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Carlos Lomas García. (1994). La educación lingüística y literaria. [Versión electrónica].

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La educación lingüística y literaria


Carlos Lomas García

La educación lingüística y literaria en la skills that characterize peoples' communi-


enseñanza primaria y secundaria debe cative practice. Yet there is a world of dif-
contribuir, a juicio de enseñantes, lingüis- ference between the proclaimed communi-
tas o especialistas en asuntos pedagógi- cative goals and the way the contents,
cos, al dominio de las habilidades expresi- methods and pupil tasks are conceived in
vas y comprensivas que caracterizan los most language classrooms. This gap be-
usos comunicativos de las personas. Y, sin tween desire and reality, between what is
embargo, entre los fines comunicativos said and what is done, is not the result of
que se proclaman y el modo en que se chance or some kind of "pedagogical per-
conciben los contenidos, los métodos y las version" that particularly affects those that
tareas escolares en la mayoría de las aulas teach Language. In fact, the majority of
de lengua se abre un abismo. Esta distan- institutions currently responsible for initial
cia entre el deseo y la realidad, entre lo teacher training are still dominated by
que se dice y lo que se hace, no es fruto theories of language whose field of study
del azar ni de una especie de `perversión fails to encompass language and commu-
pedagógica" que afecte especialmente a nication practice. Tasks set to pupils are
quienes enseñan lengua. En efecto, en la consequently centered on formal analysis
mayoría de las instituciones encargadas of the language system instead of on im-
hoy por hoy de la formación inicial de los proving their use of language as a tool for
enseñantes siguen dominando aquellas communication and representation. Hap-
teorías del lenguaje que excluyen de su pily, the progress made over the past few
campo de interrogantes el estudio del uso decades in subjects with a socio-pragmatic
lingüístico y comunicativo. Las tareas es- orientation coupled with communicative
colares se orientan en consecuencia al approaches to language teaching is having
análisis formal del sistema de la lengua en the effect of once again narrowing the gap
vez de a mejorar el uso de esa herramien- between professed goals and what is actu-
ta de comunicación y de representación ally done in the classroom.
que es el lenguaje. El auge en las últimas
décadas de disciplinas de orientación so- Quizá en pocas ocasiones estamos tan de
ciopragmática y los enfoques comunicati- acuerdo quienes enseñamos lengua y lite-
vos de la enseñanza de las lenguas están ratura como cuando hablamos o escribi-
afortunadamente volviendo a adecuar los mos sobre los fines comunicativos de la
fines que se dicen a las cosas que se educación lingüística y literaria en las au-
hacen en las aulas. las de la enseñanza obligatoria. En efecto,
si consultamos al profesorado del área, a
Palabras clave: Enseñanza, Lengua, lingüistas de las más variadas escuelas o a
Aprendizaje, Lingüística, Educación, Litera- especialistas en asuntos pedagógicos so-
tura, Comunicación, Psicología, Gramática. bre la finalidad del aprendizaje escolar de
las lenguas, e incluso si preguntamos so-
The teaching of language and litera- bre este tema a personas ajenas a los
ture ámbitos educativos, es probable que en
According to teachers, linguists and edu- las respuestas de unos y otros encontre-
cational specialists, the teaching of lan- mos, con énfasis y matices diversos, una
guage and literature in primary and sec- idea reiterada y coincidente: el objetivo
ondary schools should help children to ac- esencial de la enseñanza de la lengua y de
quire the expressive and comprehension la literatura en la educación primaria y se-

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cundaria debe ser la mejora de las capaci- profesorado- de las normas, conocimien-
dades expresivas y comprensivas de los tos y destrezas que configuran la compe-
escolares. tencia comunicativa de las personas (Hy-
mes, 1984). Esta competencia (lingüística,
Y si nos asomamos tanto a los progra- retórica, semiológica, estratégica...) es
mas oficiales que han regulado en las úl- entendida, desde la antigua retórica hasta
timas décadas la enseñanza de la lengua y los enfoques pragmáticos y sociolingüísti-
de la literatura en nuestro país como a los cos más recientes, como la capacidad cul-
enunciados que resumen los fines del área tural de oyentes y hablantes reales para
en la actual reforma educativa (MEC, comprender y producir enunciados ade-
1992), comprobaremos que una y otra vez cuados a intenciones diversas de comuni-
se alude a la conveniencia de afianzar y cación en comunidades de habla concre-
desarrollar las capacidades de uso expre- tas.
sivo y comprensivo de los aprendices
atendiendo en las programaciones de aula Intervenir en un debate, escribir un in-
a la diversidad de usos verbales y no ver- forme, resumir un texto, entender lo que
bales que los alumnos y las alumnas utili- se lee, expresar de forma adecuada las
zan habitualmente (como oyentes, hablan- ideas, sentimientos o fantasías, disfrutar
tes, lectores o autores de textos de diver- de la lectura, saber cómo se construye
sa índole e intención), a los procesos cog- una noticia, conversar de manera apropia-
nitivos implicados en la comprensión y da, descubrir el universo ético que connota
producción de los mensajes y a las normas un anuncio o conocer los modos discursi-
socioculturales que rigen esos usos. En vos que hacen posible la manipulación in-
última instancia, la enseñanza de la lengua formativa en televisión: he aquí algunas
y de la literatura en la educación obligato- de las habilidades expresivas y comprensi-
ria debe orientarse al dominio expresivo y vas que hemos de aprender en nuestras
comprensivo de los mecanismos verbales sociedades si deseamos participar de una
y no verbales de comunicación y represen- manera eficaz y crítica en los intercambios
tación, que constituyen la base de toda verbales y no verbales que caracterizan la
interacción social y, por ende, de todo comunicación humana.
aprendizaje.
En definitiva, de lo que se trata es de
Si estamos de acuerdo en que la escuela mejorar el uso de esa herramienta de co-
debe favorecer la adquisición y el desarro- municación y de representación que es el
llo de las habilidades discursivas de los lenguaje y de contribuir desde el aula al
aprendices, si deseamos en fin, ser cohe- dominio de las destrezas comunicativas
rentes con los fines comunicativos in- más habituales (escuchar, hablar, leer y
herentes al trabajo pedagógico de quienes escribir) en la vida de las personas. En
enseñamos lengua y literatura en la esco- consecuencia, si estamos de acuerdo en
laridad obligatoria, habrá que empezar a estas intenciones, los contenidos, los mé-
entender el aula de lenguaje como un es- todos, las tareas de aprendizaje y los cri-
cenario cooperativo de creación y recep- terios de evaluación del área deberán su-
ción de textos de diversa índole e inten- bordinarse a las finalidades comunicativas
ción en el que se atienda tanto a afianzar que el sistema educativo -y el conjunto de
las destrezas comprensivas y expresivas la sociedad- encomienda a quienes ense-
del alumnado como a iniciar la reflexión en ñamos lengua y literatura.
torno a los rasgos formales, semánticos y
pragmáticos implicados en los usos verba- La realidad y el deseo
les y no verbales de las personas. Conce-
bir la educación lingüística y literaria como
Y, sin embargo, como sabemos desde la
un aprendizaje de la comunicación debe
más tierna infancia, entre la realidad y el
suponer orientar las tareas escolares hacia
deseo, entre la prosa de la vida y los afa-
la apropiación por parte de los alumnos y
nes más nobles, se abre casi siempre un
de las alumnas -con el apoyo didáctico del

