Lo que es realista, relevante y socializante para los docentes, no tiene que serlo para los alumnos
y resulta imprescindible compartir esos criterios con ellos para que el carácter de autenticidad de
las actividades se mantenga.
La característica central de las situaciones auténticas es su similitud con las formas en que se usa
el conocimiento en la vida real. Introducir este tipo de cambios en nuestra labor pedagógica no es
una tarea fácil, pero es necesario disponer de tiempo, trabajar con otros y sobre todo, superar
formas de trabajo que hemos ido construyendo a lo largo de años y que nos permiten sobrellevar el
difícil desafío cotidiano del aula.