Hay distintos tipos de argumentos probables, entre los que destacan los argumentos por
generalización y por analogía.
En estos argumentos se obtiene una conclusión general a partir de premisas sobre casos
particulares que se consideran similares y que en realidad son ejemplos de una ley general. Es
el caso más típico de inducción, se utiliza en las ciencias naturales, y con frecuencia se apoya en
la probabilidad matemática.
En la vida ordinaria es frecuente que apoyemos una generalización en ejemplos; pero para que
pueda ser verdaderos. Además, tienen que ser varios, pues un ejemplo sirve como ilustración,
pero no es suficiente apoyo para una generalización. Si la generalización se refiere a un gran
conjunto, hay que seleccionar una “muestra” en el sentido estadístico del término. Esta muestra
tiene que ser representativa del conjunto sobre el que se hace la generalización.
Así es como se realizan las encuestas, aunque sabemos que es fácil orientar interesadamente la
muestra, por ejemplo, eligiendo casos de un solo tipo dentro del conjunto sobre el que se
generaliza.
Además, hay que tener en cuenta que puede haber contra ejemplos que obliguen a revisar la
generalización. Por eso es conveniente, en los casos de generalización, buscar los
contraejemplos.
En estos argumentos se pasa de un caso o ejemplo especifico a otro y se Argumenta que como
ambos son semejantes en muchos aspectos, también lo son en el que interesa, la analogía no
requiere que el primer ejemplo sea idéntico al que se usa como conclusión, solo se necesita que
las semejanzas sean relativas.
Los argumentos analógicos no poseen la certeza que caracteriza a los argumentos deductivos.
cuantas más propiedades cuantas más tengan en común los casos comparados y en menos
difieran, más probable será la conclusión.
Cualquiera que sea el tipo de argumento que se utilice, conviene tener lo siguiente: