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Mundo domingo 26 de mayo del 2019 domingo 26 de mayo del 2019 El Comercio
desde Caracas
Mundo -19-

Los peruanos también quieren escapar de Venezuela

Empresarios peruanos
Óscar
Garay piden apoyo estatal para
regresar al Perú
La Asociación de Micro y Peque-
ños Empresarios Peruanos en Vene-
zuela (Ampev) reúne por el momen-
to a 60 peruanos y fue creada con un
objetivo único: entablar acuerdos
con el Estado Peruano para que faci-
lite el regreso al Perú de sus equipos y
maquinarias y les provea de bolsas de
trabajo que les permita reinsertarse
en el mercado laboral.
El presidente de esta entidad es
Luis Huaytalla. Dedicado a la orfebre-
ría desde siempre, viajó a Venezuela
en 1990, dejando a un Perú hundido
en sus problemas. Llegó a tener has-
ta 15 empleados y pagaba adelanta-
do el alquiler de un taller sin ningún
problema. Ahora tiene uno solo, y
trabaja en un espacio de su casa. “De
los ocho hermanos, cinco se estable-
cieron allá, ahora quedan tres”, dice
mientras muestra en su celular una
foto de su hermana mayor, Silvia,
muy enferma en la silla de ruedas de
un hospital sin medicinas.
En el 2017, comenzaron a reunir-
se con representantes del consulado
del Perú en Venezuela para pedir que
se flexibilice la Ley 30001, conocida
como Ley de Retorno. Por ejemplo, la
norma determina que se pueda exi-
mir del pago de impuestos a ciertas
propiedades que ingresen al Perú,
como equipaje, menaje de casa y ve-
hículos que se adapten a la normati-
va actual.
En el caso de los vehículos, la re-
gulación actual no permite el ingre-
so al Perú de aquellos muy antiguos
o con combustibles contaminantes.
La Ampev, para este caso, solicitó que
se les permita traer vehículos fabri-
cados después del 2005. Comenza-
ron, entonces los desacuerdos con la
cancillería.
La Ampev también solicitó que sus
integrantes, quienes viven en un país
en total crisis, tengan acceso a crédi-
tos flexibles y puedan contar con un
parque industrial desde el cual seguir
siendo económicamente activos. Los
desacuerdos con el Gobierno se agu-
dizaron.
Consultado al respecto, el embaja-
dor Enrique Bustamante, titular de la
Dirección General de Comunidades
Peruanas en el Exterior, una oficina
de la cancillería, explicó que las fa-
cilidades de la Ley de Retorno están
adecuadas a la ley, y que no se pue-
de variar para un grupo específico, a
menos que el Congreso así lo decida.
“Comoserhumano,losentiendo.Pero
como funcionario del Estado, cumplo
la ley”, respondió. “No se puede sacar
leyes con nombre propio”, agregó.

Toribio
Lopezhaya

“Nos hemos
empobrecido”, dice
este especialista en
metalmecánica.

Se dedica a la industria textil. Ha sido víctima del abuso de poder del régimen.

Duro regreso
billetes en el sistema bancario, o sea pobreza extrema en Venezuela, y re-
que solo queda pagar con tarjeta de patriaba a 5 o 10 al año. Eran casos
Marianella Daniela

200 mil
débito. El problema es que hubo apa- realmente críticos. La estadística se
Chuquillanqui GONZALES gones y el cobro electrónico funciona disparó en el 2017, año en que fueron

desde la tierra
solo a veces. La crisis afecta hasta los
actos más cotidianos. No hay nada
que celebrar, en realidad.
—Futuros imperfectos—
Según cálculos extraoficiales, al me-
peruanos vivieron en Venezuela
en los años 80 oficialmente, pero
se calcula que fueron muchos más,
enviadas al Perú unas 80 personas. Al
año siguiente, fueron 90. Este año,
hasta mediados de mayo, ya eran 30
y había otras 8 en los trámites finales.
El funcionario consular explica
que, si los documentos están en re-

prometida
nos 200 mil peruanos migraron a Ve- aunque no hubo registro formal. gla, en dos semanas se puede lograr

nezuela en distintas oleadas, pero la
mayoría viajó en la década de 1980
e inicios de los 90. No todos se regis-
traron formalmente, entonces un
cálculo exacto es imposible. Según
fuentes del consulado del Perú en Ca-
racas, actualmente viven en ese país
unos 70 mil. Toribio y Óscar, ambos
integrantes de la Asociación de Micro
Desempleada y madre de dos hijos enfermos por la escasa alimentación, esta y Pequeños Empresarios Peruanos
compatriota fue repatriada semanas atrás al Perú. Ahora vive en Lima. en Venezuela (Ampev), componen
el grupo de peruanos que espera un
Paso atrás ● Cerca de 70 mil peruanos viven en una Venezuela ral desgastante; en Venezuela, había Óscar Garay, otro peruano con preté- apoyo económico y normativo pa-
70 mil
peruanos viven actualmente en
ese país, de los cuales unos 30 mil
habitan localidades de Caracas, se-
gún el consulado peruano.
que el ciudadano peruano retorne al
Perú. Pero esos casos son excepciona-
les, porque la mayoría no se registró
en Venezuela, ni tampoco a sus hijos.
En un país hundido en la crisis, donde
la burocracia es una institución en sí
misma, conseguir partidas de naci-
miento es una aventura.
Entre quienes viajaron estuvie-
ron Marianella Chuquillanqui y sus
hijos de 7 y 8 años. Marianella dejó
su casa en San Martín de Porres en el
2007, y migró a Venezuela siguiendo

sumida en la crisis ● En lo que va del año, el Gobierno ha repatriado sido aprobada la nueva Constitución ritos imperfectos acumulados en Ve- ra regresar al país [ver nota vincula- a sus hermanos, a quienes les había
y Hugo Chávez gozaba además del nezuela. Vive en un barrio del muni- da], mientras viven de sus estrechos ido bien. Vivieron en Carabobo (Va-
a cerca de 30 personas en condición de pobreza crítica ● Entre el altísimo precio del petróleo. cipio de Baruta, en el sur de Caracas. ahorros. lencia), zona industrial donde hasta

2017 y el 2018, otros 170 connacionales corrieron la misma suerte.

