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LA OFERTA

La cadena de valor de los hidrocarburos líquidos (petróleo y sus derivados y líquidos de


gas natural, LGN) está dividida en dos segmentos, el upstream o “río arriba” y el
downstream o “río abajo”. Las actividades incluidas en el upstream son la exploración
de nuevas reservas y la explotación, que consiste en la extracción de petróleo y/o gas
natural (GN). Mayormente se incluye en el upstream el transporte de hidrocarburos, por
ejemplo, oleoductos, gasoductos, trenes, camiones tanque que los transportan a las
refinerías, a la planta de fraccionamiento o a los puertos para comercio exterior. En
algunas clasificaciones el transporte se menciona con el nombre de midstream o “río
medio”. El segmento downstream incluye desde la refinación o fraccionamiento del
hidrocarburo y su transformación en los diferentes combustibles, el transporte y
almacenamiento de estos últimos, hasta la comercialización mayorista y minorista.

Exploración y explotación

Mediante la exploración se buscan nuevas reservas que permitan incrementar la


producción de hidrocarburos líquidos y otros derivados. En esta etapa hay economías de
aprendizaje: la reducción de los costos medios y el aumento de la productividad como
resultado de una mayor exploración, y la difusión de dicha experiencia entre las diferentes
empresas. Estas permiten convertir la incertidumbre inherente en riesgo4 y aumentan la
predictibilidad de la oferta de hidrocarburos. En la etapa de explotación hay economías
de escala en la fase de desarrollo o inicial del proyecto. Al comienzo de la explotación, la
cantidad de reservas en el yacimiento es mayor y, por lo tanto, también la presión que
impulsa los hidrocarburos hacia la superficie al perforar un pozo. La cantidad extraída
crece en esta fase para evitar un derrame o fuga descontrolada de hidrocarburos. Las
empresas deben invertir en equipos especiales de seguridad. Cabe señalar que la facilidad
de extracción también depende de las características del hidrocarburo y del tipo de roca
en la que se encuentra (grado de porosidad y permeabilidad). Estos no se conocen con
certeza incluso después de iniciada la extracción.
TRANSPORTE

Luego de extraerse del pozo, el hidrocarburo se lleva con equipo especializado a la batería
de producción y/o planta de separación. En ella, es separado de los otros componentes
que están presentes en el yacimiento (GN, agua, lodo, entre otros, en el caso del petróleo).
Luego se inyecta en el ducto de transporte, gasoducto o se deposita en camiones tanque
o en tanques en un ferrocarril, en barcazas o buques tanque para su traslado hasta las
refinerías, plantas de fraccionamiento o puertos para su exportación. En el caso de los
ductos y gasoductos, los costos de transporte son subaditivos, pues tiene costos medios
decrecientes (economías de escala). Resulta más barato transportar los hidrocarburos de
varios yacimientos cercanos por una sola red de ductos (economías de ámbito).

Paradójicamente, el petróleo se suele encontrar lejos de los lugares de consumo, por lo


que el trasporte del crudo se convierte en un aspecto fundamental de la industria petrolera,
que exige una gran inversión, tanto si el transporte se realiza mediante oleoductos, como
si se realiza mediante buques especiales denominados “petroleros”.

Al principio de la industria petrolífera, el petróleo generalmente se refinaba cerca del


lugar de producción. A medida que la demanda fue en aumento, se consideró más
conveniente transportar el crudo a las refinerías situadas en los países consumidores.

Por este motivo, el papel del transporte en la industria petrolífera es muy importante. Hay
que tener en cuenta que Europa occidental importa el 97% de sus necesidades –
principalmente de África y de Oriente Medio– y Japón, el 100%.

Los países que se autoabastecen también necesitan disponer de redes de transporte


eficaces, puesto que sus yacimientos más importantes se encuentran a millares de
kilómetros de los centros de tratamiento y consumo, como ocurre en Estados Unidos,
Rusia, Canadá o América del Sur.

En Europa, el aprovisionamiento de zonas industriales alejadas del mar exige el


equipamiento de puertos capaces de recibir los superpetróleos de 300.000 y 500.000 Tm
de carga, almacenamientos para la descarga y tuberías de conducción de gran capacidad.

