “El Derecho es libertad”,

entonces, la Abogacía, es su garante.

El abogado que ha llegado a comprender la idea del Derecho como instrumento

de Justicia y de Paz, sabe bien que en los pilares de un orden social recto, se

asientan en la piedra angular de la libertad y el respeto de la persona humana.

Un concepto de abogado de fácil entendimiento es la que nos la da Llerena

Quevedo: es un servicio especializado, que supone un cierto dominio de un campo

determinado y más o menos amplio del conocimiento, dirigido a la solución de


problemas y necesidades de orden práctico y ejecutado a solicitud de otro, con

independencia de criterio, esto supone que los actos del profesional del derecho

deben estar ajustados a la verdad y a la buena fe. Si bien se trata de una

prestación de servicios normalmente remunerada, la calidad del servicio no puede

ser proporcional a la cantidad pactada.

La sociedad actualmente, tiene una concepción del abogado muy errónea, como

vulgarmente lo califican, “vampiro chupasangre, o rata con corbata”. Pero, por que

esa fama, pues muy poco nos respondemos el por que la sociedad nos muestra

una actitud reacia. De hecho, la respuesta queda en nosotros mismos, y en el

comportamiento, que tenemos con alguien que pide nuestro patrocinio,

alardeamos, y confundimos a la gente para así demostrar erróneamente que

somos los indicados, o simplemente sorprender con nuestro lenguaje, jurídico bien

aprendido, y de esa manera, leguliyando en el caso obtenido.

La Abogacía Como Política

La abogacía es la disciplina de la libertad dentro del orden. Los conflictos entre lo

real y lo ideal, la libertad y autoridad, el individuo y el poder, constituyen el tema de

cada día.

En medio de estos conflictos, el abogado, desde la defensa que pugna por su

justa aplicación, es quien desata muchas veces ráfagas de la tempestad y puede

contenerlas.
La Abogacía Como Ética

¿Qué es la ética? Esta pregunta, tan inocente y sencilla, no tiene una respuesta

con cualidades similares. En las sociedades occidentales u occidentalizadas,

aparece casi siempre ligada a los conceptos religiosos: hacer el bien y evitar el

mal; implica un comportamiento que se denomina “ético”..., pero esta “línea de

conducta”, no nos permite definir o señalar que es lo que entendemos por alguna

de esas palabras. Aquí no vamos a dar respuesta a nuestra pregunta inicial, pero

sí a buscar una aproximación a su innegable influencia en el “mundo de las

profesiones” o el “mundo de los negocios”.

El comportamiento del ser humano es un complejo mundo de decisiones, las

cuales nos muestran como, por el comportamiento de una persona, podemos

saber muchas cosas de su vida..., más aún sobre la forma en que desarrollan sus

actividades profesionales, y es que el comportamiento ético, comprende una

unidad indivisible en el ser humano, pues es su disposición en la vida, su carácter,

sus costumbres y su moral; en líneas generales, es "su modo o forma de vida".

Lo ético, la conducta honesta, implica la toma de decisiones correctas,

produciendo situaciones complejas, tanto para los abogados como para los que no

lo son; la crítica es mayor, cuando se sobreentiende, por definición que todos los

abogados debemos por formación, estar familiarizados con el estudio de este

tema, es decir, con los cursos que algunas Universidades imparten

obligatoriamente o en forma electiva, denominados Ética Jurídica, Deontología

Jurídica, etc.
La abogacía es un constante ejercicio de la virtud. La tentación pasa siete veces

cada día por delante del abogado. Este puede hacer de su oficio la más noble de

todas las profesiones o el más vil de todos los oficios.

La Abogacía Como Acción

La abogacía es un constante servicio de valores supervisores que rigen la

conducta humana. La profesión demanda, en todo caso, el sereno sosiego de la

experiencia y del adoctrinamiento en la justicia; pero cuando la anarquía, el

despotismo o el menosprecio a la condición del hombre sacuden las instituciones

y hacen temblar los derechos individuales, entonces la abogacía es militancia en

la lucha por la libertad.

Arte, política, ética y acción son, a su vez, solo los contenidos de la abogacía. Esta

se halla, además.

Dotada de una forma. Como todo arte tiene su estilo, y este estilo no es la unidad,

sino la diversidad.
CONCLUSION

En síntesis, se infiere que el tema no es tanto en cuanto lo que plasman los libros

sino también, en la actitud que tomamos en la vida cotidiana y en nuestra

formación como futuros abogados, agentes que de por medio seremos

instrumentos de justicia, y equidad, haciendo valer, los derechos de quien los

pidan. Aparte de aquello, también, a la actitud correcta y al comportamiento como

profesionales propiamente dichos. Dejando caer sobre nosotros la confianza de

nuestros patrocinados, a de esa manera la correcta acción en cuanto el proceso.

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