RICARDO LEÓN
Textos
ROLLY REYNA
Fotos
Enviados especiales
El edificio se ubica en un transitado
jirón peatonal del centro de Caracas.
Las escaleras sin luz ni ventilación
suben seis pisos y llegan a un espacio
cerrado con rejas gruesas. Adentro
no suena nada, salvo una radio en
volumen bajo. Abre la puerta Tori-
bio Lopezhaya. Cruzamos un taller
de costura vacío y un espacio para
ventas ídem: en el primero hay má-
quinas de coser apagadas y paquetes
de telas sobre amplias mesas; en el
segundo, prendas de vestir. Ambos
están vacíos: Toribio casi no tiene tra-
bajadores y casi no tiene clientes. El
ascensor está malogrado hace meses
y el repuesto que se requiere ya nadie
en Venezuela lo fabrica. De todos mo-
dos, hoy no subirá ningún comprador
en todo el día.
“Yo había venido por la puerta
grande”, recuerda Toribio, peruano
nacido en Shipasbamba, un apacible
distrito de Amazonas. El pretérito im-
perfecto alude a tiempos de bonan-
za y cambios radicales en el país que
dejó. En enero del 2000, el Perú se
enfrascaba en una campaña electo-
“En Venezuela tengo
arraigo familiar,
pero en Lima tengo
un nicho comprado”.
toribio lopezhaya
Empresario peruano residente
en Venezuela
Toribio dejó su casa en Lima y se
mudó. En Venezuela siguió dedica-
do al rubro textil. Tuvo una hija, tuvo
negocios, un departamento, un buen
auto. Luego llegó la crisis. Primero
vendió –remató, es la palabra– su ca-
sa. Después despidió a casi todos sus
trabajadores. Luego llegó ‘la toma’,
como llaman en Venezuela a los alla-
namientos promovidos por alcaldes
afines al régimen de Nicolás Maduro,
y que consiste en expropiar edificios
para entregarlos a beneficiarios de
los programas del gobierno. Toribio
perdió un departamento que utiliza-
ba como local comercial. Le dieron
24 horas para sacar sus pertenencias
por las escaleras, porque allí tampoco
funcionaba el ascensor.
Como no hay clientes, Toribio se
reúne esta mañana de sábado con
La cita es en el taller de metalmecáni-
ca donde Óscar tiene máquinas que
cada vez utiliza menos. “Aquí había
plata”, dice cuando empieza a enu-
merar los motivos que lo alejaron del
Perú en los años 80. Hijo de padres
apurimeños y ayacuchanos, dejó su
casa en Comas en tiempo de apago-
nes y viajó al llano. Su vida ha dado
un incómodo giro, y son los apagones
de las ciudades venezolanas los que
han derribado lo que quedaba de las
industrias.
Toribio y Óscar quieren comprar
unas cervezas para celebrar el en-
cuentro. En una bodega del barrio,
ocurre la siguiente escena: se intenta
pagar en efectivo, pero nadie carga
bolívares porque se necesitarían ma-
letines enteros con billetes, a tal pun-
to llega la inflación. Además no hay
Hay otro bloque de peruanos cuya ahora permanece una nutrida comu-
situación en Venezuela es ya insoste- nidad de peruanos. Trabajó como
nible. Son aquellos que trabajaron profesora de educación inicial, des-
siempre en el sector informal (em- pués como mesera. Fue madre.
pleadas del hogar, vendedores am- Cuando la crisis comenzó a aho-
bulantes) y que ahora están sumidos garla, se estableció en Caracas, y has-
en la crisis absoluta. En estos casos se ta ahora subsiste revendiendo los ví-
aplica la repatriación. Cada mañana,
en las oficinas del consulado, se ven
veres que sus hermanos o algunos
vecinos le regalan. Vive con menos
colas de peruanos o hijos de peruanos de lo mínimo. Sus hijos no van a la
que esperan una opción. escuela porque la anemia los tiene
“Acá cumplo funciones de psiquia- sumamente débiles. Días antes de
tra, padrino, sacerdote, policía, juris- subir a un avión y alejarse de lo que
ta…”, dice resignado un alto funcio- comenzó como sueño y acabó en pe-
nario de esta oficina. Hoy cumplirá sadilla, Marianella cuenta que no ve
una misión aun más difícil: ser agente el momento de llegar a Lima, reunir-
de viajes de emergencia. se con su hermana y alimentar bien
Hacia el 2012 y el 2013, el consu- a sus hijos. Por ahora, esa es la prio-
lado realizaba gestiones –trámites, ridad. “Después, ¿cómo será”, dice.
Vende comida en una feria de peruanos residentes en Caracas. Su negocio se pasajes, contactos en el Perú– para Para ella la vida se escribe en futuro
ha ido en picada por la inflación y el aumento de los precios. familias peruanas en situación de imperfecto.