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Justicia

La justicia se representa alegóricamente por una mujer con los ojos vendados, con una
balanza en una mano y una espada en la otra.
La justicia (del latín iustitĭa, que, a su vez, viene de ius —derecho— y significa en su
acepción propia «lo justo») tiene varias acepciones en el Diccionario de la lengua española.
Es un valor determinado como bien común por la sociedad. Nació de la necesidad de
mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de pautas y criterios que
establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones,
autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de estos.

Etimología
Aparte de la que se ha dado en la entrada del artículo, al no estar de acuerdo ciertos autores
con esta raíz etimológica se ponen de manifiesto las diferentes opiniones al respecto: Por
un lado, la raíz se vincula con otros nombres de significado y origen religioso como son:
iurare, iovis o júpiter, o iuramentum, razón por la cual los romanos creyeran que el derecho
y la justicia eran un regalo de la divinidad. Sin embargo, los romanos distinguían
perfectamente entre el ámbito jurídico —ius— y el religioso o moral —fas—. Otros autores
se decantan por derivar de la raíz sánscrita yoh, como procedente de una deidad o de algo
sagrado; otros estiman que deriva, también de la raíz sáncrita yu que se relaciona con un
«vínculo obligatorio».

Este conjunto de criterios o reglas tiene un fundamento cultural y, en la mayoría de


sociedades modernas, un fundamento formal, que intervienen dentro del mismo concepto
y que son explicados de la siguiente manera.

El fundamento cultural se basa en un consenso amplio en los individuos de una sociedad


sobre lo bueno y lo malo y otros aspectos prácticos de cómo deben organizarse las
relaciones entre personas. Se supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus
miembros tienen una concepción de lo justo y se considera una virtud social el actuar de
acuerdo con esa concepción.
El fundamento formal es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que
son aplicadas por jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser
imparciales con respecto a los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que
aparezcan en sus relaciones.
Concepto
El concepto de justicia puede explicitarse desde diversos puntos de vista: el ético, moral,
como virtud, filosófico, religioso, del derecho y varios más. Algunos de ellos se exponen a
continuación.

Desde el punto de vista filosófico.


Corresponde a la Filosofía moral y a la Ética el estudio de la justicia desde el punto de vista
filosófico. En ellas se define como justicia la virtud cardinal que reside en la voluntad
mediante la cual, la persona está inclinada a dar a cada uno lo suyo, ya sea de manera
individual, como sociedad o como grupos de personas, miembros de la sociedad.4 Para
comprender mejor esta definición es necesario hacer algunas aclaraciones:

La justicia es una virtud y «lo propio de toda virtud y hábito es ser una disposición que inclina
de un modo firme y permanente a sus actos».
La justicia, como se indicó, es una virtud cardinal, una virtud principal, ya que sobre ella gira
la vida moral de la persona.
Es una virtud que reside en la voluntad, es decir, en el «apetito racional» como indica Santo
Tomás de Aquino; no es justo quien «conoce» lo que es recto sino quien obra rectamente.
Por tal razón, la justicia está en una facultad apetitiva y al no poder radicar en el apetito
sensible, reside en el apetito racional, es decir, en la voluntad.
Es una virtud en la que, al inclinar a dar a cada uno lo suyo, predomina la objetividad.2
Sentido propio y metafórico de la justicia.
El sentido propio de la justicia exige que haya un débito exigible, que existan personas
distintas ya que se puede ser justo o injusto respecto a otro, que debe ser una persona
distinta e independiente al que practica la justicia, o la injusticia y, finalmente, que haya
igualdad entre ambas personas. Por lo tanto, las relaciones de justicia entre unos y otros
son siempre bilaterales.

Concepto de justicia en el derecho romano.

El término justicia viene de iustitia. El jurista Ulpiano la definió así:

Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi; «La justicia es la
constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho». Los preceptos o
mandatos del derecho son: honeste vivere, alterum non laedere et suum quique tribuere...
(«vivir honestamente, no hacer daño a nadie y dar a cada uno lo que le corresponde»).

La palabra justicia designó, originalmente, la conformidad de un acto con el derecho


positivo, no con un ideal supremo y abstracto de lo justo. A dicho concepto objetivo
corresponde, en los individuos, una especial actividad inspirada en el deseo de obrar
siempre conforme a derecho; desde este punto de vista, Ulpiano definió la justicia, según
el texto transcrito. Se cree que el jurista se inspiró en la filosofía griega de pitagóricos y
estoicos. Resulta, así que la iustitia es una voluntad que implica el reconocimiento de lo que
se estima justo y bueno (aequum et bonum).

Al observar el adecuarse a la ley en las acciones humanas, los principios jurídicos se


concentran de manera constante y perpetua. De tal modo, la justicia pierde su contenido
abstracto, de valor ideal y estático, transformándose en una práctica concreta, dinámica y
firme que permanentemente ha de dirigir las conductas.8

Concepto en la versión griega de los Setenta.


