La justicia se representa alegóricamente por una mujer con los ojos vendados, con una
balanza en una mano y una espada en la otra.
La justicia (del latín iustitĭa, que, a su vez, viene de ius —derecho— y significa en su
acepción propia «lo justo») tiene varias acepciones en el Diccionario de la lengua española.
Es un valor determinado como bien común por la sociedad. Nació de la necesidad de
mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de pautas y criterios que
establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones,
autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de estos.
Etimología
Aparte de la que se ha dado en la entrada del artículo, al no estar de acuerdo ciertos autores
con esta raíz etimológica se ponen de manifiesto las diferentes opiniones al respecto: Por
un lado, la raíz se vincula con otros nombres de significado y origen religioso como son:
iurare, iovis o júpiter, o iuramentum, razón por la cual los romanos creyeran que el derecho
y la justicia eran un regalo de la divinidad. Sin embargo, los romanos distinguían
perfectamente entre el ámbito jurídico —ius— y el religioso o moral —fas—. Otros autores
se decantan por derivar de la raíz sánscrita yoh, como procedente de una deidad o de algo
sagrado; otros estiman que deriva, también de la raíz sáncrita yu que se relaciona con un
«vínculo obligatorio».
La justicia es una virtud y «lo propio de toda virtud y hábito es ser una disposición que inclina
de un modo firme y permanente a sus actos».
La justicia, como se indicó, es una virtud cardinal, una virtud principal, ya que sobre ella gira
la vida moral de la persona.
Es una virtud que reside en la voluntad, es decir, en el «apetito racional» como indica Santo
Tomás de Aquino; no es justo quien «conoce» lo que es recto sino quien obra rectamente.
Por tal razón, la justicia está en una facultad apetitiva y al no poder radicar en el apetito
sensible, reside en el apetito racional, es decir, en la voluntad.
Es una virtud en la que, al inclinar a dar a cada uno lo suyo, predomina la objetividad.2
Sentido propio y metafórico de la justicia.
El sentido propio de la justicia exige que haya un débito exigible, que existan personas
distintas ya que se puede ser justo o injusto respecto a otro, que debe ser una persona
distinta e independiente al que practica la justicia, o la injusticia y, finalmente, que haya
igualdad entre ambas personas. Por lo tanto, las relaciones de justicia entre unos y otros
son siempre bilaterales.
Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi; «La justicia es la
constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho». Los preceptos o
mandatos del derecho son: honeste vivere, alterum non laedere et suum quique tribuere...
(«vivir honestamente, no hacer daño a nadie y dar a cada uno lo que le corresponde»).
Etimología bíblica.
Las lenguas semíticas usan la raíz Sdq para expresar la palabra justicia si bien los
estudiosos tienen diversas opiniones del significado de esta raíz. El primero es «fiel, justo»;
según la segunda opinión puede significar «dureza, solidez, conformidad con la norma»;
según la tercera es «vencer». En lo que sí están de acuerdo los etimologistas es que
ninguna de ellas puede considerarse más o menos válida que las otras dos.12
En el lenguaje común, el término justicia arrastra consigo la intuición de que «las personas
deben recibir el trato que se merecen» y, en este sentido, conserva aún todo su vigor la
definición de Ulpiano: «Dar a cada uno lo suyo». Desde el punto de vista individual, según
Aranguren, la virtud de la justicia es el hábito consistente en la voluntad de dar a cada uno
lo suyo.
La justicia es para mí aquello cuya protección puede florecer la ciencia y junto con la ciencia,
la verdad y la sinceridad. Es la justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la
democracia, la justicia de la tolerancia.
Hans Kelsen.
Otro nivel de análisis lo constituye el hecho de entender la justicia como valor y fin del
derecho (más que como virtud subjetiva) al que podemos conceptuar juntamente con
Norberto Bobbio como «aquel conjunto de valores, bienes o intereses para cuya protección
o incremento los hombres recurren a esa técnica de convivencia a la que llamamos
derecho». Ahora bien en cuanto al bien jurídico tutelado por el derecho, o sea, el conjunto
de condiciones protegidas por las normas jurídicas, se puede considerar desde una
perspectiva absoluta iusnaturalista dentro de la cual todo derecho es justo y si no es justo
no es derecho. Pero desde una óptica iuspositivista el derecho es condición (sine qua non)
de la justicia y a la vez, esta es una medida de valoración del derecho, por lo que podemos
decir que un derecho positivo determinado puede ser «justo o injusto» de acuerdo con un
ideal subjetivo de justicia.