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abismo. Al asomarnos a él nos invade con nocimiento de fonemas, monemas y mor-
frecuencia el vértigo de una conciencia femas), al estudio de las categorías gra-
que nos recuerda la enorme distancia que maticales, a la corrección ortográfica, al
media entre lo que debe ser y lo que es, análisis sintáctico de las oraciones o al re-
entre el decir y el hacer. Porque si en las paso histórico de los rasgos formales de
intenciones unos y otros estamos de diversos textos literarios. Sin duda, estos
acuerdo en que de lo que se trata es de asuntos pertenecen al conocimiento lin-
mejorar las capacidades comunicativas de güístico y literario pero cuando se aíslan y
los alumnos y de las alumnas, cuando po- se sacralizan como únicos contenidos de
nemos en relación los fines comunicativos enseñanza de la lengua y de la literatura
de la educación lingüística y literaria con resultan insuficientes a la hora de acercar-
los contenidos, los métodos, las tareas es- se al complejo proceso de la creación y de
colares y los sistemas de evaluación que la recepción de los mensajes y por tanto
aún persisten en los programas escolares, en poco favorecen el logro de unas inten-
en los libros de texto y por tanto en los ciones educativas orientadas al desarrollo
modos de trabajar en las aulas, compro- de las capacidades comunicativas de los
bamos que entre lo que se dice y lo que se alumnos y de las alumnas. La lengua en la
hace el abismo se abre. escuela es con frecuencia para el alumno
una retahíla de contenidos formales que
No basta con proclamar los fines comuni- casi nada tiene que ver con el uso que de
cativos de la enseñanza de la lengua. Es esa útil herramienta de comunicación y de
necesario adecuar la selección de los con- representación que es el lenguaje hace
tenidos, los modos de la interacción en el fuera de los muros escolares.
aula y las tareas escolares, de forma que
hagan posible que los aprendices puedan
poner en juego las normas y procedimien-
tos expresivos y comprensivos que carac- Valor de cambio y valor de uso
terizan los intercambios comunicativos en- de los saberes lingüísticos
tre las personas. No basta por tanto con
afirmar, como reconocen ilustres lingüistas
como Lázaro Carreter, que "enseñar len- El aprendizaje de los escolares se orienta
gua es enseñar a usar la lengua ". Es im- así cada vez más al conocimiento, con fre-
prescindible que esa intención impregne cuencia efímero, de un conjunto de nocio-
los materiales editoriales y el trabajo pe- nes gramaticales o literarias cuyo sentido
dagógico en las aulas de lenguaje median- a sus ojos comienza y concluye en su utili-
te la creación de situaciones de uso que dad para superar con fortuna los diversos
hagan posible una interiorización gradual obstáculos académicos. Los saberes lin-
de las diversas capacidades comunicativas güísticos y literarios de los aprendices co-
de los escolares. bran sentido entonces por su valor de
cambio en el mercado de las sanciones y
Si consultamos algunos manuales escola-
de los beneficios escolares y nunca por su
res de los últimos cursos de la Educación
valor de uso como herramientas de comu-
General Básica o si hojeamos los libros de
nicación, de conocimiento y de represen-
texto más usados en los primeros años de
tación de la realidad en la que viven. Co-
las enseñanzas medias, constataremos la
mo señala Raffaele Simone (1988 [1992:
presencia casi exclusiva de contenidos re-
85]), "ante el discurso del texto y de los
feridos al sistema fonológico de la lengua,
textos, los muchachos están completa-
a la morfología de las palabras, a las fun-
mente solos, abandonados desde la prime-
ciones sintácticas o a la historia literaria y
ra infancia; y en esa soledad elaboran una
la ausencia más que evidente de las acti-
estrategia propia que de alguna manera
vidades de uso. En consecuencia, en las
les permite arreglárselas". Y la clase de
clases de lengua se dedica un tiempo casi
lengua se convierte así en una hojarasca
absoluto a la descripción de la estructura
de destrezas de disección gramatical o sin-
interna de las palabras (mediante el reco-

