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© Prof. Dr.

Derecho Civil
Rodrigo Barcia Lehmann
Facultad de Derecho
Universidad Finis Terrae

DERECHO SUCESORIO
CAPÍTULO I: LA SUCESIÓN POR CAUSA DE MUERTE Y LA ADQUISICIÓN DE LAS
ASIGNACIONES.

Análisis bibliográfico: ALBALADEJO, Manuel, Curso de Derecho Civil V Derecho de


Sucesiones, 1994, páginas 7 a 125. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón,
Derecho Sucesorio, Tomo I, 1998, páginas 134 a 148. ELORRIAGA, Fabián, Derecho
Sucesorio, 2005, páginas 23 a 49 y 57 a 87. LLEDÓ, Francisco (Director), Compendio de
Derecho. Sucesiones Civil, 1998, páginas 29 a 80. MEZA BARROS, Ramón, Manual de la
sucesión por causa de muerte y donaciones entre vivos, 2000, páginas 9 a 29, 34 a 65.
O’CALLAGHAN, Xavier, Compendio de derecho civil, Tomo V Derecho de sucesiones, 1993,
páginas 11 a 30, 37 a 78. PUIG, José, Compendio de Derecho Civil, volumen IV, Derecho de
familia y Derecho de sucesiones, 1991, páginas 225 a 269. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo,
Instituciones de Derecho Sucesorio, de los cinco tipos de sucesión en el Código Civil
chileno, Volumen I, 2006, páginas 19 a 75. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René,
Derecho Sucesorio, Tomo I, 2005, páginas 24 a 48. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio,
2007, páginas 5 a 28.

1017. Concepto de sucesión por causa de muerte.


La sucesión por causa de muerte es, conforme a los artículos 588 y 951
del CC, un modo de adquirir el dominio del patrimonio de una persona
difunta, o sea, el conjunto de sus derechos y obligaciones
transmisibles o una cuota de dicho patrimonio, como un tercio o un
medio o especies o cuerpos ciertos, como tal cosa, tal caballo o cosa
determinada de un género determinado, como cuarenta fanegas de trigo.
La definición de sucesión tiene dos acepciones:
a) Una objetiva, que se refiere a la masa de bienes, es decir, al
patrimonio transmitido.
b) Otra subjetiva, que se remite a los herederos del causante, en cuyo
caso se centra en la transmisión de los bienes del “de cujus” a sus
sucesores446.

1018. Características de la sucesión por causa de muerte:


a) Es un modo de adquirir derivativo.
El que la sucesión sea un modo de adquirir derivativo tiene una
innegable importancia práctica, ya que exige un adecuado estudio de
los títulos de dominio en virtud de los que adquirió el causante. De
esta forma, para acreditar el dominio del causante, se recurrirá a un
modo de adquirir originario como lo son la prescripción, la ocupación
o la accesión.
b) Es un modo de adquirir por causa de muerte. Como se señaló el modo
de adquirir sucesión por causa de muerte sólo opera al fallecimiento
del “de cujus”.
c) Es un modo de adquirir a título gratuito, porque no se admiten
pactos de sucesión futura.
Los pactos sobre una sucesión futura en nuestro Derecho no se aceptan
-como lo señalan los artículos 1463 y 1204 del CC- a excepción del
denominado “pacto de no mejorar”.
e) Puede ser a título universal o singular (artículos 951, 1097 y
1104 del CC), es decir, a título de heredero o legatario.

1019. La adquisición de las asignaciones.


Para entender adecuadamente el Derecho sucesorio es básico centrarse
en la herencia, como sabemos la herencia es una universalidad
jurídica; pero también es una comunidad. La situación de la herencia

446MEZEAUD, Henri; MAZEAUD, León y MEZEAUD, Jean, Lecciones de Derecho Civil,


Buenos Aires, Argentina, Parte Cuarta, volumen II, Editorial Jurídicas Europa-
América, 1965, página 5.
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es precaria por cuanto lo normal, y deseable, es que los derechos


sobre los bienes singulares, que configuran la masa, se adjudiquen
definitivamente a los distintos asignatarios o a terceros. Ello se
obtiene mediante la partición. Analizada desde esta perspectiva
entonces es importante destacar cómo juega el tiempo en la herencia,
porque en ella se aprecian los siguientes momentos: apertura,
vocación, delación, adquisición, vacancia, liquidación y partición de
la herencia.
En torno al inicio de la herencia tradicionalmente se distinguen sólo
tres momentos en la sucesión del difunto: la apertura, delación y
vacancia de la herencia. Sin embargo, tanto la adquisición, como la
liquidación de la herencia, son momentos relevantes para el Derecho
Sucesorio y serán analizados con posterioridad tratando por ahora sólo
la apertura, vocación, delación y vacancia de la herencia. En este
capítulo, además, se analizarán las incapacidades e indignidades para
suceder y la aceptación y repudiación de la herencia, todas estas
figuras son relevantes para los efectos de la adquisición de las
asignaciones.

1020. Las Asignaciones.


Las asignaciones, como se analizará a continuación, pueden ser a
título universal o heredero o a título singular o de legado.

1021. Asignaciones a título universal o heredero.


Los asignatarios a título universal con cualquier palabra que se les
llame son herederos. Los asignatarios a título universal o herederos,
a diferencia de los asignatarios a título singular o legatarios,
representan a la persona del causante para sucederle en todos sus
derechos y obligaciones transmisibles. Así los herederos son también
obligados a las cargas testamentarias, esto es a las que se
constituyen por el testamento mismo y que no se imponen a determinada
persona (artículo 1097 del CC). Los herederos adquieren los bienes y
derechos, y contraen las obligaciones y deudas del difunto a prorrata
de sus cuotas hereditarias. Sin embargo, no se trasmiten las
obligaciones intransmisibles o intuito persona.
Los herederos pueden ser de dos clases:
a) Herederos universales son los que suceden en el patrimonio del
causante sin designación de cuota.
b) Herederos de cuota son aquellos a quienes se le indica en el
testamento o la ley la porción o cuota a la que son llamados. Es común
creer que los herederos universales reciben más que los de cuota, pero
ello no es siempre de esta forma. Esto se debe a que es perfectamente
posible que al heredero universal le corresponda una asignación
inferior al heredero de cuota. También es perfectamente posible que
existan varios herederos universales.
Las definiciones de estos herederos se desprenden del artículo 951.2º
del CC, que establece que “[e]l título es universal cuando se sucede
al difunto en todos sus bienes, derechos y obligaciones transmisibles,
o en una cuota de ellos, como la mitad, tercio o quinto”.

1022. Asignaciones a título singular o de legado.


Los asignatarios a título singular, o de cualquier forma que se les
denomine, son legatarios. A estos asignatarios se refieren los
artículos 951.3º y 1104.1º del CC. La definición de legado se
desprende de la primera de las normas precedentes que establece que
“[e]l título es singular cuando se sucede en una o más especies o
cuerpos ciertos como tal caballo, tal casa; o en una o más especies
indeterminadas de cierto género, como un caballo, tres vacas,
seiscientos pesos fuertes, cuarenta fanegas de trigo”.
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Los asignatarios a título singular no representan al causante y no


tienen más derechos o cargas que las que expresamente se les confieran
o impongan.
Sin embargo, los legatarios pueden ser responsables en las siguientes
situaciones:
a) Los legatarios tienen una responsabilidad subsidiaria a la de los
herederos.
b) Se puede accionar en contra de los legatarios, conforme a la
acción de reforma de testamento.
c) Sin perjuicio de lo anterior, los legatarios jamás responden por
más de lo que reciben.
Los legatarios pueden ser de especie o cuerpo cierto, y de género. El
legatario de especie o cuerpo cierto, conforme a lo señalado en el
artículo 951.3º del CC, se hace dueño de la cosa legada desde el
momento de la apertura de la sucesión y en su calidad de dueño puede
ejercer la acción reivindicatoria y tiene derecho a los frutos
(artículo 1338, nº 1 del CC). En cambio, el legatario de género al
abrirse la sucesión sólo adquiere créditos contra los herederos o la
persona particularmente gravada con el legado por el causante. De esta
forma, el legatario no puede reivindicar, sino sólo entablar una
acción personal exigiendo que se efectúe la tradición. A su vez, el
legatario de género sólo tiene derecho a los frutos de la cosa legada
desde su entrega o desde que el obligado a entregarla se constituyó en
mora (artículo 1338, nº 2 del CC).

1023. LOS PRINCIPALES MOMENTOS DE LA SUCESIÓN.


Para poder entender el Derecho sucesorio es esencial comprender la
herencia y tal vez su rasgo más característico es su vida efímera. Y
este rasgo de la herencia, como una masa o universalidad jurídica, se
aprecia en el tiempo. De este modo la herencia es una situación de
tránsito desde unos derechos que se rigen por las reglas de la
comunidad, desde la apertura de la sucesión, al fallecimiento del
causante, hasta la adjudicación definitiva de los derechos a los
asignatarios447.

1024. La apertura.
A esta figura se refiere el artículo 955 y el Título VII del Libro
III, denominado: “De la Apertura de la Sucesión y de su Aceptación,
Repudiación e Inventario”, ambos del CC. La apertura de la sucesión es
el hecho que habilita a los herederos para tomar posesión de los
bienes hereditarios que le son transmitidos en propiedad.
La apertura de la sucesión se produce al momento de la muerte real del
causante o de la muerte presunta, conforme a la posesión provisoria o
definitiva. El momento del fallecimiento del causante o de la apertura
de la sucesión es importante para los siguientes efectos:
a) El fallecimiento crea lo que se denomina la comunidad
hereditaria, que permite celebrar convenios no siendo aplicable la
prohibición sobre sucesión futura.
b) La validez o nulidad sobre las disposiciones testamentarias se
regulan por la ley del momento del fallecimiento.
c) Del momento del fallecimiento o de la apertura se debe
determinar la capacidad o la dignidad de los asignatarios.
d) Una vez aceptada o repudiada la asignación los efectos se
retrotraen a la apertura de la sucesión (artículo 1239 del CC).
La apertura de la sucesión se abre en el último domicilio del causante
(artículo 954 del CC). El último domicilio es importante para los
siguientes aspectos:

447Entremedio de estos momentos se produce la delación, vocación, y vacancia de


la herencia.
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i) Fija la competencia del tribunal (artículo 148 COT).


ii) Determina la ley que rige la sucesión. Así, desde el punto de
vista de la legislación aplicable, la sucesión se regla por la ley
vigente del último domicilio del causante, es decir, en el lugar en
que se abre la sucesión. Esta es una excepción a los artículos 16.1º
(principio de la territorialidad448) y 955.2º del CC.
El artículo 955 del CC es la norma fundamental en esta materia y
establece que “[l]a sucesión en los bienes de una persona se abre al
momento de su muerte en su último domicilio; salvo los casos
expresamente exceptuados.
La sucesión se regla por la ley del domicilio en que se abre, salvas
las excepciones legales”.

1025. Las excepciones al artículo 955.1º del CC.


Las excepciones que se mencionan a continuación proceden si la
sucesión se rige por la ley extranjera, en conformidad al artículo 955
del CC, es decir, si el causante falleció teniendo su último domicilio
en el extranjero. En virtud de estos casos excepcionados, la sucesión
se regirá por la ley chilena, no obstante que el causante haya
teniendo su último domicilio en país extranjero, en los siguientes
casos:
a) Si muere un chileno teniendo su último domicilio en el extranjero,
aunque la sucesión se regirá por la ley extranjera (artículo 955 del
CC), los parientes chilenos tienen en esa sucesión los derechos que
les otorga la ley chilena. Así lo señala el artículo 15.1º, nº 2 del
CC por el cual “[a] las leyes patrias que reglan las obligaciones y
derechos civiles, permanecerán sujetos los chilenos, no obstante su
residencia o domicilio en país extranjero. 2° En las obligaciones y
derechos que nacen de las relaciones de familia; pero sólo respecto de
sus cónyuges y parientes chilenos”.
b) Si un extranjero fallece, teniendo su último domicilio en el
extranjero, dejando herederos chilenos, los herederos chilenos tienen
sobre los bienes situados en Chile los derechos que les confiere la
ley chilena. En este sentido el artículo 998 del CC señala
expresamente que “[e]n la sucesión “abintestato” de un extranjero que
fallezca dentro o fuera del territorio de la República, tendrán los
chilenos a título de herencia o de alimentos, los mismos derechos que
según las leyes chilenas les corresponderían sobre la sucesión
intestada de un chileno.
Los chilenos interesados podrán pedir que se les adjudique en los
bienes del extranjero existentes en Chile todo lo que les
corresponda en la sucesión del extranjero.
Esto mismo se aplicará en caso necesario a la sucesión de un chileno
que deja bienes en país extranjero”.
c) Muerte presunta. La muerte presunta debe ser declarada por el juez
del último domicilio que el desaparecido haya tenido en Chile. De esta
forma, aunque conste que el último domicilio del causante era en el
extranjero, la sucesión se rige por la ley chilena (artículo 81.1º,
nº 1 del CC).
d) El artículo 27 de la Ley 16.271 sobre Impuesto a las Herencias,
Asignaciones y Donaciones Herencias establece un principio de
extraterritorialidad impositivo. Si una sucesión se abre en el
extranjero, pero el difunto deja bienes en el territorio chileno, para
los bienes dejados en Chile debe pedirse la posesión de la herencia.
La posesión efectiva tiene como objeto que se pague en Chile el
impuesto a la herencia449. En este sentido la norma precedente

448 Los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes chilenas, aunque sus
dueños sean extranjeros y no residan en Chile.
449 El artículo 149 COT reitera que el juez competente para conocer la posesión
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establece que “[c]uando la sucesión se abra en el extranjero, deberá


pedirse en Chile, no obstante lo dispuesto en el artículo 955 del
Código Civil, la posesión efectiva de la herencia respecto de los
bienes situados dentro del territorio chileno, para los efectos del
pago de los impuestos establecidos por esta ley.
La posesión efectiva, en este caso, deberá pedirse en el lugar en
que tuvo el causante su último domicilio en Chile, o en el domicilio
del que pida la posesión efectiva, si aquél no lo hubiere tenido”.

1026. Breve análisis del artículo 998 del CC.


A continuación brevemente se analizará la norma precedente:
La redacción del artículo 998 del CC ha sido fuertemente criticada por
la doctrina, por su deficiente redacción, que ha llevado a plantear
los siguientes problemas:
a) Respecto del ámbito de aplicación dicha norma pareciera regular
sólo la sucesión “abintestato”; pero si ello fuera de esta forma para
impedir su aplicación, por parte del extranjero, bastaría excluir al
pariente chileno por medio de un testamento. Ello ha llevado a la
mayoría de la doctrina a entender que el ámbito de aplicación del
artículo 998 del CC se extiende además a la sucesión testada.
b) El artículo en estudio señala que esta disposición se aplica en la
sucesión de “un extranjero que fallezca dentro o fuera del territorio
de la República”. Pero el lugar el fallecimiento del causante no es en
realidad relevante, ya que el extranjero pudo haber fallecido en el
extranjero –por ejemplo en un viaje de negocios o visitando a unos
parientes-, pero teniendo su último domicilio en Chile en cuyo caso se
aplica la ley chilena. Por otra parte, el extranjero puede haber
fallecido en Chile, pero teniendo su último domicilio en el
extranjero, lo que lleva a que en principio, conforme al artículo 955
del CC, se aplique la ley extranjera. Este supuesto es el que regula
el artículo 998 del CC el fallecimiento del extranjero teniendo su
último domicilio en el extranjero. De este modo lo que el artículo
precedente debió señalar es que “en la sucesión “abintestato” de un
extranjero que fallezca o no teniendo su último domicilio dentro o
fuera del territorio de la República (…)” 450.
c) Este artículo tiene una gran diferencia con el artículo 15, nº 2
del CC, ya que se refiere a los asignatarios “chilenos”, es decir, no
se remite, como lo hace la norma precedente, sólo a los “cónyuges y
parientes chilenos”. Por ello, según SOMARRIVA, el artículo 998 del CC
también se aplicaría a favor del Fisco chileno como asignatario
“abintestato”. Ambas excepciones, de los artículos 15.1º, nº 2 y 998
del CC, tienen en común que se aplican respecto de los parientes
chilenos del causante, pero la primera se restringe al cónyuge y
parientes chilenos; en cambio la segunda se aplica respecto de todos
los asignatarios chilenos. Por otra parte, ambas normas se diferencian
en que la primera excepción (artículo 15, nº 2 del CC) se refiere a un
causante chileno, en cambio la segunda a un causante extranjero.
d) El artículo 998 del CC sólo se aplica si el extranjero tiene bienes
en Chile, ello se debe a que la ley chilena sólo rige en Chile. Por
ello, si no hay bienes en Chile, la sucesión se regirá por la ley
extranjera.

1027. Situación de los comurientes.

efectiva es la del último domicilio que el causante tuvo en Chile y si el


causante no ha tenido domicilio en Chile será competente el juez del domicilio
de solicitante de la posesión efectiva.
450 Lo dispuesto en esta parte del artículo simplemente obedecería a un error de

redacción. CLARO SOLAR, L., Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado,


Volumen VII: De la Sucesión, Tomo Décimo Tercero: De la Sucesión Por Causa de
Muerte, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1982, páginas 292 y 293.
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Se entiende por comurientes las personas que fallecen en un mismo


acontecimiento, siendo asignatarios recíprocos los unos de los otros y
respecto de los cuales no se sabe quién ha sobrevivido a quién.
Nuestra legislación optó por impedir que los comurientes sean
asignatarios unos de los otros en los artículos 79 y 958 del CC. En
este sentido las referidas normas son del siguiente tenor:
“Artículo 79 Si por haber perecido dos o más personas en un mismo
acontecimiento, como en un naufragio, incendio, ruina o batalla, o por
otra causa cualquiera, no pudiere saberse el orden en que han ocurrido
sus fallecimientos, se procederá en todos casos como si dichas
personas hubieren perecido en un mismo momento, y ninguna de ellas
hubiese sobrevivido a las otras.
Artículo 958. Si dos o más personas llamadas a suceder una a otra se
hallan en el caso del artículo 79, ninguna de ellas sucederá en los
bienes de las otras”.
La solución adoptada por el Derecho chileno parece ser la acertada en
la mayoría de los casos. De este modo si fallecen en un mismo momento
marido y mujer, y la cónyuge tuviere un hijo de un matrimonio
anterior, a la sucesión del marido, sólo podrían concurrir sus
herederos con exclusión de la mujer, como su madre. Pareciera ser de
toda lógica esta solución, ya que si ambos tuvieran hijos comunes,
éstos heredarían a sus padres en cada sucesión451.
A la apertura de la sucesión puede ser que un asignatario este
impedido de suceder, porque lo alcance una incapacidad o pueda verse
afectado por una indignidad. En realidad la incapacidad e indignidad
pueden afectar un derecho antes de su adquisición, es decir, impedir
el derecho a opción o afectarlo después de que se ha adquirido. Sin
embargo la incapacidad afecta de tal forma el derecho que se entiende
que jamás se tuvo; en cambio la indignidad no produce estos efectos
tan radicales.

1028. LAS INCAPACIDADES E INDIGNIDADES PARA SUCEDER.

1029. Concepto de incapacidad para suceder.


La incapacidad para suceder es la falta de la aptitud para suceder. La
doctrina chilena discurre en torno a si ésta es una forma de
incapacidad de goce específica o una limitación o prohibición para
suceder.

1030. Causales de incapacidad para suceder:


a) Es incapaz de suceder quien no existe al momento de abrirse la
sucesión; conforme al artículo 962.1º del CC “para ser capaz de
suceder es necesario existir al tiempo de abrirse la sucesión; salvo
que se suceda por derecho de transmisión, según el artículo 957, pues
entonces bastará existir al abrirse la sucesión de la persona por
quien se transmite la herencia o legado”.
Esta regla tiene las siguientes excepciones:
i) Respecto de las personas naturales no hace falta tener existencia
legal, siendo suficiente la existencia natural, es decir, la
concepción es suficiente (artículo 77 del CC).
ii) Si se sucede por derecho de transmisión sólo hace falta existir al
momento de morir el transmitente, conforme al artículo 962.1º con
relación al artículo 957, ambos del CC.

451 Pero si se presumiera que sobrevivió la cónyuge, en el ejemplo su hijo


excluiría a la madre del causante –a través de la transmisión- en la sucesión
del marido lo cual parecería no ser una solución adecuada. Sin embargo si en el
ejemplo el marido fallece sin dejar herederos “abintestato”, entonces sucedería
el Fisco. En este supuesto parecería ser lógico “de lege ferenda” recurrir a las
presunciones para determinar quién presumiblemente falleció primero.
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iii) Si el asignatario es condicional debe existir al momento de


cumplirse la condición, como se desprende de los artículos 956.2º,
962.2º, 1078.2º y 1390.2º del CC.
iv) Si se asigna algo a una persona que no existe, pero se espera que
exista basta con que el asignatario llegue a existir dentro de los
diez años desde la apertura de la sucesión. Así lo establece
expresamente el artículo 962.3º del CC, en virtud del cual “[c]on
todo, las asignaciones a personas que al tiempo de abrirse la sucesión
no existen, pero se espera que existan, no se invalidarán por esta
causa si existieren dichas personas antes de expirar los diez años
subsiguientes a la apertura de la sucesión”.
Algunos autores son de la opinión que la persona no puede estar
absolutamente indeterminada, debe ser determinable. De esta forma es
determinable el asignatario si se señala por ejemplo dejo mis bienes a
los hijos o hijas de mi amiga Paulina Garrido. Para estos autores no
tendría valor una cláusula que señalara que se deja una asignación al
primer niño que nazca en Punta Arenas el 23 de diciembre del próximo
año, ya que iría en contra del artículo la 1056.1º del CC452. De este
modo la norma precedente dispone que “[t]odo asignatario testamentario
deberá ser una persona cierta y determinada, natural o jurídica, ya
sea que se determine por su nombre o por indicaciones claras del
testamento. De otra manera la asignación se tendrá por no escrita”.
Sin embargo, esta opinión es bastante discutible, ya que la validez de
esta asignación dependerá más bien de la posibilidad de determinar la
persona del asignatario de forma clara, conforme a las indicaciones
del testamento. Así ocurrirá si el Registro Civil de Punta Arenas
lleva un registro efectivo del orden de los nacimientos, como por lo
demás en la realidad ocurre.
v) Si la asignación se establece en premio a quienes prestan un
servicio importante basta con que exista el asignatario dentro de los
diez años contados desde la apertura de la sucesión (artículos 962.4º
y 1390.2º del CC). La primera de estas normas dispone que “valdrán con
la misma limitación las asignaciones ofrecidas en premio a los que
presten un servicio importante, aunque el que lo presta no haya
existido al momento de la muerte del testador”.
b) Son incapaces de suceder las entidades colectivas carentes de
personalidad jurídica, salvo que la asignación tuviere por objeto la
creación de una persona jurídica. En este sentido, el artículo 963
del CC dispone que “son incapaces de toda herencia o legado las
cofradías, gremios, o establecimientos cualesquiera que no sean
personas jurídicas.
Pero si la asignación tuviere por objeto la fundación de una nueva
corporación o establecimiento, podrá solicitarse la aprobación legal,
y obtenida ésta, valdrá la asignación”.
c) Son incapaces de suceder los condenados por crimen de dañado
ayuntamiento, es decir los sentenciados por adulterio o incesto
(artículo 964 del CC). Por aplicación del ex artículo 6 de la LMC de
1884, el cónyuge sobreviviente no podrá contraer matrimonio con el
asesino de su marido o mujer453. En este sentido el artículo 964 del CC
es del siguiente tenor:

452 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo
I, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, página 257.
453 No era efectivo, como señala P. RODRÍGUEZ G., que esta causal no tuviese

aplicación, ya que la LMC hace imposible el matrimonio por tratarse de un


impedimento dirimente. Sin embargo es perfectamente factible que el cónyuge
sobreviviente deje algo como herencia o legado al asesino de su marido o mujer,
en cuyo caso se aplica la causal en estudio. RODRÍGUEZ, Pablo, Instituciones de
Derecho Sucesorio, Santiago de Chile, Editorial Jurídica, Volumen 1, 1993,
página 40. En cuanto a la causal del ex-artículo 7 de la LMC, además del caso en
que al adúltero (a) se le deje algo por testamento por parte de su co-reo en el
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“Artículo 964. Es incapaz de suceder a otra persona como heredero o


legatario, el que antes de deferírsele la herencia o legado hubiere
sido condenado judicialmente por el crimen de dañado ayuntamiento con
dicha persona y no hubiere contraído con ella un matrimonio que
produzca efectos civiles.
Lo mismo se extiende a la persona que antes de deferírsele la herencia
o legado hubiere sido acusada de dicho crimen, si se siguiere
condenación judicial”.
d) Incapacidades para suceder de ciertas personas cercanas al causante
como los eclesiásticos o el eclesiástico que hubiere confesado al
difunto. Esta incapacidad está establecida en el artículo 965 del CC
en los siguientes términos:
“Artículo 965. Por testamento otorgado durante la última enfermedad,
no puede recibir herencia o legado alguno, ni aun como albacea
fiduciario, el eclesiástico que hubiere confesado al difunto durante
la misma enfermedad, o habitualmente en los dos últimos años
anteriores al testamento; ni la orden, convento, o cofradía de que sea
miembro el eclesiástico, ni sus deudos por consanguinidad o afinidad
hasta el tercer grado inclusive.
Pero esta incapacidad no comprenderá a la iglesia parroquial del
testador, ni recaerá sobre la porción de bienes que el dicho
eclesiástico o sus deudos habrían heredado “abintestato”, si no
hubiese habido testamento”.
e) Son incapaces de suceder testamentariamente el notario, testigos y
familiares o dependientes de éste. En este sentido, el artículo 1061
del CC dispone que “[n]o vale disposición alguna testamentaria en
favor del escribano que autorizare el testamento, o del funcionario
que haga las veces de tal, o del cónyuge de dicho escribano o
funcionario, o de cualquiera de los ascendientes, descendientes,
hermanos, cuñados, empleados o asalariados del mismo.
No vale tampoco disposición alguna testamentaria en favor de
cualquiera de los testigos, o de su cónyuge, ascendientes,
descendientes, hermanos o cuñados”.

1031. Indignidades para suceder.


La indignidad para suceder consiste en la falta de méritos para
suceder del asignatario. En la incapacidad hay un interés público y en
la indignidad un interés privado. En las indignidades, el legislador
presume la voluntad del causante en contra que el asignatario lleve
algo en la sucesión. Dicha presunción se funda en la realización de
actos graves del asignatario contra su causante. Es una forma de
inhabilidad presunta.
Toda persona en principio es digna para suceder, excepto las que la
ley declare indignas. A la indignidad se refiere el artículo 961 del
CC, señalando que será capaz de suceder toda persona a quien la ley no
haya declarado incapaz o indigna.

1032. Características de las indignidades:


a) Son de orden privado, están establecidas en exclusivo provecho del
difunto y por ende éste puede en vida perdonarlas. La condonación,
conforme al artículo 973 del CC, se presume454 “…contra disposiciones

delito de adulterio; dichas personas podrán casarse transcurrido el plazo de


cinco años a contar de la sentencia condenatoria. En dicho caso la causa de
incapacidad cesa. En este sentido, es clara la última parte del artículo 964.1º
del CC, que hace cesar la incapacidad en caso de matrimonio. Lo contrario
llevaría al absurdo que existan personas casadas –es decir legitimarios- los
cuales no pueden ser herederos unos de otros conforme a las reglas generales.
454 Conforme a una sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, 26 abril

1938. Repertorio, tomo 36, sección 2ª, página 49, las indignidades pueden ser
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testamentarias posteriores a los hechos que la producen, aun cuando se


ofreciere probar que el difunto no tuvo conocimiento de esos hechos al
tiempo de testar ni después”.
b) Son una forma a través de la cual el legislador presume la voluntad
del causante. Por ello la indignidad cesa por el perdón o
rehabilitación del ofendido, ya sea expreso o tácito.
c) Las indignidades deben ser judicialmente declaradas, conforme al
artículo 974.1º del CC. Ellas se tramitan en juicio ordinario, a
instancia de cualquier interesado, y antes de la declaración judicial
el asignatario se considera digno.
d) Si la sentencia declara indigno al asignatario se presume que éste
está de mala fe y por ende debe restituir los efectos hereditarios más
los frutos (artículo 974.2º del CC).
e) La indignidad se purga por cinco años de posesión de la herencia o
legado (artículo 975 del CC).
f) Si el indigno enajena los efectos, que configuran la asignación, se
tendrá acción contra los terceros adquirentes de mala fe; pero esta
acción no alcanza a los terceros adquirentes de buena fe (artículo
976 del CC). Por otra parte, la indignidad se transmite a los
herederos con el vicio por todo el tiempo que falte para completar los
cinco años (artículo 977 del CC).
g) La incapacidad o indignidad no privan del derecho de alimentos,
salvo los casos de indignidad de los artículos 968 y 979 con relación
con el artículo 324 todos del CC. En este sentido, la última de las
referidas normas establece que “[e]n el caso de injuria atroz cesará
la obligación de prestar alimentos. Pero si la conducta del
alimentario fuere atenuada por circunstancias graves en la conducta
del alimentante, podrá el juez moderar el rigor de esta disposición.
Sólo constituyen injuria atroz las conductas descritas en el artículo
968.
Quedarán privados del derecho a pedir alimentos al hijo el padre o la
madre que le haya abandonado en su infancia, cuando la filiación haya
debido ser establecida por medio de sentencia judicial contra su
oposición”.

1033. Causales de indignidad.


Las causales de indignidad son las señaladas en los artículos 968 a
972, 1300 y 1329 del CC, también hay otras conductas que se asimilan a
la indignidad como sucede con las indicadas en los artículos 114, 124,
127, 994 y 1173 del CC455.
Las causales de indignidad, conforme a las normas precedentes son las
siguientes:
a) El que ha cometido el crimen de homicidio en la persona del
difunto, o ha intervenido en este crimen por obra o consejo, o la dejó
perecer pudiendo salvarla (artículo 968, n° 1 del CC).
b) El que cometió atentado grave contra la vida, el honor o los bienes
de la persona de cuya sucesión se trata, o de su cónyuge, o de
cualquiera de sus ascendientes o descendientes, con tal que dicho
atentado se pruebe por sentencia ejecutoriada (artículo 968, n° 2 del
CC).
c) El consanguíneo dentro del sexto grado inclusive, que en el estado
de demencia o destitución de la persona de cuya sucesión se trata, no
la socorrió pudiendo (artículo 968, n° 3 del CC).
d) El que por fuerza o dolo obtuvo alguna disposición testamentaria
del difunto, o le impidió testar (artículo 968, n° 4 del CC).

perdonadas por el testador y sólo se presumen perdonadas en el caso que


contempla el artículo 973 del Código Civil.
455 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio,

Cuarta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1988, páginas


101 a 120.
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e) El que dolosamente ha detenido u ocultado un testamento del


difunto, presumiéndose dolo por el mero hecho de la detención u
ocultación (artículo 968, n° 5 del CC).
f) El que siendo mayor de edad, no hubiere acusado a la justicia el
homicidio cometido en la persona del difunto, tan presto como le
hubiere sido posible (artículo 969.6°, inciso primero, del CC). A su
vez, los incisos siguientes establecen que “cesará esta indignidad, si
la justicia hubiere empezado a proceder sobre el caso.
Pero esta causa de indignidad no podrá alegarse, sino cuando constare
que el heredero o legatario no es cónyuge de la persona por cuya obra
o consejo se ejecutó el homicidio, ni es del número de sus
ascendientes y descendientes, ni hay entre ellos deudo de
consanguinidad o afinidad hasta el tercer grado inclusive”.
g) El impúber, demente o sordomudo, el ascendiente o descendiente que,
siendo llamado a sucederle abintestato, no pidió que se le nombrara un
tutor o curador, y permaneció en esta omisión un año entero: a menos
que aparezca haberle sido imposible hacerlo por sí o por procurador
(artículo 970.7°, inciso primero, del CC). Los incisos siguientes de
la norma precedente disponen que “si fueren muchos los llamados a la
sucesión, la diligencia de uno de ellos aprovechará a los demás.
Transcurrido el año recaerá la obligación antedicha en los llamados en
segundo grado a la sucesión intestada.
La obligación no se extiende a los menores, ni en general a los que
viven bajo tutela o curaduría.
Esta causa de indignidad desaparece desde que el impúber llega a la
pubertad, o el demente o sordomudo toman la administración de sus
bienes”.
h) El tutor o curador que nombrados por el testador se excusaren sin
causa legítima (artículo 971. 8°, inciso 1, del CC). En este sentido
los incisos siguientes disponen que “el albacea que nombrado por el
testador se excusare sin probar inconveniente grave, se hace
igualmente indigno de sucederle.
No se extenderá esta causa de indignidad a los asignatarios forzosos
en la cuantía que lo son, ni a los que, desechada por el juez la
excusa, entren a servir el cargo”.
i) El que, a sabiendas de la incapacidad, haya prometido al difunto
hacer pasar sus bienes o parte de ellos, bajo cualquier forma, a una
persona incapaz (artículo 972.9°, inciso 1, del CC). El inciso
siguiente agrega que “esta causa de indignidad no podrá alegarse
contra ninguna persona de las que por temor reverencial hubieren
podido ser inducidas a hacer la promesa al difunto; a menos que hayan
procedido a la ejecución de la promesa”.
j) El artículo 1300 del CC establece una indignidad al disponer que
“será removido por culpa grave o dolo, a petición de los herederos o
del curador de la herencia yacente, y en caso de dolo se hará indigno
de tener en la sucesión parte alguna, y además de indemnizar de
cualquier perjuicio a los interesados, restituirá todo lo que haya
recibido a título de retribución”.
La norma precedente debe vincularse con el artículo 1329 del CC, que
establece que “la responsabilidad del partidor se extiende hasta la
culpa leve; y en el caso de prevaricación, declarada por el juez
competente, además de estar sujeto a la indemnización de perjuicio, y
a las penas legales que correspondan al delito, se constituirá indigno
conforme a lo dispuesto para los ejecutores de últimas voluntades en
el artículo 1300”.

1034. Extinción de las indignidades.


Las indignidades se extinguen por las siguientes vías:
a) Por perdón o rehabilitación del ofendido. El perdón puede ser
expreso o tácito. El perdón es tácito cuando se asigna algo en el
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testamento a favor del ofendido después de los hechos que motivaron la


indignidad. A esta forma de rehabilitación se refiere el artículo 973
del CC.
b) Por prescripción extintiva o adquisitiva. La acción para reclamar
la indignidad prescribe en cinco años contados desde el fallecimiento
del causante (artículo 975 del CC). Para algunos autores el plazo
precedente es de caducidad 456 y para otros se trata de un plazo
extintivo. En todo caso, la disposición no es aplicable a la
prescripción adquisitiva que se rige por las reglas generales; es
decir, el tercero puede adquirir por prescripción ordinaria (de dos o
cinco años) o extraordinaria (de diez años).

1035. LA VOCACIÓN O LLAMAMIENTO.


La vocación o llamamiento es la delación, pero entendida en abstracto.
En virtud de ella se llama a todos los asignatarios que tienen la
posibilidad o potencialidad de recibir algo en la herencia457. En
algunos países, como España, esta figura tiene una real aplicación
práctica, ya que el Notario sólo puede otorgar copia del testamento,
una vez fallecido el causante, a las personas que tuvieren vocación de
asignatarios458. En nuestro ordenamiento jurídico más bien se considera
como asignatario con vocación a un asignatario sujeto a condición
suspensiva. Por regla general, una vez producida la apertura procede
también la delación de las asignaciones.

1036. LA DELACIÓN DE LA HERENCIA O “IUS DELATIONIS”.


La delación es el actual llamamiento que hace la ley a aceptar o
repudiar una asignación. En este sentido el artículo 956.1º del CC,
dispone que “[l]a delación de una asignación es el actual llamamiento
de la ley a aceptarla o repudiarla”.
La apertura y la delación por regla general coinciden, pero puede
suceder que se asigne condicionalmente, en cuyo caso se produce la
apertura (con el fallecimiento) y la delación sólo procede una vez
cumplida la condición. Aún, produciéndose la delación, puede ser que
los asignatarios no hayan tomado posesión de los bienes heredados o
legados. Por ello, el Código reglamenta algunas medidas precautorias
destinadas a resguardar las asignaciones. Así, el artículo 1222 del
CC se refiere a la guarda y aposición de sellos, que puede ser
solicitada por todo aquel que tenga interés en la sucesión, y recae
sobre los muebles y papeles de la sucesión. Esta materia está regulada
en los artículos 872 a 876 CPC. También hay otras medidas
precautorias, como la declaración de la herencia yacente o la
confección de inventario.
La delación por sí sola no otorga la calidad de heredero o legatario,
por ello si el asignatario fallece, antes del ejercicio de la opción,
no transmite la asignación, sino sólo la posibilidad de aceptar o
repudiar.

1037. La delación determina desde y hasta cuándo se puede aceptar una


asignación conforme a las siguientes reglas:
a) Fijación desde cuándo puede aceptar o repudiar un asignatario.
Para aceptar es necesario que se haya deferido la asignación. Ello
acontece al momento del fallecimiento del causante (apertura), pero si

456 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo
I, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, páginas 314 a 316.
457 La vocación es como una foto, donde se muestra a todos los posibles
asignatarios. DÍEZ-PICAZO y GULLÓN consideran a los conceptos de llamamiento y
vocación hereditaria como sinónimos. DÍEZ-PICAZO y GULLÓN, A., Instituciones de
Derecho Civil (II), Madrid, España, Tecnos, 1995, página 616.
458 O’CALLAGHAN, Xavier, Compendio de Derecho Civil, tomo V: Derecho de
Sucesiones, Madrid, España, Editorial Revista de Derecho Privado, página 39.
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la asignación estaba sujeta a una condición suspensiva, la aceptación


sólo podrá tener lugar desde que se cumpla la condición. Sin perjuicio
de ello, el asignatario condicional puede dar una caución para
asegurar el cumplimiento de la condición, en cuyo caso podrá aceptarse
desde el fallecimiento del causante. En cambio, para repudiar sólo se
requiere que haya fallecido el causante, es decir, que se abra la
sucesión sin importar si la asignación se defiere (artículos 956 y
1226.1º y 2º del CC).
Lo que nunca podrá suceder es que se repudie antes de la apertura, ya
que ello se considera como una repudiación intempestiva, que se
asimila a un pacto sobre sucesión futura. En este sentido el artículo
1226.3º del CC dispone que “se mirará como repudiación intempestiva, y
no tendrá valor alguno, el permiso concedido por un legitimario al que
le debe la legítima para que pueda testar sin consideración a ella”.
b) Determinación hasta cuándo puede aceptar o repudiar un asignatario.
Cualquier persona interesada en la sucesión podrá requerir
judicialmente al asignatario para que se pronuncie sobre si acepta o
repudia su asignación (artículo 1232 del CC). En dicho caso, el
asignatario tiene un plazo para deliberar de cuarenta días, en los
cuales el asignatario puede inspeccionar el objeto asignado y los
papeles y cuentas de la sucesión (artículo 1232.3º del CC). En este
plazo, también se pueden impetrar medidas conservativas, pero el
asignatario no puede ser obligado al pago de las deudas de la
herencia.
En caso que el asignatario esté ausente o los bienes estén situados en
lugares distintos o hubiere otros motivos graves, el juez podrá
ampliar el plazo fatal a un año. Por otra parte, el artículo 1233 del
CC establece un caso de silencio circunstanciado, señalando que “[e]l
asignatario constituido en mora de declarar si acepta o repudia, se
entenderá que repudia”.
En esta norma se establece esto se debe a que nadie puede contraer
deudas sin su consentimiento”.

1038. EL DERECHO DE OPCIÓN: LA ACEPTACIÓN O REPUDIACIÓN DE LA


ASIGNACIÓN.
El derecho de opción es la facultad que tiene el asignatario para
aceptar o repudiar libremente una asignación que le ha sido deferida.
El derecho de opción es una consecuencia de la delación, que es el
llamamiento que hace la ley a un asignatario para que acepte o repudie
una asignación.

1039. Sistema de aceptación y repudio en el Derecho chileno.


En materia de aceptación y repudio, en el Derecho comparado, existen
fundamentalmente dos sistemas, el romano y el germano, nuestro Código
civil adhiere al primero. En virtud del germano la opción sucesoral se
limita a la mera facultad de repudiar, ya que la sola delación de la
herencia o legado importa su adquisición. En este sentido, ALBARADEJO
señala que para este sistema desde la delación hay herederos con el
poder de repudiar, por eso es un heredero provisional. En cambio, en
nuestro ordenamiento jurídico, mientras no haya requerimiento
judicial, el asignatario no tiene límites para aceptar o repudiar
mientras conserve la facultad de adquirir. Dicha posibilidad puede
perderla si otro ha adquirido por prescripción adquisitiva. Así, el
heredero puede aceptar o repudiar, mientras un heredero putativo no
haya poseído el derecho hereditario por más de diez años o por más de
cinco años si hubo posesión efectiva, es decir, no haya adquirido por
prescripción adquisitiva. En el caso del legado de especie o cuerpo
cierto, mientras no haya prescrito la acción reivindicatoria (artículo
2517 del CC), el asignatario podrá adquirir. En el caso de un legado
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de género, mientras no haya operado la prescripción extintiva para


reclamar el crédito se podrá aceptar o repudiar.
Por regla general, el asignatario podrá aceptar o repudiar libremente
(artículo 1225 del CC), salvo las siguientes excepciones:
a) Si el asignatario es requerido judicialmente su libertad para
aceptar o repudiar no será indefinida en el tiempo.
b) El heredero que ha substraído efectos pertenecientes a la sucesión
pierde la facultad de repudiar y no obstante su repudiación
permanecerá como heredero, pero no tendrá parte alguna en los efectos
substraídos (artículo 1231.1º del CC).
c) El legatario, que ha substraído efectos pertenecientes a la
sucesión, pierde los derechos que como legatario pudiera tener sobre
dichos objetos. De esta forma, un legatario que sustrae el efecto que
le fue legado, por ejemplo para evitar su eventual responsabilidad por
deudas hereditarias, pierde sus derechos sobre la especie legada.
Ahora bien, si no se le hubiere asignado dicho objeto será obligado a
restituir el duplo. En este sentido el artículo 1231.2º del CC
establece que “el legatario que ha substraído objetos pertenecientes a
una sucesión, pierde los derechos que como legatario pudiera tener
sobre dichos objetos, y no teniendo el dominio de ellos será obligado
a restituir el duplo”.
En definitiva, los efectos de la sustracción son los siguientes:
i) El heredero pierde la facultad para repudiar y también pierde los
derechos que hubiere tenido en los objetos sustraídos (artículo
1231.1º del CC).
ii) El legatario, al igual que el heredero, pierde sus derechos sobre
la cosa substraída y debe restituir el duplo en caso que no hubiere
substraído la cosa asignada (artículo 1231.2º del CC)459.
iii) Ambos quedan sujetos a la responsabilidad penal que pudiere
corresponderles (artículo 1231.3º del CC).
En los casos de substracción se producirá un delito civil por cuanto
existirá dolo, por este motivo la acción para hacer efectiva la
responsabilidad prescribirá en cuatro años desde la perpetración del
acto.

1040. Características del derecho a opción para repudiar o aceptar:


a) Este derecho constituye un acto jurídico unilateral no recepticio,
ya que la aceptación o repudiación de la herencia no requiere de la
voluntad de otro para surtir efecto.
b) Este derecho es un acto entre vivos, ya que el acto produce sus
efectos estando vivo el asignatario.
El artículo 1225 del CC establece que todo asignatario puede aceptar o
repudiar libremente. La excepción a esta regla la constituyen los
incapaces, quienes no pueden aceptar o repudiar una asignación, sino
por medio o con el consentimiento de sus representantes legales.
Al derecho de opción no se le considera como un acto personalísimo por
cuanto se puede aceptar o repudiar mediante representación legal o
mandato.
c) Este derecho es transmisible (artículo 957 del CC).
d) La opción debe ser ejercida pura y simplemente, pues están
comprometidos otros intereses, como los de los acreedores, herederos y
los demás asignatarios (artículo 1227 del CC).
e) La opción debe ejercerse de forma indivisible (artículo 1228.1º
del CC), no se puede aceptar una cuota o parte de la asignación y
repudiar el resto. Sin embargo, el transmitido o adquirente podrá

459En igual sentido, conforme al artículo 1768, aquel de los cónyuges o sus
herederos que dolosamente hubiere ocultado o distraído alguna cosa de la
sociedad, perderá su porción en la misma cosa y se verá obligado a restituirla
doblada.
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repudiar la asignación que le correspondía adquirir por transmisión y


en cambio aceptar la que le corresponde como heredero directo del
primitivo causante. Por otra parte, si dos asignaciones diferentes son
hechas a un mismo asignatario, éste puede aceptar una y repudiar la
otra. Pero dicho asignatario no podrá aceptar las asignaciones exentas
de gravámenes y repudiar las gravadas, salvo que el testador le
conceda al asignatario dicha facultad o que la asignación gravada se
difiera separadamente por acrecimiento, transmisión o sustitución
vulgar o fideicomisaria (artículo 1229 del CC). De esta forma, de
operar el derecho de transmisión, cada heredero transmitido o
beneficiario puede aceptar o repudiar independientemente de los otros
(artículo 1228.2º del CC).
f) La aceptación y repudiación una vez efectuadas son irrevocables
(artículo 1234 del CC).
g) En la aceptación de las asignaciones puede operar la lesión enorme.
En razón de ella puede rescindirse la aceptación por lesión grave, en
virtud de disposiciones testamentarias que se ignoraban al aceptar la
asignación. Se entiende por lesión grave o enorme la que hubiere
disminuido el valor total de la asignación en más de la mitad
(artículo 1234.1º del CC).
h) La aceptación y la repudiación operan con efecto retroactivo.
El asignatario si acepta se entiende que lo es desde que se le defirió
la asignación y si repudia se entiende que no lo ha sido nunca
(artículos 1239 y 722.2º del CC).
Sin perjuicio de lo anterior, este efecto retroactivo sólo afecta al
heredero y al legatario de especie o cuerpo cierto, jamás opera
respecto del legado de género (artículo 1239.2º del CC). En el caso
del legatario de género los efectos de la repudiación o la aceptación
se producen desde que ésta o aquella se producen. Una consecuencia
lógica de ello es que los frutos en los legados de especie o cuerpo
cierto se deben desde el fallecimiento del causante. En cambio, los
frutos en el legado de género se deben desde que se constituye al
deudor en mora (artículo 1338 del CC).

1041. El ejercicio del derecho a opción por los incapaces.


Los incapaces, conforme al artículo 1225.3º del CC, no pueden aceptar
por sí solos, ni aun con beneficio de inventario. Por lo que, aquellos
que no tienen la libre administración de sus bienes deben aceptar por
medio de sus representantes legales, y los relativamente incapaces
además podrán aceptar con autorización de éstos. Al mismo tiempo, se
establecen limitaciones a la aceptación hecha por los representantes
legales, tal es el caso del tutor o curador quien, como señala el
artículo 397 del CC, no podrá aceptar la herencia, sino con beneficio
de inventario. Ello no es más que la aplicación de los principios
generales (artículo 1250.2° del CC). En cuanto a los legados, que
imponen obligación o gravámenes al pupilo, no podrán aceptarse sin
previa tasación.
Finalmente, la repudiación de una asignación por un tutor o curador
exige autorización judicial con conocimiento de causa. Y en el caso de
legados, el artículo 398 se remite al artículo 1236, ambos del CC,
que establece que “los que no tienen la libre administración de sus
bienes no pueden repudiar una asignación a título universal, ni una
asignación de bienes raíces, o de muebles que valgan más de $0,01 sin
autorización judicial con conocimiento de causa”.

1042. Formas en que puede ejercerse el derecho a opción: aceptación y


repudiación de las asignaciones.
La aceptación puede ser expresa o tácita. La aceptación expresa se
produce cuando el heredero toma el título de tal; en cambio es tácita
cuando el asignatario ejecuta un acto que supone necesariamente la
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intención de aceptar y que no hubiere tenido derecho de ejecutar, sino


en su calidad de heredero. El artículo 1241 del CC se refiere a la
aceptación, disponiendo que “[l]a aceptación de una herencia puede ser
expresa o tácita. Es expresa cuando se toma el título de heredero; y
es tácita cuando el heredero ejecuta un acto que supone necesariamente
su intención de aceptar, y que no hubiera tenido derecho de ejecutar,
sino en su calidad de heredero”.
El artículo 1230 del CC establece un caso de aceptación tácita, al
señalar que si un asignatario vende, dona o transfiere de cualquier
modo a otra persona el objeto que se ha deferido o el derecho de
suceder en él, se entiende que por el mismo hecho acepta. Sin embargo,
la repudiación no puede ser tácita. Así se desprende del artículo 1235
del CC, que establece que “la repudiación no se presume de derecho
sino en los casos previstos por la ley”.
Se consideran como actos de heredero los siguientes:
a) Se adquiere el título de heredero cuando se celebra una escritura
pública o privada o un acto judicial en calidad de tal.
b) Se solicita la posesión efectiva o se entabla una tercería en
defensa de los bienes que constituyen la masa hereditaria.
c) La enajenación de cualquier efecto hereditario, aún para objeto de
administración urgente, se considera como acto de heredero, salvo que
dicho acto haya sido autorizado por el juez a petición del heredero,
señalando que éste no tiene el ánimo de obligarse como tal (artículos
1244 y 1230 del CC).
Sin perjuicio de lo anterior, la repudiación puede ser presunta, como
se desprende del artículo 1233 del CC que establece que “[e]l
asignatario constituido en mora de declarar si acepta o repudia, se
entenderá que repudia”.

1043. Efectos absolutos de la sentencia que declara a un heredero como


tal.
El artículo 1246 del CC establece que el que, a instancia de un
acreedor hereditario, ha sido judicialmente declarado heredero o
condenado como tal se entenderá serlo respecto de los demás
acreedores sin necesidad de un nuevo juicio. De igual forma, la
sentencia en un juicio seguido por un legatario, en que se le
desconoce tal calidad por declararse nulo el testamento, no puede ser
invocada por el aparente legatario frente a acciones de quien pide el
pago de alguna deuda hereditaria o testamentaria de que sería
responsable el aparente legatario. En este sentido la norma precedente
establece que “[e]l que a instancia de un acreedor hereditario o
testamentario ha sido judicialmente declarado heredero, o condenado
como tal, se entenderá serlo respecto de los demás acreedores, sin
necesidad de nuevo juicio.
La misma regla se aplica a la declaración judicial de haber aceptado
pura y simplemente o con beneficio de inventario”.

1044. LA ACEPTACIÓN CON BENEFICIO DE INVENTARIO.

1045. Regulación del beneficio de inventario.


Regulan al beneficio del inventario el Párrafo 3 denominado “Del
Beneficio de Inventario”, Título VII, Libro III del Código Civil
(artículos 1247 a 1269 del CC) y el Título VII denominado “Del
Inventario Solemne” del Libro IV del CPC (artículos 858 a 865 del
CPC). El requisito esencial del beneficio de inventario es la facción
de inventario solemne (artículo 1253 del CC). Además, mediante una
reciente Reforma introducida por la Ley 19.903/03 sobre Procedimiento
para el Otorgamiento de la Posesión Efectiva de la Herencia, se
faculta a los Servicios de RCI para tramitar posesiones efectivas y
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otorgar inventario solemne en los términos de su artículo 4. Sin


perjuicio de ello, en virtud del artículo 1253 del CC, que establece
la regla general, “en la confección del inventario se observará lo
prevenido para el de los tutores y curadores en los artículos 382 y
siguientes, y lo que en el Código de Enjuiciamiento se prescribe para
los inventarios solemnes”. Conforme al artículo precedente, el
inventario solemne se rige por los artículos 382 y siguientes del
Código Civil relativos a los inventarios que hacen los tutores y
curadores.

1046. Concepto del beneficio de inventario.


El beneficio de inventario, conforme al artículo 1247 del CC,
consiste en no hacer a los herederos que aceptan responsables de las
obligaciones hereditarias y testamentarias, sino hasta la concurrencia
del valor total de los bienes que han heredado460.
El heredero, que acepta habiéndose realizado inventario solemne, goza
del beneficio de inventario, y sucede en todas las obligaciones
transmisibles del difunto a prorrata de su cuota hereditaria, aunque
le impongan un gravamen que exceda el valor de los bienes que hereda.
En este sentido, el artículo 1245 del CC dispone que “[e]l que hace
acto de heredero sin previo inventario solemne, sucede en todas las
obligaciones transmisibles del difunto a prorrata de su cuota
hereditaria, aunque le impongan un gravamen que exceda al valor de los
bienes que hereda.
Habiendo precedido inventario solemne, gozará del beneficio de
inventario”.

1047. Requisitos del beneficio de inventario:


a) El heredero antes de solicitarlo no debe de haber aceptado la
herencia, ni tácita, ni expresamente.
b) El heredero debe solicitar el beneficio de inventario en forma
solemne ante el Juez o el ORC (artículos 1245.2º del CC y 4 de la Ley
19.903/2003).
c) Se debe efectuar una facción de inventario solemne, detallado y
completo de los bienes y cargas que comprende el patrimonio del
causante (artículo 1253 y 382 del CC y 858 a 865 del CPC). De las
normas precedentes es destacable el artículo 1253 del CC, conforme al
cual “[e]n la confección del inventario se observará lo prevenido para
el de los tutores y curadores en los artículos 382 y siguientes, y lo
que en el Código de Enjuiciamiento se prescribe para los inventarios
solemnes”.
El artículo 4 de la Ley N° 19.903/03 sobre Procedimiento para el
Otorgamiento de la Posesión Efectiva de la Herencia establece reglas
especiales respecto de la confección de inventario. De este modo, la
norma precedente es del siguiente tenor:
“Artículo 4º. El inventario de los bienes existentes al fallecimiento
del causante, deberá incluirse en la misma solicitud y hará relación
de todos los muebles e inmuebles de la persona cuyo patrimonio se
inventaría, particularizándolos uno a uno, o señalando colectivamente
los que consistan en número, peso o medida, con expresión de la
cantidad y calidad esencial; comprenderá asimismo los créditos y
deudas de que hubiere comprobante, y en general todos los objetos
presentes, exceptuados los que fueren conocidamente de ningún valor o
utilidad. Este inventario incluirá, simultáneamente la valoración de
los bienes, de acuerdo a las normas contenidas en la ley No. 16.271.

460La expresión “ultra vires hereditatis” significa la aceptación de la herencia


a prorrata de los bienes recibidos en la masa, mientras que “cum vires
hereditatis” equivale a aceptar con beneficio de inventario.
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La individualización de los bienes raíces sólo contendrá la remisión


expresa a fojas, número, año y registro conservatorio de cada
propiedad, y será suficiente para practicar las inscripciones que sean
necesarias. Tratándose de otros bienes sujetos a registro, deberán
señalarse los datos necesarios para su ubicación o individualización.
El inventario practicado de esta forma, se considerará como inventario
solemne para todos los efectos legales. En todo caso, para entender
que el solicitante acepta la herencia con beneficio de inventario
deberá así declararlo en el formulario de solicitud, sin perjuicio de
lo dispuesto en los artículos 1252 y 1256 del Código Civil”.

1048. Bienes que comprende el inventario.


El beneficio de inventario comprende todos los bienes del causante
inclusive los ubicados en el extranjero, pudiendo agregarse con
posterioridad nuevos bienes (artículos 858, 865, 382, 861, 862, 383,
386 y 387 CPC). El inventario puede corregirse, y el heredero tiene
plena libertad para decidir si acepta o no con beneficio de inventario
y el testador no puede prohibirlo (artículo 1249 del CC).

1049. Personas obligadas a aceptar con beneficio de inventario.


Están obligados a aceptar con beneficio de inventario las siguientes
personas:
a) Los coherederos se ven favorecidos de pleno derecho por el
beneficio de inventario en la medida que alguno de ellos lo haya
solicitado. En este sentido el artículo 1248 del CC establece que
“[s]i de muchos coherederos los unos quieren aceptar con beneficio de
inventario y los otros no, todos ellos serán obligados a aceptar con
beneficio de inventario”.
b) Los herederos que sean propietarios fiduciarios deben aceptar con
beneficio de inventario para proteger los intereses del
fideicomisario.
c) Las personas jurídicas de Derecho público (artículo 1250.1º del
CC).
d) Los incapaces, quienes no pueden aceptar o repudiar, sino por el
ministerio o con la autorización de otras personas (artículos 1250.2º,
1225 y 1236 del CC).

1050. Individuos que no pueden aceptar con beneficio de inventario.


Los siguientes individuos no pueden aceptar con beneficio de
inventario:
a) El que realizó un acto de heredero sin previo inventario solemne.
En este sentido el artículo 1252 del CC establece que “todo heredero
conserva la facultad de aceptar con beneficio de inventario mientras
no haya hecho acto de heredero”.
b) El que de mala fe omite mencionar ciertos bienes en el inventario o
supusiere deudas que no existen. En este sentido el artículo 1256 del
CC establece que “el heredero que en la confección del inventario
omitiere de mala fe hacer mención de cualquiera parte de los bienes,
por pequeña que sea, o supusiere deudas que no existen, no gozará del
beneficio de inventario”.

1051. Efectos del beneficio de inventario:


a) El efecto principal del beneficio de inventario es limitar la
responsabilidad del heredero beneficiario con relación a las deudas
hereditarias y testamentarias hasta la concurrencia del total de los
bienes que heredó. A este respecto se discute si el beneficio de
inventario produce una separación de patrimonios. La mayoría de la
doctrina señala que simplemente se produce una limitación a la
responsabilidad del heredero, en consideración a que los artículos
1247 y 1260 del CC se refieren al “valor” y “los valores” y no al o
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los bienes que componen la herencia. De esta forma, en nuestro


Derecho, el beneficio de inventario no exige destinar los bienes
heredados a las deudas del causante, sino el valor de ellos y además
sólo se responde por el valor de los bienes efectivamente recibidos461.
Para parte de la doctrina, siguiendo a SOMARRIVA, el límite a la
responsabilidad del heredero se fija al momento en que se le difiere
la herencia, es decir por regla general, al fallecimiento462.
El beneficio de inventario procesalmente se hace valer, como una
excepción perentoria, probando que los valores heredados ya fueron
consumidos con el pago de deudas hereditarias o cargas testamentarias
mediante una cuenta exacta y en lo posible documentada. En este
sentido el artículo 1263 del CC establece que “[e]l heredero
beneficiario que opusiere a una demanda la excepción de estar ya
consumidos en el pago de deudas y cargas los bienes hereditarios o la
porción de ellos que le hubiere cabido, deberá probarlo presentando a
los demandantes una cuenta exacta y en lo posible documentada de todas
las inversiones que haya hecho”.
b) El beneficio de inventario impide la confusión entre las deudas y
créditos del causante y del heredero (artículos 1259 y 1669 del CC).
c) El heredero, en la conservación de los efectos hereditarios,
responde de culpa leve por la especie o cuerpo cierto que se le deban
(artículo 1260 del CC). En este sentido, el heredero se transforma en
administrador del patrimonio del causante y responde como tal. Por
ello debe de rendir cuenta (artículos 1261 y 1263 del CC). En este
sentido es especialmente importante el artículo 1260 del CC que
dispone que “[e]l heredero beneficiario será responsable hasta por
culpa leve de la conservación de las especies o cuerpos ciertos que se
deban.
Es de su cargo el peligro de los otros bienes de la sucesión, y sólo
será responsable de los valores en que hubieren sido tasados”.
d) El heredero en cuanto a los bienes genéricos responde hasta del
caso fortuito (artículo 1260.2º del CC). Incluso se hace responsable
no sólo del valor de los bienes que entonces efectivamente reciba,
sino de aquellos que posteriormente sobrevengan a la herencia sobre
los que recae el inventario (artículo 1257 del CC). En cuanto a los
créditos, el heredero beneficiario se hará responsable de todos los
créditos como si los hubiere efectivamente cobrado. Sin perjuicio de
que para su descargo en el tiempo debido justifique lo que sin culpa
suya haya dejado de cobrar poniendo a disposición de los interesados
las acciones o títulos insolutos (artículo 1258 del CC)463. En este
sentido, conforme a la norma precedente “[s]e hará asimismo
responsable de todos los créditos como si los hubiese efectivamente
cobrado; sin perjuicio de que para su descargo en el tiempo debido
justifique lo que sin culpa suya haya dejado de cobrar, poniendo a
disposición de los interesados las acciones y títulos insolutos”.
d) El heredero, en cuanto a los bienes genéricos, responde hasta del
caso fortuito (artículo 1260.2º del CC). Incluso, se hace responsable

461 En este sentido para ESCOBAR el heredero beneficiario es más que un simple
administrador de los bienes del causante. ESCOBAR RIFFO, Francisco, Del Pago de
las Deudas Hereditarias y Testamentarias, Santiago de Chile, Ediar Editores
Ltda., 1984, página 160.
462 CLARO SOLAR es de la opinión que dicho valor se determina conforme al valor
de liquidación del bien. En realidad esta parece ser la posición correcta, ya
que la predominante hará que el heredero se perjudique o beneficie, dependiendo
de si el valor de liquidación es mayor o menor que el valor que tenía el bien al
fallecimiento del causante. Y ello atentaría contra el beneficio de inventario
por el cual se supone que el heredero no puede verse afectado por más de lo que
efectivamente recibe.
463 Las reglas sobre responsabilidad de los herederos son estrictas, de alguna

forma podría incluso señalarse que los herederos responden de culpa levísima.
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no sólo del valor de los bienes que entonces efectivamente reciba,


sino de aquellos que posteriormente sobrevengan a la herencia sobre
los que recae el inventario.
El heredero beneficiario se hará responsable de todos los créditos de
la masa, como si los hubiere efectivamente cobrado. Sin perjuicio de
lo cual, para su descargo, en el tiempo debido, justifique lo que sin
culpa suya haya dejado de cobrar poniendo a disposición de los
interesados las acciones o títulos insolutos (artículo 1258 del
CC)464.
e) La responsabilidad del heredero beneficiario por las deudas
hereditarias y testamentarias se extingue totalmente en los siguientes
casos:
i) Por el abandono a los acreedores hereditarios y testamentarios de
los bienes que deba entregar en especie y saldo que reste de los
genéricos y obteniendo de ellos o del juez la aprobación de la cuenta
que deberá presentarles (artículo 1261 del CC). Esta posibilidad no
es más que la aplicación de la cesión de bienes, regulada en los
artículos 1614 a 1623 del CC, al Derecho sucesorio. En este sentido el
artículo 1261 del CC dispone que “[e]l heredero beneficiario podrá en
todo tiempo exonerarse de sus obligaciones abandonando a los
acreedores los bienes de la sucesión que deba entregar en especie, y
el saldo que reste de los otros, y obteniendo de ellos o del juez la
aprobación de la cuenta que de su administración deberá presentarles”.
ii) Por el agotamiento de los bienes hereditarios en el pago de las
deudas hereditarias y testamentarias. De este modo el artículo 1262
del CC dispone que “[c]onsumidos los bienes de la sucesión, o la parte
que de ellos hubiere cabido al heredero beneficiario, en el pago de
las deudas y cargas, deberá el juez, a petición del heredero
beneficiario, citar a los acreedores hereditarios y testamentarios que
no hayan sido cubiertos, por medio de tres avisos en un diario de la
comuna o de la capital de provincia o de la capital de la región, si
en aquélla no lo hubiere, para que reciban de dicho heredero la cuenta
exacta y en lo posible documentada de todas las inversiones que haya
hecho; y aprobada la cuenta por ellos, o en caso de discordia por el
juez, el heredero beneficiario será declarado libre de toda
responsabilidad ulterior”.

1052. HERENCIA YACENTE.


La herencia está desatendida o yacente en la medida que carezca de
titular. Ello se puede deber a que los asignatarios ignoran su calidad
de tales o porque realmente la herencia no tiene asignatarios. Se
declara yacente, si dentro de los quince días de abrirse la sucesión
no se hubiere aceptado la herencia o una cuota de ella, ni hubiere
albacea a quien el testador haya conferido la tenencia de sus bienes y
que haya aceptado el encargo.
La declaración de la herencia yacente la hace el juez del último
domicilio del causante a solicitud de cualquier interesado, incluso de
oficio. Se publica la declaración y se nombra a un curador de la
herencia yacente (artículo 1240 del CC). Se trata de un curador de
bienes que no representa a la sucesión y sólo tiene facultades
conservativas; sin embargo transcurrido un determinado plazo el
curador puede vender los bienes hereditarios (artículos 484 y 487
del CC).
La curaduría de la herencia yacente termina por la aceptación de la
herencia por alguno de los herederos, por la venta de los bienes o por
la extinción o inversión completa de dichos bienes.

464Las reglas sobre responsabilidad de los herederos son estrictas, de alguna


forma podría incluso señalarse que los herederos responden de culpa levísima.
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1053. Tramitación en el Ministerio de Bienes Nacionales.


Cualquier persona, ya sea natural o jurídica, puede poner en
conocimiento del MBN, la información acerca de una propiedad, ya sea
mueble o raíz, que al fallecimiento de su propietario ha quedado sin
herederos conocidos, por lo que estos derechos podrían corresponderle
al Fisco.
En lo que respecta a la tramitación, el denunciante debe acompañar los
antecedentes que lo identifiquen como los del causante, los de los
familiares directos del causante fallecidos con anterioridad a él, y
también los de identificación de los bienes que tenía el causante al
momento de fallecer. La denuncia debe presentarse en la Oficina de
Partes de cualquiera Secretaría Regional Ministerial u Oficina
Provincial de MBN, sin importar dónde tuvo su último domicilio el
causante ni dónde falleció. El Fisco tramita a su nombre la posesión
efectiva de la herencia de los bienes denunciados en el lugar del
último domicilio del causante y hace las respectivas inscripciones de
propiedad en el CBR correspondiente. Las propiedades, bienes y
valores heredados por el Fisco deben ser liquidados o enajenados a
través de ventas, transferencias, subasta pública, transacción en la
Bolsa de Comercio, canjes u otras modalidades de acuerdo a su especie
y las facultades que otorga la legislación vigente. El producto
total obtenido, se ingresa a las arcas fiscales. Una vez fijado el
acervo líquido de la herencia vacante, la Secretaría Regional
Ministerial o la Oficina Provincial MBN procederá a calcular la
recompensa a cancelar que conforme a la ley465.
Finalmente, el galardón se paga al interesado, sólo una vez tramitada
la posesión efectiva y fijado el valor en pesos de la herencia.
En este sentido el artículo 42 del DL N° 1.939 de 1977 dispone que
“[l]os derechos sucesorios del Fisco se regularan por las normas de la
legislación común y por las especiales de este párrafo.
Cualquier persona puede poner en conocimiento del Servicio la
existencia de derechos hereditarios que le correspondan al Fisco, así
como cualquier clase de bienes que, perteneciéndole, no tuviere de
ellos conocimiento, o que se encontraren indebidamente en poder de
terceros.
El denunciante que cumpliere los requisitos que más adelante se
señalan tendrá derecho a un galardón equivalente al 30% del valor
líquido de los bienes respectivos”.

1054. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de


formas de suceder y regulación de la sucesión por causa de muerte466.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de sucesión por causa de muerte como modo de adquirir el
dominio. Una sucesión demanda de comodato precario, en autos “Ferrer
con Faría”, Rol 283-89, sosteniendo que por mera tolerancia del
causante el demandado ocupó un inmueble que actualmente pertenece a la
sucesión y solicitan que les sea restituido para ocuparlo. El
demandado pide que se deseche la acción pues se encuentra en el
inmueble en calidad de trabajador (calidad que está siendo desconocida
por la sucesión), situación que no pudo probar en el juicio.
Los actores han adquirido el dominio del bien del cual solicitan la
restitución a través del modo de adquirir denominado sucesión por
causa de muerte, la propia ley es el título o antecedente para la
adquisición del dominio. La inscripción en el RP del CBR respectivo,

465 Ella corresponde al treinta por ciento del valor líquido de los bienes
denunciados, sean inmuebles o muebles.
466 Las sentencias que se consignan a continuación no representan necesariamente,

el estado de la jurisprudencia y tienen por función simplemente que los alumnos


apliquen las materias.
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no constituye en este caso tradición, sino que cumple la finalidad de


mantener la historia de la propiedad.
Por lo que se estimó totalmente acreditados los elementos
constitutivos del precario y se acoge la demanda. En igual sentido
confirma la CA de Pedro Aguirre Cerda. En definitiva las sentencias
precedentes establecen que en la sucesión por causa de muerte la ley
es el antecedente necesario para la adquisición del dominio. Vid. GJ
n° 112, pagina 47.
b) En materia de posesión efectiva. Se acoge, a favor del recurrente,
un recurso de casación en la forma y en el fondo en contra de la
sentencia de la CA. La sentencia recurrida confirmó la resolución de
primera instancia, que negaba el derecho de la recurrente a ser
incluida en una posesión efectiva, concedida a dos herederos legítimos
del causante, siendo que la actora era igualmente heredera legítima.
Un Juez de Letras de Santiago como la CA declararon sin lugar lo
solicitado por la demandante. Acogiéndose el recurso de casación en la
forma contra el fallo que lo ha motivado, el que se invalida
reponiéndose la causa en el estado de proveerse con arreglo a Derecho.
De este modo, para la CS la oposición, deducida por las personas a
quienes se ha concedido la posesión efectiva de una herencia, a la
petición de una tercera persona a ser incluida en dicha posesión
efectiva debe tramitarse conforme al procedimiento ordinario. No
procede tramitar la oposición como incidente por cuanto estaríamos en
presencia de una oposición de un legítimo contradictor, que muta el
procedimiento de voluntario a contencioso. En consecuencia, es nula,
por omisión de todos los trámites esenciales del juicio ordinario, la
sentencia pronunciada, habiéndose tramitado la oposición como simple
incidente. El juicio debe reponerse al estado de proveerse la
oposición formulada con arreglo a derecho y por el juez que
corresponda. Vid. RDJ, segunda parte, sección primera, nº tomo XXVIII,
1931, página 370.
c) En materia de posesión efectiva. Se procede a rechazar un recurso
de casación en fondo interpuesto en contra de la sentencia de la CA,
que confirmaba una sentencia de primera instancia. El recurso se
presenta por infracción a los artículos 941, 961 y 980 del CC. El
Juzgado de Valparaíso resolvió un incidente, revocando una posición
efectiva, previo a la facción de inventario y publicaciones e
inscripciones correspondientes, otorgando una nueva posesión efectiva
a la solicitante en consideración a un testamento acompañado en autos.
El recurrente señala que la primera resolución del tribunal no pudo
dejarse fin efecto por infringir el ex artículo 993 del CC que se
refería al primer orden irregular. El recurrente aduce que el
interesado a que hace alusión la norma precedente se refiere al que
obtuvo la posesión efectiva. La CS desechó esta interpretación del
artículo 993 del CPC, entendiendo que el tribunal puede revocar o
modificar la posesión efectiva, si se presentare un testamento en que
se acredite tener mejor derecho a favor de una persona diversa, de
aquella a quienes se la concedió primeramente la posesión efectiva. La
frase “a solicitud del interesado”, que emplea el artículo 993 del
CPC, faculta al juez a modificar o revocar las resoluciones recaídas
en asuntos no contenciosos, cuando varían las circunstancias que
llevaron a conceder la posesión efectiva. La referencia al interesado,
razona la CS, no puede ser a la persona que primero se presenta a la
Justicia, solicitando la posesión efectiva, sino a todo aquel que
pueda tener interés en la sucesión de que se trata. Solo de este modo
se justifican las publicaciones que la ley exige y que tienen por
objeto dar noticia de ello a quienes puedan hacer valer derechos,
antes de que se inscriba la resolución que dará al peticionario no
solo la posesión regular de los bienes que forman la herencia sino la
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facultad de disponer de ellos a su arbitrio. Vid. RDJ, segunda parte,


sección primera, tomo nº XXIX, 1932, página 554.
d) En materia de efectos y objeto de la posesión efectiva. La CA de
Santiago, mediante un fallo de 10 de noviembre de 1994, en autos
“Quintana con Solís”, resolvió que la sucesión por causa de muerte
produce diversos efectos, y uno de ellos es que por su intermedio se
adquiere el dominio (artículo 588 del CC) y se determina también
quiénes son los herederos del causante, los cuales –sea la herencia
testada o intestada- lo representan en todos sus derechos y
obligaciones transmisibles (artículo 1097 del CC).
La posesión efectiva no confiere la calidad de heredero, sino que
tiene por objeto fundamentalmente establecer quiénes son los
herederos, darles la posibilidad de adquirir por prescripción
ordinaria y habilitarlos para disponer de los bienes hereditarios. No
es por tanto, condición para obtener la calidad de heredero sino para
reconocerle a determinada persona esa calidad, que por ley tiene. Vid.
GJ nº 173, página 109.
e) En materia de prescripción del derecho real de herencia. Se demanda
por el Fisco de Chile a una persona que sostiene a su vez haber
adquirido por prescripción el derecho real de herencia sobre los
bienes del causante. El Fisco alega que tal persona no es pariente ni
heredero del causante, así que mal podría adquirir tal derecho, ya que
es el Fisco el único heredero “ab intestato” del causante y por lo
tanto tiene un dominio sobre el derecho real de herencia, pero nunca
ha tenido la posesión real de la herencia como sí la tiene la
demandada, que es la del artículo 700 del CC.
Por lo tanto, la CA de San Miguel, mediante sentencia de 21 de agosto
de 1995, falla en contra del Fisco y se admite la prescripción de la
demandada. En este sentido la CA acoge la doctrina que señala en torno
a los efectos de la posesión efectiva lo siguiente:
i) La “posesión legal” que menciona el artículo 388 no libera de la
obligación de solicitar la posesión efectiva de la herencia, ni
habilita por sí sola para prescribir, ni impide que los otros
interesados puedan prescribir.
ii) Para la adquisición por prescripción del derecho real de herencia
es necesario ser heredero y ser poseedor de la herencia. Vid. GJ, nº
182, página 83.

