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Guerra Franco - Prusiana

La guerra franco-prusiana fue un conflicto bélico que se libró entre el 19 de julio de 1870 y el 10 de
mayo de 1871 entre el Segundo Imperio francés (y después de la caída del régimen, por la Tercera
República Francesa) y el Reino de Prusia, con el apoyo de la Confederación Alemana del Norte y los
reinos aliados de Baden, Baviera y Württemberg. El conflicto marcó el estallido de la tensión entre
las dos potencias, que se acrecentó tras el fracaso del proyecto de Napoleón III de anexar
Luxemburgo, un evento que causó el final de una relación relativamente equilibrada con la Prusia de
Otto von Bismarck. La tensión se hizo mayor debido a la creciente influencia, no tolerada por
Francia, ejercida por los Estados alemanes en el sur del río Meno, y la dirección de Prusia ejercida
dentro de la Confederación Alemana del Norte (estado creado en 1867 tras la victoria de Prusia en la
guerra austro-prusiana).
La guerra franco-prusiana fue el conflicto más importante que se libró en Europa después de las
guerras napoleónicas y previo a la Primera Guerra Mundial y terminó con la completa victoria de
Prusia y sus aliados. La consecuencia más importante fue la creación del Imperio alemán, el cual
mantuvo un papel muy influyente en las relaciones políticas internacionales de las décadas
siguientes. La debacle francesa también trajo el fin del Segundo Imperio de Napoleón III y, con la
caída de este, la subordinación temporal del papel de Francia en comparación con los otros poderes
de las familias europeas. El fin de la época imperial de Francia significó el inicio de la Tercera
República Francesa, que —en tamaño e influencia— se convirtió en el régimen republicano más
importante entre los que entonces existían en el continente.
Nuevo imperialismo
El término Nuevo Imperialismo (también Neoimperialismo) se refiere a la política e ideología de
expansión colonial e imperialismo adoptada por las potencias europeas y posteriormente por los
Estados Unidos y Japón desde fines del siglo XIX hasta principios del siglo XX, aproximadamente
desde la Guerra Franco-Prusiana (1871) hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial (1914). El
calificativo de "nuevo" es para contrastarlo con la primera ola de colonización europea desde los
siglos XV al XIX y con el imperialismo en general. Se caracteriza por una persecución sin
precedentes de lo que ha sido denominado "el imperio por el imperio mismo", una agresiva
competición por la adquisición de territorios de ultramar acompañada por la emergencia en los
países colonizadores de doctrinas de superioridad racial que negaban la capacidad de los pueblos
subyugados para gobernarse en ellos mismos.
Como hacia 1880 la mayor parte de África todavía estaba sin ocupar por las potencias occidentales,
ese continente se constituyó en el principal objetivo de la "nueva" expansión imperialista, dando lugar
al llamado "Reparto de África". Dicha expansión también tuvo lugar en otras áreas, notablemente en
el Sureste Asiático y las regiones marítimas del Este de Asia, donde Estados Unidos y Japón se
unieron a las potencias europeas en el reparto territorial.
Durante las décadas de 1940, 1950 y 1960, una ola de levantamientos independentistas pone fin a
los imperios coloniales europeos que aún sobrevivían.
Conferencia de Berlín
La conferencia de Berlín celebrada entre 1884 y 1885, fue convocada por Portugal y Leopoldo II de
Bélgica por sus intereses en el estuario del Congo,6 y organizada por el Canciller de Alemania, Otto
von Bismarck, con el fin de resolver los problemas que planteaba la expansión colonial en África y
resolver su repartición por las grandes potencias europeas. La conferencia se realizó debido a los
celos y desconfianza con que estas potencias se movían en su expansión colonial de África y
coincidió con la aparición del Imperio Alemán como potencia imperial.
Las principales potencias dominantes en la conferencia fueron Francia, Alemania, Gran Bretaña y
Portugal. Se reasignaron África sin tener en cuenta las fronteras culturales y lingüísticas que ya se
habían establecido. Al final de la conferencia, África se dividió en 50 colonias diferentes. Los
asistentes establecieron el control de cada una de estas colonias recién divididas. También
planearon, sin comprometerse, poner fin a la trata de esclavos en África. Ningún país africano fue
representado.
Se intentó destruir la competencia entre potencias mediante el concepto de "uti possidetis iure" o de
"ocupación efectiva" como criterio para el reconocimiento internacional de un reclamo territorial,
especialmente en África. La imposición de este tipo de dominio directo hizo necesario el uso de las
fuerzas armadas contra los estados y los pueblos indígenas.
Los levantamientos contra el dominio imperial fueron reprimidos sin piedad, especialmente en el
llamado genocidio Herero en África del Sudoeste Alemana 1904-1907 y la rebelión Maji Maji en
África Oriental Alemana 1905-1907.
Uno de los objetivos de la conferencia fue llegar a acuerdos sobre el comercio, la navegación y
límites de África Central.

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