Aunque todos los medios de transporte son buenos para conducir este producto (el mar,
la carretera, el ferrocarril o la tubería), el petróleo crudo utiliza sobretodo dos medios de
transporte masivo: los oleoductos de caudal continuo y los petroleros de gran capacidad.
Los otros medios de transporte (barcos de cabotaje, gabarras, vagones cisterna o camiones
cisterna, entre otros) se utilizan, salvo casos excepcionales, como vehículos de
distribución de productos terminados derivados del petróleo.

En la actualidad no hay en el comercio internacional mercancía individual cuyo transporte


supere en volumen o valor al del petróleo.

La ventaja del petróleo es que su fluidez permite el transporte a granel, lo que reduce los
gastos al mínimo y permite una automatización casi completa del proceso. Gracias a los
adelantos técnicos de hoy en día, basta en muchos casos con hacer la conexión de tuberías
y proceder a la apertura o cierre de válvulas, muchas veces de forma automática y a
distancia con telecontrol.

Los oleoductos son el conjunto de instalaciones que sirve de transporte por tubería de los
productos petrolíferos líquidos, en bruto o refinados. El término oleoducto comprende no
sólo la tubería en sí misma, sino también las instalaciones necesarias para su explotación:
depósitos de almacenamiento, estaciones de bombeo, red de transmisiones, conexiones y
distribuidores, equipos de limpieza, control medioambiental, etc.

Los oleoductos tienen distintas capacidades de transporte, dependiendo del tamaño de la


tubería. En líneas generales, el diámetro de los oleoductos varía entre 150 mm y 915 mm.
Además, pueden ser tanto de superficie como subterráneos, donde alcanzan los 2 m de
profundidad. La velocidad estimada del crudo dentro de los oleoductos es de 5 km/h.

Los oleoductos de petróleo crudo comunican los depósitos de almacenamiento de los


campos de extracción con los depósitos costeros o, directamente, con los depósitos de las
refinerías.
En los países que se suministran de crudos por vía marítima, el oleoducto asegura el
enlace entre los depósitos portuarios de recepción y las refinerías del interior.

Los petroleros son los mayores navíos de transporte que existen hoy en día en el mundo.
Son inmensos depósitos flotantes que pueden llegar a medir 350 metros de largo (eslora)
y alcanzar las 250.000 toneladas de peso muerto (TPM).

Actualmente casi todos los petroleros en construcción son del tipo de doble casco en
detrimento de los más antiguos diseños de un solo casco (monocasco) debido a que son
menos sensibles a sufrir daños y provocar vertidos en accidentes de colisión con otros
buques o embarrancamiento.

En la hay en el mundo más de 1.500.000 kilómetros de tubería destinados al transporte


de crudos y de productos terminados, de los cuales el 70 por ciento se utilizan para gas
natural, el 20 por ciento para crudos y el 10 por ciento restante para productos terminados
(carburantes).

Los Estados Unidos tienen la red de oleoductos más densa del mundo. En Europa existen
cinco grandes líneas de transporte de crudo que, partiendo de los terminales marítimos de
Trieste, Génova, Lavera, Rotterdam y Wilhelnshaven, llevan el petróleo a las refinerías
del interior. Esta red es de 3.700 kilómetros, una extensión que se queda pequeña si se
compara con los 5.500 kilómetros del oleoducto del Comecón o de la Amistad, que parte
de la cuenca del Volga-Urales (600 kilómetros al este de Moscú) y que suministra crudo
a Polonia, Alemania, Hungría y otros países centro europeos.
El petróleo circula por el interior de la conducción gracias al impulso que proporcionan
las estaciones de bombeo, cuyo número y potencia están en función del volumen a
transportar, de la viscosidad del producto, del diámetro de la tubería, de la resistencia
mecánica y de los obstáculos geográficos a sortear. En condiciones normales, las
estaciones de bombeo se encuentran situadas a 50 kilómetros unas de otras.