El término «justicia» en la versión de los Setenta tiene la misma significación primaria que
en el texto hebreo si bien está influida por la mentalidad griega ya que los términos helénicos
que se usan: dikē y dikaiosýnē, se refieren a la virtud de la justicia puramente humano ya
que ordena la convivencia en los ámbitos jurídicos y morales entre las personas.9 Sin
embargo se ha producido el efecto inverso: existen voces griegas —dikē, dikaiosýnē, krísis,
kríma y varios más— para representar en ellos unos conceptos religiosos del Antiguo
Testamento que, en principio venían expresados en hebreo como sedek, mišpāt, sedāqāh,
etc. El motivo de este cambio de acepciones es, simplemente, el que el parecido entre los
términos sea mayor o menor. Para la mejor comprensión de los vocablos griegos que
expresan conceptos religiosos, se deben interpretar según sus significados hebreos que
traducen.

Concepto desde el punto de vista cristiano.


La palabra «justicia» aparece más de doscientas veces en cualquier traducción de la Biblia.
Sin embargo, la palabra justicia tiene unos significados y una gama de matices de lo que
pueda tener en español u otras lenguas modernas. En ella supera el ámbito moral o del
derecho ya que profundiza el ámbito más profundo de lo religioso: la relación entre Dios y
el hombre y entre los hombres entre sí precisamente por su dimensión religiosa. El concepto
de justicia tiene cada vez mayor amplitud y trascendencia. Este es el valor profundo de la
justicia en el momento de la Alianza de Dios con los hombres. Este primer significado de
«la justicia» está en el entorno de la fidelidad, de la sinceridad, de la conformidad del
cumplimiento de la Alianza de Dios con los hombres.11

Etimología bíblica.
Las lenguas semíticas usan la raíz Sdq para expresar la palabra justicia si bien los
estudiosos tienen diversas opiniones del significado de esta raíz. El primero es «fiel, justo»;
según la segunda opinión puede significar «dureza, solidez, conformidad con la norma»;
según la tercera es «vencer». En lo que sí están de acuerdo los etimologistas es que
ninguna de ellas puede considerarse más o menos válida que las otras dos.12

La justicia en el Antiguo Testamento.


En todo el Antiguo testamento, sobre todo en el texto hebreo original, hay unas referencias
constantes a este término que es «la acción de Dios que quiere salvar al hombre» al que
se le revelará poco a poco los designios salvíficos de que Dios había establecido con el
pueblo elegido, con el pueblo de Israel, especialmente ratificados en el momento de la
Alianza en el Monte Sinaí donde quedaron concretados los lazos vinculantes: las promesas
de Dios y los compromisos del pueblo.12 Dios ofrece el compromiso de la salvación al
pueblo y este asume la fidelidad al pacto. La justicia de Dios es salvación y benevolencia y
en el hombre, su fidelidad personal. La justicia veterotestamentaria conlleva unas
exigencias, muy conocidas, entre los hombres y en la sociedad que están recogidas y
especificadas en los Diez Mandamientos. La justicia que conlleva la Alianza no es una mera
relación jurídica sino la que emana de la relación del don gratuito de Dios para con los
hombres que es el don de la salvación.

La justicia en el Nuevo Testamento.


El concepto fundamental de la justicia en el Antiguo Testamento, después trasmitida al
Nuevo Testamento, no sufrió modificación alguna ni por los escritos extracanónicos del
judaísmo ni por la influencia helenística. A partir de la revelación en toda su plenitud hecha
por Jesucristo, también adquiere el concepto religioso de la justicia una dimensión mucho
más profunda que en el Antiguo Testamento.

Conceptos posteriores de la justicia.

La justicia se ocupa en sí del apropiado ordenamiento de las cosas y personas dentro de


una sociedad. Como concepto ha sido objeto de reflexión filosófica, legal y teológica y de
debate a través de la historia. Un número de cuestiones importantes acerca de la justicia
han sido ferozmente debatidas a través de la historia occidental: ¿Qué es justicia? ¿Qué
demanda de los individuos y sociedades? ¿Cuál es la distribución apropiada de riqueza y
recursos en la sociedad?: ¿igualdad, meritocracia, de acuerdo al estatus, o alguna otra
posibilidad? Hay muchas respuestas posibles a estas preguntas de diversas perspectivas
en el espectro político y filosófico.

