Hebreos 10:25
Cuando Jesús triunfó sobre la muerte, canceló los cargos que existían en
nuestra contra y abrió el camino al Padre (Colosenses 2:12-15). Debido a
su misericordia, nos brinda fe. ¡ Qué trágico que convirtamos la fe en
obras y tratemos de efectuarlas dependiendo de nosotros mismos! No
podemos acercarnos a Dios mediante nuestra fe, nunca más como en el
Antiguo Testamento la gente se acercaba a Dios a través de sus
sacrificios. En lugar de eso debemos aceptar su ofrecimiento con “acción
de gracias” y permitirle plantar la semilla de fe en nosotros.
Poder: El Espíritu Santo que mora en nosotros, nos ayuda a hacer buenas
obras para el reino de Cristo.
1.- Pecado
2. - Arrepentimiento
3. – Nuevo Nacimiento
4.- Justificacion
5. - Reconciliacion
3.Rasgos físicos: nariz del abuelo, frente del papa, sonrisa de la abuela,
estatura del papá, buena disposición de la abuela, voluntarioso como la
tía, estatura como su papá, igual al abuelo (abuela) paterno o materno,
etc.
Ésta es una pregunta antigua que todo creyente debe saber contestar,
porque muchos incrédulos la usan para tratar de desacreditar la veracidad
de la Palabra de Dios. La contestación es bien sencilla, pues está en la
misma Biblia. Leemos lo siguiente en Génesis 5:4-5: "Y fueron los días
de Adán después que engendró a Seth, ochocientos años, y engendró
hijos e hijas.
Y fueron todos los días de Adán novecientos treinta años y murió." Aquí
dice claramente que Adán vivió 930 años y que tuvo una familia que
consistía de hijos e hijas. Es decir que Caín, Abel y luego Seth no fueron
los únicos hijos de la primera pareja, sino que con toda probabilidad esta
familia era bien numerosa.
Por lo tanto lo más lógico es que Caín se casara con una hermana suya.
La cuestión de incesto era irrelevante, pues no sólo era necesario, sino
que la Ley que prohíbe el incesto vino mucho tiempo después en los días
de Moisés. Otro versículo de Escritura que nos indica que Dios omite la
historia de la niñez de estos hijos e hijas de Adán es Génesis 4:3, donde
la Biblia dice: "y aconteció andando el tiempo…" esta frase indica que
hubo una transición de tiempo considerable en que Dios no da detalle
alguno de la niñez y crecimiento de estos protagonistas, sino que la
narración continúa cuando ya Caín y Abel son adultos. Hay también
varios detalles que nos pueden ayudar a reconstruir la historia no escrita
de esta primera familia. En Génesis 1:28 leemos así: "Y los bendijo Dios,
y les dijo:
INTRODUCCIÓN
Antes de que llegáramos a los pies de Jesús las tinieblas nos envolvieron
y estábamos perdidos, un día la luz de Dios llegó a nuestra vida y nos
resucitó (Jn. 3:17, 19, 20). Muchos cristianos después de haber aceptado
al Señor empiezan a tener problemas en su casa, trabajo, etc.; que son
batallas que con el poder del Espíritu Santo puede vencer, porque
nuestras armas no son carnales sino espirituales y poderosas en Dios para
derribar fortalezas (2 Co. 10:4).
DESARROLLO
CONCLUSIÓN
Las batallas del cristiano son duras y para ganarlas es necesario buscar el
equilibrio, pedir a Dios que nos dé discernimiento, confiando en que
nuestro poder radica en El y que solamente con su ayuda podremos
vencer, como dice la Escritura: “Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece” (Fil. 4:13) y que “Somos mas que vencedores por medio de
aquel que nos amó” (Ro. 8:37)
A veces luchamos contra Dios cuando queremos estorbar su obra, por
eso debemos ser cuidadosos con lo que estamos haciendo no sea que
seamos hallados luchando contra Dios (Hch. 5:39).
