Cada latido del corazón desencadena una secuencia de eventos llamados ciclos
cardiacos, que consiste principalmente en tres etapas: sístole auricular, sístole ventrícular
y diástole. El ciclo cardíaco hace que el corazón alterne entre una contracción y una
relajación aproximadamente 75 veces por minuto; es decir el ciclo cardíaco dura unos
0,8 de segundo. Durante la ''sístole auricular", las aurículaaurículas se contraen y
proyectan la sangre hacia los ventrículos. Una vez que la sangre ha sido expulsada de las
aurículas, las válvulas auriculoventriculares entre las aurículas y los ventrículos se
cierran. Esto evita el reflujo de sangre hacia las aurículas.
El cierre de estas válvulas produce el sonido familiar del latido del corazón. Dura
aproximadamente 0,1 de segundo.
Por último la ''diástole'' es la relajación de todas las partes del corazón para permitir la
llegada de nueva sangre. Dura aproximadamente 0,4 de segundo.
La expulsión rítmica de la sangre provoca el pulso que se puede palpar en las arterias:
arteria radial, arteria carótida, arteria femoral, etc.
Esto quiere decir que a diferencia del músculo esquelético, que necesita de un estímulo
consciente o reflejo, el músculo cardiaco se excita a sí mismo. Las contracciones rítmicas
se producen espontáneamente, así como su frecuencia puede ser afectada por las
influencias nerviosas u hormonales, como el ejercicio físico o la percepción de un peligro.
La estimulación del corazón está coordinado por el sistema nervioso autónomo, tanto por
parte del sistema nervioso simpático (aumentando el ritmo y fuerza de contracción) como
el sistema nervioso parasimpático (reduce el ritmo y fuerza cardíacos).
La secuencia de las contracciones está producida por la
despolarización (inversión de la polaridad eléctrica de la
membrana debido al paso de iones activos a través de ella)
del nodo sinusal o ''nodo de Keith-Flack'' (nodus sinuatrialis),
situado en la pared superior de la aurícula derecha. La
corriente eléctrica producida, del orden del microvoltio, se
transmite a lo largo de las aurículas y pasa a los ventrículos
por el nodo auriculoventricular (nodo AV) situado en la unión
entre los dos ventrículos, formado por fibras especializadas.
El nodo AV sirve para filtrar la actividad demasiado rápida de
las aurículas. Del nodo AV se transmite la corriente al haz de
His, que se distribuye a los dos ventrículos, terminando como
Fibras de Purkinje.
Este sistema de conducción eléctrico explica la regularidad del ritmo cardiaco y asegura la
coordinación de las contracciones auriculoventriculares.
Esta actividad eléctrica puede ser analizada con electrodos situados en la superficie de la
piel, llamándose a esta prueba electrocardiograma o ECG.
En consecuencia, la presión arterial, describe una curva, que por lo menos tiene tres
puntos: la PD (inicial/final) y la PS. Su longitud depende de la frecuencia cardiaca. La
diferencia entre PS y PD es la presión diferencial de pulso. La presión arterial media
(PAM) representa la presión promedio durante todo el ciclo y es aproximadamente igual
a:
¯ ¯
El gradiente de presión entre dos puntos del circuito es directamente proporcional al flujo
y a la resistencia periférica. Para esta discusión, el flujo puede ser reemplazado por el
gasto cardiaco.
El VES depende del volumen de llenado diastólico (pre-carga), de la fuerza contráctil del
miocardio y de la resistencia (post-carga). La taquicardia moderada (< 120 por min) eleva
la PA. Taquicardias mayores reducen el tiempo de llene diastólico y, por lo tanto, también
disminuyen el VES (al disminuir la precarga) y el gasto cardiaco; cuando el VES y la
frecuencia se reducen simultáneamente o uno no logra compensar la reducción del otro
(por ejemplo en hemorragia masiva), el gasto cardiaco cae, y por ende también puede
hacerlo la presión arterial.
Elasticidad arterial
Resistencia periférica
La presión es una variable fisiológica, que se modifica dentro de ciertos límites a lo largo
del día. Se reduce durante el sueño y sube con el ejercicio, la alimentación o la actividad
sexual. Se encuentra bajo el control de varios sistemas neurohumorales, que actúan
modificando el gasto cardíaco y la resistencia periférica.
Uno de los mejor descritos es el control ejercido por el sistema nervioso autónomo. Este
percibe los cambios de presión arterial a través de baroreceptores ubicados en la
circulación (por Ej. seno carotídeo), que se conectan con el sistema nervioso central.
Cuando la presión cae, las descargas autonómicas provocan vasoconstricción refleja
(arterial y venosa), taquicardia y aumento de la fuerza contráctil cardiaca. Por el contrario,
si la PA aumenta, las descargas provocan bradicardia, vasodilatación e hipotensión.