Con respecto a su personalidad, Nico era percibido como un niño afectivo, con
buena autoestima sin embargo no sabía canalizar su estrés, enfadándose cuando
no le salían bien las cosas. Asimismo muestra una baja competencia interactiva y
un importante retraso en el desarrollo de su socialización.
Para tratar esta conducta el niño acude a sesiones de apoyo con profesionales en
pedagogía terapéutica, y de audición y lenguaje en su escuela. Por otro lado, sus
padres no le daban la importancia debida al comportamiento que presentaba su hijo
al no darse cuenta en la realidad en la que vive.
Por iniciativa de la docente encargada del aula de la edad de 3 años, solicitó una
evaluación a Nico por parte del Equipo de Orientación del Centro educativo, al
presentar alteraciones de comportamientos serios en la cual era necesario que el
recibiera una atención especializada.
En educación infantil de 3 años, fue calificado como un niño muy activo, le gusta
compartir, es alegre y vivaz pero le cuesta mantener el turno de la palabra.
En educación infantil de 4 años, presenta mucha inquietud e impulso lo que lleva a
no cumplir normas, cómo guardar el turno de la palabra, sentarse a trabajar o
respetar a los compañeros.
- Presentar hiperactividad.
- Trastorno de conducta.
Con los datos recogidos podemos decir que nos encontramos ante un muy posible
caso claro de TDAH.