Anda di halaman 1dari 54

RA-16/2014

AMPARO EN REVISIÓN

QUEJOSA Y RECURRENTE:
******************************

MAGISTRADO RELATOR:
JOEL CARRANCO ZÚÑIGA

SECRETARIO:
AGUSTÍN GASPAR BUENROSTRO
MASSIEU

Ciudad de México, Distrito Federal. Sentencia


del Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito de diecinueve de febrero de dos mil catorce.

VISTOS;
Y,
RESULTANDO:

PRIMERO. Mediante escrito recibido el


veinticinco de junio de dos mil trece en la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en
Materia Administrativa en el Distrito Federal, el
representante de ********************, demandó el amparo y
protección de la Justicia Federal contra las autoridades y
por los actos siguientes:

III. AUTORIDADES RESPONSABLES:


En su doble carácter de ordenadoras y ejecutoras de
los actos reclamados que se especifican en el capítulo
correspondiente:
2
RA-16/2014

a) Congreso de la Unión de los Estados Unidos


Mexicanos.
b) Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
c) Secretario de Gobernación.
d) Director del Diario Oficial de la Federación.
e) Comisionados del Instituto Federal de Acceso a la
Información Pública y Protección de Datos Personales
(sic), instancia responsable en términos de lo
dispuesto en el artículo 33 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental.

IV. ACTOS RECLAMADOS:


a) Del Congreso de la Unión: La discusión, aprobación
y expedición del decreto por el que se crea la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, vigente en el año 2013,
publicado el 11 de julio del año 2002, y emitido por el
Congreso de la Unión de los Estados Unidos
Mexicanos, específicamente en cuanto al artículo 22,
y cuyo primer acto de aplicación en perjuicio de la
quejosa sucedió el día 3 de junio del año en curso.
b) Del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos:
La aprobación, firma, promulgación y orden de
publicación del decreto por el que se crea la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, vigente en el año 2013,
publicado el 11 de julio del año 2002, y emitido por el
Congreso de la Unión de los Estados Unidos
Mexicanos, específicamente en cuanto al artículo 22,
vigente en el año 2013, y cuyo primer acto de
aplicación en perjuicio de la quejosa sucedió el día 3
de junio del año en curso.
c) Del Secretario de Gobernación: El refrendo o firma
en términos del artículo 92 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos del decreto por el
que se crea la Ley Federal de Transparencia y Acceso
a la Información Pública Gubernamental, vigente en el
año 2013, publicado el 11 de julio del año 2002, y
emitido por el Congreso de la Unión de los Estados
Unidos Mexicanos, específicamente en cuanto al
artículo 22, vigente en el año 2013, y cuyo primer acto
de aplicación en perjuicio de la quejosa sucedió el día
3 de junio del año en curso.
d) Del Director del Diario Oficial de la Federación: La
publicación del decreto por el que se crea la Ley
3
RA-16/2014

Federal de Transparencia y Acceso a la Información


Pública Gubernamental, vigente en el año 2013,
publicado el 11 de julio del año 2002, y emitido por el
Congreso de la Unión de los Estados Unidos
Mexicanos, específicamente en cuanto al artículo 22,
vigente en el año 2013, y cuyo primer acto de
aplicación en perjuicio de la quejosa sucedió el día 3
de junio del año en curso.
e) De los Comisionados del Instituto Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental: La confirmación de la clasificación de
reserva de la información por vicios propios, misma
que solicité a la Presidencia de la República, mediante
la solicitud de información **********, por lo que se
refiere al “********************”, por considerar que, en el
caso concreto, se configura la causal de reserva
dispuesta en el artículo 18, fracción II, en relación con
el artículo 3, fracción II, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, la cual se expresa en la resolución al
recurso de revisión ******************************, emitida
en sesión de fecha 22 de mayo de 2013, y que fue
notificada a la quejosa el 3 de junio de 2013.
También se reclama el primer acto de aplicación del
precepto legal tildado de inconstitucional.

SEGUNDO. Tramitado el juicio de amparo bajo el


expediente 664/2013-IV, el Juez Cuarto de Distrito en
Materia Administrativa en el Distrito Federal pronunció
sentencia el veintisiete de noviembre de dos mil trece, con
los siguientes puntos resolutivos:

PRIMERO. Se sobresee en el presente juicio de


amparo promovido por **********, en contra de los
actos y por las autoridades que precisados se dejaron
en el considerando tercero, en términos del
considerando cuarto de esta sentencia.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni
protege a **********, en contra del acto y por la
autoridad que precisados se dejaron en el
considerando tercero, en términos de los
considerandos quinto y sexto de esta sentencia.
4
RA-16/2014

TERCERO. Inconforme con la determinación


anterior, la quejosa interpuso recurso de revisión, del que
correspondió conocer a este tribunal colegiado, cuyo
presidente, por auto de quince de enero de dos mil catorce,
lo admitió a trámite y ordenó su registro bajo el expediente
RA-16/2014.

CUARTO. Por auto de veintidós de enero de dos


mil catorce, se admitió a trámite el recurso de revisión
adhesiva interpuesto por el Consejero Jurídico del Ejecutivo
Federal, en representación del Presidente de la República,
en su carácter de autoridad responsable en el juicio.

QUINTO. El agente del Ministerio Público de la


Federación adscrito fue notificado de la admisión de los
recursos de revisión y no formuló pedimento.

SEXTO. Mediante proveído de treinta y uno de


enero de dos mil catorce, se turnaron los autos al
magistrado Joel Carranco Zúñiga para que se elaborara el
proyecto de sentencia.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. Este tribunal colegiado es


competente para conocer del recurso de revisión, de
5
RA-16/2014

conformidad con lo dispuesto por los artículos 107, fracción


VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 81, fracción I, inciso e), y 84 de la Ley de
Amparo, y 37, fracción IV, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, en relación con el punto cuarto,
fracción I, inciso A), del Acuerdo General 5/2013, de trece
de mayo de dos mil trece, emitido por el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en virtud de que
se impugna una sentencia pronunciada por un juez de
distrito que reside dentro de la jurisdicción de este órgano
judicial, en que no se analizó la constitucionalidad de la
norma federal reclamada por haberse sobreseído en el
juicio respecto de dicho precepto.

SEGUNDO. El recurso de revisión principal fue


interpuesto dentro del plazo de diez días que establece el
artículo 86, párrafo primero, de la Ley de Amparo, ya que el
fallo fue notificado a la inconforme el veintinueve de
noviembre de dos mil trece, mientras que su escrito de
agravios se recibió en la Oficina de Correspondencia
Común de los Juzgados de Distrito en Materia
Administrativa en el Distrito Federal el dieciséis de
diciembre siguiente, esto es, al décimo día hábil, si se toma
en consideración que se descuenta en el cómputo el lunes
dos de diciembre, en que surtió efectos la notificación, así
como el sábado treinta de noviembre, domingo uno,
sábado siete, domingo ocho, sábado catorce y domingo
quince de diciembre de ese año, por haber sido inhábiles
de conformidad con lo dispuesto en los diversos 19 del
6
RA-16/2014

ordenamiento invocado y 163 de la Ley Orgánica del Poder


Judicial de la Federación.

Por otra parte, el recurso de revisión adhesiva se


interpuso dentro del plazo de cinco días establecido en el
artículo 82 de la ley de la materia, toda vez que el auto en
que se admitió a trámite la revisión principal se notificó a la
autoridad responsable el dieciséis de enero de dos mil
catorce, en que surtió efectos, en tanto que el oficio de
agravios se recibió en la oficialía de partes de este órgano
judicial el veintiuno siguiente, es decir, al tercer día hábil,
descontando en el cómputo el sábado dieciocho y el
domingo diecinueve del citado año, por ser inhábiles en
términos de los últimos preceptos indicados en el párrafo
que precede.

TERCERO. No es el caso que este tribunal


colegiado, tal como lo solicita la parte quejosa en la última
foja de su escrito de agravios, remita el asunto a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación para que asuma su
competencia originaria en términos de lo dispuesto en el
artículo 83 de la Ley de Amparo.

Lo anterior, porque en la sentencia recurrida el


juez federal sobreseyó en el juicio respecto del artículo 22
de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental, única norma
impugnada en este asunto, circunstancia que trae como
consecuencia la actualización del punto cuarto, fracción I,
7
RA-16/2014

inciso A), del Acuerdo General 5/2013, de trece de mayo de


dos mil trece, emitido por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, relativo a la determinación de los
asuntos que el Pleno conservará para su resolución y el
envío de los de su competencia originaria a las Salas y a
los tribunales colegiados de circuito, que establece:

CUARTO. De los asuntos de la competencia


originaria de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, con las salvedades especificadas en los
Puntos Segundo y Tercero de este Acuerdo General,
corresponderá resolver a los Tribunales
Colegiados de Circuito:

I. Los recursos de revisión en contra de sentencias


pronunciadas por los Jueces de Distrito o los
Tribunales Unitarios de Circuito, cuando:

A) No obstante haberse impugnado una ley federal o


un tratado internacional, por estimarlos directamente
violatorios de un precepto de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, o se hubiere
planteado la interpretación directa de uno de ellos,
en la sentencia recurrida no se hubiere abordado
el estudio de esas cuestiones por haberse
sobreseído en el juicio o habiéndose pronunciado
sobre tales planteamientos, en los agravios se hagan
valer causas de improcedencia.