Guía nº 1 sobre apertura de la sucesión.

Material obligatorio:
 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio Tomo I,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1998, nº 120 a 208, páginas 163 a 228.
 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005,
nº 54 a 93, páginas 57 a 83.

Analice y conteste las siguientes preguntas:


1. Señale las últimas reformas en torno al cónyuge sobreviviente y a
los hijos en el Derecho sucesorio.
2. Señale las diferencias existentes entre los siguientes momentos:
apertura, llamamiento, vocación, delación y vacancia de la herencia.
3. Un argentino fallece en Chile teniendo como descendencia hijos
venezolanos y sus bienes en Chile y Perú:
a) Señale por qué leyes se rige la sucesión y qué información es
relevante.
b) Si el argentino tuviere su domicilio en Argentina y una cónyuge
chilena, a pesar que se aplique la ley extranjera, ¿respecto de los
derechos de ésta en la sucesión se podría aplicar la ley chilena?
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c) Si la cónyuge fuere también extranjera, ¿señale qué ley se


aplicaría?
d) ¿Modificaría su respuesta en los supuestos anteriores, si el
causante fuese chileno?
4. ¿Sería válida una asignación en virtud de la cual se dejase algo al
primer niño que nazca en Punta Arenas el 23 de diciembre del próximo
año? Para contestar esta pregunta recurra a los artículos 962.3º y
1056 del CC y refiérase a lo que indica la doctrina en torno a estas
disposiciones. Vid. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA,
Ramón, Derecho Sucesorio Tomo I, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, Chile, 1998, nº 240.1, páginas 257 y 258.
5. Se acerca un señor a su Estudio Jurídico y le señala que él es
heredero, junto con otras dos personas de una cuantiosa herencia.
Además, le indica que uno de los asignatarios habría señalado su
intención de renunciar a la herencia, pero que dicho heredero lleva
años dilatando su renuncia. ¿Qué podría hacer su cliente para tener
seguridad en cuanto a la decisión que adopte el asignatario indeciso?
6. Un heredero, marido viudo, repudia la herencia de su cónyuge porque
ella en su juventud le habría sido infiel y no desea recibir su
dinero; pero posteriormente, al enterarse que ello era falso, desea
revocar la repudiación, ¿puede revocarla?
7. Señale cuál es el fundamento de la prohibición sobre pactos de
sucesión futura y si, en el Derecho comparado, se admiten dichos
pactos.
8. En cuanto al pacto de no mejorar y a las reglas de sucesión testada
e intestada responda las siguientes preguntas:
a) El señor Pérez pactó con su padre, que no iba a disponer de la
cuarta de mejoras por escritura pública; señale si dicho pacto tiene
valor y de ser así qué efectos tendría.
b) En caso que el señor Pérez fallezca, teniendo su último domicilio
en Chile, de forma intestada, dejando cónyuge sobreviviente, seis
hijos y ascendientes ¿cómo se reparte la herencia entre los eventuales
asignatarios? (indique porcentajes o fracciones en forma exacta y
fundadamente).
9. Señale y fundamente las diferencias entre incapacidades e
indignidades.
10. Indique si alguno de estos dos casos constituye indignidad:
a) Una persona induce dolosamente al testador a dejar una asignación a
favor de un asignatario.
b) Una persona dolosamente impide que el testador deje una asignación
a un tercero.
En caso que su respuesta sea negativa indique si dicho dolo produce
algún efecto. Vid. RODRÍGUEZ GREZ, P., Instituciones de Derecho
Sucesorio, volumen 1, Editorial Jurídica de Chile, 1995, página 97.
11. Señale en que supuestos las indignidades pueden afectar al derecho
de alimentos que debe el causante al indigno.
12. Señale desde cuándo se cuenta el plazo para la purga de la
indignidad de cinco años (artículo 975 del CC).

ESQUEMAS SOBRE ADQUISICIÓN DE LAS ASIGNACIONES Y LA FORMACIÓN DE LA


HERENCIA:

1. Sucesión por causa de muerte. Adquisición de las asignaciones:


a. Asignaciones a título universal o heredero.
b. Asignaciones a título singular o de legado.

2. Momentos en la sucesión hereditaria (esquema general):


a. La apertura. Regla general: artículo 955 del CC y sus excepciones
(artículo 998 del CC). Incapacidades e indignidades.
b. La vocación o llamamiento.
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c. La delación de la herencia o “ius delationis”.


d. El derecho de opción: aceptación (expresa, tácita y con beneficio
de inventario) o repudiación (expresa) de la asignación y la herencia
yacente.
e. Derechos de concurrencia en la sucesión: sucesión directa
(testamentaria, “ab-intestato” y mixta), indirecta (transmisión,
representación y sustitución) y acrecimiento.
f. Formación de la comunidad hereditaria (acervo bruto, líquido y
acervos imaginarios). El pasivo (responsabilidad de los herederos,
albaceas y beneficio de separación) y activo (división del crédito)
hereditario.
g. Partición. Pacto de indivisión, acción de partición, distribución y
liquidación de los bienes y su adjudicación (derecho real específico).

3. Causales de incapacidades para suceder:


a. Quien no existe al momento de abrirse la sucesión.
b. Las entidades colectivas carentes de personalidad jurídica, salvo
que la asignación tuviere por objeto la creación de una persona
jurídica.
c. Los condenados por crimen de dañado ayuntamiento.
d. Ciertas personas cercanas al causante como los eclesiásticos o el
eclesiástico que hubiere confesado al difunto.
e. El notario, testigos y familiares o dependientes de éste respecto
del testamento.

4. Causales de indignidad para suceder:


a. El que ha cometido el crimen de homicidio en la persona del
difunto, o ha intervenido en este crimen por obra o consejo, o la dejó
perecer pudiendo salvarla (artículo 968, n° 1 del CC).
b. El que cometió atentado grave contra la vida, el honor o los bienes
de la persona de cuya sucesión se trata, o de su cónyuge, o de
cualquiera de sus ascendientes o descendientes, con tal que dicho
atentado se pruebe por sentencia ejecutoriada (artículo 968, n° 2 del
CC).
c. El consanguíneo dentro del sexto grado inclusive, que en el estado
de demencia o destitución de la persona de cuya sucesión se trata, no
la socorrió pudiendo (artículo 968, n° 3 del CC).
d. El que por fuerza o dolo obtuvo alguna disposición testamentaria
del difunto, o le impidió testar (artículo 968, n° 4 del CC).
e. El que dolosamente ha detenido u ocultado un testamento del
difunto, presumiéndose dolo por el mero hecho de la detención u
ocultación (artículo 968, n° 5 del CC).
f. El que siendo mayor de edad, no hubiere acusado a la justicia el
homicidio cometido en la persona del difunto, tan presto como le
hubiere sido posible (artículo 969.6°, inciso primero, del CC).
g. El impúber, demente o sordomudo, el ascendiente o descendiente que,
siendo llamado a sucederle abintestato, no pidió que se le nombrara un
tutor o curador, y permaneció en esta omisión un año entero: a menos
que aparezca haberle sido imposible hacerlo por sí o por procurador
(artículo 970.7°, inciso primero, del CC).
h. El tutor o curador que nombrados por el testador se excusaren sin
causa legítima (artículo 971. 8°, inciso 1, del CC).
i. El que, a sabiendas de la incapacidad, haya prometido al difunto
hacer pasar sus bienes o parte de ellos, bajo cualquier forma, a una
persona incapaz (artículo 972.9°, inciso 1, del CC).
j. El artículo 1300 del CC establece una indignidad al disponer que
“será removido por culpa grave o dolo, a petición de los herederos o
del curador de la herencia yacente, y en caso de dolo se hará indigno
de tener en la sucesión parte alguna, y además de indemnizar de
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cualquier perjuicio a los interesados, restituirá todo lo que haya


recibido a título de retribución”.

CAPÍTULO II: EL DERECHO REAL DE HERENCIA.

Análisis bibliográfico: DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho


Sucesorio, Tomo I, 1998, páginas 149 a 159. ELORRIAGA, Fabián, Derecho Sucesorio, 2005,
páginas 89 a 106. MEZA BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y
donaciones entre vivos, 2000, páginas 30 a 33. OLAVARRÍA, Óscar, Elementos del derecho
sucesorio chileno, 2005, páginas 193 a 220. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René,
Derecho Sucesorio, Tomo I, 2005, páginas 49 a 106. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio,
2007, páginas 29 a 37.

1055. Concepto de derecho real de herencia.


El derecho de herencia, de acuerdo a SOMARRIVA, es un derecho real que
consiste en la facultad o aptitud de una persona para suceder en el
patrimonio del causante o en una cuota de él.
El concepto de herencia recibe diversas acepciones. La primera es
vulgar, y conforme a ella la herencia es una masa de bienes. Pero,
conforme a una acepción jurídica, es un conjunto de bienes o derechos
con exclusión de deudas o cargas, es decir sólo se le considera como
un activo. Finalmente, en virtud de una tercera acepción –también del
ámbito del Derecho-, se entiende que el derecho de herencia es un
derecho real que contiene un activo y pasivo467.

1056. Características del derecho real de herencia:


a) Se trata de un derecho real distinto del dominio. No en todos los
ordenamientos jurídicos la herencia es un derecho real. En algunos
Derechos la herencia confiere el título de heredero y éste no es un
derecho real. Pero, en nuestro país, la herencia es claramente un
derecho real. Ello se desprende de los siguientes argumentos:
i) El artículo 577.2º del CC lo enumera dentro de los derechos reales.
ii) De los derechos reales emanan acciones reales, como acontece con
la herencia de la cual nace la acción real de petición de herencia. De
esta forma, el derecho real de herencia no se protege a través de la
acción reivindicatoria.
iii) El derecho real de herencia recae sobre una universalidad
jurídica, es decir, es un poder que se ejerce sobre una cosa y esa
cosa es una universalidad jurídica.
b) Constituye una universalidad jurídica. La universalidad de hecho
se constituye por bienes singulares que en su conjunto dan lugar a una
cosa distinta de cada uno de sus componentes. En tanto, la
universalidad jurídica constituye un conjunto de bienes, que se
componen de un activo y un pasivo, como sucede con el patrimonio o la
empresa, que dan lugar a estatutos jurídicos propios. Este estatuto
jurídico es principalmente el que da lugar a la forma en que se
realiza la tradición del derecho real de herencia, que conforme a la
mayoría de la doctrina no se rige por las reglas de los muebles, ni de
los inmuebles468.

467 ALBALADEJO distingue cuatro acepciones de la palabra en estudio. La primera


como patrimonio del causante, la segunda como el patrimonio del causante que
corresponde a los herederos –con exclusión de los legatarios-, la tercera como
la parte activa de la herencia o lo que queda después de haber descontado el
pasivo –en nuestro Derecho sería después de deducir las bajas generales de la
herencia- y la cuarta como sucesión “mortis causa”. ALBALADEJO GARCÍA, M.,
Curso de Derecho Civil, tomo V: Derecho de Sucesiones, Barcelona, España, Quinta
Edición, Bosch, 1994, página 210.
468 Existen dos posiciones doctrinales en torno a la forma en que se efectúa la

tradición del derecho real de herencia. Para Juan R. GUTIÉRREZ había que
distinguir según los bienes de que se componía la herencia. De esta forma, si se
formaba por bienes muebles la tradición se efectuaba conforme a las reglas de
los bienes muebles, si se componía sólo de bienes inmuebles según la tradición
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c) Tiene una vida efímera. El derecho de herencia está destinado a


confundirse con el derecho de dominio, es así como la escisión entre
ambos derechos se acaba con la partición. Este derecho se desarrolla
en las siguientes etapas:
i) El fallecimiento del causante, que da lugar por regla general al
nacimiento del derecho de herencia.
ii) Se forma una comunidad entre los herederos.
iii) Se produce la liquidación, partición y adjudicación de la masa y
de los bienes singulares que la componen. De esta manera se podría
señalar que el derecho real de herencia es un derecho destinado a
desaparecer.

1057. Formas de adquirir el derecho real de herencia.


La herencia en nuestro ordenamiento jurídico puede adquirirse de las
siguientes formas:
a) La sucesión por causa de muerte.
b) La tradición del derecho real de herencia.
c) La prescripción adquisitiva.
A continuación se analizarán estos modos de adquirir el derecho real
de herencia.

1058. LA SUCESIÓN POR CAUSA DE MUERTE.


Por este modo de adquirir la adquisición se produce “ipso iure” desde
el momento del fallecimiento del causante, salvo las asignaciones
condicionales. En dicho caso se adquiere el derecho desde el
cumplimiento de la condición suspensiva. No es suficiente para que
opere este modo de adquirir la muerte del causante, se requerirá la
aceptación del derecho real de herencia, ya que el asignatario siempre
podrá repudiar.
También es del caso señalar que vinculadas a la sucesión por causa de
muerte están las diferentes clases de posesión que existen en materia
sucesoria. En el Derecho sucesorio existen las siguientes posesiones:
a) La posesión legal de la herencia es aquella que se adquiere por el
verdadero heredero desde el momento en que ésta es deferida, aunque el
heredero lo ignore (artículo 722 del CC). En virtud de la posesión
legal se presume que el heredero tiene el “corpus” y el “animus”.
Esto lleva a señalar que la posesión del heredero es distinta a la
posesión del causante, así se desprende del artículo 717 del CC, al
señalar que la posesión del sucesor comienza en él.
b) La posesión real o material de la herencia equivale a la posesión
definitiva de la herencia y en ella concurre el “animus” y el
“corpus”.
c) La posesión efectiva se otorga por sentencia judicial o resolución
del Servicio de RCI, al que tiene la apariencia de heredero. Sin
embargo, como se desprende los artículos 877 y 878 CPC, esta posesión
no garantiza la calidad de heredero a los herederos “abintestato”. En
este sentido el artículo 877 del CPC dispone que la posesión efectiva
se concederá al que presente un testamento aparentemente válido en que
se instituye heredero o a los herederos “abintestato” del causante.

de dichos bienes y por último si se componía de unos y otros se hará conforme al


artículo 686 del CC. Sin embargo, la opinión que en definitiva predominó fue la
de Leopoldo URRUTIA. En virtud de ella, como la universalidad jurídica es un
ente distinto de los bienes que lo componen, la tradición se efectúa conforme a
la regla general en materia de tradición y la regla general es la forma de
tradición de los bienes muebles. Así la tradición se hace de cualquier forma que
signifique por una parte la facultad e intención de transferir el dominio, y por
la otra la capacidad e intención de adquirirlo, como por ejemplo, solicitando la
posesión efectiva o realizar un acto de heredero. Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo,
Lecciones de Derecho Civil Chileno, de los Bienes, Tomo IV, Editorial Jurídica
de Chile, página 106.
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1059. La posesión efectiva.


La posesión efectiva otorga al asignatario la apariencia de heredero.
El pago efectuado al falso heredero es válido (artículo 1576 del CC),
y además, éste puede adquirir por prescripción adquisitiva de cinco
años (artículos 2312.1º, Reg1a 1ª; 1269 y 704.1º, nº 4 del CC).
No es del caso tratar las normas procesales que regulan la posesión
efectiva469. Sin embargo, es importante no dejar de lado que, conforme
a la Ley 19.903/03 sobre Procedimiento para el Otorgamiento de la
Posesión Efectiva de la Herencia, las posesiones efectivas intestadas
abiertas en Chile pueden tramitarse ante el Servicio de RCI. Además,
respecto del procedimiento el artículo 3 de la referida ley aclara que
“[l]a posesión efectiva de una herencia deberá solicitarse a través de
un formulario confeccionado para tal efecto por el Servicio de
Registro Civil e Identificación, en el que deberán individualizarse
todos los herederos indicándolos por sus nombres, apellidos, roles
únicos nacionales, domicilios y calidades con que heredan, pudiendo
tramitarse electrónicamente de acuerdo a las formalidades establecidas
en el reglamento.
En la solicitud se expresará, además, el nombre, apellido, rol único
nacional, profesión u oficio, estado civil, lugar y fecha de la muerte
y último domicilio del causante.
El Servicio velará por el correcto uso del formulario, proporcionando
al efecto los datos que le sean requeridos para la individualización
del causante y sus asignatarios. No obstante, la solicitud podrá ser
devuelta, en el acto, si no cumple con los requisitos establecidos en
los incisos anteriores y en el artículo siguiente”.

1060. La oposición a la posesión efectiva.


Por regla general la oposición a un solicitante de posesión efectiva
transforma el proceso en contencioso, si se cumplen los siguientes
requisitos:
a) El legítimo contradictor debe presentar fundamentos y antecedentes
que son atendibles. De lo contrario, el tribunal puede desechar la
oposición de plano, en la medida que los antecedentes ofrecidos lo
ameriten, conforme al artículo 823.2º del CPC.
b) La Corte Suprema exige que el legítimo contradictor tenga derechos
en la sucesión para reclamar exclusivamente o en igualdad de
condiciones la posesión efectiva. De esta forma no basta que el
legítimo contradictor tenga algún interés, como por ejemplo un
legado470.
La ley no establece cómo debe hacerse la tramitación de la oposición,
por lo que se ha resuelto tramitarla como incidente. Pero, también se
ha resuelto continuar la tramitación conforme a las reglas del juicio
ordinario. Por último, en otros casos simplemente se suspende la
gestión voluntaria a la espera de la resolución de la disputa alegada
por el legítimo contradictor.

1061. Recursos que proceden contra la posesión efectiva.

469 En todo caso para poder inscribir una posición efectiva en el extranjero,
conforme a la Corte Suprema, se debe de seguir un proceso de exequátur.
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando, Partición de Bienes, Versión Actualizada de
VODANOVIC, Antonio, Santiago de Chile, Lexis Nexis Chile, Sexta Edición, página
28.
470 Sin perjuicio de ello no todos los que aleguen la calidad de heredero son

considerados legítimos contradictores como pone de manifiesto F. ALESSANDRI R.


Es más existe una copiosa y errática jurisprudencia en torno al legítimo
contradictor en esta materia. ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando, Partición de
Bienes, Versión Actualizada de VODANOVIC, Antonio, Santiago de Chile, Lexis
Nexis Chile, Sexta Edición, páginas 30 y 31.
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Contra la resolución que resuelve la posesión efectiva procede


apelación y casación. Por ser la posesión efectiva una gestión
voluntaria se rige por las reglas vigentes al tiempo de solicitar la
revocación o modificación. Estos aspectos se regulan en el Título I,
del Libro IV del CPC, siendo especialmente importante el artículo 821
del CPC que establece que “[p]ueden los tribunales, variando las
circunstancias, y a solicitud del interesado, revocar o modificar las
resoluciones negativas que hayan dictado, sin sujeción a los términos
y formas establecidos para los asuntos contenciosos.
Podrán también en igual caso revocar o modificar las resoluciones
afirmativas, con tal que esté aún pendiente su ejecución”.
En esta materia el criterio general es que una vez efectuada la
inscripción de la resolución que concede la posesión efectiva no es
posible ampliarla o solicitar su modificación, conforme a las reglas
de la posesión efectiva, sino se deberá seguir un
juicio (artículo 821.2º del CPC). Sin embargo, existe alguna
jurisprudencia que ha ampliado la posesión efectiva no obstante
encontrarse concluida su tramitación471. En todo caso, antes de
terminada la tramitación de la posesión efectiva, se puede solicitar
su ampliación sin que por ello se transforme la gestión en
contenciosa.

1062. Importancia de la posesión efectiva o decreto administrativo de


posesión efectiva:
a) El decreto de posesión efectiva o decreto administrativo –
conjuntamente con las inscripciones del artículo 688 del CC- tienen
por objeto mantener la historia de la propiedad raíz.
b) El decreto de posesión efectiva o decreto administrativo -
conforme a lo señalado en las formas de adquirir la herencia- da
lugar a una prescripción ordinaria de cinco años (artículos 704, nº 4;
1269 y 2512.1º, Regla 1ª del CC).
c) Los herederos no pueden disponer de los bienes inmuebles de la
herencia, sin que previamente se haya inscrito la resolución que da la
posesión efectiva o decreto de administración de la herencia y
efectuadas las demás inscripciones a que hace alusión el artículo 688
del CC472.
d) El pago hecho de buena fe al heredero aparente, como lo es el que
obtiene la posesión efectiva, es válido. Ello se debe a que el
ordenamiento jurídico busca proteger la apariencia –se trata de un caso
de error común- y la buena fe del deudor que paga. Así, la posesión
efectiva de alguna forma indica o señala las personas quienes deben ser
consideradas como herederos.
La resolución de la Dirección del RC, que otorga la posesión efectiva,
conforme a la Ley sobre Procedimiento para el Otorgamiento de la
Posesión Efectiva de la Herencia, produce importantes efectos civiles.
En el caso de la letra (b) precedente se requeriría además de una
sentencia judicial que declarara la prescripción ordinaria. Por lo que
el tribunal es el que declarará la prescripción adquisitiva que se

471 Dichas sentencias se basan en el artículo 821.2º del CPC que señala que
podrán revocarse “o modificar las resoluciones afirmativas, con tal que esté aún
pendiente su ejecución”. Para dichos efectos se entiende que la resolución está
ejecutada de disponerse de los bienes inscritos. ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando,
Partición de Bienes, Versión Actualizada de VODANOVIC, Antonio, Santiago de
Chile, Lexis Nexis Chile, Sexta Edición, página 35.
472 Como señala F. ALESSANDRI en materia de cuentas corrientes los herederos

pueden retirar los depósitos hasta concurrencia de una cantidad de dinero


equivalente a 5 UTA (Unidad Tributaria Anual) o su equivalente en moneda
extranjera (artículo 26.2º de la LIHAD. Vid. ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando,
Partición de Bienes, Versión Actualizada de VODANOVIC, Antonio, Santiago de
Chile, Lexis Nexis Chile, Sexta Edición, página 18.
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basaría en la posesión efectiva. En cuanto a la letra (d), dicha


situación podría producir problemas, pero ello también podría
acontecer con el sistema actual.
Para que los asignatarios puedan disponer de los inmuebles asignados
se requiere que previamente se hayan efectuado las inscripciones del
artículo 688 del CC. En este sentido la última de las referidas
normas establece expresamente lo siguiente:
"Artículo 688. En el momento de deferirse la herencia, la posesión
efectiva de ella se confiere por el ministerio de la ley al heredero;
pero esta posesión legal no habilita al heredero para disponer en
manera alguna de un inmueble, mientras no preceda:
1º La inscripción del decreto judicial o la resolución administrativa
que otorgue la posesión efectiva: el primero ante el conservador de
bienes raíces de la comuna o agrupación de comunas en que haya sido
pronunciado, junto con el correspondiente testamento, y la segunda en
el Registro Nacional de Posesiones Efectivas;
2º Las inscripciones especiales prevenidas en los incisos primero y
segundo del artículo precedente: en virtud de ellas podrán los
herederos disponer de consuno de los inmuebles hereditarios; y
3º La inscripción prevenida en el inciso tercero: sin ésta no podrá el
heredero disponer por sí solo de los inmuebles hereditarios que en la
partición le hayan cabido”.
Los herederos podrán disponer de consuno de sus derechos sobre un bien
raíz, efectuando las inscripciones del artículo 688.1º, nº 1 y 2 del
CC, pero si por cualquier motivo se omitiere a un heredero –por
ignorancia o mala fe- se trasgredería la prohibición de disponer del
artículo 688.1º del CC473 . La doctrina no es pacífica en torno a los
efectos de la trasgresión del artículo 688 del CC, pudiendo
destacarse las siguientes etapas:
a) En principio la jurisprudencia consideró que la tradición que
trasgredía el artículo 688 del CC llevaba a la nulidad absoluta de la
compraventa. En un comienzo la nulidad se aplicaba sólo a las
compraventas voluntarias, luego también se vieron alcanzadas las
forzosas y finalmente sólo se aplicó a las compraventas voluntarias.
b) Con posterioridad se señaló que sería nula la tradición (el
artículo 688 del CC se refiere a la acción de disponer, es decir, de
enajenar) siendo válida la venta.
c) Finalmente, se concluyó que la sanción era la señalada en el
artículo 696 del CC, considerándose al adquirente como mero tenedor.
Sin perjuicio de ello, la mayoría de la doctrina criticó fuertemente
esta posición, concluyendo que la sanción más indicada sería
considerar al adquirente como poseedor, por lo tanto la trasgresión al
artículo 688 del CC impide la transferencia del dominio, a través de
la tradición, pero permite que se adquiera por prescripción
adquisitiva de existir posesión474.

1063. LA TRADICIÓN DEL DERECHO REAL DE HERENCIA.


La tradición se produce a través de la denominada cesión del derecho
real de herencia o de los derechos hereditarios.
En virtud de la cesión del derecho real de herencia un heredero cede
una cuota o el total de los derechos hereditarios que tuviera en una
sucesión. La cesión puede ser a título oneroso o gratuito, dependiendo
de la naturaleza del título traslaticio que se invoque. Así la
tradición se produce en caso que el heredero o quien haya adquirido un

473 Conforme al artículo 114, nº 6 del Código de Aguas deben de inscribirse en el


Registro de Propiedad de Aguas “los actos, resoluciones e instrumentos señalados
en el artículo 688 del Código civil en el caso de transmisión por causa de
muerte de los derechos de aprovechamiento”.
474 Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Lecciones de Derecho Civil Chileno, de los

Bienes, Tomo IV, Editorial Jurídica de Chile, nº 40 página 127.


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derecho de herencia transfiera a otra persona dicho derecho o una


cuota de él (artículos 1909 y 1910 del CC). Lo que se transfiere es
la universalidad jurídica, la totalidad o una cuota del patrimonio,
pero no bienes determinados. En este sentido, las normas precedentes
son del siguiente tenor:
“Artículo 1909. El que cede a título oneroso un derecho de herencia o
legado sin especificar los efectos de que se compone, no se hace
responsable sino de su calidad de heredero o de legatario.
Artículo 1910. Si el heredero se hubiere aprovechado de los frutos o
percibido créditos o vendido efectos hereditarios, será obligado a
rembolsar su valor al cesionario.
El cesionario por su parte será obligado a indemnizar al cedente de
los costos necesarios o prudenciales que haya hecho el cedente en
razón de la herencia.
Cediéndose una cuota hereditaria se entenderá cederse al mismo tiempo
las cuotas hereditarias que por el derecho de acrecer sobrevengan a
ella, salvo que se haya estipulado otra cosa.
Se aplicarán las mismas reglas al legatario”.

1064. Requisitos de la cesión de derechos hereditarios:


a) El causante debe haber fallecido.
Este requisito se exige por aplicación del artículo 1463 del CC que
sanciona como objeto ilícito los pactos sobre sucesión futura.
b) El heredero debe traspasar la totalidad o una cuota del derecho
hereditario al cesionario, es decir, deberá hacerse la tradición del
derecho real de herencia.
La cesión no debe especificar los bienes de que se compone, ya que
podría interpretarse que se está disponiendo de bienes específicos, lo
que llevaría a distinguir entre la disposición de derechos
hereditarios sobre muebles –los cuales se transfieren conforme al
artículo 25 de la Ley de Herencia- o inmuebles –los cuales se
transfieren cumpliendo con las inscripciones que preceptúa el artículo
688 del CC-. Así que, tratándose de bienes inmuebles, la cesión podría
infringir el artículo 688 del CC. Por otra parte, tratándose de
muebles se podría entender que la compraventa es aleatoria, es decir,
que ella se contrae sujeta al alea de una adjudicación definitiva.
c) El título translaticio, que da lugar a la cesión, puede ser de
cualquier clase, donación, aporte en sociedad o transacción sobre la
cosa no litigiosa. A su vez, de tratarse de la venta de una sucesión
hereditaria, por aplicación del artículo 1801.2º del CC, se requiere
de escritura pública. Pero, respecto de los otros contratos solemnes,
no hay una norma similar al artículo 1801.2º del CC por lo que es
obligatorio concluir que los demás contratos solemnes no deben de
cumplir con ninguna solemnidad.

1065. Presunta aleatoridad de la cesión del derecho real de herencia.


No pocos autores, como también algunos fallos, están de acuerdo con
que la cesión del derecho real de herencia es aleatoria 475. Sin
embargo, no se puede calificar la cesión de aleatoria o conmutativa “a
priori”. La cesión es sólo la tradición del derecho real, por lo que
para determinar su calidad habrá que recurrir al título traslaticio.
Por lo que, independientemente que sea por regla general aleatoria,
puede ser perfectamente conmutativa, si el cedente específica el
presumible monto de la herencia y su pasivo476. Ello en ningún caso se
contradice con que la responsabilidad del cedente se limita a su

475 Vid. ABELIUK, R., Las Obligaciones, Santiago de Chile, Ediar editores Ltda.,
1983, página 678.
476 En todo caso de aceptarse la opinión contraria tal vez se podría considerar

en esta situación al título translaticio como innominado con obligación de


garantía sobre lo que se declara.
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calidad de heredero o legatario (artículo 1909 del CC), ya que dicha


responsabilidad es una consecuencia que se ceda el derecho real de
herencia.

1066. Forma de efectuar la tradición del derecho real de herencia.


La cesión de derechos hereditarios no requiere de las inscripciones
del artículo 688 del CC, aunque comprenda inmuebles. Así se desprende
del artículo 1909 del CC, conforme al cual la cesión debe hacerse,
“sin especificar los efectos de que se compone”.
La forma específica en que debe efectuarse la tradición ha sido objeto
de discusión. El derecho real de herencia, para José Ramón GUTIÉRREZ,
no es algo diferente a los bienes que la componen. De esta forma, si
el derecho real de herencia se compone de bienes muebles, la tradición
se hace conforme a las reglas de la tradición de los bienes muebles.
En cambio, si la sucesión se compone de bienes inmuebles la cesión se
hará conforme a las reglas de los bienes inmuebles. A su vez, si la
sucesión se compone de bienes muebles e inmuebles la tradición se hará
de acuerdo a la regla de los bienes inmuebles.
La posición precedente ha sido desechada, adoptándose la teoría
planteada por Leopoldo URRUTIA. El referido autor sostenía que el
derecho real de herencia no tiene la calidad de mueble o inmueble,
sino que posee la naturaleza de una universalidad jurídica, diferente
a los bienes que físicamente la componen. En consecuencia, aunque
entre los derechos cedidos haya inmuebles, no se requiere de
inscripción conservatoria. Esta es la doctrina aceptada por nuestra
jurisprudencia por la cual, la tradición se entenderá hecha en
cualquier forma en que el cesionario haya manifestado su intención de
aceptar la cesión que le haya hecho el cedente477.
La posición de Leopoldo URRUTIA y la jurisprudencia no está exenta de
críticas. La principal de ellas es que la clasificación de bienes
muebles e inmuebles, en cuanto a su naturaleza, no sólo se aplica a
las cosas corporales, sino también a los derechos para fines
eminentemente prácticos. Por ello, la objeción de URRUTIA es
artificial, ya que la clasificación de las cosas en muebles e
inmuebles rebasa su naturaleza, como se desprende claramente de los
artículos 580 y 581 del CC. Lo realmente determinante, es si el
derecho real de herencia tiene un estatuto autónomo al que se le
aplican las reglas generales, o en cambio puede ser clasificado como
mueble o inmueble, dependiendo de los bienes que lo componen.
Por otra parte, señalar que la tradición se efectúa mediante la
solicitud de posesión efectiva o la partición o de cualquier otro
medio, que signifique la facultad e intención de transferir por una
parte y la capacidad de adquirirlo, no significa mucho. Además, lo que
hace en definitiva la posición de URRUTIA es aplicar la regla general
en materia de tradición a la herencia, es decir, recurre al estatuto
de los bienes muebles.
Finalmente, la teoría de Leopoldo URRUTIA va contra una de las
pretensiones del mensaje del Código Civil, que consiste en otorgarle a
la inscripción una función de publicidad y conocimiento de las
fortunas existentes en el país.

477En otras palabras la forma de hacer la tradición es la que corresponde al


estatuto de los bienes muebles, por el simple hecho de ser la regla general. En
ese sentido, la tradición se hace por cualquier medio que manifieste la
intención del tradente de transferir y del adquirente de adquirir, obviamente en
virtud de la tradición el adquirente adquiere los derechos del tradente (ocupa
jurídicamente su lugar). En consecuencia, conforme a esta posición, el
adquirente puede solicitar la posesión efectiva, ejercer la acción de partición,
la de reforma de testamento, la de petición de herencia, ejercer la acción de
nulidad absoluta, aprovecharse del derecho de acrecimiento (artículo 1910 del
CC), etcétera.
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1067. Efectos de la cesión del derecho real de herencia.


Algunos autores señalan que lo que se cede es la calidad de heredero.
Para otros, en cambio, la calidad de heredero no puede cederse, ya que
es personalísima. Sin embargo, la discusión precedente es meramente
teórica, ya que en la práctica el cesionario tendrá los mismos
derechos del cedente. De esta forma, la cesión, conforme al artículo
1910.3° del CC, comprenderá el derecho de acrecer, salvo que se
estipule lo contrario. En este sentido la referida norma dispone que
“cediéndose una cuota hereditaria se entenderá cederse al mismo tiempo
las cuotas hereditarias que por el derecho de acrecer sobrevengan a
ella, salvo que se haya estipulado otra cosa”.
El cesionario gozará de los mismos derechos del cedente, por lo que no
está obligado a permanecer en la indivisión respecto de su cuota. Así,
el cesionario puede ejercer las acciones de partición, petición de
herencia o reivindicatoria, e incluso, podrá pedir la posesión
efectiva. En este sentido, el artículo 1320 del CC establece que “si
un coasignatario vende o cede su cuota a un extraño, tendrá éste igual
derecho que el vendedor o cedente para pedir la partición e intervenir
en ella”.

1068. El efecto fundamental de la cesión: la responsabilidad del


cedente.
En cuanto a la responsabilidad del heredero cedente se debe distinguir
a qué título es la cesión:
a) Si la cesión fue efectuada a título gratuito, el cedente carece de
responsabilidad.
El cedente no tiene responsabilidad alguna por la cesión a título
gratuito478.
Sin perjuicio de lo anterior, la situación del cesionario puede
agravarse. El cesionario, al adquirir el derecho real de herencia,
también adquiere las deudas, por lo que es recomendable que acepte con
beneficio de inventario.
Por otra parte, si el cedente hubiere enajenado bienes comprendidos
en la cesión, estará obligado a devolver su valor al cesionario y
éste deberá rembolsar los gastos en que hubiere incurrido el cedente
para la conservación de la herencia.
b) Si la cesión fue a título oneroso, conforme al artículo 1909 del
CC, responde de la calidad de heredero. De esta forma, de resultar que
el heredero o legatario es aparente o putativo será responsable frente
al cesionario de acuerdo a las reglas generales. Además, esta regla se
aplica a la cesión de un legado sin especificación de los efectos que
incluye.
El cesionario responde además de las deudas de la herencia, pero el
acreedor no está obligado a accionar contra el cesionario. El acreedor
siempre podrá accionar en contra del cedente, sin perjuicio de poder
darlo por libre (artículo 1635 del CC). En caso que el acreedor opte
por el cedente, éste está obligado para con el acreedor, pero tiene
acción de reembolso contra el cesionario, conforme al artículo
1910.2º del CC. De esta forma si el acreedor no interviene en la
cesión habría una novación imperfecta por falta de autorización del
acreedor.

1069. LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA DEL DERECHO REAL DE HERENCIA.


Por este modo de adquirir puede hacerse dueño de la herencia un
heredero falso o aparente. La regla general es que en estos casos se

478Ello es consistente con la tendencia a no hacer responsable al deudor en los


actos jurídicos gratuitos, como sucede con el saneamiento de la evicción, que no
procede en la donación.
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adquirirá el derecho real de herencia por prescripción extraordinaria


de diez años, conforme al artículo 2512 del CC y excepcionalmente por
prescripción ordinaria de cinco años, en los casos de los artículos
704.2º y 1269 del CC. Los diez años se cuentan desde la ocupación de
la herencia, es decir, desde la posesión real. El plazo de
prescripción se cuenta desde la posesión efectiva o para otros desde
la inscripción del auto de posesión efectiva. Esta distinción es
importante para los efectos de la suspensión de la prescripción, que
sólo opera para la prescripción ordinaria (artículo 2509 del CC).

Guía nº 2 sobre la adquisición del derecho real de herencia.

Material obligatorio:
 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio Tomo I,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1997, nº 109 a 118, páginas 149 a 159.
 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005,
nº 97 a 106, páginas 89 a 106.
 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo I,
Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, nº 45 a 90, páginas
49 a 90.

Analice y conteste las siguientes preguntas:


1. La sucesión del señor Pérez se compone de una valiosa biblioteca,
dos departamentos -uno en Santiago y otro en Viña- y un depósito en el
Banco. La empresa “Coma mucho y pague poco” desea comprar, a la
sucesión del señor Pérez, sólo la casa en Santiago para los efectos de
ampliar su negocio. Aún no están adjudicados los bienes de la herencia
y sólo se ha obtenido la posesión efectiva y además la empresa quiere
realizar el negocio de forma urgente, porque los costos financieros
pueden incrementarse dramáticamente. Usted asesora a la empresa,
indique, de las figuras mencionadas a continuación, qué convención se
debe celebrar (señale los requisitos que se deberán cumplir y
probables riesgos):
a) Cesión de Derecho hereditarios.
b) Compraventa del inmueble directamente a los herederos y/o
promesa de compraventa.
2. En el supuesto anterior suponga que la empresa “Casa de Cristal”
sólo quiere adquirir la valiosa biblioteca, indique si se aplica el
artículo 688 del CC y si es posible que se adquiera por una simple
compraventa y cómo protegería el interés de su cliente, de en
definitiva, adquirir la biblioteca.
3. La sociedad “Construyendo Fácil” -interesada por un inmueble
específico de una herencia- adquirió los derechos en la sucesión de
los herederos sobre dicho inmueble, efectuada previamente la
inscripción especial de herencia; pero no se percató que se había
omitido a un heredero. Dicho heredero hace valer sus derechos en la
sucesión, usted es abogado de la sociedad. Señale las consecuencias de
dicha omisión y las acciones que se podrían entablar contra los
tradentes.
4. Señale qué responsabilidad tiene el cedente en la cesión del
derecho de herencia. Además, indique si el cesionario ocupa
jurídicamente la calidad de heredero con todas sus consecuencias
jurídicas.
5. La sociedad “Construyendo Fácil” quiere hacer un Centro Comercial,
en el Centro de Talca, para lo cual necesita comprar diez terrenos,
pero uno de ellos pertenece a una sucesión. Señale de qué formas
podría comprar dicho inmueble (la sucesión comprende varios bienes),
explique su solución en detalle.
6. Se realiza una cesión de bienes hereditarios, pero en la escritura
de cesión se especifica que los derechos que se adquieren son sólo los
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que recaen sobre un bien determinado. Señale los problemas de ello y


sus consecuencias (dependiendo del estado de tramitación de la
posesión efectiva y la naturaleza del bien).
7. Indique si los créditos y deudas se traspasan por la cesión del
derecho real de herencia al cesionario.
8. Señale si es posible que un heredero aparente, que cree serlo, sin
que ello sea efectivo puede adquirir la herencia. De ser posible
indique el medio y de aplicarse las reglas de la prescripción
adquisitiva, el plazo para adquirir y si ella se interrumpe y suspende
conforme a las reglas de dicho modo de adquirir.
9. Señale todas las clases de posesiones que se pueden dar en el
Derecho sucesorio y sus consecuencias.
10. Señale si la posesión legal que opera por el sólo ministerio de la
ley (artículo 722.1º del CC) puede dar lugar a la prescripción
adquisitiva.

CAPÍTULO III: LOS ACERVOS.

Análisis bibliográfico: DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho


Sucesorio, Tomo II, 1998, páginas 1020 a 1026. ELORRIAGA, Fabián, Derecho Sucesorio,
2005, páginas 421 a 448. MEZA BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y
donaciones entre vivos, 2000, páginas 66 a 74. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo, Instituciones de
Derecho Sucesorio, de los cinco tipos de sucesión en el Código Civil chileno, Volumen I,
2006, páginas 337 a 347. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René, Derecho Sucesorio,
Tomo I, 2005, páginas 108 a 115. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio, 2007, páginas 39 a
43.

1070. ASPECTOS GENERALES.

1071. Concepto de acervo.


El acervo conforme al Diccionario de la RAE proviene del latín
“acervus” y es el “[2] haber que pertenece en común a varias
personas, sean socios, coherederos, acreedores, etcétera”. Por otra
parte para L. CLARO es la masa de bienes dejados por el difunto479.

1072. Clases de acervo.


En la sucesión por causa de muerte cabe distinguir los siguientes
acervos:

1073. Acervo común o bruto.


Éste está formado por el total de los bienes del causante o incuso
aquellos parcialmente o totalmente ajenos, que se encontraban en su
poder al momento del fallecimiento. En esta situación se encuentran
los bienes de la sociedad conyugal, derechos en sociedades, cuotas en
alguna comunidad, bienes que el causante detentare como comodatario,
etcétera. En este sentido el artículo 1341 del CC dispone que “[s]i
el patrimonio del difunto estuviere confundido con bienes
pertenecientes a otras personas por razón de bienes propios o
gananciales del cónyuge, contratos de sociedad, sucesiones anteriores
indivisas, u otro motivo cualquiera, se procederá en primer lugar a la
separación de patrimonios, dividiendo las especies comunes según las
reglas precedentes”.

1075. Acervo ilíquido.


Este acervo comprende los bienes del causante y representa el activo
como el pasivo de la herencia. De este modo el acervo ilíquido está
formado por el conjunto de bienes que pertenecen al causante, pero
antes de efectuar ciertas deducciones previas denominadas “Bajas

479Vid. CLARO SOLAR, L., Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado,


volumen VII, Editorial Jurídica de Chile, Tomo Décimo Quinto: De la Sucesión Por
Causa de Muerte, III, 1970, página 391.
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Generales de la Herencia”. Éstas están contempladas en los artículos


959 y 1621 del CC y comprenden los siguientes créditos:
a) Los gastos de la apertura de la sucesión;
b) Las deudas hereditarias;
c) Los alimentos forzosos;
d) Los gastos de entierro y última enfermedad del causante480.

1075. Acervo líquido o partible.


Este acervo está configurado por el acervo anterior, efectuadas las
denominadas “bajas generales de la herencia”, o sea, es el acervo
ilíquido deducidas las bajas generales de la herencia; éste es el
acervo definitivo. Sin embargo, hay algunos acervos especiales que se
denominan “acervos imaginarios” y se forman solo excepcionalmente de
violentarse las legítimas.

1076. Acervos imaginarios.


Estos acervos son dos y se forman sobre el acervo líquido o
partible481:
a) Primer acervo imaginario o colación.
Este acervo se constituye por el acervo líquido más la acumulación de
ciertas enajenaciones hechas por el causante en vida a algún
legitimario en perjuicio de los otros (artículo 1185 del CC).
b) Segundo acervo imaginario.
Este acervo se calcula sobre el acervo líquido o el primer acervo
imaginario en su caso, más ciertas acumulaciones que obedecen
básicamente a las donaciones hechas por el causante en vida a favor de
un tercero extraño y en perjuicio de algún legitimario (artículo 1186
del CC).
Las disposiciones fundamentales en materia de acervos imaginarios son
los artículos 1185 a 1188 del CC.

1077. Bajas generales de la herencia.


Las bajas generales son las deducciones que es necesario hacer para
llevar a efecto las disposiciones del difunto o la ley, en su caso.
Ellas están contempladas en el artículo 959 del CC, que se encuentra
complementado por el artículo 4 de la LIHAD, el que, en ciertos
aspectos, complementa y modifica el artículo 959 del CC, como se verá.

1078. Las deducciones que constituyen bajas generales de la herencia.


Las denominadas bajas generales de la herencia están constituidas por
las siguientes deducciones:
a) Las costas de publicación del testamento, si lo hubiere, y las
demás, anexas a la apertura de la sucesión (artículo 959.1°, n° 1 del
CC).
Este numeral se encuentra complementado por el nº 2 del artículo 4 de
la LIHAD, que es más genérico y comprensivo, señalando que son bajas
generales de la herencia: las costas de publicación del testamento, si
lo hubiere, las demás anexas a la apertura de la sucesión y de la
posesión efectiva, las de partición, inclusos los honorarios de
albaceas y partidores, en lo que no excedan los aranceles vigentes.
Por lo que puede señalarse, en términos generales que son bajas
generales de la herencia, los costos de la sucesión y de la partición
de bienes.
b) Las deudas hereditarias (artículo 959.1°, n° 2 del CC).

480Antes se señalaba como baja general de la herencia a la porción conyugal.


481 Esto también se discute, ya que para algunos autores como MEZA esta
diferenciación entre primer y segundo acervo imaginario es artificiosa y sólo
procede hablar de acervos.
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Las deudas hereditarias son aquellas que tenía en vida el causante.


Son una baja de la herencia, y aquello es lógico, porque de esta
manera se puede determinar definitivamente los bienes que se
distribuirán entre los herederos, si es que las deudas hereditarias no
consumen toda la masa.
No se debe confundir las deudas hereditarias con las cargas
testamentarias, que consisten principalmente en legados que instituye
el testador los que deben pagarse del acervo líquido, específicamente
de la cuarta de libre disposición482.
c) Las asignaciones alimenticias forzosas (artículo 959.1°, n° 4 del
CC).
Las asignaciones forzosas son aquellas que el causante debía por ley
(artículo 1168 del CC), éstas constituyen a su vez asignaciones
forzosas. Los alimentos forzosos, como establece el artículo 1168 del
CC, gravan a la masa hereditaria, constituyendo así una baja general
de la herencia, salvo que el testador haya impuesto esa obligación a
uno o más herederos.
d) Los gastos de entierro y última enfermedad del causante son una
baja general de la herencia que está establecida en el artículo 4 de
la ley LIHAD. SOMARRIVA señalaba que los gastos de última enfermedad
deben entenderse incorporados en las deudas hereditarias, ya que se
producen en vida del causante, es decir, se trata de una deuda
hereditaria (artículo 959.1º, nº 2 del CC), no así los gastos de
entierro, los que sí deben considerarse en un numeral aparte483, 484.
Una vez efectuadas las bajas generales de la herencia se determina el
acervo líquido partible.

1079. Los acervos imaginarios en particular.


Nuestra doctrina, a pesar que el CC no clasifica los acervos, entiende
que pueden generarse dos acervos, es decir, se contemplan dos
situaciones en las cuales pueden formarse estos acervos. Ellas son las
siguientes:

1080. Primer acervo imaginario o colación.


El primer acervo imaginario o colación es aquel que se constituye en
razón de haber efectuado el causante en vida, donaciones revocables e
irrevocables a algún legitimario. Tales donaciones, como señala el
artículo 1185 deben haberse efectuado en razón de legítimas o mejoras,
en perjuicio de los demás legitimarios. En ese caso, estos bienes se
acumulan “imaginariamente” a la masa como si nunca hubieren salido de
ella, para calcular así, los bienes del causante.
Este acervo se sujeta a la siguiente regla básica: las donaciones
irrevocables no aprovechan a la parte de libre disposición, pero
benefician a ésta los bienes donados revocablemente (artículos 1185 y
1199 del CC). En este sentido, el artículo 1185 del CC dispone que

482 El artículo 959.1°, n° 3 del CC les daba la calidad de baja general de la


herencia a los impuestos fiscales que gravaren a toda la masa hereditaria. Sin
embargo, este numeral ya no tiene aplicación por cuanto se derogó el DL 363 que
establecía un impuesto que gravaba toda la masa. En la actualidad no se grava la
masa hereditaria en su conjunto, sino que a cada asignación en particular. El
antiguo nº 5 del artículo 959 del CC establecía como baja general de la
herencia, a la porción conyugal a que hubiere lugar, en todos los órdenes de
sucesión, menos en el de los descendientes legítimos. Con la Reforma de la LF se
suprime este numeral. En la actualidad el cónyuge sobreviviente es considerado
legitimario, por lo que su cuota en la herencia se paga con cargo al acervo
líquido.
483 Vid. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho
Sucesorio, tomo I, Séptima edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de
Chile, 2005, nº 99.6º, página 113.
484 La LF derogó el artículo 959.1º, nº 5 del CC, que consideraba a la también

derogada porción conyugal como baja general de la herencia.


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“[p]ara computar las cuartas de que habla el artículo precedente, se


acumularán imaginariamente al acervo líquido todas las donaciones
revocables e irrevocables, hechas en razón de legítimas o de mejoras,
según el estado en que se hayan encontrado las cosas donadas al tiempo
de la entrega, pero cuidando de actualizar prudencialmente su valor a
la época de la apertura de la sucesión.
Las cuartas antedichas se refieren a este acervo imaginario”.

1081. Requisitos para que opere el primer acervo imaginario:


a) Que al tiempo de abrirse la sucesión existan legitimarios.
b) Que el causante haya efectuado una donación a uno o más
legitimarios.
Este requisito es absoluto, es decir, basta que exista una donación
por insignificante que sea para que se forme este acervo (artículo
1185 del CC)485. No ocurre lo mismo en el segundo acervo –que si bien
no distingue entre donaciones revocables e irrevocables-, se forma
sólo en la medida que se produzca un “exceso” en los términos
preceptuados en el artículo 1186 del CC.
c) Para determinar si se forma el acervo se deben efectuar las
siguientes distinciones, en torno a la naturaleza de las donaciones:
i) Donaciones revocables: con relación a las donaciones revocables se
debe distinguir si ellas han sido entregadas en vida, conforme a las
siguientes reglas: (i) En caso que lo donado en virtud de una donación
revocable se ha entregado, en vida del causante, se acumularán dichos
bienes al primer acervo imaginario. (ii) Si lo donado en forma
revocable, no se ha entregado, sólo se tomarán en cuenta dichos bienes
para los efectos del cómputo del primer acervo imaginario. De este
modo dichos bienes se toman en cuenta para el cálculo de la legítima –
se trata de bienes que están en el patrimonio del causante- y se
imputan al legitimario-donatario, es decir, se cargan a lo que le
corresponde recibir al legitimario. Ello se debe a que las donaciones
revocables son por causa de muerte, o sea deben confirmarse a la
muerte del donante y se pagan conforme a las reglas de los legados, es
decir, después del pago de las legítimas486. En cambio los bienes
donados en forma revocable, que hayan sido entregados en vida al
donatario, se acumulan imaginariamente, ya que dichos bienes han
salido del patrimonio del donante para constituir un usufructo a favor
del donatario (artículo 1140.1º del CC).
En resumen, las donaciones revocables siempre se imputan para el
cálculo de las cuartas, hayan sido o no entregadas. Pero, en caso que
hayan sido entregadas, como materialmente salen del patrimonio del
causante, no solo se imputan sino que además se acumulan (lo mismo
acontece respecto de los legados).
ii) Donaciones irrevocables. Éstas se acumularan al acervo líquido
para formar el acervo imaginario porque han salido del patrimonio. Los
artículos 1188, 1198 y 1203 del CC indican qué bienes no se acumulan.
La imputación es el hecho de tomar en cuenta un bien o asignación para
el íntegro pago de la cuota de la legítima o de la mejora que le
corresponde a cada asignatario. Lo donado debe ser a título de
legítima, es decir, se acumulan las donaciones “hechas en razón de
legítimas o mejoras”. En virtud de ello, si la donación es a título de
la cuarta de libre disposición no se forma el primer acervo

485 En todo caso, el artículo 1198.2º y 3º del CC establece donaciones que


“excepcionalmente” no se acumulan al primer acervo imaginario.
486 Así se desprende para CLARO S. del artículo 960 del CC que señala: “los

impuestos fiscales que gravan toda la masa, se extienden a las donaciones


revocables que se confirman por la muerte”. Vid. CLARO SOLAR, Luis,
Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, volumen VII, Editorial
Jurídica de Chile, Tomo Décimo Quinto, De la Sucesión Por Causa de Muerte, III,
1970, página 396.
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imaginario, sino el segundo. Esto se debe a que para estos efectos el


legitimario, en la cuarta de libre disposición, es considerado como un
tercero487. Además, se acumulan no solo las donaciones que formalmente
revistan el carácter de donaciones irrevocables, sino otras
liberalidades consentidas a favor de otro legitimario488.
El artículo 1198.1º del CC establece una presunción simplemente legal,
por la cual “[t]odos los legados, todas las donaciones, sean
revocables o irrevocables, hechas a un legitimario, que tenía entonces
la calidad de tal, se imputarán a su legítima, a menos que en el
testamento o en la respectiva escritura o en acto posterior auténtico
aparezca que el legado o la donación ha sido a título de mejora”. De
esta manera, conforme a la norma precedente, de una donación hecha a
un legitimario no debe desprenderse que el donante trató de mejorar su
posición, sino todo lo contrario; lo donado simplemente se imputa a su
legítima. A su vez, el artículo 1203.2º del CC establece una
presunción de donación como mejora, conforme a la cual “[s]i el
difunto hubiere declarado expresamente por acto entre vivos o
testamento ser su ánimo que no se imputen dichos gastos a la legítima,
en este caso se considerarán como una mejora”.
Por otra parte, conforme al artículo 1199 del CC, la acumulación de
las donaciones irrevocables no aprovecha a la parte de libre
disposición. De este modo la referida norma establece que “[l]a
acumulación de lo que se ha dado irrevocablemente en razón de
legítimas o de mejoras, para el cómputo prevenido por el artículo 1185
y siguientes, no aprovecha a los acreedores hereditarios ni a los
asignatarios que lo sean a otro título que el de legítima o mejora”.
En esta materia se establece una suerte de contra-presunción en virtud
de la cual se presume que lo que se dona al legitimario no es a título
de mejora, ni de cuarta de libre disposición; pero por ser el acervo
imaginario un mecanismo de protección de la legítima no puede
beneficiar a la cuarta de libre disposición. Por ello, si se forma el
primer o segundo acervo imaginario, se descuenta lo que se debió
acumular a la cuarta de libre disposición aumentando y beneficiando la
legítima. Es discutible la opinión de algunos autores, –como la de
SOMARRIVA-489, en virtud de la cual dicha suma se debe repartir en una
relación de dos a uno entre la mitad legitimaria y la cuarta de
mejoras. Ello se debe a que el objetivo de esta norma no es que se
formen los acervos del artículo 1185 del CC, sino proteger “solo” a la
legítima. Por lo que podría interpretarse que a la legítima rigorosa
debe ir el total de lo restituido y nada a la cuarta de mejoras.

1082. Segundo acervo imaginario.


Este acervo se rige por lo establecido en los artículos 1186 y 1187
del CC. Además, conforme a esta última disposición, la conformación de
este acervo imaginario podrá dar lugar a la denominada “acción de
inoficiosa donación”.

487 Vid. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho


Sucesorio, Quinta Edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2005,
nº 477, páginas 396 y 397.
488 En este sentido R. DOMÍNGUEZ B. y R. DOMÍNGUEZ A. señalan que “[n]o nos

parece que haya dificultad para admitir que aquí la idea de donación excede los
marcos de la definición legal y se extiende a toda liberalidad”. DOMÍNGUEZ
BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II, Santiago
de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, nº 958, página 1039. Igual posición
sigue Pablo RODRÍGUEZ G. RODRÍGUEZ G., Instituciones del Derecho Sucesorio,
Editorial Jurídica de Chile, Tercera Edición, 2002, página 341.
489 Vid. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho
Sucesorio, Quinta Edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2005,
nº 483, páginas 400 a 4002.
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1083. Requisitos para que se forme el segundo acervo imaginario:


a) Al efectuarse la donación deben existir legitimarios.
b) Al fallecimiento del causante también deben existir los
legitimarios.
c) Que el causante haya efectuado una donación irrevocable a terceros.
d) Lo donado sea excesivo en los términos señalados por la ley. Las
donaciones se considerarán excesivas conforme a lo establecido en las
siguientes normas:
“Artículo 1186. Si el que tenía a la sazón legitimarios hubiere hecho
donaciones entre vivos a extraños, y el valor de todas ellas juntas
excediere a la cuarta parte de la suma formada por este valor y el del
acervo imaginario, tendrán derecho los legitimarios para que este
exceso se agregue también imaginariamente al acervo, para la
computación de las legítimas y mejoras.
Artículo 1187. Si fuere tal el exceso que no sólo absorba la parte de
bienes de que el difunto ha podido disponer a su arbitrio, sino que
menoscabe las legítimas rigorosas, o la cuarta de mejoras, tendrán
derecho los legitimarios para la restitución de lo excesivamente
donado, procediendo contra los donatarios, en un orden inverso al de
las fechas de las donaciones, esto es, principiando por las más
recientes.
La insolvencia de un donatario no gravará a los otros.
Artículo 1188. No se tendrá por donación sino lo que reste, deducido
el gravamen pecuniario a que la asignación estuviere afecta.
Ni se tomarán en cuenta los regalos moderados, autorizados por la
costumbre en ciertos días y casos, ni los dones manuales de poco
valor”.

1084. Las imputaciones que deben hacerse a la legítima:


a) Las donaciones revocables e irrevocables hechas por el causante al
legitimario, esto conforme a los artículos 1198.1º y 1185 del CC.
Esto sólo se aplica a las donaciones revocables, cuyos bienes se han
entregado, e irrevocables. En este sentido las normas precedentes
disponen lo siguiente:
“Artículo 1198.1° Todos los legados, todas las donaciones, sean
revocables o irrevocables, hechas a un legitimario, que tenía entonces
la calidad de tal, se imputarán a su legítima, a menos que en el
testamento o en la respectiva escritura o en acto posterior auténtico
aparezca que el legado o la donación ha sido a título de mejora.
Artículo 1185. Para computar las cuartas de que habla el artículo
precedente, se acumularán imaginariamente al acervo líquido todas las
donaciones revocables e irrevocables, hechas en razón de legítimas o
de mejoras, según el estado en que se hayan encontrado las cosas
donadas al tiempo de la entrega, pero cuidando de actualizar
prudencialmente su valor a la época de la apertura de la sucesión.
Las cuartas antedichas se refieren a este acervo imaginario”.
b) Los legados dejados por el causante al legitimario en su
testamento, conforme al artículo 1198 del CC.
c) Se imputarán los desembolsos hechos por el causante para el pago de
algún descendiente (artículo 1203 del CC).

1085. Cosas que no deben imputarse a la legítima:


a) Los legados, donaciones y desembolsos que el testador haya
expresamente imputado a la cuarta de mejoras (artículo 1198.1º del
CC).
b) Los gastos de educación de un descendiente (artículo 1198.2º
del CC).
c) Las donaciones por matrimonio y otros regalos de costumbre
(artículo 1198.3º del CC).
d) Los frutos de la cosa donada (artículo 1205 del CC).
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Guía nº 3 sobre acervos.

Material obligatorio:
 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio Tomo II,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1998, nº 950 a 995, páginas 1020 a 1106.
 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile,
2005, nº 48 a 53 y 501 a 532, páginas 51 a 55 y 421 a 456.
 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo I,
Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, nº 91 a 102,
páginas 91 a 99.

Analice y conteste las siguientes preguntas:


1. El señor Pérez fallece, al momento de su deceso era tenedor en
comodato de un vehículo CIVIC Ex, patente: SA-0306, 2003, tenía un
inmueble adquirido a título oneroso durante la sociedad conyugal por
valor de $60 millones y un departamento en Viña del Mar que tenía de
soltero, avaluado en $30,5 millones. Además, el señor Pérez realizó
una donación irrevocable por $10 millones a un hijo y $10 millones a
una tía y sólo dejó como deuda los gastos del sepelio de $500.000.
Dejó sólo como herederos “ab-intestato” a dos hijos y a su cónyuge
sobreviviente:
a) Indique cómo se forman los acervos brutos, ilíquido, líquido.
b) Señale qué acervo imaginario se pueden formar y a cuánto
corresponde cada uno y desarrolle las acciones a las cuales puede dar
lugar.
2. Analice los siguientes casos de acervos:
a) Suponga que un causante fallece habiendo donado irrevocablemente
$50.000 a un legitimario, siendo el acervo líquido de $150.000, señale
si se forma el primer acervo imaginario.
b) Suponga que un causante fallece habiendo donado irrevocablemente
$60.000 a un tercero, siendo el acervo líquido de $100, ¿se forma el
segundo acervo imaginario?
c) Suponga que un causante fallece habiendo donado irrevocablemente
$220.000 a un tercero, siendo el acervo líquido de $120.000, ¿se forma
el segundo acervo imaginario?
d) Suponga que por testamento se deja 1/2 de los bienes de la
herencia a “A”, 1/3 a “B”, 1/4 a “C”, y a “D” se le constituye
como heredero universal; indique cuánto recibe cada asignatario.
e) Forme el acervo partible conforme a este caso:
i) Acervo ilíquido: $70.000.
ii) El causante tiene deudas a pagar en el plazo de dos años por
$10.000.
iii) Donación revocable a tercero: $20.000 y donación irrevocable a un
legitimario: $20.000.
iv) Además, distinga qué sucede si el causante asignó la cuarta de
libre disposición.
3. El señor Pérez fallece dejando como herederos a diez hijos, a su
hijo predilecto lo envió a estudiar hotelería al Instituto más caro de
New York. El resto de los hermanos pretenden, de alguna forma,
resarcirse de los gastos que ello significó en el patrimonio del
causante. Indique si dicho desembolso puede dar lugar a la formación
de un acervo imaginario o al menos puede imputarse a la legítima.
Enumere y señale ejemplos de las siguientes situaciones:
a) Las imputaciones calzan con la legítima.
b) Las imputaciones exceden las legítimas e invaden la cuarta de
mejoras o de libre disposición.
c) Las imputaciones exceden las legítimas y afectan la cuarta de
mejoras.
d) No hay cómo pagar las legítimas y mejoras.
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4. Indique cuál es la correcta interpretación del artículo 1196 del CC


que establece que “[s]i no hubiere cómo completar las legítimas y
mejoras, calculadas en conformidad a los artículos precedentes, se
rebajarán unas y otras a prorrata”.

ESQUEMAS SOBRE ACERVOS:

1. Acervos:
a. Acervo bruto (se confunden todos los bienes que quedan al fallecer
el causante).
b. Acervo ilíquido (se obtiene mediante la deducción de los bienes y
derechos ajenos al causante).
c. Acervo líquido (se obtiene descontando las bajas generales de la
herencia).
d. Acervos imaginarios: estos acervos tienen por objetivo proteger a
las legítimas.
i. Primer acervo. El primer acervo imaginario o colación es aquel que
se constituye en razón de haber efectuado el causante en vida,
donaciones revocables e irrevocables a algún legitimario.
ii. Segundo acervo. El segundo acervo imaginario protege a la legítima
de lo donado irrevocablemente a tercero. Este acervo se rige por lo
establecido en los artículos 1186 y 1187 del CC y da lugar a la
denominada “acción de inoficiosa donación”.

2. Bajas Generales de la herencia:


a. Las costas de publicación del testamento, si lo hubiere, las demás
anexas a la apertura de la sucesión y de la posesión efectiva, las de
partición, inclusos los honorarios de albaceas y partidores, en lo que
no excedan los aranceles vigentes.
b. Las deudas hereditarias.
c. Las asignaciones alimenticias forzosas.
d. Los gastos de entierro y última enfermedad del causante.

3. Requisitos para que se forme el primer acervo imaginario:


a. Que al tiempo de abrirse la sucesión existan legitimarios.
b. Que el causante haya efectuado una donación a uno o más
legitimarios.
c. Se debe distinguir las siguientes situaciones:
i. Donaciones revocables (artículo 1140.1º del CC).
ii. Donaciones irrevocables (artículos 1188, 1198 y 1203 del CC).

4. Requisitos para que se forme el segundo acervo imaginario:


a. Al efectuarse la donación deben existir legitimarios.
b. Al fallecimiento del causante también deben existir los
legitimarios.
c. Que el causante haya efectuado una donación irrevocable a terceros.
d. Lo donado sea excesivo en los términos señalados por la ley.

5. Imputaciones que deben hacerse a la legítima:


a. Las donaciones revocables e irrevocables hechas por el causante al
legitimario (artículos 1198.1º y 1185 del CC).
b. Los legados dejados por el causante al legitimario en su
testamento, conforme al artículo 1198 del CC.
c. Se imputarán los desembolsos hechos por el causante para el pago de
algún descendiente (artículo 1203 del CC).

6. Cosas que no deben imputarse a la legítima:


a. Los legados, donaciones y desembolsos que el testador haya
expresamente imputado a la cuarta de mejoras (artículo 1198.1º del
CC).
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b. Los gastos de educación de un descendiente (artículo 1198.2º del


CC).
c. Las donaciones por matrimonio y otros regalos de costumbre
(artículo 1198.3º del CC).
d. Los frutos de la cosa donada (artículo 1205 del CC).

CAPÍTULO IV: FORMAS DE CONCURRENCIA EN LA SUCESIÓN POR PARTE DE LOS


ASIGNATARIOS (TRANSMISIÓN, REPRESENTACIÓN, ACRECIMIENTO Y
SUSTITUCIÓN).

Análisis bibliográfico: DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho


Sucesorio, Tomo I, 1998, páginas 246 a 250. DOMINGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ
AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II, 1998, páginas 640 a 674. ELORRIAGA, Fabián,
Derecho Sucesorio, 2005, páginas 83 a 85, 113 a 123, 339 a 360. LLEDÓ, Francisco
(director), Compendio de Derecho. Sucesiones Civil, 1998, páginas 239 a 273. MEZA
BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y donaciones entre vivos, 2000,
páginas 63 a 65, 78 a 86, 212 a 221. O’CALLAGHAN, Xavier, Compendio de Derecho Civil,
Tomo V Derecho de sucesiones, 1993, páginas 217 a 251. PUIG, José, Compendio de Derecho
Civil, Volumen IV Derecho de familia y Derecho de sucesiones, 1991, páginas 445 a 464.
RODRÍGUEZ GREZ, Pablo, Instituciones de Derecho Sucesorio, de los cinco tipos de
sucesión en el Código Civil chileno, Volumen I, 2006, páginas 75 a 96. ROZAS, Fernando,
ALLENDE, Francisco, ASTABURUAGA, Matías, DÍAZ DE VALDÉS, Juan, Sucesión por causa de
muerte: historia, textos, jurisprudencia y comentarios, 1985, páginas 394 a 424.
SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René, Derecho Sucesorio, Tomo I, 2005, páginas
141 a 148. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio, 2007, páginas 61 a 65, 137 a 145.

1086. Algunos aspectos generales en torno a las formas de


concurrencia.
Los asignatarios pueden concurrir a la sucesión de forma directa o
indirecta. La sucesión es indirecta en caso que el asignatario no
sucede a título personal o directo al causante, sino mediante alguna
forma de intermediación. En otras palabras en las formas de sucesión
indirecta la asignación es producto de una vocación actual, pero de
una delación deferida. Las formas de sucesión indirecta son los
derechos de transmisión, representación y sustitución testamentaria.
Sin embargo, no puede dejarse de lado que la regla general de
concurrencia es la personal o directa. Además, existe una forma de
concurrencia solidaria que se produce por acrecimiento –es un
llamamiento conjunto que se hace a asignatarios de la misma clase-.
Esta forma de tratar la concurrencia de derechos se aleja de la forma
en que los textos chilenos abordan este tema. La mayoría de los
autores tratan las formas de concurrencia dentro de la sucesión
testada e intestada, según su ámbito de aplicación. Sin embargo, he
preferido tratar a todas las formas de concurrencia en una sola
sección por ser mucho más didáctico, ya que ello permite comprender
cómo juegan a la vez todas las formas de concurrencia para suceder.

1087. DERECHO DE TRANSMISIÓN.


Esta es una forma de sucesión mediata o indirecta, ya que el
adquirente o transmitido debe hacer valer los derechos sucesorios, en
la sucesión del primitivo causante a través de la aceptación de la
herencia del transmitente. De este modo, mediante esta forma de
concurrencia, no se adquieren los derechos directamente del patrimonio
del transmitente. En virtud de ello, si el transmitente acepta la
herencia del primitivo causante no hay transmisión, simplemente el
adquirente adquirirá directamente en el patrimonio del “transmitente”,
los derechos hereditarios que hubieren ingresado a su patrimonio. En
todo caso, de fallecer el causante pueden producirse las siguientes
situaciones:
a) Si el asignatario, antes de fallecer, haya repudiado la
asignación, de acuerdo al artículo 1239 del CC, se considerara que
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nunca ha sido tal y por ende no puede transmitir ningún derecho a sus
herederos.
b) Si el asignatario, entre la delación y su fallecimiento, ha
alcanzado a aceptar la asignación deferida, transmite a sus herederos
los derechos comprendidos en la asignación. En esta hipótesis como en
la anterior no opera el derecho de transmisión.
c) Si el asignatario fallece, sin haberse pronunciado respecto de
la herencia o legado que le ha sido deferida, opera el derecho de
transmisión. De este modo el derecho de transmisión consistirá en la
opción del heredero para aceptar o repudiar una asignación deferida a
su causante.

1088. Concepto de derecho de transmisión.


El derecho de transmisión es la facultad que tiene el heredero de una
persona cuya herencia ha aceptado para suceder en los derechos que
esta persona tiene respecto de una herencia o legado que le ha dejado
un tercero y sobre la cual no ha manifestado su voluntad de aceptar o
repudiar (ERRÁZURIZ). Esta figura no es más que la transmisión o
traspaso del “ius delationis”.
Al derecho de transmisión se refiere el artículo 957 del CC que
establece que “[s]i el heredero o legatario cuyos derechos a la
sucesión no han prescrito, fallece antes de haber aceptado o repudiado
la herencia o legado que se le ha deferido, transmite a sus herederos
el derecho de aceptar o repudiar dicha herencia o legado, aun cuando
fallezca sin saber que se le ha deferido.
No se puede ejercer este derecho sin aceptar la herencia de la persona
que lo transmite”.
El derecho de transmisión se aplica, tanto en la sucesión testada,
como en la intestada, pues la norma del artículo 957 del CC se
encuentra en el Título I del Libro III, esto es “Definiciones y Reglas
Generales”.
Por el derecho de transmisión se puede adquirir tanto herencias como
legados, pero el adquirente debe ser necesariamente heredero del
transmitente o transmisor.