LA JUSTIFICACION POR LA FE
Por Dr. R.A. Torrey (1856-1928)
Mucha gente cree que una persona primero tiene que santificarse y dejar
de pecar para lograr la justificación de Dios. Esa creencia es
absolutamente falsa. A continuación veremos que esa creencia es falsa
porque es anti-bíblica.
JUSTIFICACION
EL PROBLEMA
LA SOLUCION
E.- Debemos recordar que ahora somos “hijos de Dios (Juan 1:12), y que
tenemos una herencia en los cielos, que somos sacerdocio real, nación
santa, pueblo escogido. Nuestro Cristo no nos olvida en los cielos, sino
que nos tiene siempre presente. El está ahí “siempre” (Hebreos. 10:12)
como símbolo de sacrificio acabado, pero de pié (como inmolado Apoc.
5:5), con las señales de los clavos y de la lanza para perpetuo memorial
ante el Padre, de que murió “#una vez y para siempre, para alcanzarnos
“salvación”
Tanto sus discípulos que lo seguían, como los judíos que no creían en él,
se daban cuenta de que Cristo afirmaba su deidad en forma inequívoca
(Juan 5:18; 10:32,33).
¿QUIÉN ES JESUCRISTO?
Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije
que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en
vuestros pecados moriréis (Juan 8:23,24).
Si no creemos que Jesús es quien él mismo se decía ser, moriremos en
nuestros pecados. Estas palabras no dejan lugar para opiniones
contradictorias. Cristo es Dios, igual en gloria y sustancia al Padre. Esta
verdad la podemos ampliar con otras lecturas de la Biblia:
El que habló con el apóstol era Cristo, el mismo que murió y resucitó.
¿Se equivocó al decir que era el primero y el último? ¿Será posible que
se esté atribuyendo un título que le pertenece sólo a Dios?
Yo no podría sufrir por los pecados de otro, pues ya estoy condenado por
pecados que yo he cometido. Sólo un hombre sin pecado puede tomar el
lugar de un pecador. La perfección es un requisito indispensable.
Algunos que aceptan que Cristo merece el título "Hijo de Dios", lo usan
para probar que no es Dios, sino solamente Hijo de Dios. Ven aquí una
prueba de inferioridad. Arguyen que si es Hijo no puede ser igual a Dios
porque todo hijo es inferior a su padre.
Este argumento, aparentemente fuerte, pasa por alto dos cosas obvias.
2. Sirvo a Dios con excelencia. Porque creo que la sangre de Cristo libra
mi conciencia de obras muertas (complejos relacionados con mi vida
antes de conocer a Cristo), y me permite acercarme para aprender más de
él (Hebreos 9:14; 10:22).
Por tanto, para confesar con mi vida que Jesucristo ha venido en carne
debo manifestar que creo lo siguiente:
1. Que fue mi sustituto, por tanto, porque él murió por mí, yo vivo para
él. El amor de Cristo me constriñe (2 Corintios 5:14,15), por lo que sé y
entiendo lo que él hizo por mí (Efesios 2:15; Colosenses 1:21,22; 1
Pedro 3:18).
2. Que es mi ejemplo. Por esto ando en sus pisadas. Creo que si Dios
envió a su Hijo en semejanza de carne de pecado (Romanos 8:3) fue para
condenar al pecado en la carne. Creo que participó de carne y sangre,
para destruir al que tenía el imperio de la muerte, y lo hizo usando las
armas que Dios me ha dado (la oración, su Palabra y el poder del
Espíritu) para que no tenga excusa para no poder andar en él (Colosenses
2:6; 1 Pedro 2:21).
Notemos lo siguiente:
En Romanos 2:14 leemos que: los gentiles... no tienen ley y más adelante
Pablo dice a los romanos: Pues no estáis bajo la ley (Romanos 6:14).
No podemos pedir lenguaje más claro.