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táctica vestidas con el ropaje de la última do en su vida cotidiana. Por ello, es preci-
modernidad lingüística mientras en las au- so concebir los contenidos de la enseñanza
las no se habla, mientras en las aulas de de la lengua y de la literatura no sólo co-
lengua casi nunca se enseña que los tex- mo un conjunto de saberes lingüísticos
tos tienen una textura y una contextura y (conceptos gramaticales y hechos litera-
que es en el uso donde es posible atribuir rios) sino sobre todo como un repertorio
sentido a lo que decimos cuando hacemos de procedimientos expresivos y compren-
cosas con las palabras. sivos (un saber hacer cosas con palabras,
un saber decir, un saber entender) orien-
Por ello, quizá convenga preguntarse qué tado a afianzar y fomentar las competen-
es lo que realmente se enseña y lo que se cias discursivas de los aprendices, sin olvi-
aprende en las aulas de lengua, cuáles son dar, en fin, la conveniencia de enseñar los
los conocimientos lingüísticos legítimos y valores que hacen posible el desarrollo de
por qué, cómo y a quién benefician (Bor- actitudes críticas ante los prejuicios lin-
dieu, 1982), cómo se seleccionan y san- güísticos, ante los usos discriminatorios
cionan los usos de la lengua en la escuela, del lenguaje y ante las diversas estrate-
en qué medida los contenidos del área re- gias de manipulación y persuasión utiliza-
flejan la radical diversidad de las formas das en los intercambios comunicativos.
de comunicación de las personas, cómo se
abordan los prejuicios lingüísticos de los
hablantes o los usos estereotipadores de
la lengua, qué lugar ocupan en todo Contenidos escolares y ense-
aprendizaje el lenguaje -y los significados ñanza de la lengua
culturales- de los alumnos y de las alum-
nas... Con su limitado capital lingüístico,
los aprendices comprueban una y otra vez Y, sin embargo, esta tradición didáctica a
cómo las clases de lengua se orientan a la la que aludimos de forma crítica no es fru-
adquisición de un conjunto de habilidades to del azar ni de una suerte de "perversión
gramaticales o sintácticas mientras, ape- pedagógica" que afecte especialmente a
nas se les enseña a hacer cosas con las quienes enseñamos lengua y literatura.
palabras y siguen sin saber cómo hacer Hay razones más profundas referidas a la
frente a ese miedo textual que nace ante visión que de los fenómenos lingüísticos y
un texto con el que no se sabe qué hacer comunicativos se mantiene aún en la ma-
y del cual no se sabe qué decir. yoría de las instituciones que tienen a su
cargo la formación inicial de quienes ense-
La psicología del lenguaje de orientación
ñan lengua -o de quienes aspiran a hacer-
cognitiva ha demostrado la escasa utilidad
lo en el futuro- en nuestro país. En efecto,
de una enseñanza de los contenidos lin-
los enseñantes de lengua y literatura tie-
güísticos y literarios ajena a los esquemas
nen casi siempre como único sustento teó-
que rigen el pensamiento, el conocimiento
rico de sus saberes prácticos -y, en conse-
cultural y la acción comunicativa de los
cuencia, de sus rutinas disciplinares y pe-
escolares. El aprendizaje de la comunica-
dagógicas- una tradición académica ligada
ción sólo es posible, en consecuencia, si se
a la teoría gramatical, a los estructuralis-
construye a partir del capital comunicativo
mos y al formalismo literario. Esta actitud
que los alumnos y las alumnas ya poseen
inmanentista ante los fenómenos lingüísti-
y si tiene en cuenta lo que en cada mo-
cos y literarios y ante su enseñanza ha
mento son capaces de hacer, decir y en-
traído como secuela didáctica una atención
tender. Si no es así, unos y otras se limi-
pedagógica casi exclusiva a los aspectos
tarán a memorizar de forma fugaz un
fonológicos, léxicos y morfosintácticos de
enunciado gramatical o un texto literario
la lengua en detrimento de un trabajo es-
sin que la apropiación temporal de estos
colar orientado hacia el uso adecuado de
saberes se inscriba de forma duradera y
los textos verbales y no verbales que
significativa en sus acciones comunicativas
constituyen la comunicación habitual entre
futuras y sin que por tanto adquiera senti-