1089. Personas que intervienen en el derecho de transmisión:


a) Primer causante o primitivo causante. Esta persona es la que
instituyó un legado o dejó una herencia respecto de la cual el
asignatario, en este caso, el transmitente o transmisor no alcanzó a
pronunciarse.
b) Transmitente o transmisor. Esta persona es la que transmite su
derecho de opción, o a quien el primer causante dejó la herencia o
legado y que falleció sin pronunciarse respecto de la asignación. El
transmitente debe mantener el derecho a opción hasta su fallecimiento;
lo que no acontece si repudia o no es capaz o digno.
c) Adquirente, transmisario o transmitido. Esta persona es la que
recibe el derecho de opción mediante la transmisión. En otras
palabras, es a quien se transmite o traspasa la facultad de aceptar o
repudiar las asignaciones o el derecho a opción que pertenecía al
transmitente o transmisor, que para estos efectos es su causante. De
lo anterior se desprende que el transmisario debe ser heredero del
transmitente. En este sentido, el adquirente debe ser capaz y digno de
suceder al transmitente o transmisor y no al primitivo causante.

1090. Campo de aplicación del derecho de transmisión:


a) Este derecho se aplica tanto a la sucesión testamentaria como a la
intestada.
b) La transmisión opera, tanto respecto de la herencia, como del
legado. De esta forma por transmisión se pueden adquirir unos y otros.
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1091. Requisitos para que opere la transmisión:


a) Requisitos que deben concurrir respecto del transmitente:
i) El transmitente o transmisor debe haber fallecido sin aceptar o
repudiar la asignación, ya sea herencia o legado. Si éste se hubiera
pronunciado sobre la asignación no opera el derecho de transmisión.
ii) El transmitente o transmisor debe ser heredero o legatario del
primer causante.
iii) El derecho del transmitente o transmisor no debe haber prescrito
(artículo 957 del CC).
iv) El transmitente o transmisor debe haber sido digno y capaz de
suceder al primer causante.
b) Requisitos que deben concurrir respecto del transmitido:
i) El transmitido o adquirente debe ser heredero o asignatario a
título universal del transmitente o transmisor. El adquirente debe ser
siempre heredero. El que adquiere la herencia o legado por transmisión
debe ser heredero, ya que el derecho a opción va incluido en la
herencia (artículo 957 del CC).
ii) El transmitido o adquirente debe haber aceptado la herencia del
transmitente o transmisor.
iii) El transmitido o adquirente debe ser capaz y digno de suceder al
transmitente o transmisor.

1092. DERECHO DE REPRESENTACIÓN.


El artículo 984.1º del CC establece que se sucede “abintestato” ya
por derecho personal, ya por derecho de representación. La
representación como la transmisión son formas de sucesión indirecta.

1093. Concepto de representación.


La representación, conforme al artículo 984.2º del CC, es una ficción
legal en que se supone que una persona tiene el lugar y por
consiguiente el grado de parentesco y los derechos hereditarios que
tendría su padre o madre si éste o ésta no quisiese o no pudiese
suceder.

1094. Personas que intervienen en la representación:


a) El primitivo causante, que es la persona en cuya herencia se
sucede.
b) El representado, que es la persona que no quiere o no puede
adquirir la herencia que naturalmente le corresponde.
c) El representante, que es el descendiente o hermano del representado
que pasa a ocupar el lugar de este.

1095. Consecuencias que la representación sea una ficción legal:


a) La herencia del representado indigno no se transmite con dicho
vicio. No sucede lo mismo en el derecho de transmisión, en virtud de
lo establecido en el artículo 977 del CC que es del siguiente tenor:
“[a] los herederos se transmite la herencia o legado de que su autor
se hizo indigno, pero con el mismo vicio de indignidad de su autor,
por todo el tiempo que falte para completar su indignidad”.
b) El o los representantes deben ser dignos y capaces respecto del
primitivo causante (artículo 984.2º del CC).
c) Se puede representar a la persona cuya herencia se ha repudiado
(artículo 987.1º del CC).

1096. Requisitos para que opere la representación:


a) El derecho de representación opera en la sucesión intestada.
El derecho de representación, a diferencia del derecho de transmisión
que se aplica en la sucesión testada e intestada, opera sólo en la
intestada (artículo 984 del CC).
Sin embargo, esta regla tiene dos excepciones aparentes:
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i) Lo que se deja por testamento, indeterminadamente a los parientes,


se entenderá dejado a los consanguíneos de grado más próximo, según el
orden de sucesión intestada, y por ende se aplica la representación –
que opera precisamente por remisión a las normas de la sucesión
intestada- (artículo 1064 del CC). En realidad lo que hace el
legislador en la norma precedente es, mediante la representación,
interpretar la voluntad del testador.
ii) De acuerdo al artículo 1183 del CC, los legitimarios concurren son
representados y excluidos, conforme a las reglas de la sucesión
intestada. Pero, esta norma no es excepcional, ya que estaría
confirmando que la regla en virtud de la cual la representación sólo
cabe cuando se aplican las reglas de la sucesión intestada.
b) La representación sólo opera en la línea recta de descendencia del
causante.
El representado debe ser descendiente del primitivo causante. La
representación no tiene cabida en la línea ascendente. Los órdenes en
los cuales opera el derecho de representación, enumerados en el
artículo 986 del CC, no mencionan a los ascendientes; de ello se
desprende que a éstos no se les aplica el derecho de representación.
Así lo establece el artículo 986 cuando dispone que “[h]ay siempre
lugar a la representación en la descendencia del difunto y en la
descendencia de sus hermanos. Fuera de estas descendencias no hay
lugar a la representación”. A igual conclusión se puede llegar a
través del artículo 989.3º del CC que establece que en el segundo
orden de sucesión -antes regular, que es el de los ascendientes-, el
ascendiente de grado más próximo, excluye al de grado más remoto.
c) La representación sólo opera en los órdenes de sucesión
establecidos en el artículo 986 del CC.
A partir de la LF, que eliminó la discriminación entre filiación
legítima y natural, se promulga un nuevo artículo 986.1º del CC, por
el cual “[h]ay siempre lugar a la representación en la descendencia
del difunto y en la descendencia de sus hermanos”, agregando el inciso
2º que “[f]uera de estas descendencias no hay lugar a la
representación”.
Ahora bien, en la línea recta descendente la representación opera en
forma indefinida, es decir, puede ser de uno o varios grados. El
artículo 984.3º del CC agrega que se puede representar a un padre o
madre, que si hubiese querido o podido suceder, lo habría hecho por
derecho de representación, es decir, se puede representar a una
persona que a su turno también habría heredado por derecho de
representación.
d) Para que opere la representación debe faltar el representado.
Se entiende que falta el representado en los siguientes supuestos:
i) El caso más frecuente es la falta del representado por haber
fallecido antes que el causante.
ii) Repudiación, incapacidad, indignidad y desheredamiento del
representado.
También, conforme al artículo 987 del CC, se puede representar al
ascendiente vivo en los casos de incapacidad, indignidad,
desheredamiento o repudiación. Por ello el artículo 984 del CC alude
al padre o madre que no quisiese o no pudiese suceder.
En cuanto a la repudiación, si una persona no quiere suceder
simplemente debe repudiar la herencia. Sin embargo, no podrá hacerlo,
cuando ha fallecido con anterioridad al primitivo causante, o cuando
es incapaz o indigno de sucederlo o ha sido desheredado. En este
sentido, conforme al artículo 243, nº 2 del CC -relativo al peculio
profesional del hijo-, el padre de familia carece del usufructo de los
bienes que han pasado al hijo por incapacidad, indignidad o
desheredamiento del padre.
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e) El representante o representantes deben aceptar la herencia del


primitivo causante.
Sin perjuicio de esta aceptación, no es necesario que el o los
representantes acepten la herencia del representado. Ello se debe a
que opera una ficción legal, en virtud de la cual el representante
pasa a ocupar jurídicamente el lugar del representado, sin los vicios
que le afectaban.

1097. Efectos de la representación:


a) Efecto fundamental de la representación: el representante ocupa el
lugar del representado.
El representante ocupa el lugar del representado, pero no opera ni una
representación, ni una subrogación, sino que simplemente la ley
considera al representante como si fuera el representado. Por ello, el
representante debe pagar el impuesto a la herencia que le habría
correspondido enterar a la persona representada (artículo 3.3º de la
LIH).
b) En virtud de la representación se sucede por estirpe.
Los representantes, cualquiera sea su número, llevan en conjunto lo
que habría llevado el representado, si hubiera querido o podido
suceder. A este efecto se refiere el artículo 985 del CC, que dispone
que “[l]os que suceden por representación heredan en todos casos por
estirpes, es decir, que cualquiera que sea el número de los hijos que
representan al padre o madre, toman entre todos y por iguales partes
la porción que hubiera cabido al padre o madre representado.
Los que no suceden por representación suceden por cabezas, esto es,
toman entre todos y por iguales partes la porción a que la ley los
llama; a menos que la misma ley establezca otra división diferente”.
El artículo 985 del CC al utilizar la expresión “en todos casos”, se
refiere a que quienes heredan por representación sólo podrán hacerlo
por estirpe, aunque de acuerdo a la ley también pueden hacerlo por
cabeza, es decir, por derecho propio. Así acontece cuando el
representado premuerto es un hermano del causante. Veamos un ejemplo,
suponga que el hermano premuerto hubiere dejado tres hijos, sobrinos
del causante y éste además tuviere tres hermanos más, vivos. Los
sobrinos necesariamente heredan por estirpe, es decir, les corresponde
en total una asignación equivalente a lo que le hubiese tocado a su
padre premuerto en la sucesión de su abuelo; en cambio los hermanos
del causante suceden por cabeza. En este supuesto, los sobrinos
representan a su padre premuerto en la sucesión de abuelo (el padre de
su padre). Sin perjuicio de ello, los sobrinos podrían llevar algo por
derecho propio, es decir por cabezas, en caso que el testador les
hubiere asignado algo de forma directa. En el fondo, mediante la
representación, es como si el hermano del causante estuviera vivo, y
en tal calidad excluye a los colaterales sobrinos la posibilidad de
heredar por derecho propio, salvo lo que heredasen por testamento.
Pero, a diferencia de la representación propiamente tal, los efectos
de la representación en materia sucesoria se radican en el
representante. De esta forma, la herencia no ingresa al patrimonio del
representado, sino del representante.
c) Efecto en cuanto a la ley aplicable.
El derecho de representación respecto de los llamados a ella, en la
sucesión intestada, se regirá por la ley bajo la cual se hubiere
verificado su apertura. Esto es una consecuencia que la representación
sea una ficción legal y por ello constituye una mera expectativa, lo
cual deja al derecho sujeto a las modificaciones de la ley. Si, en
cambio, hay un sustituto designado en el testamento se rige por la ley
vigente al momento de otorgarse el testamento (artículo 20 de la
LERL).
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d) La representación no opera en la cuarta de mejoras porque ésta


exige testamento y la representación sólo es aplicable en la sucesión
intestada. Por ello la representación si opera respecto de la legítima
efectiva.

1098. DERECHO DE ACRECIMIENTO.

1099. Concepto de acrecimiento.


El acrecimiento es un derecho en virtud del cual existiendo dos o más
asignatarios, llamados a una misma asignación u objeto, sin
designación de parte o cuota, la porción o cuota vacante del
asignatario que falta incrementa la de los otros.
Este derecho está reglamentado en el Párrafo 8º del Título IV del
Libro III del Código civil (artículos 1147 y siguientes).
En cuanto a su evolución histórica el acrecimiento tiene su origen en
el Derecho romano y es una aplicación del principio que nadie puede
morir en parte testada e intestada. Posteriormente, el derecho de
acrecimiento varía y se aplica solamente a los herederos conjuntos, de
tal forma pasa a operar como un derecho de preferencia de éstos para
aprovecharse de la asignación faltante o de la falta de un heredero.
El acrecimiento se sustenta en una suerte de interpretación de la
voluntad del testador que hace el legislador (tesis subjetiva o de la
voluntad del testador) o en un potencial derecho objetivo entre
asignatarios sobre una misma cosa (tesis objetiva).

1100. Requisitos del derecho de acrecimiento:


a) El acrecimiento opera en la sucesión testada.
Este requisito se desprende del que esta institución esté regulada en
el Título IV del Libro III, que discurre sobre la base del testamento.
Por lo demás, cuando el artículo 1147 del CC, señala “destinado a un
mismo objeto”, se está refiriendo a un testamento.
b) Para que opere el acrecimiento deben existir varios asignatarios,
ya que si hubiera sólo uno y falta, se aplicarían simplemente las
reglas de la sucesión intestada.
c) Los asignatarios deben ser llamados a un mismo objeto (artículo
1147 del CC). En tal sentido, la palabra objeto debe ser entendida
como asignación.
d) El acrecimiento opera, tanto en la herencia, como en el legado.
En este sentido el objeto puede ser la totalidad de una herencia, una
cuota de ella o una especie o cuerpo cierto (artículo 1147 del CC).
e) Es requisito fundamental para que opere el acrecimiento que los
asignatarios sean llamados sin designación de cuota. Ello se debe a
que si ha habido asignación de cuota por el testador hay que respetar
su voluntad.
En caso que sean llamados dos o más asignatarios por partes iguales
opera el acrecimiento; incluso opera si son llamados dos asignatarios
por mitades (artículo 1148 del CC).
f) Es necesario que el causante no haya designado un sustituto.
Ello se debe a que el acrecimiento tiene como fundamento la voluntad
presunta o probable del testador. Pero, esta voluntad presunta cede
frente a su voluntad expresa. De este modo de designarse un sustituto,
prima la sustitución (voluntad real) sobre el acrecimiento (voluntad
presunta). Así lo resuelve expresamente por lo demás el artículo 1163
del CC al establecer que “[e]l derecho de transmisión excluye al de
sustitución, y el de sustitución al de acrecimiento”.
g) Para que opere el acrecimiento es necesario que no haya sido
prohibido por el testador (artículo 1155 del CC).
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Este requisito también es consecuencia de ser el acrecimiento una


presunción legal de la voluntad del testador, que no puede prevalecer
contra su voluntad expresa.
h) El llamamiento de los asignatarios debe ser conjunto, sea mediante
una denominación colectiva o una expresión copulativa (artículo 1150
del CC).
Esta denominación copulativa puede provenir, ya sea en una misma
cláusula (conjunción mixta) o en cláusulas separadas (conjunción real
pero no labial). Así se desprende de los artículos 1149 y 1150 del CC,
que establecen textualmente lo siguiente:
“Artículo 1149. Habrá derecho de acrecer sea que se llame a los
coasignatarios en una misma cláusula o en cláusulas separadas de un
mismo instrumento testamentario.
Si el llamamiento se hace en dos instrumentos distintos, el
llamamiento anterior se presumirá revocado en toda la parte que no le
fuere común con el llamamiento posterior.
Artículo 1150. Los coasignatarios conjuntos se reputarán por una sola
persona para concurrir con otros coasignatarios; y la persona
colectiva formada por los primeros, no se entenderá faltar, sino
cuando todos éstos faltaren.
Se entenderán por conjuntos los coasignatarios asociados por una
expresión copulativa como Pedro y Juan, o comprendidos en una
denominación colectiva como los Hijos de Pedro”.
i) Para que opere el acrecimiento es necesario que falte alguno de los
asignatarios conjuntos nombrados aplicándose analógicamente el
artículo 1156 del CC.
El asignatario puede faltar en virtud de las siguientes causales:
i) Cuando fallece antes que el testador.
ii) Cuando concurre una causal de incapacidad o indignidad del
asignatario.
iii) Cuando repudia la asignación.
iv) Cuando falla la condición suspensiva de la que pendían los
derechos del asignatario condicional.

1101. La conjunción como elemento esencial del acrecimiento.


Lo esencial del acrecimiento es la conjunción. Por lo que para haber
acrecimiento deben concurrir necesariamente dos o más asignatarios. La
conjunción puede ser de las siguientes clases:
a) Conjunción real se presentará cuando respecto de una misma cosa
son llamados dos o más asignatarios en cláusulas distintas. Por
ejemplo, el testador señala en la cláusula tercera que deja su auto a
Ximena y en la cláusula quinta que deja su auto a Patricia. En este
caso opera el derecho de acrecimiento (artículo 1149.1º del CC).
b) Conjunción verbal o labial, es aquella por la cual se llama en una
misma cláusula a varias personas pero con objetos diferentes.
Obviamente en esta clase de conjunción no opera el derecho de
acrecimiento.
c) Conjunción mixta, se produce cuando se llama en una misma cláusula
(conjunción verbal) a varias personas a un mismo objeto (conjunción
real). Por ejemplo: “lego mi auto a Ximena y Patricia”, en este caso
también habrá acrecimiento.
A continuación se analizaran ciertas circunstancias excepcionales en
torno a la conjunción:
i) Si se deja a los asignatarios una diversidad de cuotas en la
herencia, como hay determinación de cuota no se produce el
acrecimiento. Sin embargo, puede ocurrir que en una de las cuotas el
testador efectúe un llamamiento conjunto sin designación de cuota. Por
ejemplo, se deja la mitad de los bienes a Pedro y la otra mitad a Juan
y Diego. No habría acrecimiento en el caso de que fallezca Pedro, pero
en el caso que fallezca Juan o Diego operará el acrecimiento. Así se
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desprende del artículo 1148.1º del CC, que dispone expresamente que
“[e]ste acrecimiento no tendrá lugar entre los asignatarios de
distintas partes o cuotas en que el testador haya dividido el objeto
asignado: cada parte o cuota se considerará en tal caso como un objeto
separado; y no habrá derecho de acrecer sino entre los coasignatarios
de una misma parte o cuota”.
b) Si se asigna un objeto a dos o más personas por partes iguales
habrá derecho a acrecer (artículo 1148.2º del CC). De este modo
ocurre si dejo la casa en la playa a Ximena y Patricia por partes
iguales. Lo anterior se debe a que en estos casos hay designación de
cuota sólo en parte. En cambio, si aparece claramente la voluntad del
testador de dejar una cuota no habrá acrecimiento, por ejemplo se deja
la mitad de la casa a Ximena y la otra a Patricia. En este sentido el
artículo 1148.2º del CC dispone expresamente que “[s]i se asigna un
objeto a dos o más personas por iguales partes, habrá derecho de
acrecer”.

1102. Clasificación del acrecimiento:


a) Acrecimiento en las asignaciones por causa de muerte (que lo que
ahora se está analizando).
b) Acrecimiento en los derechos reales, conforme al artículo 1154 con
relación al artículo 780 del CC., de faltar uno de los coasignatarios
de usufructo, de uso, de habitación o de una pensión periódica
conservan el derecho a acrecer mientras gozan de dicho usufructo, uso,
habitación o pensión y ninguno de estos derechos se extingue hasta que
falte el último coasignatario.
c) Acrecimiento en la legítima, en el sentido que los legitimarios
tienen derecho a una especie de acrecimiento, cuando el causante no
dispuso de la cuarta de mejoras transformándola en legítima efectiva.
Y de faltar un legitimario, para que este acrecimiento se produzca es
necesario que el legitimario no tenga descendencia con derecho a
representarlo. En este sentido prevalece el derecho de representación
ante el de acrecimiento.

1103. Características del acrecimiento:


a) El acrecimiento es un derecho.
En nuestro ordenamiento jurídico, a diferencia de lo que ocurre en el
Derecho español -en el que se discute si existe un derecho a acrecer o
si el acrecimiento opera automáticamente-, el acrecimiento es un
derecho.
b) Como consecuencia de este carácter accesorio del acrecimiento la
porción que se adquiere se hace con todos sus gravámenes (artículos
1152 y 1168 del CC).
El acrecimiento, en el Derecho civil chileno, opera claramente como
derecho accesorio, ya que sólo podrá ejercerse si se acepta la
asignación a la que accede. Sin embargo, ello no quiere decir que el
asignatario no puede repudiar lo que le corresponde por acrecimiento y
aceptar la asignación. Lo que no puede hacerse es repudiar la
asignación y aceptar lo que le corresponde por acrecimiento.
c) Es comerciable.
A pesar que no hay norma alguna que señale que el acrecimiento es
comerciable, el acrecimiento es un derecho que está en el comercio
jurídico. Por ello es transferible (artículo 1190 del CC),
renunciable y prescriptible.
d) Es un derecho indivisible.
Es indivisible en el sentido que no se puede aceptar parte de lo que
recibe y repudiar la otra.

1104. Efectos del acrecimiento.


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Los efectos del acrecimiento consisten en que la porción que falta


incrementa la de los demás asignatarios. El artículo 1150 señala
“los coasignatarios conjuntos se reputarán por una sola persona para
concurrir con otros coasignatarios; y la persona colectiva formada
por los primeros, no se entenderá faltar, sino cuando todos éstos
faltaren.” Esto significa que si se deja 1/3 a Pedro, 1/3 a Juan y 1/3
a Diego y Antonio, si falta Diego o Antonio su mitad del 1/3 acrece a
Antonio.
En definitiva los efectos del acrecimiento dependerán de los supuestos
a los que se aplica, distinguiéndose las siguientes situaciones:
a) Concurrencia únicamente de asignatarios conjuntos, la porción que
falta se distribuye entre los otros.
b) Concurren asignatarios conjuntos con otros que no lo son. En cuyo
caso el acrecimiento sólo opera respecto de los conjuntos.

1105. LA SUSTITUCIÓN.

1106. Concepto de sustitución.


La sustitución es el llamamiento que hace el testador a una persona
para que ocupe el lugar del asignatario directo en caso de faltar éste
o en el evento de cumplirse una condición. Este derecho está basado en
la libertad testamentaria de que el testador designe otro asignatario
en caso que falte el primero.
La sustitución está reglada en el Párrafo 9 denominado “De las
Sustituciones”, del Título IV del Libro III (artículos 1056 a 1066 del
CC).

1107. Clasificación de la sustitución:

1108. LA SUSTITUCIÓN VULGAR.


La sustitución vulgar consiste en designar en el testamento a la
persona que reemplazará al asignatario en caso de faltar éste por
cualquier causa legal. Por ejemplo, si falta Pedro (que es el
asignatario), ocupará su lugar Juan, quien es el sustituto y que será
en definitiva quien llevará la asignación.

1109. Requisitos de la sustitución vulgar:


a) La sucesión debe ser testada.
b) La designación del sustituto debe ser expresa. En este sentido el
artículo 1162 del CC dispone que “[s]i el asignatario fuere
descendiente del testador, los descendientes del asignatario no por
eso se entenderán sustituidos a éste; salvo que el testador haya
expresado voluntad contraria.
Sin perjuicio de ello puede haber sustituciones múltiples o de varios
grados. En este sentido los artículos 1158 y 1159 del CC disponen
lo siguiente:
“Artículo 1158. La sustitución puede ser de varios grados, como cuando
se nombra un sustituto al asignatario directo, y otro al primer
sustituto.
Artículo 1159. Se puede sustituir uno a muchos y muchos a uno”.
c) Que falte el asignatario directo que va a ser sustituido (artículo
1156 del CC). El asignatario puede faltar porque repudia, porque antes
de deferirse la asignación haya fallecido o porque en virtud de
cualquier otra causa su derecho eventual se ha extinguido. En caso
que se haya designado sustituto a un asignatario forzoso y éste falta
por desheredamiento, ocupa su lugar su representante si lo tiene, y
de lo contrario pasa su porción a acrecer al resto de la mitad
legitimaria (artículo 1190 del CC). Pero en ningún caso operará la
sustitución.
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1110. Personas que concurren en la sustitución vulgar.


El testador que la instituye, el asignatario directo que falta y el
sustituto que lo reemplaza. A su vez se puede sustituir uno a muchos o
muchos a uno (artículo 1159 del CC).

1111. Algunas reglas de interpretación en la sustitución:


a) Si se sustituyen recíprocamente tres o más asignatarios y falta uno
de ellos, la porción de éste se dividirá entre los otros a prorrata de
los valores de sus respectivas asignaciones. En definitiva se
establece un verdadero derecho de acrecimiento dentro de la
sustitución, que opera conforme al artículo 1160 del CC, en los
siguientes términos: “[s]i se sustituyen recíprocamente tres o más
asignatarios, y falta uno de ellos, la porción de éste se dividirá
entre los otros a prorrata de los valores de sus respectivas
asignaciones”.
b) Puede nombrarse sustituto de un sustituido y éste tendrá las mismas
cargas que aquel, salvo que el testador disponga lo contrario
(artículos 1159 y 1161 del CC). En este sentido el artículo 1161 del
CC establece que “[e]l sustituto de un sustituto que llega a faltar,
se entiende llamado en los mismos casos y con las mismas cargas que
éste, sin perjuicio de lo que el testador haya ordenado a este
respecto”.
c) Si el sustituto fue designado expresamente para algún caso, en que
el asignatario pudiere faltar por una causal determinada, y éste
faltara en definitiva por otra, de todos modos operará la sustitución
a menos que el testador hubiese dispuesto lo contrario.
d) También puede ocurrir con relación a la sustitución que el
asignatario fallezca después del testador, en cuyo caso no opera la
sustitución, sino la transmisión (artículo 1163 del CC).

1112. LA SUSTITUCIÓN FIDEICOMISARIA.


La sustitución fideicomisaria es aquella por la cual se llama a un
fideicomisario que en el evento de cumplirse una condición se hace
dueño absoluto de lo que otra persona poseía en propiedad fiduciaria.
El artículo 1164 del CC, se refiere a la sustitución fideicomisaria
disponiendo que “[s]ustitución fideicomisaria es aquella en que se
llama a un fideicomisario, que en el evento de una condición se hace
dueño absoluto de lo que otra persona poseía en propiedad fiduciaria.
La sustitución fideicomisaria se regla por lo dispuesto en el título
De la propiedad fiduciaria”.
En este último caso, en realidad hay un simple fideicomiso que se rige
por las reglas propias de la propiedad fiduciaria.
La sustitución fideicomisaria no se presume, en caso de duda debe
entenderse que la sustitución es vulgar (artículo 1166 del CC).
La sustitución fideicomisaria no puede ser sucesiva, es decir, no se
admiten la constitución de fideicomisarios sucesivos (artículo 1165
del CC). La regla de este artículo no es más que la repetición del
artículo 745 del CC.
En este sentido, el artículo 1165 del CC dispone que “[s]i para el
caso de faltar el fideicomisario antes de cumplirse la condición, se
le nombran uno o más sustitutos, estas sustituciones se entenderán
vulgares, y se sujetarán a las reglas de los artículos precedentes.
Ni el fideicomisario de primer grado, ni sustituto alguno llamado a
ocupar su lugar, transmiten su expectativa, si faltan”.

1113. Estudio relacionado de la concurrencia indirecta en el Derecho


sucesorio.
Los asignatarios pueden concurrir en materia sucesoria a través de
formas indirectas –además de concurrir en forma personal o directa -:
la transmisión, la representación y la sustitución. Pero también un
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asignatario puede concurrir en forma solidaria conforme al


acrecimiento. En torno al conflicto de estos derechos se pueden
plantear las siguientes situaciones:
a) En principio la representación, el acrecimiento y la sustitución no
concurren conjuntamente porque la representación opera en la sucesión
“abintestato” y los otros derechos en la testada. Sin embargo, a pesar
que excepcionalmente podría haber colisión, en la legítima, ello no se
produce porque para que opere el acrecimiento y la sustitución es
necesario que falte el asignatario. Pero, de proceder la
representación, se entiende que el representante ocupa el lugar del
representado, es decir, se entiende que el representado no falta.
b) En principio podría haber conflicto entre la transmisión, el
acrecimiento y la sustitución, ya que todos estos derechos pueden
operar en la sucesión testada. Para determinar si ello es posible se
analizarán los diferentes supuestos que podrían producirse:
i) Para que opere el acrecimiento y la sustitución se debe entender
que falta un asignatario; sin embargo en virtud de la transmisión se
entiende que el asignatario no falta. Por ello el derecho de
transimisión no puede colisionar con el acrecimiento y la sustitución.
ii) En cambio puede haber conflicto entre la sustitución y el
acrecimiento, debida a que ambos derechos pueden concurrir si falta un
asignatario en la sucesión testamentaria. En este caso prima la
sustitución, ya que ella tiene como fundamento la voluntad expresa del
testador que prevalece sobre su voluntad presunta –que es el
fundamento del acrecimiento-.
Estos conflictos están regulados en los artículos 1153 y 1163 del CC.
El artículo 1153 del CC dispone que “[e]l derecho de transmisión
establecido por el artículo 957, excluye el derecho de acrecer. Y el
artículo 1163 del CC agrega que “[e]l derecho de transmisión excluye
al de sustitución, y el de sustitución al de acrecimiento”.
c) Un conflicto entre los derechos de representación y transmisión en
principio se podría producir, ya que ambos derechos operan en la
sucesión intestada. Sin embargo, dicho conflicto no puede producirse,
en virtud de las siguientes razones:
i) Si bien puede haber representación si el representado ha repudiado
la asignación, no se puede producir este supuesto en la transmisión,
ya que en este caso el asignatario ha fallecido después de haber
repudiado, es decir, no cabe aplicar la transmisión -ésta supone que
el transmitente debe fallecer sin haber aceptado o repudiado-.
ii) La representación opera frente a la incapacidad, indignidad y
desheredamiento del representado, pero en estos casos no puede haber
conflicto con la transmisión. Ello se debe a que el transmitente debe
ser persona capaz, digna y no desheredada, respecto del primitivo
causante, para que opere este derecho. Y, como ya se analizó, la
representación exige los requisitos opuestos.
iii) Para finalizar pareciera ser que en el único supuesto en el que
puede haber colisión entre estos derechos es en la muerte del
primitivo causante. Pero, en esta hipótesis (muerte del primitivo
causante), no se produce conflicto alguno o concurrencia de derechos,
ya que los tiempos en que fallece el primitivo causante, con relación
al fallecimiento del representado y del transmitente, son distintos e
incompatibles entre ellos. El representado, en la representación, debe
haber fallecido antes que el primitivo causante. En cambio, el
transmitente, en la transmisión, debe existir necesariamente a la
muerte del primitivo causante para poder traspasar el derecho de
opción al transmitido. En resumen, los supuestos para aplicar la
transmisión y representación con relación a la muerte del primitivo
causante son incompatibles.
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1114. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de forma


de concurrencia de los asignatarios en la sucesión490.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de derecho de transmisión. La CA de Antofagasta acoge
una apelación, revocando parcialmente el fallo de primera instancia.
Si el heredero fallece, sin haber aceptado o repudiado la herencia,
ocurre la situación contemplada en el artículo 957 del CC, es decir,
opera el llamado derecho de transmisión. El heredero, mediante este
derecho, del asignatario que fallece sin aceptar o repudiar, recibe
por sucesión por causa de muerte el conjunto de derechos y
obligaciones que pertenecían al causante. En este sentido, la CA en el
considerando 5º del fallo establece que “…como don Enrique Varas Plaza
falleció el 25 de noviembre de 1977 y hasta dicha fecha no existe
constancia de su voluntad de aceptar o repudiar la herencia
testamentaria de su padre natural, sus hijos, a través del derecho de
transmisión, recibieron la facultad que él tenía de aceptar o repudiar
la herencia, ya que en el hecho, no había adquirido tal herencia el
segundo causante.
Mas, para que tales herederos puedan ejercer su derecho de transmisión
es preciso y necesario que, primero, sean herederos asignatarios a
título universal del transmitente o transmisor y que el adquirente,
haya aceptado la herencia del transmisor.
En el caso de autos no se ha probado por los actores del pleito que
hayan aceptado la herencia de don Enrique Varas Plaza de tal manera
que de acuerdo a lo prevenido por el inciso segundo del artículo 957
del CC ellos no están en condiciones de ejercer el derecho de
transmisión que su padre, el segundo causante, les dejó. Ello en razón
que el inciso referido dice: “No se puede ejercer este derechos (el
derecho de transmisión) sin aceptar la herencia de la persona que lo
transmite”.
Lo anterior, para la CA, lleva a que los actores no estén en
condiciones de entablar la acción de petición de herencia deducida.
Así el heredero que no ha aceptado la herencia no está en condiciones
de plantear la acción real de petición de herencia, ya que no es aún
el dueño de la herencia. Vid. RDJ, segunda parte, sección segunda,
tomo nº XC, n° 1, 1993, páginas 60 a 63.
b) En materia de derecho de transmisión. Don Enrique Varas Plaza, hijo
natural de Jerónimo Varas Moro, falleció dejando a su vez dos hijos
legítimos, los actores de este juicio. A la apertura de la sucesión,
el heredero es llamado a aceptar o repudiar la herencia. Una vez
aceptada la herencia, el heredero recién ha perfeccionado su calidad
de tal y por ello adquiriere la propiedad de la misma. Ahora bien, si
el heredero fallece sin haber aceptado o repudiado la herencia, ocurre
la situación contemplada en el artículo 957 del CC, es decir, se
produce el denominado derecho de transmisión. En esta situación, el
heredero recoge, por sucesión por causa de muerte, el conjunto de
derechos y obligaciones que pertenecían al causante y que en este
caso, consiste, en que podrá, antes que los derechos prescriban,
aceptar o repudiar la herencia. En el caso de autos, el primer
causante, don Jerónimo Varas Moro, dejó como herederos a su hijo
natural, reconocido en el testamento, don Enrique Varas Plaza; y a sus
hijos legítimos doña Juana Ramona Varas González, Rosa Ester Vega
Rojas, Angélica Soledad del Carmen Varas Vega y doña Victoria Varas
González. Las hijas legítimas, con fecha 7 de octubre de 1987,
obtuvieron la posesión efectiva de los bienes quedados al

490 Las sentencias que se consignan a continuación no representan,


necesariamente, el estado de la jurisprudencia y tienen por función simplemente
que los alumnos apliquen las materias.
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fallecimiento de su padre con lo que aceptaron la herencia paterna.


Como don Enrique Varas Plaza falleció el 25 de noviembre de 1977 y
hasta dicha fecha no existe constancia de su voluntad de aceptar o
repudiar la herencia testamentaria de su padre natural, sus hijos, a
través del derecho de transmisión, recibieron la facultad que él tenía
de aceptar o repudiar la herencia, ya que en el hecho, no había
adquirido tal herencia el segundo causante. Para que tales herederos
puedan ejercer su derecho de transmisión es preciso y necesario que,
primero, sean herederos asignatarios a título universal del
transmitente o transmisor y que el adquirente, haya aceptado la
herencia del transmisor. En el caso de autos no se ha probado por los
actores del pleito que hayan aceptado la herencia de don Enrique Varas
Plaza, de tal manera que, de acuerdo a lo prevenido por el artículo
957.2° del CC, ellos no están en condiciones de ejercer el derecho de
transmisión. Ello en razón de que el referido inciso establece que
“[n]o se puede ejercer este derecho el derecho de transmisión sin
aceptar la herencia de la persona que lo transmite”. De estas
circunstancias debe deducirse que tampoco los actores están en
condiciones de entablar la acción real de petición de herencia, ya que
al no ejercer su derecho, a aceptar la herencia de su padre, no son
aún dueños de tal herencia, quedada a su fallecimiento, y si no han
ejercido dicha facultad, tampoco podrían aceptar la herencia del
primer causante. De este modo, la CA de Antofagasta, mediante
sentencia de 22 de abril de 1993, revoca la sentencia de primera
instancia y rechaza el libelo de petición de herencia por carecer los
actores de la calidad de herederos del causante Enrique Varas Plaza.
Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección Segunda, tomo n° XC, año 1993,
páginas 60 a 63.
c) En materia de representación: Se interpone tercería de dominio
deducida por Otilia Alomar Orellana, en juicio ejecutivo especial
hipotecario, según la Ley General de Bancos, entre el Banco del
Desarrollo y don Antonio Alomar Valenzuela, respecto del inmueble que se
ha embargado.
La actora alega tener derecho de dominio sobre el bien raíz debido a los
siguientes hechos: en un principio el inmueble era de propiedad de
Antonio Escandón Álvarez, quien fallece en 1980, heredando sus bienes su
cónyuge Aída Valenzuela Véliz, específicamente ¾ del haber y sus
hermanos Consuelo y Jesús Escandón Álvarez, con 1/8 de la sucesión para
cada uno. Posteriormente, Aída Valenzuela y Consuelo Escandón cedieron
sus derechos hereditarios a Antonio Alomar Valenzuela, quien es el
ejecutado en autos. Por otra parte, Jesús Escandón, uno de los hermanos
del primer causante, falleció en 1966, dejando sus bienes a sus hijos
Francisco, Jesús y Antonio Escandón y a su cónyuge, esta última,
tercerista en estos autos, a quien los primeros le ceden los derechos
hereditarios que le correspondía a cada uno. Por este último hecho, la
tercerista, Otilia Alomar, señala que el derecho de representación, que
le correspondía a sus hijos, le fue transferido a ella, en virtud de la
cesión de derechos hereditarios señalado, obteniendo en definitiva,
derechos sobre el inmueble embargado.
El Tribunal de primera instancia rechaza la tercería, por lo cual Otilia
Alomar apela, obteniendo la revocación del fallo. A raíz de ello, Banco
del Desarrollo interpone recurso de casación en el fondo, el que es
acogido por la CS quien fundó su fallo en los siguientes argumentos:
Que al fallecer Antonio Escandón Álvarez en 1980, lo sucedieron Aída
Purísima Valenzuela Véliz, en su calidad de cónyuge sobreviviente, y sus
hermanos Consuelo y Jesús, si bien este último representado únicamente
por sus hijos Francisco, Jesús y Antonio Escandón, en conformidad al
derecho de representación a que se refiere el artículo 984 del Código
Civil, cuyos efectos, por lo demás, no alcanzan al cónyuge
sobreviviente, de acuerdo a lo prescrito en el artículo 986 del mismo
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cuerpo legal. Así las cosas, incurre en error de Derecho la sentencia


cuando, de acuerdo a los razonamientos que tiene presente para acoger la
tercería, implícitamente afirma que en virtud de la cesión, la
cesionaria adquirió derechos en una herencia que aún no se había
deferido a los cedentes y que en razón de ello tendría un derecho de
dominio sobre el inmueble embargado. Tal error influye sustancialmente
en lo dispositivo del fallo, motivo por el cual el recurso de casación
en fondo interpuesto debe ser acogido. Por estas consideraciones y
visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en los
artículos 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se acoge el
recurso de casación en el fondo deducido por el demandado Banco del
Desarrollo en lo principal de la presentación de fojas 119, contra la
sentencia de veinticuatro de mayo de dos mil cinco, escrita a fojas 114.
Descriptor Microjuris: MJJ10196.

Guía nº 4 sobre la concurrencia de los asignatarios.

Material obligatorio:
 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio Tomo I,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1998, nº 151 a 155, 224 a 234, páginas
183 a 188, 245 a 250, tomo II, nº 671 a 694, 862 a 884, páginas 640 a 675 y 855 a 893.
 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005,
nº 94 a 96, 129 a 140 y 399 a 435, páginas 83 a 87, 113 a 123 y 339 a 362.
 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo I,
Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, nº 30 a 35, 132 a
145, 394 a 411, páginas 39 a 42, 125 a 133, 308 a 323.

1. En caso que el asignatario repudia lo que le corresponde por


acrecimiento, señale si ¿el objeto repudiado acrecerá a los otros
asignatarios o bien beneficiaria a la masa a prorrata?
2. El testador deja su casa en la playa en 1/3 para Juan y 2/3 para
Diego. Pero, entre la fecha del testamento y el fallecimiento del
testador, fallece Juan. Señale si puede operar en este supuesto el
acrecimiento a favor de Diego.
3. Explique resumidamente si se pueden producir conflictos entre las
distintas formas de concurrir indirectamente a suceder, fundamente
razonadamente su respuesta e indique que disposiciones se aplican.

ESQUEMAS SOBRE FORMAS DE CONCURRENCIA:

i. Testamentaria.
1. Concurrencia directa:
ii. “Ab-intestato”
o por la ley.

2. Concurrencia indirecta:
i) Requisitos de concurrencia respecto
del transmitente:
 El transmitente o transmisor debe
haber fallecido sin aceptar o
repudiar la asignación, ya sea
herencia o legado. Si éste se
hubiera pronunciado sobre la
asignación no opera el derecho de
transmisión.
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 El transmitente o transmisor debe


ser heredero o legatario del
primer causante.
 El derecho del transmitente o
transmisor no debe haber
prescrito.
 El transmitente o transmisor
debe haber sido digno y capaz de
suceder al primer causante.
a. La transmisión.
ii) Requisitos de concurrencia
respecto del transmitido:
 El transmitido o adquirente debe
ser heredero o asignatario a
título universal del transmitente
o transmisor. El adquirente debe
ser siempre heredero.
 El transmitido o adquirente debe
haber aceptado la herencia del
transmitente o transmisor.
 El transmitido o adquirente debe
ser capaz y digno de suceder al
transmitente o transmisor.

i) El derecho de representación opera


en la sucesión intestada (salvo lo que
se deja por testamento,
indeterminadamente a los parientes, y
lo que corresponde a los legitimarios,
que concurren son representados y
excluidos, conforme a las reglas de la
sucesión intestada).
ii) La representación sólo opera en la
línea recta de descendencia del
causante.
b. La representación
(requisitos de concurrencia)
iii) La representación sólo opera en
los órdenes de sucesión establecidos en
el artículo 986 del CC, es decir, de
los hijos.
iv) Para que opere la representación
debe faltar el representado.
v) El representante o representantes
deben aceptar la herencia del primitivo
causante.

i) El acrecimiento opera en la sucesión


testada.
ii) Para que opere el acrecimiento
deben existir varios asignatarios, ya
que si hubiera sólo uno y falta, se
aplicarían simplemente las reglas de la
sucesión intestada.
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iii) Los asignatarios deben ser


llamados a un mismo objeto (artículo
1147 del CC).
iv) El acrecimiento opera, tanto en la
herencia, como en el legado.

c. Requisitos del
derecho de
acrecimiento:
v) Es requisito fundamental para que
opere el acrecimiento que los
asignatarios sean llamados sin
designación de cuota.
vi) Es necesario que el causante no
haya designado un sustituto.
vii) Para que opere el acrecimiento es
necesario que no haya sido prohibido
por el testador (artículo 1155 del
CC).
viii) El llamamiento de los
asignatarios debe ser conjunto, sea
mediante una denominación colectiva o
una expresión copulativa (artículo
1150 del CC).

i. Sustitución vulgar.
(i) La sucesión debe ser testada.
(ii) La designación del sustituto debe
ser expresa.
(iii) Que falte el asignatario directo que
va a ser sustituido (artículo 1156 del
CC).
d. Sustitución.
ii. Sustitución fideicomisaria.
La sustitución fideicomisaria es aquella
por la cual se llama a un fideicomisario
que en el evento de cumplirse una
condición se hace dueño absoluto de lo
que otra persona poseía en propiedad
fiduciaria (se le aplican los requisitos
del fideicomiso).

3. Un asignatario puede faltar en virtud de las siguientes causales:


a. Cuando fallece antes que el testador.
b. Cuando concurre una causal de incapacidad o indignidad del
asignatario.
c. Cuando repudia la asignación.
d. Cuando falla la condición suspensiva de la que pendían los derechos
del asignatario condicional.

4. Formas de conjunción en el acrecimiento.


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a. Conjunción real, se presentará cuando respecto de una misma cosa


son llamados dos o más asignatarios en cláusulas distintas.
b. Conjunción verbal o labial, es aquella por la cual se llama en una
misma cláusula a varias personas pero con objetos diferentes.
Obviamente en esta clase de conjunción no opera el derecho de
acrecimiento.
c. Conjunción mixta, se produce cuando se llama en una misma cláusula
(conjunción verbal) a varias personas a un mismo objeto (conjunción
real).

5. Clasificación del acrecimiento:


a. Acrecimiento en las asignaciones por causa de muerte.
b. Acrecimiento en los derechos reales.
c. Acrecimiento en la legítima.

CAPÍTULO V: LAS FORMAS DE SUCEDER.

Análisis bibliográfico: ALBALADEJO, Manuel, Curso de Derecho Civil V Derecho de


Sucesiones, 1994, páginas 209 a 367, 395 a 410. CORRAL TALCIANI, Hernán, Los nuevos
órdenes de sucesión abintestato. El derecho de representación. La situación del
adoptado, en Derecho sucesorio actual y adjudicación de la vivienda familiar, 2000,
páginas 33 a 48. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho
Sucesorio, Tomo I, 1998, páginas 319 a 623. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ
AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II, 1998, páginas 627 a 638, 676 a 731.
ELORRIAGA, Fabián, Derecho Sucesorio, 2005, páginas 107 a 112, 125 a 268. LLEDÓ,
Francisco, Compendio de Derecho. Sucesiones Civil, 1998, páginas 81 a 136, 157 a 165,
443 a 457. MEDINA, Graciela, Nulidad de Testamento, 1996. MEZA BARROS, Ramón, Manual de
la sucesión por causa de muerte y donaciones entre vivos, 2000, páginas 75 a 78, 88 a
151. O’CALLAGHAN, Xavier, Compendio de Derecho Civil, Tomo V Derecho de sucesiones,
1993, páginas 137 a 197, 375 a 398. PIZARRO BORGOÑO, Álvaro, Panorama general sobre el
actual régimen sucesorio chileno después de las reformas de las leyes 18.802, 19.585 y
19.620, en Derecho sucesorio actual y adjudicación de la vivienda familiar, 2000,
páginas 17 a 32. PUIG, José, Compendio de Derecho Civil, volumen IV Derecho de familia y
Derecho de sucesiones, 1993, páginas 327 a 417, 541 a 565. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo,
Instituciones de Derecho Sucesorio, de los cinco tipos de sucesión en el Código Civil
chileno, Volumen I, 2006, páginas 111 a 288. ROZAS, Fernando, ALLENDE, Francisco,
ASTABURUAGA, Matías, DÍAZ DE VALDÉS, Juan, Sucesión por causa de muerte: historia,
textos, jurisprudencia y comentarios, 1985, páginas 78 a 249, 529 a 545. SOMARRIVA,
Manuel, versión de ABELIUK, René, Derecho Sucesorio, Tomo I, 2005, páginas 138 a 140,
150 a 259. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio, 2007, páginas 59 a 108.

SECCIÓN PRIMERA: LA SUCESIÓN INTESTADA.

En esta sección serán tratados los herederos “abintestato” y sus


derechos en la sucesión.

1115. La sucesión intestada tiene lugar en los siguientes supuestos:


a) Cuando el testador no dispuso por testamento de sus bienes o éste
solo contiene declaraciones.
b) Cuando el testador dispuso de sus bienes, pero el testamento no
tuvo efecto por no hacerlo conforme a Derecho –como si el testamento
es declarado nulo total o parcialmente- o sus disposiciones no
tuvieron efecto por cualquier otra causa, como repudiación,
indignidad, incapacidad del asignatario o el ejercicio de la acción de
reforma de testamento.
La sucesión intestada siempre es a título universal.

1116. Los órdenes sucesorios intestada.


El artículo 983.1º del CC establece que los herederos “abintestato”
son los “…llamados a la sucesión intestada los descendientes del
difunto, sus ascendientes, el cónyuge sobreviviente, sus colaterales,
el adoptado, en su caso, y el Fisco”.
La ley establece un orden de prelación entre quienes son llamados a
una sucesión intestada, mediante los denominados “órdenes de
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sucesión”. Los órdenes sucesorios pueden definirse como un grupo de


parientes determinados por la ley, que excluye o puede ser excluido
por otro conjunto de parientes. En este sentido cada conjunto de
parientes, que excluye o puede ser excluido, es por consiguiente un
orden sucesorio. A su vez, en los distintos órdenes de sucesión, el o
los órdenes de sucesión que determinan la formación del orden se
denominan como “cabeza de orden”. Así, por ejemplo, en el primer orden
son cabeza de orden los hijos, ya que éstos pueden concurrir con el
cónyuge sobreviviente; pero de faltar los hijos y concurrir el cónyuge
sobreviviente, no se formará el primer orden, sino el segundo.
Hasta la vigencia de la LF, lo primero que debía analizarse para saber
quiénes son los llamados por la ley a suceder, era si el causante
tenía la calidad de hijo legítimo. En dicho caso, se hablaba de orden
de sucesión regular, conforme a los ex artículos 988 a 992 del CC. A
su vez, si el causante era un hijo ilegítimo o natural se procedía a
formar un orden de sucesión denominado irregular (ex artículo 993 del
CC).
Sin embargo, después de la LF, no hay distinción entre órdenes de
sucesión regular e irregular, ni la ascendencia ni la descendencia se
califica de legítima e ilegítima. Además, los órdenes de sucesión se
simplificaron considerablemente.

1117. Primer orden de sucesión intestada: de los hijos.


Este orden está consagrado en el artículo 988 del CC. En virtud de
esta norma, los hijos personalmente o representados excluyen a
cualquier otro heredero, salvo al cónyuge sobreviviente. En dicho
caso, el cónyuge sobreviviente concurrirá con los hijos, llevando una
porción equivalente al doble de la legítima rigorosa o efectiva de
cada hijo. Si hubiere un solo hijo, la cuota del cónyuge será igual a
la legítima rigorosa o efectiva del hijo. Además, se añade una
importante limitación en virtud de la cual en ningún caso la porción
del cónyuge sobreviviente bajará de la cuarta parte de la herencia o
de la mitad legitimaria.
Con anterioridad, a la Reforma de la LF, en el primer orden regular
denominado “De los Descendientes Legítimos” –es decir, del causante-
hijo legítimo- los hijos legítimos excluían a todos los otros
herederos, a excepción de los hijos naturales y el cónyuge
sobreviviente, que también podían concurrir en este orden491. Para que
se formara este orden debían concurrir los hijos legítimos
personalmente o representados. En este contexto se podían producir las
siguientes situaciones:
a) En dicho orden podrían concurrir también el adoptado de adopción
ordinaria -conforme al artículo 24 de la Ley N° 7.613- que lo hacía
como hijo natural. Sin perjuicio de ello, dicha asimilación tenía
límites. Así no operaba la representación en la descendencia legítima
del adoptado492.

491 A diferencia de lo que sucede en la actualidad, en la sucesión los hijos


naturales tenían importantes restricciones: (a) La porción que llevaba el hijo
natural equivalía a la mitad de lo que corresponde al hijo legítimo a título de
legítima rigorosa o efectiva (ex artículo 988.2º). (b) La porción total que
lleven todos los hijos naturales y/o sus descendientes legítimos no podrá
exceder de la cuarta parte del acervo a repartir según las reglas de la sucesión
intestada (ex artículo 988.2º, parte final).
492 De acuerdo a la doctrina la representación por ser una ficción legal dicha

figura no admite aplicación por analogía. El adoptado tenía los derechos del
hijo natural aunque en el hecho no haya concurrido ningún hijo natural. Así que
se entendía por la frase que señalaba que corresponde o haya podido corresponder
al hijo natural.
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b) En cuanto al cónyuge sobreviviente también concurría en el primer


orden de sucesión, pero no como heredero “abintestato”, sino en virtud
de la denominada porción conyugal (ex artículo 968.1º del CC).
Esta porción conyugal se determinaba por el ex artículo 968.2º del CC
y equivalía a dos legítimas rigorosas o efectivas de los hijos, salvo
que exista uno solo de estos en cuyo caso equivalía a la legítima
rigorosa o efectiva de ese hijo. Además, en caso que no hubiesen
hijos legítimos, conforme al ex artículo 959.2º, Regla 5ª, del CC, la
porción conyugal conformaba una baja general de la herencia493, 494.

1117. A. Los derechos sucesorios del conviviente civil sobreviviente.


Las parejas unidas por AUC tienen la calidad de herederos intestado, y
de legitimarios recíprocos. De este modo, el conviviente civil gozará
de los derechos sucesorios que le corresponden al cónyuge
sobreviviente, pudiendo ser también beneficiario de cuarta de mejoras
(artículos 16 de la LAUC)495. Y se incluye al conviviente civil en las
categorías de heredero abintestato, legitimario y asignatario de
cuarta de mejoras, modificándose los artículos 983, 1182 y 1184.3° del
CC496. El heredero debe tener la calidad de conviviente civil, al
momento del fallecimiento del causante, por tanto si el AUC ya hubiese
terminado no se tendrá derecho a suceder (artículos 18 de la LAUC y
956 del CC). Naturalmente, que el otorgarle la calidad de legitimario

493 “Ex artículo 959.1º En toda sucesión por causa de muerte, para llevar a
efecto las disposiciones del difunto o de la ley, se deducirán del acervo o masa
de bienes que el difunto ha dejado, inclusos los créditos hereditarios: 5º La
porción conyugal a que hubiere lugar, en todos los órdenes de sucesión, menos en
el de los descendientes legítimos”.
494 Nuestra doctrina discute en torno a los eventuales derechos sucesorios de los

adoptados de adopción ordinaria y simple. La Ley Nº 18.703 de 1988 derogó la Ley


N° 7.613, distinguiendo entre adopción simple y plena, que estableció la
adopción ordinaria. El artículo 12 de la referida Ley estableció que la adopción
simple no constituye estado civil. La Ley Nº 19.620/1999, volvió a modificar la
regulación de la adopción. Dicha Ley derogó todas las leyes anteriores, pero
señaló que los que tengan la calidad de adoptante o adoptado -conforme a la Ley
Nº 7.613 o a las reglas de la adopción simple contemplada en la Ley Nº 18.703-
continuarán sujetos a dichos estatutos jurídicos, incluso en materia sucesoria.
En consecuencia, en la adopción simple, el adoptado no tiene derechos
hereditarios a menos que ellos se establezcan mediante un procedimiento
especial, regulado en los artículos 45, primera parte y 37.1º de la Ley 19.620.
Pero, la situación de los derechos hereditarios del adoptado de forma ordinaria
–conforme a la Ley 7.613- ha suscitado problemas, ya que no está del todo claro
qué eventuales derecho sucesorios tienen los adoptados de adopción ordinarios.
Al respecto se pueden señalar las siguientes tres posiciones:
i) El adoptado, de adopción ordinaria, tiene los derechos de un hijo.
ii) El adoptado de adopción ordinaria no tiene derechos sucesorios.
iii) El adoptado, de adopción ordinaria, concurre como hijo natural, en todos
los órdenes de sucesión en que concurrían los hijos naturales. Esta parecería la
posición más adecuada.
495 En este sentido, la referida norma establece que: “[c]ada
conviviente civil será heredero intestado y legitimario del otro y
concurrirá en su sucesión de la misma forma y gozará de los mismos
derechos que corresponden al cónyuge sobreviviente.
El conviviente civil podrá también ser asignatario de la cuarta de
mejoras”.
496
GONZÁLEZ CASTILLO, Joel, Acuerdo de unión civil, Thomson Reuters,
Santiago de Chile, 2017, páginas 85-86.
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al conviviente civil viene a darle la misma categoría jurídica que al


cónyuge supérstite. De este modo, como destaca GÓMEZ DE LA TORRE al
conviviente civil se le aplica exactamente el mismo régimen que el
cónyuge sobreviviente. Por tanto, concurre en el primer y segundo
orden, y tiene legitimación activa para entablar las acciones de
petición de herencia, inoficiosa donación y de reforma de testamento.
De este modo, en la legítima pueden concurrir ascendientes,
descendientes o cónyuge o conviviente civil, en cuyo caso se aplican
las siguientes reglas:
a) La ley dispone que, concurriendo cualquiera de éstos, la herencia
se divide en cuatro. Correspondiendo las 3/4 partes como legítima y la
1/4 parte de la herencia de libre disposición (artículo 1184.3º del
CC).
b) No habiendo legitimarios, el causante puede disponer de la herencia
a su arbitrio (artículo 1184.2º del CC). Pero el artículo 1184.2º del
CC, modificado por la LF, incurrió en un error al establecer que:
“[n]o habiendo descendientes con derecho a suceder, cónyuge
sobreviviente, ni ascendientes, la mitad restante es la porción de
bienes de que el difunto ha podido disponer a su arbitrio”. La razón
de este error consiste que en el Proyecto de LF no se consideraba a
los ascendientes como beneficiarios de la cuarta de mejoras. Entonces,
si no había descendientes, ni cónyuge, debía respetarse la mitad
legitimaria de los ascendientes, que eran legitimarios. Pero, como
posteriormente en la tramitación del proyecto se agregó a los
ascendientes, como beneficiario de la cuarta de mejoras, se debió
modificar el aludido inciso 2º. Ello, ya que si no concurría ningún
beneficiario de cuarta de mejoras, tampoco puede concurrir ningún
legitimario y por tanto, no se forma la legítima y el testador debe
poder disponer no de la mitad de la herencia, sino de toda la masa
hereditaria.
Existiendo legitimarios, la libertad para testar se limita en los
siguientes aspectos:
i) Se debe respetar la mitad legitimaria.
ii) El testador puede asignar la cuarta de mejoras a cualquier
asignatario o beneficiario de cuarta de mejoras, sea o no legitimario
(artículo 1195.1º del CC).
iii) Si el causante no dispuso de la cuarta de mejoras, ella acrece a
la legítima efectiva y beneficiará a los legitimarios.
d) Si no existen legitimarios se puede disponer libremente de toda la
herencia.
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Ahora bien, para determinar lo que le corresponde al cónyuge o al


conviviente civil, en la legítima, se deben distinguir los siguientes
supuestos:
a) Si hay varios hijos, el cónyuge supérstite o el conviviente civil
lleva el equivalente al doble de lo que le corresponde por legítima
rigorosa o efectiva a cada hijo (artículo 988.2º, primera parte, del
CC).
b) Si hubiere sólo un hijo, la cuota del cónyuge sobreviviente o el
conviviente civil será equivalente a la legítima rigorosa o efectiva
de ese hijo (artículo 988.2º, segunda parte, del CC).
c) En caso que se le asigne algo al cónyuge sobreviviente o la
conviviente civil por testamento, dicha asignación se imputará a lo
que le corresponde por legítima. Pero, de exceder lo asignado por
testamento a lo que le corresponde por legítima, se aplicará lo
dispuesto por el testamento. Así lo dispone expresamente el artículo
988.4º del CC al establecer que “[l]a aludida cuarta parte se
calculará teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 996”.
d) Si no hay descendientes, personalmente o representados, pueden
acontecer las siguientes situaciones:
i) Que el cónyuge o el conviviente civil concurra con los ascendientes
más próximos, en cuyo caso la legítima se repartirá en 2/3 para el
cónyuge sobreviviente y 1/3 para los ascendientes (artículo 989.2º,
primera parte, del CC).
ii) Que el cónyuge o el conviviente civil concurra solo, en tal caso
recibirá el total (artículo 989.2º, segunda parte, del CC).
A su vez, cada contrayente puede ser desheredado, pero sólo por las
tres primeras causales del artículo 1208 del CC (artículo 17 de la
LAUC). La última de las normas precedentes es del siguiente tenor:
Artículo 17. El conviviente civil sobreviviente podrá ser desheredado
por cualquiera de las tres primeras causas de desheredamiento
indicadas en el artículo 1208 del Código Civil”.
Así, conforme al artículo 1208 del CC, el conviviente civil podrá ser
desheredado por las siguientes causas: “1ª Por haber cometido injuria
grave contra el testador en su persona, honor o bienes, o en la
persona, honor o bienes de su cónyuge, o de cualquiera de sus
ascendientes o descendientes;
2ª Por no haberle socorrido en el estado de demencia o destitución,
pudiendo;
3ª Por haberse valido de fuerza o dolo para impedirle testar”.
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Es curiosa esta regulación por cuanto el legislador no aplicó las


causales de indignidad de suceder para el conviviente civil, y en este
sentido por GÓMEZ DE LA TORRES, las indignidades establecidas en los
artículos 968 y ss. no se aplicarían a los convivientes civiles497. En
contra, por aplicación del artículo 23 de la LAUC, GONZÁLEZ entiende
que al ser las indignidades una inhabilidad para suceder,
correspondería aplicar las referidas normas al conviviente civil498.
Finalmente, de acuerdo a los artículos 18 y 19 de la LAUC:
“Art. 18. Los derechos sucesorios y la condición de legitimario que
esta ley otorga al conviviente civil sobreviviente sólo tendrán lugar
si el acuerdo de unión civil celebrado con el difunto no ha expirado a
la fecha de la delación de la herencia.
Art. 19. El conviviente civil sobreviviente tendrá también el derecho
de adjudicación preferente que la regla 10ª del artículo 1337 del
Código Civil otorga al cónyuge sobreviviente. Tendrá, asimismo, en
iguales condiciones que las prescritas en esta regla, los derechos de
habitación y de uso, que la misma concede al cónyuge sobreviviente
para el caso en que el valor total del inmueble en que resida y que
sea o haya sido la vivienda principal de la familia, así como del
mobiliario que lo guarnece, excedan su cuota hereditaria”.
El conviviente civil tiene derecho a la pensión de sobrevivencia, pero
curiosamente a este respecto lo tiene en condiciones diferentes al
cónyuge sobreviviente. De este modo, la ley considera como
beneficiarios a la pensión de sobrevivencia a los componentes del
grupo familiar del causante, entendiéndose por tal, el o la cónyuge o
conviviente civil sobreviviente, los hijos de filiación matrimonial,
de filiación no matrimonial o adoptivos, los padres y la madre o el
padre de los hijos de filiación no matrimonial del causante499. Sin
embargo, el tratamiento del cónyuge sobreviviente y del conviviente
supérstite son diferentes. En el artículo 6 del DL 3.500 se le exige
al cónyuge sobreviviente: “haber contraído matrimonio con el o la
causante a lo menos con seis meses de anterioridad a la fecha de su
fallecimiento o tres años, si el matrimonio se verificó siendo el o la
causante pensionada de vejez o invalidez”; en cambio al conviviente
civil supérstite se le exige un plazo mayor. De esta forma, el
artículo 7 del DL 3.500 establece que: “[p]ara ser beneficiario o
beneficiaria de pensión de sobrevivencia, el o la conviviente civil

497 GÓMEZ DE LA TORRE, Maricruz, p. 309.


498
GONZÁLEZ CASTILLO, Joel, p. 87.
499 La LAUC incorporó como beneficiario de esta pensión en el artículo

5 al conviviente civil.
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sobreviviente debe ser soltero, viudo o divorciado y haber suscrito un


acuerdo de unión civil que se encuentre vigente al momento del
fallecimiento del causante, a lo menos con un año de anterioridad a la
fecha de dicho fallecimiento, o tres años si el acuerdo de unión civil
se celebró siendo el o la causante pensionada de vejez o invalidez”500.
Por otra parte, como destaca GONZÁLEZ, los convivientes civiles pueden
ser cargas el uno del otro, sin restricciones. Ello a diferencia de lo
que ocurre en el matrimonio en que el marido sólo puede ser carga de
salud de su mujer en caso que sufra de invalidez (artículos 29 de la
LAUC y 3, letra a) del DL N° 150 del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social de 25 de marzo de 1982)501.
Finalmente, conforme al artículo 19 LAUC: “[e]l conviviente civil
sobreviviente tendrá también el derecho de adjudicación preferente que
la regla 10ª del artículo 1337 del Código Civil otorga al cónyuge
sobreviviente. Tendrá, asimismo, en iguales condiciones que las
prescritas en esta regla, los derechos de habitación y de uso, que la
misma concede al cónyuge sobreviviente para el caso en que el valor

500 Las tasas que corresponden a los beneficiarios también son


diferentes y se establecen en el artículo 58 del DL 3.500. Respecto
del conviviente civil se establece la siguiente tasa: “Artículo 58. La
pensión de referencia de los beneficiarios de pensión de sobrevivencia
acreditados de acuerdo al artículo 5° será equivalente a los
siguientes porcentajes de la pensión de referencia del causante: g)
quince por ciento para el o la conviviente civil que cumpla los
requisitos del artículo 7º, siempre que concurran hijos del o la
causante con derecho a pensión, que no sean hijos comunes. Cuando no
concurran dichos hijos o cuando éstos dejen de tener derecho a
pensión, el porcentaje se elevará al mencionado en las letras a) o b)
dependiendo de si no existen o existen hijos comunes con derecho a
pensión, respectivamente. Cuando concurran hijos comunes con derecho a
pensión del o la causante y adicionalmente existan hijos del o la
causante con derecho a pensión, que no sean comunes con el o la
conviviente civil, el porcentaje de éste o ésta será el establecido en
la letra b) anterior, aumentándose al porcentaje establecido en la
letra a) precedente, en caso que tanto los hijos comunes como los no
comunes dejen de tener derecho a pensión.
Si dos o más personas invocaren la calidad de cónyuge, de conviviente
civil, de madre o de padre de hijo de filiación no matrimonial de la o
el causante, a la fecha de fallecimiento de estos últimos, el
porcentaje que le correspondiere a cada uno de ellos se dividirá por
el número de cónyuges, de convivientes civiles, de madres o de padres
de hijos de filiación no matrimonial que hubiere, respectivamente, con
derecho de acrecer entre ellos”.
El conviviente civil supérstite tiene derecho a la cuota mortuoria, en
las mismas condiciones que el cónyuge sobreviviente, de acuerdo al
modificado artículo 88.2° del DL 3.500. También en el modificado
artículo 17 del DL 3.500 se establece el derecho del conviviente
civil, en igualdad de condiciones que el cónyuge sobreviviente, a
percibir el desahucio que habría correspondido al funcionario si se
hubiere retirado a la fecha del fallecimiento.
501 GONZÁLEZ CASTILLO, Joel, p. 54.
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total del inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda
principal de la familia, así como del mobiliario que lo guarnece,
excedan su cuota hereditaria”.
1118. Segundo orden de sucesión intestada: del cónyuge y de los
ascendientes.
El artículo 989 del CC establece que si el difunto no ha dejado
posteridad, lo sucederán el cónyuge y los ascendientes de grado más
próximo.
Forma de concurrencia dentro del orden.
La forma de concurrencia dentro de este orden es de 1/3 para los
ascendientes y 2/3 para el cónyuge supérstite. A falta de
ascendientes, sucederá íntegramente el cónyuge y viceversa. De esta
forma, el cónyuge sobreviviente y los ascendientes son cabeza de
orden. Habiendo un solo ascendiente, de grado más próximo, sucederá
éste en todos los bienes o en toda la porción hereditaria de los
ascendientes.
La LF agregó una sanción respecto de los ascendientes en el artículo
994 del CC. Los padres del causante, si la paternidad o maternidad ha
sido determinada judicialmente contra su oposición no sucederán
“abintestato”, salvo que mediare el restablecimiento a que se refiere
el artículo 230 del CC. El restablecimiento opera cuando el hijo,
alcanzada la plena capacidad, manifiesta su voluntad de restablecer al
padre o madre en sus derechos, ya sea por escritura pública o por
testamento.
Antes de la LF este orden se formaba sólo si no concurrían hijos
legítimos personalmente o representados. En este orden podían
concurrir:
i) Los ascendentes legítimos.
ii) Los hijos naturales.
iii) El cónyuge sobreviviente.

1119. Tercer orden sucesión intestada: de los hermanos.


A este orden se refiere el artículo 990 del CC, señalando que si el
difunto no dejó posteridad ni ascendencia ni cónyuge, le sucederán sus
hermanos. Se mantiene la distinción en torno a que el hermano de
simple conjunción llevará la mitad de lo que le corresponde al carnal.
Antes de la modificación de la LF, precedían a este orden –que
correspondería al quinto orden el de los colaterales legítimos- el los
hijos naturales502. También precedía al orden de los colaterales
legítimos, el cuarto orden denominado del cónyuge sobreviviente -dicho
orden fue suprimido por la LF, ya que el cónyuge es cabeza del actual
segundo orden503-.

502 Como esta categoría de hijos en la actualidad no existen se suprimió dicho


orden. En el antiguo tercer orden se podían producir las siguientes situaciones:
(i) Concurrencia de hijos naturales o adoptados, cónyuge sobreviviente y
hermanos legítimos. La herencia se dividía en seis partes iguales, 3/6 para los
hijos naturales, 2/6 para el cónyuge sobreviviente y 1/6 para los hermanos
legítimos (ex-artículo 990.2º del CC y artículo 24 de la N° Ley 7.613). (ii)
Concurren hijos naturales o adoptado y cónyuge sobreviviente, se dividía por
mitades (artículos 990.3º y 24 de la Ley N° 7.613). (iii) Concurren sólo hijos
naturales o adoptado, en cuyo caso llevan la totalidad de la herencia
503 En el derogado cuarto orden podían concurrir: (i) El cónyuge sobreviviente.

(ii) Los hermanos legítimos del causante. Si concurrían sólo los hermanos
legítimos del causante se llevaba todo, pero si concurría con los hermanos
legítimos, el cónyuge llevaba ¾ partes y los hermanos legítimos, el ¼ restante.
Sin perjuicio que en este orden no se distinguía entre hermanos de simple y
doble conjunción, se aplicaba la misma distinción precedente en razón de los
siguientes argumentos: (i) Argumento de analogía. Porque por ella se aplica el
artículo 290 (misma razón, misma disposición). (ii) Porque de acuerdo a la
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Este orden está establecido en el CC, por el cual “[s]i el difunto no


hubiere dejado descendientes, ni ascendientes, ni cónyuge, le
sucederán sus hermanos.
Entre los hermanos de que habla este artículo se comprenderán aun los
que solamente lo sean por parte de padre o de madre; pero la porción
del hermano paterno o materno será la mitad de la porción del hermano
carnal”.

1120. Cuarto orden sucesión intestada: de los colaterales.


Este orden está regulado en el artículo 992 del CC.
De faltar los anteriores órdenes sucederán al difunto los colaterales
de grado más próximo. Los colaterales, de grado más próximo, excluirán
a los más lejanos, esto es consecuencia obvia del hecho que la
representación no opera en la línea colateral, sino sólo
excepcionalmente a favor de los hermanos del causante.
Los derechos hereditarios de los colaterales sólo se extenderán hasta
el sexto grado inclusive. Los colaterales de simple conjunción, esto
es, los que sólo son parientes del difunto por parte de padre o de la
madre sólo llevaran la mitad de lo que corresponda a los de doble
conjunción. El ex artículo 990.5º del CC establecía que si concurren
hermanos paternos o maternos, con hermanos carnales, la porción de los
primeros será la mitad de la porción de los últimos. No deja de
sorprender la distinción de estos últimos dos órdenes, que debieron
más bien regularse en uno sólo, ya que los hermanos son colaterales504.
En definitiva este orden está establecido en el artículo 992 del CC,
que dispone que “[a] falta de descendientes, ascendientes, cónyuge y
hermanos, sucederán al difunto los otros colaterales de grado más
próximo, sean de simple o doble conjunción, hasta el sexto grado
inclusive.
Los colaterales de simple conjunción, esto es, los que sólo son
parientes del difunto por parte de padre o por parte de madre, tendrán
derecho a la mitad de la porción de los colaterales de doble
conjunción, esto es, los que a la vez son parientes del difunto por
parte de padre y por parte de madre.
El colateral o los colaterales del grado más próximo excluirán siempre
a los otros”.

1121. Quinto orden sucesión intestada: del Fisco.


Este orden está regulado en el artículo 995 del CC y se mantiene
intacto después de las modificaciones de la LF.

1122. Los extranjeros en la sucesión intestada.

historia fidedigna de la Ley 10.271 se desprende que el silencio del legislador


en el artículo 991 se debió a un simple descuido. (iii) Por aplicación del
artículo 292 interpretado a contrario sensu, cuando se establece en el orden
siguiente que expresamente no se aplica la distinción entre hermanos de simple y
doble conjunción con relación a los colaterales. Por último puede ocurrir que
el causante no haya dejado cónyuge sobreviviente sino hermanos legítimos
personalmente o representados, en cuyo caso conforme al artículo 991, éstos
llevarán toda la herencia, en consecuencia su presencia determina que no se
aplique el orden siguiente de los colaterales legítimos.
504 Algunos autores creen que la distinción puede sustentarse en que respecto de

los hermanos del difunto opera la representación; figura que no procede aplicar
a los demás colaterales. ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis
Nexis, Santiago de Chile, 2005, nº 154, páginas 138 y 139. Sin embargo, esta
aclaración no justifica la separación, ya que en virtud de la representación se
entiende que el hermano del difunto es representado por sus hijos, es decir, no
falta. Y por ello al no faltar excluye a los colaterales más lejanos como podría
suceder con un primo hermano del difunto. En otras palabras se debió establecer
sólo un tercer orden: el de los colaterales más próximos.
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Los artículos 57 y 997 del CC establecen la plena igualdad entre


chilenos y extranjeros respecto de las sucesiones “abintestato”
abiertas en Chile, en los siguientes términos:
“Artículo 57. La ley no reconoce diferencias entre el chileno y el
extranjero en cuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles
que regla este Código.
Artículo 997. Los extranjeros son llamados a las sucesiones
“abintestato” abiertas en Chile de la misma manera y según las mismas
reglas que los chilenos”.

Guía nº 5 sobre órdenes sucesorios.