CUARTO. Este órgano judicial estima que no es


el caso solicitar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
el ejercicio de su facultad de atracción por las razones que a
continuación se exponen:

Al resolver la facultad de atracción 37/2004, la


Segunda Sala del alto tribunal estableció que, conforme a
los artículos 107, fracción VIII, inciso b), de la Constitución
8
RA-16/2014

Política de los Estados Unidos Mexicanos, 84, fracción III, y


182 de la abrogada Ley de Amparo, puede ejercer de oficio
o a petición fundada del Tribunal Colegiado de Circuito que
conozca del asunto o del Procurador General de la
República, la facultad de atracción para conocer de los
amparos en revisión que por su interés y trascendencia así
lo ameriten.

Explicó que esa facultad tiene que ser justificada,


situación que obedece a que debe ocupar
fundamentalmente su atención en los asuntos de mayor
interés y trascendencia, primordialmente aquellos
relacionados con aspectos de constitucionalidad, porque le
corresponde la función de ser el máximo intérprete de las
normas constitucionales, de tal forma que sólo en asuntos
de naturaleza excepcional pueda hacer uso del ejercicio de
la facultad de atracción.

También consideró que, por regla general, el


tribunal colegiado de circuito debe agotar el análisis de
todos los aspectos cuyo estudio sea previo al fondo del
asunto, tales como la procedencia del juicio de garantías,
pues sólo hasta entonces se podrá determinar si en el caso
se justifican los aspectos de importancia y trascendencia.

Las consideraciones anteriores dieron origen a la


tesis jurisprudencial 2a./J. 14/2008 de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
9
RA-16/2014

Época, Tomo XXVII, febrero de 2008, página 531, que


establece:

FACULTAD DE ATRACCIÓN RESPECTO DE


AMPAROS EN REVISIÓN. PARA QUE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
PUEDA DECIDIR SOBRE SU PROCEDENCIA, EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEBE
AGOTAR EL ANÁLISIS DE TODOS LOS
ASPECTOS CUYO ESTUDIO SEA PREVIO AL
FONDO (APLICACIÓN ANALÓGICA DEL
ACUERDO PLENARIO 5/2001). Conforme a los
artículos 107, fracción VIII, inciso b), de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 84, fracción III y 182 de la Ley de
Amparo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación
puede ejercer de oficio o a petición fundada del
Tribunal Colegiado de Circuito que conozca del
asunto o del Procurador General de la República, la
facultad de atracción para conocer de los amparos
en revisión que por su interés y trascendencia así lo
ameriten. Por otra parte, el ejercicio de la referida
facultad tendrá que estar justificado, ya que el Alto
Tribunal debe ocupar su atención,
fundamentalmente, en los asuntos de mayor interés
y trascendencia, primordialmente aquellos
relacionados con cuestiones de constitucionalidad,
porque a él incumbe exclusivamente la función de
ser el máximo intérprete de las normas
constitucionales. En congruencia con lo anterior,
para que la Suprema Corte pueda decidir si procede
o no ejercer la facultad de atracción, el Tribunal
Colegiado de Circuito, en aplicación analógica de los
puntos décimo primero y décimo segundo del
Acuerdo General Plenario 5/2001, relativo a la
determinación de los asuntos que conservará para
su resolución y el envío de los de su competencia
originaria a las Salas y a los Tribunales Colegiados
de Circuito, por regla general, deberá agotar el
análisis de todos los aspectos cuyo estudio sea
previo al fondo del asunto, pues sólo hasta entonces
se podrá determinar si en el caso se justifican los
aspectos de importancia y trascendencia, salvo que
éstos deriven de la procedencia del juicio.
10
RA-16/2014

La lectura del escrito y oficio de expresión de


agravios pone de manifiesto que tanto la quejosa como el
Presidente de la República proponen argumentos relativos
a la procedencia del juicio de garantías contra la norma
reclamada, así como temas de legalidad vinculados con la
resolución de veintidós de mayo de dos mil trece,
pronunciada por los Comisionados del Instituto Federal de
Acceso a la Información y Protección de Datos en el
expediente **********.

Pues bien, si el tribunal debe agotar el análisis de


todos los aspectos cuyo estudio sea previo al fondo del
asunto, tales como la procedencia del juicio de garantías,
porque sólo hasta entonces es posible determinar si se
justifican los aspectos de importancia y trascendencia para
solicitar el ejercicio de la facultad de atracción, y si, además,
el proyecto que se propone para resolver este asunto
aborda respecto de la resolución citada aspectos de mera
legalidad que no se consideran importantes o
trascendentes, es estima que no es el caso solicitar a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación el ejercicio de su
facultad de atracción.

Respecto de esta última afirmación, se toma en


cuenta que la Primera Sala del alto tribunal ha considerado
que la facultad de atracción debe determinarse en atención
a criterios que permitan establecer si el caso es
excepcional, es decir, que no puedan invocarse razones
11
RA-16/2014

aplicables a un número indeterminado de ellos, y que su


procedencia no puede fundarse en la gravedad de los
efectos que podrían derivarse para las partes en
conflicto, en las cualidades subjetivas de cierta
categoría de personas, en la importancia del
precedente, en la afectación del orden público o del
interés general, ni en el monto económico de lo
controvertido, sino que para ejercerla debe valorarse si se
trata de un negocio que está fuera de la regla común, lo
que se advertirá con claridad, cuando los argumentos
planteados no tengan similitud con la totalidad o mayoría
de asuntos y que, además, trascenderá en resultados de
características verdaderamente graves.

Estas consideraciones aparecen reflejadas en la


tesis aislada 1a. XXXVIII/2002, visible en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XV, junio de 2002, página 144, que establece:

FACULTAD DE ATRACCIÓN. DEBE


DECLARARSE IMPROCEDENTE SU EJERCICIO,
SI EL ASUNTO NO REVISTE CARACTERÍSTICAS
ESPECIALES, QUE RESULTEN DE INTERÉS Y
TRASCENDENCIA, AUN CUANDO PUDIERAN
ESTAR INVOLUCRADOS EVENTUALES
BENEFICIOS O PERJUICIOS MATERIALES PARA
JUECES O MAGISTRADOS DEL PODER
JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. La facultad de
atracción otorgada de manera discrecional a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación para conocer
de un juicio de amparo directo, prevista en los
artículos 107, fracción V, último párrafo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 182, fracción III, de la Ley de Amparo, y
21, fracción III, inciso b), de la Ley Orgánica del
12
RA-16/2014

Poder Judicial de la Federación, requiere para su


procedencia que el asunto revista características
especiales, que resulten de interés y trascendencia,
a fin de justificar que se abandone, por esa vía
excepcional, el reparto ordinario de las atribuciones y
competencias entre este Alto Tribunal y los
Tribunales Colegiados de Circuito, esto es, la
procedencia de tal facultad debe determinarse en
atención a criterios que permitan establecer si el
caso es excepcional, es decir, que no puedan
aducirse criterios aplicables a un número
indeterminado de ellos, pues aquélla no puede
fundarse exclusivamente, por ejemplo, en la
gravedad de los efectos que podrían derivarse para
las partes en conflicto, en las cualidades subjetivas
de cierta categoría de personas, en la importancia
del precedente, en la afectación del orden público o
del interés general, ni en el monto económico de lo
controvertido, sino que para ejercerla este Máximo
Tribunal de la República debe estimar y valorar,
dentro del ámbito de su discrecionalidad, las
características de cada litigio a fin de decidir si
resulta de importancia y trascendencia; si existen
verdaderos razonamientos que por sí solos hagan
evidente que se trata de un negocio excepcional, es
decir, que está fuera del orden o regla común, lo que
se advertirá con claridad, cuando los argumentos
planteados no tengan similitud con la totalidad o
mayoría de asuntos y que, además, trascenderá en
resultados de características verdaderamente
graves. Por tanto, aun cuando en un asunto pudieran
estar involucrados eventuales beneficios o perjuicios
materiales para Jueces o Magistrados del Poder
Judicial de la Federación, debe declararse
improcedente la solicitud del ejercicio de la facultad
de atracción, si el asunto no reviste características
especiales, de interés y trascendencia, pues de lo
contrario, se propiciaría que en la demanda de
garantías se multiplicaran argumentos en dicho
sentido, con el único afán de que su conocimiento se
atrajera por el Máximo Tribunal de la República.