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los seres humanos (Lomas y Osoro, Enseñar gramática, enseñar
1992). La escuela es en este sentido ese lengua
lugar donde con la lengua se hacen cosas
que nada tienen que ver con las cosas que Conviene aquí aludir en este sentido, a
el niño o el adolescente hace con el len- las sensatas reflexiones pedagógicas reali-
guaje fuera de las aulas. zadas a principios de siglo por dos ilustres
filólogos sobre los usos y abusos de la en-
En los programas de lengua, y en los señanza gramatical en la educación obliga-
manuales escolares, hemos asistido en las toria. Para Rodolfo Lenz (1912), enseñar
dos últimas décadas a una invasión sin gramática y enseñar lengua son dos cosas
tregua de las últimas novedades de la lin- absolutamente distintas ya que "la lengua
güística estructural o generativa que ha materna no la aprende nadie según reglas
convertido las clases de lengua en un lu- de gramática" (1912 11987: 105]) y "si
gar en el que "se ha atiborrado a los conocer a fondo la gramática fuera condi-
alumnos de contenidos teóricos y de es- ción indispensable para ser artista del len-
quemas arbóreos que se han convertido guaje, poeta, escritor, orador, ¿por qué no
en intrincada selva de ambigüedades, de son los mejores gramáticos a la vez los
diversidad más allá de lo tolerable, de más grandes escritores? ¿De dónde pro-
confusión y de descuido de tareas hoy más viene entonces la extraña idea de que pa-
que nunca prioritarias y vigentes, tanto ra hablar bien la lengua patria sea necesa-
más cuanto más jóvenes sean los alum- rio estudiar sus reglas gramaticales?"
nos, como son el desarrollo de las capaci- (1912 [1987: 106]). Y concluye el ilustre
dades de comprensión, de reflexión y de lingüista chileno: "No se siga creyendo en
espíritu crítico para que el lenguaje no el valor práctico de un análisis gramatical
sea, como es, una forma continua de dis- hecho con términos técnicos cuyo alcance
criminación y de manipulación sociocultu- científico, si acaso lo tienen, queda en ti-
ral de la mayoría de los ciudadanos de es- nieblas para los alumnos y, a veces, tam-
te país" (González Nieto, 1980: 172-173). bién para los profesores" (1912 [l 987: 1
17]).
Así, en nuestras aulas, quizá como
herencia del olvido intencional por parte Por su parte, Américo Castro señala diez
de los estructuralismos de las modalidades años después: "La gramática no sirve para
orales del uso (Saussure, 1916 [1971: 49- enseñar a hablar y escribir correctamente
66]) y de la actuación lingüística (Choms- la lengua propia, lo mismo que el estudio
ky, 1965), los asuntos relativos a los actos de la fisiología y de la acústica no enseñan
de habla, a los aspectos no verbales de la a bailar, o que la mecánica no enseña a
comunicación, a las determinaciones so- montar en bicicleta. Esto es de tal vulgari-
cioculturales que regulan los intercambios dad que avergüenza tener que escribirlo
comunicativos, a los procesos implicados una y otra vez: pero como esa desdichada
en la comprensión y en la emisión de los Academia sigue imprimiendo en cada nue-
mensajes o a los procedimientos lingüísti- va edición de su libro el mismo disparate;
cos y no lingüísticos, en fin, de creación como ese libro es el preferido por la mayo-
del sentido han permanecido ajenos con ría de nuestros maestros; y sobre todo,
frecuencia a un trabajo escolar centrado como el hacer aprender a los niños la
por el contrario en las actividades grama- gramática produce vulgarmente la impre-
ticales, en los usos escritos y en sus nor- sión de que se enseña así el lenguaje ma-
mas gráficas, en el análisis sintáctico y en terno 1, no hay sino insistir una y mil ve-
los modelos canónicos de la historia litera- ces sobre el mismo asunto" (1922 11987:
ria. E inmersos en tales tareas hemos ol- 122-123). Si Castro aludía al "Epítome de
vidado casi siempre algo tan evidente co- gramática" de la Academia Española de la
mo que "nuestra capacidad para aprender Lengua, nosotros podríamos citar los Pro-
una lengua sobrepasa en mucho nuestra gramas Renovados de 1980 o los aún va-
capacidad de describir y explicar cómo es- lederos programas oficiales de enseñanzas
tá hecha esa lengua" (Roulet, 1976: 55). medias para demostrar la vigencia entre