2. La ley fue un pacto por tiempo limitado.
Nunca fue la intención de Dios que la ley fuese eterna. La ley duraría
hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa. La promesa
fue hecha a Abraham 430 años antes que fuera dada la ley y la simiente
prometida es Cristo.
Los siguientes pasajes indican que la ley fue muerta, cancelada:
Romanos 7:4-6; 2 Corintios 3:7,11; Gálatas 3:24,25; Efesios 2:14,15;
Colosenses 2:14. Pero no queda un vacío; la ley sale para que entre algo
mejor, más glorioso. Lo nuevo reemplaza a lo anterior, no por
destrucción sino por cumplimiento. Cristo cumplió toda la ley y en todo
sentido: (1) Obedeció todos sus requerimientos. (2) Llevó todo el castigo
que la ley exigía contra los que la habían quebrantado.
Lejos de estar sin ley, los hijos de Dios vivimos para hacer la voluntad de
nuestro Padre. Esta voluntad no se expresa en una lista de prohibiciones
sino que se nos revela al disfrutar de comunión vital y constante con
nuestro Dios. Leemos la Biblia para conocer su voluntad (Colosenses
1:9). El amor de Cristo nos constriñe a hacer dicha voluntad (2 Corintios
5:14). El Espíritu Santo que mora en nosotros nos da el querer y nos
ayuda a hacer su buena voluntad (Filipenses 2:13).
La epístola a los Gálatas, que tanto se ocupa de enseñar que estamos
libres del dominio de la ley dada a Moisés, nos exhorta a cumplir la ley
de Cristo (Gálatas 6:2). Santiago nos enseña que debemos perseverar en
la ley perfecta, la de la libertad (Santiago 1:25; 2:12) y nos dice que amar
al prójimo es la ley real (Santiago 2:8).
La ley que rige al creyente está escrita, no con tinta, sino con el Espíritu
del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne del
corazón (2 Corintios 3:3). La ley del creyente no es letra muerta sino
Espíritu vivificante
BOSQUEJO CREO EN UN CRISTO VICTORIOSO
B.- La carne: No solo se trata del cuerpo físico, sino que incluye la
mente, la voluntad, y las emociones; porque todas están sujetas
por igual al pecado.
Pregunto: ¿qué has dejado tú por servir a Cristo? ; has llevado Las
Buenas Nueva a otra Etnias, has predicado El Evangelio, ¿a
quiénes?, ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Qué has enseñado? ¿O no has
cumplido con esta parte del mandamiento? Aun tienes
tiempo………
El Libro de Daniel nos dice:” A esto nos quiere llevar Dios a nosotros,
porque no es una casualidad que posiblemente seamos la última
generación de creyentes en esta tierra”; Nos dejamos usar nosotros los
que sabemos qué clase de Tribulación vendrá. Tenemos que ser sensibles
para los propósitos divinos, sensibles para un mundo que se pierde=
recuerde que deberemos dar cuenta de nuestros esposos (si somos
casados), de nuestros hijos y familiares (Tito 1:6; 2:4; Hebreos 2:1-4).
DIEZ PRINCIPIOS
3.- Concentración (Fil.3:13). Es decir, juntar las tropas para empezar una
acción decisiva. Toda nuestra energía, nuestra concentración y nuestro
pensamiento deben enfocarse en Jesucristo (Heb.3:1). Debemos
simplificar nuestra vida hasta poder decir con Pablo, una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo….(Fil. 3:13-14).
8.- Sorpresa (Job 1:21). Cuando Job se postró en tierra y adoro a Dios,
cuando David salió con su honda para enfrentar a Goliat, cuando
reaccionamos al dolor y las tribulaciones con fe, sorprendemos al
enemigo y lo ahuyentamos por el poder de Dios.
a: dogmático: Que Dios existe y/o que las facultades humanas son del
incapaces de establecer o verificar su existencia.