Material obligatorio:
 CLARO SOLAR, L., Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, Volúmenes VII y
VIII: De la Sucesión, Dos tomos, De la Sucesión Por Causa de Muerte, Santiago de Chile,
Editorial Jurídica de Chile, 1982.
 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio Apéndice,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1998, capítilo III, páginas 14 a 19.
 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005,
capítulo 12, nº 141 a 157, páginas 125 a 145.
 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo I,
Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, capítulo II, nº 146
a 192.3, páginas 134 a 170.

Analice y conteste las siguientes preguntas:


1. Juanita concurre a su oficina, le señala que su madre Juana
falleció antes que su tío -hermano de Juana-, y le indica que ella no
sabe si le corresponde algo en la sucesión intestada de su tío.
También le cuenta que su tío no se casó, no tuvo hijos y sus padres
están muertos.
2. El señor Pérez fallece dejando un adoptado –de adopción ordinaria-,
es decir, de los que fueron adoptados por la Ley N° 7.613, ¿qué
derechos tiene el adoptado ordinario en la sucesión intestada del
adoptante?
3. Suponga que fallece un causante en forma intestada dejando seis
hijos y un cónyuge sobreviviente, ¿cuánto recibe cada legitimario?
Además indique cuánto correspondería a cada legitimario si el causante
hubiese tenido siete hijos.
4. El testador deja a Juanita, una amiga suya de la infancia, un
cuadro, perteneciente a su tía Gertrudis, señale mediante qué figura
el testador puede hacer esto y qué valor tiene.
5. Suponga que un tercero se apodera de la posesión de un bien del
causante, ¿qué acción pueden entablar los herederos para obtener su
restitución?
6. Señale si la acción de petición de herencia puede entablarla un
heredero de cuota y de ser ello posible cuáles son los alcances de la
acción. Vid. CLARO SOLAR, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y
Comparado, Volumen VII: De la Sucesión, Dos tomos, De la Sucesión Por
Causa de Muerte, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1982,
página 239.

ESQUEMAS SOBRE FORMAS DE SUCEDER:

1. Formas de suceder:
a. Sucesión intestada.
b. La sucesión testada.
c. Sucesión mixta o en parte testada e intestada.

2. Supuestos en los que tiene lugar la sucesión intestada:


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a. Cuando el testador no dispuso por testamento de sus bienes o éste


solo contiene declaraciones.
b. Cuando el testador dispuso de sus bienes, pero el testamento no
tuvo efecto por no hacerlo conforme a Derecho –como si el testamento
es declarado nulo total o parcialmente- o sus disposiciones no
tuvieron efecto por cualquier otra causa, como repudiación,
indignidad, incapacidad del asignatario o el ejercicio de la acción de
reforma de testamento.

3. Los órdenes en la sucesión intestada:


a. Primer orden de sucesión intestada: de los hijos.
b. Segundo orden de sucesión intestada: del cónyuge y de los
ascendientes.
c. Tercer orden sucesión intestada: de los hermanos.
d. Cuarto orden sucesión intestada: de los colaterales.
e. Quinto orden sucesión intestada: del Fisco.

SECCIÓN SEGUNDA: LA SUCESIÓN MIXTA O EN PARTE TESTADA E INTESTADA.

La sucesión puede ser en parte testamentaria y en parte intestada.


Cuando en un mismo patrimonio se ha de suceder por testamento y
“abintestato”, conforme al artículo 996 del CC, se cumplirán primero
las disposiciones testamentarias y sólo en el remanente se adjudicará
a los herederos “abintestato”. A su vez, si entre los herederos
concurren legitimarios con quienes no lo son y el causante no dispuso
total o parcialmente de la cuarta de mejoras o de libre disposición no
se produce el acrecimiento del artículo 1191 del CC, ya que prevalecen
las reglas de la sucesión intestada.
Por otra parte, el artículo 996 del CC agrega que los que sucedan a
la vez por testamento y “abintestato” imputarán a la porción que les
corresponda “abintestato” lo que recibieron por testamento, sin
perjuicio de retener toda la porción testamentaria si excede a la
otra. En consecuencia, si lo que les corresponde “abintestato” es más
de lo que se asigna por testamento participarán en la sucesión
intestada hasta completar la porción que les corresponde “abintestato”
y si, a la inversa, la porción asignada por testamento excede a la
intestada se llevarán lo que corresponde por la primera. En todo caso,
el artículo 996.4º del CC establece que prevalecerá, sobre todo ello,
la voluntad expresa del testador en lo que de derecho corresponda. El
artículo 996.2º del CC consagra una presunción legal en torno a la
voluntad del testador.
En definitiva, se perjudica al asignatario que sucede en forma mixta
al acumularse –o más bien descontarse- lo recibido por la sucesión
testada a lo que le corresponde por la sucesión intestada.
La LF agregó un inciso final al artículo 996 del CC, que establece que
la regla del inciso 1º se aplicará sólo una vez enterada la legítima,
a quienes tienen derecho a ella y a mejoras. En este sentido la
primera de las referidas normas señala expresamente lo siguiente:
“Artículo 996. Cuando en un mismo patrimonio se ha de suceder por
testamento y “abintestato”, se cumplirán las disposiciones
testamentarias, y el remanente se adjudicará a los herederos
“abintestato” según las reglas generales.
Pero los que suceden a la vez por testamento y “abintestato”,
imputarán a la porción que les corresponda “abintestato” lo que
recibieren por testamento, sin perjuicio de retener toda la porción
testamentaria, si excediere a la otra.
Prevalecerá sobre todo ello la voluntad expresa del testador en lo
que de derecho corresponda.
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En todo caso la regla del inciso primero se aplicará una vez


enteradas totalmente, a quienes tienen derecho a ellas, las legítimas
y mejoras de la herencia”.

SECCIÓN TERCERA: LA SUCESIÓN TESTAMENTARIA.

PRIMERA PARTE: Aspectos preliminares.

1123. Definición de sucesión testamentaria.


La sucesión testamentaria es la que está gobernada por las
disposiciones contenidas en el testamento. El artículo 999 del CC
define testamento como un acto más o menos solemne en que una persona
dispone de todo o de una parte de sus bienes para que tenga pleno
efecto después de sus días conservando la facultad de revocar las
disposiciones contenidas en él mientras viva.

1124. Críticas a la definición contenida en el artículo 999 del CC.


La doctrina suele criticar esta definición de testamento debido a que
ella da la idea que forzosamente en el testamento se debe disponer de
los bienes del causante. Esta objeción a la definición del artículo
999 del CC consiste en que, sin perjuicio que dicha situación
constituya la regla general, puede ser que el testamento sólo contenga
declaraciones505.
De lo anterior se desprende que en definitiva las cláusulas
testamentarias pueden ser de las siguientes clases:
a) Cláusulas dispositivas: en virtud de ellas el testador dispone del
total o parte de sus bienes.
b) Cláusulas declarativas: en virtud de éstas el testador reconoce o
declara algo que no dice relación con su sucesión patrimonial (en el
Derecho español a estas cláusulas se les denomina como disposiciones
no patrimoniales).

1125. Características del testamento:


a) Es un acto jurídico unilateral simple.
Ello se debe a que para su nacimiento o generación sólo necesita la
voluntad del testador506.
b) Es un acto jurídico unilateral unipersonal, ya que requiere la sola
voluntad del testador.
c) Es un acto jurídico no recepticio.
Esto se debe a que el testamento no requiere para su
perfeccionamiento, como acto jurídico, de la aceptación del

505 En esta materia se ha discutido arduamente si el testamento que contiene sólo


cláusulas declarativas puede ser considerado como un acto testamentario.
DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo I,
Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, páginas 323 a 325.
506 Alguna doctrina señaló que el testamento era un contrato, ya que requería de

aceptación para que los derechos del causante ingresen al patrimonio del
asignatario, pero ello ha sido rechazado por la mayoría de la doctrina. El
testamento no requiere de la aceptación del asignatario para su
perfeccionamiento. Es más, el testamento es esencialmente revocable desde su
perfeccionamiento. En todo caso, los argumentos que tradicionalmente se
sostienen en contra de dicha posición son los siguientes:
a) Todo contrato una vez celebrado otorga derechos a los contratantes lo que no
ocurre en el testamento.
b) Por oposición la sucesión puede ser objeto de un contrato en los
ordenamientos jurídicos que admiten dicha posibilidad –a través de un pacto de
sucesión futura o sucesión contractual-, figuras que son diferentes al
testamento.
Vid. CLARO SOLAR, L., Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado,
volumen VII, Editorial Jurídica de Chile, Tomo Décimo Tercero, De la Sucesión
Por Causa de Muerte, I, 1970, páginas 424 y 425.
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destinatario –heredero o legatario-. Incluso como se vio, para parte


de la doctrina, aunque el testamento no vaya directamente dirigido a
un destinatario seguirá siendo tal, como cuando sólo se reconoce algo.
d) Es un acto jurídico gratuito.
Ello se debe a que se adquiere la asignación sin necesidad de
contraprestación.
e) Es un acto jurídico solemne.
El testamento, como se desprende de los artículos 999, 1000 y 1002
del CC, es solemne. El testamento, como acto solemne, puede ser más o
menos solemne, y ello dependerá de los siguientes factores:
i) Cuando la ley exige una mayor cantidad de solemnidades, el
testamento es solemne propiamente tal, como sucede con el testamento
abierto o cerrado.
ii) Cuando el legislador exige una cantidad menor de solemnidades, el
testamento es menos solemne o privilegiado, dichos testamentos son el
verbal, el militar y el marítimo (artículo 1030 del CC).
Las solemnidades en el testamento buscan cumplir con los siguientes
objetivos:
i) Preconstituir una prueba de la voluntad del testador.
ii) El legislador, dada la importancia de la disposición de los
bienes, protege este acto jurídico a través de las solemnidades. Es
tanta la importancia dada por el Derecho al testamento que es uno de
los actos más solemnes de nuestra legislación.
f) Es un acto personalísimo (artículos 999, 1003 y 1004 del CC).
En este sentido los artículos 1003 y 1004 del CC establecen lo
siguiente:
“Artículo 1003. El testamento es un acto de una sola persona.
Serán nulas todas las disposiciones contenidas en el testamento
otorgado por dos o más personas a un tiempo, ya sean en beneficio
recíproco de los otorgantes, o de una tercera persona.
Artículo 1004. La facultad de testar es indelegable”.
La consecuencia más importante de esta característica es que el
testamento no admite representación. Así, por ejemplo, no podrán
testar los padres a través de la patria potestad por los hijos, ni
tampoco se podrá testar por terceros a través de un mandato. Sin
perjuicio de ello, algunos aspectos pueden dejarse a la determinación
de un tercero, como la designación de un albacea o partidor 507. La
determinación del asignatario puede dejarse a un tercero en los
siguientes casos:
i) En las asignaciones que se hicieren a un establecimiento de
beneficencia, sin designarlo, se darán al establecimiento de
beneficencia que el Presidente de la República designe, prefiriendo
alguno de los de la comuna o provincia del testador (artículo 1056.2º
del CC).
ii) Lo que se deje al alma del testador, sin especificar de otro modo
su inversión, se entenderá asignado a un establecimiento de
beneficencia, y se sujetará a la disposición del inciso anterior
(artículo 1056.3º del CC).
iii) Lo que en general se dejare a los pobres, se asignará a los
pobres de la parroquia del testador (artículo 1056.4º del CC).
iv) Si la elección de una cosa entre muchas se diere expresamente a
la persona obligada o al legatario, podrá respectivamente aquélla o
éste ofrecer o elegir a su arbitrio. Si el testador cometiere la
elección a tercera persona, podrá ésta elegir a su arbitrio; y si no
cumpliere su encargo dentro del tiempo señalado por el testador o en
su defecto por el juez. En este sentido, el artículo 1114 del CC
dispone que “[s]i de muchas especies que existan en el patrimonio del

507ALBALADEJO GARCÍA, M., Curso de Derecho Civil, tomo V: Derecho de Sucesiones,


Barcelona, España, Quinta Edición, Bosch, 1994, página 210.
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testador, se legare una sin decir cuál, se deberá una especie de


mediana calidad o valor entre las comprendidas en el legado”. Las
consecuencias de ello son las siguientes: (i) El legislador no acepta
los testamentos mancomunados, conjuntos o testamentos de hermandad, o
sea, otorgados por dos o más personas al mismo tiempo (artículo 1003
del CC)508. (ii) En materia testamentaria no cabe la representación
(artículo 1004 del CC). Así, se explica que el legislador adelante la
capacidad para testar a los púberes, adultos o menores adultos, es
decir, varón mayor de catorce y mujer mayor de doce años (artículos 26
y 1005.1º, nº 2 del CC).
g) El testamento es un “acto mortis causa” porque produce sus efectos
plenos una vez fallecido el causante.
Lo anterior no quiere decir que el testamento no puede producir
efectos en vida del causante. Sin perjuicio de lo cual, el testamento
produce en vida del testador algunos efectos, aunque ellos no guardan
relación con la sucesión por causa de muerte. Estos efectos son los
siguientes:
i) El testador, en el testamento, puede reconocer a un hijo (artículo
187, n° 4 del CC).
ii) El testador, en el testamento, puede otorgar legados o donaciones
sobre bienes que, entregados en vida a los beneficiarios, dan lugar a
un usufructo (artículos 1140 y 1142 del CC). El efecto de esta
entrega es dar lugar al derecho de usufructo sobre los bienes
entregados.
iii) El testador, en el testamento, puede nombrar guardador (artículo
353 del CC), partidor (artículo 1324 del CC) y albacea (artículo 1270
del CC).
h) El testamento es un acto jurídico esencialmente revocable. Así lo
señala la definición, sin perjuicio de lo cual sólo son revocables las
disposiciones testamentarias y no las declaraciones.

SEGUNDA PARTE: Requisitos del testamento.

1126. Requisitos del testamento.


Los requisitos del testamento pueden ser de las siguientes clases:
a) Requisitos internos del testamento son la capacidad para testar y
la voluntad exenta de vicios.
b) Requisitos externos o solemnidades son las formas que exige el
testamento para poder producir efectos jurídicos.
c) Requisitos que dicen relación con las disposiciones testamentarias.
A continuación se analizarán estos requisitos en tres acápites.

SEGUNDA PARTE. ACÁPITE PRIMERO: REQUISITOS INTERNOS DEL TESTAMENTO.

1127. Requisitos internos del testamento.


En realidad el testamento debe cumplir con todos los requisitos del
acto jurídico; sin embargo, a diferencia de otros actos jurídicos,
cabe distinguir entre sus requisitos internos y externos. Esta
clasificación obedece a que el testamento es un acto eminentemente
solemne. En cuanto los requisitos internos, a pesar que son los
generales del acto jurídico, algunos de ellos presentan las siguientes
particularidades:
A. Capacidad para testar.
La regla general en materia sucesoria es que toda persona natural sea
capaz de testar con exclusión de aquellos que la ley declara como

508 En Francia a partir de una Ordenanza de 1736 se prohíbe el testamento


mancomunado, dicha prohibición se mantuvo en el artículo 968 del Code. Esta
tendencia es seguida por Italia y España. En el Derecho alemán se permite el
testamento mancomunado que se regula en los §§ 2265 a 2267 y 2269 a 2273 del
BGB.
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incapaces. La capacidad para testar es la aptitud de una persona


física para poder asignar derechos y bienes por “acto mortis causa”.
Las personas jurídicas no pueden testar509. El artículo 1005 del CC
enumera las personas que se consideran incapaces para testar.
Todas estas incapacidades deben existir al tiempo de otorgarse el
testamento. La enumeración que hace el artículo 1005 del CC es la
siguiente: “[n]o son hábiles para testar:
1. Derogado;
2. El impúber;
3. El que se hallare bajo interdicción por causa de demencia;
4. El que actualmente no estuviere en su sano juicio por ebriedad u
otra causa;
5. Todo el que no pudiere expresar su voluntad claramente510.
Las personas no comprendidas en esta enumeración son hábiles para
testar”.
B. Voluntad exenta de vicios: error, fuerza y dolo.
Los vicios de la voluntad que afectan al testamento son los mismos que
alcanzan al acto jurídico; sin perjuicio de lo cual el CC ha
establecido algunas normas especiales en torno a los vicios de la
voluntad. Así, por ejemplo, la lesión enorme, se aplica sólo respecto
de la aceptación de la herencia. A continuación se analizará
brevemente los vicios del consentimiento.

1128. El Error, como vicio de la voluntad, en el testamento.


El error está regulado en los artículos 1057 y 1058 del CC, y a éste
se le aplican las reglas generales en materia de error de los
artículos 1452 a 1455 del CC.
A. Error en la identidad del asignatario.
El artículo 1057 del CC se refiere al error respecto de los actos
jurídicos “intuito personae” como es el caso de las asignaciones
testamentarias. En el testamento, a diferencia de lo que acontece en
los actos jurídicos bilaterales, el error respecto de la identidad del
asignatario opera como un vicio de la voluntad (artículo 1057 del CC).
Ello se debe a que el testamento, por tratarse de un acto jurídico
gratuito, la persona del asignatario es la causa principal de su
otorgamiento. En este sentido el artículo 1057 del CC dispone que
“[e]l error en el nombre o calidad del asignatario no vicia la
disposición, si no hubiere duda acerca de la persona”.
B. Error de hecho.
El artículo 1058 del CC, que se refiere al error de hecho, en su
parte final establece que la cláusula que incurra en esta clase de
error se tendrá por no escrita. En este sentido el artículo precedente
dispone que “[l]a asignación que pareciere motivada por un error de
hecho, de manera que sea claro que sin este error no hubiera tenido
lugar, se tendrá por no escrita”. Esta redacción ha llevado a
entender, a algunos autores, que la sanción a este error es la nulidad

509 Es interesante destacar que en el Derecho español la edad para testar se


alcanza a los catorce años, salvo respecto del testamento ológrafo que exige la
mayoría de edad (artículo 688.1º).
510 La Ley Nº 19.904/2003 modificó el artículo 1005.1º, nº 5 del CC dándole su

actual redacción. Antes de la modificación precedente, se establecía que “[n]o


son hábiles para testar: 5. [t]odo el que de palabra o por escrito no pudiere
expresar su voluntad claramente”, por lo que la capacidad para testar se
limitaba aún más que en la actualidad. Sin perjuicio de ello, este numeral se
tiene que concordar con una serie de normas que establecen incapacidades
especiales. Así, el analfabeto que no puede otorgar un testamento cerrado
(artículo 1022 del CC) o el sordo no puede generar un testamento abierto
(artículo 1017 del CC).
De acuerdo con la Reforma, introducida al CC por la Ley Nº 19.904/2003, queda
fuera de discusión que la voluntad para testar puede exteriorizarse mediante
señas.
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absoluta511. Sin embargo, a pesar de dicha redacción, la doctrina es


pacífica al señalar que la trasgresión a esta norma es la rescisión.
C. Error en los motivos.
Esta clase de error está consagrada en el artículo 1058 del CC. El
error en los motivos, que inducen a celebrar un acto jurídico oneroso,
no tiene importancia, ya que el Derecho en principio no se ocupa del
fuero interno. Pero, la mera liberalidad en la que se basa el
testamento tiene precisamente su fundamento en el fuero interno, por
ello el error en ésta vicia la voluntad. Así, este error se
diferenciaría del error obstáculo que recae en la causa (artículo 1453
del CC), ya que el error del artículo 1058 del CC recaería sobre la
causa final mediata, es decir, sobre los motivos subjetivos que llevan
al testador a establecer la asignación. Sin embargo, para que opere
este error, como vicio de la voluntad, los motivos que llevan a testar
deben ser determinantes512. Los artículos que regulan esta situación
son los siguientes:
“Artículo 1058. La asignación que pareciere motivada por un error de
hecho, de manera que sea claro que sin este error no hubiera tenido
lugar, se tendrá por no escrita.
A su vez para algunos autores el artículo 1132 del CC establece un
caso especial de error de hecho que recae en los motivos.
Artículo 1132. Si el testador manda pagar lo que cree deber y no debe,
la disposición se tendrá por no escrita.
Si en razón de una deuda determinada se manda pagar más de lo que ella
importa, no se deberá el exceso a menos que aparezca la intención de
donarlo.
Artículo 1133. Las deudas confesadas en el testamento y de que por
otra parte, no hubiere un principio de prueba por escrito, se tendrán
por legados gratuitos, y estarán sujetos a las mismas
responsabilidades y deducciones que los otros legados de esta clase”.

1129. La fuerza, como vicio de la voluntad, en el testamento.


El legislador se refirió a la fuerza en el artículo 1007 del CC,
señalando que si en el testamento intervino la fuerza “es nulo en
todas sus partes”.
Como la disposición precedente es la única sobre fuerza, en materia
testamentaria, la doctrina recurre a los artículos 1456 y 1457 del CC
para completar dicha normativa. Así, la fuerza debe ser grave,
determinante, injusta e ilegítima. Para una parte de la doctrina el
que el artículo 1007 del CC utilice la expresión “de cualquier modo”
significa que la fuerza, en el testamento, no debe cumplir los
requisitos generales de ésta. No obstante la mayoría de la doctrina y
jurisprudencia entienden que ésta es sólo una expresión coloquial.
Otro problema que ha generado el artículo 1007 del CC es la
interpretación de la expresión “en todas sus partes”. Dicha frase ha
llevado a algunos autores a señalar que en este caso la sanción sería
la nulidad absoluta y no la relativa (que es la sanción a los vicios
de la voluntad). En este sentido, se puede argumentar que la
trascendencia de la fuerza en el testamento es mayor que en otras
materias, ya que se estaría torciendo la voluntad del testador,
circunstancia que habría llevado al legislador a establecer como
sanción la nulidad absoluta. Sin perjuicio de ello, la mayoría de la
doctrina entiende que ésta no es la interpretación correcta del
artículo 1007 del CC. La doctrina ha acogido la posición de SOMARRIVA

511 También es posible plantear esta posición conforme a alguna de las teorías
sostenidas al estudiar el error como vicio del consentimiento y señalar que la
norma entiende que el testador ha incurrido en un error obstáculo.
512 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo

I, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, páginas 348 a 352.


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y la jurisprudencia por la cual el objetivo de esta expresión es


impedir la nulidad parcial513.

1130. El dolo, como vicio de la voluntad, en el testamento.


Al dolo se refiere el artículo 968.1º, n° 4 del CC. En el testamento
el dolo no exige como requisito ser obra de una de las partes, sino
sólo ser determinante. Ello se debe a que nadie comete dolo contra sí
mismo. La sanción del dolo, en virtud del artículo 968, n° 4 del CC,
no sería la nulidad, sino la indignidad que de igual forma llevaría
aparejada la nulidad.

SEGUNDA PARTE. ACÁPITE SEGUNDO: REQUISITO EXTERNO O SOLEMNIDADES DEL


TESTAMENTO.

1131. Requisito externo o solemnidades del testamento.


El testamento, en torno a sus solemnidades, se clasifica en testamento
solemne, otorgado en Chile o en el extranjero, y en testamento menos
solemne. El testamento solemne es el que ha observado todas las
solemnidades que la ley ordinariamente requiere. Éste puede otorgarse
en Chile, en cuyo caso será abierto o cerrado, o en el extranjero, en
cuyo caso se puede extender conforme a la ley chilena o extranjera.
El testamento menos solemne o privilegiado es en el que pueden
omitirse algunas de estas solemnidades por consideración a
circunstancias particulares determinadas expresamente por la ley
(artículo 1008.3º del CC). Estos son, según lo señala el artículo
1030 del CC, el testamento verbal, militar y marítimo. Las
solemnidades se rigen por la ley vigente al tiempo del otorgamiento
del testamento.
Las formas del testamento tienen su precedente inmediato en el Derecho
romano que permite el testamento privado ante siete testigos o público
ante el tribunal. También el testamento romano podía ser oral u
escrito514.

1132. Clasificación de los testamentos conforme a las solemnidades que


deben cumplir.
Los testamentos, conforme a la legislación chilena, pueden ser
solemnes y menos solemnes. Y los testamentos solemnes pueden otorgarse
en Chile o en país extranjero. A continuación se analizarán estos
testamentos.

1133. TESTAMENTOS SOLEMNES.

1134. TESTAMENTO SOLEMNE OTORGADO EN CHILE.


Antes de analizar las clases de testamento solemne, otorgados en
Chile, es necesario referirse a los requisitos comunes a estos
testamentos.

1135. Requisitos comunes a todo testamento.


Las condiciones comunes a estos testamentos son los siguientes:
A. La escrituración.
Conforme al artículo 1011 del CC “[e]l testamento solemne es siempre
escrito”.

513 La nulidad puede ser total o parcial y como precisamente, la nulidad parcial
se establece en materia sucesoria, el legislador evita su aplicación en caso que
opere la fuerza mediante la redacción del artículo 1007 del CC. Dicha
disposición señala que el testamento es nulo en todas sus partes, excluyendo la
aplicación de la nulidad parcial a la fuerza. En refuerzo a esta posición
estaría la historia fidedigna del Proyecto de 1853 del Código de BELLO.
514 COING, Helmut, Derecho Privado Europeo I, Madrid, España, Fundación Cultural

del Notariado, 1996, página 734.b.


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B. La presencia de testigos.
Los testigos deben de reunir los siguientes requisitos:
a) Deben concurrir el número de testigos hábiles exigidos por la ley,
su número dependerá de si el testamento es abierto o cerrado.
b) Habilidad de los testigos. Las inhabilidades están establecidas en
el artículo 1012 del CC. En conformidad a dicho artículo no podrán
ser testigos:
i) Los menores de dieciocho años.
ii) Los que se hallan en interdicción por demencia.
iii) Los que actualmente se hallen privados de razón.
iv) Los ciegos.
v) Los sordos.
vi) Los mudos.
vii) Los condenados por penas del artículo 267, n° 7 del CC.
viii) Los inhabilitados para ser testigos por sentencia ejecutoriada.
ix) Los amanuenses del escribano que autorizare el testamento.
x) Los extranjeros no domiciliados en Chile.
xi) Los que no entienden el idioma del testador, salvo lo establecido
en el artículo 1024 del CC, que se refiere al testamento cerrado
otorgado por testador que no se puede dar a entender a viva voz.
C. Uno de los testigos, a lo menos, esté domiciliado en la comuna o
agrupación de comunas donde se otorga el testamento (artículo 1012
del CC).
D. Si el testamento se otorga ante tres testigos, uno por lo menos
debe saber leer y escribir. En tanto si se otorga ante cinco, deben
saber a lo menos dos.

1136. El error común: testigo aparente o putativo.


A pesar que uno de los testigos sea inhábil, el testamento puede ser
válido, pero sólo en la medida que dicha inhabilidad no se manifieste
externamente. La declaración del testigo, que esté en la situación
anterior, se considera como hábil en virtud de la teoría de la
apariencia y del error común. El artículo 1013 del CC establece un
claro caso de error común -donde un error general de la comunidad
torna un acto inválido por error en un acto perfectamente válido-.
La habilitación putativa, conforme al artículo 1013.2º del CC, no
podrá servir, sino a uno de los testigos. De tal forma, que si afecta
a más de uno de los testigos el testamento adolecerá de nulidad. En
este sentido, el artículo 1013 del CC establece expresamente que “[s]i
alguna de las causas de inhabilidad expresadas en el artículo
precedente no se manifestare en el aspecto o comportación de un
testigo, y se ignorare generalmente en el lugar donde el testamento se
otorga, fundándose la opinión contraria en hechos positivos y
públicos, no se invalidará el testamento por la inhabilidad real del
testigo.
Pero la habilidad putativa no podrá servir sino a uno solo de los
testigos”.

1137. TESTAMENTO ABIERTO, PÚBLICO O NUNCUPATIVO.

1138. Concepto de testamento abierto, público o nuncupativo.


El testamento abierto es aquel en que el testador hace sabedores a los
testigos y al respectivo funcionario público, si lo hubiese, de las
disposiciones contenidas de su testamento. El testamento abierto puede
otorgarse ante funcionario público competente y tres testigos o
simplemente ante cinco testigos, sin intervención de funcionario
público, conforme al artículo 1014 del CC. En este sentido la norma
precedente dispone que “[e]n Chile, el testamento solemne y abierto
debe otorgarse ante competente escribano y tres testigos, o ante cinco
testigos.
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Podrá hacer las veces de escribano el juez de letras del territorio


jurisdiccional del lugar del otorgamiento: todo lo dicho en este
título acerca del escribano, se entenderá respecto del juez de letras,
en su caso”.
A continuación se analizarán estas dos clases de testamento abierto.

1139. TESTAMENTO ABIERTO OTORGADO ANTE FUNCIONARIO PÚBLICO COMPETENTE


Y TRES TESTIGOS.
En este testamento, conforme lo establece el artículo 1014.2º del CC,
podrá hacer las veces de escribano el Juez de Letras del territorio
jurisdiccional del lugar del otorgamiento. Además, es funcionario
público, en este caso, el escribano o notario (por excelencia). Otro
funcionario público es el Juez de Letras del territorio jurisdiccional
del lugar del otorgamiento. El ORC es competente para el otorgamiento
del testamento sólo en las comunas en que no existe Notario (artículo
86 LRCI).
La competencia del ORC sólo alcanza el otorgamiento del testamento
abierto y para estos efectos el RC deberá llevar un Registro Público.
La doctrina está de acuerdo en que la competencia del ORC es residual.
Pero, también es posible preguntarse si se puede optar entre Juez y
notario. CLARO S. señalaba que el juez también tenía una función
residual por lo que no existe el derecho a optar por él. Sin perjuicio
de ello, la mayoría de la doctrina sostiene la posición contraria.

1140. Formas en que se puede otorgar el testamento abierto otorgado


ante funcionario público competente y tres testigos.
El testamento abierto puede ser otorgado en protocolo o en hoja
suelta, debiendo efectuarse las siguientes distinciones:
a) El testamento otorgado ante el ORC siempre tiene que ser en
protocolo.
b) El testamento suscrito ante notario se puede otorgar, tanto en
protocolo, como en hoja suelta. Lo normal es que se otorgue en el
protocolo del notario. En caso que se haga en el protocolo del notario
se le considera escritura pública, ya que cumple con los requisitos
del artículo 403 del COT.
Sin perjuicio de lo anterior, el testamento también puede otorgarse en
hojas sueltas, en virtud de los siguientes argumentos:
i) El artículo 1017.1º del CC establece que “[e]l testamento abierto
podrá haberse escrito previamente”, lo cual indica que el testamento
puede no ingresar al protocolo.
ii) Los artículos 806 del CPC y 820, n° 2 del COT se refieren a la
protocolización del testamento abierto otorgado en hoja suelta sin
hacer distinción en cuanto al funcionario ante el cual se otorga el
testamento.

1141. TESTAMENTO ABIERTO OTORGADO ANTE CINCO TESTIGOS.


Este testamento se otorga sin la intervención de funcionario público,
sino que sólo ante cinco testigos (artículo 1014.1º del CC).
El hecho que el testamento abierto no se otorgue ante funcionario
público, hace que el testamento requiera de un procedimiento posterior
de convalidación. Por eso la ley, para proceder a la ejecución de este
testamento, exige previamente su publicación (artículo 1020 del CC).
El juez competente para conocer de la apertura y de la publicación del
testamento es el del último domicilio del testador (artículo 1009 del
CC).

1142. Procedimiento para levantar un testamento abierto otorgado ante


cinco testigos.
El procedimiento para estos testamentos es el siguiente:
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a) Al fallecimiento del testador se llevará el testamento ante el juez


competente, el cual se cerciorará de la muerte del testador, salvo los
casos en que se presuma (artículo 1010 del CC).
b) El juez cita a su presencia a los testigos del testamento para que
reconozcan sus firmas y la del testador. Los testigos proceden a
efectuar el reconocimiento y si alguno de ellos está ausente, los que
se encuentran presentes abonarán su firma, en caso necesario, y
siempre que el juez lo estime conveniente. La firma del testador y de
los testigos ausentes puede ser abonada por declaraciones firmadas de
otras personas fidedignas (artículo 1020.3º y 4º del CC).
c) El juez, reconocida la firma del testador y la de los testigos,
tiene que rubricar el testamento al principio y al fin de cada página
y disponer que se protocolice en alguna notaría (artículo 1020.5º del
CC).

1143. Protocolización del testamento abierto otorgado en hoja suelta.


El testamento abierto, conforme al artículo 866 CPC, otorgado ante
funcionario competente y que no se haya protocolizado en vida del
testador será presentado después de su fallecimiento y en el menor
tiempo posible al tribunal para que ordene su protocolización. Sin
este requisito no podrá procederse a su ejecución. Tratándose de
testamento abierto, otorgado ante cinco testigos, la protocolización
la ordena el artículo 1020.5º del CC.
La protocolización del testamento presenta la particularidad que debe
hacerse agregando su original al final del protocolo con los
antecedentes que lo acompañan. Para estos efectos deberá dejarse
constancia de la protocolización en el Libro Repertorio del día en que
se presenta el documento. Para protocolizar los testamentos, conforme
al artículo 417.2º del COT, será suficiente la sola firma del Notario
en el Libro Repertorio.
El Código Civil no exige plazo para efectuar la protocolización, pero
al respecto el artículo 420 COT agrega que “una vez protocolizados,
valdrán como instrumentos públicos: n° 2. Los testamentos solemnes
abiertos que se otorguen en hoja suelta siempre que su protocolización
se haya efectuado a más tardar dentro del primer día siguiente hábil
al de su otorgamiento”. Los tribunales han resuelto que esta norma no
es aplicable a los testamentos abiertos, otorgados ante cinco
testigos, porque previa a su protocolización debe procederse a su
publicación y ésta se efectúa después de fallecido el testador, en
virtud de lo cual obviamente no es posible cumplir con el plazo
contemplado en el n° 2 del artículo 420 COT.
Por otra parte, la nulidad de la protocolización no siempre traerá
aparejada la nulidad del testamento, debido a que podría
protocolizarse nuevamente dentro del plazo indicado por ley.

1144. Declaración que debe contener el testamento abierto, otorgado


ante funcionario público y tres testigos o ante cinco testigos.
Las declaraciones que debe contener el testamento, otorgado ante
funcionario público y tres testigos o ante cinco testigos, están
establecidas en el artículo 1016 del CC, en los siguientes términos:
“Artículo 1016. En el testamento se expresarán el nombre y apellido
del testador; el lugar de su nacimiento; la nación a que pertenece; si
está o no avecindado en Chile, y si lo está, la comuna en que tuviere
su domicilio; su edad; la circunstancia de hallarse en su entero
juicio; los nombres de las personas con quienes hubiere contraído
matrimonio, de los hijos habidos en cada matrimonio, de cualesquier
otros hijos del testador, con distinción de vivos y muertos; y el
nombre, apellido y domicilio de cada uno de los testigos.
Se ajustarán estas designaciones a lo que respectivamente declaren el
testador y testigos. Se expresarán asimismo el lugar, día, mes y año
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del otorgamiento; y el nombre, apellido y oficio del escribano, si


asistiere alguno”.
El testamento, de acuerdo a la norma precedente, debe contener las
siguientes indicaciones:
a) Nombre y apellido del testador.
b) El lugar de nacimiento del testador.
c) La nación a la que pertenece el testador.
d) Si está o no avecindado en Chile, y si lo está, la comuna en que
tuviere su domicilio el testador.
e) La edad del testador.
f) Las circunstancias de hallarse el testador en su entero juicio.
g) Los nombres de las personas con que hubiere contraído matrimonio y
de los hijos, con distinción de los hijos vivos y muertos.
h) Nombre, apellido y domicilio de cada uno de los testigos.
A su vez, el artículo 1016.2º del CC establece que se ajustarán estas
designaciones a lo que respectivamente declaren el testador y los
testigos. Se expresarán, asimismo, el lugar, día, mes, año del
otorgamiento y el nombre, apellido y oficio del escribano si hubiere
alguno. Estas exigencias atienden a la necesidad de poder probar el
otorgamiento del testamento (individualización del escribano y lugar
de otorgamiento); determinar la ley aplicable (lugar de otorgamiento);
la capacidad del testador, testigos y funcionario (fecha y hora de su
otorgamiento) y especialmente la vigencia temporal del testamento, de
haber alguno posterior515.
La regla general será que la sanción al no cumplimiento de las
solemnidades propias del testamento es su nulidad absoluta, como si no
se escritura, no se celebra ante el competente escribano, no se lee,
etc. (artículo 1026.1º del CC). A su vez, el artículo 1026.2º del CC
agrega que “[c]on todo, cuando se omitiere una o más de las
designaciones prescritas en el artículo 1016, en el inciso 5° del 1023
y en el inciso 2° del 1024, no será por eso nulo el testamento,
siempre que no haya duda acerca de la identidad personal del testador,
escribano o testigo”. Esta norma debe ser complementada con el
artículo 414 COT, que exige que el Notario deje constancia de la hora
y el lugar en que se otorga el testamento. En todo caso, esta norma
sólo procede respecto del testamento abierto otorgado ante Notario.
Ello es obvio por cuanto la disposición precedente sólo se aplica a
las escrituras públicas516.
La jurisprudencia en torno a la sanción a la omisión de la hora y
lugar de otorgamiento del testamento ha sido vacilante.

1145. Etapas para el otorgamiento de un testamento.


El otorgamiento de un testamento abierto, conforme a los artículos
1017 y 1018 del CC, se divide en las siguientes etapas:
a) La escrituración y lectura del testamento (artículo 1017 del CC).
Los artículos 1015.2º y 1017.3º del CC consagran el principio de
continuidad en el acto testamentario.
La doctrina ha discutido si es necesario dejar constancia en el
testamento que se ha cumplido con la solemnidad de la lectura. Para
algunos ello es necesario, ya que el testamento es un acto solemne y
debe bastarse a sí mismo. Sin embargo, la doctrina y jurisprudencia
están por la tesis contraria. Las razones de ello son las siguientes:
i) Se debe diferenciar la solemnidad de su prueba. La solemnidad es la
lectura del testamento y dicha solemnidad podría acreditarse por
cualquier medio, no sólo por el testamento.

515 En este sentido es destacable la importancia de la fecha y hora de


otorgamiento. ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis,
Santiago de Chile, 2005, nº 217, páginas 195 y 196.
516 Está ubicada en el § 2, denominado “De las Escrituras Públicas” del Título

XI, del COT.


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ii) El artículo 1019 del CC -que se refiere al testamento del ciego,


que sólo puede otorgarse de forma abierta- exige expresamente que se
deje constancia en el testamento de la circunstancia de haberse leído.
De este modo si el legislador hubiere querido exigir que la lectura
conste en todo testamento abierto, lo hubiera hecho en forma expresa
como lo hizo respecto del ciego.
b) La firma del testador.
El otorgamiento del testamento termina con la firma del testador y
testigos, y por la del escribano si lo hubiese (artículo 1018 del CC).
Si el testador no sabe o no puede firmar se expresará esta
circunstancia en el testamento señalando la causa. No es necesario que
alguien firme por él, como ocurre con los testigos, en caso que estos
no puedan o no sepan firmar, otro testigo firmará por él, expresándose
así en el testamento. El que confirma la firma debe ser otro de los
testigos, ya que si fuese un extraño, el testamento será nulo.

1146. La elección del testador en torno a si testar de forma abierta o


cerrada.
La regla general es que la elección en torno a qué testamento adoptar
corresponde al testador; sin embargo, las siguientes personas están
obligadas a otorgar testamento abierto:
a) El analfabeto. En este sentido el artículo 1022 del CC dispone que
“[e]l que no sepa leer y escribir no podrá otorgar testamento
cerrado”.
b) El ciego.

1147. El testamento del ciego.


A. Requisitos del testamento del ciego.
El testamento del ciego, conforme al artículo 1019 del CC, debe
cumplir con ciertas solemnidades adicionales. En este sentido el
artículo 1019 del CC dispone que “el ciego podrá sólo testar
nuncupativamente y ante escribano, o funcionario que haga veces de
tal. Su testamento será leído en alta voz dos veces; la primera por el
escribano o funcionario, y la segunda por uno de los testigos elegido
al efecto por el testador. Se hará mención especial de esta solemnidad
en el testamento”.
B. Requisitos del testamento del ciego.
El ciego sólo puede otorgar testamento abierto y ante funcionario
público. Este testamento debe leerse en voz alta dos veces. La primera
vez debe leerse por el escribano funcionario y la segunda por uno de
los testigos elegido al efecto por el testador. De la doble lectura
del testamento debe dejarse constancia expresa.
b) Personas que no pueden otorgar testamento abierto.
Las siguientes personas sólo podrán otorgar testamento cerrado
(artículo 1024.1º del CC):
i) El sordomudo que sólo se puede dar a entender por escrito.
ii) El extranjero que no conociere el idioma castellano. En este
sentido, el artículo 1024 del CC dispone que “[c]uando el testador no
pudiere entender o ser entendido de viva voz, sólo podrá otorgar
testamento cerrado.
El testador escribirá de su letra, sobre la cubierta, la palabra
testamento, o la equivalente en el idioma que prefiera, y hará del
mismo modo la designación de su persona, expresando, a lo menos, su
nombre, apellido y domicilio, y la nación a que pertenece; y en lo
demás se observará lo prevenido en el artículo precedente”.

1148. TESTAMENTO SOLEMNE CERRADO.


En el testamento solemne cerrado o secreto, conforme al artículo
1008.5º del CC, es aquel en que no es necesario que los testigos
tengan conocimiento de las disposiciones testamentarias. Este
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testamento se caracteriza por ser secreto, de forma tal que sólo el


testador tiene conocimiento de lo que él dispuso.

1149. Personas ante quien debe otorgarse un testamento solemne cerrado


o secreto.
A diferencia de lo que ocurre en el testamento abierto, éste sólo
puede otorgarse ante funcionario competente y tres testigos (artículo
1021 del CC). Aquí no aparece la posibilidad de otorgarse ante el ORC
(artículo 86 del RG).

1150. Otorgamiento del testamento cerrado.


En el testamento cerrado se presentan las siguientes etapas:
A. Escrituración y firma del testamento.
La ley exige, como solemnidad en cuanto a la escrituración del
testamento cerrado, que se encuentre escrito o a lo menos firmado por
el testador. En este sentido el artículo 1023.2º del CC dispone que
“[e]l testamento deberá estar escrito o a lo menos firmado por el
testador”.
En torno a la escrituración y firma del testamento pueden producirse
las siguientes tres situaciones:
a) Que el testamento sea escrito y firmado por el testador, en cuyo
caso es válido. El artículo precedente le da valor al testamento en
estas dos circunstancias por lo que de proceder ambas será válido
igualmente.
b) Que el testamento esté escrito por un tercero y firmado por el
testador. De ser de esta forma, el testamento también es válido
(artículo 1023.2º del CC).
c) Que el testamento sea escrito de puño y letra por el testador, pero
no sea firmado por éste. La mayoría de la doctrina señala que este
testamento es válido, ya que la disposición establece “debe ser
escrito o a lo menos firmado por el testador”. Sin embargo, existe
otra posición en virtud de la cual el testamento es nulo, conforme a
lo ordenado por el artículo 1023 del CC que indica que éste a lo menos
debe estar firmado por el testador.
B. Introducción del testamento en un sobre, el cual debe estar
debidamente cerrado.
Esta etapa consiste en que el testador debe introducir el testamento,
en un sobre, el cual debe ser cerrado exteriormente en términos tales
que si se requiere extraer el testamento debe romperse la cubierta
(artículo 1023.3º del CC).
C. Redacción y firma de la carátula.
La redacción la efectúa el notario y comienza con el epígrafe
“testamento” y a continuación se indican las siguientes circunstancias
(artículo 1023.5º del CC):
a) La de hallarse el testador en su sano juicio.
b) El nombre, apellido y domicilio del testador y cada uno de los
testigos.
c) El lugar, día, mes y año del otorgamiento. A estas menciones debe
agregarse la exigencia del artículo 446 COT en orden a indicarse la
hora del otorgamiento del testamento.
d) La firma del testador y los testigos y firma y sello del escribano
o juez sobre la cubierta.
Una vez terminada esta etapa puede el testador llevarse el testamento
o dejarlo en la Notaría. En ambos casos el Notario debe llevar Índice
con carácter privado en el cual debe dejar constancia de los
testamentos cerrados otorgados ante él.
El artículo 431 COT señala que la precedente inscripción sólo se
exhibirá por resolución judicial.
D. Apertura y ejecución del testamento cerrado.
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La ejecución del testamento es un trámite judicial reglamentado en los


artículos 1025 del CC, 868 y 869 del CPC.
En esta materia, conforme al artículo 1009 del CC, es competente el
juez del último domicilio del testador; pero si el testador ha
otorgado el testamento ante un Notario, que no sea el de su último
domicilio, el testamento podrá ser abierto ante el juez que
corresponda al territorio jurisdiccional de dicho Notario (artículo
868 del CPC). A su vez, según el artículo 869 del CPC, puede pedir la
apertura, protocolización y publicación de un testamento cualquier
persona capaz de parecer por sí mismas en juicio.
El juez, de acuerdo al artículo 1010 del CC, debe cerciorarse del
fallecimiento del testador, salvo los casos de muerte presunta.
En cuanto al procedimiento, el juez citará al Notario y testigos que
concurrieron a su otorgamiento, los cuales, según el artículo 1025.2º
del CC, depondrán sobre los siguientes dos hechos:
a) El reconocimiento de su firma y la del testador.
b) El reconocer si el testamento está tal cual como fue otorgado, es
decir, deponen sobre si el testamento está cerrado, sellado o marcado
como en el acto de la entrega.
En caso de faltar alguno de los testigos por cualquier motivo, los
otros abonarán la firma de los ausentes. Si falta el Notario lo
reemplazará el que le sucedió en el cargo.
En caso que el juez lo estime conveniente podrán ser abonadas las
firmas del Notario y testigos por declaración jurada de otras personas
fidedignas, conforme los artículos 1025.5º y 1020.4º del CC.
E. Protocolización del testamento cerrado.
En esta etapa se procede a abrir el sobre por el juez, quien debe
rubricar el testamento al principio y al final de cada hoja. El juez
además debe ordenar la protocolización del testamento, ante el Notario
que lo autorizó o ante aquel que el juez designe.
El artículo 427 COT establece que la protocolización consistirá en la
agregación del original al final del registro del notario.
Desde el tiempo de la protocolización, conforme al artículo 420 del
COT, el testamento adquiere carácter de instrumento público (la regla
general no es ésta, la protocolización sólo sirve para efectos de
saber la fecha cierta).

1151. TESTAMENTO SOLEMNE OTORGADO EN PAÍS EXTRANJERO.


Estos testamentos, que pueden otorgarse de dos formas, los veremos a
continuación:
a) Testamento otorgado en país extranjero conforme a la ley
extranjera.
b) Testamento otorgado en país extranjero conforme a la ley chilena.

1152. TESTAMENTO OTORGADO EN PAÍS EXTRANJERO CONFORME A LA LEY


EXTRANJERA.
El testamento otorgado en país extranjero, para que tenga validez en
Chile, debe cumplir con los siguientes requisitos:
a) El testamento debe otorgarse por escrito.
b) Debe acreditarse que se han cumplido las solemnidades exigidas por
la ley extranjera.
c) Debe acreditarse la autenticidad del instrumento respectivo en
forma ordinaria.
El artículo 345 CPC se refiere a la forma en que debe constar la
autenticidad de las firmas y el carácter de los funcionarios que
otorgan el testamento.
El artículo 1027 del CC establece estos requisitos, señalando que
“[v]aldrá en Chile el testamento escrito, otorgado en país extranjero,
si por lo tocante a las solemnidades se hiciere constar su conformidad
a las leyes del país en que se otorgó, y si además se probare la
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autenticidad del instrumento respectivo en la forma ordinaria”.


Además, la norma precedente establece que, en materia testamentaria,
se recurre al principio de solución de conflicto de Derecho
Internacional Privado denominado “lex locus regis actum” (la ley del
lugar rige el acto), que a su vez consagran en forma general los
artículos 17 y 18 del CC.
Sin embargo, el artículo 1027 del CC, establece una limitación a este
principio por cuanto se exige que el testamento sea escrito, no
reconociéndose el valor al testamento verbal, independientemente que
lo establezca la ley extranjera. Esto lleva a analizar la validez del
testamento ológrafo, otorgado en el extranjero. El testamento ológrafo
es el otorgado por puño y letra del testador y la firma, sin cumplir
ninguna otra formalidad.

1153. TESTAMENTO OTORGADO EN PAÍS EXTRANJERO CONFORME A LA LEY


CHILENA.
El testamento otorgado en país extranjero, conforme a la ley chilena,
está regulado en el artículo 1028 del CC. De acuerdo a esta norma
“[v]aldrá asimismo en Chile el testamento otorgado en país extranjero,
con tal que concurran los requisitos que van a expresarse:
1º No podrá testar de este modo sino un chileno, o un extranjero que
tenga domicilio en Chile.
2º No podrá autorizar este testamento sino un Ministro
Plenipotenciario, un Encargado de Negocios, un Secretario de Legación
que tenga título de tal, expedido por el Presidente de la República, o
un Cónsul que tenga patente del mismo; pero no un Vicecónsul. Se hará
mención expresa del cargo, y de los referidos título y patente.
3º Los testigos serán chilenos, o extranjeros domiciliados en la
ciudad donde se otorgue el testamento.
4º Se observarán en lo demás las reglas del testamento solemne
otorgado en Chile.
5º El instrumento llevará el sello de la Legación o Consulado”.

1154. Requisitos del testamento otorgado en país extranjero:


a) El testador debe ser chileno o extranjero domiciliado en Chile.
b) Los testigos, que intervienen en este testamento, deberán ser
chilenos o extranjeros domiciliados en la ciudad en que se otorga el
testamento.
c) El testamento debe haber sido otorgado ante un cónsul o diplomático
chileno; en este sentido se debe tener presente que la ley sólo
excluye al vicecónsul.
d) En lo demás se observarán las reglas para el testamento en Chile,
es decir, se debe distinguir entre el testamento abierto y cerrado.

1155. Requisitos especiales para que el testamento otorgado en el


extranjero sea ejecutable en Chile.
Los testamentos, otorgados en el extranjero, deben ser ejecutados en
Chile. El artículo 1029 del CC reglamenta los requisitos que deben
cumplirse para solicitar la ejecución del testamento en Chile.
El artículo 1029.3º del CC establece las siguientes condiciones
adicionales, que debe cumplir el testamento, para ser ejecutable en
Chile:
a) El testamento abierto extendido ante representante diplomático se
extenderá en dos copias, una para el testador y otra se envía al jefe
de la representación del Ministerio de Relaciones Exteriores. b) En el
testamento cerrado, el testador llevará el sobre que contiene el
testamento, pero además debe dejarse una copia de la carátula que será
enviada al Ministerio de Relaciones Exteriores. El artículo 1029 del
CC, se refiere a estos requisitos disponiendo que “[e]l testamento
otorgado en la forma prescrita en el artículo precedente y que no lo
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haya sido ante un jefe de Legación llevará el Visto Bueno de este


jefe; si el testamento fuere abierto, al pie, y si fuere cerrado,
sobre la carátula: el testamento abierto será siempre rubricado por el
mismo jefe al principio y fin de cada página.
El jefe de Legación remitirá en seguida una copia del testamento
abierto, o de la carátula del cerrado, al Ministro de Relaciones
Exteriores de Chile; el cual a su vez abonando la firma del jefe de
Legación, remitirá dicha copia al juez del último domicilio del
difunto en Chile, para que la haga incorporar en los protocolos de un
escribano del mismo domicilio.
No conociéndose al testador ningún domicilio en Chile, será remitido
el testamento por el Ministro de Relaciones Exteriores a un juez de
letras de Santiago, para su incorporación en los protocolos de la
escribanía que el mismo juez designe”.

1156. TESTAMENTOS MENOS SOLEMNES O PRIVILEGIADOS.


A estos testamentos se refieren los artículos 1030 a 1055 del CC.
El testamento menos solemne o privilegiado, conforme al artículo
1008.3º del CC, es aquel en que pueden omitirse algunas de las
solemnidades establecidas por ley por consideración o circunstancias
especiales determinadas expresamente por el legislador. A su vez, el
artículo 1030 del CC se refiere a estos testamentos en los siguientes
términos:
“Artículo 1030. Son testamentos privilegiados:
1º El testamento verbal.
2º El testamento militar.
3º El testamento marítimo”.

1157. Características de los testamentos privilegiados o menos


solemnes:
a) Se trata de actos solemnes (artículos 1008.3º y 1032.2º del CC).
Los testamentos privilegiados, son menos solemnes precisamente porque,
a pesar de ser actos formales o solemnes, sus formas se relajan. Ello
sucede respecto de la habilidad que se exige a los testigos (artículo
1031 del CC) o en general a las formalidades que deben cumplir los
testamentos privilegiados (artículo 1032.1º del CC).
b) Ellos son temporales.
Los testamentos menos solemnes, es decir, el verbal, militar y
marítimo están sujetos a un plazo especial de caducidad dentro del
cual deben levantarse, conforme a las solemnidades legales, y de
sobrevivencia del testador517.
c) Son por regla general “intuito personae”.
Los testamentos menos solemnes o privilegiados sólo pueden ser
otorgados por los individuos que están involucrados en una
circunstancia extraordinaria –como sucede en el testamento verbal
(artículo 1035 del CC)- o especial –como acontece en los testamentos
militar (artículos 1041 a 1043 del CC) y marítimo (artículo 1051 del
CC).

1158. Clasificación de los testamentos menos solemnes o privilegiados.

517Para DOMÍNGUEZ BENAVENTE y DOMÍNGUEZ AGUILA “[l]a caducidad de este tipo de


testamento se justifica porque el testador ha podido, cesando la causa que lo
justificó, rehacer su testamento, observando alguna de las formas de los
solemnes. Además, el testamento privilegiado no reúne, de manera satisfactoria,
todas las formalidades que pide el legislador para rodear de plenas garantías la
última voluntad de una persona”. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA,
Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo I, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de
Chile, nº 473, página 473.
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Los testamentos menos privilegiados pueden ser de las siguientes


clases:
a) El testamento verbal, siguiendo a ELORRIAGA, es “el testamento
privilegiado que otorga el testador de viva voz ante tres testigos de
manera que todos lo vean, oigan y entiendan, en la medida que un caso
de peligro inminente de la vida del testador impida otorgar testamento
solemne”518.
b) El testamento militar es, conforme a ELORRIAGA, siguiendo a los
artículos 1041 a 1047 del CC, “aquel testamento que, en tiempo de
guerra y específicamente antes de una acción de guerra, es otorgado
por los militares, demás individuos empleados en el cuerpo de tropas,
o los voluntarios, rehenes, prisioneros o las personas que los
acompañaren, y que se aprestan a participar en ella519”.
Son elementos de la esencia particulares de este testamento el que se
otorgue en tiempo de guerra y en una acción o misión concreta de
guerra (artículos 1041.2º y 1043 del CC).
c) El testamento marítimo, conforme a SOMARRIVA, es “aquel que se
otorga en alta mar en un buque de guerra chileno o en un buque
mercante que navega bajo bandera chilena”520. A diferencia del
testamento militar, como se desprende del artículo 1048.1º del CC,
dicho testamento se puede otorgar en tiempos de paz.

1159. INEFICACIA DEL TESTAMENTO.


Las casuales de ineficacia en el testamento son las siguientes:
a) La nulidad del testamento.
b) La declaración de incapacidad o indignidad respecto de todos los
asignatarios testamentarios.
c) La caducidad, como sucede en el testamento privilegiado.
d) La acción de reforma de testamento.
e) La revocación del testamento.
La mayoría de las ineficacias del testamento ya han sido analizadas;
por ello a continuación sólo se abordará la revocación del testamento
y se dejará para más adelante la acción de reforma de testamento.

1160. NULIDAD DEL TESTAMENTO SOLEMNE.


La regla general en esta materia, conforme al artículo 1026.1º del CC,
es que la omisión de cualquier solemnidad produce la nulidad absoluta,
ello se debe a que el testamento es un acto solemne. A su vez, el
inciso 2º, del mismo artículo, preceptúa que “[c]on todo, cuando se
omitiere una o más de las designaciones prescritas en el artículo
1016, en el inciso 5° del 1023 y en el inciso 2° del 1024, no será por
eso nulo el testamento, siempre que no haya duda acerca de la
identidad personal del testador, escribano o testigo”.
De este modo en la medida que no haya duda sobre la identidad personal
del testador, escribano y testigos, la omisión de una o más de las
designaciones prescritas en el artículo 1023.5º y 1024.2º del CC, no
acarreará necesariamente la nulidad del testamento. Por ello la
omisión de cualquier formalidad acarrea la nulidad absoluta, excepto
de las siguientes:
a) El escribano puede omitir en el sobrescrito o cubierta, bajo el
epígrafe testamento, la circunstancia de hallarse el testador en su
sano juicio; el nombre, apellido y domicilio del testador y de cada

518 En realidad, como se desprende de una nota al pie de ELORRIAGA, la definición


precedente parece pertenecer a GREZ CORREA. ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho
Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005, nº 279, página 233.
519 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de

Chile, 2005, nº 288, página 238.


520 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio,

tomo I, Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, nº


281, página 232.
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uno de los testigos; y el lugar, día, mes y año del otorgamiento


(artículo 1023.5º del CC).
b) El testador podrá omitir escribir con su letra, sobre la
cubierta, la palabra testamento, o la equivalente en el idioma que
prefiera, y hará del mismo modo la designación de su persona,
expresando, a lo menos, su nombre, apellido y domicilio, y la nación a
que pertenece; y en lo demás se observará lo prevenido en el artículo
precedente (artículo 1024.2º del CC). La omisión de alguna de estas
circunstancias no acarrean la nulidad, pero sólo en la medida “que no
haya duda acerca de la identidad personal del testador, escribano o
testigo”, conforme al citado artículo 1026.2º del CC.
c) La sanción por la omisión de la mención del lugar y hora del
otorgamiento del testamento. Tanto en el testamento abierto, como en
la carátula del cerrado, se exige que se indique el lugar del
otorgamiento del testamento. La doctrina le ha dado dos sentidos a la
individualización del lugar del otorgamiento del testamento. Para
algunos basta con indicar el lugar específico de que se trata como la
casa del testador, Notario, etcétera. En cambio para otros se debe de
indicar la ciudad o comuna en que se otorga. Por lo que será
conveniente señalar ambas.
El artículo 414 del COT exige que el Notario deje constancia de la
hora en que el testamento se otorgó. De no señalarse la hora para
parte de la doctrina la sanción será la pérdida de la calidad de
escritura pública del testamento. En este sentido la norma precedente
establece que “[e]n cuanto al otorgamiento de testamento, se estará a
lo establecido al respecto en el Código Civil, debiendo el notario
dejar constancia de la hora y lugar en que se otorgue. La identidad
del testador deberá ser acreditada en la forma establecida en el
artículo 405. No regirá esta exigencia cuando, a juicio del notario,
circunstancias calificadas así lo aconsejen”.
Los argumentos a favor de esta posición son los siguientes:
i) Esta sanción es aplicable sólo en los testamentos que se otorguen
ante escribano y en su protocolo, porque los demás testamentos no
tienen el carácter de escritura pública y por lo tanto mal se les
podría aplicar esta sanción.
ii) El artículo 1026.1º del CC se refiere a la omisión de las
menciones exigidas por dicho cuerpo normativo en los artículos que le
preceden y no a las exigencias del artículo 414 del COT.
iii) El artículo 414 del COT no señala expresamente la nulidad como
sanción, y, como se establece dicha exigencia al testamento como
escritura pública –el artículo 414 del COT está ubicado en el § 2
denominado “De las Escrituras Públicas”-, si no se cumple dicho
requisito el testamento perdería su carácter de escritura pública.
Estos argumentos en algunas ocasiones han sido acogidos y en otras
desechados por los tribunales por lo que es conveniente estipular la
hora.
d) Testamentos otorgados por funcionarios públicos respecto de los
cuales se impugna su nombramiento. Ello podría acontecer en los casos
en que el nombramiento del competente funcionario con posterioridad al
otorgamiento del testamento no es válido. En alguno de estos casos la
Corte Suprema ha aceptado el error común. El error común constituye
Derecho. De esta forma, el testamento no sería nulo. Sin embargo, en
otras ocasiones, la Corte Suprema ha desechado el error común.

1161. REVOCACIÓN DEL TESTAMENTO.


La revocación está regulada en el Párrafo 2º, titulado “De la Reforma
del Testamento” del Título VI, denominado: “De la Revocación y Reforma
del Testamento”, ubicado en el Libro III del Código Civil (artículos
1216 a 1220). El testamento, conforme a lo señalado en el artículo 999
del CC, es esencialmente revocable y por lo tanto no se puede
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renunciar a esta facultad, porque ella descansa en un principio de


orden público (artículo 1001 del CC). Sin perjuicio de ello, la
revocación sólo alcanza a la parte dispositiva del testamento, no a la
declarativa (artículos 1211 y 1218 del CC).

1162. Forma de llevar a cabo la revocación.


Un testamento para la mayoría de la doctrina sólo puede ser revocado
por otro testamento, como se desprende del artículo 1213.1º del CC. La
referida norma señala que “[e]l testamento solemne puede ser revocado
expresamente en todo o parte, por un testamento solemne o
privilegiado”.
Sin perjuicio de ello, conforme a alguna jurisprudencia, se acepta que
el testamento pueda ser revocado por escritura pública. Por otra
parte, se señala que esta disposición es defectuosa porque da a
entender que el testamento sólo puede ser revocado por testamento
solemne o privilegiado y existen además otros tipos de testamento.

1163. Clases de revocación.


La revocación puede ser de las siguientes clases:
a) La revocación puede ser total o parcial (artículo 1212.3º del CC).
Es total si se deja sin efecto el testamento en su totalidad, y
parcial, si se revocan algunas cláusulas pero subsisten otras.
b) La revocación puede ser expresa o tácita. La primera procede cuando
se deja constancia de la revocación en el nuevo testamento, y la
segunda es aquella en que el nuevo testamento tiene disposiciones
contradictorias con las del anterior. También es importante tener
presente que la revocación total de un testamento debe ser expresa
(artículo 1215.2º del CC). En este sentido, en nuestro ordenamiento
jurídico no se adopta el principio de la unidad del testamento del
Derecho romano y pueden existir dos testamentos vigentes. Esta es la
solución adoptada en el artículo 1036 del Code –que también es
adoptada por el § 2258 del BGB- en virtud de la cual el testamento
anterior se revoca sólo en lo que es contradictorio con la última
voluntad del testador planteada en un testamento posterior. Lo
anterior se desprende del tenor literal del artículo 1215 del CC que
establece que “[u]n testamento no se revoca tácitamente en todas sus
partes por la existencia de otro u otros posteriores.
Los testamentos posteriores que expresamente no revoquen los
anteriores, dejarán subsistentes en éstos las disposiciones que no
sean incompatibles con las posteriores, o contrarias a ellas”.
Sin perjuicio de estas reglas los legados tienen formas de revocación
tácita especiales, como sucede cuando se lega una cosa que después el
causante enajena o deforma (artículo 1135 del CC), o como acontece en
los legados de crédito (artículo 1127 del CC) o de condonación
(artículo 1129 del CC).

1164. Efectos de la revocación.


Los efectos de la revocación están regulados en el artículo 1214 del
CC. En virtud de dicho artículo si el testamento que revoca un
testamento anterior, es revocado a su vez, no revive por esta
revocación el primer testamento, salvo que el testador manifieste una
voluntad contraria. Esta regla tiene una excepción en la caducidad de
la revocación que contiene el testamento privilegiado. De esta forma
de caducar el testamento privilegiado revive el testamento que se
pretendía revocar (artículo 1213.2º del CC).

SEGUNDA PARTE. ACÁPITE TERCERO: Las disposiciones testamentarias.

1165. Concepto de asignaciones testamentarias.


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El artículo 953.1º del CC define estas asignaciones señalando que “se


llaman asignaciones por causa de muerte las que hace la ley o el
testador de una persona difunta para suceder en sus bienes”. Con la
palabra “asignaciones” el Código Civil se refiere a las asignaciones
por causa de muerte, ya las haga el hombre o la ley (artículo 953.2º
del CC). A su vez, asignatario es la persona a quien se hace la
asignación (artículo 953.3º del CC). De lo anterior se desprende que
las asignaciones pueden ser “abintestato” si las hace la ley y
testamentarias si son efectuadas por el testamento.
Así, las asignaciones testamentarias se pueden definir como las que se
hacen en el testamento de una persona difunta para suceder en sus
bienes. Las asignaciones testamentarias reciben también el nombre de
“disposiciones testamentarias”.
Las asignaciones testamentarias se pueden establecer como herencias o
legados, según sea que se suceda en todo el patrimonio del causante o
en una parte alícuota de él, o en bienes singulares. La institución de
heredero o legatario no es dada por el llamamiento que hace el
testador, sino por la asignación que recibe. En este sentido los
artículos 1097.1º, primera parte, y 1104.1º, primera parte, del CC,
establecen que “con cualquiera palabras que se les llame…” son
herederos o legatarios, respectivamente.
En cuanto a las asignaciones, tanto a título singular como universal,
pueden ser puras y simples o sujetas a modalidad, de acuerdo a lo que
disponga el causante.

1166. Requisitos de las disposiciones testamentarias.


Los requisitos para suceder a otra persona se pueden clasificar como
de orden subjetivo y objetivo.

1167. Requisitos subjetivos para suceder a una persona.


Las exigencias subjetivas, o sea las que deben concurrir en la persona
misma del asignatario, son las siguientes:
a) El asignatario debe ser una persona cierta. En cuanto a la
certidumbre, conforme a los artículos 962 y 963 del CC, el asignatario
para ser capaz debe existir natural o jurídicamente al tiempo de
deferírsele la asignación. En caso que la asignación testamentaria se
encuentre concedida en términos tales que exista incertidumbre, sobre
la persona a la cual el testador ha querido referirse, se entenderá
que si existe duda respecto de dos o más personas no tendrán ninguna
derecho a la asignación (artículo 1065 del CC).
b) El asignatario debe ser determinado. El asignatario debe ser una
persona determinada o determinable. La determinación del asignatario
en el testamento se hace a través del nombre; sin embargo, si el
asignatario no está determinado de este modo, el testamento será
válido siempre que contenga indicaciones que permitan su
identificación.
A la certidumbre y determinación del asignatario se refieren los
artículos 1056 primera parte, 962, 963 y 1065 del CC.
La ley, excepcionalmente, admite los siguientes casos de
indeterminación del asignatario:
i) La indeterminación del asignatario de una asignación de
beneficencia se suple, conforme al artículo 1056.3º del CC,
asignándolas a un establecimiento de beneficencia que el Presidente de
la República determine, prefiriendo alguno de la comuna o provincia
del testador.
ii) Las asignaciones dejadas a los pobres en forma indeterminada se
aplicarán a los de la parroquia del testador (artículo 1056.5º del
CC).
iii) Las asignaciones dejadas indeterminadamente a los parientes
corresponderá a los consanguíneos de grado más próximo, según el orden
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de sucesión “abintestato”, teniendo lugar el derecho de representación


en conformidad a las reglas generales. Al respecto el artículo 1064
del CC establece que “[l]o que se deje indeterminadamente a los
parientes, se entenderá dejado a los consanguíneos del grado más
próximo, según el orden de la sucesión abintestato, teniendo lugar el
derecho de representación en conformidad a las reglas legales; salvo
que a la fecha del testamento haya habido uno solo en ese grado, pues
entonces se entenderán llamados al mismo tiempo los del grado
inmediato”.
c) El asignatario debe ser capaz y digno de suceder al causante.
En cuanto a los otros requisitos subjetivos es preciso remitirse a lo
ya señalado en torno a la incapacidad e indignidad para suceder.

1168. Requisitos de las asignaciones en sí mismas.


A estos requisitos se les califica como objetivos. Ellos determinan la
validez de las asignaciones. Las asignaciones, al igual que los
asignatarios, deben ser determinadas o determinables. Para que la
asignación sea válida debe estar determinado el objeto de la misma, es
decir, lo que se deja al asignatario. Esta es una determinación
objetiva y está regulada en el artículo 1066 del CC que dispone que
“[t]oda asignación deberá ser o a título universal, o de especies
determinadas o que por las indicaciones del testamento puedan
claramente determinarse, o de géneros y cantidades que igualmente lo
sean o puedan serlo. De otra manera se tendrá por no escrita.
Sin embargo, si la asignación se destinare a un objeto de beneficencia
expresado en el testamento, sin determinar la cuota, cantidad o
especies que hayan de invertirse en él, valdrá la asignación y se
determinará la cuota, cantidad o especies, habida consideración a la
naturaleza del objeto, a las otras disposiciones del testador, y a las
fuerzas del patrimonio, en la parte de que el testador pudo disponer
libremente.
El juez hará la determinación, oyendo al defensor de obras pías y a
los herederos; y conformándose en cuanto fuere posible a la intención
del testador”.
Para la determinación de una asignación, a título universal, basta la
individualización del patrimonio del causante, porque, en tal caso, se
sucederá en todo o en una cuota de ese patrimonio.
La determinación es más compleja tratándose de un legado. En el
legado debe estar determinada la asignación en sí misma, en el sentido
de estar identificados los bienes que forman la asignación. Sin
embargo, al igual que el asignatario, las asignaciones pueden ser
determinables en la medida que puedan identificarse o concretizarse
por indicaciones claras del testamento, que permitan determinar las
especies, género o cantidad legadas.
En los legados de especie o cuerpo cierto la determinación será la
máxima, es decir, debe estar determinada la asignación; sin perjuicio
de lo cual también podría suplirse con indicaciones claras en el
testamento.
Las reglas para la determinación de una asignación tienen una
excepción en el artículo 1066.2º del CC, que establece una
determinación judicial. La norma precedentes dispone que “[s]in
embargo, si la asignación se destinare a un objeto de beneficencia
expresado en el testamento, sin determinar la cuota, cantidad o
especies que hayan de invertirse en él, valdrá la asignación y se
determinará la cuota, cantidad o especies, habida consideración a la
naturaleza del objeto, a las otras disposiciones del testador, y a las
fuerzas del patrimonio, en la parte de que el testador pudo disponer
libremente”.
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1169. Problema del cumplimiento de una asignación que se deja al


arbitrio de un heredero o legatario.
El artículo 1067 del CC regula esta asignación en los siguientes
términos:
“Artículo 1067. Si el cumplimiento de una asignación se dejare al
arbitrio de un heredero o legatario, a quien aprovechare rehusarla,
será el heredero o legatario obligado a llevarla a efecto, a menos que
pruebe justo motivo para no hacerlo así. Si de rehusar la asignación
no resultare utilidad al heredero o legatario, no será obligado a
justificar su resolución, cualquiera que sea.
El provecho de un ascendiente o descendiente, de un cónyuge o de un
hermano o cuñado, se reputará, para el efecto de esta disposición,
provecho de dicho heredero o legatario”.