De acuerdo a muchas teorías de justicia, es de suma importancia: John Rawls, en particular,


clama que «La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, así como la verdad
es a los sistemas del pensamiento».14 La justicia puede ser pensada como distinta de y
más fundamental que la benevolencia, la caridad, misericordia, generosidad o la
compasión. La justicia ha sido tradicionalmente asociada con conceptos de fe,
reencarnación o divina providencia, es decir, con una vida de acuerdo al plan cósmico. La
asociación de justicia con la equidad ha sido histórica y culturalmente rara y tal vez es una
innovación moderna.15

Un estudio en la UCLA en el 2008 ha indicado que las reacciones a la igualdad están


«cableadas» en el cerebro y que, «la igualdad está activando la misma parte del cerebro
que responde a la comida en las ratas... Esto es congruente con la noción de que el ser
tratados de manera igualitaria satisface una necesidad básica».16 Una investigación
conducida durante el 2003 en Emory University, Georgia, que involucra a monos
capuchinos demostró que otros animales cooperativos también poseen tal sentido y que
«la aversión a la inequidad tal vez no sea únicamente humana».17 indicando que las ideas
sobre igualdad y justicia puedan ser instintivas en naturaleza y en la sociedad.

En el lenguaje común, el término justicia arrastra consigo la intuición de que «las personas
deben recibir el trato que se merecen» y, en este sentido, conserva aún todo su vigor la
definición de Ulpiano: «Dar a cada uno lo suyo». Desde el punto de vista individual, según
Aranguren, la virtud de la justicia es el hábito consistente en la voluntad de dar a cada uno
lo suyo.

Justicia como virtud.


Igualmente la justicia ha sido entendida como virtud humana, puede ser definida como el
arte de hacer lo justo y de «dar a cada uno lo suyo» (en latín: suum quique tribuere
contenido en el Ars Iuris), básicamente esto nos dice que la justicia es la virtud de cumplir
y respetar el derecho, es el exigir sus derechos, es otorgar los derechos a un individuo.
Para diversos autores la justicia no consiste en dar o repartir cosas a la humanidad,[cita
requerida] sino el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho. La justicia es
ética, equidad y honradez. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo. Es
aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar debidamente todos
los derechos de los demás.

Todas las virtudes están comprendidas en la justicia. En definitiva, la verdadera justicia es


el arte de dar lo justo o hacer dar lo justo a un individuo, basándose en los principios del
arte del derecho, sin tener ningún tipo de discriminación o preferencia hacia ninguna
persona; de lo contrario se estaría dando una justicia falsa y ello no sería «dar a cada uno
lo suyo», sino «dar a él lo que le toque», dependiendo de su clase social o raza, etc.[cita
requerida]

Teorización sobre la justicia.


La justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quien le
pertenece esa cosa por derecho. La justicia es ética, equidad y honestidad. Es la voluntad
constante de dar a cada uno lo que le corresponde. Es aquel referente de rectitud que
gobierna la conducta y nos constriñe a respetar los derechos de los demás.

La justicia es para mí aquello cuya protección puede florecer la ciencia y junto con la ciencia,
la verdad y la sinceridad. Es la justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la
democracia, la justicia de la tolerancia.

Hans Kelsen.
Otro nivel de análisis lo constituye el hecho de entender la justicia como valor y fin del
derecho (más que como virtud subjetiva) al que podemos conceptuar juntamente con
Norberto Bobbio como «aquel conjunto de valores, bienes o intereses para cuya protección
o incremento los hombres recurren a esa técnica de convivencia a la que llamamos
derecho». Ahora bien en cuanto al bien jurídico tutelado por el derecho, o sea, el conjunto
de condiciones protegidas por las normas jurídicas, se puede considerar desde una
perspectiva absoluta iusnaturalista dentro de la cual todo derecho es justo y si no es justo
no es derecho. Pero desde una óptica iuspositivista el derecho es condición (sine qua non)
de la justicia y a la vez, esta es una medida de valoración del derecho, por lo que podemos
decir que un derecho positivo determinado puede ser «justo o injusto» de acuerdo con un
ideal subjetivo de justicia.

Todas las virtudes están comprendidas en la justicia. En definitiva, la verdadera justicia es


el arte de dar a cada uno lo suyo, o bien, hacer a un individuo dar lo suyo a otro, ello con
base en los principios de la ciencia del derecho, lo cual debe hacerse sin discriminar ni
mostrar preferencia alguna por nadie, ya que todas las personas deben ser tratadas por
igual para, poder estar en condiciones de aplicar la justicia a plenitud.
John Rawls.
Al referirse a Kant, Rawls afirma que éste ha sostenido que una persona actúa
autónomamente cuando los principios de su acción son elegidos por ella como la expresión
más adecuada posible de su naturaleza de ser racional libre e igual. Los principios básicos
con los cuales actúa no son adoptados a causa de su posición social o de sus dotes
naturales, o en función del particular tipo de sociedad en la cual vive, o de aquello que él
quiere tener. Actuar sobre la base de estos principios significaría actuar de manera
heterónoma. El velo de ignorancia priva a la persona, en la posición originaria, de los
conocimientos que la pondrían en condiciones de elegir principios heterónomos. Las partes
llegan juntas a su elección, en cuanto personas racionales libres e iguales, conociendo
solamente aquellas circunstancias que hacen surgir la necesidad de principios de justicia.