En el caso concreto, lo que está a debate en este


medio de impugnación es resolver, por una parte, si el juicio
13
RA-16/2014

de amparo es procedente contra la omisión legislativa que


se acusa del Congreso de la Unión, tema respecto del cual
existe un precedente reciente de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, del que derivó la
tesis aislada 2a. VIII/2013, de rubro: OMISIÓN
LEGISLATIVA. ES IMPROCEDENTE EL JUICIO DE
AMPARO EN SU CONTRA, CONFORME AL ARTÍCULO
73, FRACCIÓN XVIII, DE LA LEY DE LA MATERIA, EN
RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 107, FRACCIÓN II,
PÁRRAFO PRIMERO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS; lo que torna
innecesario que sea el propio alto tribunal quien decida
sobre dicho tema.

Por otro lado, debe resolverse sobre la legalidad


de la resolución de veintidós de mayo de dos mil trece,
pronunciada por los Comisionados del Instituto Federal de
Acceso a la Información y Protección de Datos en el
expediente **********

Ello implica, esencialmente, determinar si el


expediente clínico del Presidente de la República debe ser
considerado o no como información personal de carácter
confidencial en términos de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental.

La solución a esa controversia, a juicio de este


tribunal colegiado, resulta insuficiente para estimar que el
14
RA-16/2014

caso reviste un carácter excepcional que lo haga


importante o trascendente, pues el cargo que ocupa un
servidor público o las funciones que tiene a su cargo no
deben servir como pauta para considerarlo de esa manera,
tampoco debe tenerse en cuenta, como lo sostuvo el alto
tribunal, “las cualidades subjetivas de cierta categoría de
personas”, sino que debe valorarse si se trata de un
negocio que, jurídicamente, guarda similitud o no con la
mayoría de asuntos que son resueltos por este órgano
judicial o que trascenderá en resultados graves.

Sin embargo, además de que no se advierte la


gravedad que pudiera tener la resolución que se emita en
este caso, la decisión acerca de la procedencia o
improcedencia del acceso a la información pública
gubernamental que solicita un particular es un tema que
recurrentemente es resuelto por parte de este tribunal
colegiado, por lo que no existen bases para sostener que el
caso revista la importancia o trascendencia que amerite la
intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
para su solución.

Máxime que el tema planteado, como se verá


más adelante, encuentra sustento en normas exactamente
aplicables al caso, de cuya interpretación literal se advierte
la solución que debe adoptarse, sin que la promovente del
amparo las hubiera reclamado.
15
RA-16/2014

QUINTO. En su recurso de revisión, la quejosa


formula tres agravios, de los cuales, por razón de método,
se analiza en primer lugar el marcado con el número tres,
en el que combate la decisión del juez de sobreseer en el
juicio de amparo respecto del artículo 22 de la Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, único precepto impugnado en este asunto.

Para decidirlo así, el a quo consideró que


respecto de la discusión, aprobación, expedición,
promulgación y publicación del decreto por el cual se creó
el referido ordenamiento, específicamente por cuanto hace
al numeral citado, se actualiza la causal de improcedencia
establecida en el artículo 61, fracción XXIII, de la Ley de
Amparo, en relación con el diverso 107, fracción II, de la
Constitución Federal, ya que la promovente reclamó una
omisión legislativa y, por tanto, el amparo que en su caso
se otorgara respecto de la norma impugnada implicaría dar
efectos generales a la declaratoria de inconstitucionalidad,
lo que está vedado por el principio de relatividad que rige
en el juicio de garantías.

El juez federal explicó que la promovente


reclamó el artículo 22 de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental al no
establecer todas las causales de excepción para la
protección de datos personales dispuestas en el diverso 6,
fracción II, en relación con el artículo 16, segundo párrafo,
ambos de la Ley Fundamental, particularmente aquellas
16
RA-16/2014

que tienen que ver con la divulgación de información de la


vida privada de las personas cuando se estime que su
conocimiento es de interés público.

A partir de esa consideración, el juzgador


concluyó que la pretensión de la quejosa consiste en que
se ordene al legislador crear un supuesto normativo que no
está expresamente previsto en la ley impugnada, hecho
que contraría el referido principio de relatividad de las
sentencias de amparo.

Para apoyar esa determinación, el a quo citó,


entre otras, la tesis aislada 2a. VIII/2013, de rubro:
OMISIÓN LEGISLATIVA. ES IMPROCEDENTE EL JUICIO
DE AMPARO EN SU CONTRA, CONFORME AL
ARTÍCULO 73, FRACCIÓN XVIII, DE LA LEY DE LA
MATERIA, EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 107,
FRACCIÓN II, PÁRRAFO PRIMERO, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.

En contra de estas consideraciones, la


recurrente alega que no es aplicable el anterior criterio,
pues fue emitido de conformidad con la derogada Ley de
Amparo, mientras que conforme a la legislación
actualmente vigente el juicio de garantías es procedente
para reclamar omisiones de la autoridad cuando atenten
contra los derechos humanos.
17
RA-16/2014

Agrega que el principio de relatividad de las


sentencias de amparo quedó matizado conforme a la nueva
Ley de Amparo, pues es factible ahora que los efectos de
una declaratoria de inconstitucionalidad de una norma se
extiendan a personas que no hubieran figurado como parte
en la instancia constitucional.

Explica que es falso que el referido principio


impida la solución de fondo de una controversia en que se
reclame una omisión legislativa, pues los efectos generales
que, en su caso, se otorguen al fallo protector son producto
de la competencia y del proceso legislativo llevado a cabo
por la autoridad responsable y no por virtud de la ejecutoria
de amparo.

Añade que conforme al principio pro persona


establecido en el artículo 1 constitucional, en relación con
los preceptos que cita de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, el juez debió analizar la
constitucionalidad de la omisión legislativa reclamada para
hacer efectivo el derecho al acceso a la justicia.

A partir de estas consideraciones, y con apoyo


en la doctrina y precedentes que cita de tribunales
federales del Poder Judicial de la Federación y de otros
órganos jurisdiccionales internacionales, la recurrente
concluye que el juez federal debió ordenar al poder
legislativo que adecuara el ordenamiento impugnado.
18
RA-16/2014

Como se advierte de la reseña anterior, la litis


que plantea la quejosa se circunscribe a determinar si
conforme al nuevo marco regulatorio del juicio de amparo
es procedente en esa instancia la impugnación de una
omisión legislativa.

En efecto, no está a debate la constitucionalidad


del artículo 22 de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental por
estimarse que esa norma es contraria a los diversos 6 y 16
de la Ley Fundamental, sino que lo que se plantea es que
en dicho precepto no se reglamentó en forma debida lo que
prevén estos últimos preceptos en materia de acceso a la
información pública, lo que, en su concepto, implica una
omisión legislativa absoluta en competencia de ejercicio
obligatorio.

Además, cabe señalar que la recurrente no


rebate la decisión del juez federal de considerar que la
inconstitucionalidad del artículo 22 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en los términos en que fue propuesta en la
demanda de amparo, deriva de una omisión legislativa
por parte del creador de la norma, sino que, por el
contrario, acepta expresamente como cierto ese hecho,
pero pretende demostrar que conforme a la nueva Ley de
Amparo es procedente esa clase de impugnaciones.
19
RA-16/2014

Lo anterior se corrobora de la lectura del agravio


que se analiza, el cual, en lo que interesa, establece:

Sin embargo, la nueva Ley de Amparo considera


como objeto del amparo las controversias en
contra de las omisiones de autoridad que afecten
los derechos humanos y amplía los efectos de las
sentencias cuando se declare la inconstitucionalidad
de normas generales.
(…)
Así, es falso que el principio de relatividad impida la
tramitación y resolución de los juicios de amparo
promovidos en contra de omisiones legislativas, pues
los efectos generales que en su caso se llegasen a
dar son producto de la competencia y proceso
legislativo llevado a cabo por la autoridad
responsable y no de la ejecutoria de amparo como
lo afirma el juzgador.
(…)
Así es, el juez debió considerar que para garantizar
la máxima protección del derecho de acceso a la
información y protección de datos personales el
legislador secundario omitió atender las reservas
de ley dispuestas por el Constituyente al
momento de reformar los artículos 6 y 16 de la
Constitución a fin de determinar como excepción a
la protección de datos personales la información que
es de interés público por causas de seguridad
nacional, salud, seguridad y orden públicos y
derechos de terceros y facultar al intérprete de la ley
a aplicar el test de interés público cuando existe una
colisión entre el derecho a informar y la protección de
datos personales.
(…)
A la luz de lo anterior, la autoridad no solamente
vulnera sus obligaciones genéricas en materia de
derechos humanos, sino un mandamiento “de
hacer” establecido por la Constitución y cuyo
desacato vulnera el principio de supremacía
constitucional. Ello es congruente con un Estado
Social de Derecho, en el cual el poder estatal no
solamente se limita o abstiene de vulnerar los
derechos y libertades de los individuos, sino que
implica un deber de acción o de mandato
20
RA-16/2014

encaminado a desarrollar aquellas normas


programáticas, dirigentes o directivas contenidas
en el texto constitucional.
(…)
En el caso que nos ocupa nos encontramos ante
una omisión legislativa absoluta en competencia
de ejercicio obligatorio, en virtud de que el artículo
22 de la LFTAIPG (11-06-2002) fue emitida con
anterioridad a las reformas constitucionales de los
artículos 6 (20-07-2007) y 16 (1-06-2009), pero
nunca fue armonizada pese al mandato que
establece el principio de reserva de ley para las
excepciones al derecho de privacidad.
(…)
En consecuencia, el juez debió ordenar al poder
legislativo a legislar el derecho humano que
exige tal desarrollo legal en atención a lo dispuesto
en los artículos 1 de la Constitución y los artículos 2
de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 2 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos.

En términos de los agravios formulados por el


recurrente, en que existe un reconocimiento expreso en el
sentido de que la inconstitucionalidad de la norma
impugnada se genera por una omisión legislativa al no
reglamentarse adecuadamente en la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental lo previsto en los artículos 6 y 16
constitucionales, en la parte relativa a la materia de
información pública, la litis a resolver en este punto, como
quedó dicho, se circunscribe a determinar si es procedente
esa reclamación conforme a las disposiciones de la nueva
Ley de Amparo.

Ese tema, contrario a lo argumentado por la


quejosa, quedó decidido implícitamente por la Segunda
21
RA-16/2014

Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al


resolver el amparo en revisión 588/2012, en sesión de
veintiocho de noviembre de dos mil doce, del cual derivó la
tesis aislada 2a. VIII/2013, que citó el juez en la sentencia
recurrida, y que aparece publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XVII,
febrero de 2013, Tomo 2, página 1164, que establece:

OMISIÓN LEGISLATIVA. ES IMPROCEDENTE EL


JUICIO DE AMPARO EN SU CONTRA, CONFORME
AL ARTÍCULO 73, FRACCIÓN XVIII, DE LA LEY DE
LA MATERIA, EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO
107, FRACCIÓN II, PÁRRAFO PRIMERO, DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS. El precepto constitucional
citado, reformado mediante decreto publicado en el
Diario Oficial de la Federación el 6 de junio de 2011,
dispone que las sentencias pronunciadas en el juicio
de amparo sólo se ocuparán de los quejosos que lo
hubieren solicitado, limitándose a ampararlos y
protegerlos, si procediere, en el caso especial sobre el
que verse la demanda, de donde deriva que
respecto de dichas sentencias aún prevalece el
principio de relatividad, dado que no pueden tener
efectos generales. En congruencia con lo anterior, en
términos del artículo 73, fracción XVIII, de la Ley de
Amparo, en relación con el artículo 107, fracción II,
párrafo primero, de la Constitución Federal, es
improcedente el juicio de amparo contra una omisión
legislativa, pues de concederse la protección
constitucional al quejoso, el efecto sería obligar a la
autoridad legislativa a reparar la omisión, dando
efectos generales a la ejecutoria, lo cual implicaría la
creación de una ley, que constituye una prescripción
general, abstracta y permanente, que vincularía no
sólo al promovente del amparo y a las autoridades
señaladas como responsables, sino a todos los
gobernados y autoridades cuya actuación tuviera
relación con la norma creada. No es obstáculo a lo
anterior, la circunstancia de que el artículo 107,
fracción II, párrafos segundo y tercero, de la
22
RA-16/2014

Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, establezca la posibilidad de declarar la
inconstitucionalidad de una norma con efectos
generales, toda vez que esa declaración debe
emitirse en un procedimiento específico por parte
de este Alto Tribunal, sin que sea posible adoptar
una decisión de tal naturaleza en un caso
concreto; máxime que el procedimiento para la
declaratoria general de una norma se refiere a
normas existentes y no a omisiones legislativas.
Por otra parte, tampoco es obstáculo que el
artículo 103, fracción I, constitucional, establezca
que los Tribunales de la Federación conocerán de
toda controversia suscitada por normas generales,
actos u omisiones de la autoridad que violen los
derechos humanos, ya que dicho precepto no
contempla la posibilidad de que puedan
reclamarse omisiones legislativas, dado que opera
la limitante prevista en el referido artículo 107,
fracción II, párrafo primero, en el sentido de que
las sentencias dictadas en el juicio de amparo no
pueden tener efectos generales.

Al momento de resolverse la sentencia de donde


emanó el criterio transcrito aún no había entrado en vigor la
nueva Ley de Amparo, lo que aconteció el tres de abril de
dos mil trece; sin embargo, el alto tribunal analizó la
procedencia del juicio constitucional en contra de una
omisión legislativa conforme a las reformas que se
realizaron a la Constitución Federal, publicadas en el Diario
Oficial de la Federación el seis de junio de dos mil once, en
que se modificaron los artículos 103 y 107, que prevén la
existencia y reglamentación general de ese juicio.

Entre los cambios implementados al juicio de


amparo se incluyó la posibilidad –expresa– de reclamar
una omisión de la autoridad responsable que viole los
23
RA-16/2014

derechos humanos reconocidos en la Ley Fundamental.


Asimismo, se previó un mecanismo por virtud del cual es
factible que la declaratoria de inconstitucionalidad de una
ley por parte del alto tribunal, salvo que sea de contenido
tributario, tenga efectos generales.

En la vigente Ley de Amparo, el legislador no


hizo algo más que reglamentar lo que ya se preveía en la
Constitución Federal respecto de ambas instituciones, y así
se tiene que el artículo 1 de esa ley establece que el juicio
de amparo es procedente, entre otros actos, contra
omisiones de la autoridad responsable que violen derechos
humanos, mientras que los diversos 231 y 232 establecen
el procedimiento relativo a la declaratoria general de
inconstitucionalidad que puede emitir la Suprema Corte de
Justicia de la Nación siguiendo el trámite que ahí se
establece.

De lo anterior se sigue que el tema relativo a la


improcedencia del juicio constitucional en contra de
omisiones legislativas conforme a la vigente Ley de Amparo
fue abordado implícitamente por la Segunda Sala del alto
tribunal al decidir tal aspecto a la luz de las reformas
constitucionales en materia de amparo de junio de dos mil
once, pues esa ley sólo vino a recoger y detallar lo que ya
se establecía en la Ley Fundamental.

Así, los tópicos que propone la recurrente,


relativos a que debe considerarse procedente el juicio de
24
RA-16/2014

amparo en contra de una omisión legislativa porque la ley


de la materia reconoce que pueden reclamarse omisiones
de la autoridad responsable, y porque ha quedado
matizado el principio de relatividad de un fallo protector, ya
fueron abordados por la citada sala, llegando a una
conclusión contraria a la que se propone en el agravio en
estudio.

En efecto, en lo que interesa, la ejecutoria


relativa al amparo en revisión 588/2012 establece:

Luego, debe concluirse que en el juicio de amparo no


es posible impugnar omisiones legislativas, debido a
que con ello se darían efectos generales a la
sentencia de amparo que se dicte, en contravención
con lo dispuesto por el artículo 107, fracción II, párrafo
primero, de la Constitución General.

No es obstáculo para arribar esa conclusión, la


circunstancia de que el artículo 107, fracción II, de
la Constitución General, en los párrafos segundo y
tercero, establezca la posibilidad de declarar la
inconstitucionalidad de una norma con efectos
generales, toda vez que esa declaración debe
emitirse en un procedimiento específico por parte
de este Alto Tribunal; además de que se refiere a
leyes emitidas por el Congreso de la Unión y no a
omisiones legislativas.

(…)

Así, la posibilidad de declarar la inconstitucionalidad


de una norma con efectos generales solamente debe
emitirse una vez que se han actualizado las hipótesis
mencionadas, sin que sea posible adoptar una
decisión de esa naturaleza en un caso concreto,
es decir en una sentencia dictada en un juicio de
amparo, pues como se ha visto, éstas no pueden
tener efectos generales.
25
RA-16/2014

Máxime que el procedimiento para la declaratoria


general de una norma se refiere a normas
existentes y no a omisiones legislativas, tan es
así que la comunicación que debe emitir este Alto
Tribunal sobre la existencia de precedentes o de
jurisprudencia sobre la inconstitucionalidad de una
norma, debe hacerse a la autoridad emisora para
que la deje sin efectos, sin que la Constitución
establezca la posibilidad de obligar a las autoridades
legislativas a emitir una norma de carácter general.