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nosotros de esa creencia tan arraigada en nen lugar en ese complejo mercado de in-
nuestra tradición didáctica de que el cono- tercambios que es la comunicación huma-
cimiento gramatical por sí solo contribuye na y adoptar actitudes críticas ante los
a la mejora de la competencia comunicati- usos y formas que denoten discriminación
va de los hablantes. o manipulación entre las personas.
En nuestras facultades y escuelas uni- Y, sin embargo, en vez de avanzar en es-
versitarias, las encargadas, hoy por hoy, ta dirección, en nuestras aulas de primaria
de formar a quienes en el futuro van a en- y secundaria se ha hecho con demasiada
señar lengua, siguen siendo dominantes frecuencia lingüística aplicada, pese a que,
estas teorías gramaticales que, siendo tan como dijera Saussure a comienzos de este
útiles para la descripción, por ejemplo, de siglo, "el lenguaje es una cosa demasiado
los aspectos fonológicos o morfosintácticos importante para dejársela a los lingüistas"2
del sistema, marginan sin embargo del y pese a que Chomsky (1966) negara
estudio lingüístico -y lo hacen como postu- una y otra vez que la lingüística generati-
lado metodológico- el análisis de los usos va fuera útil "para servir de base a una
verbales y no verbales de la comunicación tecnología de la enseñanza de las len-
humana. No conviene olvidar que, como guas". Frente a la obsesión didáctica por el
señala Raffaele Simone, "muchas de las análisis minucioso y preciso del objeto
principales teorías lingüísticas de hoy na- formal que es el sistema de la lengua, de
cen precisamente sobre la base de excluir lo que se trata es, por el contrario, de que
algunos campos de fenómenos de su ga- los alumnos y las alumnas conozcan y
ma de intereses" (1988 [ 1992: 11 ]) por manejen las diversas estructuras textuales
lo que el intento de traducir al aula los adecuadas a la intención, tema, destinata-
planteamientos especializados de discipli- rios y contexto que en el uso comunicativo
nas que se construyen desde la negación se producen. Y ciertamente en este me-
de que la actividad del hablante pueda ser nester la aportación de las teorías estruc-
estudiada desde la lingüística (Saussure, turales y generativas es limitada.
1916 [ 1971: 64]) o desde la voluntad de
describir la competencia lingüística de "un Una lengua es ante todo un repertorio de
hablante / oyente ideal en una comunidad usos comunicativos que forman parte de la
lingüística del todo homogénea" (Choms- acción humana por lo que comunicarse es
ky, 1965 [l 97 1: 51, no parece el mejor hacer cosas con las palabras (Austin 1962)
camino para contribuir al logro de las fina- con determinadas intenciones: al emitir un
lidades comunicativas de la enseñanza de enunciado, su autor intenta hacer algo, el
la lengua. destinatario interpreta (o no) esa intención
y sobre ella elabora una respuesta, ya sea
Es cierto que todos somos iguales en lo lingüística o no lingüística (Gumperz,
que se refiere a nuestra capacidad innata 1982). Lo dijo Humboltd hace casi dos si-
para adquirir y aprender las reglas del glos ("el lenguaje es esencialmente enér-
lenguaje, pero también lo es que esa ad- geia, no ergon", actividad, no producto), y
quisición y ese aprendizaje tienen lugar en lo reiteró hace poco Jakobson (1974
el seno de situaciones culturales que 11984: 15 y 211) al recordar que "la len-
hacen que en el uso, los hablantes seamos gua debe concebirse como parte integran-
diversos y desiguales. Y si somos iguales te de la vida en sociedad" por lo que el
ante la lengua pero desiguales en el uso discurso "no se da sin intercambio". Pese a
(Tusón, 1991), entonces nuestra tarea ello, con demasiada frecuencia se ha olvi-
como enseñantes debería consistir en fa- dado, en la historia de la lingüística y en
vorecer desde las aulas el desarrollo de las las escuelas, algo tan obvio como que lo
capacidades lingüísticas y comunicativas que justifica la creación de un texto es la
de los aprendices de forma que avancen intención de producir un efecto y de cons-
hacia una desalineación expresiva que les truir un sentido en la interacción. Como
permita comprender y expresar de forma señala irónicamente Halliday (1978
adecuada los diversos mensajes que tie- 11982:2481), "después de un periodo de