Teorías y definiciones acerca de la justicia.

Entre otras muchas teorías sobre la justicia, destacamos la de los filósofos:

Platón: la justicia como armonía social. En su libro República, Platón propone para la
organización de su ciudad ideal, a través del diálogo de Sócrates, que los gobernantes de
esta ciudad se transformen en los individuos más justos y sabios, o sea en filósofos, o bien,
que los individuos más justos y sabios de la comunidad, es decir, los filósofos, se
transformen en sus gobernantes.
Aristóteles: la justicia como igualdad proporcional: Dar a cada uno lo que es suyo, o lo que
le corresponde. Dice que lo que le corresponde a cada ciudadano tiene que estar en
proporción con su contribución a la sociedad, sus necesidades y sus méritos personales.
Tomás de Aquino: la ley natural. Dice que los ciudadanos han de tener los derechos
naturales, que son los que Dios les da. Estos derechos fueron llamados posteriormente
derechos humanos.
Para los utilitaristas las instituciones públicas se componen de una forma justa cuando
consiguen maximizar la utilidad agregada (en el sentido de felicidad). Según esta teoría, lo
justo es lo que beneficia al mayor número de personas a la vez.
Ulpiano: justicia es la constante y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que le
corresponde.
John Rawls: define la justicia como equidad, que consiste básicamente en el principio de
igual libertad, el principio de justa igualdad de oportunidades y el principio de diferencia.
Cicerón: «La justicia es un hábito del alma, que observado en el interés común otorga a
cada cual su dignidad».
Contemporáneamente han surgido teorías de la justicia de nivel meta, en el sentido de que
intentan la armonización o convivencia de diferentes teorías de la justicia. Ejemplo de este
tipo de enfoques es el de Gabriel Stilman en «Justicia de justicias», donde se sostiene que
«un sistema justo será el que realice y sintetice democráticamente las concepciones
particulares de la justicia de aquellos a quienes afecta».

Justicia distributiva.
Un aspecto interesante de la organización de las sociedades es cómo se detentan los
recursos disponibles, los bienes producidos y la riqueza disponible. En principio, en la
mayoría de sociedades se han manejado dos conceptos parcialmente incompatibles sobre
qué es una distribución justa de los bienes y la riqueza:

La justicia según la necesidad, sostiene aquellos que tienen mayores necesidades de un


bien deben poseer asignaciones mayores.
La justicia según el mérito, sostiene que aquellos que más contribuyen a la producción de
bienes y riqueza deben tener también una mayor proporción de los mismos.

Justicia y derecho.
La justicia es uno de los principios generales del derecho: a ella recurre el legislador cuando
quiere establecer un estatuto jurídico programático y también el juez al tener que dar
solución a las controversias jurídicas que carecen de un estatuto jurídico que les den
solución; se dice que dichos actores en su correspondiente orden jurídico o político actúan
con justicia cuando nacen para proteger y satisfacer los derechos básicos de los individuos,
fundamentando su autoridad en el ejercicio de sus obligaciones en los mismos derechos.18
Otro nivel de análisis es entender la justicia como valor y fin del derecho (más que como
virtud subjetiva) al que podemos conceptuar juntamente con Norberto Bobbio como «aquel
conjunto de valores, bienes o intereses para cuya protección o incremento los hombres
recurren a esa técnica de convivencia a la que llamamos derecho». Ahora bien en cuanto
el «ideal de justicia» o sea, ese conjunto de condiciones protegidas por el derecho se puede
considerar desde una perspectiva absoluta iusnaturalista dentro de lo cual todo derecho es
justo y si no es justo es derecho. Pero desde una perspectiva iuspositivista el derecho es
condición de la justicia y a la vez esta es una medida de valoración del derecho, por lo que
podemos decir que un derecho positivo determinado es justo o es injusto de acuerdo a un
ideal de justicia subjetivo. El Digesto, uno de los componentes de la obra de recopilación
del derecho romano realizada por Justiniano (el Corpus Iuris Civilis), comienza así:

(...) ius a iustitia (...) ius est ars boni et aequi


- El derecho es justicia, el derecho es el arte de lo bueno y lo equitativo.

Representación de la justicia.
La justicia se representa con una mujer que lleva los ojos vendados, una balanza en una
mano y una espada en la otra. Los ojos vendados pretenden destacar que la justicia no
mira a los hombres, sino los hechos, es decir, que la justicia es igual para todos los
hombres. La balanza representa el juicio que determinará colocando a cada lado de la
balanza los argumentos y pruebas. La espada expresa que la justicia castigará con mano
dura a los culpables.

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