RESUMEN
Puedes pensar en los valores como en una brújula: te sirven para determinar una
orientación y para mantenerse en esa dirección a lo largo de todo el viaje. Pero el viaje
empieza al ponerse en marcha. Los valores nos dan satisfacción a medida que
avanzamos hacia nuestros objetivos. Pero no hacer de ellos reglas rígidas.
Tanto si alcanzas una meta o no, tus valores estarán presentes
Ejemplo: Tener una casa de ensueño: meta – Cuidar de tu familia: Valores
Hacer nuevos amigos: meta - Ser amale, abierto, genuino: valores
Importante tener 5 a 6 valores personales. Revisar el capítulo en caso necesario.
Si ves un desequilibrio entre tus valores y tu conducta, no tienes que auto
flagelarte. Es un recordatorio de que eres un ser humano normal, no un
superhéroe de ficción. Nadie actúa de acuerdo con sus valores todo el tiempo y
en todos los ámbitos de la vida, y no es realista esperar semejante cosa.
Naturalmente que siempre se puede mejorar a la hora de actuar de acuerdo
con los propios valores, pero nunca vamos a conseguir hacerlo de manera
perfecta. (Página 172 sobre valores importantes).
Creer que se debe tener confianza o motivación para hacer algo: es el padre de todas
las reglas erróneas.
Los actos de confianza son primero!
Practica las habilidades con modificaciones necesarias (para ser bueno en algo sí o sí se debe
practicar), aplícalas deja a un lado el perfeccionismo. Y autocríticas severas, valora los
resultados, sal de la zona de seguridad, mantente en el momento presente.
5 Razones por una baja confianza y soluciones:
Hay una respuesta de lucha-huida: pero sal de tu zona de confort, asume riesgos.
Después de un rato al fin y al cabo, los niveles de adrenalina descienden, la tasa
cardíaca disminuye, y tú te sientes más relajado ya que es una falsa alarma y ante toda
amenaza. La respuesta se detiene. No hay peligro como en las cavernas.
Los mensajes de “no tengas miedo, no seas mariquita” , “los hombres no lloran”,
refuerzan de que el miedo es malo, es normal!, no es debilidad. Y es mejor aceptarlo,
hacerlo trabajar mejor a nuestro favor. Ignora la basura de la Tv como los héroes, los
cómics, en que “no tienen miedo”.
Tu fuente de energía: En lugar de decir “miedo”, “ansiedad”, cambia como los
profesionales de más éxito, como los artistas, canalizan su miedo a favor en su
actuación: Sentirse impulsado- estar electrizado- subidón de adrenalina
El miedo no es tu enemigo. Es una poderosa fuente de energía que puede ser
controlada y utilizada en beneficio propio.
No tener miedo al miedo: Lo que no hecha atrás no es nuestro miedo, sino la actitud
frente a este. Nuestro nervio al nerviosismo, ansiedad a la ansiedad.
El coraje no es ausencia de miedo; tener coraje es hacer lo que realmente importa, a
pesar de nuestro miedo
No desaparecerá el miedo por completo: hay estudios, cuanto más se usen las nuevas
vías neuronales, tanto más habitual será la nueva pauta de pensamiento.
El lado oscuro de la mente consiste en que siempre está dispuesta a criticar y juzgar.
Nos recuerda fallos, faltas y fracasos y nos compara desfavorablemente con los demás.
Pero no hay nada malo, son procesos normales de la mente humana normal.
Los pensamientos negativos solo se vuelven negativos si problemáticos si nos
quedamos atrapados en ellos. Les prestamos toda atención, si nos ponemos a pelear
con ellos. Date cuenta que no son nada más que palabras e imágenes.
Excusas comunes:
VIABILIDAD: surge de la pregunta ¿esto que estoy haciendo para lograr una vida más
plena y rica? – Si no es así, entonces es inviabilidad.
Se malinterpreta las defusiones, no son para librarse de pensamientos negativos ni
para controlar los pensamientos. Son para estar presentes y emprender acciones
eficaces.
Si quieres usarlas para controlar cómo te sientes, te habrás atrapado en la brecha de
la confianza, estarás jugando a que debes tener confianza para hacer algo importante.
LA TRAMPA DE LA AUTOESTIMA
Nuestra sociedad nos anima a pensar en términos de «ganadores» y
«perdedores», «éxitos» y «fracasos», «campeones» y «segundones». A
menudo nos encontramos con toda clase de libros, artículos y expertos
que nos dicen: «piensa como un ganador», «persigue el éxito», «los
ganadores hacen esto», «los perdedores hacen lo otro». Tal vez hayas
oído el concepto de «autoestima frágil».
Es muy corriente entre los profesionales de «éxito» y entre los
deportistas. Mientras van consiguiendo todos sus objetivos, pueden
aferrarse al cuento de «soy un ganador» y se sienten bien consigo
mismos. Pero en el momento en que su rendimiento decae -y eso acaba
sucediendo antes o después-, el cuento se transforma de repente en el
de «soy un perdedor». Y si tienen el hábito de aferrarse firmemente a
sus auto-juicios, entonces se ven arrastrados al agujero negro del «soy
un perdedor».