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intenso estudio del lenguaje como cons- y comunicativos de los hablantes en co-
trucción filosófica idealizada, los lingüistas munidades de habla concretas; en tercer
han convenido en tomar en cuenta que las lugar, los enfoques discursivos y textuales
personas se hablan entre sí". que, desde su diversidad metodológica y
analítica, parten del estudio de unidades
supraoracionales para advertir que la sig-
nificación se construye en el uso discursivo
El estudio del uso lingüístico y que se da en la interacción social (la lin-
comunicativo (¿qué cosas güística del texto, el análisis del discurso,
hacen las palabras?) la semiótica textual...); y, en cuarto y úl-
timo lugar, la psicología del lenguaje (tan-
to los estudios de psicología evolutiva co-
En las últimas décadas, las ciencias del mo la psicolingüística de orientación socio-
lenguaje y otras disciplinas colindantes cognitiva), que se ocupa de los procesos
(Lomas, Osoro y Tusón, 1993) han evolu- que subyacen a la adquisición y al uso de
cionado muy rápidamente, siendo muy las lenguas.
significativo a este respecto el auge de las
corrientes funcionales y discursivas -que En relación con el estudio de la comuni-
atienden al discurso como lugar de en- cación literaria, cabe subrayar el interés
cuentro semiótico entre las diversas mani- de las aportaciones de autores y de enfo-
festaciones textuales y las variables de ques críticos que contemplan el discurso
orden situacional y contextual que regulan literario desde la consideración de sus
los intercambios comunicativos- y de los condiciones de producción y recepción. En
enfoques cognitivos sobre la adquisición y este sentido son de especial interés los
el desarrollo del lenguaje. Estas teorías del trabajos de Bakhtin (1975) sobre el carác-
lenguaje, escasamente conocidas aún en ter dialógico y polifónico del lenguaje lite-
los muros endogámicos de la universidad rario y las aportaciones de la estética de la
española, han comenzado a interesarse, recepción (Warning, 1989), la semiótica
precisamente, por el modo en que se pro- cultural (Lotman, 1970) y literaria (Eco,
ducen en la vida real los intercambios lin- 1979) y la pragmática (Mayoral, 1987).
güísticos y comunicativos, por la forma en No se trata sin embargo, de sustituir
que se producen los fenómenos de la ex- ahora las referencias gramaticales por las
presión y de la comprensión, por cómo se aportaciones de las últimas corrientes lin-
adquiere y desarrolla el lenguaje y por el güísticas o psicológicas, ni de incorporar
papel que desempeña en todos esos pro- como antaño a los programas escolares, a
cesos la interacción social. los manuales y a las clases de lengua el
Las diversas disciplinas a que nos referi- glosario conceptual y la hojarasca termi-
mos podrían agruparse dentro de cuatro nológica de unas disciplinas como las cita-
grandes bloques: en primer lugar, la filo- das que -no lo olvidemos- no han sido
sofía del lenguaje y la pragmática, que, creadas con fines didácticos. Conviene
heredando el legado de interrogantes de la además insistir, ante la confusión y la an-
retórica clásica, abordan el estudio de la siedad que todo cambio educativo crea en
actividad lingüística entendiéndola como los enseñantes, en que poner el énfasis en
una parte esencial de la acción humana los usos comunicativos no debe significar
(de ahí nociones tan reveladoras como las ni la ausencia de actividades de reflexión
de juegos del lenguaje, actos de habla o ni el olvido de las referencias disciplinares
principio de cooperación); en segundo lu- en las que nos hemos formado. El bagaje
gar, la antropología lingüística y cultural, lingüístico, literario y didáctico que hemos
la etnografía de la comunicación, la etno- ido adquiriendo a lo largo de años de es-
metodología, el interaccionismo simbólico tudio y de docencia constituye un capital
y la sociolingüística, que se ocupan de la profesional de enorme valor que debe
lengua en relación con los usos lingüísticos animarnos a abrir nuestras miradas a
otras formas de entender la descripción de

