Acción de tutela interpuesta por Diana Patricia Acosta Perdomo contra la Comisaría de
Familia Dieciséis de Bogotá D.C y el juzgado veintinueve de familia de Bogotá D.C.
La señora Diana Patricia Acosta Perdomo, por medio de un apoderado judicial, interpone
acción de tutela contra la comisaría y el juzgado de familia mencionados en el apartado
de identificación, al considerar que le fueron vulnerados sus derechos a la igualdad,
integridad personal y a la vida, debido a la negación de la solicitud de desalojo por
violencia intrafamiliar de Julián Giovanny Zamudio, padre de sus dos hijos. La solicitante
se basa en los siguientes hechos:
Madre
● Debido proceso: Puesto a que el informe de medicina legal define “un nivel
de riesgo grave, teniendo en cuenta: <<la cronicidad, la frecuencia y la
intensidad de las agresiones físicas y verbales que la habían puesto en una
situación en la que se hacía imperativo tomar medidas urgentes en aras de
proteger la vida de la usuaria>>. Sin embargo, este informe no se consideró como
una prueba pericial relevante, debido a que no se logró entrevistar ni valorar al
agresor, por lo cual no se dictó la medida de desalojo de la vivienda, y se obligó a
la madre a buscar una nuevo lugar de residencia para ella y sus hijos, por el temor
que su pareja le provocaba.
● Derecho a vivir en una familia afectiva y garante de sus derechos: Los dos
hijos de la pareja fueron espectadores y testigos de las situaciones de violencia
entre sus figuras paternas, lo cual produjo en ellos sentimientos de temor,
ansiedad y tristeza, provocando así que su familia no sea considerada una red de
amor y apoyo y sea en su núcleo familiar donde se violan algunos de sus derechos
básicos.
● La Sala de Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C.
resolvió:
Confirmar el fallo emitido inicialmente por la comisaria de familia, debido que dicha
decisión no se desvío de la norma de proteger los derechos de toda la población
y su competencia no era lesionar los derechos básicos de la madre.
6. Argumentos de la corte:
Con el fin de resolver el problema jurídico planteado, los magistrados consideraron cuatro
temáticas: (a) la especialísima protección constitucional en cabeza de la accionante; (b)
el compromiso nacional e internacional de erradicar toda forma de violencia contra la
mujer; (c) defecto fáctico, la ausencia de valoración probatoria o su valoración irrazonable
en el caso concreto y (d) la protección judicial en el contexto de violencia estructural
contra la mujer.
Considerando las cifras en materia de violencia contra la mujer, así como el hecho de
que esta problemática se nutre de la discriminación histórica, llegando al plano político,
social y económico, la Corte constitucional advierte que las decisiones judiciales también
han sido fuente de discriminación de género y terminan por confirmar patrones de
desigualdad. En este contexto, la existencia de agresiones mutuas entre la pareja del
caso es leído por las autoridades desde el estereotipo de la mujer débil que no se
defiende ante la agresión; lectura que constituye en sí misma discriminación. Se aclara
que las víctimas de violencia de género no pierden su condición de víctima por reaccionar
a la agresión y mucho menos su condición de sujeto de especial protección
constitucional. Así pues, es deber del Estado y de las autoridades adelantar todas las
medidas necesarias para contrarrestar la discriminación histórica y estructural que motiva
a la violencia de género.
Después de analizar los criterios expuestos el equipo de trabajo manifiesta las siguientes
consideraciones: