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Qué es el cambio climático y cómo nos afecta ?

El estudio del clima es un campo de investigación complejo y en rápida evolución, debido


a la gran cantidad de factores que intervienen. El clima de la Tierra nunca ha sido
estático. Como consecuencia de alteraciones en el balance energético, está sometido a
variaciones en todas las escalas temporales, desde decenios a miles y millones de años.
Entre las variaciones climáticas más destacables que se han producido a lo largo de la
historia de la Tierra, figura el ciclo de unos 100.000 años, de períodos glaciares, seguido
de períodos interglaciares.
Se llama cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Es debido a causas
naturales y también a la acción del hombre y se producen a muy diversas escalas de
tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad,
etc. El término "efecto de invernadero" se refiere es la retención del calor del Sol en la
atmósfera de la Tierra por parte de una capa de gases en la atmósfera. Sin ellos la vida
tal como la conocemos no sería posible, ya que el planeta sería demasiado frío. Entre
estos gases se encuentran el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano, que son
liberados por la industria, la agricultura y la combustión de combustibles fósiles. El mundo
industrializado ha conseguido que la concentración de estos gases haya aumentado un
30% desde el siglo pasado, cuando, sin la actuación humana, la naturaleza se encargaba
de equilibrar las emisiones.
En la actualidad existe un consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que
nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración
climática global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la tierra como sobre
los sistemas socioeconómicos.
Ya en el año 2001 el Tercer Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ponía de manifiesto la evidencia proporcionada
por las observaciones de los sistemas físicos y biológicos que mostraba que los cambios
regionales en el clima, en concreto los aumentos de las temperaturas, estaban afectando
a los diferentes sistemas y en distintas partes del globo terráqueo. Señalaba, en definitiva,
que se están acumulando numerosas evidencias de la existencia del cambio climático y
de los impactos que de él se derivan. En promedio, la temperatura ha aumentado
aproximadamente 0,6°C en el siglo XX. El nivel del mar ha crecido de 10 a 12 centímetros
y los investigadores consideran que esto se debe a la expansión de océanos, cada vez
más calientes.
El cambio climático nos afecta a todos. El impacto potencial es enorme, con predicciones
de falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de
alimentos y un aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas,
sequías y olas de calor. En definitiva, el cambio climático no es un fenómeno sólo
ambiental sino de profundas consecuencias económicas y sociales. Los países más
pobres, que están peor preparados para enfrentar cambios rápidos, serán los que sufrirán
las peores consecuencias.
Se predice la extinción de animales y plantas, ya que los hábitats cambiarán tan rápido
que muchas especies no se podrán adaptar a tiempo. La Organización Mundial de la
Salud ha advertido que la salud de millones de personas podría verse amenazada por el
aumento de la malaria, la desnutrición y las enfermedades transmitidas por el agua.
España, por su situación geográfica y características socioeconómicas, es muy vulnerable
al cambio climático.
En consecuencia, aunque existen incertidumbres que no permiten cuantificar con la
suficiente precisión los cambios del clima previstos, la información validada hasta ahora
es suficiente para tomar medidas de forma inmediata, de acuerdo al denominado
"principio de precaución" al que hace referencia el Artículo 3 de la Convención Marco
sobre Cambio Climático. La inercia, los retrasos y la irreversibilidad del sistema climático
son factores muy importantes a tener en cuenta y, cuanto más se tarde en tomar esas
medidas, los efectos del incremento de las concentraciones de los gases de efecto
invernadero serán menos reversibles.
El párrafo anterior es un mero ejemplo de lo que podemos encontrar en correos
electrónicos de los que recibimos diariamente. Se trata de un bulo, o como en inglés se
denomina, un hoax, una noticia falsa que intenta sea considerada como real y que es
divulgada masivamente por Internet. Este hoax, aún muy activo en la red, tuvo su origen
en el año 2003 señalando que las botellas de plástico PET (PoliEtilen Terftalato)
contenían un elemento cancerígeno liberable, DHEA (DiEtil HydroxilAmina) con la
reutilización de las botellas. Otro hoax posterior, del 2004, advertía que la congelación de
las botellas de plástico puede liberar dioxinas cancerígenas en el agua que contienen. La
última versión, la reproducida anteriormente, comenzó en junio del 2007 y aún persiste en
Internet.

Internet es una ventana informativa permanente abierta al mundo y su utilidad es


inmensa. Pero, ante el cúmulo de informaciones que nos ofrece cada vez existen un
mayor número de tales informaciones relacionadas con la salud y que presuntamente
están asentadas en realidades científicas. Pero, frecuentemente no se trata de ciencia,
sino de periciencia o de pseudociencia. ¿Qué puede hacer para descubrirlo y llegar a la
verdad el lector normal, no especialista? Sólo existe una respuesta: intentar conocer lo
que nos dice la verdadera ciencia. Y ésta es la que se publica por investigadores
profesionales en las revistas científicas especializadas. Nuestro hoax de hoy puede
servirnos de ejemplo y pretexto al respecto.

España es el cuarto país de la Unión europea que más agua embotellada consume por
habitante. Cada español consume unos 140 litros anuales de agua embotellada. La mayor
parte se expende embotellada en envases PET, en cuya fabricación se usan diversos
aditivos, entre ellos trióxido de antimonio como catalizador. El antimonio puede ser tóxico
e, incluso, letal en cantidades de unos 100 mg y se estima una persona ingiere unos 0,5
miligramos/dia de diversas procedencias. Como algunos compuestos derivados del PET
de las botellas (formaldehídos, antimonio, ftalato, acetaldehído, etc),, podrían pasar al
agua contenida en ellas existe una legislación que establece unos límites de migración
para estos compuestos que son recomendados por comités de científicos expertos, a fin
de que no existan riesgos para la salud.

