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John H.

Parry
iW!\OPA y /,/\ FX:PAN:iION
IJYL l\HI N DO (! 'fI'i-1 7 Ir,)
',--'
Una de las épocas más interesantes y sugestivas de
la historia de la humanidad. y la más importante
en la historia del continente americano, es la que
constituyen los tres siglos en que se realizaron los
,. .
,
grandes descubrimientos geográficos y la expan-
I sión ultramarina de Europa. En ella tienen lugar
l'
,
el tránsito de la Edad Media al Renacimiento. la
I
formación de las nacionalidades modernas y el
desarrollo de los factores económicos que ha brian
de determinar las nuevas formas sociales y, ade·
más, se integra pOI; prinlCra vez como unidad
preñada de contradicciones históricas, aún no re-
sueltas. el mundo que conocemos hoy, al mismo
tiempo interdependiente y pugnaz.
,. ¿Qué motivos indujeron a las naciones euro-
,
peas a emprender desde el siglo XV esa expan·
sión? ¿Cuáles fueron las circunstancias y los re·
cursos sociales y técnicos que le depararon tan
sorprendente éxito? ¿Por qué Europa. en su con·
tacto tanto con razas primitivas como con
¡, . pueblos más ricos, poblados y poderosos que ella
, misma, pudo imponer su influencia social, reli-
I
giosa, mercantil y técnica en todo el mundo?
A estas preguntas responde con lucidez
sorprendente y con sobriedad ejemplar el autor
de este pequeño gran libro.

I1
l.
Traducción de
MARÍA TERESA FERNÁNDEZ Europa y la expansión
del mundo
(1415-1715)

por J. H. PARRY

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
Primcrn edición cn illglés, 1949
Primera edición cn espatiol, 1952
Segunda edición eH espaüol, 1975
Terccra edición en espartal, 1998

INTRODUCCIÓN
Los límites de la cristiandad en 1415

Uno de los rasgos más notables de la historia de los


últimos doscientos años ha sido la influencia domi~
nante de los europeos fuera de Europa. La "expan-
sión de Europa" no fue, por supuesto, deliberadamen-
te planeada, ni tampoco voluntariamente aceptada
por los no eUrOpeos, pero en los siglos XVIII y XIX
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra
resultaba irresistible; a tal grado, que las naciones
-incluido el disclio tipográfico y de portada-, occidentales consagraron gran parte de su energía
sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, a disputarse los despojos. Las bases del dominio
sin el consentimicnto POi" escrito dcl (~ditor.
europc'o fueron preparadas en el siglo xv y firme-
mente asentadas en los siglos XVI y XVII. Navegantes
europeos exploraron casi todo el mundo en esos si-
Título original: glos. Descubrieron y sometieron a muy diversas razas
ElIro/Jf. fU/(l Wirler Wm-ld /4/5-/7/5 primitivas. Hallaron también muchos pueblos para
© 1949, Hutchinson Univcrsity Libral")', Londres quienes ellos mismos eran bárbaros; pueblos más ricos,
más poblados y, según todas las apariencias, más po-
derosos que los invasores occidentales. Ninguno de
estos pueblos se libró de la influencia europea, bien
D. R. © 1952. FONDO llt~ CULTURA ECONÓMtCA
social, religiosa, mercantil o técnica. Muchos de ellos
D. R. © 1986, FONDO DE CULTURA ECONÚMICA, S. A. DE C. V.
D. R. © 1998, FONDO m: CULTURA ECONÚMICA cayeron bajo el dominio europeo; y al mismo tiem-
Carrctera Picacho'J\jusco, 227; 14200 México, D. F. po muchas de las regíones mundiales despobladas
fueron ocupadas por pueblos de procedencia euro-
ISBN 968-16-5494-3 (tercera edición)
pea. ¿Cuáles fueron los motivos que indujeron a las
ISBN 968-16-0716-3 (segunda edición)
naciones europeas, desde el siglo xv en adelante, a
Impreso en Méxic-o emprender una carrera de expansión ultramarina?
7
1

\: , B INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 9

lW¡:: !-, ,i'¿CU~'~~'!;fue'ron los recursos ,sociales y técnicos que restos del Imperio bizan tino y de dominar todo el
!k~tf.~:-:!:_; _¡ !;,i";, .,~ie~oÍl- festa e.xpansión' tan sorprendente éxito? Mediterráneo oriental. Tomaron Constantinopla en
¡¡iW'ié<i: \:: 'En muchos sentidos, el siglo xv no fue para la 1453; a priljcipios del siglo siguiente conquistarían
;:JWf']:;'::!,~{:!'I::~i:! ~urop~' occiderital un 'periodo de expansión, sino de el Egipto y Siria, y, después de invadir los Balcanes,
:j~t,:·'F ¡~[~~ ': contracCión .. ,El ,Imperio chino era entonces, con presionaron a lo largo del Danubio hacia el corazón
1':::' '1 "gran ventaja, el Estado más poderoso y civilizado de Europa ~entral. El Islam, y no la cristiandad eu-
',' del mundo. Había sido gobernado, en los tiempos ropea, fue la colectividad más evidentemente ex-
de la Edad Media europea, por una dinastía tártara pansiva del siglo xv.
cuyos dominios habían incluido no sólo la China Las rivalidades militares y religiosas entre la cris-
l'
propiamente dicha, sino Mongolia, Turquestán y tiandad y el Islam habían sido un rasgo constante de
parte de Rusia. En cierto momento, esta dinastía política europea durante la Edad Media. Desde el
tártara había mostrado tolerancia y aun amistad siglo VIII, los árabes y bereberes dominaron no sólo
hacia el orbe cristiano. Algunos europeos habían vi- todo el norte de África, sino también mucho territo~
sitado su corte y misioneros franciscanos habían rio europeo, en España, Portugal y Sicilia. Este pro-
predicado dentro de sus dominios; sin embargo. el longado contacto con el mundo árabe formó parte
momento de la coyuntura cristiana había pasado en de la educación de una Europa inculta y primitiva.
la mitad del siglo XIV, cuando el régimen de los El arte y la industria europeos deben mucho a los
Khanes tártaros había sido derribado por una dinas- árabes. La ciencia y la erudición griegas -en lo que
tía nativa, la de los Ming. Otras dos grandes reli- de ellas se conocía- encontraron camino hacia la
giones, el budismo y el islamismo, se repartieron al Europa medieval, principalmente a través de tra-
Asia Menor con exclusión del cristianismo, y la co- ducciones á~abes. Aun los elaborados códigos caba-
municación entre el Lejano Oriente y el Lejano Occi- llerescos de los últimos tiempos medievales fueron
dente cesó. El sur de China, los reinos de Indochina en alguna medida tomados de las costumbres y li-
y las islas de la India oriental, de origen hindú, teratura árabes. Sin embargo, a pesar de esto, no
cayeron rápidamente, en el siglo xv, b~jo la influen- hubo fusión alguna de las dos civilizaciones. En los
cia del Islam. En la India, poderosos y civilizados lugares en que vivieron juntos cristianos y musul-
estados hindúes fueron crecientemente amenazados manes, una tolerancia desdeñosa podía ser ofrecida
por la presión musulmana. Más próximas a Europa, por una raza a cambio del pago de tributo por la
las comunidades musulmanas del Cercano Oriente otra; pero en general, el límite entre cristianos y
habían caído progresivamente bajo la dirección mi- musulmanes esL:1.ba cIaramen te trazado, y su rela-
litar de los turcos otomanos, fanáticos guerreros se- ción normal era la guerra. Esta 1 elación bélica llegó
minómadas que estaban a punto de engullir los a ser tan normal y habitual que en ocasiones pa-
JO INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 11

recía perder algo del odio guerrero y adquirir las cruzada- se desintegraron por sí mismos, sin que
convenciones del torneo; pero siempre se presenta- fuera necesario el empuje del contraataque mu-
ba algún hecho, algún cambio en la balanza de las sulmán.
fuerzas, para renovar el encono. Por un lado, el Además, la antipatía entre los cristianos latinos y
i
ardor religioso musulmán se veía avivado de vez en griegos debilitó el movimiento de las cruzadas y lo . !