También existen pozos submarinos. Por lo tanto, se necesitan oleoductos submarinos para
transportar el crudo. A medida que aumenta la producción de petróleo en el mar se van
construyendo más oleoductos submarinos. Estos se tienden con barcazas "tiende tubos"
especiales, en las cuales se sueldan los tramos de tubo de acero antes de colocarlos en el
lecho marino. Si el oleoducto es de pequeño diámetro el tubo puede desenrollarse desde
un gigantesco carrete para tenderlo directamente en el lecho marino, evitándose así la
necesidad de soldar en el mar. Cuando se transporta crudo pesado, puede ser necesario
poner aislamiento térmico en el oleoducto, para que el petróleo fluya con facilidad. Las
tuberías de menor diámetro generalmente se tienden en una trinchera para protegerlas del
equipo usado por los buques pesqueros.

El crudo parte de los depósitos de almacenamiento, donde por medio de una red de
canalizaciones y un sistema de válvulas se pone en marcha la corriente o flujo del
producto. Desde un puesto central de control se dirigen las operaciones y los controles
situados a lo largo de toda la línea de conducción. El cierre y apertura de válvulas y el
funcionamiento de las bombas se regulan por mando a distancia.

La construcción de un oleoducto supone una gran obra de ingeniería y por ello, en muchos
casos, es realizada conjuntamente por varias empresas. También requiere de complicados
estudios económicos, técnicos y financieros con el fin garantizar su operatividad y el
menor impacto posible en el medio ambiente.

El trazado debe ser recto en la medida de lo posible y, normalmente, la tubería es enterrada


en el subsuelo para evitar los efectos de la dilatación. Los conjuntos de tubos se protegen
contra la corrosión exterior antes de ser enterrados. Las tuberías se cubren con tierra y el
terreno, tras el acondicionamiento pertinente, recupera su aspecto anterior.

Los petroleros son los mayores navíos de transporte que existen hoy en día en el mundo.
Son inmensos depósitos flotantes que pueden llegar a medir 350 metros de largo (eslora)
y alcanzar las 250.000 toneladas de peso muerto (TPM).
Actualmente casi todos los petroleros en construcción son del tipo de doble casco en
detrimento de los más antiguos diseños de un solo casco (monocasco) debido a que son
menos sensibles a sufrir daños y provocar vertidos en accidentes de colisión con otros
buques o embarrancamiento.

A partir de este tipo de barcos, surgió el superpetrolero, de mayor capacidad de carga, y


destinado al transporte de crudo desde Medio Oriente alrededor del Cuerno de África. El
superpetrolero Knock Nevis es la embarcación más grande del mundo. Actualmente se
transportan por mar más de mil millones de toneladas de crudo al año en todo el mundo.

El petrolero es el medio más económico para transportar petróleo a grandes distancias y


tiene la ventaja de una gran flexibilidad de utilización. Su principal característica es la
división de su espacio interior en cisternas individuales, lo que permite separar los
diferentes tipos de petróleo o sus productos derivados.

REFINACIÓN O PROCESAMIENTO

Es la actividad principal en la industria, donde se refinan o procesan los hidrocarburos


(petróleo o LGN) para producir bienes de alto valor comercial como gasolinas, diésel y
gas licuado de petróleo (GLP), entre otros. La refinación del petróleo consiste en separar,
mediante el calor, los diversos hidrocarburos que luego se mezclan con componentes que
permiten otorgarles las especificaciones técnicas exigidas en el país para su
comercialización (ejemplo: octanaje)
Las refinerías o plantas de fraccionamiento ubican sus instalaciones cerca de los centros
de abastecimiento para las zonas de consumo o de los yacimientos para reducir precios
de transporte. Los costos de operación son subaditivos, en tanto poseen economías de
escala asociadas a sus capacidades. Asimismo, exhiben economías de ámbito, pues es
más barato producir todos los derivados de hidrocarburos en una misma refinería o planta.
En ese sentido, la refinación tiene características de monopolio natural, al menos regional,
por lo que la estructura de mercado incluye la presencia de muy pocas empresas,
especialmente si el mercado que atiende es pequeño. La inversión y costos de instalación
necesarios para construir una refinería son mayormente irrecuperables o hundidos y
constituyen un costo de entrada. La integración vertical se observa, principalmente,
cuando la empresa operadora de una refinería construye sus propias instalaciones de
almacenamiento y despacho; mientras que la horizontal, cuando adquiere la refinadora
que atiende a un mercado cercano. Estas inversiones y adquisiciones permiten ahorrar los
costos de alquiler de almacenamiento y ampliar el ámbito de operaciones a otros
mercados. El diseño de las refinerías de petróleo influye en la cantidad y el tipo de
petróleo que refinarán (ligero o pesado, dulce o ácido, ver anexo A.1 para más detalles),
los derivados que producirán (mientras más ligero más derivados livianos, como el GLP)
y su calidad (por ejemplo, si son más o menos contaminantes). Las empresas refinadoras
pueden adaptarse a ciertas demandas, adecuando sus procesos y capacidad, por ejemplo,
gracias a los cambios tecnológicos.