Por otra parte, tampoco pasa inadvertido para esta


Segunda Sala lo dispuesto por el artículo 103,
fracción I, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, reformado mediante decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el seis
de junio de dos mil once, que establece que los
Tribunales de la Federación conocerán de toda
controversia que se suscite por normas
generales, actos u omisiones de la autoridad que
violen los derechos humanos.

Sin embargo, la citada disposición constitucional


no tiene el alcance de que puedan reclamarse en
el juicio de amparo omisiones legislativas, dado
que opera la limitante prevista en el artículo 107,
fracción II, párrafo primero, de la Constitución
General, en el sentido que las sentencias
dictadas en el juicio de amparo no pueden tener
efectos generales, siendo que de estimar
procedente el juicio constitucional contra
omisiones legislativas, se inobservaría dicho
precepto, dado que la sentencia que llegara a
dictarse en un caso concreto obligaría a la
autoridad a emitir una norma general.

Esa interpretación guarda congruencia con lo


dispuesto por el artículo 107, fracciones IV y VII, de
la Constitución, ya que si bien contempla la
posibilidad de impugnar omisiones en el juicio de
amparo, únicamente se refiere a las omisiones que
deriven de un juicio o de una autoridad
administrativa, sin contemplar la posibilidad de
impugnar omisiones legislativas.
26
RA-16/2014

Además, debe destacarse que en el proceso


legislativo que dio origen a la reforma constitucional
de seis de junio de dos mil diez, efímeramente se
habló de la posibilidad de reclamar en el juicio de
amparo omisiones de la autoridad administrativa; en
cambio, no se contempló la posibilidad de
reclamar omisiones legislativas; lo que refuerza
la conclusión de que el juicio constitucional es
improcedente en estos casos.

Por tal motivo, debe concluirse que en términos de lo


dispuesto por el artículo 73, fracción XVIII, de la Ley
de Amparo, en relación con el artículo 107, fracción
II, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, reformado mediante decreto publicado
en el Diario Oficial de la Federación el seis de junio
de dos mil once, el juicio de amparo es improcedente
contra una omisión legislativa, ya que ello implicaría
dar efectos generales a la sentencia de amparo que
se dicte, en contravención a lo dispuesto por la citada
disposición constitucional.

La transcripción anterior confirma que es


improcedente el juicio de amparo contra una omisión
legislativa conforme a la legislación de la materia en vigor,
pues no se ha reconocido hasta el momento la posibilidad
de impugnar ese tipo de actos atendiendo a los efectos
generales que produciría un fallo protector, hecho que
trastoca el principio de relatividad de las sentencias que
sigue siendo reconocido, constitucional y legalmente, como
uno de los postulados que rigen en ese proceso.

De esta forma, debe declararse infundado el


agravio propuesto, pues haciendo propias las
consideraciones expuestas en la ejecutoria que se relató de
la Segunda Sala del alto tribunal, este órgano judicial
27
RA-16/2014

considera que es improcedente el juicio de amparo en


contra de la omisión legislativa que reclamó la quejosa.

Siendo inaplicables, por tal motivo, las normas,


criterios y precedentes que cita la recurrente en sus
agravios, pues el tema a debate ha sido resuelto en forma
contraria a lo que sostiene.

Cabe señalar que las consideraciones del a quo


en la sentencia recurrida y del alto tribunal en la ejecutoria
que se menciona, en que se decidió sobre la
improcedencia del juicio de amparo en contra de una
omisión legislativa, encuentran sustento en el principio de
relatividad que rige en esta materia, esto es, se resolvió
que no es procedente ese medio de control atendiendo a
que un eventual fallo protector implicaría dar efectos
generales a la declaratoria de inconstitucionalidad del acto
reclamado.

Sin embargo, desde otra perspectiva, no se


desconoce que puede existir la posibilidad de impugnar la
omisión en que incurra el legislador respecto de una
obligación constitucional de legislar en cierta materia.

No obstante, en este asunto no se advierte que


el Congreso de la Unión hubiera faltado a su deber de
legislar en términos de lo que disponen los artículos 6,
inciso A, fracción II, y 16, párrafo segundo, de la
Constitución Federal.
28
RA-16/2014

Esos preceptos establecen que la información


relativa a la vida privada y a los datos personales será
protegida en los términos y con las excepciones que
fijen las leyes, y que toda persona tiene derecho a la
protección de sus datos personales, al acceso, rectificación
y cancelación de los mismos, así como a manifestar su
oposición, en los términos que fije la ley, la cual
establecerá los supuestos de excepción a los principios que
rijan el tratamiento de datos, por razones de seguridad
nacional, disposiciones de orden público, seguridad y salud
públicas o para proteger los derechos de terceros.

Para cumplir con la obligación de desarrollar a


nivel legal el derecho fundamental de información pública y
protección de datos personales, el Congreso de la Unión
expidió la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental.

Pero el mandato del órgano reformador de la


Constitución hacia el legislador ordinario no tuvo un
contenido específico, sino que únicamente exigía la
creación de una ley en que se desarrollara la forma en que
se protegería dicha información y las excepciones que
ameritaran su publicidad.

En este asunto, la quejosa sostiene que en el


artículo 22 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a
la Información Pública Gubernamental se debió incluir un
29
RA-16/2014

supuesto de excepción por el que se permitiera a la


autoridad ponderar, para dar publicidad a datos personales
o información confidencial, el interés público que existe en
su conocimiento.

A través de ese argumento, en todo caso, no se


demostraría la inactividad legislativa del Congreso de la
Unión, entendida como el desacato al mandato de
actuación exigido al poder legislativo, pues los artículos 6,
inciso A, fracción II, y 16, párrafo segundo, de la
Constitución Federal, no disponen que la regulación de la
materia deba incluir un supuesto como el que menciona la
promovente; de ahí que, al no existir un referente
constitucional específico, no puede afirmarse que exista
una omisión atribuible a dicho órgano.

SEXTO. Para analizar y resolver el segundo


agravio que propone la quejosa, se estima conveniente
tener en consideración los antecedentes que dieron origen
a este asunto.

1. El dieciocho de febrero de dos mil trece, la


quejosa solicitó a la Presidencia de la República, a través
del sistema INFOMEX, el expediente clínico actual del
titular del Ejecutivo Federal.

2. El diecinueve de marzo de dos mil trece, el


Director de Análisis Jurídico y de Gestión Documental de la
Presidencia de la República respondió a la petición de la
30
RA-16/2014

quejosa indicándole que la información solicitada era de


carácter confidencial en términos de los artículos 3, fracción
II, y 18, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental, entre
otros preceptos.

3. En contra de la determinación anterior, la


promovente interpuso recurso de revisión ante el Instituto
Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos,
que fue resuelto por ese organismo el veintidós de mayo de
dos mil trece en el expediente **********, confirmando la
resolución recurrida.

4. Inconforme con la anterior decisión, la


agraviada promovió el juicio de amparo del que deriva el
recurso que se resuelve, en que el juez federal, entre otros
aspectos, declaró la constitucionalidad de dicha
determinación y negó el amparo solicitado.

Para estimarlo así, el a quo realizó una serie de


consideraciones, apoyadas en doctrina, en legislación
nacional e internacional, y en criterios emitidos por
tribunales federales de este país y de otras latitudes, por
virtud de las cuales concluyó que el expediente clínico del
titular del Ejecutivo Federal constituye información
confidencial que no puede ser divulgada sin el
consentimiento de su titular.
31
RA-16/2014

A partir de la realización del ejercicio que el juez


denominó como “juicio de preponderancia”, sostuvo que si
bien es cierto que las personas públicas tienen un ámbito
de privacidad más reducido respecto de las restantes, y
que puede existir un interés válido de la comunidad para
conocer información de un servidor público de carácter
confidencial, también es verdad que el expediente clínico
del Presidente de la República contiene diversa información
personal cuya divulgación puede ocasionar un daño.

Máxime que, sostuvo el juzgador, tal información


no se relaciona con el cargo público que desempeña ese
funcionario ni existe evidencia de que sus capacidades
estén en duda al grado de poner en riesgo la seguridad del
Estado Mexicano.

Por tal motivo, el a quo negó el amparo a la


quejosa respecto de la resolución de veintidós de mayo de
dos mil trece, pronunciada por los Comisionados del
Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección
de Datos en el expediente **********

En el segundo agravio, que por razón de


método se estudia a continuación, la quejosa alega que la
sentencia recurrida viola en su perjuicio los principios de
legalidad, congruencia y exhaustividad, pues, contrario a lo
decidido por el a quo, debe declararse procedente la
solicitud de información respecto del expediente clínico del
Presidente de la República, ya que tal información, por el
32
RA-16/2014

cargo que desempeña ese funcionario, es de interés


público.