Platón: la justicia como armonía social. En su libro República, Platón propone para la
organización de su ciudad ideal, a través del diálogo de Sócrates, que los gobernantes de
esta ciudad se transformen en los individuos más justos y sabios, o sea en filósofos, o bien,
que los individuos más justos y sabios de la comunidad, es decir, los filósofos, se
transformen en sus gobernantes.
Aristóteles: la justicia como igualdad proporcional: Dar a cada uno lo que es suyo, o lo que
le corresponde. Dice que lo que le corresponde a cada ciudadano tiene que estar en
proporción con su contribución a la sociedad, sus necesidades y sus méritos personales.
Tomás de Aquino: la ley natural. Dice que los ciudadanos han de tener los derechos
naturales, que son los que Dios les da. Estos derechos fueron llamados posteriormente
derechos humanos.
Para los utilitaristas las instituciones públicas se componen de una forma justa cuando
consiguen maximizar la utilidad agregada (en el sentido de felicidad). Según esta teoría, lo
justo es lo que beneficia al mayor número de personas a la vez.
Ulpiano: justicia es la constante y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que le
corresponde.
John Rawls: define la justicia como equidad, que consiste básicamente en el principio de
igual libertad, el principio de justa igualdad de oportunidades y el principio de diferencia.
Cicerón: «La justicia es un hábito del alma, que observado en el interés común otorga a
cada cual su dignidad».
Contemporáneamente han surgido teorías de la justicia de nivel meta, en el sentido de que
intentan la armonización o convivencia de diferentes teorías de la justicia. Ejemplo de este
tipo de enfoques es el de Gabriel Stilman en «Justicia de justicias», donde se sostiene que
«un sistema justo será el que realice y sintetice democráticamente las concepciones
particulares de la justicia de aquellos a quienes afecta».
Justicia distributiva.
Un aspecto interesante de la organización de las sociedades es cómo se detentan los
recursos disponibles, los bienes producidos y la riqueza disponible. En principio, en la
mayoría de sociedades se han manejado dos conceptos parcialmente incompatibles sobre
qué es una distribución justa de los bienes y la riqueza:
Justicia y derecho.
La justicia es uno de los principios generales del derecho: a ella recurre el legislador cuando
quiere establecer un estatuto jurídico programático y también el juez al tener que dar
solución a las controversias jurídicas que carecen de un estatuto jurídico que les den
solución; se dice que dichos actores en su correspondiente orden jurídico o político actúan
con justicia cuando nacen para proteger y satisfacer los derechos básicos de los individuos,
fundamentando su autoridad en el ejercicio de sus obligaciones en los mismos derechos.18
Otro nivel de análisis es entender la justicia como valor y fin del derecho (más que como
virtud subjetiva) al que podemos conceptuar juntamente con Norberto Bobbio como «aquel
conjunto de valores, bienes o intereses para cuya protección o incremento los hombres
recurren a esa técnica de convivencia a la que llamamos derecho». Ahora bien en cuanto
el «ideal de justicia» o sea, ese conjunto de condiciones protegidas por el derecho se puede
considerar desde una perspectiva absoluta iusnaturalista dentro de lo cual todo derecho es
justo y si no es justo es derecho. Pero desde una perspectiva iuspositivista el derecho es
condición de la justicia y a la vez esta es una medida de valoración del derecho, por lo que
podemos decir que un derecho positivo determinado es justo o es injusto de acuerdo a un
ideal de justicia subjetivo. El Digesto, uno de los componentes de la obra de recopilación
del derecho romano realizada por Justiniano (el Corpus Iuris Civilis), comienza así:
Representación de la justicia.
La justicia se representa con una mujer que lleva los ojos vendados, una balanza en una
mano y una espada en la otra. Los ojos vendados pretenden destacar que la justicia no
mira a los hombres, sino los hechos, es decir, que la justicia es igual para todos los
hombres. La balanza representa el juicio que determinará colocando a cada lado de la
balanza los argumentos y pruebas. La espada expresa que la justicia castigará con mano
dura a los culpables.