Omnisciencia, que incluye todas las cosas acerca de Dios mismo y todas
su Obras.
Presciencia: que puede ser limitada a las cosas específicamente
preordenadas.
La Omnisciencia comprende todas las cosas pasadas, presente y futuras,
y tanto lo posible como lo real. Para Dios las cosas del pasado son tan
reales como si fuesen presentes y las cosas del futuro son tan reales como
si fueran pasadas. (Romanos 4:17) .
Por medio de esta palabra se expresa la relación que Dios sostiene con la
duración. Siendo Dios el autor del tiempo, no está condicionado a éste en
manera alguna. Él es libre de actuar en relación al tiempo, es igualmente
libre de actuar fuera de las limitaciones de éste: Gén.18:4; Gál.4:4.
Esto tiene que ver con la naturaleza Divina y la naturaleza humana, cada
una en su forma íntegra, que son orgánica e indisolublemente unidas en
la en la persona de Cristo: Col.2:9; 1 Tim. 2:5
a.- Naturaleza Divina: Juan 5:8, 4:26 1 Juan 5:20, Romanos 9:5
b.- Naturaleza Humana. Mateo 26:38 y Hechos 2:27
Varios:
Escudriña las cosas de Dios: 1:Cor.2:10;
Habla Hechos 13:2; 21:11;
Intercede Romanos 8:26;
Testifica Juan 15:26;
Enseña Juran 14:26;
Guía Hechos 16:6;
Manda y nombra para los puestos Hechos 13:2-4, 20:28;
Tiene Comunión 2 Cor.13:14;
Obra Milagros Hechos 8:39 10:38.
EL MUNDO QUE HABITAMOS
EL LENGUAJE DE LA BIBLIA
La Biblia sugiere que hay varios y los llama: "Los misterios del reino de
los cielos" (Mt. 13:11) y aclara que es Dios quien los revela (Dn. 2:28).
Misterio, pues, es algo oculto, pero ahora revelado por Dios, siendo él
quien decide cuándo, cómo y a quién lo revela. A mí me toca estudiar la
revelación ya hecha, pues la profecía tiene sus sellos quitados con el
propósito de que pueda entenderla (Ap. 22:10).
2. El misterio de Cristo (Ef. 1:9,10; 3:4-7; Col. 1:26; 2:2; 4:3), del
evangelio (Ef. 6:19,20) y de la fe (1 Ti. 3:9). Nos habla de cómo gentiles
y judíos serían "coherederos y miembros del mismo cuerpo, y
copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio". Hay
que creer, guardar, y anunciar este misterio y por él se habrá de sufrir.
3. El misterio de la iglesia (Ef. 5:32). Nos enseña que hoy somos uno en
Cristo (Jn. 17:21).
4. El misterio del arrebatamiento (1 Co. 15:51). Éste nos dice que un día
seremos transformados a la imagen de Cristo en su venida.
5. El misterio de Israel (Ro. 11:25). Éste nos recuerda que Dios no los ha
despreciado ni desechado, sino que aún tiene un plan para ellos.
Estudiar profecía es entender los misterios del reino de los cielos. Tarea
necesaria, pues somos llamados a ser administradores de los misterios de
Dios (1 Co. 4:1), y ¿cómo podremos aplicarlos para bien si no los
conocemos?
a) El globo terráqueo.
c) Los satisfactores temporales que existen para que los hombres suplan
sus necesidades.
d) Las costumbres de los hombres que tienen estos satisfactores en un
primer nivel de importancia.
LA PROFECÍA Y LA BIBLIA
La profecía tiene mucho que decir en estos cinco contextos en que puede
entenderse la palabra mundo. Pero antes de buscar qué dice, veamos qué
nos dice la Biblia con respecto a la profecía.
¿QUÉ ES LA BIBLIA?