Explica que las razones que expuso el juez para


sostener la constitucionalidad de la resolución reclamada
son incongruentes, ya que, por un lado, afirma que la
información sobre la salud del Presidente de la República
es de interés público y, por el otro, concluye que no puede
divulgarse al ser de carácter confidencial.

Manifiesta las razones por las cuales, en su


concepto, se actualiza una excepción al derecho a la
intimidad de ese funcionario.

Ataca los fundamentos y motivos de los que se


valió el juez para resolver de la forma en que lo hizo, y
alega que no efectuó el denominado test de interés público
que ha aplicado la Suprema Corte de Justicia de la Nación
para decidir los casos en que existe una colisión entre los
derechos de libertad de expresión y el derecho a la
privacidad, sino que, añade el recurrente, el juzgador
realizó sin sustento alguno un juicio de preponderancia y
sin explicar las razones por las cuales optó por ese método
de ponderación.

Por último, refiere que el juzgador no se ocupó


de analizar todos los argumentos por virtud de los cuales
se demuestra que las funciones del Presidente de la
República son esenciales para el Estado Mexicano, lo que
33
RA-16/2014

justifica que su expediente clínico deba ser del


conocimiento público, pues el daño o afectación que ello
pudiera ocasionar debe sopesarse en relación con el
interés público de la información solicitada.

La reseña anterior pone en evidencia que el


punto toral a resolver consiste en determinar si es legal la
decisión del juez de reconocer la constitucionalidad de la
resolución reclamada en la que se consideró improcedente
la entrega a la quejosa del expediente clínico del
Presidente de la República.

Para decidir tal aspecto, basta tener en cuenta lo


dispuesto en los artículos 6, inciso A, fracción II, y 16,
párrafo segundo, de la Constitución Federal; 3, fracción II,
7, primer párrafo, y 18, fracción II, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, y los puntos 4.4 y 5.6 de la Norma Oficial
Mexicana 168-SSA1-1998, en la que se establecen los
criterios científicos, tecnológicos y administrativos
obligatorios en la elaboración, integración, uso y archivo del
expediente clínico.

Las citadas normas, que constituyen el sustento


de la resolución reclamada, establecen:

Constitución Federal
Artículo 6. La manifestación de las ideas no será
objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa,
34
RA-16/2014

sino en el caso de que ataque a la moral, la vida


privada o los derechos de terceros, provoque algún
delito, o perturbe el orden público; el derecho de
réplica será ejercido en los términos dispuestos por la
ley. El derecho a la información será garantizado por
el Estado.

A. Para el ejercicio del derecho de acceso a la


información, la Federación, los Estados y el Distrito
Federal, en el ámbito de sus respectivas
competencias, se regirán por los siguientes principios
y bases:
(…)
II. La información que se refiere a la vida privada y
los datos personales será protegida en los
términos y con las excepciones que fijen las leyes.

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su


persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento.

Toda persona tiene derecho a la protección de sus


datos personales, al acceso, rectificación y
cancelación de los mismos, así como a manifestar su
oposición, en los términos que fije la ley, la cual
establecerá los supuestos de excepción a los
principios que rijan el tratamiento de datos, por
razones de seguridad nacional, disposiciones de
orden público, seguridad y salud públicas o para
proteger los derechos de terceros.

Ley Federal de Transparencia y Acceso a


la Información Pública Gubernamental

Artículo 3. Para los efectos de esta Ley se entenderá


por:
(…)
II. Datos personales: La información concerniente
a una persona física, identificada o identificable,
entre otra, la relativa a su origen étnico o racial, o
que esté referida a las características físicas, morales
o emocionales, a su vida afectiva y familiar, domicilio,
número telefónico, patrimonio, ideología y opiniones
35
RA-16/2014

políticas, creencias o convicciones religiosas o


filosóficas, los estados de salud físicos o mentales,
las preferencias sexuales, u otras análogas que
afecten su intimidad;

Artículo 7. Con excepción de la información


reservada o confidencial prevista en esta Ley, los
sujetos obligados deberán poner a disposición del
público y actualizar, en los términos del Reglamento y
los lineamientos que expida el Instituto o la instancia
equivalente a que se refiere el Artículo 61, entre otra,
la información siguiente:
(…)

Artículo 18. Como información confidencial se


considerará:
(…)
II. Los datos personales que requieran el
consentimiento de los individuos para su difusión,
distribución o comercialización en los términos de esta
Ley.

Norma Oficial Mexicana 168-SSA1-1998


4.4. Expediente clínico, al conjunto de documentos
escritos, gráficos e imagenológicos o de cualquier otra
índole, en los cuales el personal de salud, deberá
hacer los registros, anotaciones y certificaciones
correspondientes a su intervención, con arreglo a las
disposiciones sanitarias.

5.6. En todos los establecimientos para la atención


médica, la información contenida en el expediente
clínico será manejada con discreción y
confidencialidad, atendiendo a los principios
científicos y éticos que orientan la práctica médica y
sólo podrá ser dada a conocer a terceros mediante
orden de la autoridad competente, o a CONAMED,
para arbitraje médico.

De los artículos transcritos se obtiene que la Ley


Fundamental establece que toda persona tiene derecho a
la protección de sus datos personales, y que esa
36
RA-16/2014

información será salvaguardada en los términos y con las


condiciones que fije la ley aplicable, que en este caso es la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental.

Este último ordenamiento prevé que, con


excepción de la información reservada o confidencial,
todos los órganos de gobierno deben ponerla a disposición
del público si la tienen en sus archivos.

El expediente clínico, que se refiere al conjunto


de documentos escritos, gráficos e imagenológicos, o de
cualquier otra índole, en los cuales el personal de salud,
deberá hacer los registros, anotaciones y certificaciones
correspondientes a su intervención, contiene información
personal de una persona física identificada o identificable,
que es considerada tanto por la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental como por la Norma Oficial Mexicana 168-
SSA1-1998, como de carácter confidencial.

Siendo confidencial la información contenida en


un expediente clínico, la autoridad responsable, para acatar
el mandato de protección de datos personales establecido
en los preceptos analizados, debe negar su entrega al
público en general.

Ese deber es exigible con independencia de la


calidad de la persona respecto de quien se pretenda
37
RA-16/2014

obtener la información o el cargo público que ocupe en el


gobierno, pues las normas analizadas son claras al indicar
que toda persona tiene derecho a la protección de sus
datos personales, sin establecer excepción alguna.

De esta manera, la interpretación que se realiza


a los artículos transcritos permite concluir que el expediente
clínico de cualquier individuo constituye información
confidencial que no puede divulgarse sin el consentimiento
de su titular.

Así, la decisión del juez federal de negar el


amparo con relación a la resolución reclamada, por las
razones que se analizan en este apartado, se estima
ajustada a derecho, pues la autoridad responsable Instituto
Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos
se encontraba obligada a negar a la quejosa la entrega del
expediente clínico del Presidente de la República, en tanto
que los preceptos examinados en esta ejecutoria así lo
establecen.

Lo anterior con independencia de las razones


que expuso el juez para llegar a esa conclusión, pues lo
objetivamente cierto es que la citada autoridad, por virtud
del principio de legalidad, se encontraba constreñida a
aplicar los artículos 3, fracción II, 7, primer párrafo, y 18,
fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a
la Información Pública Gubernamental, de cuya
38
RA-16/2014

interpretación literal se desprende que es improcedente la


entrega de la información solicitada por la quejosa.

Esta afirmación parte del examen a un tema de


legalidad, exclusivamente, en que se sostiene que la
interpretación de los artículos citados en el párrafo que
precede no deja lugar a dudas en cuanto a que el
expediente clínico de cualquier persona en este país
constituye información confidencial, por lo que no debe ser
divulgada sin la aprobación de su titular.

Por tanto, ante la existencia de normas que se


encontraban vigentes y vinculaban a la autoridad
responsable, su actuación debía circunscribirse a aplicar la
consecuencia que de ellas derivan, es decir, a negar la
entrega de la información solicitada por la quejosa.

Sin que este tribunal colegiado, para concluir de


un modo diverso, pueda llevar a cabo un examen distinto al
que deriva de la exégesis de los artículos transcritos de la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, pues la quejosa no propuso en su
demanda su inconstitucionalidad con el propósito de
demostrar que la prohibición de que se trata conculca de
algún modo un derecho fundamental.