1170. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de las


formas de suceder521.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de sucesión intestada. La parte demandante, don Carlos
Alberto Alvear, mediante su demanda pretende que se le reconozca su
calidad de único heredero abintestato de su hermana, doña Sara Olga
Alvear Iturrieta, y solicita se le restituyan los bienes que integran
su herencia, que el demandado ocupa. La calidad de heredero del
demandado proviene de habérsele concedido la posesión efectiva de la
misma, en virtud de un testamento, otorgado el 20 de julio de 1993,
que la causante revocó por escritura pública de 22 de abril de 1994.
El demandado niega todo derecho del demandante, en la herencia de su
hermana, en razón del testamento que ésta otorgó en su favor y cuyas
disposiciones debieran prevalecer por no haber sido revocadas en otro
testamento posterior, sino en una simple escritura publica. La
sentencia de primera instancia resolvió a favor de la demanda. Ante
ello, el demandante apela ante la CA de Santiago. La CA estima que la
cuestión planteada debe ser resuelta a la luz del principio de
revocabilidad. Dicho principio es un elemento de la esencia del
testamento y viene a constituir una verdadera garantía para el
testador de su libertad para disponer de los bienes que le pertenecen.
Establecida entonces la validez de la referida revocación y acreditado
que el demandante tiene la calidad de hermano de filiación matrimonial
de la causante, al fallecimiento de esta debe ser considerado como su
heredero, de acuerdo a las normas de la sucesión intestada. En virtud
de todo ello la CA de Santiago acoge la demanda, revoca la sentencia
del tribunal inferior, y ordena la restitución de los bienes
hereditarios, que no estuvieren en poder de su legítimo, heredero.
Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección Segunda, tomo n° XCIX, año 2002,
páginas 41 a 44.
b) En materia de sucesión intestada. Por auto de 12 de marzo de 1951,
se concedió la posesión efectiva de la herencia intestada de doña
Mercedes Humeres Araya a quienes invocaron el carácter de herederos ab
intestato suyos, como sobrinos legítimos de la causante, en
representación de sus ascendientes, hermanos legítimos de aquella,
tanto carnales como paternos, disponiéndose la inscripción de esa
resolución. Se presentó la apelante, invocando su calidad de colateral
legítima de segundo grado por afinidad de la causante –viuda del
hermano legítimo de aquella– y pidiendo que se ampliara la resolución
antes indicada en el sentido que se le concediera también a la
recurrente la posesión legal de la referida herencia, petición que fue

521 Las sentencias que se consignan a continuación no representan,


necesariamente, el estado de la jurisprudencia y tienen por función simplemente
que los alumnos apliquen las materias.
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resistida por los consanguíneos legítimos que ya habían sido


favorecidos con la dación de la posesión efectiva de la herencia
cuestionada. La CA de Santiago, por resolución de 31 de julio de 1951,
resolvió que tanto del tenor expreso de las disposiciones contenidas
en los artículos 990 y 991 del CC, como de todo el sistema sucesorio
adoptado por el legislador para la sucesión intestada, con el
establecimiento de diversos órdenes de sucesión excluyentes los unos
de los otros y por el orden o grado de su institución; es inconcuso,
que existiendo como ocurre en el caso enjuiciado, parientes
consanguíneos legítimos del causante, éstos deben llevar la totalidad
de la herencia y excluyen a todo otro colateral, que pudiera hallarse
incluido entre los parientes legítimos o los otros colaterales cuyo
llamamiento hace el artículo 992 del CC y que constituyen el cuarto
orden de la sucesión intestada. Esta conclusión jurídica, más la
institución del derecho de representación, que opera en el caso de la
descendencia legítima de los hermanos legítimos del difunto, demuestra
en concepto del tribunal, la total falta de fundamento de lo
solicitado por la articulista, aún en el supuesto de que pudiera
figurar, como lo pretende entre “los otros colaterales legítimos”, a
que se refiere el artículo 992 del CC. Por las consideraciones
precedentes, la CA confirma la resolución apelada. Vid. RDJ, Segunda
Parte, Sección Segunda, tomo n° XLVIII, año 1951, páginas 54 a 57.
c) En materia de sucesión mixta. Don José Raúl Mariángel solicita,
ante el 1° JLC de Concepción, se le conceda la posesión efectiva de
doña Rosa Elena Muñoz Zúñiga. Adjunta a la solicitud, partida de
defunción y testamento nuncupativo, de 2 de septiembre de 1952, por el
que se le instituyó como heredero universal de todos sus bienes de la
causante. Una vez obtenida la posesión efectiva, don Juan Ramón Muñoz
solicita la revocación del auto de la posesión efectiva, en virtud de
habérsele concedido anteriormente a él por el 3° JLC de Concepción, en
su carácter de cesionario de doña Mercedes Muñoz, quien habría
reconocido a la causante de la herencia como su hija natural, después
de haber aquella fallecido, pasando a ser legitimaria. El juez
titular, resolvió, con fecha 24 de septiembre de 1954, “habiéndose
hecho contencioso el negocio, ejercítese por quien corresponda la
acción que haga valer sus derechos”. Apelada esta sentencia, la CA
resolvió que el actor José Raúl Mariángel reviste la calidad de
heredero testamentario, en cuyo favor se defirió la herencia el 24 de
abril de 1953, y el incidentista Juan Ramón Muñoz el carácter de
presunto heredero abintestato, como cesionario de la persona que
pretende tener la calidad de madre natural de la “de cujus”, Rosa
Elena Muñoz. El derecho del actor José Raúl Mariángel, por ser
heredero testamentario, es preferencial y excluyente y, por lo mismo,
no debió concederse la posesión efectiva de la herencia a un heredero
abintestato presuntivo, como el señor Muñoz. De este modo, para la CA,
el 3° JLC de Concepción incurrió en un error de hecho, que se explica
por ignorarse entonces la existencia del heredero testamentario,
situación que debe subsanarse, porque tal concesión puede producir
efectos legales en contra de titular de la herencia. Mariángel al
oponerse a la gestión iniciada por Muñoz, como heredero abintestato, y
mostrar un testamento que lo instituye como heredero, hizo variar las
circunstancias en que fue primeramente otorgada la posesión efectiva
de la herencia por el 3° JLC, a favor de Muñoz, pues demostró ser
heredero testamentario que es una calidad que excluye a la de
abintestato. Así para la CA al exhibir el actor, señor Mariángel, un
testamento, aparentemente válido, en que se instituye heredero
universal –testamento que debe tenerse por válido mientras no exista
una sentencia firme que lo declare nulo– sólo a él debe otorgársele la
posesión efectiva de la herencia, de acuerdo con el derecho
preferencial y excluyente que le asigna la ley. Conviene recordar
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también que para que la oposición convierta un procedimiento


voluntario en contenciosos es preciso que el opositor sea un legítimo
contradictor. Y no puede ser legítimo contradictor quien no esté en
aptitud de demostrar su carácter de heredero, que lo habilite a pedir
la posesión efectiva de la herencia de otro legitimario de derecho
preferente. Finalmente, cabe subrayar que la intervención incidental
del opositor, señor Muñoz, sin ejercer las acciones ordinarias, no
puede establecer relación procesal entre él y el heredero
testamentario, ni puede producir el efecto de postergar el libre curso
de las gestiones del heredero testamentario, dirigidas a la
disposición del acervo hereditario. Por los fundamentos expuestos y lo
prevenido en los artículos 819, 823, 877 y 878 del CPC, la CA revocó
la resolución apelada y declaró no ha lugar, sin perjuicio de otros
derechos, a lo pedido en lo principal y al primer otrosí, sin costas.
Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección Segunda, tomo n° LII, año 1955,
páginas 35 a 43.
d) En materia de sucesión mixta. Ante el Juzgado de Letras de Buin,
don Eufemio, don Francisco, don Luciano, doña Ignacia, doña Rosa
Espinoza Carrasco, don Ramón, don Germán y don Jovino González
Espinoza, entablaron demanda en contra de doña Clotilde Álvarez viuda
de Espinoza, pidiendo que se le condenara a restituirles en la parte
que le corresponde, los bienes que componen la herencia de don Eduardo
Espinoza Carrasco, con sus aumentos, sus frutos y mejoras,
declarándoseles herederos ab intestato de dicho señor con costas.
Fundando su acción, expresa que el testamento del causante no se hizo
institución de heredero, por lo que la herencia es intestada en el
remanente de los bienes después de satisfechos los legados
establecidos a favor, entre otras personas, de los demandantes y de la
demandada. Agregan que esta señora deriva su calidad de heredera del
remanente, que cree tener, de los términos de la cláusula 4° del
testamento, cláusula que solo contiene una asignación de dinero, que
como tal, es a título singular o legado, y en ninguna forma el
testador dispuso en ella del remanente de sus bienes, pues
expresamente declaró: “que estos consisten en granos y dineros que le
deben” y dejó a su esposa “el resto de dinero que recoja”. Invocan el
artículo 1099 del CC según el cual, sobre las reglas interpretativas
del testamento, deben prevalecer la voluntad del testador, claramente
manifestada, y en este caso, la voluntad del causante fue la de dejar
a su esposa los determinados bienes y dineros que indica en las
diversas cláusulas del testamento, el artículo 1099 del mismo código
que lo determina y por último citan los artículos 1264, 1265 y 1266 de
dicho Código, que determinan la calidad de herederos de don Eduardo
Espinoza Carrasco de los cinco primeros demandantes, como hermanos de
este señor y de los últimos como sobrinos del mismo. La demandada,
contestando la demanda expone: que su marido dispuso de todos sus
bienes, en el remanente la instituyó heredera, de manera de que no hay
sucesión intestada, que la voluntad del testador en ese sentido fluye
del contexto total del testamento, de los términos de la cláusula 4° y
especialmente de la sustancia de sus disposiciones, cuyo tenor literal
reproduce, por lo que la demanda es improcedente y termina pidiendo su
rechazo con costas. El Juez de primera instancia en su fallo da lugar
a la demanda y a su ampliación, sin costas, excepto en cuanto a
declarar que debe restituirse a los demandantes y poner a su nombre
los bienes que el testador asigna determinadamente a la demandada como
legado de especie o género y excepto también a declarar que al tercero
día de ejecutoriada la sentencia todos los interesados deben concurrir
a un comparendo para designar partidor de bienes: también da lugar a
la reconvención y a su ampliación sin costas excepto a que se declare
que la cláusula 4° del testamento comprende todos los depósitos de
dinero que el causante tenía en diversas instituciones de crédito, a
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la fecha de su fallecimiento. Finalmente, rechaza las demás peticiones


contenidas en la contestación de la demanda y en la dúplica. La parte
demandada y don Eufemio Espinoza interpusieron el recurso de apelación
contra la sentencia antes aludida, y concedido que les fue, una de las
Salas de la CA de Santiago, la confirmó, en todo lo que esté conforme
con el fallo de primera instancia y la revocó en lo demás, o sea, que
acogió la demanda y su ampliación, rechazó la reconvención, declaró
que no le corresponde a la justicia ordinaria pronunciarse sobre la
ampliación de la reconvención, en orden de los derechos de los
gananciales reclamados por la demandada. A su vez, la sentencia ordenó
que la demandada en la restitución de bienes deba ser considerada como
poseedora de buena fe, acogiendo así la petición tercera de la
expresión de agravios. La parte, de doña Clotilde Álvarez, interpuso
contra el fallo de alzada recursos de casación en la forma y en el
fondo. El primero de los cuales fue desechado y formalizado el
segundo. En síntesis la recurrente expone que encontrándose
establecido el hecho de que la asignación de la cláusula 4a del
testamento de don Eduardo Espinoza Carrasco, consiste en dejar a su
esposa, la recurrente, “el resto del dinero que se recoja extraído de
los demás bienes que consistan en granos y dineros que le deben al
testador por anticipos y mutuos al momento de testar, y después de
deducidos los legados que se mencionan”, se ha infringido la voluntad
del testador. La CS, en definitiva, también desechó la casación en el
fondo, ya que, en dicha cláusula, lo que importa es especificar y
limitar a ella la asignación. De esta forma para la CS se trata de un
legado, sin que su condición de sobrante o remanente del dinero, de
que se trata, pueda darle el carácter de herencia, puesto que no es el
remanente de la universalidad del patrimonio del causante, sino de un
dinero determinado o determinable con las indicaciones del mismo
testamento. El dinero legado, además de ser determinado o
determinable, pertenece a un género de bienes, que no se confunden
con todos los demás; de modo que en el presente caso, concurren todos
los requisitos establecidos en el artículo 951.3° del CC, para tener a
la asignación de que se trata como legado, por lo que esta disposición
legal y artículos 1066 y 1099 del CC no han sido infringidas, las dos
primeras porque han sido correctamente aplicadas y la tercera porque
no habiendo el testador asignado a la demandada el remanente de la
universalidad de su patrimonio, no ha podido tener aplicación en el
presente juicio como norma para decidir la litis, sino como mera
ilustración del fallo.
En definitiva para la CS en este caso simplemente el testador dispuso
por acto testamentario de solo una parte de sus bienes, y en el
remanente ajeno a sus disposiciones testamentarias, se sucede conforme
a la sucesión intestada a virtud de lo dispuesto en el artículo 952 y
980 del CC. Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección Primera, tomo n° 36, año
1939, páginas 552 a 560.
e) En materia de sucesión testamentada. Christian Augusto Zamorano
Zamorano interpuso acción de petición de herencia en contra de don
Ismael Alonso Cabezas Meza y de don Guillermo Cabezas Meza. La demanda
se funda en que los demandados, con conocimiento de la existencia de
un testamento otorgado por doña Victoria Cabeza, fallecida de soltera
y sin descendientes, a favor de la actora, se atribuyeron la calidad
de únicos herederos abintestato. Y en dicha calidad tramitaron y
obtuvieron del 13° JLC de Santiago, el nombramiento de herederos
abintestato de la causante Victoria Cabezas Meza, habiéndose
practicado la respectiva inscripción del auto de posesión efectiva y
una especial de herencia correspondiente al bien raíz ubicado en
departamento n° 2 ó 1102 del piso 11 de la Torre 3° del Conjunto
Residencial Apoquindo, Avenida Apoquindo n° 7850 de la Comuna de Las
Condes, con el consiguiente perjuicio para la actora. Los demandados
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en el escrito de contestación, interpusieron demanda reconvencional de


nulidad de testamento, invocando falta de requisitos y solemnidades
esenciales exigidas para su validez, y falta de comparecencia y
voluntad de la testadora en el acto testamentario. La sentencia
apelada desestimó la causal de nulidad del testamento, relativo a la
falta de comparecencia y voluntad de la testadora; pero acogió la
demanda reconvencional y decretó la nulidad del testamento “sub lite”,
basándose en que consta en el tenor literal de la copia autorizada del
testamento solemne abierto, acompañado en autos, que dos testigos
tenían su domicilio en una Comuna distinta a la indicada en el
testamento. Por ello el Tribunal “a quo” rechazó la demanda de
petición de herencia, por faltar a las formalidades que debe sujetarse
en relación al artículo 1012 inciso final del CC, que exige
perentoriamente que a lo menos dos testigos, que concurren al acto del
testamento, deben estar domiciliados en la comuna o agrupación de
comunas en que se otorgue. La parte demandante interpone recurso de
apelación, en contra de la sentencia definitiva que acoge la demanda
reconvencional deducida por los demandados. El fundamento del recurso
es que el testamento cumple todos los requisitos de forma y fondo y la
omisión de los requisitos del inciso final del artículo 1012 citado,
no acarrea la nulidad absoluta del testamento, en cuanto la solemnidad
que exige el artículo 1011 del CC, que es la escrituración, se ha
cumplido. Con respecto a las inhabilidades de los testigos, ello no es
efectivo, ya que ellos son hábiles y además tienen su domicilio dentro
del territorio de la competencia del Notario donde se otorgó el
testamento. La CA de Santiago resuelve que, el hecho de haberse
consignado en el testamento materia de autos un domicilio fuera de los
límites territoriales del competente escribano ante el que se otorgó,
no es solemnidad establecida por la ley en atención a la naturaleza
del acto; sino que otro requisito cuya omisión no acarrea la nulidad
del acto y que es una cuestión de hecho que puede ser probada en el
transcurso del juicio, como ha sucedido en autos y en consecuencia el
testamento es totalmente válido porque se otorgó con todas las
solemnidades y requisitos que la ley exige. Por lo anterior, se
rechaza en todas sus partes la demanda reconvencional, y en
consecuencia se declara la validez del testamento sub lite, que se
acoge la acción de petición de herencia, deducida en lo principal, por
el actor don Christian Augusto Zamorano Zamorano y se declara su
calidad de heredero testamentario de la causante doña Victoria Cabezas
Meza y deja sin efecto el auto de posesión efectiva de herencia, de
fecha 3 de noviembre de 1995. Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección
Segunda, tomo n° XCVI, año 1999, páginas 117 a 121.
f) En materia de sucesión testamentada: testamento verbal. Don Miguel
Caimanque Poblete, en representación de Verónica Lourdes Caimanque
Encina, interpuso recurso de casación en el fondo en contra de la
sentencia de segunda instancia dictada por la CA de Copiapó. Dicha
sentencia había confirmado la sentencia de primer grado, no dando
lugar a poner por escrito un testamento verbal y declaró sin efecto
del testamento acompañado por la demandante. La CS casó la sentencia
de la CA, resolviendo que los artículos 1033 y 1034 del CC se refieren
a los requisitos específicos del testamento verbal, expresando que
debe ser presenciado a lo menos por tres testigos y además, el
testador debe hacer de viva voz sus declaraciones y disposiciones, de
manera que todos lo vean, oigan y entiendan. Ambas circunstancias se
encuentran acreditadas en autos. A su vez, en cuanto a los requisitos
exigidos por el artículo 1035 del CC, relativos a que el testamento
verbal no tendrá lugar sino en los casos de peligro inminente de la
vida del testador y que parezca no haber modo o tiempo de otorgar
testamento solemne, dichos requisitos también se cumplen. La sentencia
de la CS falla que, por estas consideraciones y visto además lo
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dispuesto en los artículos 1030, 1032, 1033, 1034, 1035, 1037, 1038 y
1039 del CC y 786 y 870 del CPC, se revoca la sentencia apelada y se
da lugar a la demanda. En consecuencia, la sentencia resuelve que,
habiéndose observado las solemnidades prescritas por las disposiciones
legales citadas y que de los antecedentes y testimonios e
informaciones rendidos, aparece claramente manifestada la última
voluntad de la causante. Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección Primera,
tomo n° XCV, año 1998, páginas 45 a 48.
g) En materia de levantamiento de testamento verbal o determinación
del “peligro inminente”.
Se presenta un recurso de casación en el fondo contra una sentencia,
que confirmó un fallo de primera instancia, de la CA de Copiapó. La
sentencia de la CS acogió la demanda y corrigió el fallo de la CA. La
demandante solicita poner por escrito un testamento verbal. La CS
acoge el recurso por cuanto las sentencias de primera y segunda
instancia no se pronuncian sobre lo solicitado. En cuanto a los
aspectos civiles del recurso la CS resolvió que las circunstancias
señaladas en los artículos 1033 y 1034 del CC se habían acreditado y
que no corresponde aplicar el artículo 1035 del CC. Por ende se debía
acceder a la demanda de levantar un testamento verbal. De este modo la
CS establece en sus considerandos 2º, 3º y 6º:
“2º) Que está también debidamente establecido que la salud de doña
Adelaida Cantillana, a la fecha de otorgamiento del testamento -15 de
febrero de 1997- se hallaba seriamente quebrantada, lo que se ve
corroborado por el hecho de que falleció el 18 de febrero de 1997,
esto es, apenas 3 días después, a causa de un tromboembolismo
pulmonar, padeciendo también de una fractura de pelvis, antecedentes
que se consignan en el certificado de defunción acompañado a fojas 1,
no objetado. 3º) Que los artículos 1033 y 1034 del CC se refieren a
los requisitos específicos del testamento verbal, expresando que debe
ser presenciado a lo menos por tres testigos y además, el testador
debe hacer de viva voz sus declaraciones y disposiciones, de manera
que todos lo vean, oigan y entiendan. Ambas circunstancias –como se ha
expresado- se encuentran acreditadas en autos, pues declararon 3
testigos en el proceso, cuyos testimonios no fueron desvirtuados,
quienes manifestaron que estuvieron presentes en forma continua e
ininterrumpida en el acto de otorgamiento del testamento y vieron,
escucharon y entendieron los dichos de la testadora, quien se expresó
de viva voz y aparecía estar en su sano juicio.
6º Que, en lo referente al aspecto subjetivo del concepto, cabe tener
presente que la inmediatez del peligro lleva consigo la propia
percepción de la situación externa de salud tenga el testador,
convicción íntima que lo lleva a expresar su voluntad y disponer de
sus bienes en forma rápida y efectiva, y también la percepción que
sobre este punto tengan postestigos instrumentales fundada en
antecedentes concretos y determinados como son en el caso de la
causante, su avanzada edad y su deteriorado estado de salud.
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 1030,
1032, 1033, 1034, 1035, 1037, 1038 y 1039 del CC y 786 y 870 del CPC,
se revoca la sentencia apelada…”.
La CS entonces acoge el recurso de casación en el fondo en
consideración a que, claramente de la última voluntad del causante, se
desprendería el peligro inminente para la vida del testador. Y ello a
pesar que el artículo 1035 del CC recurre para la determinación del
“peligro inminente” a una concepción tanto objetiva como subjetiva.
En relación al límite objetivo, el artículo 1036 del CC señala un
plazo de validez del testamento para el caso que el testador no
falleciere. En lo referente al aspecto subjetivo, cabe tener presente
que la inmediatez del peligro lleva consigo la propia percepción de la
situación externa de salud que tenga el testador, convicción íntima
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que lo lleva a expresar su voluntad y disponer de sus bienes en forma


rápida y efectiva y también la percepción que sobre este punto tengan
los testigos instrumentales fundada en antecedentes concretos y
determinantes como pueden ser lo avanzado de la edad y el deterioro
del estado de salud del testador. Vid. RDJ, segunda parte, sección
primera, tomo nº XCV, nº 2, 1998, páginas 45 a 48.

Guía nº 6 sobre interpretación del testamento y formas de suceder.

Material obligatorio:
 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio Tomo I,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1998, nº 334 a 345, páginas 359 a 380.
 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo I,
Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, nº 173 a 290,
páginas 173 a 235.

Analice y conteste las siguientes preguntas:


1. Señale si en la interpretación del testamento se puede recurrir a
las reglas de interpretación de los contratos o la ley.
2. Explique el principio lógico y sistemático, y la prueba intrínseca
y extrínseca en cuanto a la prueba del testamento.
3. En materia de prueba del testamento haga un listado de reservas a
la prueba extrínseca e indique si, de alguna norma del Código Civil,
es posible desprender este principio.
4. En una República de la ex Unión Soviética el señor Pérez, que tiene
importantes bienes en Chile, decide testar en forma ológrafa. Señale
qué testamento ológrafo, otorgado válidamente en el extranjero, tiene
valor en Chile.
5. A pesar que un testamento abierto es leído a viva voz, en presencia
del testador, testigos y escribano, no se deja constancia de ello;
señale las consecuencias de dicha omisión. También indique las
consecuencias de omitir la indicación de la hora por el Notario en el
otorgamiento del testamento. Finalmente, señale si es válido el
testamento cerrado escrito por el testador, pero no firmado.
6. Una clienta suya desea testar, a favor de un nieto, pero no quiere
que su familia se entere, por lo cual le pregunta de qué forma debe
testar. Indique de qué forma le conviene testar, pero señale los
inconvenientes que se pueden producir respecto del levantamiento del
testamento (ya fallecida su clienta).
7. Un testamento verbal se otorga ante seis testigos, si se presentan
ante el Juez sólo tres de los testigos para los efectos de los
artículos 1037 y 1038 del CC, ¿dicho testamento es nulo o válido?
8. Señale si puede testar un sordomudo que puede darse a entender por
signos.
9. ¿Es válido el testamento cerrado o secreto solamente escrito por el
testador?

ESQUEMA SOBRE SUCESIÓN TESTAMENTARIA:

1. Requisitos del testamento:


a. Requisitos internos:
i. Capacidad para testar. (i) El impúber. (ii) El que se hallare bajo
interdicción por causa de demencia. (iii) El que actualmente no
estuviere en su sano juicio por ebriedad u otra causa. (iv) Todo el
que no pudiere expresar su voluntad claramente.
ii. Voluntad exenta de vicios: (i) el error (error en la identidad del
asignatario, error de hecho y error en los motivos), (ii) la fuerza,
(iii) el dolo (iv) la lesión enorme en la repudiación.
b. Requisitos externos o solemnidades del testamento, o sea las
formas que exige el testamento para poder producir efectos jurídicos.
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c. Requisitos específicos de las disposiciones testamentarias.

(i) T abierto,
público o
nuncupativo
(otorgado ante
funcionario
público
competente y
tres testigos
o ante cinco
testigos).
i. T otorgado
en Chile.
(ii) T cerrado
o secreto
(ante
funcionario
competente y
tres
testigos).

a. T
(más) solemne

(i) T otorgado
en país
extranjero
conforme a la
ley extranjera.
ii. T
otorgado en el
extranjero.
(ii) T otorgado
en país
extranjero
conforme a la
ley chilena.

2. Clasificación
Del testamento
(T) en torno
a las
formalidades
que debe
cumplir.

i. T verbal
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b. Testamentos privilegiados. ii. T militar.


iii. T marítimo

3. Ineficacia del testamento:


a. La nulidad del testamento.
b. La declaración de incapacidad o indignidad respecto de todos los
asignatarios testamentarios.
c. La caducidad, como sucede en el testamento privilegiado.
d. La acción de reforma de testamento.
e. La revocación del testamento.

CAPÍTULO VI: CLASIFICACIÓN DE LAS ASIGNACIONES TESTAMENTARIAS.

Análisis bibliográfico: ALBALADEJO, Manuel, Curso de Derecho Civil V derecho de


sucesiones, 1994, páginas 281 a 338. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA,
Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II, 1998, páginas 735 a 852. ELORRIAGA, Fabián, Derecho
Sucesorio, 2005, páginas 269 a 337. LLEDÓ, Francisco (director), Compendio de Derecho.
Sucesiones Civil, 1998, páginas 207 a 237 MEZA BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por
causa de muerte y donaciones entre vivos, 2000, páginas 164 a 204. O’CALLAGHAN, Xavier,
Compendio de Derecho Civil, Tomo V Derecho de sucesiones, 1993, páginas 271 a 291. PUIG,
José, Compendio de derecho Civil, volumen IV Derecho de familia y derecho de sucesiones,
1991, páginas 419 a 444. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo, Instituciones de Derecho Sucesorio, de
los cinco tipos de sucesión en el Código Civil chileno, Volumen I, 2006, páginas 149 a
236. ROZAS, Fernando, ALLENDE, Francisco, ASTABURUAGA, Matías, DIAZ DE VALDÉS, Juan,
Sucesión por causa de muertes: historia, textos, jurisprudencia y comentarios, 1985,
páginas 250 a 424. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René, Derecho Sucesorio, Tomo
I, 2005, páginas 261 a 325. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio, 2007, páginas 109 a
113.

1171. Clasificación de las asignaciones testamentarias.


Las asignaciones testamentarias pueden ser clasificadas de distinta
manera:
a) Las asignaciones testamentarias, según si producen sus efectos
inmediatamente al fallecimiento del causante o quedan deferidos,
pueden ser de las siguientes clases:
i) Asignaciones puras y simples son las que producen sus efectos a la
muerte del causante.
ii) Asignaciones sujetas a modalidad son las que difieren los efectos
de la asignación conforme a un plazo, condición o modo.
b) Las asignaciones testamentarias, según si se sucede en una parte de
la herencia o en bienes determinados, pueden ser:
i) Asignaciones a título universal o herencia.
ii) Asignaciones a título singular o legados.
c) Las asignaciones testamentarias, según si son supletorias a la
voluntad del testador, pueden ser de las siguientes clases:
i) Las asignaciones forzosas son las que el testador está obligado a
hacer o que éstas serán suplidas por disposición expresa de la ley.
ii) Las asignaciones voluntarias son las que nacen de la sola voluntad
del testador. Las segundas son una manifestación de la libertad para
testar. Las primeras el testador está obligado a hacerlas y en caso de
no preverlas o contradecirlas, el legislador las suple aún en
perjuicio de sus disposiciones expresas.
A continuación se desarrollarán estas clasificaciones.

1172. LAS ASIGNACIONES SUJETAS A MODALIDAD.


Las asignaciones sujetas a modalidad pueden estar sujetas a una
condición, plazo o modo. A continuación se analizarán las modalidades
en las asignaciones sujetas a modalidad de forma breve. En torno a las
asignaciones sujetas a plazo me remito a lo señalado en las
obligaciones.
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1173. ASIGNACIONES CONDICIONALES.


A las asignaciones condicionales se refiere el artículo 1070 del CC.
De este modo el artículo 1070.2º del CC establece que “asignación
condicional es, en el testamento, aquella que depende de una
condición, esto es, de un suceso futuro e incierto, de manera que
según la intención del testador no valga la asignación si el suceso
positivo no acaece o si acaece el negativo”.

1174. Regulación de las asignaciones condicionales.


En materia de asignaciones condicionales se aplican tres tipos de
disposiciones:
a) Las normas contenidas en el Párrafo 2°, del Título IV del Libro
III, denominado “De las Asignaciones Testamentarias Condicionales”.
b) Las disposiciones que contienen el Título IV, del Libro III,
denominada “De las Obligaciones Condicionales y Modales”.
c) Las normas que establece el Título VII del Libro II, a raíz de la
propiedad fiduciaria se aplican también a esta materia, conforme al
artículo 1079 del CC, que dispone que “las disposiciones condicionales
que establecen fideicomisos y conceden una propiedad fiduciaria, se
reglan por el título De la propiedad fiduciaria”.

1175. Algunas particularidades de la condición en las asignaciones


testamentarias:
a) Uno de los elementos de la esencia de las condiciones es que ellas
se refieren a un hecho futuro.
La futuridad de la condición está establecida en forma expresa en el
artículo 1070.2º del CC. Sin embargo, el hecho del que pende la
condición puede ser presente o pasado en los términos señalados en
los artículos 1071 y 1072 del CC. Las reglas que establecen las normas
precedentes, para los hechos presentes o pasados, son las siguientes:
i) Si el hecho presente o pasado existe o ha existido, la condición se
mira como no escrita, es decir, la asignación es pura y simple
(artículo 1071.1º, primera parte, del CC).
ii) Si el hecho no existe o no ha existido, no vale la disposición
(artículo 1071.1º, segunda parte, del CC).
iii) Si el hecho que se indica como una condición es realmente futuro
al tiempo de otorgarse el testamento; pero se cumplió en vida del
testador, debe hacerse la siguiente distinción (artículo 1072 del CC):
(i) Si el testador supo que había ocurrido el hecho se debe distinguir
si éste admite o no repetición. Si la admite, se presumirá que el
testador exige repetición, si no se mirará la condición como cumplida.
(ii) Si el testador no supo que había ocurrido el hecho, éste se
mirará como cumplido, cualquiera sea su naturaleza, admita o no
repetición.
b) También hay algunas condiciones especiales, como la condición de no
impugnar preceptuada en el artículo 1073 del CC. En esta norma se
establece que “[l]a condición de no impugnar el testamento, impuesta a
un asignatario, no se extiende a las demandas de nulidad por algún
defecto en su forma”.
Esta disposición no se extiende a la demanda de nulidad por algún
defecto de forma.
También el Código Civil se refiere a la condición de no contraer
matrimonio en los artículos 1074 a 1077. Los artículos 1074 y 1075 del
CC determinan que, por regla general, se tendrán por no escritas las
condiciones impuestas al asignatario de no contraer matrimonio o
permanecer en estado de viudez. Sin embargo, esta regla general tiene
las siguientes excepciones:
i) Se puede establecer como condición que un menor no contraiga
matrimonio (artículo 1074 del CC).
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ii) No se puede imponer la exigencia de permanecer en estado de


viudedad, a menos que el asignatario tenga uno o más hijos del
anterior matrimonio al tiempo de deferírsele la asignación.
iii) Se puede proveer a la subsistencia de una persona mientras
permanezca soltera o viuda dejándole por este tiempo un derecho de
usufructo, uso o habitación o una pensión periódica (artículo 1076 del
CC).
iv) La condición de no casarse con una persona determinada es válida
(artículo 1077 del CC).
v) También es válida la condición de abrazar un estado o profesión
cualquiera aunque sea incompatible con el estado de matrimonio, como
el estado religioso.

1176. Asignaciones condicionales resolutorias y suspensivas.


Las asignaciones condicionales pueden ser resolutorias o suspensivas,
según la naturaleza de la condición a que estén sujetas -artículos
1479 y 1079, relacionados con el artículo 1078.1º, todos del CC-. La
asignación condicional suspensiva es aquella en que está en suspenso
la adquisición de la cosa asignada y el asignatario no tiene otro
derecho que el solicitar medidas precautorias o conservativas,
conforme al artículo 1078.1º del CC.

1177. Algunos aspectos propios de la asignación condicional


suspensiva:
a) La condición suspensiva pendiente suspende la adquisición de la
cosa asignada (artículo 1078.1º del CC). Esta regla produce como
efecto que la asignación debe existir al tiempo de cumplirse la
condición (artículo 1062 del CC); que la delación de la asignación se
produce al cumplirse la condición (artículo 956 del CC) o que de
fallecer el asignatario condicional suspensivo, antes de cumplirse la
condición, nada transmite a sus herederos (artículo 1078.2º del CC).
b) Cumplida la condición nace el derecho para el asignatario
condicional adquiriendo éste la cosa asignada (artículo 1078.3º del
CC).
c) Si la condición suspensiva falla se extingue la mera expectativa
del asignatario y por consiguiente si el asignatario hubiere
solicitado alguna medida conservativa o precautoria ella debe alzarse.

1178. Asignación condicional resolutoria.


La asignación condicional resolutoria es aquella en virtud de la cual
verificada la condición se extingue la asignación.

1179. Efectos de la asignación condicional resolutoria:


a) La condición resolutoria cuando está pendiente coloca al
asignatario condicional en calidad de dueño de los bienes dejados en
condición. En consecuencia, el asignatario puede ejercer su derecho de
dominio como si fuera propietario puro y simple.
b) Si falla la condición el dominio sujeto a condición se consolida y
el asignatario pasa a ser puro y simple.
c) Si la condición se cumple el asignatario pierde la asignación, y
ésta se extingue (artículos 1487, 1488, 1490 y 1491 del CC).
El asignatario debe restituir lo que recibió, pero conserva los frutos
salvo que la ley o el testador hayan dispuesto otra cosa. Las
enajenaciones que haya efectuado quedan sin efecto, de acuerdo a las
distintas situaciones a que dan lugar los artículos 1490 y 1490 del CC
(se distinguirá si el bien asignado es mueble o inmueble)522.

522 Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Lecciones de Derecho Civil Chileno, de la


Teoría de las Obligaciones, Tomo III, Editorial Jurídica de Chile, nº 123,
página 75.
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1180. Reglas para determinar en qué caso las asignaciones a día deben
considerarse como un plazo o una condición.
Será relevante, respecto de las asignaciones a día, el que se las
pueda calificar como plazo o condición, ya que el estatuto regulatorio
de cada una de estas modalidades, como se vio, es distinto.
Estas asignaciones están reguladas en el Párrafo 3º, del Título IV del
Libro III, denominado “De las Asignaciones Testamentarias a Día”.
Señala, el artículo 1080 del CC, que las asignaciones testamentarias
pueden limitarse a “plazos o días” de que dependa el goce actual o la
extinción de un derecho; y ellas se sujetarán a las reglas dadas en el
Título De las Obligaciones a Plazo, con las excepciones que se indican
en la ley. Así, el plazo suspende el goce actual del derecho, es
decir, no exigibilidad. En este sentido el artículo 1080 del CC
establece que “[l]as asignaciones testamentarias pueden estar
limitadas a plazos o días de que dependa el goce actual o la extinción
de un derecho; y se sujetarán entonces a las reglas dadas en el título
De las obligaciones a plazo, con las explicaciones que siguen”.
De acuerdo con el artículo 1080 del CC se deben distinguir entre
asignaciones a plazo y bajo condición. En las asignaciones “a” o
“hasta día” son a plazo, ya que por regla general no existe
incertidumbre alguna, su carácter de cierto las diferencia de la
condición. En cambio, las asignaciones “desde día” llevan, por regla
general, envuelta la incertidumbre de si realmente el día llegará.
Sin perjuicio de lo anterior, las reglas precedentes tienen
excepciones. Las asignaciones “a día” excepcionalmente –por contener
una incertidumbre- pueden constituir una condición; y las “desde día”,
de forma excepcional, pueden ser un plazo.
Estas reglas no se analizarán en detalle, pero es posible resumirlas
de las siguientes formas:
a) Las asignaciones “desde tal día” son en la generalidad de los casos
condicionales, salvo que sean desde día cierto y determinado o desde
cierto e indeterminado, pero a favor de un establecimiento permanente,
en cuyo caso habrá certidumbre que el asignatario va a existir. La
asignación, en los dos casos precedentes, es a plazo.
b) Las asignaciones “hasta tal día” son por regla general
constitutivas de un plazo y ellas representan un usufructo a favor del
asignatario, salvo las asignaciones “hasta día incierto e
indeterminado” en las que existe una condición.

1181. ASIGNACIONES MODALES.


Estas asignaciones están reguladas en el Párrafo 3º del Título IV del
Libro III, denominado “De las Asignaciones Modales”.
La doctrina las define como la carga que se impone a quien se otorga
una liberalidad. En este sentido, el artículo 1089 del CC dispone que
“[s]i se asigna algo a una persona para que lo tenga por suyo con la
obligación de aplicarlo a un fin especial, como el de hacer ciertas
obras o sujetarse a ciertas cargas, esta aplicación es un modo y no
una condición suspensiva. El modo por consiguiente, no suspende la
adquisición de la cosa asignada”.
En la asignación modal concurren las siguientes tres personas:
a) El asignatario.
b) El beneficiado por el modo.
c) El testador.

1182. Características del modo:


a) El modo no es una condición suspensiva, por lo tanto, el
asignatario modal adquiere desde la delación de la asignación y por el
solo fallecimiento del causante la asignación (artículo 1091 del CC).
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b) La asignación modal es transmisible por regla general. De este modo


lo establece el artículo 1095 del CC al preceptuar que “[s]i el modo
consiste en un hecho tal, que para el fin que el testador se haya
propuesto sea indiferente la persona que lo ejecute, es transmisible a
los herederos del asignatario”.
c) El modo se extingue por prescripción extintiva ordinaria de cinco
años que se cuenta desde que la obligación se hizo exigible.

1183. Efectos del modo.


El beneficiario, en caso de incumplimiento del modo por el
asignatario, tendrá los siguientes derechos:
a) El beneficiario tiene el derecho de todo acreedor a exigir el
cumplimiento forzado.
b) El beneficiario, en principio, no tiene derecho a solicitar la
resolución de la asignación modal, salvo que se haya establecido una
cláusula resolutoria. En este sentido el artículo 1090 del CC dispone
que “[e]n las asignaciones modales se llama cláusula resolutoria la
que impone la obligación de restituir la cosa y los frutos, si no se
cumple el modo.
No se entenderá que envuelven cláusula resolutoria cuando el testador
no la expresa”.
La doctrina entiende que, a pesar que el legislador no ha establecido
nada al respecto, la resolución del modo puede ser solicitada por los
siguientes individuos:
i) El beneficiado por el modo.
ii) Los demás asignatarios, porque ellos pueden tener un interés en la
resolución de la asignación, ya que la asignación acrece a los demás
herederos (artículo 1096 del CC).

1184. Efectos de la resolución de la asignación modal.


El asignatario modal, producida la resolución de la asignación modal,
debe restituir la cosa y los frutos. En cuanto a la restitución de los
frutos se produce una diferencia con la condición resolutoria, porque
en ella no existe la obligación de restituirlos. En seguida, el
beneficiario tendrá derecho a exigir una suma de dinero proporcional
al objeto del modo y el resto de la asignación acrece a los demás
herederos, salvo que el testador haya dispuesto lo contrario. De este
modo el artículo 1096.1º del CC dispone que “[s]iempre que haya de
llevarse a efecto la cláusula resolutoria, se entregará a la persona
en cuyo favor se ha constituido el modo una suma proporcionada al
objeto, y el resto del valor de la cosa asignada acrecerá a la
herencia, si el testador no hubiere ordenado otra cosa”.
Además, el asignatario a quien se ha impuesto el modo queda excluido
del acrecimiento. En este sentido el artículo 1096.2º del CC establece
que “[e]l asignatario a quien se ha impuesto el modo no gozará del
beneficio que pudiera resultarle de la disposición precedente”.

1185. Forma de cumplimiento del modo.


El juez podrá determinar el tiempo y forma para cumplir el modo sólo
en la medida que el testador no lo haya determinado suficientemente.
Por ello el juez debe consultar en lo posible la voluntad de aquel y
dejar al asignatario modal un beneficio que ascienda por lo menos a la
quinta parte del valor de la cosa asignada. El artículo 1094 del CC
dispone al respecto que “[s]i el testador no determinare
suficientemente el tiempo o la forma especial en que ha de cumplirse
el modo, podrá el juez determinarlos, consultando en lo posible la
voluntad de aquél, y dejando al asignatario modal un beneficio que
ascienda por lo menos a la quinta parte del valor de la cosa
asignada”.
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El legislador ha señalado dos casos en que el asignatario modal puede


dejar de cumplir el modo:
a) La imposibilidad o ilicitud del modo.
A ella se refiere el artículo 1093 del CC al preceptuar que “[s]i el
modo es por su naturaleza imposible, o inductivo a hecho ilegal o
inmoral, o concebido en términos ininteligibles, no valdrá la
disposición.
Si el modo, sin hecho o culpa del asignatario, es solamente imposible
en la forma especial prescrita por el testador, podrá cumplirse en
otra análoga que no altere la sustancia de la disposición, y que en
este concepto sea aprobada por el juez con citación de los
interesados.
Si el modo, sin hecho o culpa del asignatario, se hace enteramente
imposible, subsistirá la asignación sin el gravamen”.
b) El modo va en beneficio del propio asignatario modal. En este
sentido el artículo 1092 del CC dispone que “[s]i el modo es en
beneficio del asignatario exclusivamente, no impone obligación alguna,
salvo que lleve cláusula resolutoria”.

1186. ASIGNACIONES A TÍTULO UNIVERSAL O SINGULAR.


A continuación se desarrollará, con algún detalle, la clasificación de
los asignatarios en: a título universal y singular.

1187. Asignaciones a título universal o herencia.


Las asignaciones a título universal o herencia están reguladas en el
Párrafo 5º, denominado “De las Asignaciones a Título Universal”, del
Título IV del Libro III del CC (artículos 1097 a 1103).
Las asignaciones y los sucesores pueden ser a título universal o de
heredero o a título singular, es decir, particular o legatario. A
continuación se analizarán las asignaciones y los asignatarios a
título universal o de heredero.
La asignación a título universal es aquella en que se deja al
asignatario la totalidad de los bienes del causante o una cuota de
ellos. Esta definición también se puede aplicar al asignatario a
título universal o heredero, que es al que se le deja la totalidad de
los bienes del causante o una cuota de ellos. El heredero recibe todos
los derechos y se hace cargo de todas las obligaciones transmisibles
del causante.

1188. Características de la asignación a título universal.


Estas características se pueden aplicar a las asignaciones a título
universal o herencia o al asignatario universal o heredero y son las
siguientes:
a) Pueden ser testamentarias o “abintestato”, según si el título para
suceder es el testamento o la ley.
b) Los herederos adquieren la herencia por sucesión por causa de
muerte, es decir, por la muerte del causante, salvo que haya una
condición suspensiva en cuyo caso se adquiere la asignación cuando se
cumple la condición.
c) Los herederos pueden adquirir la herencia personalmente o
indirectamente a través de la transmisión o representación.
d) Los herederos gozan de las siguientes acciones:
i) La acción de petición de herencia (artículo 1264 del CC).
ii) La acción de reforma de testamento (artículo 1216 del CC), puede
ser entablada para protección de las asignaciones forzosas.
e) Los herederos a falta de disposición expresa del testador deben
ejecutar las disposiciones testamentarias en calidad del albacea
(artículo 1271 del CC).
f) Si existen varios herederos se forma una indivisión hereditaria.
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g) Los herederos representan la persona del causante, le suceden en


todos sus derechos y obligaciones transmisibles (artículo 1097 del
CC).

1189. Clasificación de los asignatarios a título universal o


herederos:
A. Los herederos pueden ser de cuota, universales y del remanente,
según como concurren a la masa hereditaria.
1. Los herederos universales son los llamados a la herencia sin
determinación de cuota.
Es un elemento de la esencia, el que los herederos universales sean
llamados sin designación de cuota. Así se desprende del artículos
1098.1º del CC que establece que “[e]l asignatario que ha sido llamado
a la sucesión en términos generales que no designan cuotas, como <<Sea
Fulano mi heredero>>, o <<Dejo mis bienes a Fulano>>, es heredero
universal”. El que estos herederos sean llamados sin designación de
cuota no quiere decir que necesariamente deba haber un solo heredero
universal. Si los herederos universales son varios, la herencia se
divide entre ellos por partes iguales o conforme a la parte que en
ella les corresponda.
En caso que el testador haya establecido varios herederos de cuota y
uno universal, a éste le va a corresponder la parte de la herencia que
falta para completar la unidad (artículo 1098.2º del CC).
2. Los herederos de cuota son aquellos a quienes se les asigna una
cuota determinada de la herencia. Lo que los caracteriza es que su
cuota se determina en el llamamiento que hace el testador. Por
ejemplo, dejo 1/4 a Pedro y 3/4 a María.
La importancia de calificar a un heredero de universal o de cuota es
para los efectos del acrecimiento, que sólo opera respecto de los
universales, o sea sin designación de cuota.
3. Herederos del remanente.
A la clasificación precedente de herederos universales y de cuota se
agrega una tercera clase de herederos, los del remanente, que a su vez
pueden ser universales o de cuota.
Los herederos del remanente son los llamados por el testador o por la
ley a lo que queda después de efectuadas las disposiciones
testamentarias.
El heredero del remanente no es una categoría distinta al heredero
universal o de cuota, por cuanto el heredero de remanente puede ser
universal o de cuota, dependiendo de la forma en que son llamados.
También el heredero del remanente puede ser testamentario o
“abintestato”.
El heredero del remanente será universal si el testador, en el
testamento, sólo ha instituido legados. En cambio, serán de cuota, si
en el testamento se han establecido otros herederos de cuota.
Combinando estas clasificaciones se obtienen las siguientes categorías
de herederos de remanente:
a) Heredero del remanente testamentario-universal. Este heredero se
presenta cuando el testador sólo ha instituido legados en su
testamento y dispone también del remanente de sus bienes (artículo
1099 del CC).
b) Heredero del remanente testamentario y de cuota. El heredero del
remanente es testamentario y de cuota cuando el testador, en el
testamento, ha instituido asignaciones de cuota y remanente. En este
caso, el heredero de remanente se entiende instituido heredero en la
cuota que falta para completar la unidad (artículo 1099 del CC).
c) Heredero del remanente “abintestato”-universal. El heredero del
remanente es “abintestato” y universal cuando en el testamento sólo
hay asignaciones a título singular y el testador nada señala sobre el
resto de sus bienes. En este sentido el testador sólo instituyó
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legatarios, pero no dispuso del resto de la herencia. En este caso,


los herederos “abintestato” son herederos universales de remanente
(artículo 1100 del CC).
d) Heredero del remanente “abintestato” y de cuota. Éstos se presentan
cuando, en el testamento, sólo se designan herederos de cuota y las
cuotas designadas en el testamento no alcanzan a completar la unidad.
En la cuota que falta son llamados los herederos “abintestato” que
para estos efectos son herederos de remanente y de cuota.
B. Los herederos pueden ser forzosos y voluntarios, según si son
llamados de forma vinculante por la ley o libremente por el testador.
a) Los herederos forzosos son aquellos cuyos derechos hereditarios el
testador está obligado a respetar y que en caso de no hacerlo la ley
arbitra los medios para obtener el cumplimiento de lo que a éstos
corresponda.
b) Los herederos voluntarios son aquellos que el testador instituye
libremente pudiendo elegirlos a su arbitrio. Frecuentemente se
confunde a los herederos forzosos con los herederos “abintestato”, los
herederos forzosos constituyen un concepto distinto al de los
herederos “abintestato”. Los herederos “abintestato” no siempre son
herederos forzosos. El término heredero “abintestato” es más amplio
que el heredero forzoso, pues incluye en él personas que no son
herederos forzosos. Así existe, entre ambos asignatarios, una relación
de género a especie. El heredero “abintestato” es el género y forzoso
es la especie, como se desprende del artículo 983 del CC.

1190. Análisis de lo que sucede en caso que el testador efectúe


asignaciones de cuota que completan o excedan la unidad y se designen
otros herederos.
En este supuesto debe hacerse la siguiente distinción:
a) Si los herederos son de remanente y universales, los herederos del
remanente nada llevarán en la herencia. Por ejemplo, si se deja 1/4 a
Pedro y 3/4 a María y el resto a Juan, entonces éste no lleva nada.
b) Si el heredero es universal no queda excluido de la herencia523. Los
artículos 1101 y 1102 del CC regulan esta materia en los siguientes
términos:
“Artículo 1101. Si las cuotas designadas en el testamento completan o
exceden la unidad, en tal caso el heredero universal se entenderá
instituido en una cuota cuyo numerador sea la unidad y el denominador
el número total de herederos; a menos que sea instituido como heredero
del remanente, pues entonces nada tendrá.
Artículo 1102. Reducidas las cuotas a un común denominador, inclusas
las computadas según el artículo precedente, se representará la
herencia por la suma de los numeradores, y la cuota efectiva de cada
heredero por su numerador respectivo”.

1191. ASIGNACIONES A TÍTULO SINGULAR.


El artículo 951.3º del CC dispone que la asignación es a título
singular cuando se sucede en una o más especies o cuerpo cierto, como
tal caballo o tal casa, o en una o más especies indeterminadas de
cierto género, como un caballo, tres vacas, cuarenta fanegas de trigo.
En este sentido la norma precedente establece que “[e]l título es
singular cuando se sucede en una o más especies o cuerpos ciertos como
tal caballo, tal casa; o en una o más especies indeterminadas de
cierto género, como un caballo, tres vacas, seiscientos pesos fuertes,
cuarenta fanegas de trigo”.

523 Ver ejemplo en SOMARRIVA. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René


ABELIUK), Derecho Sucesorio, Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial
Jurídica de Chile, 2003, páginas 279-280.
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Los asignatarios a título singular son legatarios y las asignaciones a


título singular son legados.

1192. Personas que intervienen en el legado.


En el legado interviene el testador, el legatario, el encargado de la
ejecución del legado que puede ser un heredero o legatario, e incluso
un tercero.

1193. Características del legado:


a) Los legatarios no representan a la persona del causante (artículo
1104 del CC).
b) Los legatarios suceden en bienes determinados y no en la
universalidad jurídica.
c) Los legados pueden adquirirse por transmisión, conforme se
desprende del artículo 957 del CC.
d) Los legados siempre se constituyen por testamento.
Las consecuencias de ello son las siguientes:
i) Los legados son por regla general deudas testamentarias, ya que el
causante no las tenía en vida524 y se suelen pagar contra la masa
hereditaria o el patrimonio de un heredero.
ii) Por ser asignaciones testamentarias, tanto los legatarios como el
testador, deben cumplir con los requisitos que se exigen para ser
asignatario y para testar, respectivamente. El legatario debe ser
capaz de adquirir y el testador capaz de testar525.
d) Es un acto jurídico gratuito.
e) El legatario tiene una responsabilidad subsidiaria con relación a
los herederos (artículo 1104.2º del CC).

1194. Diferencias entre el legatario y el heredero.


Las principales diferencias entre el legatario y el heredero son las
siguientes:
a) El heredero sucede siempre por causa de muerte. El legatario
puede suceder por causa de muerte, en el legado de especie o cuerpo
cierto, o por tradición en los legados de género y de especie o cuerpo
cierto en que se encomienda a un tercero transferir al legatario.
b) El heredero como el legatario de especie o cuerpo cierto, como
consecuencia de lo anterior, adquieren la posesión legal de la
herencia desde el fallecimiento del causante o testador (artículo
722.1º del CC) y los legados de género y de especie o cuerpo cierto,
que se encomienda a un tercero transferir al legatario, sólo se
adquieren desde la tradición.
c) Sólo los herederos pueden solicitar la posesión efectiva, los
legatarios no pueden hacerlo.
d) La acción de petición de herencia sólo corresponde a los
herederos –excluyéndose al heredero condicional- y la acción de
reforma de testamento sólo puede ser entablada por los legitimarios,
ambas acciones excluyen como sujeto activo al legatario.
e) Los herederos representan a la persona del causante y le suceden
en todas sus obligaciones y derechos transmisibles –tanto respecto de
las deudas y cargas testamentarias como de las hereditarias-. En
cambio los legatarios no representan al causante, son acreedores
testamentarios, y sólo tienen responsabilidad subsidiaria en torno a
las deudas hereditarias, además de las cargas “expresamente” impuestas
por el testador.

524 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo
II, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, página 736.
525 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo
II, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, página 737.
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1195. Clasificación de los legados.


La gran distinción que se debe efectuar respecto del estatuto jurídico
que se les aplica a los legados, es si ellos son, por una parte, de
especie o cuerpo cierto o, por la otra, de género.
a) Legado de especie o cuerpo cierto.
El legatario de una especie o cuerpo cierto adquiere el bien legado
por el solo fallecimiento del causante (artículo 1118 del CC). El
hecho que el legatario sea dueño de la especie legada desde el
fallecimiento trae aparejadas las siguientes consecuencias:
i) El legatario, ante la negativa de los herederos a efectuar la
entrega de la especie legada, puede reclamarla entablando la acción
reivindicatoria. Ello se debe a que el heredero es un propietario
desprovisto de posesión y por tanto, intenta su acción contra el
poseedor no dueño.
ii) El derecho del legatario a la especie legada, como consecuencia de
lo anterior, se extingue cuando el bien legado haya sido adquirido por
prescripción adquisitiva por un tercero. De este modo el legatario, de
perder el dominio, ya no podrá ejercer la acción reivindicatoria.
b) Legado de género.
La situación del legado de género es la opuesta al legado de especie o
cuerpo cierto. El legado de género presenta las siguientes
características:
i) El legatario no adquiere ninguna especie o cuerpo cierto, ni
derecho real, sino solamente un derecho personal o de crédito contra
los herederos o la persona encargada de la ejecución del testamento o
el cumplimiento del legado.
ii) El derecho de dominio sobre el género legado no se adquiere por
sucesión por causa de muerte, sino por la tradición que deben hacer
los herederos o las personas encargadas de dar cumplimiento al legado.

1196. LEGADOS ESPECIALES O PARTICULARES.


Para algunos autores debe distinguirse entre casos de interpretación
de la voluntad del testador y legados especiales. A continuación se
analizarán las reglas de interpretación de los legados y los
denominados legados especiales.
Se entiende que son reglas de interpretación las que regulan los
legados de cosa indivisa (artículo 1110 del CC); de un bien de la
sociedad conyugal (artículo 1743 del CC); de un bien que no estaba en
poder del causante (artículo 1118 del CC); de cosa fungible o de
cantidad (artículo 1112 del CC); de especie indeterminada (artículo
1114 del CC); de cosa que el testador cree tener (artículo 1116 del
CC); de especie a elección del legatario, de un heredero o de tercero
(artículo 1117 del CC); de un predio (artículos 1119 y 1120 del CC) y
una serie de normas que se ocupan de legados especiales de cosas
muebles (artículos 1121, 1122 y 1123 del CC).
A su vez, se ha entendido que son legados especiales, los legados de
cosa no indivisa a varias personas (artículos 1097 y siguientes del
CC); de una cosa gravada con prenda o hipoteca (artículo 1125 del CC);
con cláusula de no enajenar (artículo 1126 del CC); de cosa ajena
(artículo 1107); de crédito (artículo 1127.2º del CC); de condonación
(artículos 1129 y 1130 del CC); de confesión de deuda (artículos 1132
y 1133 del CC); efectuado a un acreedor (artículo 1131 del CC) y de
pensión de alimentos (artículos 959.1º, n° 4 y 1134 del CC).
No es del caso tratar estas normas, sin perjuicio de lo cual me
detendré en el legado de cosa ajena.

1197. Legado de cosa ajena.


La mayoría de la doctrina y jurisprudencia acepta que se puedan
celebrar actos jurídicos sobre cosa ajena, sin perjuicio del derecho
del verdadero dueño de la cosa. Así se desprende de los artículos 1815
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y 1818 y de la interpretación que se ha sostenido de los artículos


672 y 673.2º, todos del CC526.
En el Derecho sucesorio la regla general es la inversa, es decir, el
legado de cosa ajena en principio es nulo, salvo que acontezcan
ciertas circunstancias. Ello se establece expresamente en el artículo
1107 del CC que dispone que “[s]l legado de especie que no es del
testador, o del asignatario a quien se impone la obligación de darla,
es nulo; a menos que en el testamento aparezca que el testador sabía
que la cosa no era suya o del dicho asignatario; o a menos de legarse
la cosa ajena a un descendiente o ascendiente del testador o a su
cónyuge; pues en estos casos se procederá como en el del inciso 1° del
artículo precedente”.
Sin perjuicio de lo anterior, en los siguientes casos el legado de
cosa ajena es válido:
a) Cuando no existe duda que el testador sabía que estaba legando una
cosa ajena.
b) Cuando el legatario es un ascendiente, descendiente o cónyuge del
testador.
El legado en ambos casos impone la obligación a los herederos de
adquirir la cosa asignada para ser entregada. Pero, si por alguna
razón la cosa no se puede comprar, el heredero no estará obligado a
entregar al legatario más que el justo precio de la cosa. Este legado
no debe confundirse con la imposición en el testamento de la
obligación de adquirir y transferir al legatario, una cosa que no era
de propiedad del testador impuesta a otro asignatario. En el artículo
1106 del CC se ha establecido un legado de orden y en virtud de él se
impone a un asignatario, al ejecutor testamentario o al partidor, la
obligación de adquirir una especie para darla a un legatario o para
realizar algún objeto de beneficencia. De igual forma, en caso que no
sea posible cumplir la orden del testador, ya sea porque el dueño se
niega a enajenar o porque pide un precio excesivo, el justo precio de
la especie subroga a la cosa. Estas reglas están reguladas en el
artículo 1106 del CC que establece que “[p]odrá ordenar el testador
que se adquiera una especie ajena para darla a alguna persona o para
emplearla en algún objeto de beneficencia; y si el asignatario a quien
se impone esta obligación no pudiere cumplirla porque el dueño de la
especie rehúsa enajenarla o pide por ella un precio excesivo, el dicho
asignatario será sólo obligado a dar en dinero el justo precio de la
especie.
Y si la especie ajena legada hubiere sido antes adquirida por el
legatario o para el objeto de beneficencia, no se deberá su precio,
sino en cuanto la adquisición hubiere sido a título oneroso y a precio
equitativo”.
Por otra parte, el artículo 1109 del CC establece que si el heredero
adquiere con posterioridad la cosa que era ajena tiene la obligación
de entregarla al legatario devolviéndose lo que se hubiera recibido
por éste. Otro tanto sucede, conforme al artículo 1108 del CC, si el
objeto del legado de cosa ajena ingresó al patrimonio del causante
entre el establecimiento del legado y el fallecimiento del testador.
Las normas precedentes son del siguiente tenor:
“Artículo 1108. Si la cosa ajena legada pasó, antes de la muerte del
testador, al dominio de éste o del asignatario a quien se había
impuesto la obligación de darla, se deberá el legado.
Artículo 1109. El asignatario obligado a prestar el legado de cosa
ajena, que después de la muerte del testador la adquiere, la deberá al
legatario; el cual, sin embargo, no podrá reclamarla, sino

526 Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Lecciones de Derecho Civil Chileno, de las
Fuentes de las Obligaciones, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, nº 28, página
69.
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restituyendo lo que hubiere recibido por ella, según el artículo


1106”.

1198. Los riesgos en los legados.


La doctrina civil señala que los riesgos en el legado están regulados
en el artículo 1118 del CC que establece que “[l]a especie legada se
debe en el estado en que existiere al tiempo de la muerte del
testador, comprendiendo los utensilios necesarios para su uso y que
existan con ella”.

1199. Pago de los legados.


Los legados se pagan con cargo a la parte de libre disposición, la que
será mayor o menor dependiendo si existen asignatarios forzosos y
cuarta de mejoras.

1200. Causales de extinción del legado:


a) Por revocación del testamento.
b) Por destrucción de la cosa legada (artículo 1135.1º del CC). Esta
causal sólo se aplica respecto del legado de especie o cuerpo cierto
cuya destrucción sea total.
c) Por la enajenación de la especie legada. Esta causal está
establecida en el artículo 1135.2º del CC que dispone que “[l]a
enajenación de las especies legadas, en todo o parte, por acto entre
vivos, envuelve la revocación del legado, en todo o parte; y no
subsistirá o revivirá el legado, aunque la enajenación haya sido nula,
y aunque las especies legadas vuelvan a poder del testador”.
El legado en este supuesto no revivirá, aunque la enajenación haya
sido nula y las cosas legadas vuelvan al poder del testador. En el
fondo ello se debe a que opera una revocación tácita del legado que no
podrá revivir por la ineficacia del acto del que ella se desprende. En
este sentido, la enajenación tendría efectos declarativos con relación
al legado. Pero obviamente se exige que la revocación reúna los
requisitos del acto jurídico, es decir, si el testador estuviere
demente y enajena –revoca tácitamente- entonces, la nulidad del acto
de enajenación hace subsistir al legado.
d) Por alteración sustancial de la cosa legada mueble. En este sentido
el artículo 1135.4º del CC dispone que “[s]i el testador altera
substancialmente la cosa legada mueble, como si de la madera hace
construir un carro, o de la lana telas, se entenderá que revoca el
legado”.
e) También existen formas especiales de extinción, como las
siguientes:
i) En el legado de crédito, si se cobra la deuda o se acepta el pago
(artículo 1125 del CC).
ii) El legado de condonación, si el testador cobra la deuda o acepta
el pago (artículo 1129 del CC).
A continuación, aunque no se trate de una asignación, se analizarán
las donaciones revocables por su íntima relación con los legados,
antes de pasar a las asignaciones forzosas.

1201. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de


asignaciones y asignatarios527.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de legados. Se procede a rechazar, por la CS, un
recurso de casación en el fondo por infracción a los artículos 1269 y

527 Las sentencias que se consignan a continuación no representan,


necesariamente, el estado de la jurisprudencia y tiene, por función simplemente
que los alumnos apliquen las materias.
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704 del CC, presentado por el Fisco, en contra del demandante, quien
interpuso una acción exigiendo la entrega de un legado en su contra.
Él funda su libelo en que es dueño, según consta en la escritura
pública, por cesión de todos los derechos y acciones que correspondían
a la cedente, en una sucesión a título de legatario. Los derechos de
la cedente emanaban de un testamento, en el cual el causante le legaba
una quinta, una casa y un sitio. Fallecido el causante, la posesión
efectiva de su herencia se concedió al Fisco. El inventario de los
bienes del testador, comprendía las propiedades legadas. Ya que el
Fisco, como heredero del causante, está obligado a pagar los legados,
entonces la cesionaria procedió a demandar al Fisco. La demanda de
primera instancia, que se presenta ante el Segundo Juzgado de Letras
de Temuco, fue acogida. El Fisco apeló, contra la sentencia de
primera instancia, que fue confirmada por la CA. Ante lo cual el Fisco
insistió interponiendo un recurso de casación en el fondo. La CS
desechó el recurso de casación en el fondo. El fundamento del fallo
fue que el artículo 1269 del CC no tiene aplicación en caso de
demandarse al heredero la entrega de un legado de especie o cuerpo
cierto. En este sentido la CS en el considerando 4º resuelve “[q]ue de
lo dicho se sigue que la nombrada doña Blanca Cid no pretende ser
heredera del testador, ni su cesionario reclama para sí el dominio de
los bienes que componen la herencia o una cuota de ella, por el
contrario, ya sea que, como dice el fallo reclamado, se estime la
acción como de entrega de legado o como reivindicatoria de las
especies legadas, es lo cierto que el actor, al dirigirla en contra
del Fisco, es precisamente porque le atribuye la calidad de heredero
del testador obligado a satisfacer las cargas que le impone el
testamento; y de este antecedente se infiere que el artículo 1269 del
CC, que se dice violado, no tiene aplicación en este caso, porque al
decir que “[e]l heredero putativo, en el caso, del inciso final del
artículo 704, podrá oponer a esta acción la prescripción de diez años
(hoy día de cinco), contados como para la adquisición del dominio, se
está refiriendo a la prescripción adquisitiva que el demandado, como
heredero putativo, puede oponer como excepción a la acción de petición
de herencia; pero no a la de entrega de legado o de reivindicación
como la califica la sentencia impugnada”. Vid., RDJ, segunda parte,
sección primera, tomo XCV, 1948, páginas 764 a 768.
La Corte Suprema señala, fallando un recurso de casación en el fondo,
que “el asignatario de especies o cuerpos ciertos, como es un fundo,
sucede a título singular y, en su carácter de simple legatario, no
representa al testador. En consecuencia, el fallo que concede a dicho
asignatario la posesión efectiva de la herencia del causante es nulo
porque infringe el artículo 1056 del Código de Procedimiento Civil,
atribuyendo erróneamente a un legatario la calidad y los derechos que
ese precepto de la ley concede sólo al heredero”. RDJ. Tomo 22, año
1925, segunda parte, sección primera, página 161.
La Corte de Apelaciones de Temuco, señala que “El legatario de especie
o cuerpo cierto adquiere la propiedad del bien legado por el solo
fallecimiento del causante. Tratándose de un inmueble, la inscripción
en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces tan sólo
tiene por objeto mantener la historia de la propiedad raíz. En
consecuencia, es improcedente la adjudicación del bien raíz legado
hecha a los legatarios en la partición de la herencia del testador,
sin que haga variar tal conclusión la circunstancia de ser los
legatarios también herederos, como asignatarios de la cuarta de libre
disposición”.RDJ. tomo 65, año 1987 (I), segunda parte, sección
segunda, página 15.

Guía n° 7 sobre asignaciones y asignatarios.


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 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomos I y


II, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1998, n° 209 a
234, páginas 231 a 250 y n° 744 a 861, páginas 735 a 852.
 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005,
n° 356 a 398, páginas 309 a 337.

Analice y conteste las siguientes preguntas:


1. Señale qué sucede en las siguientes situaciones:
a) El testador deja como herederos de cuota a Juan, Pedro, Patricio y
Manuel en un cuarto para cada uno de un fundo y se designa a Diego
como heredero del remanente.
b) A Manuel en lugar de estatuirlo como heredero del remante se le
constituye como heredero universal.
c) Indique si a Manuel le corresponde algo como heredero universal si
de deja la mitad de la herencia a Juan, la otra a Pedro y un tercio a
Enrique.
2. Analice cómo podría operar la teoría de los riesgos en materia de
legados.
3. En un legado de orden el testador establece que un heredero deberá
entregar un bien que es de su propiedad a un legatario, pero el bien
es destruido por un rayo, estando pendiente la entrega. En este
supuesto ¿se aplica la teoría de los riesgos? A su vez, si el heredero
fuere demandado por el legatario y pendiente la entrega la cosa es
destruida por un caso fortuito, que en ningún caso habría podido
acontecer si la cosa estuviere en poder del legatario, ¿modificaría su
respuesta?
4. Señale si esta afirmación es verdadera o falsa e indique por qué:
“un legado sobre una indivisión recibe el mismo tratamiento en nuestro
Derecho que un legado sobre un bien de la sociedad conyugal”.
5. Fallece el señor Pérez dejando un legado sobre un bien raíz a favor
de María, señale por cuál modo de adquirir lo hará ésta e indique que
deberá hacer el legatario para hacer valer sus derechos.
6. Analice los artículos 1106 –que establece un legado de orden- y
1107 del CC -que establece un legado sobre cosa ajena- desde la
perspectiva de la clasificación de las obligaciones en facultativas y
alternativas.
7. ¿Qué sucede si la cosa se destruye en manos de un asignatario o de
un tercero antes de cumplirse con el legado de orden o del legado de
cosa ajena en los casos en que excepcionalmente es válido?
8. El señor Pérez reconoce, mediante un legado, una deuda que habría
tenido en vida con su primo Pedro Soto. Indique los efectos de este
legado.
9. El señor Pérez es legatario de Ximena Soto que le dejó una casa en
la playa. Refiérase a las siguientes situaciones:
a. Al señor Pérez un arrendatario le desconoce su calidad de
legatario, indique si puede accionar contra aquél, mediante acción de
petición de herencia, y si ello no es posible indique y fundamente que
acción podría intentar contra el arrendatario que se niega a restituir
y reconocer su derecho.
b. Indique si es necesario inscribir la propiedad en el CBR a favor
del legatario por los herederos y de ser necesario señale la función
de la inscripción y la forma de hacerla.
c. Indique si, para que el legatario sea dueño, es necesario que
previamente se efectúen las inscripciones del artículo 688 del CC.
d. Señale y fundamente si es o no indiferente que el señor Pérez sea o
no a la vez de legatario, legitimario.
e. Indique si Ximena Soto dejare dicho bien, como donación
irrevocable, los requisitos que debiere de cumplir la donación para
producir efectos.
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f. Señale si el legatario podría ceder sus derechos sobre el inmueble


por acto entre vivos.
11. ¿Cuál es la diferencia práctica entre donar revocablemente por
testamento o conforme a solemnidades por acto entre vivos? Si un
cliente le señala que quiere donar algo por donación entre vivos, ¿le
aconsejaría hacerlo o no?
12. Analice las siguientes preguntas en torno a las donaciones
irrevocables:
a. Señale si una donación entre los esposos/cónyuges puede ser
irrevocable.
b. Señale si se puede celebrar un acto de donación entre vivos
c. Señale que clase de contrato es, en cuanto a su perfeccionamiento,
la donación irrevocable y constituya una donación con cada una de sus
etapas.
13. Señale ejemplos de asignaciones desde y hasta día e indique en qué
casos constituyen un plazo y un modo.
14. El testamento, conforme al Derecho romano, no podía someter al
heredero a un plazo final, ni a condición resolutoria, señale si ello
es así en nuestra legislación.
15. El artículo 1377 del CC dispone que “[l]os títulos ejecutivos
contra el difunto lo serán igualmente contra los herederos; pero los
acreedores no podrán entablar o llevar adelante la ejecución, sino
pasados ocho días después de la notificación judicial de sus títulos”.
Una vez notificada la demanda a los herederos, éstos alegan que no se
les aplica esta norma, sino hasta que acepten la herencia. En este
sentido la delación, que hace la ley a la época del fallecimiento, no
sería suficiente. Señale qué han fallado los tribunales en torno a
esta alegación y qué camino deberían seguir los demandantes para
evitar estos inconvenientes.

ESQUEMA SOBRE CLASIFICACIÓN DE LAS ASIGNACIONES TESTAMENTARIAS:

1. Clasificación de las asignaciones, según si producen sus efectos


inmediatamente al fallecimiento del causante o ellos quedan
deferidos:
a. Asignaciones puras y simples.
b. Asignaciones sujetas a modalidad (plazo, condición o modo).

2. Clasificación de las asignaciones, según si se sucede en una parte


de la herencia o en bienes determinados.
a. Asignaciones a título singular o legados (legados de género y de
especie y cuerpo cierto).
b. Asignaciones sujetas a título universal.

3. Clasificación de las asignaciones, según si son supletorias a la


voluntad del testador.
a. Asignaciones forzosas.
b. Asignaciones voluntarias.

i.Resolutorias
a. Asignaciones
condicionales.
ii.Suspensivas

4. Las asignaciones
sujetas a modalidad.

b. Asignaciones modales (con y


sin cláusula resolutoria).
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c. Asignaciones sujetas a plazo.

5. Asignaciones a título universal o herencia


a. Herederos universales.
b. Herederos de cuota.
c. Herederos del remanente.

6. Causales de extinción del legado:


a. Por revocación del testamento.
b. Por destrucción de la cosa legada.
c. Por la enajenación de la especie legada.
d. Por alteración sustancial de la cosa legada mueble.
e. Por formas especiales de extinción.

CAPÍTULO VII: LAS DONACIONES REVOCABLES.

Análisis bibliográfico: GUZMÁN BRITO, Alejandro, De las donaciones entre vivos. MEZA
BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y donaciones entre vivos, 2000,
páginas 205 a 212. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo, Instituciones de Derecho Sucesorio. Pérdida,
defensa y pago de las asignaciones. Ejecutores testamentarios. Partición, Volumen II,
2006, páginas 205 a 229. ROZAS, Fernando, ALLENDE, Francisco, ASTABURUAGA, Matías, DÍAZ
DE VALDÉS, Juan, Sucesión por causa de muertes: historia, textos, jurisprudencia y
comentarios, 1985, páginas 394 a 424. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René,
Derecho Sucesorio, Tomo I, 2005, páginas 327 a 333. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio,
2007, páginas 133 a 136.

1202. Regulación de las donaciones revocables.


Las donaciones revocables están reguladas en el Párrafo 7 denominado
“De las Donaciones Revocables” del Título IV del Libro III del CC
(artículos 1136 a 1146).

1203. Concepto de donación revocable.


Las donaciones revocables o por causa de muerte son aquellas que el
donante puede revocar a su arbitrio (artículo 1136 del CC). En el
fondo, las donaciones testamentarias se equiparan a las asignaciones
testamentarias. Para SOMARRIVA U. la donación revocable es aquel acto
jurídico unilateral por el cual una persona da o promete dar a otra
una cosa o un derecho para después de su muerte, conservando la
facultad de revocarlo mientras viva528.