También será bueno recordar que la Biblia se presenta a sí misma como
el vehículo por el cual Dios ha hecho llegar a nosotros sus profecías, y es
uno de tres testimonios que deben trabajar en armonía (1Jn. 5:8):
b) El Agua (la Biblia), que limpia nuestro camino (Sal 119:9): las huellas
que dejan nuestros anhelos al irse cumpliendo.
c) La Sangre (de Cristo), que unifica nuestros esfuerzos (1 Co. 10:16), y
que motiva nuestras acciones (Heb. 12:24,28).
SUS CARACTERÍSTICAS
Es bueno observar que la Biblia habla de tres mundos diferentes (2 P.
3:5, 7,13):
REFLEXIÓN
Podemos preocuparnos de lo pasajero: comida, bebida y vestido; de lo
que quisiéramos fuera eterno: la naturaleza y sus recursos; o de aquello
que verdaderamente es eterno: nuestra alma (2 P. 3:11,12). Podemos
investigar nuestro entorno y formar ciencia y tecnología, o podemos
llegar a conocer el eterno poder y deidad del Creador,glorificarle y
servirle (Ro. 1:18-21). Es bueno oír el consejo del apóstol Pedro. Nos
conviene guardarnos para no ser arrastrados por el error y así caer de
nuestra firmeza. Nuestra meta ha de ser: crecer en la gracia y el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 P. 3:17,18).
EL MISTERIO DE LA PIEDAD (BOSQUEJO)
1ra.Timoteo 3:16
2. Justificado en él Espíritu:
• Marcos 1:9-11
• Juan 1:12-14
• Mateo 3:15-17; 17:5
4. Fue predicado.
• A los judíos en Pentecostés Hechos 2:6-10 ;4:4, 32
• A los gentiles 2da.Tesalonicenses 2:13.14 y 15
5. Creído en el mundo.
• Esto no quiere decir que todo el mundo ha creído, sino que en todo el
mundo hay “pueblo” de Dios y ya que Cristo dijo “me seréis testigos”
Mateo 28 18-20, es nuestra obligación cumplir este mandamiento, y así
habrá mucho pueblo de Dios.
EL EVANGELIO UN COMPROMISO
EL COMPROMISO DE CREER
Oir una noticia nos compromete a actuar de acuerdo a ella. El que está en
peligro y sabe que hay un medio para escapar de él tiene mayor culpa
que el que ignora su condición y no sabe que hay una salida.
La eternidad será mucho más triste para aquel que supo que había un
Salvador. El que oyó el evangelio y lo rechazó no podrá alegar que fue
pobre, ignorante, que no tuvo tiempo o ninguna otra cosa.
La condición de tal persona será como la de la ciudad sobre la que lloró
Cristo lamentando: ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y
apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus
hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
(Lucas 13:34).
EL COMPROMISO DE COMPARTIR
El que oye una noticia que satisface sus necesidades personales tiene la
obligación moral de compartir esa noticia. A esa conclusión llegaron
unos leprosos que se estaban muriendo de hambre ya que sus parientes
no los podían ayudar por estar en Samaria, ciudad que sufría el sitio del
ejército de Siria. Los leprosos decidieron pedir alimento a los soldados.
No temían morir en sus manos porque eso era preferible a morir de
hambre.
El que sabe que hay peligro y no advierte a sus vecinos tiene culpa. Esto
lo dice Dios por medio del profeta: Si el atalaya viere venir la espada y
no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada,
hiriere de él a alguno... demandaré su sangre de mano del atalaya
(Ezequiel 33:6).
EL COMPROMISO DE VIVIR
Esperamos que nuestros lectores serios puedan disculpar una historia
imaginaria que vamos a relatar enseguida. Por favor lean hasta el fin. No
es fragmento de una de las telenovelas tan populares en la actualidad sino
una ilustración del compromiso que contraemos al decir sí al
ofrecimiento del evangelio y confesar a Cristo como Señor y Salvador.