Practica para desengancharte de todos tus juicios sobre ti mismo, tanto negativos
como positivos, etiquétalo: «juicio». Recuerda: no queremos aferrarnos a los juicios
positivos ni a los negativos; lo que queremos es desprendernos de todos ellos.
Además, siéntete libre para bromear a propósito de tales «etiquetas». Por ejemplo,
cuando te des cuenta de un juicio positivo, podrías decirte a ti mismo en plan de
broma:
«Es un hermoso halago. ¡Gracias, mente mía!». Y cuando te des cuenta de alguno
negativo, podrías decirte: «¡Vaya, el dichoso cuento de que "no soy lo bastante
bueno"...!
¡Gracias, mente mía!».
Lo que más importa en la vida es lo que tú haces, aquello que defiendes, la manera en
que te comportas. Eso es mucho más importante que las historias que te crees sobre ti
mismo. Libérate de tu “yo”
Señalando con el dedo: Solemos ser demasiado precipitados a la hora de juzgar
a los demás y etiquetarlos como «cobardes», o «fracasados». Si queremos
dejar de juzgarnos a nosotros mismos con dureza, tenemos que hacer otro
tanto con los demás.
Tan solo hay seres humanos que - como tú y como yo – a veces abandonan, a
veces pierden, y a veces fracasan. Del mismo modo, no existen supuestos
«ganadores», «campeones» o «triunfadores». Más bien, hay seres humanos
que, como tú y como yo, a veces ganan o tienen mucho éxito en algún aspecto
de su vida.
El perfeccionismo tiene lugar cuando nos sentimos amenazados por
pensamientos del estilo de «tengo que hacerlo todo perfectamente», «no debo
cometer errores», «tengo que hacerlo bien a la primera; o bien: «si no puedo
hacerlo bien, no tiene sentido que lo intente». Dejar que estos pensamientos
nos dominen es la mejor receta para el desastre.
Nos volvemos reticentes a la hora de intentar algo nuevo, por miedo a no
hacerlo lo bastante bien. O sufrimos estrés crónico porque siempre nos
estamos imponiendo unas.
El síndrome del impostor ocurre cuando alguien, aunque sea experto en lo que
está haciendo, se queda enganchado en pensamientos de que no es
competente, que no puede hacerlo bien, que se ha librado por el momento,
pero que pronto lo van a descubrir; que uno es, en el fondo, un fraude, un
falso, un impostor. Naturalmente, si uno se cree esos pensamientos, su
confianza se verá sacudida.
Las investigaciones muestran que la mayoría de las personas que padecen una
significativa ansiedad social no carecen de habilidades sociales; simplemente,
se fusionan con el dichoso cuento de que resultan aburridas, sosas o indeseables,
o se limitan a decir algo estúpido, fastidioso o inconveniente. De la misma
manera, las personas que padecen el «síndrome del impostor» no tienen déficit
alguno de habilidades; simplemente, se fusionan con el argumento de que uno es
un fraude, un engaño o un impostor.
LA GRAN ELECCIÓN
Imagina que pudieran darte a elegir cómo vivir tu vida. Hay dos opciones:
Opción primera: durante el resto de tu vida, únicamente harás las cosas realmente
importantes para ti si te apetece, estás mentalmente preparado para ello, y te hace
sentirte bien. En otras palabras, vas a vivir el resto de tu vida a merced de tus
emociones: si estás de humor o te sientes bien, entonces haces las cosas que consiguen
que tu vida funcione; pero si tu ánimo se viene abajo o no te sientes bien, entonces
renuncias a las cosas que de verdad importan y dejas tu vida en suspenso hasta el
momento en que vuelvas a sentirte bien, positivo o inspirado.
Opción segunda: durante el resto de tu vida, únicamente vas a hacer las cosas
realmente importantes para ti tanto si te apetece como si no. Tanto si te sientes bien
como si te sientes mal, lleno de energía o agotado, optimista o pesimista, tranquilo o
ansioso, relajado o temeroso, inspirado o falto de inspiración, sigues haciendo lo que
realmente te importa. En lugar de ir por la vida a merced de tus emociones, siempre
puedes comportarte como la persona que quieres ser, y hacer las cosas que quieres hacer
aun cuando estés cansado o ansioso o, simplemente, no te apetezca.
Palabras finales
Si decidimos hacer de nuestra vida una aventura apasionante - salir de nuestra zona de
seguridad, crecer, explorar y enfrentarnos a nuestros desafíos-, entonces
experimentaremos lo que siente la gente cuando tiene una aventura apasionante: nuestro
corazón se acelerará, nuestro cuerpo sudará. El miedo se nos mostrará en todas sus
distintas variedades: desde la ansiedad hasta la inseguridad, desde el estrés hasta la duda
acerca de nosotros mismos, desde la excitación hasta el pánico. Y a veces nuestra mente
nos gritará: «¡Socorrooo! ¡Sacadme de aquí! ¡Quiero volver atrás!, no puedo con ello,
no soy lo bastante bueno!».