ALMACENAMIENTO

Esta etapa la conforman los terminales y plantas que cuentan con tanques, ductos y
equipos de bombeo, instalaciones que tienen economías de escala por volumen y
constituyen costos hundidos al tener características específicas, parte de un costo de
entrada, pero en menor medida que en refinación o transporte. Los terminales y plantas
tienden a ubicarse cerca de las refinerías, plantas de fraccionamiento y de los centros de
demanda. Pueden estar integrados verticalmente o ser independientes. La innovación
tecnológica juega un papel importante en la estructura de esta etapa. Por ejemplo, permite
sincronizar la recepción y despacho de combustibles, y reduce el número de terminales
necesarios en un mismo mercado.

La industria del petróleo como la del gas, están sometidas a riesgos de toda especie, cuyo
origen puede ser debido a deficiencias técnicas, como las averías de las máquinas en las
refinerías, a bordo de los buques o en los oleoductos; a causas naturales imprevisibles,
como la incertidumbre en la prospección de los yacimientos, las tormentas en el mar y en
la tierra o los incendios; y también a problemas políticos, económicos y comerciales,
como las crisis que afectan periódicamente las relaciones entre países productores y
países consumidores.

Tras la crisis de 1973 (segunda guerra árabe-israelí) que provocó el racionamiento de la


gasolina en algunos países de Europa Occidental, un gran número de estos países
aprobaron normas legales para regular la existencia de reservas estratégicas de petróleo.

De esta forma, en algunos países las compañías petroleras están obligadas a poseer en
todo momento una cantidad de producto que garantice el consumo del mercado interno
durante un tiempo mínimo determinado. El stock debe encontrarse en todos los tramos
para evitar cortes y la reserva mínima exigida en condiciones normales normalmente debe
superar los 90 días

Podemos considerar el crudo y su almacenamiento en varias etapas:

Almacenamiento del crudo

Una refinería no se abastece normalmente directamente a partir del yacimiento de


petróleo, dado que en entre uno y otro punto suele producirse un transporte intermedio
por buque cisterna (petroleros) o por oleoducto. Por ello, el crudo (petróleo bruto) se
almacena tanto en el punto de embarque como en el del desembarque.

Almacenamiento en la refinería

Las refinerías disponen de numerosos depósitos al comienzo y al final de cada unidad de


proceso para absorber las paradas de mantenimiento y los tratamientos alternativos y
sucesivos de materias primas diferentes. Asimismo, para almacenar las bases
componentes de otros productos terminados que se obtienen a continuación por mezcla,
y para disponer de una reserva de trabajo suficiente con el fin de hacer frente a los pedidos
y cargamentos de materia prima que les llegan.

Almacenamiento de distribución

Solamente una pequeña parte de los consumidores puede ser abastecida directamente, es
decir por un medio de transporte que una de forma directa al usuario con la refinería. Por
este motivo, es más eficaz y económico construir un depósito-pulmón, Terminal de
distribución, surtido masivamente por el medio de transporte que viene de la refinería, ya
sean oleoductos de productos terminados, buques (para depósitos costeros), barcazas
fluviales, vagones cisterna o camiones cisterna. Estos depósitos suelen estar ubicados
cerca de los grandes centros de consumo (ciudades, polígonos industriales, etc.). Desde
estos depósitos, salen camiones de distribución que llevan el producto al consumidor
final.