1204. Requisitos que exige la donación revocable.


En esta materia se seguirá la clasificación de los requisitos
planteada por SOMARRIVA529. Dicho autor exige que concurran los
siguientes requisitos en una donación revocable:
a) Requisitos externos de forma o solemnidades.
Este requisito está establecido en el artículo 1137 del CC.
Estas donaciones pueden constituirse de las siguientes dos formas:
i) Cumpliendo con las solemnidades del testamento. Ello se debe a que
son una disposición de última voluntad del testador. Así lo establecen
los artículos 1137.1º y 1139 del CC.

528 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio,


Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, página 300.
529 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio,

tomo I, Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, Nº


382 a 385, páginas 301 a 302.
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ii) De acuerdo a las solemnidades de las donaciones entre vivos,


reservándose el donante en el instrumento constitutivo la facultad de
revocar mientras viva.
La forma en que se otorga una donación revocable tiene importancia
para los efectos de su confirmación. Si se otorga de acuerdo a las
primeras solemnidades, la donación queda confirmada de pleno derecho
al fallecimiento del causante, salvo que no la haya revocado en vida.
En cambio, en el segundo caso para que quede firme la donación será
menester que el donante en el testamento confirme la donación que hizo
en vida (artículo 1137.2º del CC).
b) Requisitos internos o de fondo.
A este requisito se refiere el artículo 1138 del CC que establece que
“[s]on nulas las donaciones revocables de personas que no pueden
testar o donar entre vivos. Son nulas asimismo las entre personas que
no pueden recibir asignaciones testamentarias o donaciones entre vivos
una de otra.
Sin embargo, las donaciones entre cónyuges valen como donaciones
revocables”.
En torno a la capacidad para efectuar una donación revocable se debe
distinguir, entre la capacidad del donante y donatario, en los
siguientes términos:
i) Capacidad para ser donante.
De acuerdo al artículo 1138 del CC para determinar la capacidad del
donante se debe recurrir a las normas del testamento y las donaciones
entre vivos. Por ello son inhábiles para testar las personas
enumeradas en el artículo 1005 del CC. Pero, además, conforme a las
normas de las donaciones entre vivos, también son inhábiles para
testar los que no tienen la libre administración de sus bienes530.
ii) Capacidad para ser donatario.
El donatario, conforme a lo señalado en el artículo 1138 del CC, debe
de ser capaz de ser asignatario testamentario y donatario entre
vivos531.

1205. Las donaciones entre cónyuges.


Estas donaciones se regulan por normas especiales. En principio los
cónyuges no pueden hacerse donaciones irrevocables entre sí, éste es
uno de los pocos contratos prohibidos entre cónyuges, como también la
compraventa y permuta. El fundamento de esta prohibición era la
protección de los acreedores de los cónyuges y evitar que la mujer
pueda ver afectado su patrimonio influenciada por su marido.
Los efectos de esta prohibición están regulados en los artículos
1138.2º, 1137.2º y 1000 del CC. La sanción al cumplimiento de la
prohibición, no es la nulidad, sino que dichas donaciones valdrán como
revocables (artículo 1138.2º del CC). Además, conforme al artículo
1137.2º del CC, las donaciones entre cónyuges no requieren de
confirmación. A su vez, el artículo 1000 del CC, segunda parte, deja
en claro que las donaciones entre cónyuges siempre se regirán por las
reglas de las donaciones revocables.

1206. Efectos de las donaciones revocables.


Los efectos de las donaciones revocables están establecidos en los
artículos 1139 a 1142 del CC. En torno a estos efectos cabe hacer
las siguientes distinciones:
a) Donaciones revocables a título singular o legado.

530 Vid. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho


Sucesorio, Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003,
n° 934, páginas 690 y 691.
531 Vid. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho
Sucesorio, Sexta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003,
n° 935, páginas 691 y 692.
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La particularidad de las donaciones revocables, a título singular, es


que son consideradas como un legado anticipado en la medida que se
haga entrega en vida de la cosa al donatario (artículo 1141 del CC).
De acuerdo a la norma precedente, la entrega anticipada constituye un
legado anticipado y preferente.
Las donaciones revocables, como señala el artículo 1141.1º del CC, se
regirán por las normas que regulan los legados; pero de haber entrega
anticipada, al donatario se le considerará como un usufructuario en
sus derechos sobre la cosa donada (artículo 1140.1º del CC). Es
importante destacar que el donante puede alterar las reglas que rigen
el usufructo, pero tiene como límite la propiedad, ya que no se podrá
efectuar la tradición de los derechos sobre la cosa, sino fallecido el
donante (artículo 1140.1º del CC). En este sentido se hace preciso
destacar que la norma precedente dispone que “[p]or la donación
revocable, seguida de la tradición de las cosas donadas, adquiere el
donatario los derechos y contrae las obligaciones de usufructuario”.
En resumen, el donatario adquiere los derechos y contrae las
obligaciones del usufructuario. Sin perjuicio de ello, no debe de
hacerse una asimilación conceptual entre la donación revocable a
título singular y el usufructo. Ello debido a que el usufructo termina
por la muerte del usufructuario y en aquél es la muerte del donante la
que lleva a consolidar la propiedad en el donatario, salvo cláusula en
contra del donante. A su vez, conforme al artículo 1140.2º del CC el
donatario “…no estará sujeto a rendir la caución de conservación y
restitución a que son obligados los usufructuarios, a no ser que lo
exija el donante”.
Por otra parte, este legado anticipado otorga preferencia para su pago
sobre los legados en que no se ha entregado la cosa legada en vida del
donante (artículo 1141.3º del CC).
b) Donaciones revocables a título universal o herencia.
Las donaciones revocables, a título universal, se mirarán como una
institución de heredero que sólo tendrá efecto después de la muerte
del donante. En este sentido, el artículo 1142.1º del CC dispone que
“[l]a donación revocable de todos los bienes o de una cuota de ellos
se mirará como una institución de heredero, que sólo tendrá efecto
desde la muerte del donante”.
Al igual como sucede en la donación revocable a título singular, si el
donante entregó en vida alguna de las especies que constituyen la
donación a título universal, el donatario tendrá la calidad de
usufructuario de esas especies (artículo 1142.2º del CC). Pero, a
diferencia de lo que sucede precedentemente, este usufructo es
provisorio, ya que no existe seguridad en que el donatario en
definitiva se adjudicará el bien entregado.

1207. Extinción de las donaciones revocables.


Las donaciones revocables se extinguen por las siguientes causales:
a) Revocación expresa o tácita del donante, de la misma manera que
la revocación de las herencias o legados (artículo 1145 del CC).
b) Por caducidad por muerte del donatario antes de la del donante
(artículos 1143 y 1415 del CC).
c) Por el hecho de sobrevenirle al donatario alguna causal de
indignidad o incapacidad (artículo 1144 del CC). Ello es de toda
lógica desde que estas donaciones son consideradas como legados, es
decir se les aplican las normas que regulan la incapacidad e
indignidad.

ESQUEMAS SOBRE DONACIONES REVOCABLES:

1. Requisitos que exige la donación revocable:


a. Requisitos externos de forma o solemnidades
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i. Cumpliendo con las solemnidades del testamento.


ii. Cumplimiento de acuerdo a las solemnidades de las donaciones entre
vivos, reservándose el donante en el instrumento constitutivo la
facultad de revocar mientras viva.
b. Requisitos internos o de fondo: capacidad para efectuar una
donación revocable.
2. Efectos de las donaciones revocables:
a. Donaciones revocables a título singular o legado.
b. Donaciones revocables a título universal o herencia (se mirarán
como una institución de heredero que sólo tendrá efecto después de la
muerte del donante).

3. Extinción de las donaciones revocables:


a. Por revocación expresa o tácita del donante, de la misma manera que
la revocación de las herencias o legados.
b. Por caducidad por muerte del donatario antes de la del donante.
c. Por el hecho de sobrevenirle al donatario alguna causal de
indignidad o incapacidad.

CAPÍTULO VIII: LAS ASIGNACIONES FORZOSAS.

Análisis bibliográfico: ALBALADEJO, Manuel, Curso de Derecho Civil V derecho de


sucesiones, 1994, páginas 368 a 395. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA,
Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II y apéndice, 1998, páginas 897 a 1121. ELORRIAGA,
Fabián, Derecho Sucesorio, 2005, páginas 371 a 420 y 457 a 468. LLEDÓ, Francisco
(director), Compendio de Derecho. Sucesiones Civil, 1998, páginas 473 a 521. MEZA
BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y donaciones entre vivos, 2000,
páginas 223 a 279. O’CALLAGHAN, Xavier, Compendio de Derecho Civil, Tomo V Derecho de
sucesiones, 1993, páginas 317 a 346. PUIG, José, Compendio de Derecho civil, Volumen IV
Derecho de familia y derecho de sucesiones, 1991, páginas 465 a 517. RODRÍGUEZ GREZ,
Pablo, Instituciones de Derecho Sucesorio, de los cinco tipos de sucesión en el Código
Civil chileno, Volumen I, 2006, páginas 289 a 402. SOMARRIVA, Manuel, versión de
ABELIUK, René, Derecho Sucesorio, Tomo II, 2005, páginas 353 a 432. TRONCOSO, Hernán,
Derecho Sucesorio, 2007, páginas 147 a 177. VIAL CLARO, Felipe, Las asignaciones
forzosas en el actual derecho sucesorio, en Derecho sucesorio actual y adjudicación de
la vivienda familiar, 2000, páginas 49 a 64.

1208. Las asignaciones forzadas.


Las asignaciones forzosas constituyen la más importante limitación a
la libertad para testar.
El artículo 1167.1º del CC las define como “las que el testador es
obligado a hacer, y que se suplen cuando no las ha hecho, aun con
perjuicio de sus disposiciones testamentarias expresas”.

1209. Características de las asignaciones forzosas.


a) Las asignaciones forzosas son una limitación a la libertad para
testar.
Las asignaciones, que el legislador determina como forzosas, deben ser
respetadas por el titular de derechos sucesorios, no solamente al
testar, sino también en la celebración de actos entre vivos, como una
donación revocable e irrevocable, o incluso por una compraventa. En
este sentido, nuestro ordenamiento jurídico, se adscribe a los que no
aceptan la libertad absoluta para testar, como acontece en los países
del ”common law”.
b) Las asignaciones forzosas están reguladas por normas de orden
público.
El testador no puede alterar las normas que regulan estas
asignaciones.
c) Las asignaciones forzosas están amparadas por medios legales de
protección (directos e indirectos).

1210. Medios a través de los cuales el legislador protege las


asignaciones forzosas.
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Las asignaciones forzosas son de orden público por cuanto el testador


al disponer de sus bienes, en las asignaciones testamentarias, está
obligado a respetarlas. El legislador para evitar el fraude a dichas
asignaciones otorga una serie de medidas o medios que directa o
indirectamente imponen e inducen a su respeto.
Los medios de protección, de estas asignaciones, son los siguientes532:

1211. Medios indirectos de protección:


a) Interdicción por demencia o disipación.
El legislador al establecer la interdicción, si bien toma en cuenta la
situación personal del interdicto, también considera la protección de
las asignaciones forzosas con el objeto de mantener el patrimonio de
estos incapaces protegidos. Pero ello no quiere decir que el
interdicto por disipación no pueda testar, ya que como se señaló éste
no es inhábil, conforme al artículo 1005 del CC interpretado “a
contrario sensu”.
b) La insinuación en las donaciones irrevocables.
Este requisito de algunas donaciones está establecido en el artículo
1401 del CC. Las donaciones que se hagan hasta el valor de dos
centavos requieren de insinuación. La insinuación es la autorización
del juez competente, solicitada por el donante, y el juez autoriza en
la medida en que no se contravenga a ninguna disposición legal.
c) Las donaciones por causa de matrimonio entre esposos.
El artículo 1788 del CC establece como límite a lo que los esposos
pueden donarse “…el valor de la cuarta parte de los bienes de su
propiedad que aportare”. Este máximo legal obedece también al máximo
que se puede disponer a través de la cuarta de libre disposición.
d) Acervos imaginarios.
Los acervos son la forma indirecta más eficaz a través de las cuales
el legislador protege la legítima.
e) Prohibición de sujetar las legítimas a modalidad.
Esta prohibición está inspirada en el respeto que el testador debe a
las legítimas como asignaciones forzosas, pues si fuera posible
sujetarlas a gravámenes o modalidades indirectamente podría el
testador llegar a violarlas. Ella está establecida en el artículo
1192.1º del CC que establece que “[l]a legítima rigorosa no es
susceptible de condición, plazo, modo o gravamen alguno”.
f) La regulación del desheredamiento es una forma de protección de las
legítimas.
El exceso de condiciones para poder desheredar dificulta el que el
testador pueda desheredar a un legitimario.
g) La preterición de un legitimario.
En el artículo 1218 del CC, como se verá más adelante, se protege
efectivamente al legitimario de pasar el testamento en silencio de sus
derechos. En cambio, si lo que sucede es que el testador asigna menos
derechos que los que le corresponde al legitimario en la sucesión, el
legitimario afectado debe de recurrir a la acción de reforma de
testamento533.

1212. Medios directos de protección.


El más eficiente de los medios directos, antes de la publicación de la
LF, eran la porción conyugal y las mejoras. Sin embargo,
posteriormente a dicha ley, la forma más eficiente de proteger a las

532 En realidad muchos de los medios indicados son de protección de las legítimas
y otros son de las asignaciones forzosas.
533 En el Derecho español por aplicación del artículo 815 del CC el heredero

forzoso a quien el testador haya dejado por cualquier título menos de la


legítima que le corresponde, podrá pedir el complemento de la misma. PUIG
BRUTAU, José, Compendio de Derecho Civil, volumen IV, Derecho de Familia,
Derecho Sucesorio, Barcelona, España, Bosch Casa Editorial, 1990, página 470.
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asignaciones forzosas son la acción de reforma de testamento y la


regulación de las mejoras534. En caso que no se respeten las reglas
que regulan las asignaciones forzosas en el testamento, los
legitimarios pueden solicitar la modificación del testamento en toda
la parte que perjudique su asignación forzosa, derecho que se ejerce a
través de la acción de reforma del testamento (artículo 1216 del CC).
Existen ciertos casos en que el testador no está obligado a respetar
las asignaciones forzosas y éstos son los siguientes:
a) De operar el desheredamiento del legitimario (artículo 1207 del
CC).
b) Dentro de las asignaciones forzosas están los alimentos que se
deben por ley a ciertas personas, pero estos no se deberán en caso que
el alimentario haya incurrido en injuria atroz (artículo 324 del
CC)535.
c) No tiene derecho a su legítima el cónyuge sobreviviente que por su
culpa hubiere ocasionado la separación judicial (artículo 35.1 de la
LMC)

1213. ASIGNACIONES FORZOSAS EN PARTICULAR.


A continuación se analizarán las asignaciones forzosas en particular.

1214. LAS ASIGNACIONES ALIMENTICIAS QUE SE DEBEN A CIERTAS PERSONAS.


Los alimentos se dividen en forzosos y voluntarios. Dicha
clasificación también es aplicable a los alimentos que se originan
después del fallecimiento del causante. Pero, con una diferencia, los
alimentos voluntarios no constituyen asignación forzosa (artículos
1134 y 1171 del CC). En cambio, los alimentos forzosos constituyen
asignación forzosa y son por regla general una baja general de la
herencia (artículo 959.1º, n° 4 del CC). Se puede asignar lo que
corresponde por alimentos forzosos en el testamento mediante una
asignación testamentaria.
Sin perjuicio de lo anterior, si lo que se ha dejado como asignación
alimenticia forzosa en el testamento es mayor de lo que corresponde
por alimentos, el exceso constituye alimentos voluntarios, que se
imputan a la parte de libre disposición (artículo 1171.2º del CC).

1215. Características de las asignaciones alimenticias que se deben


por ley:

534 En el Derecho español se protegen a los hijos o descendientes del anterior


matrimonio a través de la reserva ordinaria y a la protección de ciertos
parientes de la reserva denominada lineal o troncal. La reserva ordinaria
conforme a O`CALLAGHAN es “la situación jurídica en que se encuentran los bienes
que una persona ha adquirido por título lucrativo de su consorte, o de los
parientes de éste por consideración a él o de los hijos de su matrimonio, desde
el momento en que contrae nuevo matrimonio, o tiene un hijo extramatrimonial o
adoptado; tal situación jurídica se establece en atención a estar destinados
dichos bienes por la ley para los descendientes del matrimonio anterior”. La
reserva lineal es aquella por la que “el ascendiente que heredare de su
descendiente bienes que éste hubiese adquirido por título lucrativo de otro
ascendiente, o de un hermano, se halla obligado a reservar los que estén dentro
del tercer grado y pertenezcan a la línea de donde los bienes proceden”.
O`CALLAGHAN, Xavier, Compendio de Derecho Civil, Tomo V, Derecho de Sucesiones,
Madrid, España, Editorial Revista de Derecho Privado, 1993, páginas 83 y 89. Lo
realmente interesante sería tomar las reservas del Derecho español y aplicarlas
al Derecho chileno, pero de forma voluntaria.
535 En este sentido el artículo 324.1º, segunda parte, del CC dispone que “[e]n

el caso de injuria atroz cesará la obligación de prestar alimentos. Pero si la


conducta del alimentario fuere atenuada por circunstancias graves en la conducta
del alimentante, podrá el juez moderar el rigor de esta disposición”.
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a) Esta asignación tiene un carácter asistencial y subsidiario.


b) Esta figura sólo opera a favor de un alimentario respecto de los
que se debe alimentos conforme al artículo 321 del CC.
c) La sentencia que los concede puede modificarse si varían las
circunstancias que le dieron origen, ya que las sentencias
ejecutoriadas en materia de alimentos producen cosa juzgada
provisional. En materia de derecho de alimentos, como en derecho de
menores se acepta la cláusula “rebus sic stantibus”.
Los alimentos forzosos se enteran como baja general de la herencia
(artículo 959.1º, nº 4 del CC). En lo que excede se imputa a lo que
corresponda a la cuarta de libre disposición.

1216. Breve análisis del artículo 321 del CC.


En cuanto a los alimentos que se deben por ley a ciertas personas se
pueden presentar las siguientes situaciones:
a) El causante puede ser condenado por sentencia judicial que se
encuentra ejecutoriada al pago de una pensión alimenticia en vida. En
este caso, no cabe duda en que dichos alimentos se deben por ley y son
una asignación forzosa.
b) El causante de forma voluntaria pagaba alimentos a una persona que
por ley tenía derecho a exigirlos. También en este supuesto existe una
asignación forzosa, ya que los alimentos se deben por ley.
c) El causante en vida fue demandado judicialmente por persona que
tenía derecho a solicitarle alimentos. Sin embargo la sentencia
condenatoria queda ejecutoriada después de la muerte del causante. En
este caso, la sentencia es declarativa de derechos, de tal forma que
el derecho de alimentos existía con anterioridad. Por consiguiente,
los alimentos eran debidos por el causante en virtud de la ley y por
ello, también constituyen una asignación forzosa.
d) El causante, por encontrarse en alguno de los casos del artículo
321, pudo ser demandado de alimentos en vida por una persona que tenía
título legal para ello. Sin embargo no fue demandado por alimentos, y
el alimentario tampoco los había recibido en forma voluntaria. Frente
a este supuesto existen dos posiciones, conforme a algunos autores los
artículos 321 y 959.1º, nº 4 del CC son lo suficientemente amplios al
establecer como asignación forzosa los alimentos que se deben por ley,
por lo que perfectamente procedería la demanda de alimentos después
del fallecimiento del alimentante. A favor de esta posición se puede
señalar que el derecho a demandar alimentos es imprescriptible, y sólo
las pensiones devengadas estarán sujetas a la prescripción extintiva.
Otros autores en cambio son de la opinión contraria, ya que los
herederos nunca estarían resguardados de las personas que teniendo
título para demandar alimentos al causante no lo hicieron en vida de
éste de admitirse la posición precedente. La jurisprudencia
recientemente se ha uniformado en sostener que, aunque el causante
tiene en vida una obligación alimenticia para determinados parientes,
éstos no tendrían derecho a demandarlos a la sucesión. En todo caso,
ello es independiente de la acción directa y personal que podría tener
algún alimentario contra algunos herederos.

1217. Limitación de los alimentos forzosos.


Los alimentos forzosos, como asignación forzosa, no se ven afectados
por las deudas testamentarias porque éstas no van a alcanzar a los
alimentos que se deben por ley a ciertas personas. En cambio, sí se
ven afectadas por las costas de la publicación del testamento, si las
hubiere, y las demás anexas a la apertura de la sucesión, las deudas
hereditarias y los impuestos fiscales que gravan toda la masa
(artículos 959.1º, nº 1 a 3 del CC), por ser bajas generales de la
herencia. Sin embargo, los alimentos forzosos pueden ser rebajados,
cuando su monto sea desproporcionado con relación al patrimonio del
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causante (artículo 1170 del CC). Pero ello sólo acontece respecto de
los alimentos futuros (artículos 1170, 330, 332 y 1363 del CC).
Por otra parte, para que subsista la asignación forzosa es necesario
que se mantengan las circunstancias de hecho en que se fundó la
sentencia o transacción entre las partes.
Por último, los alimentarios que incurren en una causal de injuria
atroz, de las establecidas en el artículo 968 del CC, pierden el
derecho de alimentos. En este sentido los artículos 324.3º y 979 del
CC disponen lo siguiente:
“Artículo 324.3º Quedarán privados del derecho a pedir alimentos al
hijo el padre o la madre que le haya abandonado en su infancia, cuando
la filiación haya debido ser establecida por medio de sentencia
judicial contra su oposición.
Artículo 979. La incapacidad o indignidad no priva al heredero o
legatario excluido, de los alimentos que la ley le señale; pero en los
casos del artículo 968 no tendrán ningún derecho a alimentos”.

1218. Término del derecho a alimentos:


a) El derecho de alimentos termina por injuria atroz (artículos 324,
968, 979 y 1210 del CC).
b) Por sentencia judicial que declara que las circunstancias de su
otorgamiento han variado.

1219. LAS LEGÍTIMAS.

1220. Concepto de legítimas.


El artículo 1181.1º del CC define a la legítima como “aquella cuota de
los bienes de un difunto que la ley asigna a ciertas personas llamados
legitimarios”.

1221. Características de las legítimas:


a) Las legítimas son intangibles.
En virtud de esta característica la legítima no representa bienes
específicos del “de cujus”, sino a una parte relicta de la masa.
b) Las legítimas son asignaciones forzosas.
Es importante destacar que las legítimas, conforme al artículo 1167
del CC, constituyen una asignación forzosa.
c) Las legítimas pueden constituirse por vía legal en la sucesión
intestada o por disposición testamentaria por legados o herencia o
entre vivos por donación irrevocable.
d) Los legitimarios son herederos.

1222. Los legitimarios en la legislación chilena.


En la actualidad, conforme al artículo 1182.1º del CC, son
legitimarios los siguientes sujetos:
a) Los hijos, personalmente o representados por su descendencia;
b) Los ascendientes más próximos;
c) El cónyuge sobreviviente.
Es de destacar que el nº 2 del artículo 1182.1º del CC, letra b) que
señala entre los legitimarios a los ascendientes incurre en una
imprecisión, ya que no todos los ascendientes son legitimarios, sino
sólo los ascendientes más próximos.
Por otra parte, conforme al artículo 1183 del CC, los legitimarios
concurren y son excluidos y representados según el orden y reglas de
la sucesión intestada.
La forma en que concurren los legitimarios se rige por las reglas de
la sucesión intestada que, resumidamente, establecen lo siguiente:
a) Si el causante ha dejado hijos personalmente o representados, estos
excluirán a los ascendientes, a excepción del cónyuge sobreviviente
(artículo 988 del CC).
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b) Si no concurren hijos personalmente o representados, concurren el


cónyuge sobreviviente con los ascendientes de grado más próximo. Si
solo concurre el cónyuge, éste se llevará la herencia (artículo 989
del CC).

1223. Pérdida de la calidad de legitimario.


Existen casos específicos en los que se puede perder la calidad de
legitimario, como son los siguientes:
a) El cónyuge separado judicialmente, que hubiere dado lugar a la
separación por culpa –ex divorcio perpetuo y temporal en la LMC de
1884-, no tendrá parte alguna en la herencia “abintestato” de su
marido o mujer, es decir, pierde su calidad de legitimario (artículos
994 y 1182.2º, última parte, del CC)536.
b) En virtud del artículo 203 del CC, si la filiación se ha
determinado contra la oposición del padre o madre, éstos serán
privados de la patria potestad y, en general, de todos los derechos
que por el ministerio de la ley se le confieren respecto de la persona
y bienes del hijo o de sus descendientes. De este modo la filiación
determinada con oposición de él o la progenitora hará perder la
calidad de legitimario. En este sentido la norma precedente establece
que “[c]uando la filiación haya sido determinada judicialmente contra
la oposición del padre o madre, aquél o ésta quedará privado de la
patria potestad y, en general, de todos los derechos que por el
ministerio de la ley se le confieren respecto de la persona y bienes
del hijo o de sus descendientes. El juez así lo declarará en la
sentencia y de ello se dejará constancia en la subinscripción
correspondiente”.
A su vez, conforme al artículo 203.3º del CC, es perfectamente posible
el restablecimiento o rehabilitación del padre o madre repudiados en
sus derechos. Ello lo señala la disposición preceden al preceptuar que
“[s]in embargo, se restituirán al padre o madre todos los derechos de
los que está privado, si el hijo, alcanzada su plena capacidad,
manifiesta por escritura pública o por testamento su voluntad de
restablecerle en ellos. El restablecimiento por escritura pública
producirá efectos desde su subinscripción al margen de la inscripción
de nacimiento del hijo y será irrevocable. El restablecimiento por
acto testamentario producirá efectos desde la muerte del causante”.

1224. Clasificación de las legítimas.


Las legítimas se clasifican en: legítima rigorosa537 y efectiva.

1225. LEGÍTIMA RIGOROSA.

1226. Concepto de legítima rigorosa.


La legítima rigorosa es aquella parte que le cabe al legitimario
dentro de la mitad legitimaria. En este sentido, el artículo 1184.1º
del CC establece que “[l]a mitad de los bienes, previas las
deducciones indicadas en el artículo 959, y las agregaciones que en
seguida se expresan, se dividirá por cabezas o estirpes entre los

536 Ambas normas fueron modificadas por la nueva LMC. Antes de dicha ley perdían
la calidad de legitimarios el cónyuge divorciado que hubiere dado lugar al
divorcio con culpa. Este efecto también se producía, en la sucesión testada, si
el testador-cónyuge no señalare nada. ÁLVAREZ CRUZ, R, La Filiación y Otras
Reformas al Código Civil, Ley Nº 19.585, Santiago de Chile, Publicación Propia,
1998, página 127.
537 Para DOMÍNGUEZ BENAVENTE y DOMÍNGUEZ AGUILA la legítima puede ser formal, en

cuyo caso opera como derecho, o material, en cuyo caso se entiende que opera
como contenido. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho
Sucesorio, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1998,
páginas 962 y 963.
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respectivos legitimarios, según las reglas de la sucesión intestada;


lo que cupiere a cada uno en esa división será su legítima rigorosa”.
La mitad legitimaria se calcula sobre el acervo líquido o uno de los
acervos imaginarios, según el caso. A su vez, la mitad legitimaria se
divide por cabezas o estirpes, según el artículo 985 del CC. En
materia de legítimas, conforme al artículo 1183 del CC, tiene cabida
el derecho de representación, y como consecuencia de ello, el artículo
1184 del CC dispone que la mitad legitimaria se divide por cabeza o
por estirpe entre los legitimarios, conforme a las reglas de la
sucesión intestada. La división se efectuará por estirpe cuando el
legitimario concurre en virtud del derecho de representación.

1227. Características de la legítima rigorosa.


Además, de las características de la legítima en general, la legítima
rigorosa presenta las siguientes características:
a) El Código Civil no acepta la renuncia anticipada de la legítima
rigorosa, precisamente por tratarse de una asignación forzosa que es
obligatoria para el causante (artículo 1226 del CC).
b) La legítima rigorosa no puede sujetarse a modalidad ni gravamen de
ninguna especie (artículo 1192.1º del CC), esto se debe a que la
legítima es una asignación forzosa y el testador podría violar la
asignación forzosa a través de un establecimiento de una modalidad.
Esta es una aplicación del principio general del Derecho de familia en
virtud del cual las modalidades se aceptan en forma restringida. Sin
perjuicio de ello, conforme al artículo 1192.2° del CC, “[s]obre lo
demás que se haya dejado o se deje a los legitimarios, excepto bajo la
forma de donaciones entre vivos, puede imponer el testador los
gravámenes que quiera; sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
1195”538.
c) El que debe una legítima podrá en todo caso, señalar las especies
en que haya de hacerse su pago, pero no podrá delegar esta facultad en
persona alguna ni tasar los valores de dichas especies. En este
sentido, el artículo 1197 del CC establece que “[e]l que deba una
legítima podrá en todo caso señalar las especies en que haya de
hacerse su pago; pero no podrá delegar esta facultad a persona alguna,
ni tasar los valores de dichas especies”.
d) La legítima rigorosa goza de preferencia para su pago.
En este sentido lo primero que debe pagarse, a cargo del acervo
líquido, es la legítima rigorosa (artículos 1189, 1193 y 1194 del
CC).
e) En la legítima rigorosa opera una forma de acrecimiento.
Este acrecimiento está regulado en el artículo 1190 del CC que
establece que “[s]i un legitimario no lleva el todo o parte de su
legítima por incapacidad, indignidad o exheredación, o porque la ha
repudiado, y no tiene descendencia con derecho de representarle, dicho
todo o parte se agregará a la mitad legitimaria y contribuirá a formar
las legítimas rigorosas de los otros”.

1228. LEGÍTIMA EFECTIVA.

1229. Concepto de legítima efectiva.


La legítima efectiva es la legítima rigorosa aumentada con la parte de
mejoras o la parte de libre disposición de que el causante no dispuso
o si lo hizo no tuvo efecto su disposición (artículo 1191 del CC).

538Excepcionalmente se admite que, lo que le corresponde al legitimario, se deje


a la administración de un Banco. Pero sólo en el evento de ser el legitimario
incapaz (artículo 86, n° 7 de la Ley General de Bancos).
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1230. Cálculo, determinación o división de la legítima en presencia de


legitimarios.
La ley dispone que, concurriendo ascendientes, descendientes o
cónyuge, la herencia se divide en cuatro. Las 3/4 partes de la
herencia corresponderá a la legítima y la 1/4 a la parte de libre
disposición (artículo 1184.3º del CC). De este modo pueden producirse
las siguientes circunstancias:
1. Existiendo legitimarios, la libertad para testar está limitada de
las siguientes formas:
a) Se debe respetar la mitad legitimaria. La mitad legitimaria se
distribuye entre los legitimarios por cabeza o estirpe, de acuerdo a
las reglas de la sucesión intestada. A continuación se señalan los
diferentes supuestos que podrían producirse:
i) El cónyuge es legitimario y lleva una cuota que depende de si
existen descendientes y en dicho evento, el número que de ellos
concurría. En dicho caso se aplican las reglas del primer orden en la
sucesión intestada.
ii) Por otra parte, si no hay descendientes, el cónyuge concurre con
los ascendientes más próximos. En cuyo caso se aplican las reglas del
segundo orden de la sucesión intestada. Los ascendientes son excluidos
si concurren los descendientes.
b) El testador puede asignar la cuarta de mejoras a cualquier
asignatario o beneficiario de cuarta de mejoras, sea o no legitimario
(artículo 1195.1º del CC).
c) Si el causante no dispuso de la cuarta de mejoras, ella acrece a la
legítima efectiva y beneficiará a los legitimarios.
La mitad legitimaria se distribuye, conforme a las reglas de la
sucesión intestada, de tal suerte que si en una herencia concurren
varios de los legitimarios señalados en el artículo 1182 del CC, la
distribución de ella se va a hacer de acuerdo a las normas de la
sucesión intestada.
2. No habiendo legitimarios, el causante puede disponer de la herencia
a su arbitrio (artículo 1184.2º del CC)539.

1231. El acervo sobre el que se calculan las legítimas.


Las legítimas se calculan sobre la mitad de los bienes de la masa
hereditaria, previa las deducciones del artículo 995 del CC, y las
asignaciones que correspondan por la formación del acervo,
efectuándose las siguientes operaciones:
a) Cálculo del acervo líquido.
Al acervo ilíquido se le restan las bajas generales de la herencia
del artículo 959 del CC.
b) Acervo imaginario.
Al acervo líquido se le hacen las agregaciones a que se refiere el
artículo 1185 del CC. Así, deben acumularse imaginariamente todas las
donaciones revocables e irrevocables hechas en razón de legítimas o de
mejoras. Dichas asignaciones se hacen según el estado en que se hayan
encontrado las cosas donadas al tiempo de la entrega, pero cuidando de

539El artículo 1184.2º del CC, modificado por la LF, incurrió en un error al
establecer que “[n]o habiendo descendientes con derecho a suceder, cónyuge
sobreviviente, ni ascendientes, la mitad restante es la porción de bienes de que
el difunto ha podido disponer a su arbitrio”. La razón de este error consiste
que en el Proyecto de LF no se consideraba a los ascendientes como beneficiarios
de la cuarta de mejoras. Entonces, si no había descendientes, ni cónyuge, debía
respetarse la mitad legitimaria de los ascendientes, que eran legitimarios.
Pero, como posteriormente en la tramitación del proyecto se agregó a los
ascendientes, como beneficiario de la cuarta, se debió modificar el aludido
inciso 2º. Ello ya que si no concurría ningún beneficiario de cuarta, tampoco
puede concurrir ningún legitimario y por tanto, no se forma la legítima y el
testador debe poder disponer de toda la masa hereditaria.
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actualizar prudentemente su valor a la época de la apertura de la


sucesión.
Cuando el testador dispone de sus bienes de tal forma que vulnere las
legítimas, los legitimarios disponen de la acción de reforma de
testamento. Esta acción sólo es eficiente para hacer cumplir las
asignaciones forzosas violentadas en el testamento. En cambio, no
protege a las asignaciones forzosas de los arbitrios que pudo valerse
el testador en vida. Las legítimas son protegidas de estas
arbitrariedades a través de la formación de los acervos imaginarios.

1232. LAS MEJORAS.

1233. Concepto de mejoras.


Las mejoras son aquella cuota de los bienes del testador con que la
ley permite que éste favorezca a sus descendientes, cónyuge
sobreviviente o ascendientes.

1234. Beneficiarios de la cuarta de mejoras.


Son beneficiarios de la cuarta los siguientes individuos:
a) Los descendientes.
b) Los ascendientes.
c) El cónyuge sobreviviente.

1235. Formas en que el testador puede distribuir la cuarta de mejoras.


El testador puede elegir libremente entre los asignatarios de cuarta
de mejoras y pueden distribuirla, entre ellos, como quiera; incluso
puede asignarla a favor de descendientes que no sean legitimarios
(artículo 1195.1º del CC). De esta forma, si hay testamento la cuarta
de mejoras no se distribuye conforme a las reglas de la sucesión
intestada, sino precisamente de acuerdo al testamento. En este sentido
la norma precedentemente citada establece que “[d]e la cuarta de
mejoras puede hacer el donante o testador la distribución que quiera
entre sus descendientes, su cónyuge y sus ascendientes; podrá pues
asignar a uno o más de ellos toda la dicha cuarta con exclusión de los
otros”.

1236. Características de la cuarta de mejoras:


a) Es una asignación forzosa (artículo 1167, n° 3 del CC).
La cuarta de mejoras es una asignación forzosa en el orden de los
ascendientes, descendientes y del cónyuge. Si el causante no dispone
de ella, acrece a la legítima rigorosa, que pasa a ser efectiva.
b) Las mejoras no se presumen, necesitan de una declaración expresa
del testador (artículos 1198 y 1203 del CC).
La asignación de la cuarta de mejoras supone la existencia de un
testamento.
c) La cuarta de mejoras sólo excepcionalmente admite modalidades.
Las modalidades pueden consistir en gravámenes impuestos a los
asignatarios de cuarta de mejoras, pero en dicho caso estos gravámenes
serán siempre a favor del cónyuge, de uno o más de los ascendientes o
de los descendientes (artículo 1195.2º del CC).

1237. Pacto de no mejorar.


Los pactos sobre sucesión futura adolecen de objeto ilícito –conforme
a los artículos 1463, 10 y 1682.1 del CC540-; pero se permite
excepcionalmente el pacto del artículo 1204 del CC, denominado pacto
de no mejorar. En virtud de esta convención el causante promete a un
legitimario no disponer de la cuarta de mejoras.

540Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Lecciones de Derecho Civil Chileno, del Acto
Jurídico, Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, nº 132, página 88.
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El artículo 1204 del CC regula este pacto estableciendo que “[s]i el


difunto hubiere prometido por escritura pública entre vivos a su
cónyuge o a alguno de sus descendientes o ascendientes, que a la sazón
era legitimario, no donar, ni asignar por testamento parte alguna de
la cuarta de mejoras, y después contraviniere a su promesa, el
favorecido con ésta tendrá derecho a que los asignatarios de esa
cuarta le enteren lo que le habría valido el cumplimiento de la
promesa, a prorrata de lo que su infracción les aprovechare.
Cualesquiera otras estipulaciones sobre la sucesión futura, entre un
legitimario y el que le debe la legítima, serán nulas y de ningún
valor”.

1238. Características del pacto de no mejorar:


a) La mayoría de la doctrina señala que este pacto es una convención.
b) No produce los efectos propios de la promesa, ya que excluye el
cumplimiento forzado, sólo da lugar a una especie de resolución con
indemnización de perjuicios. En este sentido es una convención que
genera una obligación de no hacer, pero que no da lugar al
cumplimiento forzado, sino que produce efectos particulares.
c) Como se trata de una convención es un pacto entre vivos.
d) Es solemne, ya que requiere de escritura pública.

1239. Efectos del pacto de no mejorar.


El artículo 1204.1º, segunda parte, del CC regula los efectos de esta
estipulación, señalando que “…el favorecido con ésta tendrá derecho a
que los asignatarios de esa cuarta le enteren lo que le habría valido
el cumplimiento de la promesa, a prorrata de lo que su infracción les
aprovechare”.

1240. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de


asignaciones forzosas541.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de alimentos forzosos. El abogado don Jaime Arellano
Quintana, en representación de doña Barbara Kannegiesser, de
nacionalidad alemana, ha solicitado se le conceda exequátur necesario
para que pueda cumplirse en Chile la sentencia del Juzgado de Primera
instancia –Tribunal de Asuntos Familiares de Francfort, dictada el 26
de septiembre de 1994, de la República Federal de Alemania. Dicha
sentencia condena a don Thomas Ekkehart Kannegiesser Apitz a pagar a
la demandante la suma de 1.813 marcos alemanes desde el mes de
noviembre de 1994, a título de alimentos. La CS resuelve que la
resolución pronunciada por el referido tribunal alemán, en cuanto
condena a Thomas Kannegiesser a pagar una determinada suma de dinero
por concepto de alimentos, no puede cumplirse en Chile. Ello se debe a
que en la especie no concurre la circunstancia del artículo 245.1° del
CPC, pues se pretende que el demandado pague alimentos en virtud de
una sentencia pronunciada, como consecuencia de un divorcio declarado
en Alemania del matrimonio contraído por las partes en 1959 en ese
país europeo; en circunstancias que el mismo matrimonio fue anulado
con anterioridad en Chile, en 1975, y que, por lo mismo, ha surtido
los efectos que le son propios, es contrario a las leyes de la
República, habiéndose notificado por correo, forma no autorizada de
notificación de una demandan de alimentos, no es posible acceder al
exequátur solicitado. Se declara que se deniega la petición de

541 Las sentencias que se consignan a continuación no representan,


necesariamente, el estado de la jurisprudencia y tienen por función simplemente
que los alumnos apliquen las materias.
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exequátur contenida en lo principal. Vid., RDJ, Segunda Parte, Sección


Primera, tomo n° XCVII, año 2000, páginas 72 y 73.

Guía n° 8 sobre asignaciones forzosas.

Material obligatorio:
 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II,
Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, n° 885 a 1050, páginas 895 a 1174.
 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005,
n° 441 a 500, páginas 371 a 420.

Analice y conteste las siguientes preguntas:


1. Ordene las razones por las que la mayoría de la doctrina rechaza el
que se pueda entablar una demanda por alimentos forzosos después del
fallecimiento del causante.
2. Señale las diferencias existentes entre los siguientes
asignatarios: heredero “ab-intestato”, asignatario forzado y
legitimario.
3. Señale si existen diferencias entre el heredero y el legitimario.
4. Refiérase al sistema germánico (“los herederos se engendran, no se
escriben”) y románico en torno a las legítimas (evolución del sistema
romano en torno a la libertad para testar).
Vid. ROCA SASTRE, LÓPEZ, A. M., MONTÉS, V. L., y E. ROCA, Derecho
Civil, Derecho de Sucesiones, Tirant lo Blanch Libros, Valencia, 1999,
páginas 306 a 308.
5. En caso que falte un legitimario, puede operar el acrecimiento
respecto de los demás legitimarios –señale en qué caso ello es
posible- y de ser ello posible indique si la legítima pasaría a ser
efectiva.
6. En cuanto al pacto de no mejorar y a las reglas de sucesión testada
e intestada responda las siguientes preguntas:
a) Indique, si el señor Pérez fallece en forma intestada, ¿cómo se
repartiría la herencia si hubiese dispuesto de la cuarta de libre
disposición?
b) Suponga que el señor Pérez sólo tiene por asignatarios a sus seis
hijas (todas de nombre María) –no tiene más parientes- y el testador
dispuso de la cuarta de mejoras, ¿en cuanto sucederían las hijas y el
beneficiario de la cuarta, si una de las hijas, María Paz, es
desheredada sin dejar descendencia alguna?
c) Si el señor Pérez no tuviere hijas –no tuvo a ninguna de las seis
Marías- señale cuánto le correspondería a los eventuales asignatarios
indicados precedentemente: su cónyuge sobreviviente, padre y abuelo.
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ESQUEMA SOBRE ASIGNACIONES FORZOSAS:

a. Las asignaciones alimenticias que se deben


a ciertas personas:
i. El causante puede ser condenado por
sentencia judicial que se encuentra
ejecutoriada al pago de una pensión
alimenticia en vida.
ii. El causante de forma voluntaria pagaba
alimentos a una persona que por ley tenía
derecho a exigirlos. También en este supuesto
existe una asignación forzosa, ya que los
alimentos se deben por ley.
iii. El causante en vida fue demandado
judicialmente por persona que tenía derecho a
solicitarle alimentos y la sentencia
condenatoria queda ejecutoriada después de la
muerte del causante.
iv. El causante, por encontrarse en alguno de
los casos del artículo 321 del CC, pudo ser
demandado de alimentos en vida por una persona
que tenía título legal para ello; sin embargo
se discute si es posible demandar de alimentos
después del fallecimiento del causante.

1. Las asignaciones i. Legítima rigorosa.


Forzosas.
b. Las legítimas.
ii.Legítima efectiva.

c. Las mejoras.

2. Medios a través de los cuales el legislador protege las


asignaciones forzosas:
a. Medios indirectos de protección:
i. Interdicción por demencia o disipación.
ii. La insinuación en las donaciones irrevocables.
iii. Las donaciones por causa de matrimonio entre esposos.
iv. Acervos imaginarios.
v. Prohibición de sujetar las legítimas a modalidad .
vi. La regulación del desheredamiento es una forma de protección de
las legítimas.
vi. La preterición de un legitimario.
b. Medios directos de protección:
i. La acción de reforma de testamento.
ii. La regulación de las mejoras.

CAPÍTULO IX: LAS ACCIONES QUE SE DESPRENDEN DEL DERECHO SUCESORIO.


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Análisis bibliográfico: ALBALADEJO, Manuel, Curso de Derecho Civil V derecho de


sucesiones, 1994, páginas 198 a 209. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA,
Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II, 1998, páginas 1122 a 1174. DOMINGUEZ BENAVENTE, Ramón
y DOMINGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo III, 1998, páginas 1177 a 1241.
ELORRIAGA, Fabián, Derecho Sucesorio, 2005, páginas 469 a 533. LLEDÓ, Francisco
(director), Compendio de Derecho. Sucesiones Civil, 1998, páginas 321 a 335. MEZA
BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y donaciones entre vivos, 2000,
páginas 280 a 283, 289 a 293, 331 a 338. O’CALLAGHAN, Xavier, Compendio de Derecho
Civil, Tomo V Derecho de sucesiones, 1993, páginas 357 a 371. PUIG, José, Compendio de
Derecho Civil, Volumen IV Derecho de familia y derecho de sucesiones, páginas 509 a 517.
RODRÍGUEZ GREZ, Pablo, Instituciones de Derecho Sucesorio. Pérdida, defensa y pago de
las asignaciones. Ejecutores testamentarios. Partición, Volumen II, 2006, páginas 23 a
59, 82 a 134. ROZAS, Fernando, ALLENDE, Francisco, ASTABURUAGA, Matías, DÍAZ DE VALDÉS,
Juan, Sucesión por causa de muerte: historia, textos, jurisprudencia y comentarios,
1985, páginas 518 a 527, 536 a 545, 604 a 613. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK,
René, Derecho Sucesorio, Tomo II, 2005, páginas 433 a 456, 508 a 524. TRONCOSO, Hernán,
Derecho Sucesorio, 2007, páginas 177 a 185, 249 a 253.

1241. Acciones que proceden del Derecho sucesorio.


En el Derecho sucesorio existen varias acciones, que emanan de
derechos, que le son propias. En este sentido, muchas de ellas
protegen a los legitimarios como la acción de reforma de testamento,
que busca que se respeten las reglas que rigen las asignaciones
forzosas en beneficio de los legitimarios. La acción de
desheredamiento tiene por objeto obviamente desheredar a un
legitimario; pero las normas que la regulan intentan proteger las
legítimas al hacer casi imposible el desheredamiento. También existen
acciones, que protegen la herencia, como la acción de petición de
herencia o de preterición. A continuación se analizarán cada una de
estas situaciones.

1242. EL DESHEREDAMIENTO.

1243. Concepto de desheredamiento.


El desheredamiento es el acto formal por el cual el testador,
invocando una causa legal y cierta, excluye de su derecho a un
legitimario542. A su vez, conforme al artículo 1207.1º del CC,
“[d]esheredamiento es una disposición testamentaria en que se ordena
que un legitimario sea privado del todo o parte de su legítima”.

1244. Requisitos para que opere el desheredamiento:


a) El desheredamiento debe efectuarse por testamento (artículo 1207
del CC).
b) Para que opere el desheredamiento debe invocarse una causa legal.
Las causas legales de desheredamiento están establecidas taxativamente
en el artículo 1208 del CC. El Código Civil hace una distinción en
esta materia:
i) Los descendientes pueden ser desheredados por cualquier causal del
artículo 1208 del CC.
ii) Los ascendientes y el cónyuge podrán ser desheredados por
cualquiera de las tres primeras causales, que en general corresponden
a las causales de indignidad de los numerales 2º a 4º del artículo
968 del CC.
c) La causal de desheredamiento debe indicarse en el testamento de
forma específica (artículo 1209.1º, primera parte, del CC). A su vez,
deben señalarse cuáles son los hechos que se invocan como
constitutivos de la causal para desheredar.
d) Los hechos constitutivos de la causal de desheredamiento deben
haber acaecido en vida del testador y ser probados en vida o con

542VALLET DE GOYTISOLO, Juan, Limitaciones de Derecho Sucesorio a la Facultad de


Disponer, Tomo I: Las Legítimas, Madrid, España, Instituto Nacional de Estudios
Jurídicos, 1974, página 653.
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posterioridad a su fallecimiento (artículo 1209.1º, segunda parte, del


CC). Sin embargo, conforme al artículo 1209.2º del CC, esta prueba no
es necesaria cuando el desheredado no ha ejercido la acción de reforma
de testamento reclamando contra el desheredamiento dentro de los
cuatro años siguientes, que es el plazo para ejercer esta acción
(artículos 1209, 1216 y 1221 del CC).

1245. Causales de desheredamiento.


Las casuales de desheredamiento son taxativas y se distingue entre
causales exclusivas para los descendientes y comunes para éstos y los
ascendientes y cónyuge sobreviviente (artículo 1208.2º del CC). Éstas
están contempladas en el artículo 1208.1°, Regla 1ª a 3ª, del CC, que
se relaciona con las indignidades del artículo 968 del CC; las otras
son exclusivamente aplicables a los descendientes.
a) Las causales comunes de desheredamiento son las siguientes:
i) Injuria grave contra el testador en su persona, honor, bienes o en
la persona, honor o bienes de su cónyuge o de cualquiera de sus
ascendientes o descendientes (artículo 1208.1°, Regla 1ª, del CC).
Esta regla debe concordarse con los artículos 172 y 968, n° 2 del CC.
Los hechos constitutivos de injuria grave son apreciados soberanamente
por los jueces de fondo, pero la calificación jurídica, en torno a la
causal, puede ser objeto de un recurso de casación en el fondo.
ii) No haber socorrido al causante en estado de demencia o
destitución, pudiendo hacerlo (artículo 1208.1°, Regla 2ª, del CC).
Esta causal está íntimamente ligada a la indignidad establecida en el
artículo 968, n° 3, del CC. Sin embargo, el ámbito de aplicación de la
causal de indignidad es diferente a la de desheredamiento. La
indignidad procede sólo respecto del consanguíneo dentro del sexto
grado inclusive. En cambio, el desheredamiento procede respecto de los
descendientes, ascendientes y el cónyuge.
iii) Haberse valido de fuerza o dolo para impedirle testar (artículo
1208.1°, Regla 3ª, del CC).
Esta causal está en íntima relación con la causal de indignidad del
artículo 968, n° 4, del CC.
b) Causales especiales aplicables exclusivamente a los descendientes:
i) Haberse casado, sin el consentimiento de un ascendiente, estando
obligado a obtenerlo (artículo 1208.1°, Regla 4ª, del CC).
Esta causal está íntimamente ligada con la prohibición de no casarse
sin obtener el asenso de los padres (artículo 107 del CC).
ii) Haber cometido un delito que merezca pena aflictiva o por haberse
abandonado a los vicios o ejercido granjerías infames, a menos que se
pruebe que el testador no cuidó de la educación del desheredado
(artículo 1208.1°, Regla 5ª, del CC).

1246. Efectos del desheredamiento:


a) Los efectos se regulan fundamentalmente por la voluntad del
testador. De esta forma, el testador podrá desheredar total o
parcialmente. Si el testador no dice nada se entiende que el
desheredamiento es total (artículo 1210.1º del CC).
b) El desheredamiento no sólo alcanza al legitimario en su legítima,
sino que además se extiende a la legítima efectiva, en la medida que
las mejoras acrezcan a la mitad legitimaria.
c) El desheredamiento sólo puede dejarse sin efecto en virtud de la
revocación del testador (artículo 1211 del CC).

1247. ACCIÓN DE REFORMA DE TESTAMENTO.


Regulación de la acción de reforma de testamento.
La acción de reforma de testamento está regulada en el párrafo 2º del
Título VI, del Libro III, del CC (artículos 1216 a 1220).
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El que el testador no respete las legítimas en principio no trae


aparejada la nulidad del testamento, sino la acción de reforma de
testamento, conocida en el Derecho romano como “querella de inoficiosa
testamenti”. Esta acción es un medio directo que el legislador otorga
a los legitimarios para la defensa de la legítima y de las reglas que
regulan las mejoras. El objetivo de esta acción es modificar el
testamento e imponer las legítimas y mejoras.

1248. Concepto y regulación de la acción de reforma de testamento.


La acción de reforma de testamento es la que corresponde a los
legitimarios o a sus herederos, en caso que el testador no haya
respetado las legítimas o mejoras. El concepto precedente se desprende
del artículo 1216.1º, primera parte, del CC, que establece que “[l]os
legitimarios a quienes el testador no haya dejado lo que por ley les
corresponde, tendrán derecho a que se reforme a su favor el
testamento, y podrán intentar la acción de reforma (ellos o las
personas a quienes se hubieren transmitido sus derechos)…”.

1249. Titulares de la acción de reforma de testamento.


Esta acción protege a los legitimarios en su legítima o impone el
respeto a las reglas que regulan las mejoras. Por ello esta acción
corresponde a los hijos, personalmente o representados, los
ascendientes más próximos o al cónyuge sobreviviente, en virtud de lo
establecido en los artículos 1216, primera parte, y 1220 del CC. De
este modo sólo los legitimarios tendrán interés en entablar esta
acción por cuanto lo asignado, con infracción a las normas que regulan
las legítimas y mejoras, acrecerá a la legítima.

1250. Características de la acción de reforma de testamento:


a) Es una acción personal.
Ello se debe a que se dirige en contra de los asignatarios instituidos
por el testador en perjuicio de los legitimarios.
b) Es una acción patrimonial, porque persigue un fin económico, siendo
por tanto renunciable en forma expresa o tácita, transferible o
cedible, transmisible y prescriptible.
En cuanto a la prescripción es una acción de corto tiempo (artículo
1216.1º, segunda parte, del CC) y para comenzar a correr se deben
cumplir los siguientes dos requisitos:
i) Que los legitimarios tengan conocimiento del testamento en que se
les conceden sus derechos.
ii) Que los legitimarios tengan conocimiento de su calidad de tales.
El plazo de prescripción de cuatro años y, de acuerdo al artículo
1216.1º, segunda parte, del CC, comienza a correr desde el día en que
tuvieron conocimiento los legitimarios del testamento y de su calidad
de tales.

1251. Objetivos de la acción de reforma de testamento.


Esta acción tiene los siguientes objetivos:
a) Esta acción puede perseguir la protección tanto de la legítima
rigorosa como efectiva (artículo 1217 del CC).
El legitimario va a reclamar la legítima rigorosa, cuando sus derechos
han sido violados a favor de otro legitimario y reclamará la legítima
efectiva, cuando sus derechos han sido transgredidos a favor de un
tercero extraño, no asignatario de cuarta de mejoras. En este sentido,
el artículo 1217.1º del CC establece que “[e]n general, lo que por ley
corresponde a los legitimarios y lo que tienen derecho a reclamar por
la acción de reforma, es su legítima rigorosa, o la efectiva en su
caso”.
b) Imponer el respeto a las reglas que regulan la cuarta de mejoras.
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De este modo, a través de la acción de reforma de testamento, se puede


perseguir lo asignado por el testador como cuarta de mejoras, lo cual
acontecerá cuando el testador distribuya o asigne dicha cuarta a
personas distintas de aquellas en cuyo beneficio se pueden establecer
las mejoras. La acción de reforma de testamento por violación a las
reglas que regulan la cuarta de mejoras, conforme a la Ley Nº 18.802,
le corresponde exclusivamente a los legitimarios.
c) Amparar al legitimario que ha sido desheredado injustamente, tanto
por su legítima, como por las donaciones afectadas por el
desheredamiento. En este sentido, el artículo 1217.2º del CC, dispone
que “[e]l legitimario que ha sido indebidamente desheredado, tendrá,
además, derecho para que subsistan las donaciones entre vivos
comprendidas en la desheredación”.

1252. Forma de enterar las legítimas.


El entero o pago de las legítimas debe hacerse por los beneficiarios
con lo asignado en contravención a las asignaciones forzosas. De este
modo, el artículo 1219 del CC, establece que “[c]ontribuirán a formar
o integrar lo que en razón de su legítima se debe al demandante los
legitimarios del mismo orden y grado”.

1253. PRETERICIÓN DEL HEREDERO.


La preterición del heredero consiste en omitir a un legitimario del
testamento por olvido u otra causa, sin asignarle lo que le
corresponde por ley, ni desheredarle. Nuestro ordenamiento jurídico en
el artículo 1218.1º del CC no le otorga ningún efecto a dicha omisión
por lo que, el legitimario hará valer sus derechos “como si no se le
hubiere omitido”. En este sentido, el artículo 1218.1º del CC
establece que “el haber sido pasado en silencio un legitimario deberá
entenderse como una institución de he redero en su legítima”. Es más,
conforme al artículo 1218.2º del CC, la preterición ni siquiera afecta
a las donaciones revocables.

1254. LA ACCIÓN DE PETICIÓN DE HERENCIA.


La acción de petición de herencia o “petitio hereditatis” está
regulada en el párrafo 4, denominado “De la Petición de Herencia y de
otras Acciones del Heredero”, del Título VII del Libro III, del CC
(artículos 1264 a 1269).
La acción de petición de herencia corresponde a quien es titular de un
derecho de herencia poseído por otro con el objeto que se reconozca al
actor como verdadero heredero y se le restituyan las cosas que
conforman el haz hereditario. Deben restituirse, tanto bienes
corporales, como incorporales y aún aquellos respecto de los cuales el
difunto era mero tenedor y que no hubiere devuelto legítimamente a sus
dueños. En este sentido, el artículo 1264 del CC dispone que “[e]l que
probare su derecho a una herencia, ocupada por otra persona en calidad
de heredero tendrá acción para que se le adjudique la herencia, y se
le restituyan las cosas hereditarias, tanto corporales como
incorporales; y aun aquellas de que el difunto era mero tenedor, como
depositario, comodatario, prendario, arrendatario, etcétera, y que no
hubieren vuelto legítimamente a sus dueños”.

1255. Concepto de acción de petición de herencia.


R. DOMÍNGUEZ B. y R. DOMÍNGUEZ A. definen a esta acción como aquella
“que se concede al dueño de una herencia para reclamar su calidad de
tal, sea contra quien la posea en su totalidad o en parte como falso
heredero; o parcialmente de quien siendo verdaderamente heredero,
desconoce este carácter al peticionario, a quien también le
corresponde; o, en fin, contra el que posea o tenga cosas singulares
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que componen la herencia, a título de heredero” 543. Nuestro Código


Civil se adelantó incluso al Código napoleónico al regular esta
acción. El BGB también la establece.

1256. Objeto de la acción de petición de herencia.


La acción de petición de herencia, conforme al artículo 1264 del CC,
tiene los siguientes objetos:
a) Se busca que se adjudique la herencia, o sea, que se declare la
calidad de verdadero heredero del actor.
b) Como consecuencia de dicho reconocimiento se ordena la restitución
de las cosas y derechos que forman el haz hereditario, inclusive sus
aumentos y mejoras. En este sentido, el artículo 1265 del CC
establece que “[s]e extiende la misma acción no sólo a las cosas que
al tiempo de la muerte pertenecían al difunto, sino a los aumentos que
posteriormente haya tenido la herencia”.

1257. Características de la acción de petición de herencia:


a) Es una acción real, pues nace del derecho real de herencia y se
ejerce sin respecto a determinada persona.
b) Es una acción divisible, le corresponde a cada heredero por
separado; siendo varios herederos cada uno de ellos ejercerá por
separado la acción con el objeto de perseguir su cuota hereditaria.
c) La acción recae sobre una universalidad jurídica. La doctrina
agrega que, a pesar de no ser el derecho de herencia un derecho
mueble, se rige por las normas de los derechos muebles y, por ende, la
acción de petición de herencia es mueble.
d) Es una acción patrimonial.
Por tanto la acción de petición de herencia es renunciable,
transmisible, transferible y prescriptible.
Las acciones reales no prescriben por el sólo transcurso del tiempo,
sino que se extinguen por la prescripción adquisitiva del respectivo
derecho (artículo 2517 del CC). De esta forma a la acción de petición
de herencia se le aplican las reglas del artículo 2512 del CC que
señala que el derecho de herencia se adquiere por prescripción
extraordinaria de diez años. Este plazo se reduce en el caso del
heredero putativo que obtenga el auto de posesión efectiva, a cinco
años (artículos 1269; 704; 2512.1º, Regla 1ª, y 2512 del CC).

1258. Sujetos activos de la acción de petición de herencia.


Pueden ser titulares de esta acción:
a) Herederos directos del causante, o sea, quien quiera que sea
asignatario a título universal.
Estos asignatarios pueden haber adquirido por derecho de sustitución,
transmisión, acrecimiento o haber sido instituidos como donatarios de
una donación revocable a título universal (artículo 1142.1º del CC).
También puede entablar esta acción el heredero de cuota, pero para
algunos autores como CLARO S. dicha acción sólo puede entablarse por
la cuota544.
b) El cesionario de una herencia a título gratuito u oneroso.

1259. Sujeto pasivo de la acción de petición de herencia.


El poseedor no dueño del derecho de herencia, es decir, el falso
heredero o heredero putativo, es sujeto pasivo de esta acción. El

543 DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón, y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio,


Tomo III, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1998, nº 1053, página
1180.
544 CLARO SOLAR, L., Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, Volumen

VIII: De la Sucesión por Causa de Muerte, De la Prescripción, Tomo Décimo Sexto,


De la Sucesión Por Causa de Muerte IV, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de
Chile, 1982, página 239.
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artículo 1264 del CC se refiere al sujeto pasivo como aquel que ocupa
una herencia en calidad de heredero.
Lo señalado precedentemente ha llevado a discutir si el cesionario del
falso heredero puede ser sujeto pasivo de esta acción. Para parte de
la doctrina ello no es posible porque el cesionario no ocupa la
herencia en calidad de heredero. Sin embargo, la solución acertada
parece ser la contraria, en virtud de los siguientes argumentos:
a) La cesión es igual a la tradición, y ésta es un título derivativo
que no transfiere más derechos que los que tiene el tradente. Por otra
parte, la posesión del adquirente no tiene los mismos vicios que la
del tradente, es decir, la calidad de falso heredero no se
transfiere545. Pero ello no quiere decir que no proceda la acción de
petición de herencia, sino que lo que se protege es la calidad de
heredero.
b) Se trata de una acción real, por lo tanto, se puede entablar en
contra de cualquier persona que desconozca la calidad de heredero.

1260. Prueba de la acción de petición de herencia.


En materia de prueba se debe de acreditar por el demandante la calidad
de heredero, que sin lugar a duda es una prueba más fácil que la del
dominio o la posesión en la acción reivindicatoria o publiciana.
Igual prueba se presenta en la acción de partición, pero obviamente
con objetivos diferentes546.

1261. Efectos de la acción de petición de herencia.


Los efectos de la acción de petición de herencia están regulados en el
aludido Párrafo 4º, del Título VII, del Libro II, del CC,
específicamente en los artículos 1265 a 1268. Pero además se
aplicarán, a los efectos de esta acción, en subsidio a las reglas
especiales, establecidas en referido Párrafo 4, las reglas de las
prestaciones mutuas, de los artículos 904 y siguientes del CC.
La acción de petición de herencia produce sus efectos desde que una
sentencia firme acoge la pretensión del heredero contra el falso
heredero o el que desconoce los derechos de aquél.
En cuanto a los efectos de la acción de petición de herencia se deben
distinguir los siguientes efectos:
a) En cuanto a la restitución de las cosas heredadas y sus aumentos.
Al igual que en la acción reivindicatoria, el ocupante vencido debe
restituir todos los bienes que ocupe, ya sean corporales o
incorporales y a cualquier título, es decir, ya sea como poseedor o
mero tenedor. A su vez, como ya se señaló, la acción de petición de
herencia también comprende, conforme al artículo 1265, segunda parte,
del CC, “los aumentos que posteriormente haya tenido la herencia”.
b) En materia de restitución de frutos.
Los frutos, de acuerdo al artículo 1266 del CC, se regularán por las
reglas de las prestaciones mutuas (artículos 913 y 907 del CC). De
esta manera, el ocupante de mala fe debe restituir los frutos. La
restitución en este caso comprende los frutos percibidos y aquellos
que hubieren obtenido con mediana inteligencia y cuidado. El demandado
podría imputar los gastos ordinarios invertidos en producir los
frutos.
c) En cuanto a las mejoras, conforme al artículo 1266 del CC, se
aplican las reglas de las prestaciones mutuas; conforme a las cuales
deben hacerse las siguientes precisiones:

545 Ello es evidente desde que la posesión es sólo un hecho. Una muestra de ello
es el artículo 717 del CC.
546 CLARO SOLAR, L., Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado, Volumen

VIII: De la Sucesión por Causa de Muerte, De la Prescripción, Tomo Décimo Sexto:


De la Sucesión Por Causa de Muerte: IV, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de
Chile, 1982, página 237.
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i) Las expensas necesarias siempre deben restituirse.


ii) Las expensas útiles deben ser abonadas al poseedor de buena fe,
conforme al derecho de opción a favor del demandado vencido, en los
términos del artículo 909.3º del CC. El demandado vencido de mala fe
tiene, respecto de las expensas útiles, los derechos que se le otorgan
al poseedor vencido respecto de las expensas voluptuarias.
iii) Las expensas voluptuarias pueden retirarse en la medida que
puedan separarse sin detrimento de la cosa (artículos 908, 909 y 913
del CC).
d) En cuanto a los deterioros, existe una regla especial en el
artículo 1267 del CC, similar al artículo 906 del CC, por la cual se
distingue si el deterioro se produjo estando el demandado de buena o
mala fe. En este sentido, la referida norma señala expresamente que
“[e]l que de buena fe hubiere ocupado la herencia no será responsable
de las enajenaciones o deterioros de las cosas hereditarias, sino en
cuanto le hayan hecho más rico pero habiéndola ocupado de mala fe, lo
será de todo el importe de las enajenaciones y deterioros”. En el
primer caso, es decir, si estuviere de buena fe, es responsable del
deterioro en cuanto le hayan hecho más rico. En el segundo, o sea, si
está de mala fe, es responsable siempre de los deterioros, aún del
caso fortuito. Esto hace una diferencia con el artículo 906 del CC,
que sólo hace responsable al demandado de mala fe de los deterioros
producidos por su hecho o culpa.
e) En cuanto a las enajenaciones hechas por el falso heredero; ellas
son válidas, pero inoponibles al verdadero heredero. El verdadero
heredero junto a la acción de petición de herencia podrá entablar la
acción reivindicatoria contra los terceros que no han adquirido por
prescripción (artículo 1268 del CC)547.
f) En cuanto a la responsabilidad del falso heredero por las
enajenaciones, se aplica el artículo 1267 del CC, que hace la
distinción precedente en cuanto a los deterioros.
La acción de petición de herencia procede contra cualquiera que esté
en posesión de ésta o de un bien que forma parte de la masa e invoque
la calidad de heredero. Pero, cabe analizar qué sucede si el falso
heredero ocupante ha enajenado los bienes, entonces conforme al
artículo 1267 del CC se debe distinguir, según si el ocupante está de
buena o mala fe. Si el ocupante está de buena fe sólo deberá restituir
aquello que lo ha hecho más rico. La redacción de este artículo podría
llevar a entender que la acción de petición de herencia sólo puede
entablarse en contra del que ha enajenado el bien y no contra el
tercero adquirente. Pero no es posible hacer esa lectura del artículo
1267 del CC, ya que ella pondría en tela de juicio la naturaleza real
de la acción. Al ser la acción de petición de herencia real no se debe
distinguir entre terceros de buena o mala fe, la acción de petición de
herencia alcanza a cualquiera que esté en posesión de un bien de la
masa o de la universalidad. Por ello, claramente, esta disposición no
altera la regla general en virtud de la cual la acción real persigue a
cualquiera que enerve el derecho, en los términos establecidos en el
artículo 1264 del CC. Por otra parte, el artículo 904 del CC –
respecto de la acción reivindicatoria- tiene una redacción similar al
hacer responsable por acción de reembolso al poseedor de mala fe por
los gastos de custodia y conservación que debiere pagar el
reivindicador al secuestre.
A su vez, si el ocupante enajenó un bien relicto o compró otro con el
dinero de éste, cabe preguntarse si el bien adquirido pasa a ocupar
jurídicamente su lugar, como una verdadera subrogación real. Para R.
DOMÍNGUEZ B. y R. DOMÍNGUEZ A. estos supuestos no pueden dar lugar a

547 ELORRIAGA DE BONIS, Fabián, Derecho Sucesorio, Lexis Nexis, Santiago de


Chile, 2005, nº 609, páginas 521 y 522.
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una subrogación real por requerirse para ello de un texto expreso de


ley.
g) El heredero podrá ejercer la acción reivindicatoria en contra del
tercero, sin perjuicio de la acción indemnizatoria en contra del falso
heredero que enajenó (artículo 1268.2º del CC).