Para el antimonio en Europa ello se traduce en un límite máximo de 5 μg/L (directiva


2003/40/CE de la Comisión de las Comunidades europeas), mientras que en EEUU se fija
en 6 μg/L y la de la OMS es de 20 μg/L.

PELIGROS

La toxicidad de dosis altas de antimonio son bien conocidas, como puso de manifiesto un
estudio hecho en 1998, publicado en Food and Chemical Toxicology, sobre ratas a las
que se les suministró durante 90 días agua conteniendo diversas cantidades de sales de
antimonio.

Hace unos años surgieron algunas dudas sobre la cantidad de sustancias como el
antimonio liberadas por los envases de PET en circunstancias especiales (envejecimiento,
calor, múltiple rellenado) y sus implicaciones sobre la salud. Así, en 2006, William Shotik,
un químico del Instituto de Geoquímica Ambiental de la Universidad alemana de
Heidelberg, en un artículo publicado en la Royal Society of Chemistry Journal, tras
estudiar 45 marcas de agua, opinaba que el fenómeno podría ser perjudicial para la
salud.
Alcanzó una mayor repercusión en los medios de comunicación una investigación danesa
publicada en el 2010 en la revista JEnviron Monit en la que se indicaba la presencia de
altas cantidades de antimonio, de hasta 2,7 veces superiores a las permitidas en Europa,
en diversos zumos embotellados de frutas analizados.

Es significativo que en varios centros docentes americanos, como la Universidad Weleyan


de Illinois se haya prohibido recientemente la venta de botellas de agua mineral en
envases de plástico.
CIENCIA
¿Hay motivos para alarmarse? No lo parece, aunque, al igual que opinaba Syam Andra,
este año, en el Journal of Water Resources and Protection, en su análisis de la exposición
humana a los aditivos de los plásticos usados en el almacenado de materiales acuosos,
es conveniente y necesario seguir investigando sobre estos temas.

Así, varios científicos criticaron diversos aspectos metodológicos relacionados con el


trabajo antes citado relacionado con la presencia de altas cantidades de antimonio en los
zumos embotellados de fruta, señalando que las conclusiones no estaban bien extraídas,
en concordancia con datos obtenidos en 2008 sobre aguas embotelladas en Hungría,
publicados en Science of the total environment indicando que las bajas concentraciones
de antimonio en el agua dejaban sin fundamento las preocupaciones sobre sus posibles
efectos tóxicos sobre la salud. Ese mismo año otra investigación demostró que la práctica
de la desinfección solar de las botellas PET con agua liberaba cantidades mínimas de
sustancias como el antimonio, de modo que no eran un peligro para la salud.

Y muy recientemente, hace unos días, una excelente investigación de investigadores


españoles del Departamento de Química Analítica de la Facultad de Química de la
Universidad Complutense que se ha publicado on-line por la revista Food Chemistry,
estudia la migración de antimonio desde los envases PET hasta los líquidos contenidos (
agua destilada, ácido acético al 3%, etanol al 10 y 20%, aceites vegetales y vinagre, entre
otros), siguiendo los métodos analíticos recomendados por una reciente normativa de la
Unión Europea elaborada para evitar los resultados dispersos de investigaciones
diferentes. El resumen de los resultados, en palabras de los autores: “En conclusión, los
resultados obtenidos en este trabajo demuestran que los valores específicos de migración
para el antimonio, en disoluciones acuosas estandarizadas y con estimulantes de
alimentos grasos, son mucho menores que el límite superior establecido por la UE (40 g
/ kg) y en todos los casos por debajo del límite europeo de 5 g / L para el agua potable.
Estos resultados demuestran la baja tendencia del antimonio a migrar desde el PET en
los alimentos en condiciones normales de utilización”. Por tanto, esto es lo que hoy nos
dice la ciencia la respecto.

El ejemplo analizado del hoax de hoy sería extrapolable a otros muchos casos, lo cual no
es incompatible con que seamos cuidadosos y usemos más botellas de vidrio para
almacenar agua y no dejemos envejecer las botellas de plástico o no las sometamos a
temperaturas altas o a la acción prolongada de la luz solar.Agua embotellada, antimonio y 'hoax'
“El veneno que suelta el plástico con el calor se llama antimonio, y se viene denunciando hace mucho tiempo.
Si dejas tu botella plástica con agua en el coche durante días calurosos y te bebes el agua después de que
ésta se haya calentado, corres el riesgo de desarrollar cáncer de pecho. La cantante Sheryl Crow dijo en el
Show de Ellen que ella sufrió cáncer de pecho a raíz de algo similar…Este tóxico es el mismo que se ha
encontrado en los tejidos de senos con cáncer. Así que por favor NO TOMES el agua de botellas de plástico
que se hayan podido recalentar, y pasa esto a todas las mujeres…POR FAVOR NO TE QUEDES CON ESTA
INFORMACIÓN. PÁSALA”.
La configuración electrónica
Un arreglo de electrones muy estable en su nivel de energía más externo es
característico de los gases nobles.

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