Comercialización mayorista y minorista

Consiste en el transporte de los combustibles desde la refinería o planta de


fraccionamiento por camiones cisterna, buques tanque o ductos a los terminales de
almacenamiento mayorista y luego a los centros minoristas para la venta al consumidor
final (estaciones de servicio, grifos, gasocentros, etc.). Existen economías de escala en la
capacidad de almacenamiento, pero no son significativas pues el tamaño mínimo eficiente
es chico con respecto al del mercado. En otras palabras, el mercado puede ser atendido
por muchas empresas (en algunos casos existe atomización de la oferta minorista). No
obstante, puede permitir ahorrar costos operativos al obtener transporte desde los
terminales con fletes más pequeños y de menor frecuencia. Las inversiones necesarias
para dedicarse a estas actividades son pequeñas (camiones cisterna, almacenamiento) en
comparación con las de etapas anteriores. No existen costos hundidos y los costos de
entrada son menores (menos cantidad de capital necesario, permisos, valor de alquiler o
compra de un terreno). Actualmente, los mayores costos a la entrada en la
comercialización minorista se originan por la necesidad de realizar más gastos en
publicidad e inversión para brindar mayores servicios (tiendas, cajeros, más surtidores),
estrategias de diferenciación de producto (aditivos) y cumplir con la normativa de
seguridad y ambiental. Asimismo, puede existir cierto grado de integración vertical, tanto
de los mayoristas como minoristas entre sí y con las refinerías. En estos casos se puede
observar el uso de controles verticales, mecanismos incluidos, sobre todo, en la firma de
un contrato entre el mayorista/refinador y el minorista que condiciona la relación entre
ellos, fijando requisitos como precio, cantidad vendida o comprada, etc.

LA DEMANDA

La demanda de hidrocarburos del consumidor final se caracteriza por ser derivada, es

decir, se origina de la demanda de otros bienes y servicios finales (transporte, calefacción,

cocción, iluminación, etc.) o de los procesos de producción en el caso de empresas que

usan combustibles como insumo. En este sentido, la demanda de combustibles no es una

decisión independiente del consumo de otros bienes, que en su mayoría son de larga vida

(casas, autos, electrodomésticos, etc.). Esta característica de los otros bienes incide en la

reacción de la demanda de combustible ante variaciones de su precio a corto y largo plazo.

A corto plazo, los bienes de larga vida, como los autos o la maquinaria en una industria,

no son reemplazables fácilmente. Ante una variación de los precios de los combustibles,

el consumidor o empresario solo puede cambiar la frecuencia de uso del bien mediante el

cual se utiliza el combustible como insumo (por ejemplo, el auto o la maquinaria). A largo

plazo, en cambio, el consumidor puede comprar un auto más eficiente o que use otro

combustible o cambiarse de lugar de residencia, entre otros, y el empresario puede

comprar una nueva maquinaria más eficiente o modificar su tecnología de producción. Es

decir, a largo plazo el usuario final tiene más opciones de respuesta. Los consumidores

enfrentan una segunda dificultad asociada a la búsqueda de la mejor alternativa de


combustibles en términos de precio y calidad. Estos son los llamados costos de búsqueda

y están asociados a que un consumidor necesita encontrar la mejor combinación de precio

y calidad ofrecida por los establecimientos de venta distribuidos en el espacio. Asimismo,

para el caso de consumidores finales, se podría decir que los combustibles son bienes de

experiencia, cuyas características no se conocen plenamente hasta ser adquiridos o

consumidos. Por ejemplo, en el caso de las gasolinas, una estación de servicio puede

ofrecerlas a bajo precio, pero con menor calidad, lo cual afecta a largo plazo el

funcionamiento del motor del vehículo. Entonces, el consumidor no tiene, en principio,

conocimiento de la calidad del combustible y solo se da cuenta al comprarlo y consumirlo.