1262. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de


acciones que se desprenden del derecho sucesorio548.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de acción de reforma de testamento. Don Celín Pérez
Pérez, interpuso demanda en contra de don José Celín Pérez y expuso
que por escritura pública en Radal, de fecha 15 de junio de 1940, don
Juan Pérez Carrasco lo reconoció como hijo natural. Su padre natural
falleció, el 18 de marzo de 1957, en Radal y su sucesión se rigió por
el testamento otorgado por él, con fecha 3 de julio de 1947. En virtud
del referido testamento se solicitó y concedió la posesión efectiva de
los bienes, quedados al fallecimiento de don Juan Pérez Carrasco, al
heredero instituido en este acto, don José Celín Pérez, según su auto
de posesión efectiva dictado en el 2° JLC de Temuco, de fecha 11 de
junio de 1957, inscribiéndose en el RP del CBR de Temuco del año 1947.
El causante, según ese testamento, instituyó heredero universal de
todos sus bienes a don José Pérez como su único heredero, no
constituyendo al demandante, hijo natural, como heredero, en
circunstancias que por ser legitimario, conforme al artículo 1182, n°
3 del CC, no podía privársele de la calidad de tal. Habiéndose
silenciado en el referido testamento y siendo heredero de conformidad
al artículo 1181 del Código antedicho, debe entenderse que es
instituido en la legítima, según el artículo 1218 de ese cuerpo legal.
Y siendo hijo natural del causante y no habiendo otros herederos
forzosos le corresponde la mitad legitimaria y la cuarta de mejoras,
que no puede ser dejada a extraños, sino solo a sus descendientes
legítimos o naturales. De acuerdo con el artículo 1167 del CC, las
asignaciones forzosas son las que el testador está obligado a hacer y
se suplen cuando no las ha hecho, aun con perjuicio de sus
disposiciones testamentarias expresas. No habiéndosele designado
heredero por el acto testamentario, el testamento solo podrá
aplicársele en lo que no afecte la mitad legitimaria y la cuarta de
mejoras, que por ley le corresponden por ser hijo natural del
causante. El heredero designado en el testamento lo es solo en la
parte de la herencia que el testador pudo disponer a su arbitrio, esto
es, en la cuarta de libre disposición. El actor don Luis Celín Pérez
Pérez, invocando su calidad de hijo natural del causante don Juan José
Pérez Carrasco, demanda de reforma de testamento al heredero universal
instituido en él, don José Celín Pérez. El testamento lo habría
preterido, no obstante su calidad de legitimario, privándolo no solo
de la mitad legitimaria, sino también de la cuarta de mejoras, a pesar
de no existir otro heredero forzoso. La sentencia de primera instancia
acogió la acción y el fallo fue confirmado por el tribunal de alzada.
La parte demandada interpone recurso de casación en la forma y en el
fondo contra el fallo de alzada y la CS resolvió que los hijos
naturales o los descendientes legítimos de ellos son asignatarios
forzosos de mejoras, aun sin haber descendientes legítimos, y que el
vacío que se advierte en el precepto del artículo 1184 del CC se debe
solo a un olvido del legislador en el texto de la Ley N° 10.271, de 2
de abril de 1952. En cuanto a la supuesta infracción al artículo 1195

548 Las sentencias que se consignan a continuación no representan,


necesariamente, el estado de la jurisprudencia y tienen por función simplemente
que los alumnos apliquen las materias.
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del CC, aducido por la recurrente de casación, la sentencia se limita


a reconocer que de la cuarta de mejoras puede hacer el donante o
testador la distribución que quiera entre sus hijos legítimos y
naturales y los descendientes legítimos de unos y otros, lo que no
hace sino reconocer el derecho que los hijos naturales tienen sobre
esa cuota hereditaria. Finalmente, la sentencia recurrida tampoco
infringe el artículo 1220 del CC, toda vez que la sentencia se limita
a consagrar que este precepto no tendría aplicación práctica, a menos
de que se alterare su tenor literal, si los hijos naturales no
tuviesen derecho a pedir la reforma de testamento, si siendo ellos
legitimarios el testador dispusiese libremente de la mitad de la
herencia. La CS, por estas consideraciones, no dio lugar al recurso de
casación en la forma y en el fondo, condenando a la recurrente en
costas. Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección Primera, tomo n° 64, año
1967, páginas 127 a 159.
b) En materia de acción de petición de herencia. Una presunta heredera
demanda a los herederos exigiendo ser incluida en la posesión efectiva
y que se reconozca su calidad de heredera.
La CA de Santiago, mediante un fallo de 6 noviembre de 1997, resuelve
que una correcta interpretación del artículo 1264 del CC lleva a la
conclusión inequívoca de que la acción de petición de herencia puede
ser interpuesta tanto contra quien posea en todo o en parte como falso
heredero, cuanto en contra de quienes siendo verdaderamente herederos,
han desconocido los derechos de otro heredero legítimo ocupando la
cuota que a este último corresponde en la herencia, caso en el cual
dichos herederos legítimos pasan a ser falsos herederos respecto de la
cuota de la herencia ilegítimamente ocupada. Por lo que la CA da lugar
a lo solicitado en la demanda. Vid. GJ nº 209, página 107.
c) En materia de presupuestos que deben concurrir para los efectos de
entablar la acción de petición de herencia.
En juicio ordinario en autos “Oyarzún Miranda y otros con Fisco de
Chile”, rol nº 6414, los demandantes pretenden que se les reconozca la
calidad de herederos sobre los bienes que indican y que se les
restituya la posesión, que el Fisco de Chile se atribuye sobre ellos
como heredero aparente.
El Fisco opone excepción de prescripción y hace referencia a su
calidad de heredero putativo por lo que se refiere a su vez a la
prescripción de cinco años en referencia a los artículos 1269 y
704.2º del CC.
Entablado recurso de apelación contra la sentencia de primera
instancia, ante la CA de Punta Arenas, la CA resuelve, mediante
sentencia de 10 mayo de 1990, que la acción de petición de herencia
descansa sobre dos supuestos que constituyen al mismo tiempo sus
condiciones de admisión y cuya prueba recae en el demandante:
a) La calidad de heredero del causante por parte de quien la
ejerce; y
b) La posesión del haz hereditario por el demandado, el cual invoca
también como título para ello una condición de heredero que no le
corresponde.
En torno a la sucesión por causa de muerte, esta institución es el
modo típico de adquirir el dominio del derecho de herencia, como
quiera traspasa el patrimonio del causante a los herederos o
legatarios, es de índole derivativa, por lo que requiere un título que
le sirva de antecedente. Este, según el artículo 952 del CC, puede
ser el testamento, en cuyo caso, la sucesión es testada, o la ley,
situación en que la sucesión es intestada o “ab intestato”, que aun
cuando pueda presentarse el caso infrecuente de que una sucesión sea
en parte testada y en parte intestada, lo ordinario será que ella
corresponda a uno u otro título, y en el evento que ambos concurran en
conjunto respecto de una misma herencia, debe primar la distribución
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de los bienes que provengan de la voluntad declarada a través del


testamento por sobre aquella que dispone la ley, que sólo adquiere
vigencia a falta de una manifestación expresa del causante, cuya
voluntad suple o presume. Para la CA esta premisa resuelve el
conflicto de intereses, planteado en el juicio, el que debe decidirse
a favor de quienes el causante asignó de manera determinada y expresa
sus bienes instituyéndoles herederos de ellos, frente al Fisco de
Chile, quien sólo pudo haber accedido a la herencia a falta de una
disposición de voluntad de aquel, y aun así, sólo en ausencia de otros
herederos “ab intestato” de mejor derecho, desde que se sitúa en el
último orden de la sucesión intestada a que se refiere el artículo
983 del CC.
En lo que se refiere a la prescripción, se aplica el mismo criterio
que en la sentencia anterior549.
d) En materia de acción de petición de herencia (calificación como
poseedor de mala fe). Se entabla una acción de petición de herencia,
en juicio ordinaria, en autos caratulados “Asociación para Espásticos
Chilenos con Gutiérrez Mora, y otros”. El demandado, a su vez, entabla
una demanda reconvencional de nulidad de testamentos. El juez de
primera instancia, mediante sentencia de fecha 21 de diciembre de
1998, acoge la demanda de petición de herencia y rechaza la demanda
reconvencional de nulidad de testamentos. Apelada esta resolución, una
sala de la CA de Santiago revocó la sentencia en cuanto condenaba en
costas a los demandados, confirmándola en lo demás. En contra de esta
última sentencia, los demandados interpusieron recursos de casación en
el fondo, la parte de doña Lía Gutiérrez Mora y de casación en la
forma y en el fondo, la parte de don Germán Valenzuela Erazo. La CS
resolvió que el solo hecho de que los demandados pudiesen haber sabido
de la existencia de un testamento a favor de un tercero, que no tenía
la calidad de heredero abintestato, no los convierte en poseedores de
mala fe de la herencia, cuya posesión efectiva obtuvieron ante el
Trigésimo JLC de Santiago, más aún si interpuesta la acción de
petición de herencia dedujeron reconvención, impugnando dicho
testamento como nulo. Por lo anterior se ordena restituir por don
Germán Valenzuela Erazo y doña Lía Isabel Gutiérrez Mora, la herencia
al actor en la forma señalada en el artículo 907.1° del CC y se
dispone, en cambio, que dicha restitución debe hacerse en los términos
del artículo 907.3° del CC, esto es, en calidad de poseedores de buena
fe. Vid. RDJ, Segunda Parte, Sección Primera, tomo n° XCIX, año 2002,
paginas 67 a 69.
e) En materia de prescripción de la acción de petición de herencia
(artículo 2517 del CC). Se demanda el desconocimiento de la calidad
de heredero, ya que los demandados habrían obtenido la posesión
efectiva atribuyéndose la calidad de únicos herederos, desconociendo
la de los demandantes, y posteriormente cedieron dichos derechos
hereditarios. Los demandados oponen excepción de prescripción, ya que
han ocupado la herencia por más de diez años (once y veinticinco años,
respectivamente, por cada causante).
Se precisa que mediante la acción de petición de herencia lo que se
persigue es obtener la restitución de la universalidad jurídica de la
herencia, o de una cuota de ella, de quien la está poseyendo invocando
tal calidad de heredero, o la de cesionario de dicha universalidad o
de una cuota de ella, sin derecho, mas no la restitución de una o más
especies singulares.
De los antecedentes se advierte que las únicas personas que aparecen
como titulares de la universalidad jurídica de la herencia son los
demandados. Y también que la cesión de derechos hereditarios no es
tal, sino que es una compraventa de los derechos que correspondían a

549 Vid. Legal Publishing on line, Número Identificador: 22.198.


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las vendedoras en una propiedad determinada de la herencia y no una


tradición o cesión de la universalidad misma o de una cuota de ella,
por lo que el adquirente no reviste la calidad de cesionario. En
cuanto a la excepción de prescripción se señala que para que opere la
prescripción de diez años de la acción de petición de herencia no
basta sólo el transcurso del tiempo, sino que es necesario que el
derecho de herencia sea adquirido por un tercero por prescripción
adquisitiva por el mismo lapso.
Por tanto, como los demandados no han podido probar el haber existido
por su parte posesión exclusiva de la herencia y no habiéndose
acreditado por su parte los presupuestos legales, para que operare la
prescripción adquisitiva del derecho de herencia, se rechaza la
excepción.
En consecuencia, deben restituirse a los actores las cosas
hereditarias de toda clase en la cuota que les corresponda, como se
solicitó, y para ello debe procederse a la partición. En este sentido
resolvió la CA de Santiago, en sentencia de 5 de junio de 1990, en
autos “Obreque con Rojas”, Rol 5059-88. Vid. GJ, n° 120, página 44.
f) En materia de prescripción de la acción de petición de herencia. La
CA de Santiago, en autos “Guajardo con Barahona”, mediante un fallo de
13 de marzo de 1998, procede a rechazar la excepción de prescripción
extintiva, opuesta por el demandado contra la acción de petición de
herencia hecha valer en su contra por otros herederos, puesto que
procesalmente correspondía alegar la prescripción adquisitiva.
Por otra parte, no concurre en la especie el requisito de buena fe en
el poseedor dado que el demandado no pudo ignorar la existencia de sus
hermanos naturales no obstante lo cual pidió la posesión efectiva para
sí solo. En tal supuesto el plazo de prescripción es de 10 años
(artículos 1269 y 2517) no cumplido a la fecha de notificarse la
demanda. Vid. GJ nº 213, página 104.
g) En materia acciones de petición de herencia y reforma de
testamento. Ante el 2° JLC de Lota, doña Nieves Estela F., interpuso
demanda sobre reforma de testamento y petición de herencia contra
María GS viuda de F, solicitando que se modifique la disposición
testamentaria del fallecido don Juan Bautista FP, en cuanto designa a
su referida cónyuge, doña María GS, como su heredera universal, y que
–aceptándose a la demandante su calidad de hija natural del fallecido
FP– se le ordene asignar como única legitimaria, la mitad legitimaria
de esa herencia y la cuarta de mejoras; se modifique el auto de
posesión efectiva que se decretó a favor de María G y que se le
restituyan las especies que le correspondan como su porción
hereditaria. Contestando la demanda, la señora G, viuda de F, pidió su
rechazo, sosteniendo que en ese libelo no se formulan peticiones
concretas, y que la actora no sería hija natural de su difunto marido
porque no hay declaración de reconocimiento sobre el particular. La
sentencia de primera instancia acoge la acción propuesta sólo en
cuanto acepta que debe reformarse el testamento de que se trata, y que
a la demandante corresponde asignarle la mitad legitimaria. Una de las
salas de la CA de Concepción, conociendo de las apelaciones deducidas
por las partes y del recurso de casación en la forma que interpuso la
demandada, confirmó y revocó en parte el fallo del juez “a quo”,
declarando que la actora es asignataria de la cuarta de mejoras, sin
perjuicio de su legitima y que debe ampliarse la posesión efectiva de
la herencia, que se dio a favor de la cónyuge sobreviviente del
causante, la que se concede igualmente a la actora. Contra este fallo,
la demandada interpuso recurso de casación en la forma y en el fondo.
La CS desechó ambos recursos, estimando que al acoger los jueces del
fondo la demandada de la hija natural del fallecido, don Juan Bautista
FP, en orden a aceptar la reforma de testamento, y reconocérsele a la
actora sus derechos a la mitad legitimaria y a la cuarta de mejoras,
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así como al ordenar, consiguientemente, la ampliación de la posesión


efectiva otorgada a la heredera demandada, no han violado los
artículos 1184.1° y 2° y 1220 del CC, sino que, por el contrario, en
la especie les dieron cumplida y cabal aplicación a tales preceptos.
Vid. FM, n° 182, Sentencia n° 5, año 1974, páginas 276 a 281.
h) En materia de acción de petición de herencia y acción
reivindicatoria. El objeto de la acción de petición de herencia es
hacer efectivo el derecho del verdadero heredero para que se le
reconozca la calidad de tal y consecuencialmente su derecho a todo o
parte de los bienes hereditarios, sea heredero verdadero o falso quien
detenta la herencia, pues el artículo 1264 del CC no hace distinción
al respecto. La CA de Valdivia, en autos “Toloza con Llanueva”, Rol
7695-97, resolvió que es erróneo el planteamiento de la parte
demandada, en cuanto sostiene que la demandante equivocó la vía
jurídica para exigir sus derechos como heredera y que debió ejercer la
acción reivindicatoria prevista en el artículo 1268 del CC en lugar de
la acción de petición de herencia del artículo 1264 del CC.
En efecto, de la armónica interpretación de ambas disposiciones se
deduce que el verdadero heredero tiene dos acciones: la de petición de
herencia, ya referida, y la reivindicatoria, esta última para obtener
la restitución de los bienes que han salido de manos de quien ocupaba
la herencia por su enajenación a terceros, pudiendo ejercer cualquiera
de ellas a su arbitrio según sea contra quién se dirija. Vid. GJ nº
204, página 89.

CAPÍTULO X: LA HERENCIA COMO UNIVERSALIDAD JURÍDICA.

Análisis bibliográfico: DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho


Sucesorio, Tomo III, 1998, páginas 1245 a 1409. ELORRIAGA, Fabián, Derecho Sucesorio,
2005, páginas 573 a 730. MEZA BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y
donaciones entre vivos, 2000, páginas 343 a 371, 439 a 468. OLAVARRÍA AQUEVEQUE, Oscar,
Elementos del derecho sucesorio chileno, 2004, páginas 247 a 252. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo,
Instituciones de Derecho Sucesorio. Pérdida, defensa y pago de las asignaciones.
Ejecutores testamentarios. Partición, Volumen II, 2006, páginas 135 a 204, 231 a 295.
ROZAS, Fernando, ALLENDE, Francisco, ASTABURUAGA, Matías, DÍAZ DE VALDÉS, Juan, Sucesión
por causa de muerte: historia, textos, jurisprudencia y comentarios, 1985, páginas 618 a
690, 798 a 848. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René, Derecho Sucesorio, Tomo II,
2005, páginas 525 a 559, 655 a 690. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio, 2007, páginas
219 a 233, 255 a 266.

En esta sección se analizará la forma en que opera el pasivo y activo


de la herencia. Especialmente se abordarán el pago de las deudas
hereditarias por los herederos o legatarios, su responsabilidad; el
beneficio de separación que protege a los acreedores del causante; los
albaceas o ejecutores testamentarios y la división del activo.

1263. EL PASIVO DE LA HERENCIA.

1264. La responsabilidad de los herederos.


La responsabilidad de los herederos no es la misma en todos los
ordenamientos jurídicos, distinguiéndose dos principales sistemas, el
germánico y el romano. A su vez, existen como se indica a continuación
distintas teorías que sustentan esta responsabilidad.

1265. Teorías sobre la responsabilidad de los herederos.


Nuestro ordenamiento jurídico acogió la teoría clásica en materia de
responsabilidad del heredero. En virtud de esta teoría –adoptada del
Derecho romano clásico y de la dogmática francesa tradicional- el
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heredero es el continuador de la personalidad jurídica del causante y


por ello es responsable “ultra vires hereditatis”550.
Conforme a esta teoría los herederos subrogan al causante,
inmediatamente después del fallecimiento, generándose los siguientes
efectos:
a) Entre el causante y el heredero existe una identidad de persona
para los efectos de la cosa juzgada.
b) Al heredero no se transmiten los derechos “intuito personae” como
los personalísimos.
c) Al heredero le afectan las inhabilidades de su causante.
d) Se puede citar al heredero a confesar deuda por el causante, pero
no a reconocer firma551.

1266. La regla general para la repartición de las deudas.


La regla general para la repartición de las deudas hereditarias es que
ellas se dividan “ipso iure” entre los herederos, a prorrata de sus
cuotas hereditarias.
La responsabilidad de los herederos es personal y a prorrata de sus
cuotas hereditarias. Las deudas hereditarias son aquellas que el
causante tenía en vida. En cambio, las cargas o deudas testamentarias
son todas aquellas deudas, establecidas en el testamento, que producen
efectos después de la muerte del causante. Las deudas testamentarias
siempre tienen como origen el testamento y pueden tener como objetivo
una manda, legado o asignación a favor de un tercero. Los herederos
responden de todas las deudas transmisibles del causante (artículos
957 y 1097 del CC), cualquiera que haya sido su fuente, incluso un
delito o cuasidelito civil (artículo 2316 del CC). En este sentido, se
debe observar que son intransmisibles las obligaciones “intuito
personae”, como las procedentes del mandato, albaceazgo, una obra en
que se requiera una especial aptitud, etcétera (artículo 1354 del CC).
Sin perjuicio de lo anterior, los herederos pueden limitar su
responsabilidad, a través del beneficio de inventario, por cuanto los
herederos responden a prorrata y por la totalidad de la deuda.
Ambas clases de deudas constituyen el pasivo de la herencia y están
reguladas en el Título X denominado “Del Pago de las Deudas
Hereditarias y Testamentarias” del Libro III del CC (artículos 1354 a
1377).
Las obligaciones hereditarias son simplemente conjuntas.
Las deudas hereditarias se dividen entre los herederos de pleno
derecho, conforme al artículo 1354 del CC, es decir, la obligación
entre los herederos es simplemente conjunta. A su vez, si hay
solidaridad no se transmite, respondiendo los herederos de igual forma

550 ESCOBAR hace un acabado estudio de las distintas teorías sobre los
fundamentos de la responsabilidad de los herederos, distinguiendo las siguientes
teorías:
a) Teoría del cuasi-contrato: para esta teoría el heredero resulta obligado por
las deudas hereditarias, en virtud de un verdadero cuasi-contrato que nacería
del hecho de aceptar la herencia.
b) Teoría que considera a los herederos como simples sucesores en los bienes del
causante: a esta teoría también se le puede denominar alemana por cuanto fue
adoptada por el párrafo 1990 del BGB. En virtud de esta teoría los herederos
sólo suceden en los bienes que conforman el patrimonio por lo que su
responsabilidad es cum vires hereditartis, es decir los herederos sólo responden
por los bienes recibidos y excepcionalmente por más. En estos últimos casos en
realidad habría una responsabilidad directa de su parte.
c) Teoría clásica o adoptada por nuestro ordenamiento jurídico.
ESCOBAR RIFFO, Francisco, Del Pago de las Deudas Hereditarias y Testamentarias,
Santiago de Chile, Ediar Editores Ltda., 1984, páginas 106 a 124.
551 ESCOBAR RIFFO, Francisco, Del Pago de las Deudas Hereditarias y
Testamentarias, Santiago de Chile, Ediar Editores Ltda., 1984, páginas 116 a
124.
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a prorrata; sin embargo, la indivisibilidad sí que se transmite. En


definitiva, la regla general es que se responde a prorrata y conforme
a las obligaciones simplemente conjuntas.
A su vez, como consecuencia de esta división de las deudas en cuotas,
si uno de los herederos fuere acreedor o deudor del difunto sólo se
confundirá con su porción hereditaria la cuota, que a este crédito o
deuda le quepa y tendrá acción en contra de sus coherederos a prorrata
por el resto del crédito y les estará obligado a prorrata por el resto
de la deuda (artículo 1357 del CC). En el fondo se aplican las reglas
de la confusión. En este sentido, la norma precedente establece que
“[s]i uno de los herederos fuere acreedor o deudor del difunto, sólo
se confundirá con su porción hereditaria la cuota que en este crédito
o deuda le quepa, y tendrá acción contra sus coherederos a prorrata
por el resto de su crédito, y les estará obligado a prorrata por el
resto de su deuda”.
Por otra parte, si opera la prescripción, respecto de uno de los
herederos, ella no beneficia a los demás; la insolvencia de uno de los
herederos no grava a los otros (artículo 1355 del CC); etcétera552.
Pero, la regla precedente presenta las siguientes excepciones, en
consideración a las cuales la insolvencia de un heredero grava a los
demás:
a) Los herederos pueden efectuar la partición de común acuerdo, pero
están obligados a formar una hijuela pagadora de deudas. En caso que
no lo hicieren serán responsables solidariamente frente a los
acreedores (artículo 1287. 2° del CC).
b) En virtud del artículo 1365.3° del CC se establece una excepción
aparente a la regla general. Es importante recordar el tenor del
artículo 1365 del CC, que establece textualmente que “[s]i varios
inmuebles de la sucesión están sujetos a una hipoteca, el acreedor
hipotecario tendrá acción solidaria contra cada uno de dichos
inmuebles, sin perjuicio del recurso del heredero a quien pertenezca
el inmueble contra sus coherederos por la cuota que a ellos toque de
la deuda.
Aun cuando el acreedor haya subrogado al dueño del inmueble en sus
acciones contra sus coherederos, no será cada uno de éstos
responsable sino de la parte que le quepa en la deuda.
Pero la porción del insolvente se repartirá entre todos los
herederos a prorrata”.
La insolvencia, en virtud del inciso 3º de la disposición precedente,
se reparte entre todos los herederos.

1267. Casos excepcionales en que las deudas hereditarias no se dividen


a prorrata de las cuotas.
Sin perjuicio de lo anterior, existen una serie de supuestos en los
cuales la deuda no se divide a prorrata. Ellos son los siguientes:
a) El beneficio de inventario.
El beneficio de inventario más que afectar la división de las deudas a
prorrata limita la responsabilidad de los herederos a lo que reciben.
Sin perjuicio de ello, el artículo 1354.4º del CC establece esta
excepción de forma expresa.

552 Para R. DOMÍNGUEZ B., y R. DOMÍNGUEZ A. esta consecuencia, de que las


obligaciones sean simplemente conjuntas, es la más grave para los acreedores.
Así ellos recalcan que en la práctica los acreedores se harán cargo de la
insolvencia del deudor. DOMÍNGUEZ BENAVENTE, Ramón, y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón,
Derecho Sucesorio, Tomo III, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile,
1998, nº 1252.1, página 1379.
Sin embargo, los acreedores pueden tomar resguardos para evitar este efecto,
tanto antes del fallecimiento de su deudor, pactando la indivisibilidad o la
transmisión de la solidaridad -de ser ello posible- y, como después del
fallecimiento del deudor, a través del beneficio de separación.
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b) Los derechos reales de usufructo, fideicomiso e hipoteca sobre


varios inmuebles.
Al igual que el caso precedente, esta excepción, respecto del
usufructo y el fideicomiso, está contemplada en el artículo 1354.4º
del CC. Las normas que regulan estas excepciones son las siguientes:
i) En cuanto al usufructo el artículo 1368 del CC establece que “[s]i
el testador deja el usufructo de una parte de sus bienes o de todos
ellos a una persona y la desnuda propiedad a otra, el propietario y el
usufructuario se considerarán como una sola persona para la
distribución de las obligaciones hereditarias y testamentarias que
cupieren a la cosa fructuaria; y las obligaciones que unidamente les
quepan se dividirán entre ellos conforme a las reglas que siguen:
1ª Será del cargo del propietario el pago de las deudas que recayere
sobre la cosa fructuaria, quedando obligado el usufructuario a
satisfacerle los intereses corrientes de la cantidad pagada, durante
todo el tiempo que continuare el usufructo.
2ª Si el propietario no se allanare a este pago, podrá el
usufructuario hacerlo, y a la expiración del usufructo tendrá derecho
a que el propietario le reintegre el capital sin interés alguno.
3ª Si se vende la cosa fructuaria para cubrir una hipoteca o prenda
constituida en ella por el difunto, se aplicará al usufructuario la
disposición del artículo 1366”.
ii) En lo que respecta al fideicomiso, de haber establecido el
causante, heredero fiduciario y fideicomisarios se aplican los
artículos 1356 y 1372 del CC. Las disposiciones precedentes son del
siguiente tenor:
“Artículo 1372. El propietario fiduciario y el fideicomisario se
considerarán en todo caso como una sola persona respecto de los demás
asignatarios para la distribución de las deudas y cargas hereditarias
y testamentarias, y la división de las deudas y cargas se hará entre
los dos del modo siguiente:
El fiduciario sufrirá dichas cargas con calidad de que a su tiempo se
las reintegre el fideicomisario sin interés alguno.
Si las cargas fueren periódicas, las sufrirá el fiduciario sin derecho
a indemnización alguna”.
iii) De recaer una misma hipoteca sobre varios inmuebles de la
sucesión, el artículo 1365 del CC dispone que “[s]i varios inmuebles
de la sucesión están sujetos a una hipoteca, el acreedor hipotecario
tendrá acción solidaria contra cada uno de dichos inmuebles, sin
perjuicio del recurso del heredero a quien pertenezca el inmueble
contra sus coherederos por la cuota que a ellos toque de la deuda.
Aun cuando el acreedor haya subrogado al dueño del inmueble en sus
acciones contra sus coherederos, no será cada uno de éstos responsable
sino de la parte que le quepa en la deuda.
Pero la porción del insolvente se repartirá entre todos los herederos
a prorrata”.
c) Una obligación indivisible del causante.
Este supuesto está contemplado en los artículos 1354.4º y 1526, nº
4.2º y 3º del CC.
c) Las obligaciones indivisibles. Las obligaciones indivisibles tienen
la particularidad que ellas se transmiten a los herederos (artículo
1528 del CC)553.
d) Un pacto de división distinta de las deudas hereditarias.
El testador, los herederos y el partidor pueden establecer una forma
diferente de concurrencia de los herederos en las deudas hereditarias
–incluso pueden pactar indivisibilidad-. En resumen, este pacto de
indivisión puede tener los siguientes orígenes:

553 Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Lecciones de Derecho Civil Chileno, de la


Teoría de las Obligaciones, Tomo III, Editorial Jurídica, nº 45, página 35.
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i) Por voluntad del testador (artículo 1358 del CC).


ii) Por la partición efectuada por juez partidor (artículos 1340 y
1359 del CC).
iii) Por acuerdo de los herederos (artículo 1359 del CC).

1268. Las diferencias más relevantes entre las deudas hereditarias y


testamentarias:
Las diferencias fundamentales entre las deudas hereditarias y
testamentarias son las siguientes:
a) Las deudas hereditarias son Bajas Generales de la Herencia,
conforme al artículo 959.1º, nº 2 del CC y se pagan con preferencia a
las deudas testamentarias. A su vez, las deudas testamentarias se
pagan como los legados, es decir, como una liberalidad, si es que se
enteran con el patrimonio del causante. b) En razón de lo anterior,
las cargas testamentarias se calculan una vez que quede determinado el
acervo líquido o imaginario; en cambio las deudas hereditarias se
enteran sobre el acervo ilíquido. Todo ello es una consecuencia que
las deudas hereditarias existan en vida del testador, y que las deudas
testamentarias sólo existen desde el fallecimiento del causante.

1269. Orden de preferencia en el pago de los legados.


Los legados no se pagan a prorrata, sino que existen preferencias
entre ellos, conforme a los principios del Derecho sucesorio. Pero
además este orden sirve para hacer efectiva la responsabilidad
subsidiaria de los legatarios. El orden en que responden los legados
es el siguiente:
a) Orden de los legados comunes.
Los legados comunes concurren a prorrata, entre ellos mismos, si hay
varios.
b) Orden de legados preferentes.
Una vez agotados los bienes del legado común se debe recurrir al
siguiente orden de prelación:
i) Se podrá accionar en contra de los legatarios a que se hizo entrega
de los bienes legados en vida del testador. En este sentido, el
artículo 1141.3° del CC dispone que “[l]as donaciones revocables,
inclusos los legados en el caso del inciso precedente, preferirán a
los legados de que no se ha dado el goce a los legatarios en vida del
testador, cuando los bienes que éste deja a su muerte no alcanzan a
cubrirlos todos”.
ii) Se podrá accionar en contra de los legatarios expresamente
exonerados por el testador. Al respecto el artículo 1363.2° del CC
dispone que “[n]o contribuirán, sin embargo, con los otros legatarios
aquellos a quienes el testador hubiere expresamente exonerado de
hacerlo. Pero si agotadas las contribuciones de los demás legatarios,
quedare incompleta una legítima o insoluta una deuda, serán obligados
al pago aun los legatarios exonerados por el testador”.
c) Orden de los legatarios de beneficencia pública u obras pías.
Estos legatarios, conforme al artículo 1363.3° del CC, “…se entenderán
exonerados por el testador, sin necesidad de disposición expresa, y
entrarán a contribución después de los legados expresamente
exonerados; pero los legados estrictamente alimenticios a que el
testador es obligado por ley, no entrarán a contribución sino después
de todos los otros”554.
d) Orden de los legados efectuados en concepto de mejoras, pero que la
exceden.

554Se critica la redacción de la última parte de este inciso que parece dar a
entender que los legados estrictamente alimentarios pueden verse afectados para
enterar las legítimas. Ello no es así, ya que los alimentos que se deben por
ley a ciertas personas –al igual que la legítima- son una asignación forzosa y
una baja general de la herencia, conforme al artículo 959.2°, N° 4.
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La acción, exigiendo la responsabilidad de los legatarios, sólo puede


intentarse en contra de los legatarios hasta la cantidad necesaria
para cubrir las asignaciones hechas a cargo de la cuarta de mejoras y
que no cupieran en la cuarta (artículo 1194 del CC). En este sentido
la referida norma dispone que “[s]i las mejoras (comprendiendo el
exceso o la diferencia de que habla el artículo precedente, en su
caso), no cupieren en la cuarta parte del acervo imaginario, este
exceso o diferencia se imputará a la cuarta parte restante, con
preferencia a cualquier objeto de libre disposición, a que el difunto
la haya destinado”.
e) Orden de los legados estrictamente alimentarios.
Hay legatarios que sólo están obligados al pago de legítimas, mejoras
o deudas hereditarias en subsidio de todos los demás, son los
legatarios estrictamente alimenticios (asignatarios de alimentos
forzosos). Estos legados están regulados en los artículos 1363.3º y
1170 del CC, conforme a este último podrán rebajarse los alimentos
futuros que parezcan desproporcionados a la fuerza del patrimonio. Los
alimentos forzosos responden en último término porque se calculan en
las bajas generales de la herencia (artículo 959.1º, nº 4, del CC), es
decir, sobre el acervo ilíquido, en cambio los legados se calculan
sobre el acervo líquido.

1270. Liquidación o pago de las deudas hereditarias.


En realidad el sistema adoptado en nuestro Código Civil puede llevar a
que en la práctica sea fácil burlar a los acreedores hereditarios.
Por ello no es indiferente la celeridad con que hagan efectivos sus
créditos los acreedores hereditarios. Además, los acreedores
hereditarios para evitar verse afectados por la insolvencia del
heredero pueden valerse del beneficio de separación.

1271. Pago de las deudas o cargas testamentarias por los herederos o


legatarios.
Las deudas o cargas testamentarias son las que emanan del testamento y
se traducen en el pago de los legados y la realización de las cargas
modales. En caso que el testador establezca una carga, pero no señale
nada respecto de la forma en que se entera, se debe de distinguir,
conforme al artículo 1360 del CC, las siguientes situaciones:
a) El testador gravó con el pago de los legados a algún heredero o
legatario en particular.
En este supuesto se debe respetar la voluntad del testador (artículo
1360.1º del CC). Sin perjuicio que el legatario obligado a pagar un
legado goza de pleno derecho del beneficio de inventario (artículo
1364 del CC).
b) Si el testador no gravó en particular a los herederos o legatarios,
las cargas testamentarias se dividen entre los herederos y en subsidio
entre los legatarios (artículo 1360.2º del CC).
El artículo 1360 del CC, regula los dos supuestos precedentes, en los
siguientes términos, “[l]as cargas testamentarias no se mirarán como
carga de los herederos en común, sino cuando el testador no hubiere
gravado con ellas a alguno o algunos de los herederos o legatarios en
particular.
Las que tocaren a los herederos en común, se dividirán entre ellos
como el testador lo hubiere dispuesto, y si nada ha dicho sobre la
división, a prorrata de sus cuotas o en la forma prescrita por los
referidos artículos”.
c) Los acreedores testamentarios no podrán ejercer las acciones a que
les da derecho el testamento, sino de acuerdo a lo señalado en el
artículo 1360.1º del CC.
En caso que en la partición los herederos se distribuyan los legados
de una forma distinta a la señalada por el testador o la ley, conforme
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al artículo 1373.2º del CC, los legatarios tienen un derecho a opción


entre exigir el legado de acuerdo a lo establecido en el artículo 1360
del CC o la distribución acordada en la partición. En este sentido, el
artículo 1373.2º del CC dispone que “[s]i en la partición de una
herencia se distribuyeren los legados entre los herederos de diferente
modo, podrán los legatarios entablar sus acciones, o en conformidad a
esta distribución, o en conformidad al artículo 1360, o en conformidad
al convenio de los herederos”.
Los acreedores testamentarios están obligados a respetar la
distribución de las deudas, establecidas en el testamento; pero no la
que se hace por convención de los herederos o por decisión del
partidor –las que son inoponibles a los acreedores testamentarios-.
Ello se debe a que el crédito de los acreedores testamentarios tiene
su origen en la voluntad del testador y por tanto dicha voluntad
vincula a los herederos y al partidor. La doctrina para estos efectos
distingue entre los principios de la obligación y contribución a las
deudas. En virtud del principio de la obligación a la deuda, los
herederos están obligados, conforme a lo dispuesto por la ley o por el
testador, frente a los acreedores hereditarios y testamentarios. Pero,
una vez efectuado el pago se debe aplicar el principio de la
contribución a las deudas. En virtud de este principio, los herederos
pasarán a distribuir las deudas entre sí, conforme a la partición
convencional o arbitral. Así, el heredero que pagó más de lo que le
correspondía –como sucede cuando un acreedor testamentario no demanda
conforme a la distribución de las deudas efectuada por los herederos-
podrá repetir por el exceso en contra de sus coherederos.
En resumen, la importancia de la distinción entre acreedores
hereditarios y testamentarios consiste en que los acreedores
hereditarios tienen preferencia sobre los testamentarios. Ello se debe
a que aquellos se pagan en las bajas generales de la herencia en
segundo lugar, conforme al artículo 959.1º, nº 2, del CC. En cambio,
los acreedores testamentarios se pagan con cargo a la cuarta de libre
disposición una vez determinado el acervo líquido o imaginario según
el caso.

1272. Cargas testamentarias que recaen sobre una cosa fructuaria.


Respecto de estas cargas el artículo 1369 del CC dispone que “[l]as
cargas testamentarias que recayeren sobre el usufructuario o sobre el
propietario, serán satisfechas por aquel de los dos a quien el
testamento las imponga y del modo que en éste se ordenare; sin que por
el hecho de satisfacerlas de ese modo le corresponda indemnización o
interés alguno”.
De forma supletoria, a lo establecido en el testamento, se aplican las
reglas del pago de las deudas hereditarias (artículo 1370 del CC). El
nudo propietario, en virtud de dichas reglas, está obligado a pagar
las deudas testamentarias, pero con derecho a exigir del usufructuario
el pago de intereses corrientes por el tiempo que dure el usufructo
(artículo 1368, Regla 1ª del CC). A su vez, si el nudo propietario no
se allana al pago el usufructuario podrá pagar la carga y a la
expiración del usufructo tendrá derecho a que el nudo propietario le
reintegre lo que pagó sin intereses (artículo 1368, Regla 2ª del CC).
Sin perjuicio de lo anterior, se establece una regla excepcional en
materia de asignaciones testamentarias en torno al pago de pensiones
alimenticias. En dicho caso -a falta de disposición testamentaria- las
pensiones alimenticias serán cubiertas por el usufructuario mientras
dure el usufructo, sin derecho a reembolso contra el nudo propietario
(artículo 1370.2º del CC). A las cargas testamentarias que recaen
sobre un fideicomiso se refiere el artículo 1372 del CC, que dispone
que “[e]l propietario fiduciario y el fideicomisario se considerarán
en todo caso como una sola persona respecto de los demás asignatarios
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para la distribución de las deudas y cargas hereditarias y


testamentarias, y la división de las deudas y cargas se hará entre los
dos del modo siguiente:
El fiduciario sufrirá dichas cargas con calidad de que a su tiempo se
las reintegre el fideicomisario sin interés alguno.
Si las cargas fueren periódicas, las sufrirá el fiduciario sin derecho
a indemnización alguna”.

1273. Forma en que deben pagarse las deudas testamentarias:


a) Los gastos necesarios para la entrega de los legados se deducen de
los mismos legados, es decir, “se mirarán como una parte de los mismos
legados” (artículo 1375 del CC).
b) No habiendo lo necesario para pagar todos los legados se rebajarán
todos ellos a prorrata sólo en la medida en que sean legados comunes.
c) Si el testador no reguló cómo se pagan los legados de pensiones
periódicas, éstos se deberán pagar día por día.

1274. EL BENEFICIO DE SEPARACIÓN.

1275. Concepto y regulación del beneficio de separación.


Esta figura está regulada en el Título XII denominado “Del Beneficio
de Separación” del Libro III del Código Civil (artículos 1378 al
1385).
El beneficio de separación, conforme al artículo 1378 del CC, se puede
definir a esta figura como la facultad que tienen los acreedores
hereditarios y testamentarios en virtud del cual pueden solicitar que
no se confundan los bienes de la herencia con los bienes propios del
heredero. A su vez, agrega el artículo precedente que en virtud del
beneficio de separación los acreedores hereditarios y testamentarios
“tendrán derecho a que de los bienes del difunto se les cumplan las
obligaciones hereditarias o testamentarias con preferencia a las
deudas propias del heredero”.
El beneficio de separación, de alguna forma, es para los acreedores
hereditarios y testamentarios la contrapartida al beneficio de
inventario para los herederos. Los herederos en caso que la masa tenga
deudas importantes pueden recurrir al beneficio de inventario para
impedir responder por más de lo que reciben. Y a su vez, los
acreedores hereditarios y testamentarios gozan de un beneficio
similar, como lo es la separación de bienes que impide que el
patrimonio del causante se confunda con el de los herederos. Ello es
especialmente relevante en los casos en que el heredero es insolvente
y tenga muchas deudas. Además, tanto el beneficio de inventario como
el de separación, son una excepción a la aplicación del principio de
la confusión de patrimonios entre causante y heredero.

1276. Sujeto activo del beneficio de separación.


El beneficio de separación pueden solicitarlo los acreedores
hereditarios y/o los acreedores testamentarios, puros y simples, o
bajo plazo o condición suspensivas (artículo 1379 del CC).
Los acreedores del heredero no gozan del beneficio de separación
(artículo 1391 del CC), pues para protegerse de que el patrimonio del
causante esté muy gravado de deudas, el heredero dispone del beneficio
de inventario.
Los acreedores hereditarios y testamentarios no gozan del beneficio en
los siguientes casos (artículo 1380 del CC):
a) Cuando sus créditos hubieren prescrito.
b) Cuando han renunciado al beneficio. El beneficio de separación es
perfectamente renunciable, dado que está establecido en exclusivo
beneficio de cada uno de los acreedores hereditarios o testamentarios
(artículo 12 del CC).
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Los acreedores hereditarios y testamentarios renuncian expresamente


cuando lo hacen en términos formales y explícitos; y renuncian
tácitamente, cuando el respectivo acreedor ha reconocido al heredero
como deudor, aceptando un pagaré, prenda, hipoteca, o fianza del dicho
heredero o un pago parcial de la deuda.
c) Cuando los bienes de la sucesión han salido ya de manos del
heredero.
d) Cuando los bienes de la sucesión se han confundido con los de los
herederos, de manera que no sea posible reconocerlos.

1277. Efectos del beneficio de separación:


a) Los acreedores hereditarios y testamentarios, una vez declarado el
beneficio, tienen derecho a pagarse con los bienes del causante. Pero
primero se pagan los acreedores hereditarios, por constituir una baja
general de la herencia, y después los acreedores testamentarios. Una
vez pagados los acreedores hereditarios y los acreedores
testamentarios, el sobrante, si lo hubiere, se agregará a los bienes
del heredero para satisfacer a sus acreedores propios, con los cuales
concurrirán los acreedores de la sucesión que no gocen del beneficio.
b) En cuanto a los acreedores del heredero se produce el efecto
contrario. Ello se debe a que los acreedores hereditarios y
testamentarios no podrán accionar en contra de los bienes propios de
los herederos, sino una vez que se hayan agotado los bienes del
causante respecto de los cuales el beneficio de separación les dio un
derecho preferente.
c) El beneficio de separación no impide que los herederos adquieran el
dominio de los bienes del causante por sucesión por causa de muerte.
El beneficio de separación limita el derecho de los herederos a
disponer de los bienes de la masa, pues de lo contrario se vería
burlado el efecto práctico que se pretende obtener con el beneficio de
separación. Por ese motivo es que cuando recae el beneficio sobre
inmuebles, se inscribe en el RIPE. Y por el mismo motivo, si se
realiza la enajenación, podría solicitarse la rescisión de la
enajenación de conformidad al artículo 1384 del CC. No hay duda que
para demandar esta rescisión será indispensable estar actualmente
gozando del beneficio. Además, será necesario haber estado gozando del
beneficio al momento en que se realizó la enajenación.
d) El beneficio de separación produce efectos no sólo respecto del
acreedor que lo pida, sino de todos los acreedores (artículo 1382 del
CC).
e) Los efectos de la sentencia que concede el beneficio se producen
respecto a los bienes muebles desde que se dicta la sentencia que lo
concede o tratándose de inmuebles, desde la inscripción de la
sentencia en el RIPE del CBR (artículo 1385 del CC con relación al
artículo 52, nº 4 del RCBR).
Como se señaló anteriormente hace excepción a esta regla la
declaratoria de la quiebra que puede ser solicitada por los herederos,
los acreedores hereditarios y testamentarios y que se produce de pleno
derecho, conforme al artículo 50 de la LQ.

1278. LOS ALBACEAS O EJECUTORES TESTAMENTARIOS.

1279. Concepto de albaceas.


Los albaceas, conforme al artículo 1270 del CC, “…son aquellos a
quienes el testador da el encargo de hacer ejecutar sus
disposiciones”. La doctrina critica esta definición por cuanto el
albacea también debe de ejecutar las asignaciones forzosas y cumplir
con las normas que regulan la sucesión.
La aceptación del cargo de albacea puede ser expresa o tácita
(artículo 1278 del CC). La aceptación es tácita cuando supone
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necesariamente la intención de haber aceptado el cargo y no existiere


derecho de ejecutar sino en calidad de albacea.
Esta figura está regulada en el Título VIII denominado “De los
Ejecutores Testamentarios” del Libro III del CC (artículos 1270 a
1310).
La doctrina discute en torno a la naturaleza del albaceazgo, pero las
doctrinas predominantes son la del mandato y la que lo considera como
una curaduría. También existen otras que fundamentan esta figura en la
representación, como un cargo u oficio privado o que entienden que
simplemente se trata de una institución jurídica independiente555.

1280. Elementos de la esencia del albaceazgo.


Para algunos autores el albacea tiene como elementos de la esencia la
existencia de testamento, el ejercicio de unas funciones propias del
cargo –ordenadora y ejecutora- y la sustitución de las funciones que
corresponden a los herederos556.

1281. Características del albaceazgo:


a) Es un acto solemne, ya que debe otorgarse en el testamento.
b) Es un acto jurídico por causa de muerte o “post mortem”, ya que
produce sus efectos al fallecimiento del causante.
c) Es un acto personalísimo.
Por ello, como el mandato, es intransmisible (artículo 1279 del CC),
es decir, termina por la muerte del albacea (artículo 2163, nº 5, del
CC). Además, es intransferible e indelegable (artículos 1279 y 1280
del CC).
d) Como la naturaleza de esta figura no está clara puede ser
considerada como mandato, en cuyo caso sería bilateral y oneroso, o
como una curaduría de bienes.
e) El albacea es remunerado, conforme a lo señalado en el testamento
(artículo 1302 del CC) o, en subsidio, según la determinación que haga
el juez. Para ello el juez deberá tomar en consideración el caudal
hereditario y lo más o menos laborioso del encargo. En todo caso, ese
gasto es una baja general de la herencia.
f) El albaceazgo es un cargo de duración temporal o limitado. La
duración la fija el testador y, en silencio de éste, la ley la fija en
un año contado desde el día en que el albacea haya comenzado a ejercer
su cargo. En todo caso, el juez está facultado para ampliar el plazo
fijado por el testador o la ley en ciertos casos.
g) Las normas que lo regulan son de orden público y no pueden ser
modificadas por los herederos, ni el testador (artículo 1298 del CC).
En este sentido las facultades del albacea son de Derecho estricto no
pueden ni ampliarse, ni restringirse (artículo 1278 del CC).
h) Los albaceas pueden ser varios, en cuyo caso pueden obrar
separadamente por disposición del testador o puede solicitar al juez
divida las funciones (artículos 1282 y 1283 del CC).
Sin perjuicio de ello, de no dividir sus funciones, deben actuar de
consuno (artículo 1283 del CC).
i) El cargo de albacea es voluntario.
El albacea no está obligado a aceptar el cargo. Sin embargo, el hecho
de ser el albacea también un asignatario, y rechazar el encargo sin
motivo fundado, puede llegar a constituir causal de indignidad
(artículos 1277 y 971.2º del CC).

1282. Clasificación de los albaceas:

555 RODRÍGUEZ G., Pablo, Instituciones de Derecho Sucesorio, Santiago de Chile,


Editorial Jurídica, Segunda Edición, Volumen 2, 2002, páginas 229 a 238.
556 RODRÍGUEZ, Pablo, Instituciones de Derecho Sucesorio, Santiago de Chile,

Editorial Jurídica, Segunda Edición, Volumen 2, 2002, páginas 228 y 229.


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a) El albacea puede ser con y sin tenencia de bienes.


i) El albacea por regla general lo será sin tenencia de bienes. El
albacea, sin tenencia de bienes tiene facultades-deberes conservativos
(artículo 1284 del CC); administrativos o ejecutivos (artículos 1286,
1290 a 1294 del CC) y excepcionalmente judiciales (artículo 1295 del
CC).
ii) El albacea con tenencia de bienes es una especie de mero tenedor,
y sus facultades son las propias del albacea sin tenencia de bienes,
más las que corresponden al curador de la herencia yacente.
El albacea con tenencia de bienes no será obligado a rendir caución,
sino a requerimiento de los herederos, legatarios o fideicomisarios
(artículos 1296 y 1297 del CC).
b) Albacea testamentario, legítimo, dativo y convencional.
Los albaceas, según su forma de constitución pueden ser
testamentarios, si su nombramiento proviene de un testamento;
legítimos, si son designados por la ley; dativos, si su nombramiento
procede del juez y convencionales, si son designados por una
convención.
Finalmente, existe una clase especial de albacea que es el fiduciario.
El albacea fiduciario es aquella persona a quien el testador encarga
el cumplimiento o ejecución de disposiciones testamentarias secretas o
confidenciales.
Esta figura está regulada en el Título IX, denominado “De los Albaceas
Fiduciarios” del Libro III, del CC (artículos 1311 al 1316).

1283. EL ACTIVO DE LA MASA.

1284. División del activo.


A falta de una regla que expresamente se refiera a la división del
activo se han planteado las siguientes dos posibles soluciones:
a) Los créditos se dividen entre los herederos a prorrata de sus
derechos hereditarios.
Ello sería una consecuencia del artículo 1526, nº 4.3º del CC, que
establece que “[s]i la obligación no es solidaria ni indivisible, cada
uno de los acreedores puede sólo exigir su cuota, y cada uno de los
codeudores es solamente obligado al pago de la suya; y la cuota del
deudor insolvente no gravará a sus codeudores. Exceptúanse los casos
siguientes: (…)
4° Cuando por testamento o por convención entre los herederos, o por
la partición de la herencia, se ha impuesto a uno de los herederos la
obligación de pagar el total de una deuda, el acreedor podrá dirigirse
o contra este heredero por el total de la deuda, o contra cada uno de
los herederos por la parte que le corresponda a prorrata.
Si expresamente se hubiere estipulado con el difunto que el pago no
pudiese hacerse por partes, ni aun por los herederos del deudor, cada
uno de éstos podrá ser obligado a entenderse con sus coherederos para
pagar el total de la deuda, o a pagarla él mismo, salva su acción de
saneamiento.
Pero los herederos del acreedor, si no entablan conjuntamente su
acción, no podrán exigir el pago de la deuda, sino a prorrata de sus
cuotas”.
b) La mayoría de la doctrina, sin embargo, se inclina por la tesis
contraria, ya que la tesis precedente atenta contra el efecto
declarativo de la partición, a que se refiere el artículo 1344 del CC.
En virtud del efecto declarativo de la partición se entiende que los
asignatarios son dueños en forma exclusiva de los derechos que se les
adjudican desde el fallecimiento del causante, como si nunca hubiese
existido la comunidad hereditaria. De acuerdo a esta objeción, si un
deudor hubiese pagado a un heredero, conforme a sus derechos en la
sucesión, y el crédito hubiese sido asignado a otro heredero, en la
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partición, se entenderá que el deudor pagó mal. En principio esta


objeción fue acogida por los tribunales; pero, como destacan R.
DOMÍNGUEZ B. y R. DOMÍNGUEZ A., desde un fallo de la CS de 1933 se
señala que un heredero - comunero puede demandar al deudor de la
comunidad por su cuota557.

1285. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de pago


de las deudas hereditarias y testamentarias, los albaceas o ejecutores
testamentarios y división del activo558.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de pago de deudas hereditarias. La CA de Santiago,
mediante fallo de 6 de septiembre de 1991, revoca una sentencia de
primera instancia y da lugar a una demanda. Los hechos son los
siguientes: se contrató un seguro de desgravamen a nombre del Banco
del Estado de Chile. Dicho Banco reviste el carácter de beneficiario
legal, cediendo exclusivamente en su favor el monto del referido
seguro, conforme al artículo 8.2° del DFL N° 251. Se discute si la
Compañía de Seguros La Previsión debe pagar al Banco del Estado de
Chile, el saldo del préstamo hipotecario concedido a H. Manfred
Landsberger Weber.
La CA resuelve que, dadas las características del seguro de
desgravamen hipotecario en que el asegurador cancela al acreedor del
asegurado la deuda o saldo pendiente de la misma, liberando al
heredero y cónyuge sobreviviente de este último de su pago, ellos son
en el hecho los beneficiarios, puesto que adquieren del causante una
propiedad libre de gravámenes. Además, el heredero y el cónyuge
obviamente tienen un interés actual en que el seguro sea cancelado en
su integridad. La calidad de heredero del menor Paul Heinz
Landsberger, en su carácter de hijo legítimo, consta de la copia de la
inscripción del auto de posesión efectiva y en tal calidad le sucede
en todos sus bienes, derechos y obligaciones transmisibles conforme a
los artículos 951 y siguientes del CC, entre los cuales esta el
derecho a impetrar el cumplimiento de la obligación contraída por la
Compañía de Seguros La Previsión Vida S.A. con su padre, al
fallecimiento de éste. De este modo, habiendo operado el seguro de
desgravamen, la Compañía de Seguros La previsión S.A. está obligada a
pagar al Banco del Estado de Chile el saldo total del préstamo
otorgado por esta institución a don H. Manfred Landsberger, según
escritura pública de mutuo, reconocimiento de deuda e hipoteca, a fin
de que dicha institución bancaria declare cancelado el saldo de la
referida deuda y alce la hipoteca respectiva. Vid. RDJ, Segunda Parte,
Sección Segunda, tomo n° LXXXVIII, año 1991, páginas 109 y 110.
b) En materia de deudas hereditarias. Doña Incolaza Guerra por
sentencia de primera y segunda instancia y de casación, obtuvo, en el
juicio seguido contra Arturo Donoso y otros sobre cobro de legado, una
sentencia de cumplimiento de legado, ordenándose a los demandados la
entrega de la casa que le había legado, doña Rosa Guerra, y sus
frutos. Ello en razón de cien pesos mensuales a contar del 7 de marzo
de 1917 hasta la entrega de la propiedad el 2 de noviembre de 1920.
También demanda ejecutivamente los frutos y las costas de casación. El
título es ejecutivo, de acuerdo con el n° 1° del artículo 456 del CPC,
ya que se basa en sentencia firme, por lo que entabla demanda

557 A favor de la primacía del artículo 1344 del CC estaba ALESSANDRI R.; en
cambio la mayoría de la doctrina señalaba lo contrario. DOMÍNGUEZ BENAVENTE,
Ramón y DOMÍNGUEZ AGUILA, Ramón, Derecho Sucesorio, Tomo II, Editorial Jurídica
de Chile, Santiago de Chile, 1998, páginas 1405 a 1409.
558 Las sentencias que se consignan a continuación no representan,
necesariamente, el estado de la jurisprudencia y tiene por función simplemente
que los alumnos apliquen las materias.
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ejecutiva en contra de don Arturo y doña Juana Rosa Donoso y de doña


María Zepeda, viuda de Donoso, y pide se despache mandamiento de
ejecución y embargo en su contra por la suma de $1.839,35. Los
ejecutados por su parte opusieron excepción de pago, fundados en que
se ha pagado la parte o cuota que les correspondía; ya que los
herederos son responsables a prorrata de las deudas hereditarias. El
tribunal de primera instancia desecha las excepciones opuestas. A
pesar que los herederos solo responden a prorrata de las deudas y
cargas hereditarias y la cuota del heredero insolvente no grava a los
demás, de donde se desprende que esta situación legal se produce tan
solo para las deudas y cargas hereditarias, los herederos fueron
considerados por el tribunal como responsables de un hecho propio.
Ello se debe a que si bien por deuda hereditaria debe entenderse
aquella contraída por el causante y que se ha transmitido a sus
herederos junto con su patrimonio, no se puede considerar como deuda
hereditaria las que han constituido los herederos, independientemente
del testador, como aconteció en la especie. El legado instituido por
doña Rosa Guerra Ocaranza es una carga, que debió cumplirse por sus
herederos, en la forma manifestada por la testadora, y no habiéndolo
hecho sus herederos, han contraído por sí mismos una obligación,
independientemente de la voluntad de la testadora, cual es el pago de
la renta y habiéndose constituido por sí mismo los demandados deudores
de una obligación, cada uno de ellos está obligado al pago total de
ella. En consideración a ello y visto lo dispuesto en los artículos
1528 del CC y 493 del CPC, el JLC de La Serena resolvió no dar lugar a
las excepciones opuestas y ordenó seguir con la ejecución hasta el
pago completo del capital, intereses y costas. Apelada la presente
resolución ésta se confirma con costas. Vid. GJ, Segundo Semestre,
Sentencia n° 127, año 1924, páginas 600 a 604.
c) En materia de capacidad de los albaceas. Un albacea, con la
administración y tenencia de bienes de su representado, demanda
ejecutivamente a un tercero, ante el Juzgado de Letras de La Serena.
El deudor, una vez despachado el mandamiento de ejecución y embargo,
se opuso a la ejecución, pidiendo que se alzara el embargo en
consideración a que el albacea no tendría capacidad para demandar. La
oposición se funda en que los albaceas no tienen facultad de
comparecer en juicio, sino para defender la validez del testamento. La
ejecutada alega que la ley no le permite al albacea el ejercicio de
tal derecho, es más, se lo prohíbe, como se previene en el artículo
1295 del CC. En su sentencia el tribunal, en el primer considerando,
sostiene que del testamento aparece que el causante confirió a su
albacea la tenencia y administración de los bienes, de manera que, en
conformidad a lo establecido en los artículos 1296 y 487 del CC, el
demandante ha podido comparecer en juicio cobrando uno de los créditos
de la testamentaria. La CA de La Serena confirmó, estipulado en su 2°
considerando, que los herederos del causante ratifican lo obrado por
dicho albacea y tenedor de bienes. Y en definitiva la Corte señala que
“[e]l albacea a quien se ha conferido la tenencia y administración de
los bienes puede comparecer en juicio con arreglo a los artículos 1296
y 487 del CC para cobrar los créditos de testamentaria, sobre todo si
los herederos ratifican lo obrado por él. Vid. RDJ, segunda parte,
tomo I, 1903, páginas 276 y 277.

ESQUEMAS SOBRE ACTIVO Y PASIVO DE LA HERENCIA:

1. La responsabilidad de los herederos:


a. Entre el causante y el heredero existe una identidad de persona
para los efectos de la cosa juzgada.
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b. Al heredero no se transmiten los derechos “intuito personae” como


los personalísimos.
c. Al heredero le afectan las inhabilidades de su causante.
d. Se puede citar al heredero a confesar deuda por el causante, pero
no a reconocer firma.
e. La regla general para la repartición de las deudas.
f. La deuda se divide “ipso iure” entre los herederos, a prorrata de
sus cuotas hereditarias.

2. Casos excepcionales en que las deudas hereditarias no se dividen


a prorrata de las cuotas:
a. El beneficio de inventario.
b. Los derechos reales de usufructo, fideicomiso e hipoteca sobre
varios inmuebles.
c. Una obligación indivisible del causante.
d. Un pacto de división distinta de las deudas hereditarias.

3. Orden de preferencia en el pago de los legados:


a. No se pagan a prorrata, sino que existen preferencias entre
ellos.
b. Orden de los legados comunes: ellos concurren a prorrata, entre
ellos mismos, si hay varios.
c. Orden de legados preferentes. Una vez agotado los bienes del
legado común, sin perjuicio de las preferencias, se debe recurrir
al siguiente orden de prelación:
i. Se podrá accionar en contra de los legatarios a que se hizo
entrega de los bienes legados en vida del testador.
ii. Se podrá accionar en contra de los legatarios expresamente
exonerados por el testador.
d. Orden de los legatarios de beneficencia pública u obras pías.
e. Orden de los legados efectuados en concepto de mejoras, pero que
la exceden.
f. Orden de los legados estrictamente alimentarios.

4. Forma en que deben pagarse las deudas testamentarias:


a. Los gastos necesarios para la entrega de los legados se deducen
de los mismos legados, es decir, “se mirarán como una parte de los
mismos legados” (artículo 1375 del CC).
b. No habiendo lo necesario para pagar todos los legados se
rebajarán todos ellos a prorrata sólo en la medida en que sean
legados comunes.
c. Si el testador no reguló cómo se pagan los legados de pensiones
periódicas, éstos se deberán pagar día por día.

5. Sujetos activos del beneficio de separación: los acreedores


hereditarios y/o los acreedores testamentarios, puros y simples, o
bajo plazo o condición.

6. Efecto del beneficio de separación:


a. Los acreedores hereditarios y testamentarios, una vez
declarado el beneficio, tienen derecho a pagarse con los bienes
del causante.
b. En cuanto a los acreedores del heredero se produce el efecto
contrario.
c. El beneficio de separación no impide que los herederos
adquieran el dominio de los bienes del causante por sucesión por
causa de muerte.
d. El beneficio de separación produce efectos no sólo respecto
del acreedor que lo pida, sino de todos los acreedores.
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e. Los efectos de la sentencia que concede el beneficio se


producen respecto a los bienes muebles desde que se dicta la
sentencia que lo concede o tratándose de inmuebles, desde la
inscripción de la sentencia en el RIPE del CBR.

7. Elementos de la esencia del albaceazgo:


a. La existencia de testamento.
b. El ejercicio de unas funciones propias del cargo ordenadora y
ejecutora.
c. La sustitución de las funciones que corresponden a los
herederos.

8. Clasificación de los albaceas:


a. El albacea puede ser con y sin tenencia de bienes.
b. Albacea testamentario, legítimo, dativo y convencional.

9. División del activo:


a. Los créditos se dividen entre los herederos a prorrata de sus
derechos hereditarios.
b. La mayoría de la doctrina, sin embargo, se inclina por la
tesis contraria, ya que la tesis precedente atenta contra el
efecto declarativo de la partición, a que se refiere el artículo
1344 del CC.

CAPÍTULO XI: LA PARTICIÓN.

Análisis bibliográfico: ALBALADEJO, Manuel, Curso de Derecho Civil v derecho de


sucesiones, 1994, páginas 126 a 191. ALESSANDRI, Fernando, versión actualizada por
VODANOVIC, Antonio, Partición de Bienes, 1999. BARAONA, Jorge, Partición hereditaria y
derecho de adjudicación preferente de la vivienda familiar, en Derecho sucesorio actual
y adjudicación de la vivienda familiar, 2000, páginas 123 a 140. CORRAL, Hernán, La
vivienda familiar en la sucesión del cónyuge, 2005. CORRAL, Hernán, la protección de la
vivienda familiar a favor del cónyuge sobreviviente. Panorama de derecho comparado, en
Derecho sucesorio actual y adjudicación de la vivienda familiar, 2000, páginas 227 a 251
COURT, Eduardo, El derecho de adjudicación preferente en la nueva regla 10ª del artículo
1337 del Código Civil, en Derecho sucesorio actual y adjudicación de la vivienda
familiar, 2000, páginas 141 a 160. DURÁN, Ramón, Vivienda familiar y sucesión en el
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El concepto de vivienda familiar en los artículos 141 y 1337, regla 10ª, del Código
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Historia del establecimiento de la regla 10ª del artículo 1337 del Código Civil, en
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O’CALLAGHAN, Xavier, Compendio de Derecho Civil, Tomo V Derecho de sucesiones, 1993,
páginas 107 a 133. OLAVARRÍA, Óscar, Elementos del derecho sucesorio chileno, 2004,
páginas 264 a 266. PUIG, José, Compendio de Derecho Civil, Volumen IV Derecho de familia
y derecho de sucesiones, 1991, páginas 567 a 601. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo, Instituciones
de Derecho Sucesorio. Pérdida, defensa y pago de las asignaciones. Ejecutores
testamentarios. Partición, Volumen II, 2006, páginas 297 a 401. SOMARRIVA, Manuel,
versión de ABELIUK, René, Derecho Sucesorio, Tomo II, 2005, páginas 561 a 654.
SOMARRIVA, Manuel, Indivisión y partición, 1987. TRONCOSO, Hernán, Derecho Sucesorio,
2007, páginas 187 a 218.

1286. Introducción a la partición.


Al fallecer el causante, su patrimonio transmisible queda en estado de
comunidad entre los herederos y respecto de terceros. Este es el
estado inicial de la sucesión, que a través de sucesivos momentos
concluye con la adjudicación de los bienes del causante, mediante la
partición. Pero, la partición es la etapa terminal o final de la
herencia, mientras ello no acontece se produce la “comunidad
hereditaria”. De este modo, antes de la partición, los herederos –se
excluye a los legatarios- son jurídicamente comuneros y su relación
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interna (entre ellos) como externa (con respecto de terceros) se rige


por las normas de la comunidad. Los comuneros, durante este estado,
son dueños de un derecho cuotativo que no se radica en bienes
determinados. Es mediante la partición por la que los derechos
cuotativos de los herederos pasan a radicarse en bienes determinados.

1287. Definición de partición.


La partición es “el conjunto complejo de actos encaminados a poner fin
al estado de indivisión mediante la liquidación y distribución entre
los copartícipes del causal poseído pro indiviso en partes o lotes que
guarden proporción con los derechos cuotativos de cada uno de
ellos”559.
La partición está regulada en el Título X de Libro III del Código
Civil (en los artículos 645 y siguientes). Estas reglas, sin embargo,
no sólo se aplican para la partición de la comunidad hereditaria, sino
a una serie de otras materias, como las siguientes:
a) La liquidación de la comunidad resultante de la disolución de la
sociedad conyugal (artículo 1776 del CC).
b) La partición de la comunidad resultante de la disolución de una
sociedad civil (artículo 2115 del CC).
c) La partición del cuasicontrato de comunidad (artículo 2313 del CC).

1288. Pacto de indivisión.


Los comuneros pueden pactar que no se pueda pedir la partición, pero
no podrá imponer esta cláusula el testador. Este pacto, que pueden
celebrar los comuneros, está regulado sumariamente en el artículo
1317.2º del CC. Esta convención no puede durar más de cinco años, pese
a lo cual puede renovarse. Se discute si este pacto puede prorrogarse
tácitamente después de vencido el plazo de los cinco años, otorgándose
la posibilidad real a los comuneros de entablar la acción de
partición. Algunos opinan que la prórroga debe verificarse vencidos los
primeros cinco años. En cambio SOMARRIVA U. y CLARO S. señalan que la
prórroga puede producirse antes, pero se cuenta desde el vencimiento del
plazo. Este pacto impide ejercer la acción de partición en el tiempo
que dura, se traduce en una obligación de no hacer, que obliga a los
comuneros que lo han acordado; pero el cesionario también debe
respetarlo pues queda en la misma situación del cedente.
Se ha discutido por nuestra dogmática cuál es la sanción para la
trasgresión del artículo 1317.2º del CC, es decir, si se celebra un
pacto de indivisión superior a cinco años. Para F. ALESSANDRI R. dicho
pacto sólo duraba el máximo legal, es decir, cinco años560. Pero para
otros autores dicho pacto es nulo. Sin perjuicio de lo anterior ha
prevalecido la opinión de F. ALESSANDRI R.

1289. La acción de partición.

1290. Sujetos activos de la acción de partición.


Las siguientes personas tienen legitimación activa para entablar esta
acción:
a) Los comuneros, es decir, los herederos que han obtenido a su favor
la posesión efectiva. Pero no pueden entablarla los legatarios.

559 Esta definición es destacada por F. ALESSANDRI R. Y corresponde a una


sentencia de la Corte Suprema (RDJ Tomo XXIII, Sala 1ª, página 266). ALESSANDRI
RODRÍGUEZ, Fernando, Partición de Bienes, Versión Actualizada de VODANOVIC,
Antonio, Santiago de Chile, Lexis Nexis Chile, Sexta Edición, 2002, página 1.
560 ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando, Partición de Bienes, Versión Actualizada de

VODANOVIC, Antonio, Santiago de Chile, Lexis Nexis Chile, Sexta Edición, 2002,
páginas 54 y 55.
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b) Los cesionarios por la cesión de derechos hereditarios (artículo


1320 del CC).
c) Tratándose del asignatario bajo condición suspensiva, no puede
pedir la partición, sino una vez cumplida la condición suspensiva. Los
demás pueden ejercer la acción asegurando al asignatario condicional
su porción (artículo 1319.1º del CC).
d) El fideicomisario, en el fideicomiso, no podrá pedir la partición,
solamente la podrá solicitar el propietario fiduciario (artículo
1319.2º del CC). Ahora bien, si todos los comuneros son propietarios
fiduciarios, ninguno podrá pedir la partición. Ello se debe a que se
produce una indivisión forzada (artículos 751 y 1317 del CC).

1291. Capacidad para ejercer la acción de partición.


Para ejercer la acción de partición se requiere plena capacidad. El
que no la tiene sólo puede ejercerla por medio de su representante
(incapaces absolutos) o por intermedio o con la autorización de su
representante legal (incapaces relativos).
En estos casos, los que ejerzan la acción para pedir la partición
deberán contar con autorización judicial, salvo los siguientes casos:
a) La partición haya sido solicitada por otro comunero (artículos 1322
y 396 del CC).
b) La partición haya sido hecha de común acuerdo (artículo 645 del
CPC).
c) El marido pida la partición de una comunidad, en que sea parte su
mujer casada en sociedad conyugal, caso en el cual bastará el
consentimiento de la mujer (artículo 1322 del CC). En este sentido, el
artículo 1322 del CC dispone que “[l]os tutores y curadores, y en
general los que administran bienes ajenos por disposición de la ley,
no podrán proceder a la partición de las herencias o de los bienes
raíces en que tengan parte sus pupilos, sin autorización judicial.
Pero el marido no habrá menester esta autorización para provocar la
partición de los bienes en que tenga parte su mujer: le bastará el
consentimiento de su mujer, si ésta fuere mayor de edad y no estuviere
imposibilitada de prestarlo, o el de la justicia en subsidio”.
También será necesario recurrir a la autorización judicial para pedir
la partición por la mujer que administra en forma extraordinaria la
sociedad conyugal. Como destaca SOMARRIVA no existe norma que regule
directamente este caso –ya que el artículo 1759.2º del CC no exige
autorización judicial para entablar la acción de partición-, pero
dicha exigencia emanaría del artículo 1322.1º del CC 561. Por otra
parte, también procede la autorización judicial, de haber entre los
interesados una persona ausente que no ha dejado apoderado que lo
represente (artículos 1326.3º y 1342 del CC).
La sanción a la infracción de estas reglas no es la nulidad absoluta,
sino la relativa por trasgresión de una formalidad habilitante.

1292. Prohibiciones del partidor.


Al partidor le está vedado, además, adquirir bienes comprendidos en la
partición (1798 del CC), aunque la partición no sea, propiamente
hablando, un litigio (artículo 321 del COT). De este modo el artículo
precedente se remite al artículo 1798 del CC que dispone que “[a]l
empleado público se prohíbe comprar los bienes públicos o particulares
que se vendan por su ministerio; y a los jueces, abogados,
procuradores o escribanos los bienes en cuyo litigio han intervenido,
y que se vendan a consecuencia del litigio; aunque la venta se haga en
pública subasta”.

561 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel, Indivisión y Partición, Santiago de Chile,


Editorial Jurídica de Chile, 1987, página 225.
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Eso sí que el partidor podría adquirir bienes de la sucesión si es


coasignatario. En tal caso no habría compraventa, sino adjudicación.

1293. Formas de efectuar la partición:


a) Por el propio causante, sea por acto entre vivos o por testamento
(artículo 1318 del CC).
La partición efectuada por el causante por acto entre vivos –no por
testamento- no requiere de solemnidad alguna562.
Sin perjuicio de ello, las formalidades serán necesarias “ad
probationem”, como si en la sucesión hubiere algún bien.
b) Por convención de los asignatarios.
A esta forma de efectuar la partición se refieren fundamentalmente los
artículos 1359 y 1340 del CC, que son del siguiente tenor:
“Artículo 1359. La regla del artículo anterior se aplica al caso en
que, por la partición o por convenio de los herederos, se distribuyan
entre ellos las deudas de diferente modo que como se expresa en los
referidos artículos.
Artículo 1340. Si alguno de los herederos quisiese tomar a su cargo
mayor cuota de las deudas que la correspondiente a prorrata, bajo
alguna condición que los otros herederos acepten, será oído.
Los acreedores hereditarios o testamentarios no serán obligados a
conformarse con este arreglo de los herederos para intentar sus
demandas”.
La convención por la que los herederos efectúan la partición por de
consuno debe hacerse por escritura pública –sobre todo teniendo en
cuenta las reglas de la prueba- y para el caso que hubieren bienes
raíces en la comunidad. La partición puede efectuarse por los
comuneros, aunque haya incapaces, conforme al artículo 1325 del CC.
c) Por el partidor.
El partidor forzosamente será un árbitro (artículo 227 del COT) 563. Los
comuneros plenamente capaces, pueden dar al árbitro la calidad de
mixto o arbitrador (artículo 224 del COT), pero habiendo incapaces, el
partidor jamás podrá ser arbitrador, pero sí mixto, por motivos de
manifiesta conveniencia (artículo 628 del CPC).
Si es de derecho, el partidor debe ser abogado habilitado para ejercer
la profesión (artículo 225 del COT). Además es necesario, en todo
caso, que tenga la libre administración de sus bienes, sepa leer y
escribir y sea mayor de edad.

1294. Formas de nombramiento del partidor.


El partidor puede ser nombrado por los siguientes sujetos:
a) Por el causante.
La designación del partidor la puede hacer el futuro causante por acto
entre vivos –en cuyo caso deberá hacerlo por escritura pública- o
testamento (artículo 1324 del CC).
El causante podrá haber hecho el nombramiento por acto entre vivos a
través de instrumento público (artículo 1324 del CC) o en el
testamento. Esta distinción no sólo tiene importancia en cuanto a la
forma de nombramiento del partidor, sino también respecto de la forma
en que el causante puede revocar el nombramiento. En dicho caso se
debe de distinguir:
i) Si se designó por escritura pública podría revocar ese nombramiento
mediante otra escritura pública o mediante testamento.

562 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel, Indivisión y Partición, Santiago de Chile,


Editorial Jurídica de Chile, 1987, páginas 256 y 257. Sin perjuicio de la
opinión de SOMARRIVA, en el Derecho comparado, las solemnidades, como las
ineficacias ya no son de Derecho estricto.
563 La partición es materia de arbitraje forzoso, es decir está excluida la

posibilidad de someterla a la justicia ordinaria.


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ii) Si se designó partidor en el testamento, sólo podría revocar en


virtud de otro testamento por aplicación de artículo 1212 del CC.
b) Por los interesados o comuneros.
En caso que la designación la hicieren los comuneros, ella debe ser de
consuno, es decir, deben concurrir al nombramiento, todos ellos. Si
falta alguno la partición es válida, pero inoponible al comunero no
concurrente. La designación debe de hacerse por escrito y sin mayor
solemnidad (artículos 232 y 234 del COT), pero el partidor debe de ser
abogado habilitado para el ejercicio de la profesión. Los comuneros
pueden nombrar dos o más partidores (artículo 231 del COT).
c) Por la justicia ordinaria.
Este nombramiento es subsidiario a los supuestos anteriores (artículo
1325 del CC). No se trata de una gestión voluntaria, sino contenciosa.
La designación judicial del partidor se hace según las reglas de
designación de peritos (artículo 646, 414, 415 y 416 del CPC). En todo
caso, los comuneros de común acuerdo podrían más tarde revocar la
designación de partidor hecha por el juez.