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la lengua y del uso comunicativo. De lo cimiento compartido donde la vida entre y
que se trata, en fin, es de ampliar nuestra se perciba de una forma diversa y plural,
visión de los fenómenos comunicativos con donde sea posible emanciparse de los es-
las aportaciones de un conjunto de cien- tereotipos y de las servidumbres de una
cias del lenguaje (Lomas y Osoro, 1993) sociedad edificada sobre los cimientos de
que intentan dar cuenta del complejo me- la insolidaridad y de la desigualdad y don-
canismo que subyace a la producción y a de las tareas escolares se orienten a una
la comprensión de mensajes en el seno de comprensión cabal, y por tanto crítica, del
situaciones concretas de comunicación. Si mundo en que les ha tocado vivir.
hasta ahora hemos enseñado lo que
hemos aprendido, otorgando un estatuto Cuando un niño adquiere una lengua ini-
incuestionable a las escuelas lingüísticas cia la difícil andadura del aprendizaje es-
en las que nos hemos formado, no parece colar y cultural de las estrategias de co-
razonable negar ahora el pan y la sal a operación y de persuasión que caracteri-
otras perspectivas desde una desconfianza zan la comunicación entre las personas. Y
a ultranza con respecto a la utilidad de las al aprender una lengua en el seno de si-
aportaciones teóricas al trabajo de aula. tuaciones diversas de comunicación no só-
Porque, como señala Eagleton (1983 lo inicia la adquisición de las reglas grama-
11988: 10]), con frecuencia "la hostilidad ticales que hacen posible la formación de
a lo teórico equivale a una oposición a las las palabras y de las oraciones. Al partici-
teorías de los demás y al olvido de las par en intercambios comunicativos con
propias" otras personas aprende sobre todo el mo-
do en que esas personas entienden e in-
terpretan la realidad y, por tanto, los sig-
nificados culturales que los signos encie-
Vivir en la coherencia rran. Aprende a orientar el pensamiento y
las acciones, a regular la conducta perso-
nal y ajena, a percibir el entorno físico y
Es cierto que la tarea de formar ciudada- social, a poner en juego las formas de co-
nos competentes para la comunicación no operación que hacen posible la interacción
es nada fácil porque, aunque sea grande con los demás y a ir construyendo en todo
nuestro empeño en adecuar los fines co- ese proceso un conocimiento del mundo
municativos de la educación lingüística y compartido y comunicable. De ahí que,
literaria a los contenidos, los métodos y como señala Jesús Tusón, "el amor a la
las tareas de aprendizaje y por tanto en ir propia lengua (sin xenofobias ni chovinis-
cerrando ese abismo abierto entre lo que mos) sea el amor al lenguaje, y también la
se dice en los objetivos del área de lengua estima profunda de todo aquello que nos
y literatura y lo que se hace en las aulas, a hace humanos y nos permite, definitiva-
nadie se le escapa que hay otros escena- mente, vivir en la coherencia" (1986:
rios donde el uso se adquiere y donde se 106).
consagra el desigual acceso de los hablan-
tes a los diferentes registros comunicati-
vos. Desde el origen geográfico, social,
sexual o racial hasta el contexto cultural,
son diversos los factores que, como de-
muestran las distintas sociolingüísticas,
intervienen en el desigual desarrollo de las
habilidades comunicativas de los hablan-
tes. Pese a ello, conviene recordar que la
escuela ha sido y debe seguir siendo para
la inmensa mayoría de esas tribus infanti-
les y adolescentes que habitan las aulas
de lunes a viernes , un escenario de cono-

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Dirección de contacto

Carlos Lomas García


Asesor de Lengua y Literatura del CEP de
Gijón. Director de la revista educativa
SIGNOS y codirector de TEXTOS

Notas
1. La cursiva es de Américo Castro.
2. Citado por Rafaelle Simone (1988
[1992: 74]).

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