DESPUÉS DE LA BODA
¡Isaac y su novia por fin estaban solos! La boda había terminado y
también la recepción. Del pastel sólo quedaban migajas. Los regalos
habían sido abiertos y admirados. Las despedidas, entre risas y lágrimas
habían marcado el fin del evento importante que señalaba el inicio de una
nueva vida y la formación de un nuevo hogar.
Iban en el auto que los llevaría al aeropuerto de donde saldrían en viaje
de bodas. La novia se alejó hasta el extremo del asiento, tan lejos como
pudo de su esposo y exclamó: –Isaac, ¡llévame a casa! –¿A casa,
Rebeca? Todavía no hemos comenzado nuestra luna de miel y tú sabes
que nuestra casa no estará lista hasta dentro de dos semanas. –Pero yo no
quiero ir a la casa que tú estás arreglando, por lo menos durante algunos
años. Quiero ir a mi propia casa, donde he vivido siempre.
Isaac miró con asombro a su esposa, pero no cabía la menor duda, ella
hablaba en serio. Sin parecer importarle los sentimientos de su marido
siguió diciendo: –Isaac, siento gusto al ser tu esposa. Nos pertenecemos
el uno al otro. Me enorgullece usar tu nombre. Pero, de veras, quiero
seguir viviendo en mi casa, igual como he vivido hasta ahora. Nos
veremos una vez a la semana; pero dejar mis amigos, mis ocupaciones,
mis costumbres para vivir contigo, ¡no señor! –Quiero que sepas que te
amo– continuó –Te he recibido como esposo, ¿no es verdad? Te
pertenezco hasta que la muerte nos separe, pero no permitiré que tú
cambies mi estilo de vida, ni intervengas en mi vida privada.
Así sucede con la persona que acepta a Cristo como Señor y Salvador.
Pero lamentablemente, hay muchos que dicen ser cristianos y mantienen
una actitud exactamente como la de Rebeca. Dicen con sus hechos, lo
que tal vez no se atreverían a decir con palabras como estas:
–Señor Jesús, yo te acepté como Salvador. Gracias por haberme salvado,
pero ahora déjame en paz. Me gusta el estilo de vida que he llevado hasta
ahora. –Espero que me ayudes cuando me meta en problemas, que me
cuides si me enfermo y suplas todas mis necesidades. Por supuesto,
cuando muera quiero ir al hogar que tú estás preparando, pero espero que
eso sea hasta dentro de muchos años porque hay tantas cosas que quiero
hacer antes. Por ahora, si mis ocupaciones me lo permiten, trataré de ir a
la iglesia a lo menos una hora el día domingo porque sé que es mi deber
como cristiano, pero tú sabes que te quiero aunque no vaya.
LENGUAS Y PROFECÍAS
1 Corintios 14:1
-“Seguid el amor; y procurad los dones espirituales…”
-La superioridad del amor a todos los dones sobrenaturales se resalta en
la elocuente definición del amor que se encuentra en el capítulo trece de
1 Corintios.
¿Siempre recibía algún don todo aquel que solicitara? Tener el derecho
de solicitar no es garantía absoluta de ser complacido. Cualquiera que sea
la petición, la voluntad de Dios es decisiva (2 Corintios 12:7-10).
¿Tenían dones sobrenaturales el hermano en Corinto que adulteró con la
mujer de su padre (1 Corintios 5:1-5), los hermanos que eran “de menor
estima en la iglesia” (1 Corintios 6:4), los hermanos débiles (1 Corintios
8:8, 11-12), los que se embriagaban en la Cena del Señor (1 Corintios
11:20-22) o los que recibían “otro espíritu” u “otro evangelio” (2
Corintios 11:4)? Muy dudoso, ¿no le parece?
-“Pero sobre todo que profeticéis.”
-¿Por qué procurar el don de profecía más que cualquier otro? “Porque…
el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y
consolación” (14:2-4). EDIFICAR a la iglesia es el tema central de 1
Corintios, el capítulo catorce, y no “hablar lenguas”.