Por ello, resulta innecesario pronunciarse en


torno a si las funciones del Presidente de la República y la
importancia que tiene ese funcionario dentro del Estado
39
RA-16/2014

Mexicano constituyen elementos que justifican que su


estado de salud sea del conocimiento del público en
general, toda vez que, se reitera, la citada ley no establece
excepción alguna que permita la divulgación de esa clase
de información teniendo en cuenta la calidad de una
persona o el cargo público que desempeña.

En otras palabras, no tiene aplicación en el caso


la prueba que el juez federal denominó de preponderancia
o el “test” de interés público que menciona la quejosa, pues
tales exámenes se realizan, entre otros casos, para
verificar si el ejercicio de dos derechos constitucionales,
normalmente referidos a la libertad de expresión y a la
intimidad, colisionan en un caso concreto, y decidir cuál de
ellos debe prevalecer atendiendo a las particularidades del
litigio, sin hacer un pronunciamiento general sobre su
jerarquía.

En cambio, en el supuesto de que una norma


establezca una prohibición que atente o restringa un
derecho fundamental, el examen que corresponde realizar
es el relativo a la razonabilidad de la ley, también
denominado juicio de proporcionalidad o de ponderación;
sin embargo, como quedó dicho, no existe un reclamo de la
promovente dirigido contra los artículos 3, fracción II, 7,
primer párrafo, y 18, fracción II, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, que establecen la prohibición que se
40
RA-16/2014

comenta, por lo que debe estarse a su sola interpretación


desde un plano de legalidad para resolver la controversia.

Las consideraciones que anteceden constituyen


el sustento para declarar infundado el segundo de los
agravios propuestos por la recurrente, toda vez que,
contrario a lo que sostiene, la autoridad responsable actuó
en forma debida al negarle la entrega del expediente clínico
del Presidente de la República.

SÉPTIMO. A continuación se resuelve el primer


agravio propuesto por la quejosa, en el que sostiene que el
juez federal, en contravención a los principios de
congruencia y exhaustividad, omitió resolver los
argumentos relativos a los vicios en el procedimiento del
que deriva la resolución reclamada, pues no se cumplieron
algunas de las formalidades establecidas en la Ley Federal
de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental para determinar la confidencialidad de la
información solicitada ni se requirió al Presidente de la
República su consentimiento para divulgarla.

En efecto, la promovente alega que el juez


federal no se pronunció en relación con los siguientes
temas que formaban parte de la litis del juicio de amparo:

a) La indebida fundamentación y motivación de


la resolución reclamada al aplicar lo dispuesto en el artículo
18, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y
41
RA-16/2014

Acceso a la Información Pública Gubernamental,


discriminando la existencia de un consentimiento del
Presidente de la República que no se solicitó.

b) La imposibilidad de representación del


Director de Análisis Jurídico y de Gestión Documental de la
Presidencia de la República para la oposición o
consentimiento del tratamiento de los datos personales del
titular del Ejecutivo Federal.

c) La omisión del Instituto Federal de Acceso a


la Información y Protección de Datos de tener a su alcance
la información reservada o confidencial para determinar su
debida clasificación, desclasificación o la procedencia de
otorgar su acceso.

d) La imposibilidad del referido instituto de


resolver sobre el interés público de la información toda vez
que no tuvo a la vista la información clasificada como
confidencial.

De la sentencia recurrida se advierte que el juez


federal omitió pronunciarse respecto de los temas
identificados en los incisos c) y d), por lo que el agravio
relativo a la falta de exhaustividad del fallo combatido es
parcialmente fundado.

Más adelante se abordarán las consideraciones


sustentadas por el a quo para dar solución a los alegatos
42
RA-16/2014

identificados en los incisos a) y b), y las razones expuestas


por la recurrente para combatirlas.

Aunque es fundado en el aspecto anunciado el


agravio que se analiza, es inoperante para revocar o
modificar la sentencia recurrida, tal como a continuación se
demuestra.

El artículo 17 de la Ley Federal de


Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental dispone:

Artículo 17. Las unidades administrativas elaborarán


semestralmente y por rubros temáticos, un índice de
los expedientes clasificados como reservados. Dicho
índice deberá indicar la unidad administrativa que
generó la información, la fecha de la clasificación, su
fundamento, el plazo de reserva y, en su caso, las
partes de los documentos que se reservan. En
ningún caso el índice será considerado como
información reservada.

El titular de cada dependencia o entidad deberá


adoptar las medidas necesarias para asegurar la
custodia y conservación de los expedientes
clasificados.

En todo momento, el Instituto tendrá acceso a la


información reservada o confidencial para
determinar su debida clasificación,
desclasificación o la procedencia de otorgar su
acceso.

A partir de lo dispuesto en el último párrafo del


artículo transcrito, la quejosa estima que la resolución
reclamada es ilegal, pues el Instituto Federal de Acceso a
43
RA-16/2014

la Información y Protección de Datos no tuvo a la vista la


información solicitada del Ejecutivo Federal para poder
determinar si era correcta su clasificación como
confidencial, o bien, determinar la procedencia de su
acceso.

Por tal motivo, alega que el citado instituto no


podía pronunciarse acerca del interés público de dicha
información si no conocía su contenido.

Para dar solución a estos argumentos, basta


mencionar que lo que prescribe la norma transcrita es que
el mencionado instituto, en todo momento, tendrá acceso a
la información reservada o confidencial para determinar su
debida clasificación, desclasificación o la procedencia de
otorgar su acceso, pero no dispone que deba tenerla a la
vista o que los sujetos obligados deban entregársela para
resolver tales aspectos.

Lo que en realidad establece ese precepto es


una facultad a favor del Instituto Federal de Acceso a la
Información y Protección de Datos que puede ejercer
cuando considere necesario el examen de la información
reservada o clasificada para determinar la validez de su
clasificación o desclasificación, pero no prevé un mandato
que deba acatar inexorablemente para cumplir con ese
propósito.
44
RA-16/2014

Afirmación que se corrobora teniendo en cuenta


el contenido del artículo 29 del reglamento de la ley en
análisis al establecer que el citado organismo podrá
solicitar a la dependencia o entidad un informe sobre el
contenido de la información reservada o confidencial, y en
caso de que sea insuficiente podrá citar a la dependencia o
entidad para que aporte los elementos que permitan
determinar la clasificación correspondiente.

En ese sentido, es válido que la responsable,


aun cuando no tuviera a la vista el expediente clínico del
Presidente de la República, decidiera que la información
contenida en los documentos que lo conforman es
confidencial; decisión que, además, se corrobora con lo
expuesto por este órgano judicial en el considerando
anterior, en tanto que de los artículos 3, fracción II, 7,
primer párrafo, y 18, fracción II, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental se desprende que se trata de datos
personales que no pueden ser divulgados sin el
consentimiento de su titular; de ahí que deba declararse
inoperante el alegato en estudio.

Desde diverso aspecto, en la última parte de la


sentencia recurrida el juez federal consideró que no existía
la obligación de solicitar al Presidente de la República su
consentimiento para la divulgación de su expediente
clínico.
45
RA-16/2014

Llegó a esa decisión con motivo de la


interpretación que realizó al artículo 41 del Reglamento de
la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, al indicar que el vocablo “podrá”
utilizado en ese precepto denota una posibilidad para la
autoridad de requerir al particular titular de la información
su autorización para entregarla, y no una obligación a su
cargo.

En el agravio en estudio, el recurrente reitera


que la dependencia obligada no solicitó al titular del
Ejecutivo Federal su consentimiento para la divulgación de
su expediente clínico; que el Director de Análisis Jurídico y
de Gestión Documental de la Presidencia de la República
no puede representar a dicho funcionario para oponerse a
la entrega de sus datos personales, y sostiene que la
interpretación que realizó el a quo al citado artículo 41 es
incorrecta en la medida en que, conforme al principio pro
persona, debe entenderse que el vocablo “podrá” fue
utilizado por el legislador como sinónimo de exigencia.

Con el propósito de resolver estos alegatos se


toma en cuenta el contenido de los artículos 28, fracciones
II y IV, y 45 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a
la Información Pública Gubernamental, y 40 y 41, primer
párrafo, de su reglamento, que indican:

Ley Federal de Transparencia y Acceso a la


Información Pública Gubernamental
46
RA-16/2014

Artículo 28. Los titulares de cada una de las


dependencias y entidades designarán a la unidad de
enlace que tendrá las funciones siguientes:
(…)
II. Recibir y dar trámite a las solicitudes de acceso
a la información, referidas en los artículos 24, 25 y
40;
(…)
IV. Realizar los trámites internos de cada dependencia
o entidad, necesarios para entregar la información
solicitada, además de efectuar las notificaciones a
los particulares;

Artículo 45. En caso de que el titular de la unidad


administrativa haya clasificado los documentos como
reservados o confidenciales, deberá remitir de
inmediato la solicitud, así como un oficio, con los
elementos necesarios para fundar y motivar dicha
clasificación, al Comité de la dependencia o entidad,
mismo que deberá resolver sí:

I. Confirma o modifica la clasificación y niega el


acceso a la información, o
II. Revoca la clasificación y concede el acceso a la
información.