Con respecto a las reacciones de la demanda de combustibles ante cambios en los

ingresos, existe la hipótesis de la escalera energética, los hogares utilizarán fuentes de

energía más limpias y eficientes ante la mejora de sus ingresos. La hipótesis describe que

los hogares de menores ingresos usarán insumos para obtener servicios energéticos

(iluminación, cocción) más contaminantes, como la leña o bosta; pero a medida que el

hogar consigue mejorar su situación económica, cambiará estas fuentes de energía por

querosene y carbón (mineral o vegetal), para finalmente utilizar GLP o electricidad. No

obstante, esta hipótesis supone que el progreso en el uso de fuentes de energía de un

“peldaño” a otro de la escalera energética sería directo, es decir, se dejaría de usar leña

completamente para usar querosene.

PRECIOS INTERNOS E INTERNACIONALES DEL PETRÓLEO

La llamada asimetría en la respuesta de los precios domésticos de los combustibles ante


variaciones de los precios internacionales del petróleo es un fenómeno que ha sido
estudiado ampliamente en los últimos 30 años. En el Perú, se ha identificado este
fenómeno en diferentes regiones del país. En los mercados de gasolinas y diésel, los
precios domésticos, en promedio, suben muy rápido cuando el precio internacional del
petróleo se incrementa, mientras que caen de manera muy lenta cuando se reducen
(fenómeno conocido como el efecto de cohetes y plumas). Esto genera sobrecostos a la
economía y malestar en los consumidores y empresas que no pueden beneficiarse
rápidamente de las bajas de los precios internacionales porque tienen que pagar más
durante el proceso de ajuste. De acuerdo con la teoría de la organización industrial, las
imperfecciones de mercado a nivel de la cadena de comercialización de combustibles
explican la existencia de este problema. Son cuatro los principales factores detrás del
fenómeno: el ejercicio de poder de mercado en segmentos de la industria de combustibles
con estructuras pocos competitivas, el manejo de inventarios, los costos de ajuste en los
niveles de producción de las refinerías y los costos de búsqueda de los consumidores. Las
políticas de transparencia de información de precios y supervisión de mercado a nivel de
las ventas de combustibles, como las aplicadas por Osinergmin, son necesarias para poder
combatir los efectos adversos de la asimetría.

Marcadores referenciales del precio del petróleoa

Existen tres grandes mercados mundiales donde se negocian los contratos de compra y
venta de petróleo: New York Mercantile Exchange (NYMEX), The International
Petroleum Exchange de London (IPE) y The Singapore International Monetary Exchange
(SIMEX).

La importancia de las canastas de crudos West Texas Intermediate (WTI) y Brent como
marcadores de referencia de valor, radica en que el mercado les asignó dicha función para
las negociaciones de los otros crudos puesto que, entre otras características, ambos reúnen
requisitos de calidad óptimos (acidez y viscosidad). Además, la negociación de los
petróleos asociados a estos marcadores en los mercados de futuro supera la producción
mundial diaria. La canasta de crudos del WTI solo se comercializa en Estados Unidos y
compite con sus importaciones. Debido a la reducción de importaciones por parte de
Estados Unidos, este indicador estaría perdiendo relevancia. El WTI sirve aún como
marcador de referencia para los crudos comercializados en América. La canasta Brent es
negociada en diversos mercados internacionales y está asociada a un sistema de campos
de explotación petrolera que envía crudo a la terminal de Sullom Voe, en las islas
Shetland de Escocia, en el Reino Unido. Constituye la referencia para los petróleos de
Europa, Rusia y África.

El mercado spot WTI está dividido en dos submercados: en el de CushingOklahoma se


negocian contratos de entrega inmediata, algunos de tipo forward y contratos de futuros.
En este lugar existe una importante infraestructura de oleoductos y servicios de transporte
de hidrocarburos. Por otro lado, en el de Midland–Texas se embarca petróleo hacia
Cushing y a los puertos de la costa del Golfo de México para las entregas inmediatas.
Otros mercados spot son los de Dubai (Golfo Pérsico), el Tapis (Malasia) y el Minas
(Indonesia). Sirven para cotizaciones regionales y están asociados a los movimientos del
mercado petrolero completo, por lo que están relacionados al WTI y Brent.

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