-“El que profetiza, edifica a la iglesia”. (14:4).
-“Para que la iglesia reciba edificación” (14:5).
-“Pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para
edificación de la iglesia” (14:12).
-“Porque tú… bien das gracias; pero el otro no es edificado” (14:17).
-“Prefiero hablar cinco palabras… para enseñar también a otros, que diez
mil palabras en lengua desconocida” (14:19).
-“Hágase todo para edificación” (14:26).
-“Podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos
sean exhortados” (14:31).
1 Corintios 14:2
“Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios;
pues nadie le entiende…”
¿Por qué “no habla a los hombres”? La razón se identifica enseguida en
el mismo versículo: porque “nadie le entiende”. Y, ¿por qué “nadie le
entiende”? Se sobreentiende que porque habla un idioma que ninguno de
los presentes entiende.
“Las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos”
apunta Pablo para los corintios (14:22), señal impugnable y convincente,
como en Pentecostés, y medio sin igual que facilita, en el momento, la
predicación del evangelio a inconversos de otros idiomas. Ya que son
para “los incrédulos”, ¿con qué justificación hablarlas cuando “toda la
iglesia se reúne en un solo lugar” (14:23)? No existe una razón de peso, a
menos que a la asamblea entraran indoctos o incrédulos que no
entendieran el idioma de la iglesia local. Corinto era una ciudad
importante de Grecia, y del Imperio Romano. Su población para el
primer siglo de la Era Cristiana se calcula entre cien mil y medio millón.
“La ciudad de Corinto cobró gran importancia como un centro de
comercio y transporte internacional, con negocios de trasbordo o venta
de mercancías, así como de recolección de tarifas e impuestos. Eventos
deportivos de la envergadura de los Juegos ístmicos bienales atraían a
Corinto gran cantidad de aficionados, y este turismo deportista generaba
importantes ingresos para los comerciantes y artesanos de la región. Gran
número de comerciantes y hombres de negocios (más unas cuantas
mujeres de negocios) viajaban a menudo entre Corinto y las otras
ciudades principales del imperio” (Nuevo diccionario ilustrado de la
Biblia, Caribe, Página 217).
“En una colonia romana como Corinto el idioma oficial fue el latín, y la
gran mayoría de las inscripciones públicas encontradas por los
arqueólogos emplean el idioma del imperio. Sin embargo, el griego
perduró como el idioma del pueblo, y fue en el dialecto popular (no
literario) de este idioma que Pablo escribió sus cartas a la iglesia de
Corinto” (Nuevo diccionario ilustrado de la Biblia, Caribe, Página 218).
¿Está enseñando Pablo que las “lenguas extrañas” no son para los
hombres, que no se dirigen a los hombres, que el don de lenguas no fue
dado para beneficio de los hombres, que su propósito principal es para
alabar a Dios? Negativo, ¡en absoluto! Todo lo contrario: el sentido de
toda la instrucción sobre “lenguas” en el capítulo catorce es que han de
edificar a los hombres, bien sean incrédulos o creyentes. Esta verdad se
resalta cada vez más a medida de que progrese la exposición, hasta
quedarse completamente clara e irrefutable.
“No habla a los hombres, sino a Dios.” Y, ¿por qué a Dios? Porque en
tales circunstancias, ¡Dios es el único que le entiende! Los oyentes
humanos en la congregación no le entienden, pero Dios también está
presente en Espíritu, le oye y le entiende, pues entiende todo idioma.
Ahora bien, ¿a Dios le hace falta que los cristianos en la tierra le
edifiquen, sea por el idioma o dialecto que sea? El propósito de las
lenguas debe ser comunicar “revelación… ciencia… profecía, o…
doctrina” (14:6), pero, ¡bendito!, Dios mismo es el autor de toda
revelación, ciencia (conocimiento espiritual), profecía y doctrina.