El Comité podrá tener acceso a los documentos que


estén en la unidad administrativa. La resolución del
Comité será notificada al interesado en el plazo que
establece el artículo 44. En caso de ser negativa,
deberá fundar y motivar las razones de la clasificación
de la información e indicar al solicitante el recurso que
podrá interponer ante el Instituto.

Reglamento de la Ley Federal de


Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental

Artículo 40. Para que las dependencias o entidades


puedan permitir el acceso a información confidencial
requieren obtener el consentimiento expreso de los
particulares titulares de la información, por escrito o
medio de autentificación equivalente.
47
RA-16/2014

Artículo 41. Cuando una dependencia o entidad


reciba una solicitud de acceso a un expediente o
documentos que contengan información confidencial y
el Comité lo considere pertinente, podrá requerir al
particular titular de la información su autorización para
entregarla, quien tendrá diez días hábiles para
responder a partir de la notificación correspondiente.
El silencio del particular será considerado como una
negativa.

Del contenido de los dos primeros preceptos


transcritos se advierte que las unidades de enlace de las
dependencias y entidades son las encargadas de recibir y
dar trámite a las solicitudes de acceso a la información y
efectuar las notificaciones que deban realizarse a los
particulares.

Asimismo, que los titulares de esas unidades


administrativas son quienes, en principio, tienen a su cargo
la clasificación de los documentos como reservados o
confidenciales, y en un segundo momento dicha facultad
corresponde ejercerla a los Comités de Información con el
objeto de revisar la decisión de aquéllos.

La interpretación gramatical de esos preceptos


permite concluir que el Director de Análisis Jurídico y de
Gestión Documental de la Presidencia de la República, que
depende del Titular de la Unidad de Enlace para la
Transparencia y Acceso a la Información de la Oficina de la
Presidencia de la República, estaba en posibilidad de dar
trámite a la solicitud de información de la quejosa y
determinar que lo pedido constituía información
48
RA-16/2014

confidencial, sin que ello suponga representación alguna


del titular del Ejecutivo Federal, sino el ejercicio directo de
una facultad que le otorga la ley.

Asimismo, de la respuesta a la solicitud de la


quejosa, signada por el citado director y que adjuntó
aquélla a su demanda de garantías (folio 132 del cuaderno
de amparo), se advierte que el Comité de Información de la
Presidencia de la República acordó que la información
relacionada con el estado de salud físico y mental de
cualquier persona es de carácter confidencial.

En ese sentido, es válido que la negativa a la


petición de la quejosa fuera expuesta por una autoridad
dependiente de la unidad de enlace, una vez que confirmó
que el comité de información consideró que el tipo de
información solicitado tiene la naturaleza indicada, ya que
esa atribución deriva directamente de la ley de la materia.

Por tanto, sólo resta resolver si era


indispensable para formular esa negativa que al Presidente
de la República se le hubiera requerido directamente para
conocer si era su voluntad o no autorizar la divulgación de
la información pedida.

La solución a ese tópico se encuentra definida


en los artículos 40 y 41, primer párrafo, del reglamento de
la ley en estudio, y que fueron transcritos con anterioridad.
49
RA-16/2014

De conformidad con el primer precepto citado,


para que las dependencias o entidades puedan permitir el
acceso a información confidencial es necesario obtener el
consentimiento expreso de los particulares titulares de la
información, por escrito o medio de autentificación
equivalente.

En concordancia con esa premisa, el artículo 41


del mencionado reglamento prevé que cuando una
dependencia o entidad reciba una solicitud de acceso a un
expediente o documentos que contengan información
confidencial y el comité de información lo considere
pertinente, podrá requerir al particular titular de la
información su autorización para entregarla, quien
tendrá diez días hábiles para responder a partir de la
notificación correspondiente, pues el silencio del particular
será considerado como una negativa.

La interpretación gramatical-sintáctica del


referido precepto no deja lugar a dudas en torno a que,
como lo decidió el juez federal, la autoridad administrativa
está en posibilidad de requerir al particular la información
confidencial que se le hubiera solicitado, pero no tiene la
obligación de hacerlo, pues la norma claramente estatuye
que “si el comité lo considere pertinente, podrá hacer
tal requerimiento”, oración que denota la aptitud de
ponderar si se lleva a cabo o no tal acto.

Además, esta interpretación es congruente con


50
RA-16/2014

el resto de las normas analizadas en este último


considerando, en tanto que la facultad para decidir si una
información es confidencial o no y, por tanto, si es
procedente su divulgación, corresponde originalmente a los
titulares de las unidades de enlace para la transparencia y
acceso a la información pública gubernamental y a los
comités de las dependencias y entidades obligadas por la
ley de la materia.

Por ello, sólo en el caso de que se considere


pertinente deberá hacerse el requerimiento al titular de la
información para que manifieste si autoriza o no su entrega.

Circunstancia que, dicho sea de paso, no


contraría el principio de máxima publicidad y disponibilidad
de la información en posesión de los sujetos obligados,
toda vez que el solicitante está en posibilidad de alegar y
demostrar a través de los medios de defensa procedentes
que los datos requeridos deben ser del conocimiento
público al no ser reservados o confidenciales, lo que no
acontece en este caso.

En virtud de que no prosperaron los argumentos


planteados, lo que se impone es confirmar la sentencia
recurrida, sobreseer en el juicio respecto del artículo 22 de
la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, y negar a la quejosa el amparo y
protección de la Justicia Federal en relación con la
resolución de veintidós de mayo de dos mil trece,
51
RA-16/2014

pronunciada por los Comisionados del Instituto Federal de


Acceso a la Información y Protección de Datos en el
expediente **********.

Finalmente, la decisión adoptada trae como


consecuencia que se declare sin materia el recurso de
revisión adhesiva interpuesto por el Presidente de la
República, pues debe tomarse en consideración que la
adhesión al recurso carece de autonomía en cuanto a su
trámite y procedencia al seguir la suerte procesal de éste.
Por tanto, es evidente que si en el caso procede confirmar
la sentencia recurrida, aquel medio de defensa debe
declararse sin materia por su naturaleza accesoria.

Es aplicable a la consideración expuesta la tesis


de jurisprudencia 2a./J. 166/2007, sustentada por la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVI, septiembre de
2007, página 552, que indica:

REVISIÓN ADHESIVA EN AMPARO INDIRECTO.


DEBE DECLARARSE SIN MATERIA SI LA
REVISIÓN PRINCIPAL RESULTA INFUNDADA. El
artículo 83, fracción IV, de la Ley de Amparo prevé la
procedencia del recurso de revisión contra las
sentencias pronunciadas por los Jueces de Distrito, y
en su último párrafo establece que en todos los casos
a que se refiere ese precepto, la parte que obtuvo
resolución favorable a sus intereses puede adherirse
a la revisión principal. Ahora bien, si se toma en
cuenta que el recurso de revisión adhesiva carece de
autonomía, al señalar el párrafo indicado que la
52
RA-16/2014

adhesión al recurso sigue la suerte procesal de éste,


es evidente que si la revisión principal resulta
infundada, aquél debe declararse sin materia, por su
naturaleza accesoria.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Se CONFIRMA la sentencia


recurrida.

SEGUNDO. Se SOBRESEE en el juicio respecto


del artículo 22 de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental, que se
reclamó de las autoridades que intervinieron en el proceso
legislativo de su creación.

TERCERO. La Justicia de la Unión NO


AMPARA NI PROTEGE a **********, en relación con la
resolución de veintidós de mayo de dos mil trece,
pronunciada por los Comisionados del Instituto Federal de
Acceso a la Información y Protección de Datos en el
expediente **********.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución,


vuelvan los autos al juzgado de origen y, en su
oportunidad, archívese el expediente.

Así, por unanimidad de votos de los señores


magistrados Carlos Ronzon Sevilla (Presidente), Julio
Humberto Hernández Fonseca y Joel Carranco Zúñiga, lo
53
RA-16/2014

resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia


Administrativa del Primer Circuito, siendo relator el último
de los nombrados.

Firman los magistrados con el secretario que


autoriza y da fe.

“En términos de lo previsto en los artículos 8, 13 y 14 de la Ley


Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en esta versión pública se suprime la
información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.”
El licenciado(a) , hago constar y certifico que en términos de lo previsto en los
artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en lo relativo de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en el ordenamiento mencionado.
Conste.

Anda mungkin juga menyukai