Pero si damos cabida a estos sentimientos, nos liberamos de esos pensamientos y nos
comprometemos plenamente a actuar de acuerdo con nuestros valores, entonces
seremos libres: Libres para comportarnos como la persona que queremos ser; libres para
hacer aquello que de verdad nos importa; libres para vivir nuestra vida con auténtica
confianza.
EJERCICIOS
5. PANTALLA DE ORDENADOR:
En silencio, repítete ese pensamiento, creyéndotelo lo más que puedas, y
observa qué efecto te produce.
Ahora cierra los ojos, imagina un ordenador y ve ese pensamiento como las
palabras en la pantalla, escritas en un texto normal, en negro.
Ahora juega con la fuente y el color del texto. No cambies lo que son las
palabras: simplemente, míralas en tres o cuatro colores distintos y tres o cuatro
tipos de letra diferentes.
Ahora vuelve a poner las palabras en texto normal, en negro, y esta vez prueba a
cambiar el formato. Primero, separa las palabras con grandes espacios entre
ellas.
Ahora junta todas las palabras, sin separaciones entre ellas.
Ahora escribe las palabras en vertical a lo largo de la pantalla, una debajo de
otra.
Por último, vuelve a poner las palabras en texto normal, en negro, y esta vez
añade una bola de karaoke saltando de una palabra a otra, una y otra vez. Y, si
quieres, canta también el pensamiento con la música que prefieras. Este ejercicio
tiende a ser más eficaz con la gente «visual». De nuevo, es de esperar que te
ayude a separarte o distanciarte de tu pensamiento: para que veas que está
formado con palabras.
VARIACIONES
Opción 1: contar respiraciones
Cuenta cada respiración que realices, diciendo en silencio el número mientras expulsas
el aire. Una vez que llegues a diez, vuelve al uno y empieza de nuevo. Si en algún
momento pierdes la cuenta, simplemente vuelve a empezar desde el uno.
Opción 2: respiración coloreada
Visualiza el flujo de tu respiración entrando y saliendo de tus pulmones como si
estuviera coloreada. Puedes imaginar la respiración del color que prefieras; la mayoría
de la gente elige el blanco,
Opción 3: Luz blanca y nubes negras
Te puedes imaginar respirando una luz blanca al inhalar y expulsando nubes negras al
exhalar.
Opción 4: Repetir palabras
En silencio, puedes repetir palabras mientras inspiras y espiras. Por ejemplo, puedes
decir lentamente: «inhalando» mientras tomas el aire, y «exhalando» cuando lo
expulsas.
O, simplemente, puedes decir: «dentro» y «fuera».
Opción 5: Globo de respiración
Puedes imaginar un globo en el interior de tu abdomen que, poco a poco, se infla
cuando tomas aire y se desinfla cuando lo expulsas.
Se puede practicar donde sea
11. EL MIEDO NUESTRO AMIGO: Ser afable y acogedor con tu miedo. Puede
que te parezca muy extraño, pero trata de hablar con él (cerciorándote de que
conservas un profundo sentido del humor). Podrías decirle: «Hola, miedo. ¡Qué
amable por tu parte haber venido hoy...! Entra y siéntete como en tu propia casa.
¿Qué te apetece hacer hoy? Quieres "darle caña" a mi corazón, ¿no es así? Por
favor, sé mi invitado. Fíjate en lo rápido que puedes hacerle correr. ¡Ah!, ¿que
quieres cazar mariposas en mi estómago? Adelante, por favor: mi casa es tuya».
Obviamente, no vas a hacer algo semejante en mitad de una entrevista o de un
trabajo, porque ello te impediría de algún modo centrar tu atención. Muéstrate
cariñoso con tu miedo. Si tienes una buena imaginación, podrías imaginarte
dándole la mano al miedo, invitándolo a entrar en tu cuerpo y rodeando
afectuosamente sus hombros con tu brazo. Y si estás en un lugar discreto,
podrías colocar suavemente tu mano sobre el miedo - es decir, sobre aquella
parte de tu cuerpo en la que sientas el miedo más intensamente - y permitir que
sienta la suave calidez de tu mano.
Confía en tu miedo. El miedo no es nuestro enemigo, sino que ha evolucionado
con un propósito: ayudarnos a resolver con eficacia las situaciones difíciles. Nos
alerta de los riesgos y amenazas y nos prepara para la acción, en caso de que
sea necesaria. Por eso tendríamos verdaderos problemas si no tuviéramos
ningún miedo.
Colabora con tu miedo. Reconoce que estáis jugando en «el mismo equipo». No
luches con tu miedo; está ahí para apoyarte. Es una señal; te permite reconocer
que te enfrentas a un desafío. Por eso, tal vez podrías recordarte a ti mismo: «Es
mi cerebro, que me advierte de un peligro; es mi cuerpo, que me prepara para la
acción». Considéralo un compañero de equipo, no un adversario.
ADRIANKICKASS - 2018