Entonces, el que habla en lenguas no entendibles para sus oyentes
humanos, termina hablando solo “a Dios”, quien es el único que le
entiende, siendo, además, ¡el único que no necesita instrucción!
De cierto, este versículo nada tiene que ver con “alabar a Dios mediante
lenguas extáticas o angelicales”, pero ya que muchos insisten que sí con
terquedad obstinada nos detenemos para indagar un poco más. Con raras
excepciones, los avivados (pentecostales, carismáticos) confiesan que no
saben lo que dicen cuando “alaban con lenguas”. Si no entienden lo que
dicen, ¿qué valor tiene su acción ante Dios? Sonidos salen de la boca, a
menudo, en medio de gemidos, llantos y griterías, pero ni el intelecto ni
el espíritu del adorador comprende su mensaje. Asimismo llegan, según
se asegura, a los oídos de Dios; sonidos misteriosos e incomprensibles
que el Espíritu Santo dio al adorador, dicen. O sea, pasan del Espíritu
Santo, a través del adorador avivado como medio, revolcando sus
emociones, pero oculto su significado a su intelecto. Llegan a los oídos
de Dios, quien descifra su mensaje, agradándole inmensamente tales
“alabanzas”. ¡Excepcional ¡Curioso en extremo! ¿Por qué no eliminar al
adorador avivado, ya que las “alabanzas” no son iniciativa suya sino del
Espíritu Santo, y dado que tampoco entiende su contenido?
Si hubiere que admitir estas enseñanzas, sin poner cuidado, de que nos
serviría ser tantas veces y tan cuidadosamente avisados por boca del
Señor, que no oigamos a los falsos profetas “No escuchéis” nos dice
Jeremías, “las palabras de los profetas que os profetizan, os alimentan
con vanas esperanzas; hablan visiones de su propio corazón, no de la
boca de Jehová” Jer. 23:16.
Por esto no hay razón para que quieran atemorizarnos con sus títulos,
para hacernos participes de su ceguera, porque el Señor nos avisó en su
Palabra. Porque si es verdad la respuesta de Cristo, que muchos son cieg
MAS CRECED EN LA GRACIA
Han nacido de nuevo del agua y del Espíritu y como están vivos tienen la
capacidad de crecer en el Señor. En otra ocasión, planté unas matitas de
tomates más creciditas que las anteriores. Estas tenía de 4 a 6 pulgadas
de alto.
Cuando fui a visitarlas a la mañana siguiente, noté que las liebres o los
conejos le habían comido las hojas, las tiernas ramitas, y la mayor parte
de los frágiles tallitos. Decidí que era mejor arrancarlas y comenzar de
nuevo. Al traer otras plantitas, les hice primero un cerco de malla
metálica a fin de protegerlas de estos roedores. Ahora podía reirme de las
liebres que por más que trataron no pudieron hacer de las suyas puesto
que no podían meter el hocico por la malla metálica. En la vida espiritual
también hay muchas liebres que atentan contra el progreso del cristiano.
Por cierto, hay un liebrón, grandón y poderosón. Se llama Apolión, y se
apellida Abadón. Este ente maléfico trata continuamente de cortar las
ramitas de las virtudes cristianas que el Espíritu de Dios reproduce en
nosotros. Procura comerse, si pudiera, el tallo mismo de la vida
espiritual. Dije que trata y procura, porque Apolión no puede hacer todo
lo que quiere. Su habilidad maligna tiene límites que Dios le ha puesto.
Por una, no tiene permiso para destruir a los hijos de Dios.
Las plantitas hacían poco o ningún progreso. Estaban vivas, sí, pero
enfermas. Supe entonces que había una plaga que estaba acabando con
las plantitas de tomate en mi vecindario. En el plano espiritual sucede lo
mismo. Algunos de los hijos de Dios se enferman con las plagas que
envenenan el ambiente en que desarrollan sus vidas espirituales.