1295. Aprobación judicial del nombramiento del partidor.


La designación, efectuada por el partidor o los interesados de común
acuerdo, requiere de autorización de la justicia, cuando entre
aquellos existan incapaces. La omisión de esta aprobación para algunos
trae aparejada la nulidad procesal, para otros la nulidad relativa.
Esta distinción es importante ya que, en el último caso, podría
accionarse contra la partición ya finalizada.
Las funciones del partidor pueden resumirse de la siguiente forma:
a) El partidor debe liquidar, distribuir y adjudicar los bienes que
forma la comunidad.
b) El partidor debe resolver las controversias que surjan en razón de
la división de los bienes comunes, salvo que se le sustraiga dicha
facultad de su ámbito de competencia por los comuneros o la ley.
En la partición prima la voluntad de las partes, como se desprende
entre otros de los artículos 1334, 1335 y 1338 del CC. La partición
efectuada ante un partidor es una mezcla de juicio con contrato.
Muchas veces el partidor no resolverá mayores controversias, sino que
se limitará a recoger la voluntad de los comuneros. Pero los comuneros
no pueden alterar las facultades de la esencia de la gestión del
partidor, que son la liquidación y distribución de los bienes
comunes564.
El partidor conoce de aquellas cuestiones que la ley expresamente le
encomienda (artículo 651 del CPC). En tal concepto se debe considerar
todo lo relativo a la administración de los bienes comunes si no los
administra el albacea (artículos 653 y 654 del CPC); y la cesación
del goce gratuito de alguno de los comuneros en las cosas comunes
(artículo 655 del CPC), en la medida en que haya partidor (de lo
contrario conoce la justicia ordinaria).
En cambio, escapa de la competencia del partidor lo relativo a quiénes
son los interesados en la partición, cuáles son los derechos que
corresponden a cada cual en la sucesión y cuales son los bienes
comunes a partirse (artículos 1330 y 1331 en relación al 1349 del CC).
Son materias que no obstante servir de base a la partición, la ley las
somete expresamente a conocimiento de la justicia ordinaria.
En cambio, el partidor carece de facultades conservadoras y
disciplinarias o de imperio (artículo 635 del CPC).

1296. Responsabilidad del partidor.

564 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel, Indivisión y Partición, Santiago de Chile,


Editorial Jurídica de Chile, 1987, página 265.
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El partidor responde de culpa leve (artículo 1329 del CC), pues es un


contrato que cede en beneficio recíproco de los contratantes (1547.1º
del CC).
La responsabilidad del partidor puede tener los siguientes orígenes:
a) Responsabilidad penal por el delito de prevaricación (artículo 1329
del CC) o incurrir en los tipos de los artículos 223 a 225 del CP.
b) Responsabilidad civil la de hacerse indigno de suceder y queda
obligado a indemnizar (artículos 1329 y 1300 del CC). Pero, además, el
partidor tiene responsabilidad por la no formación de la hijuela
pagadera a que se refiere el artículo 1336 del CC (igual
responsabilidad tiene el albacea por aplicación del artículo 1286 del
CC). En este sentido el artículo 1336 del CC dispone que “[e]l
partidor, aun en el caso del artículo 1318, y aunque no sea requerido
a ello por el albacea o los herederos, estará obligado a formar el
lote e hijuela que se expresa en el artículo 1286, y la omisión de
este deber le hará responsable de todo perjuicio respecto de los
acreedores”.
c) Responsabilidad disciplinaria: la responsabilidad disciplinaria
proviene de los artículos 79 de la CPE y 98, nº 6 y 540 del COT).
d) Responsabilidad administrativas: el partidor debe de hacer la
declaración anual de la renta (artículo 5.2º del D. L. 825).

1297. Liquidación y distribución de los bienes comunes.


El artículo 1337 del CC establece una serie de reglas relativas a la
liquidación y a la distribución de los efectos hereditarios. Estas
reglas, de esencial importancia en la partición, son las siguientes:
“Artículo 1337 El partidor liquidará lo que a cada uno de los
coasignatarios se deba, y procederá a la distribución de los efectos
hereditarios, teniendo presentes las reglas que siguen:
1ª Entre los coasignatarios de una especie que no admita división, o
cuya división la haga desmerecer, tendrá mejor derecho a la especie el
que más ofrezca por ella; cualquiera de los coasignatarios tendrá
derecho a pedir la admisión de licitadores extraños; y el precio se
dividirá entre todos los coasignatarios a prorrata.
2ª No habiendo quien ofrezca más que el valor de tasación o el
convencional mencionado en el artículo 1335, y compitiendo dos o más
asignatarios sobre la adjudicación de una especie, el legitimario será
preferido al que no lo sea.
3ª Las porciones de uno o más fundos que se adjudiquen a un solo
individuo, serán, si posible fuere, continuas, a menos que el
adjudicatario consienta en recibir porciones separadas, o que de la
continuidad resulte mayor perjuicio a los demás interesados que de la
separación al adjudicatario.
4ª Se procurará la misma continuidad entre el fundo que se adjudique a
un asignatario y otro fundo de que el mismo asignatario sea dueño.
5ª En la división de fundos se establecerán las servidumbres
necesarias para su cómoda administración y goce.
6ª Si dos o más personas fueren coasignatarios de un predio, podrá el
partidor con el legítimo consentimiento de los interesados separar de
la propiedad el usufructo, habitación o uso para darlos por cuenta de
la asignación.
7ª En la partición de una herencia o de lo que de ella restare,
después de las adjudicaciones de especies mencionadas en los números
anteriores, se ha de guardar la posible igualdad, adjudicando a cada
uno de los coasignatarios cosas de la misma naturaleza y calidad que a
los otros, o haciendo hijuelas o lotes de la masa partible.
8ª En la formación de los lotes se procurará no sólo la equivalencia
sino la semejanza de todos ellos; pero se tendrá cuidado de no dividir
o separar los objetos que no admitan cómoda división o de cuya
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separación resulte perjuicio; salvo que convengan en ello unánime y


legítimamente los interesados.
9ª Cada uno de los interesados podrá reclamar contra el modo de
composición de los lotes, antes de efectuarse el sorteo.
10ª Con todo, el cónyuge sobreviviente tendrá derecho a que su cuota
hereditaria se entere con preferencia mediante la adjudicación en
favor suyo de la propiedad del inmueble en que resida y que sea o haya
sido la vivienda principal de la familia, así como del mobiliario que
lo guarnece, siempre que ellos formen parte del patrimonio del
difunto.
Si el valor total de dichos bienes excede la cuota hereditaria del
cónyuge, éste podrá pedir que sobre las cosas que no le sean
adjudicadas en propiedad, se constituya en su favor derechos de
habitación y de uso, según la naturaleza de las cosas, con carácter de
gratuitos y vitalicios.
El derecho de habitación no será oponible a terceros de buena fe
mientras no se inscriba la resolución que lo constituye en el Registro
del Conservador de Bienes Raíces. En todo lo no previsto, el uso y la
habitación se regirán por lo dispuesto en el Título X del Libro II.
El derecho a la adjudicación preferente de que habla esta regla no
puede transferirse ni transmitirse.
11ª Cumpliéndose con lo prevenido en los artículos 1322 y 1326, no
será necesaria la aprobación judicial para llevar a efecto lo
dispuesto en cualquiera de los números precedentes, aun cuando algunos
o todos los coasignatarios sean menores u otras personas que no tengan
la libre administración de sus bienes”.

1298. Derecho de adjudicación preferente de los coasignatarios en la


partición.
Los comuneros tienen derecho a adjudicarse los bienes de la comunidad,
los que les serán imputados a su haber. Sin embargo, deberán pagar de
contado todo lo que sobrepase el 100% de su haber probable.
Sin perjuicio de ello, conforme al artículo 660 del CPC, se constituye
una hipoteca legal sobre el alcance del 20% de su haber probable en
caso que el bien adjudicado exceda el 80% de su haber probable 565. Esta
hipoteca se constituye sobre el valor del bien adjudicado que exceda
el 80% del haber probable; es decir, sobre el 20% restante se
constituye la hipoteca legal, salvo que el alcance –o sea el 20%- se
pague al contado. El asignatario debe de pagar al contado todo lo que
excede el 100% de su haber probable. Como éste es un derecho
establecido en la ley, las bases del remate que señalen que el pago
debe ser al contado no se aplican a los coasignatarios, sino en los
términos del artículo 660 del CPC. Tanto la determinación del haber
probable, como las dudas que surjan en torno a la adjudicación, deben
ser resueltas por el partidor 566. Pero los coasignatarios pueden
renunciar a este derecho. El hecho que las bases del remate, que
establecen esta exigencia, sean acordadas unánimemente por los
coasignatarios, y no por el partidor, puede considerarse como una
renuncia tácita a los derechos que se les concede en el artículo 660
del CPC567. En este sentido la referida norma señala expresamente lo
siguiente:

565 Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Lecciones de Derecho Civil Chileno, de las
Fuentes de las Obligaciones, Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, nº 6, página
193.
566 Para F. ALESSANDRI R. esta resolución del partidor es una verdadera “ordenata

anticipada”, que es apelable. ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando, Partición de


Bienes, Versión Actualizada de VODANOVIC, Antonio, Santiago de Chile, Lexis
Nexis Chile, Sexta Edición, páginas 137 y 138.
567 Por ello, en caso que los coasignatarios fijen las reglas del remate deben

ser muy cuidadosos en su redacción que le den a las bases del remate. Y para
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“Artículo 660 del CPC Salvo acuerdo unánime de las partes, los
comuneros que durante el juicio divisorio reciban bienes en
adjudicación, por un valor que exceda del ochenta por ciento de lo que
les corresponda percibir, pagarán de contado dicho exceso. La fijación
provisional de éste se hará prudencialmente por el partidor”.

1299. Efectos de la partición.


La partición produce, como efecto fundamental, la adjudicación del
dominio exclusivo sobre determinados efectos hereditarios en cada
comunero. La adjudicación constituye la atribución del dominio
exclusivo de ciertos bienes a una persona que era dueña proindiviso568.
Los artículos 1344 y 718.1º del CC consagran el denominado “efecto
declarativo de la partición”. En virtud de este efecto, adjudicado un
bien en la partición a un comunero se entiende que lo adquirió
directamente del causante, como si la indivisión nunca hubiese
existido. En este sentido, el artículo 1344 del CC dispone que
“[c]ada asignatario se reputará haber sucedido inmediata y
exclusivamente al difunto en todos los efectos que le hubieren cabido,
y no haber tenido jamás parte alguna en los otros efectos de la
sucesión.
Por consiguiente, si alguno de los coasignatarios ha enajenado una
cosa que en la partición se adjudica a otro de ellos, se podrá
proceder como en el caso de la venta de cosa ajena”.
Para nuestro Derecho, conforme a lo anterior, la adjudicación no
transfiere el dominio, y en ningún caso es un título traslaticio de
dominio. El adjudicatario, tratándose de bienes raíces, no adquiere el
dominio del bien por la inscripción en el CBR. Esta inscripción no es
una forma de tradición, pues el bien se adquiere desde la apertura de la
sucesión por el modo de adquirir sucesión por causa de muerte. Cuando
se adjudica un bien en pública subasta con presencia de extraños también
opera el efecto declarativo, pero sólo si se adjudica a un comunero. Si
se adjudica a un tercero no hay adjudicación, sino venta en pública
subasta y se aplican las reglas de la compraventa. Por ello si se
produce la adjudicación a un tercero se puede hablar de precio; en
cambio si se adjudica un bien a un comunero y éste debe pagar la
diferencia no se puede hablar de precio, sino una prestación de
ajuste569.

1300. Consecuencias del efecto declarativo de la partición.


Los efectos que genera el denominado efecto declarativo son los
siguientes:

evitar la renuncia a sus derechos pueden señalar que la exigencia del pago la
contado no se aplica a los coasignatarios o que los derechos de adjudicación y
especialmente los derechos establecidos en el artículo 660 del CPC no se
renuncian y están plenamente vigentes.
568 El efecto declarativo –no traslaticio de dominio- de la partición se sustenta

en el Derecho francés, ya que para el Derecho romano la partición era un título


traslaticio de dominio. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión ABELIUK), Derecho
Sucesorio, Tomo II, Sexta Edición Actualizada, Santiago de Chile, Editorial
Jurídica de Chile, 2003, páginas 604 y 605. Pero dentro del origen remoto de
este efecto está el Derecho de la Edad Media. Por medio del efecto declarativo
se evitó que los vasallos pagaran una tasa al señor feudal por la adquisición de
derechos sucesorios (tasa que se pagaba por el vasallo en las transferencias).
ALESSANDRI, Fernando, Partición de Bienes, Conosur Ltda., Santiago de Chile,
Editorial Jurídica, 1999, páginas 161 y 162. El efecto declarativo de la
partición también se acoge en el Derecho italiano. El origen concreto de esta
figura consiste precisamente en evitar que un indivisario se vea afectado por la
traba del embargo de los derechos sobre la cosa común de otro comunero.
569 ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando, Partición de Bienes, Versión Actualizada de

VODANOVIC, Antonio, Santiago de Chile, Lexis Nexis Chile, Sexta Edición, 2002,
página 165.
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1. Consecuencias positivas:
a) Si un adjudicatario ha enajenado algo que en la partición se
adjudica a otro copartícipe se procederá como en caso de venta de cosa
ajena (artículo 1344.2º del CC). Otro tanto sucede si se establece un
legado de cuota, en caso que el testador no se adjudique el bien se
entenderá que se produce un legado de cosa ajena.
b) En caso de partición de una comunidad de co-poseedores, se aplica
también el efecto retroactivo (artículo 718 del CC).
c) Los embargos o medidas precautorias que impiden enajenar no impiden
la adjudicación, puesto que no constituyen un acto de enajenación. Lo
mismo acontece con los derechos reales que recaigan sobre la cosa
adjudicada. Dichos derechos sólo subsistirán en la medida que el
coasignatario, constituyente del derecho real, se adjudique el bien
gravado. De esta forma, la hipoteca de cuota de un comunero subsiste a
condición de que se le adjudiquen bienes hipotecables (artículo 2417
del CC).
d) Los bienes que se hubieren adjudicado por sucesión por causa de
muerte a un asignatario casado, en sociedad conyugal, pueden ingresar
a los siguientes haberes:
i) Al haber aparente, si se trata de un bien mueble.
ii) Al haber propio, cuando se trate de un bien inmueble. Ello
acontece porque la sucesión es un modo de adquirir gratuito, al que se
le aplican las reglas de los artículos 1725, nº 4; 1726 y 1732 del CC.
2. Consecuencias negativas.
La adjudicación, al no ser jurídicamente una forma de tradición,
excluye la posibilidad de aplicar las siguientes reglas:
a) Los casos de objeto ilícito que afectan a las enajenaciones no se
extienden a la adjudicación. Por ello el artículo 1464 del CC no es
aplicable a las adjudicaciones.
b) Tampoco se aplica el artículo 412 del CC a la adjudicación por ser
una norma que regula un título traslaticio de dominio.

1301. Obligación de saneamiento en la partición.


Cada copartícipe, no obstante el efecto declarativo, está garantizado
o protegido, en lo que en definitiva reciba, por los demás
copartícipes. Esta garantía recíproca -establecida en el artículo 1345
del CC- consiste en que los copartícipes deben sanear la evicción que
sufra un adjudicatario570. Esta obligación de evicción, al igual que
en la compraventa, se desarrolla en dos etapas sucesivas: la etapa de
defensa judicial y de indemnización. En este sentido, la referida
norma dispone que “[e]l partícipe que sea molestado en la posesión del
objeto que le cupo en la partición, o que haya sufrido evicción de él,
lo denunciará a los otros partícipes para que concurran a hacer cesar
la molestia, y tendrá derecho para que le saneen la evicción.
Esta acción prescribirá en cuatro años contados desde el día de la
evicción”.

1302. Análisis de algunas sentencias de tribunales en materia de


partición571.
Analice y discuta los siguientes fallos, proponiendo las soluciones
adecuadas a cada caso, de ser ello posible:
a) En materia de pago de deudas hereditarias y títulos ejecutivos
contra el causante (alcance del artículo 1377 CC). Un Banco demanda en
juicio especial hipotecario, en autos “Banco Santiago con Sucesión

570 La mayoría de los autores entiende que la obligación de garantía en la


partición es restringida, con relación a las normas generales, por cuanto
excluye el saneamiento de los vicios redhibitorios.
571 Las sentencias que se consignan a continuación no representan,
necesariamente, el estado de la jurisprudencia y tienen por función simplemente
que los alumnos apliquen las materias.
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Víctor Valdés”, rol 3552-90, a unos herederos como responsables del


pago de los préstamos hipotecarios contraídos por el causante. Los
ejecutados opusieron por su parte la excepción de no empecerles el
título y en subsidio la prescripción de la acción ejecutiva y de las
deudas de acuerdo al artículo 98 de la Ley General de Bancos.
La primera excepción se fundamenta sólo en que habiendo fallecido el
deudor personal del demandante no se dio cumplimiento a lo dispuesto
en el artículo 1377 el CC, es decir, notificarles a los herederos
previamente los títulos ejecutivos existentes contra el difunto y
esperar el transcurso de ocho días de esa notificación para entablar o
llevar adelante la ejecución.
Se resuelve que no empece a la ejecutada, en calidad de heredera de su
difunto padre, la acción ejecutiva en juicio especial hipotecario,
iniciado de acuerdo con la Ley General de Bancos contra ella y su
madre, sin que previamente se les notifique los títulos ejecutivos
contra el difunto, como lo exige el artículo 1377 del CC.
La CA de Santiago, mediante un fallo de 27 mayo 1991, resolvió además
que la acción procede en cambio, respecto de la cónyuge, quien no
ostenta la calidad de heredera de su marido fallecido (antes de la
modificación de la Ley 18.802), sino que solamente se la considera
como tal en el artículo 1180 del CC para el solo efecto de estimarla
comunera y permitirle pedir la posesión efectiva e intervenir en la
partición y en todos los actos relacionados con la comunidad
hereditaria. Vid. GJ nº 131, página 52.
b) En materia de adjudicación. Se demanda en juicio ordinario, en
autos caratulados “Rodríguez con Martínez”, la nulidad por causa de
lesión de la partición de los bienes de una sucesión –y como
consecuencia de ello se solicita se acoja la acción reivindicatoria
del inmueble y se declare la nulidad del acto de adjudicación e
inscripción del inmueble-. El demandante alega que “[e]n su concepto,
tales adjudicación e inscripción carecen de valor por falta de un
requisito esencial en el acto particional, cual es el que la
adjudicación no tiene precio y, por consiguiente, mal se puede saber
si debió inscribirse hipoteca legal por exceso de su haber probable,
que estima en más de 80%. Agrega que tal exceso se evidencia aun de la
tasación efectuada en el juicio particional que fue objetada por su
parte, ya que su cónyuge como heredera mayoritaria recibió bienes por
un valor inferior en $ 200.000 a lo que le correspondía en relación al
porcentaje de que era titular”. La demandada se defiende, aduciendo
consideraciones de Derecho civil y procesal. Entre las consideraciones
de Derecho civil señala que “el bien raíz de que se trata lo adquirió
por sucesión por causa de muerte, y en virtud del efecto declarativo
de la partición y adjudicación debe considerarse que ha sucedido
inmediata y directamente al causante en los bienes que le fueron
adjudicados, como lo ha corroborado la jurisprudencia de los
tribunales superiores de justicia (…) la división de la masa común no
constituye una enajenación, sino que opera un modo de adquirir
distinto de la tradición, que es la transmisión”. En torno al Derecho
procesal señala que la acción debe desecharse por cuanto en
consideración a la adjudicación dejó de ser comunero en la sucesión
para ser propietario. Además alega la prescripción de la lesión
enorme por cuanto han pasado más de cuatro años a contar de la
partición. A su vez, alega la improcedencia de la acción
reivindicatoria. Y finalmente alega que “la acción de nulidad de la
adjudicación y de la inscripción por vicios de las mismas deben ser
rechazadas por ser totalmente improcedentes y estar fundadas en una
errada interpretación legal, ya que los que mueren no enajenan ni
transfieren bienes sino que los transmiten; y los herederos no los
compran, sino que los retiran de la masa común por un modo de adquirir
distinto del señalado por el actor, esto es, por transmisión (…) por
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lo demás, los bienes fueron tasados; los herederos pusieron fin a la


partición de común acuerdo; y en parte alguna la ley requiere de
fijación de precio en la escritura de adjudicación de bienes de una
partición”. En la dúplica agrega el demandado que “…el demandante
carece de titularidad para accionar puesto que jamás fue llamado a la
sucesión de doña Laura Silva Poblete; doña Irma Iris Martínez, su
cónyuge, era quien tenía la calidad de heredera y además cesionaria de
los derechos de su padre Luis Martínez Ríos, quien la sobrevivió; y
por el hecho de haber fallecido intestada también la heredó, por lo
tanto el demandante no es su único heredero”. En primera y segunda
instancia se rechaza la demanda. La CA en su considerando 5º
estableció que “…no obstante lo expuesto, las acciones de nulidad
intentadas debieron dirigirse en contra de todos los partícipes en el
juicio particional y no únicamente contra el demandado, toda vez que
por ellas se persigue restablecer la masa de los bienes y adjudicarlos
de nuevo a los tres herederos”.
Los efectos relativos de las sentencias judiciales impiden declarar la
nulidad de un acto si la acción no se ha dirigido en contra de todos
los que intervinieron en él, pues en tal evento se daría el absurdo
que tal acto sería nulo para uno y válidos para otros”. La CA
considera que la acción de nulidad estaba prescrita y además agrega
respecto del precio que su alegación “carece de sustentación jurídica,
ya que la adjudicación no es más que la singularización en bienes
determinados del derecho del comunero en la masa indivisa (…) Por otra
parte, la omisión de la inscripción de la hipoteca legal de que trata
el artículo 662 del CPC, en el CBR, no acarrea la nulidad absoluta de
la adjudicación, ya que se trata de una formalidad no exigida en
consideración a la naturaleza del acto particional, y tampoco tiene
señalada como sanción la indicada nulidad”. La CA señala que tampoco
procede en este caso entablar la acción reivindicatoria en los
términos señalados por la demandada.
En definitiva, para la CA los efectos relativos de las sentencias
judiciales impiden declarar eventualmente la nulidad de un acto, si la
acción no se ha dirigido en contra de todos los que intervienen en él.
La adjudicación es la singularización en bienes determinados del
derecho del comunero en la masa indivisa. Este acto por el cual el
heredero se hace dueño exclusivo de los señalados bienes tiene como
modo de adquirir la transmisión y no tradición y en consecuencia no
requiere precio. La omisión de la inscripción de la hipoteca legal, de
que trata el artículo 662 del CPC, en el CBR, no acarrea la nulidad
absoluta de la adjudicación, ya que se trata de una formalidad no
exigida en consideración a la naturaleza del acto particional, y
tampoco tiene señalada como sucesión la indicada nulidad. El derecho
de herencia no es reivindicable y solo puede serlo una cuota
determinada pro indiviso de una cosa singular. Vid. RDJ, segunda
parte, sección segunda, tomo LXXXVI, n° 2, 1989, páginas 51 a 56.
c) No aplicación de las limitaciones que alcanzan a las enajenaciones
a la adjudicación. La CS por casación en el fondo de fecha 20 de julio
del 2005, en autor “Pérez con Del Villar”, resolvió que a la
adjudicación en la partición por no tratarse de una enajenación no se
le aplica el artículo 2144 del CC, que prohíbe la autocontratación en
el mandato. Sin perjuicio de ello la adjudicación que perjudica los
derechos de tercero es nula de nulidad relativa. En este sentido la CS
resolvió lo siguiente:
““1º) Que el actor ha solicitado se declare la nulidad de la partición
de la herencia y adjudicación de mutuo acuerdo celebrada entre doña
Marta Morán Barros y don Washington Del Villar Falke, actuando este
último por sí y en representación de la primera. Funda su solicitud en
la circunstancia de haber obrado el mandatario sin facultades que le
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habilitaran para autocontratar y para disponer de bienes


pertenecientes a una sociedad conyugal inexistente a su respecto.
2º) Que el autocontrato o acto jurídico consigo mismo, puede definirse
como aquel en que una persona celebra por sí sola y en el cual actúa,
a la vez, como parte directa y como representante de la otra, como
representante de ambas partes o como titular de dos patrimonios que le
pertenecen.
Por regla general, el acto jurídico consigo mismo es válido puesto que
la legislación chilena no contiene precepto que prohíba el
autocontrato en términos generales, existiendo específicas
disposiciones legales prohibitivas referidas a ciertos y determinados
actos consigo mismo.
Ello también tiene su explicación en el principio de autonomía de la
voluntad para contratar que consagra nuestro derecho privado.
Don Arturo Alessandri Rodríguez, en su obra Los Contratos, Editorial
Jurídica de Chile, 2004, página 144, expone tres casos en que el acto
consigo mismo es inadmisible: <<1º. Cuando la ley lo ha prohibido
expresamente. En tal evento no puede celebrarse en ninguna forma, como
ocurre en los casos de los artículos 410 y 412 del Código Civil; 57 y
88 Nº 2 del Código de Comercio; o podrá celebrarse, pero cumpliendo
con los requisitos señalados al efecto, como es el caso de los
artículos 1800, 2144 y 2145 del Código Civil y 271 del Código de
Comercio. 2º. Cuando suscita un conflicto u oposición de intereses
entre el representante y el representado, es decir, cuando su
realización puede acarrear un perjuicio para el segundo, porque, dada
la naturaleza e importancia del acto, es posible que el representante
sacrifique su deber a su propio interés. 3º. En materia judicial>>.
En términos muy semejantes opina el profesor don David Stitckin B., en
su obra El Mandato Civil (3ª edición de Editorial Jurídica de Chile,
Santiago, 1975, Nos 140 y siguientes, págs. 294 y siguientes).
3º) Que no existe controversia en cuanto a que el poder general
otorgado por escritura pública de 10 de septiembre de 1997 a don
Washington Del Villar Falke por doña Marta Morán Barros le otorgaba al
mandatario amplias facultades para administrar y disponer de todos los
bienes y negocios de la mandante, tanto muebles como inmuebles; sin
embargo, la controversia se suscita al resolver si aquellas facultades
las ha podido ejercer bajo la modalidad de autocontratación, para lo
cual no ha sido autorizado expresamente, debiendo analizarse la
pertinencia al caso de autos de disposiciones legales prohibitivas
sobre la materia o la oposición de intereses que suscita la naturaleza
del autocontrato.
4º) Que, la partición <<es un conjunto de actos encaminados a poner
fin al estado de indivisión mediante la liquidación del caudal común y
su distribución entre los comuneros en partes o lotes proporcionados a
los derechos cuotativos de cada cual>> (sentencia Corte Suprema de 1
de abril de 1936, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo XXXIII,
sec. 1ª, pág. 266).
Dentro de la partición se pone término a la titularidad común del
derecho sobre los bienes indivisos mediante la adjudicación, la que se
define como la radicación de bienes o valores determinados de los que
figuran en el inventario o constituyen la herencia, hecha a cada uno
de los partícipes en pago de su haber, según su respectivo título.
Conforme lo expresa el artículo 1325 del Código Civil, para que los
interesados puedan hacer por sí mismos las particiones, es necesario
que todos concurran al acto, debiendo proceder previamente a la
tasación de los bienes por peritos o a su apreciación unánime.
5º) Que, la mayoría de la doctrina postula que el efecto declarativo
de la partición impide calificar la adjudicación a cada comunero, como
una enajenación o como una compraventa, por cuanto sólo <<es un acto
declarativo del dominio preexistente que latía en la cuota sobre la
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totalidad de los bienes comunes>> (Partición de Bienes, Fernando


Alessandri, Editorial Jurídica Conosur Ltda., 4ª edición, pág. 158).
En igual sentido se pronuncia don Manuel Somarriva Undurraga, en su
libro Indivisión y Partición (3ª edición, 1981, Nº 523 y siguientes,
págs. 386 y siguientes).
De esta manera, no resultaría aplicable al autocontrato celebrado por
el demandado la prohibición legal contemplada en el artículo 2144 del
Código Civil, por cuanto aquélla impide al mandatario <<comprar las
cosas que el mandante le haya ordenado vender, ni vender de lo suyo al
mandante lo que éste le ha ordenado comprar, si no fuere con
autorización expresa del mandante>>, es decir, se refiere expresamente
a una compraventa. Además, tratándose de una norma prohibitiva, el
tribunal está impedido de aplicarla por analogía.
6º) Que, sin perjuicio de lo anterior y conforme se expresó en el
motivo 2º) de este fallo, la doctrina considera inadmisible la
autocontratación cuando su ejecución puede causar un perjuicio para el
mandante si el acto supone una contraposición entre sus intereses con
los del mandatario, quien a su vez es la contraparte del contrato.
Dicha opinión ha sido compartida además por la jurisprudencia.
De esta manera es posible hacer extensivo el rechazo a la
autocontratación a todos aquellos casos en que, aunque no fueron
considerados particularmente por el legislador, ofrecen los mismos
peligros que éste quiso evitar a través de la reglamentación especial
y, con mayor razón, cuando el mandante no ha otorgado expresamente la
facultad de autocontratar.
La posibilidad de ejercer dicha apreciación queda, en el caso de
autos, aún más patente si se considera que el artículo 2132 del Código
Civil consignó cuáles son aquellas facultades que naturalmente se
confieren al mandatario, especificando que, <<[p]ara todos los actos
que salgan de estos límites, necesitará de poder especial>>.
Es así que, aun cuando el poder otorgado en autos al demandado don
Washington Del Villar Falke le facultaba expresamente y en forma
amplia a disponer de bienes de la mandante, ha de concluirse que
aquello se refiere específicamente a actos jurídicos realizados con
terceros, por cuanto, la existencia de intereses evidentemente
contrapuestos que se ejercen en un acto particional y de adjudicación
de bienes, dada la naturaleza de los mismos y la calidad de comunero
que tienen el mandante y el mandatario, podría permitir que este
último pospusiera los intereses de su mandante en beneficio de los
propios. En consecuencia, sólo es dable concluir que la disposición de
los bienes de la mandante a través de un acto particional, bajo la
modalidad de la autocontratación, requería de una designación expresa
que el mandato exhibido en autos y agregado a fojas 12 no contiene.
7º) Que la sanción que lleva consigo el autocontrato cuando éste es
inadmisible, como ha quedado establecido en autos y para el caso de
que no exista prohibición legal, como ocurre en el presente juicio
es, de acuerdo al artículo 1682 del Código Civil, la nulidad relativa
puesto que se han omitido requisitos o formalidades exigidos en
consideración al estado o calidad de las personas que intervienen en
el acto jurídico.
Por estas consideraciones y normas legales citadas, se confirma la
sentencia de 15 de abril de 2003, escrita a fojas 65, con declaración
de que son nulos relativamente el acto particional y las
adjudicaciones contenidas en la escritura pública de 15 de enero de
1999 y consecuentemente, sus complementaciones y rectificaciones
posteriores realizadas por escrituras de 15 de abril de 1999 y 24 de
mayo de 1999, con costas”. Vid. RDJ, segunda parte, sección primera,
tomo CII, n° 2, 2005, páginas 619 a 624.

ESQUEMAS SOBRE PARTICIÓN:


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1. Las reglas de la comunidad, que rigen la comunidad hereditaria, se


aplican a una serie de otras materias, como las siguientes:
a. La liquidación de la comunidad resultante de la disolución de la
sociedad conyugal (artículo 1776 del CC).
b. La partición de la comunidad resultante de la disolución de una
sociedad civil (artículo 2115 del CC).
c. La partición del cuasicontrato de comunidad (artículo 2313 del CC).

2. Sujetos activos de la acción de partición:


a. Los comuneros, es decir, los herederos que han obtenido a su
favor la posesión efectiva.
b. Los cesionarios por la cesión de derechos hereditarios.
c. Tratándose del asignatario bajo condición suspensiva, no puede
pedir la partición, sino una vez cumplida la condición
suspensiva.
d. El fideicomisario, en el fideicomiso, no podrá pedir la
partición, solamente la podrá solicitar el propietario
fiduciario.

3. Formas de efectuar la partición:


a. Por el propio causante, sea por acto entre vivos o por testamento
(artículo 1318 del CC).
b. Por convención de los interesados, asignatarios o comuneros.
c. Por el partidor.

4. Efecto de la partición: la adjudicación del dominio exclusivo sobre


determinados efectos hereditarios en cada comunero, como efecto
principal. Los artículos 1344 y 718.1º del CC consagran el denominado
“efecto declarativo de la partición”, en consideración al cual,
adjudicado un bien en la partición a un comunero, se entiende que lo
adquirió directamente del causante, como si la indivisión nunca
hubiese existido.

5. Consecuencias del efecto declarativo de la partición.


Los efectos que genera el denominado efecto declarativo son los
siguientes:
a. Consecuencias positivas:
i. Si un adjudicatario ha enajenado algo que en la partición se
adjudica a otro copartícipe se procederá como en caso de venta de cosa
ajena (artículo 1344.2º del CC).
ii. En caso de partición de una comunidad de co-poseedores, se aplica
también el efecto retroactivo (artículo 718 del CC).
iii. Los embargos o medidas precautorias que impiden enajenar no
impiden la adjudicación, puesto que no constituyen un acto de
enajenación. Lo mismo acontece con los derechos reales que recaigan
sobre la cosa adjudicada.
iv. Los bienes que se hubieren adjudicado por sucesión por causa de
muerte a un asignatario casado, en sociedad conyugal, pueden ingresar
a los siguientes haberes: (i) Al haber aparente, si se trata de un
bien mueble. (ii) Al haber propio, cuando se trate de un bien
inmueble.
b. Consecuencias negativas.
La adjudicación, al no ser jurídicamente una forma de tradición,
excluye la posibilidad de aplicar las siguientes reglas:
a. Los casos de objeto ilícito que afectan a las enajenaciones no se
extienden a la adjudicación. Por ello el artículo 1464 del CC no es
aplicable a las adjudicaciones.
b. Tampoco se aplica el artículo 412 del CC a la adjudicación por ser
una norma que regula un título traslaticio de dominio.
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CAPÍTULO XII: LAS DONACIONES IRREVOCABLES.

Análisis bibliográfico: LECAROS, José, Liberalidades y donaciones irrevocables, 1997.


MEZA BARROS, Ramón, Manual de la sucesión por causa de muerte y donaciones entre vivos,
2000, páginas 469 a 497. ROZAS, Fernando, ALLENDE, Francisco, ASTABURUAGA, Matías, DÍAZ
DE VALDÉS, Juan, Sucesión por causa de muerte: historia, textos, jurisprudencia y
comentarios, 1985, páginas 850 a 927. SOMARRIVA, Manuel, versión de ABELIUK, René,
Derecho Sucesorio, Tomo II, 2005, páginas 691 a 728.

1303. Regulación de las donaciones irrevocables.


Las donaciones irrevocables están reglamentadas en el Libro III,
Título XIII del CC (artículos 1386 a 1436).
Las razones para regularlas en el Libro III, y no en el Libro IV, son
históricas, por un lado, el Código Civil francés las regula de esta
forma. Sin perjuicio de ello, supletoriamente, como dispone el
artículo 1416 del CC, las donaciones irrevocables se rigen por las
reglas de los contratos. En este sentido la referida norma dispone lo
siguiente:
“Artículo 1416. Las reglas concernientes a la interpretación de las
asignaciones testamentarias, al derecho de acrecer y a las
substituciones, plazos, condiciones y modos relativos a ellas, se
extienden a las donaciones entre vivos.
En lo demás que no se oponga a las disposiciones de este título, se
seguirán las reglas generales de los contratos”.
Pero además, a las donaciones irrevocables, se les aplican algunas de
las disposiciones relativas a la sucesión. En este sentido, el
artículo 1411.3º dispone que “[l]as reglas dadas sobre la validez de
las aceptaciones y repudiaciones de herencias y legados se extienden a
las donaciones”. Y el artículo 1391 del CC agrega que “[l]as
incapacidades de recibir herencias y legados según los artículos 963 y
964 se extienden a las donaciones entre vivos”. Lo mismo acontece
respecto de una serie de normas como el artículo 1418 -respecto al
donatario a título universal-, el artículo 1187 -en cuanto a la
rescisión de las donaciones mediante la acción de inoficiosa donación-
, y los artículos 963 y 964, todos del CC, respecto de las reglas
sobre incapacidades de recibir herencias y legados.

1304. Concepto de donación irrevocable.


En su concepción vulgar la donación se ha concebido como un regalo,
efectuado en detrimento del patrimonio propio572. Para LECAROS la
donación irrevocable es un “contrato en virtud del cual una de las
partes se obliga a transferir gratuitamente a otra una cosa o derecho
entre vivos”573.
El Código Civil da, en su artículo 1386, un concepto de donación al
establecer que “[l]a donación entre vivos es un acto por el cual una
persona transfiere gratuita e irrevocablemente una parte de sus bienes
a otra persona, que la acepta”. Mediante esta definición queda en
claro el carácter irrevocable de las donaciones574.

572 Sin embargo, un regalo o liberalidad será el género con relación a una
donación irrevocable. LECAROS sostiene que la donación irrevocable es una
especie de liberalidad que se caracteriza por dos ideas matrices: la
irrevocabilidad y el empobrecimiento del donante vinculado al enriquecimiento
del donatario. Vid. LECAROS SÁNCHEZ, José Miguel, Liberalidades y Donaciones
Irrevocables, Santiago de Chile, Metropolitana Ediciones, s.n., páginas 7 y 8.
573 Vid. LECAROS SÁNCHEZ, José Miguel, Liberalidades y Donaciones irrevocables,

Santiago de Chile, Metropolitana Ediciones, s.n., páginas 4 a 13.


574 El artículo 931 del Code Civil define la donación como “[t]odo acto que

constituyan una donación entre vivos se otorgará ante Notarios, en la forma


ordinaria de los contratos, y se conservará matriz del mismo, bajo sanción de
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El concepto precedente ha sido criticado, ya que la donación


irrevocable no es “un acto”. El Código Civil reserva la palabra acto
para los actos jurídicos unilaterales-, siendo más preciso haber
señalado que se trataba de un contrato. Sin perjuicio de ello, la
donación irrevocable es un contrato, como se desprende de la propia
definición del artículo 1368 del CC, al señalar que por una parte se
transfiere y por la otra se acepta la donación575.
Aun cuando se establece en la definición del Código que es un acto,
este error es sólo formal, ya que este mismo cuerpo legal no deja en
todo momento de considerar a la donación como un contrato576.
En nuestro Derecho existen dos formas de donación; las donaciones
revocables o a causa de muerte y las donaciones irrevocables o entre
vivos (artículo 1136 del CC). Sin embargo, las donaciones revocables
pueden producir efectos en vida del donante. A pesar de ello la
diferencia fundamental entre ambas figuras consiste en que la donación
irrevocable es un contrato y la revocable un acto jurídico unilateral.

1305. Características de las donaciones irrevocables:


a) Es un contrato entre vivos.
La donación irrevocable requiere del concurso de voluntades del
donante y del donatario. LECAROS señala que la donación es un acto
entre vivos de carácter bilateral, que generalmente tiene por objeto
crear obligaciones577, pero que en realidad el Código Civil considera
donaciones muchos actos a pesar de no constituir éstos contratos,
porque representan una atribución patrimonial gratuita, como por
ejemplo la remisión del derecho a percibir los réditos de un capital
colocado a interés o censo, el pago a sabiendas de lo que en realidad
no se debe, la remisión gratuita de una deuda, etcétera. En síntesis,
hay casos de donaciones no son contratos, sino simples convenciones.
Por otra parte, la donación es entre vivos por cuanto sus efectos no
están sujetos al fallecimiento del donante578. Esta es la gran
diferencia, con las donaciones revocables. Sin perjuicio de ello, la
donación puede dejarse condicionada al fallecimiento de otra persona,
como sucede con todos los actos jurídicos. En dicho caso, la muerte es
un elemento accidental de la donación irrevocable.

nulidad”. A pesar de la redacción de la norma precedente la doctrina francesa,


sin embargo, unánimemente entiende que se trata de un contrato. En este sentido,
el artículo 938 del Code Civil agrega que “un acto por el cual el donante se
despoja actual e irrevocablemente de a cosa donada, a favor del donatario que la
acepta”.
575 El origen de este error, como comenta SOMARRIVA, se debe a que el CC chileno

siguió al Code. Y dicho Código incurrió en este error a instancias de una


intervención de Napoleón Bonaparte, que confundió los actos jurídicos
unilaterales con los contratos bilaterales-. Error, que como es evidente los
jurisconsultos de la época no se atrevieron a rectificar. No se debe olvidar que
la época del terror o de ROBESPIERRE no era del todo lejana. SOMARRIVA
UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo II, Cuarta
edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, nº 877, páginas
659 y 660.
576 LECAROS entiende que excepcionalmente la donación no es un contrato cuando

actúa como causa de la atribución patrimonial gratuita, sino como una atribución
en sí misma. Para LECAROS ello acontece en las convenciones que extinguen o
modifican una obligación. Vid. LECAROS SÁNCHEZ, José Miguel, Liberalidades y
Donaciones irrevocables, Santiago de Chile, Metropolitana Ediciones, s.n.,
página 15.
577 Vid. LECAROS SÁNCHEZ, José Miguel, Liberalidades y Donaciones irrevocables,

Santiago de Chile, Metropolitana Ediciones, s.n., página 14.


578 En este sentido SOMARRIVA destacaba que “…la donación es la única forma de

adquirir a título gratuito por acto entre vivos”. SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel
(versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo II, Cuarta edición, Santiago
de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, nº 878, página 660.
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b) Es un contrato unilateral, ya que de resultar obligada una de las


partes, ella sólo lo será el donante.
c) Es un contrato gratuito, ya que el donante sufre un gravamen y el
donatario recibe el beneficio.
El hecho que el donatario puede experimentar ciertas cargas no hace
que la donación pierda su calidad de gratuita; salvo que las cargas
equivalgan al provecho que recibe el donatario 579. A su vez, las
cargas pueden ser en provecho del propio donatario o de un tercero.
d) Es de ejecución instantánea, salvo el caso de donaciones de
pensiones periódicas (artículo 1402 del CC).
e) Por regla general, es un contrato consensual, aunque por la gran
cantidad de excepciones a la consensualidad pareciera que la regla
general es la contraria.
f) La donación es un título traslaticio de dominio, como se desprende
de los artículos 675 y 703 del CC580. En este sentido es especialmente
relevante el artículo 703.3º del CC que establece expresamente que
“[s]on translaticios de dominio los que por su naturaleza sirven para
transferirlo, como la venta, la permuta, la donación entre vivos”.
La obligación que nace para el donante, en la donación, es la de dar,
es decir, la de efectuar la tradición de la cosa y la tradición se
efectúa por la inscripción en el CBR en la medida que la donación
recaiga sobre un bien raíz. En este sentido el artículo 1400.1º del
CC, dispone que “[n]o valdrá la donación entre vivos de cualquiera
especie de bienes raíces, si no es otorgada por escritura pública e
inscrita en el competente Registro”. Por lo que se desprende que la
donación no opera como modo de adquirir, sino sólo como título, es
decir, un acto jurídico que habilita para adquirir un derecho.
Sin perjuicio de lo anterior, para parte de la doctrina la inscripción
en el RCBR –en las donaciones que tengan como objeto un bien raíz-
cumple una segunda función que es de solemnidad.
g) Es esencialmente irrevocable.
Esta característica se establece en la propia definición de la
donación irrevocable, y es una de las principales diferencias que
presenta con la donación por causa de muerte. Pero esto no es más que
la aplicación del principio de la fuerza obligatoria del contrato.
Sin perjuicio de ello, al respecto existen dos excepciones:

579 En contra está GUZMÁN BRITO para el cual lo que define la gratuidad en
materia de donaciones es la ausencia de precio. GUZMÁN BRITO, A., De las
Donaciones entre Vivos. Conceptos y Tipos, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005,
páginas 41 y 42.
580 Por otra parte para una doctrina realmente minoritaria la donación no es un

contrato, sino un modo de adquirir. Los argumentos a favor de esta posición son
los siguientes:
i) Ello se desprendería de la definición legal de donación irrevocable, que
señala que ésta es un acto por el cual una persona transfiere gratuita e
irrevocablemente una parte de sus bienes a otra que la acepta, lo que pareciere
estar indicando que por la sola donación se transfiere el dominio.
ii) De la ubicación de las donaciones irrevocables en el CC, después de la
sucesión por causa de muerte –que es un modo de adquirir-, y no con los
contratos.
iii) Un último argumento se da por la inscripción en el Registro del
Conservador para la donación de bienes raíces, que para algunos junto a ser
solemnidad es tradición, lo que equivale a decir que al perfeccionarse el
contrato se transfiere el dominio. Como se verá la inscripción no constituye
solemnidad sino sólo tradición.
SOMARRIVA desarrolla en detalle los argumentos en contra de esta posición.
SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio, tomo
II, séptima edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2005, nº
878.10º, páginas 695 y 696.
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i) Las donaciones entre cónyuges, son siempre revocables, aún en el


caso que se hayan establecido como irrevocables (artículo 1137 del
CC).
ii) La ingratitud del donatario puede llevar a la revocación de la
donación (artículo 1428 del CC).
h) La donación es un contrato a título singular.
Ello acontece incluso en las denominadas “donaciones a título
universal”. En la donación sólo se ceden bienes determinados, salvo el
caso en que se done el derecho real de herencia, pues entonces se
transfiere la universalidad.

1306. Requisitos de las donaciones irrevocables:


a) Requisitos generales de las donaciones irrevocables como acto
jurídico.
Las donaciones deben reunir los requisitos generales de todo contrato,
esto es, capacidad, consentimiento, objeto y causa. En algunos casos
también se requieren solemnidades. Sin perjuicio de lo cual, los
requisitos generales de la donación presentan las siguientes
particularidades:
i) Regulación de la capacidad.
El artículo 1387 del CC establece la regla general en esta materia, al
disponer que “[e]s hábil para donar entre vivos toda persona que la
ley no haya declarado inhábil”. De este modo la norma precedente es
una reiteración de la regla general contenida en el artículo 1446 del
CC. Sin embargo, el legislador es más estricto en cuanto a la
capacidad del donante que a la del donatario, ya que es aquel quien se
desprende de parte de sus bienes, en cambio, el donatario sólo recibe
un beneficio.
La capacidad, como en el acto jurídico, debe existir al momento de
perfeccionarse el contrato, es decir, cuando el donatario notifica al
donante de la aceptación; sin perjuicio de que el donante debe haber
sido capaz al realizar la oferta y el donatario al aceptarla. El
artículo 1388 del CC se refiere a la capacidad del donante
estableciendo que “[s]on inhábiles para donar los que no tienen la
libre administración de sus bienes; salvo en los casos y con los
requisitos que las leyes prescriben”. Pero en realidad la doctrina
está de acuerdo que más que la facultad de libre disposición, por ser
la donación un título traslaticio de dominio, se exige la facultad de
disposición.
Los incapaces, ya sean los sujetos a patria potestad o las personas
sujetas a guarda se encuentran en una situación especial, por lo que
para donar deben hacerlo autorizados o representados por sus
representantes legales (artículos 402 y 255 del CC).
El artículo 1389 del CC dispone, respecto de la capacidad del
donatario, que “[e]s capaz de recibir entre vivos toda persona que la
ley no ha declarado incapaz”. En esta materia se establecen las mismas
incapacidades que para ser asignatario, esto para que no se burle a
través de donaciones tales incapacidades (artículos 1390 y 1391 del
CC). A su vez, los artículos 963 y 964 del CC preceptúan las
incapacidades para recibir de los establecimientos, que no gozan de
personalidad jurídica, y las personas naturales que han cometido el
crimen de dañado ayuntamiento. Por lo que se desprende que las
incapacidades para suceder que no se aplican a las donaciones son las
referentes al eclesiástico confesor y notario y testigos del
testamento.
Por ultimo, el artículo 1392 del CC establece una incapacidad especial
para las donaciones que dice relación con el curador del donante,
antes de que éste haya exhibido las cuentas de la curaduría y pagado
el saldo, si lo hubiere en su contra.
ii) El consentimiento en la donación revocable.
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La regla aparentemente general es que el consentimiento se forme al


momento de la aceptación de la oferta por parte del destinatario. Sin
embargo esta regla cuenta con las siguientes excepciones: (i) Para que
la donación entre vivos se entienda perfeccionada no basta la simple
aceptación del destinatario, sino que es necesario que éste le
notifique su aceptación al donante. En este sentido, conforme al
artículo 1412 del CC el consentimiento se forma conforme a la teoría
del conocimiento. (ii) Por lo pronto, en muchos casos la donación es
solemne. De ser de este modo la donación solo se perfeccionará una vez
que se cumpla con la respectiva forma.
iii) Las solemnidades en la donación.
La regla general en materia de donaciones entre vivos es que éstas
sean consensuales. Pero a su vez, son tantas las excepciones a este
principio que la regla, en la práctica, se ha invertido. Esta materia
se verá en la clasificación de las donaciones.
Por último, al objeto y la causa en la donación irrevocable se
refieren los artículos 1407 y 1467.1º del CC.
b) Las donaciones irrevocables exigen como elemento de la esencia
particular una relación de causalidad entre el empobrecimiento del
donante y el enriquecimiento patrimonial del donatario. Este requisito
se encuentra establecido en el artículo 1398 del CC que establece que
“[n]o hay donación, si habiendo por una parte disminución de
patrimonio, no hay por otra aumento”581.

581LECAROS señala las siguientes aplicaciones de este principio:


a) De acuerdo al artículo 1394 del CC no hay donación en el sólo hecho de
repudiar una herencia, legado o donación o dejar de cumplir la condición a que
está subordinado un derecho eventual, aunque así lo haga con el objeto de
beneficiar a un tercero. Los acreedores, con todo, podrán ser autorizados por el
juez para substituirse a un deudor que así lo hace, hasta concurrencia de sus
créditos; y del sobrante, si lo hubiere, se aprovechará el tercero. La segunda
parte de esta norma es una aplicación del artículo 1238 del CC, en virtud del
cual los acreedores de quien repudia en perjuicio de ellos pueden hacerse
autorizar por el juez para aceptar por el deudor.
b) No hay donación, conforme al artículo 1395.1º del CC, en el comodato de un
objeto cualquiera, aunque su uso o goce acostumbre darse en arriendo, ni en el
mutuo sin interés o en la remisión o cesión del derecho a percibir los réditos
de un capital colocado a interés o censo. Para LECAROS esta norma carece de
justificación, ya que si se ha celebrado un mutuo a interés, celebrado el
contrato, el mutuante incorpora al patrimonio un crédito –no exigible todavía-
consistente en el capital y los intereses. La cesión de ese crédito a un tercero
-mutuario u otro- significa el empobrecimiento del mutuante, la disminución de
su activo temporal. Y significa para el cesionario un enriquecimiento, un
incremento de su activo patrimonial. Vid. LECAROS SÁNCHEZ, José Miguel,
Liberalidades y Donaciones irrevocables, Santiago de Chile, Metropolitana
Ediciones, s.n., página 65.
b) Al tenor del artículo 1397 del CC “[n]o hace donación a un tercero el que a
favor de éste se constituye fiador, o constituye una prenda o hipoteca; ni el
que exonera de sus obligaciones al fiador, o remite una prenda o hipoteca,
mientras está solvente el deudor; pero hace donación el que remite una deuda, o
el que paga a sabiendas lo que en realidad no debe”. Se desprende así de la
norma precedente que si al exonerarse de sus obligaciones al fiador, o remitir
la prenda o hipoteca el deudor está solvente, no hay donación. De la misma forma
hay donación cuando se remite una deuda (artículo 1653 del CC). También existe
donación en pagar a sabiendas lo que no se debe, tal como lo señala “a
contrario sensu” el artículo 2299 del CC.
c) De acuerdo al artículo 1399 del CC “[n]o hay donación en dejar de interrumpir
la prescripción”.
d) Tampoco, según el artículo 1396 del CC “…hay donación en los servicios
personales gratuitos, aunque sea de aquellos que ordinariamente se pagan”.
Vid. LECAROS SÁNCHEZ, José Miguel, Liberalidades y Donaciones Irrevocables,
Santiago de Chile, Metropolitana Ediciones, s.n., páginas 62 a 66.
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1307. Clasificación de las donaciones irrevocables: las donaciones


irrevocables pueden ser enteramente gratuitas o no.
La donación no siempre constituye un contrato gratuito, existen
situaciones en las cuales se convierte un contrato oneroso. Ello se
debe a que la donación no sólo reporta provecho para el donatario,
sino también para el donante. Sin perjuicio de ello, a continuación se
analizará exclusivamente las donaciones enteramente gratuitas.
A. Las donaciones enteramente gratuitas.
La regla general es que la donación irrevocable sea enteramente
gratuita para el donatario, es decir, que a él le reporte toda la
utilidad del contrato. Este carácter gratuito se encuentra moderado a
veces, ya que se imponen cargas al donatario.
La importancia de la clasificación está dada por el grado de culpa por
el que responde el donatario. Esta graduación de la culpa sólo se
aplica en el ámbito de la responsabilidad contractual.
Las donaciones enteramente gratuitas pueden ser de diversas clases,
como donación de bienes muebles de valor igual o inferior a dos
centavos (artículo 1401.1º del CC); donaciones enteramente gratuitas
de bienes muebles de valor superior a dos centavos (artículo 1401.2º y
3º del CC), las que requieren de autorización judicial (insinuación);
donación de pensiones periódicas (artículo 1402 del CC); donación de
bienes raíces (artículo 1400.1º del CC) y donación a título universal
(artículo 1407 a 1409 del CC); donación con cargo de restituir a un
tercero (artículo 1413 y 1414 del CC). A continuación sólo trataré dos
de estas donaciones:
a) La donación de bienes raíces puede tener como objeto uno o más
inmuebles, una cuota de uno o más inmuebles o bien el todo o una cuota
de uno o más derechos reales inmuebles y también el caso de la
remisión de una deuda cuyo objeto sea alguno de los anteriormente
señalados.
Esta donación es solemne, pues siempre requerirá de insinuación, y de
escritura pública. Además, la escritura deberá inscribirse en el
respectivo RCBR para los efectos de la tradición. Ello se encuentra
establecido en el artículo 1400.1º del CC que dispone que “[n]o valdrá
la donación entre vivos de cualquiera especie de bienes raíces, si no
es otorgada por escritura pública e inscrita en el competente
Registro”. La redacción de esta norma que exige a la vez, escritura
pública e inscripción ha llevado a la mayoría de la doctrina y la
jurisprudencia a entender que la función de la inscripción es una
solemnidad del contrato de donación irrevocable. Pero, en este punto
es preferible la opinión de SOMARRIVA para el cual la inscripción es
la forma de efectuar la tradición del derecho real donado582.

582 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio,


tomo II, Cuarta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003,
nº 898.3º, página 674. La posición de SOMARRIVA, como destaca ABELIUK, iba
contra la mayoría de la doctrina y las sentencias que se pronunciaron sobre este
punto. Siguiendo la misma línea de razonamiento LECAROS estima que a pesar del
tenor literal del artículo 1400.1º del CC, las solemnidades de la donación
estarían dadas por la insinuación y el otorgamiento de escritura pública y que
la inscripción sería la forma de efectuar la tradición. LECAROS SÁNCHEZ, José
Miguel, Liberalidades y Donaciones irrevocables, Santiago de Chile,
Metropolitana Ediciones, s.n., página 81. Por otra parte, una discusión muy
similar se plantea en torno al rol de la inscripción en la hipoteca. Así,
respecto de la hipoteca contractual la redacción del artículo 2410 del CC lleva
a entender que la inscripción cumple un rol de solemnidad del contrato de
hipoteca; sin embargo, esta posición mantenida por F. ALESSANDRI ha sido
totalmente desechada. Vid. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, Lecciones de Derecho Civil
Chileno, de las Fuentes de las Obligaciones, Tomo II, Editorial Jurídica de
Chile, 2007, nº9, página 194. Entonces cabe preguntarse ¿por qué nuestra
doctrina y jurisprudencia han mantenido criterios diversos frente al mismo
problema?
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b) Donación a título universal.


Estas donaciones están establecidas en el artículo 1407 del CC, que
dispone que “[l]as donaciones a título universal, sean de la totalidad
o de una cuota de los bienes, exigen, además de la insinuación y del
otorgamiento de escritura pública, y de la inscripción en su caso, un
inventario solemne de los bienes, so pena de nulidad.
Si se omitiere alguna parte de los bienes en este inventario, se
entenderá que el donante se los reserva, y no tendrá el donatario
ningún derecho a reclamarlos”.
Para SOMARRIVA existe una impropiedad en el lenguaje al referirse a
ella como donación a título universal, ya que la donación como
contrato siempre es a título singular583.
Este tipo de donación es la más solemne de todas, ya que como lo
señala el artículo citado, requiere de insinuación, escritura pública,
inscripción –si existen bienes raíces- e inventario solemne;
requisitos sin los cuales adolece de nulidad.
Por otra parte, esta donación, conforme a los artículos 1408 y 1409
del CC, está sujeta a las siguientes limitaciones:
“Artículo 1408. El que hace una donación de todos sus bienes deberá
reservarse lo necesario para su congrua subsistencia; y si omitiere
hacerlo, podrá en todo tiempo obligar al donatario a que, de los
bienes donados o de los suyos propios, le asigne a este efecto, a
título de propiedad, o de un usufructo o censo vitalicio, lo que se
estimare competente, habida proporción a la cuantía de los bienes
donados.
Artículo 1409. Las donaciones a título universal no se extenderán a
los bienes futuros del donante, aunque éste disponga lo contrario”.
Estas limitaciones prohíben la donación del patrimonio de una persona.
Por ello es que se permite donar bienes futuros, pero en la medida que
se individualicen. En dicho caso la donación podrá ser aleatoria para
el donatario, si no se sabe que si el bien futuro se adquirirá o
llegará a existir.
La limitación contemplada en el artículo 1408, primera parte, del CC
limita la donación de todos los bienes presentes del donante al
exigirle que se deje “lo necesario para su congrua subsistencia”; pero
la trasgresión a esta prohibición no es la nulidad, sino que el
donatario deberá responder por ello con los bienes donados e incluso
con sus propios bienes. De lo establecido en el artículo 1408 del CC
no se puede concluir que el donante tiene un derecho de alimentos
contra el donatario. Ello se debe a que el artículo 321, nº 9 del CC
otorga un derecho de alimentos al donante, pero sólo en la medida que
éste hiciere una “donación cuantiosa, si no hubiere sido rescindida o
revocada”.
B. Las donaciones que no son enteramente gratuitas.
Estas donaciones son aquellas que no sólo reportan beneficio para el
donatario, sino también para el donante.
En este tipo de donación, existe donación propiamente tal, sólo si el
valor de lo donado excede el valor de los gravámenes (artículo 1405
del CC). Estas donaciones pueden ser donación con causa onerosa
(artículo 1404.1º del CC); donación con gravamen (artículo 1423.2º y
3º del CC); donación sujeta a modalidad (artículos 1403, 1404 y 1416
del CC); donaciones remuneratorias (artículos 1433 a 1436, 1738 del
CC) y donación por causa de matrimonio (artículos 1786 a 1792 del CC.

1308. El beneficio de competencia y el derecho de alimentos.

583 SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel (versión de René ABELIUK), Derecho Sucesorio,


Cuarta edición, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 2003, página
675.
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El beneficio de competencia está definido en el artículo 1625 del CC


como “…el que se concede a ciertos deudores para no ser obligados a
pagar más de lo que buenamente puedan, dejándoseles en consecuencia lo
indispensable para una modesta subsistencia, según su clase y
circunstancias, y con cargo de devolución cuando mejoren de fortuna”.
Este beneficio, de acuerdo al artículo 1626, nº 5 se le concede al
donante, pero sólo en cuanto se trate de hacer cumplir la donación
prometida. A su vez, conforme al artículo 1417 del CC, “[e]l donante
de donación gratuita goza del beneficio de competencia en las acciones
que contra él intente el donatario, sea para obligarle a cumplir una
promesa, o donación de futuro, sea demandando la entrega de las cosas
que se le han donado de presente”. Aparentemente ambas normas son
contradictorias, pero ello no es tal por cuanto el ámbito de
aplicación de las normas precedentes es distinto. El artículo 1526, nº
5 del CC no distingue a qué clase de donación se refiere por lo que se
aplica a ambas -gratuitas o no-, en tanto que el artículo 1417 del CC
sólo se aplica respecto de las donaciones gratuitas. Así conforme al
principio de especialidad este último artículo prima sobre el anterior
en cuanto a las donaciones gratuitas.

1309. Efectos de las donaciones irrevocables.


Los efectos de la donación son las obligaciones de las partes
derivadas de las obligaciones entre vivos. Por ser la donación un
contrato unilateral en principio sólo se obliga el donante, pero en
realidad pueden surgir obligaciones para el donatario lo que nos lleva
a entender que la donación irrevocable en realidad es un contrato
sinalagmático imperfecto.

1310. Obligaciones del donante.


Las obligaciones del donante se pueden resumir como las siguientes:
a) La obligación principal del donante es de dar, ya que consistente
en transferir al donatario la cosa o los derecho donados.
La forma de efectuar la tradición se rige por las reglas generales de
ésta, es decir, depende de la naturaleza de la cosa.
b) El donante no está obligado a sanear por los vicios redhibitorios,
pero nada impide, en el ejercicio de la libertad contractual que
acuerden esta obligación, salvo las donaciones con causa onerosa
(artículo 1435 del CC) y con gravamen (artículo 1423.2º del CC). En
este sentido las normas precedentes son del siguiente tenor:
“Artículo 1435. El donatario que sufriere evicción de la cosa que le
ha sido donada en remuneración, tendrá derecho a exigir el pago de los
servicios que el donante se propuso remunerarle con ella, en cuanto no
aparecieren haberse compensado por los frutos.
Artículo 1423. Las donaciones con causa onerosa no dan acción de
saneamiento por evicción, sino cuando el donante ha dado una cosa
ajena a sabiendas.
Con todo, si se han impuesto al donatario gravámenes pecuniarios o
apreciables en dinero, tendrá siempre derecho para que se le reintegre
lo que haya invertido en cubrirlos, con los intereses corrientes, que
no parecieren compensados por los frutos naturales y civiles de las
cosas donadas.
Cesa en lo tocante a este reintegro el beneficio de competencia del
donante”.

1311. Obligaciones del donatario.


Las obligaciones del donatario pueden ser legales o convencionales.
Pero en ambos casos, estas obligaciones pueden generarse en el
transcurso del contrato.
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a) El donatario de una donación universal tiene una obligación legal


supletoria por las deudas del causante y el de una donación singular
puede tener una responsabilidad contractual.
Esta obligación está regulada en los artículos 1418 a 1421 del CC. El
legislador distingue en cuanto a la responsabilidad, entre las
donaciones a título universal y a título singular, en el siguiente
sentido:
i) El donatario, en las donaciones a título universal, tendrá las
mismas responsabilidades que los herederos –se trata de una
responsabilidad legal-, pero limitándolo a dos clases de deudas, las
contraídas por el donante con anterioridad a la donación; y las
posteriores a ella, con tal que no excedan de una suma específica
determinada por el donante en la escritura de donación584.
ii) El donatario, en las donaciones a título singular, no tiene
responsabilidad; salvo que, conforme al artículo 1420.1º del CC,
“…puede imponerse al donatario el gravamen de pagar las deudas del
donante, con tal que se exprese una suma determinada hasta la cual se
extienda este gravamen”, conservando los acreedores sus acciones
contra el primitivo deudor (artículo 1420.2º del CC).
b) El donatario puede quedar obligado a cumplir con las cargas
impuestas.
c) El donatario queda obligado a suministrar alimentos al donante,
según lo establece el artículo 321 nº 5 del CC.

1312. Extinción de las donaciones irrevocables.


Existen causales generales de extinción de las donaciones derivadas de
su calidad de contrato, que se rigen por los modos de extinguir las
obligaciones del artículo 1567 del CC. Pero, también, existen causales
propias de algunos tipos de donaciones, como sería en las donaciones
por causa de matrimonio, la revocación por el divorcio o la caducidad
por no celebrarse el matrimonio, también lo sería el desheredamiento.
Por su parte, existen causales específicamente reglamentadas para las
donaciones, que son principalmente la rescisión, resolución y
revocación.

1313. La rescisión en las donaciones.


Las donaciones irrevocables, conforme al artículo 1425 del CC, se
rescinden mediante la acción de inoficiosa donación. En este caso, las
donaciones se dejan sin efecto hasta completar el pago de las
legítimas y mejoras.

1314. La resolución de las donaciones.


La resolución no siempre operará en las donaciones irrevocables. El
contrato de donación irrevocable puede ser unilateral en cuyo caso la
resolución requiere de pacto (pacto comisorio o condición resolutoria
ordinaria), pero también puede ser bilateral en cuyo caso operará la
condición resolutoria tácita del artículo 1489 del CC, como sucede
respecto de las donaciones con causa onerosa, que son contratos
bilaterales. El incumplimiento puede producirse ya sea de parte del
donante o del donatario. El incumplimiento del donatario, el
legislador lo reguló especialmente en el artículo 1426 del CC,
estableciendo que “[s]i el donatario estuviere en mora de cumplir lo
que en la donación se le ha impuesto, tendrá derecho el donante o para
que se obligue al donatario a cumplirlo, o para que se rescinda la
donación.

584Sin perjuicio de lo cual, los acreedores tienen a salvo su acción contra el


donante, salvo que hubieren reconocido como deudor al donatario –caso en que
operaría una novación por cambio de deudor- (artículos 1419 y 1420.2º del CC).
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En este segundo caso será considerado el donatario como poseedor de


mala fe, para la restitución de las cosas donadas y los frutos,
siempre que sin causa grave hubiere dejado de cumplir la obligación
impuesta.
Se abonará al donatario lo que haya invertido hasta entonces en
desempeño de su obligación, y de que se aprovechare el donante”.
El inciso 1º de la norma precedente no es más que la repetición de la
regla establecida en el artículo 1489 del CC; el inciso segundo tiene
la particularidad de alejarse de las reglas generales en torno a los
efectos de la resolución.
En cuanto a la prescripción extintiva de la acción resolutoria, se
aplica el artículo 1427 del CC, por el cual “[l]a acción rescisoria
concedida por el artículo precedente terminará en cuatro años desde el
día en que el donatario haya sido constituido en mora de cumplir la
obligación impuesta”. Esta es una prescripción de corto tiempo, por lo
que aunque no se suspende, sí se interrumpe. Esta prescripción sólo se
aplica en el caso de mora del donatario, sólo le corresponde al
donante, por lo que no es general a cualquier acción resolutoria sobre
una donación.

1315. Revocación de las donaciones.


Esta materia está reglamentada en los artículos 1428 a 1431 del CC. La
donación es, por regla general, un contrato irrevocable. Pero, como ya
se ha señalado, excepcionalmente son revocables por ingratitud del
donatario. En este sentido, el artículo 1428.1º del CC dispone que
“[s]e tiene por acto de ingratitud cualquiera hecho ofensivo del
donatario, que le hiciera indigno de heredar al donante”. A su vez, el
plazo de prescripción, conforme al artículo 1428.2º del CC, es de
“…cuatro años desde el día en que el donatario haya sido constituido
en mora de cumplir la obligación impuesta”.
Los hechos que constituyen ingratitud son las causales de indignidad,
establecidas en los artículos 968 y siguientes del CC, y la del
artículo 115 del CC.
Esta acción la puede intentar el propio donante, o su guardador,
cualquiera de sus descendientes o ascendientes, o su cónyuge en caso
que se encuentre imposibilitado de ejercerla (artículo 1431 del CC).
Pero sólo podrán intentar la acción mientras el donante se encontrare
vivo, ya que la acción revocatoria es intransmisible, salvo las
siguientes excepciones:
a) Cuando se ha intentado la acción revocatoria en vida del donante.
b) Cuando el hecho ofensivo ha producido la muerte del donante.
c) Cuando el hecho ofensivo ha ocurrido después de la muerte del
donante.
Los efectos de la revocación se rigen por las reglas de las
prestaciones mutuas. Sin embargo, no se produce un efecto retroactivo,
ya que el donatario es considerado como poseedor de mala fe desde la
perpetración del hecho ofensivo que ha dado lugar a la revocación
(artículo 1429 del CC). Esta norma establece una presunción de derecho
de mala fe, en los siguientes términos:
“Artículo 1429. En la restitución a que fuere obligado el donatario
por causa de ingratitud será considerado como poseedor de mala fe
desde la perpetración del hecho ofensivo que ha dado lugar a la
revocación”.
La acción revocatoria prescribe en cuatro años desde que el donante
tuvo conocimiento del hecho ofensivo y caduca con su muerte, salvo que
se haya intentado la acción en vida en los términos indicados en el
artículo 1430.1º del CC.

1316. Efectos de la rescisión, resolución y revocación respecto de


terceros.
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Estos efectos están reglamentados en el artículo 1432 del CC, que


dispone lo siguiente:
“Art. 1432. La resolución, rescisión y revocación de que hablan los
artículos anteriores, no dará acción contra terceros poseedores, ni
para la extinción de las hipotecas, servidumbres u otros derechos
constituidos sobre las cosas donadas, sino en los casos siguientes:
1° Cuando en escritura pública de la donación (inscrita en el
competente registro, si la calidad de las cosas donadas lo hubiere
exigido), se ha prohibido al donatario enajenarlas, o se ha expresado
la condición;
2° Cuando antes de las enajenaciones o de la constitución de los
referidos derechos, se ha notificado a los terceros interesados, que
el donante u otra persona a su nombre se propone intentar la acción
resolutoria, rescisoria o revocatoria contra el donatario;
3° Cuando se ha procedido a enajenar los bienes donados, o a
constituir los referidos derechos, después de intentada la acción.
El donante que no hiciere uso de dicha acción contra terceros, podrá
exigir al donatario el precio de las cosas enajenadas según el valor
que hayan tenido a la fecha de la enajenación”.
Las donaciones remuneratorias no son revocables.
Las donaciones remuneratorias, conforme al artículo 1434 del CC, son
resolubles, pero no son revocables. Pero las remuneraciones onerosas
serán consideradas como gratuitas en lo que excedan el valor del
servicio prestado. En este sentido la norma precedente dispone que
“[l]as donaciones remuneratorias, en cuanto equivalgan al valor de los
servicios remunerados, no son rescindibles ni revocables, y en cuanto
excedan a este valor, deberán insinuarse”.

1317. Las donaciones y las asignaciones forzosas.


En la legislación comparada es posible encontrar con cierta frecuencia
la posibilidad de reducir la donación por diferentes motivos. La
mayoría de ellos están amparados en el perjuicio que éstas acarrean a
las asignaciones forzosas, o alimentos que por ley se deben a ciertas
personas585.
En nuestro ordenamiento jurídico la protección existe solo en la
medida en que una o más donaciones excesivas afecten a las legítimas o
a las mejoras; y además se verifica reduciendo la parte de la cuarta
de libre disposición.

BIBLIOGRAFÍA DE DERECHO SUCESORIO (LA SUCESIÓN POR CAUSA DE MUERTE Y


LA ADQUISICIÓN DE LAS ASIGNACIONES; EL DERECHO REAL DE HERENCIA; LOS
ACERVOS; FORMAS DE CONCURRENCIA EN LA SUCESIÓN POR PARTE DE LOS
ASIGNATARIOS; LAS FORMAS DE SUCEDER; CLASIFICACIÓN DE LAS ASIGNACIONES
TESTAMENTARIAS; LAS DONACIONES REVOCABLES; LAS ASIGNACIONES FORZOSAS;
LAS ACCIONES QUE SE DESPRENDEN DEL DERECHO SUCESORIO; LA HERENCIA COMO
UNIVERSALIDAD JURÍDICA; LA PARTICIÓN Y LAS DONACIONES IRREVOCABLES).

ALBALADEJO GARCÍA, M., Curso de Derecho Civil, tomo V: Derecho de


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ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Fernando, Partición de Bienes, Versión
Actualizada de VODANOVIC, Antonio, Santiago de Chile, Lexis Nexis
Chile, Sexta Edición.

585Así en Francia las liberalidades, ya sean por acto entre vivos o por causa de
muerte, no pueden exceder de la mitad de los bienes del enajenante si no ha
dejado más que un hijo; la tercera parte, si ha dejado dos hijos; la cuarta
parte si ha dejado tres o más hijos.
© Prof. Dr. Derecho Civil
Rodrigo Barcia Lehmann
Facultad de Derecho
Universidad Finis Terrae

BARAONA y varios autores, Derecho Sucesorio Actual y Adjudicación de


la Vivienda Familiar, Cuaderno de Extensión Jurídica, nº 4,
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