cuando por olas de refuerzo del Asia central. Estas apartó de su objeto principal: la conquista de los
olas -de las cuales los turcos otomanos fonnaron San tos Lugares. La cuarta cruzada, sin perjudicar
la última y más peligrosa- mantuvieron las fron- seriamente a los infieles, asestó un tremendo golpe
teras de la cristiandad en temor intermitente .. Por al muy deteriorado Imperio bizantino. Sus princi-
otro lado, las aristocracias de la Europa occidental, pales beneficiarios fueron los venecianos, estableci-
apremiadas por la Iglesia, trataron repetidamente dos firmemente como acarreadores de las mercan-
mediante las cruzadas de defender sus territorios y cías orientales desde los puertos de Levante a los
de reconquistar el terreno perdido. insaciables mercados de Europa occidental. Debili-
La Guerra Santa conlra el Islam tuvo buen éxito tado así su principal bastión, el movimiento de las
al reconquistar, al cabo del algún tiempo. todos los cruzadas tuvo que ponerse a la 'defensiva -una in_o
territorios del sur de Europa que antiguamente fructuosa defensiva- frente al avance de los turcos
habían sido cristianos y de habla latina. Fuera de otomanos en el siglo XIV. No fueron los esfuerzos de
Europa, las cruzadas hicieron poca mella en el cuer-. los cruzados, sino los triunfos militares, más al Este,
po del Islam. La mezcla de motivos en los cruzados de un conquista.dor rival -Timur-, los que detu-
-ardor religioso, deseo de aventuras, esperanzas vieron las conquistas del sultán turco Bayezid y
de comercio o de botín, afán de obtener repu- dieron a Europa un corto respiro a fines del siglo
tación- contribuyeron a la desunión. Las naciones xrv y principios del xv. La caída de Constantinopla y
europeas nunca entraron en las cruzadas como esta- la conquista de los Balcanes por algún conquistador
dos organizados. Aun los ejércitos mandados pQr asiático sólo era, evidentemente, una cuestión de
reyes o por el emperador en persona estaban liga- tiempo. Las naciones de la Europa occidental q~e
dos sólo por lazos feudales y personales. Ningún participaron en las cruzadas no tenían ni fuerza, ni
reino de la Europa occidental tenía entonces una voluntad, ni unidad para evitarlo.
organización capaz de administrar posesiones léja- A pesar de losfracasos y las derrotas y del último
nas; sólo las órdenes militares tenían la organiza- colapso del movimiento de las cruzadas en el Cer-
ción, mas sus recursos eran inadecuados. Las con- cano Oriente, la idea de la cruzada persistió en
quistas de los cruzados --como, por ejemplo, los todos los países de Europa que estaban en contacto
estados latinos establecidos después de la primera con pueblos musulmanes. En aquellos países la
12 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 13

cruzada latía en la sangre. de la mayor parte de los poderosa a muy corta distancia. Las operaciones se
hombres de noble cuna y de impulsos aventureros. iniciaron con un ataque por mar a la ciudad y forta-
En ninguna parte fue esto más cierto que en Portu- leza de Ceuta en 1415.
gal, país pequeño y pobre que debió su existencia La expedición a Ceuta fue una verdadera cruza-
nacional a una larga cruzada, y en España, donde la da, aunque con un objeto limitado y temporal. Fue
cruzada aún continuaba. El fracaso de la cruzada organizada por el rey Juan I, en parte para asestar
mayor en el Cercano Oriente dio lugar a intentos un golpe a los moros saqueando uno de sus princi-
enderezados a encontrar medios con que atacar al pales puertos -la llave del Mediterráneo, como
poder musulmán en otras partes. Si no por tierra, dijo Azurara-, en parte para dar a sus hijos, can-
por mar; si los infieles eran invulnerables al ataque didatos a la caballería, la oportunidad de ganar sus
frontal, podían ser flanqueados o atacados por re- espuelas en una batalla verdadera mejor que en la
taguardia. y si la fuerza de los cruzados europeos pelea artificial de los torneos. La operación consti-
era insuficiente, cabía buscar alianzas con otros prín- tuyó un brillante triunfo y la caída de Ceuta tuvo
cipes cristianos. Eran corrientes las historias de po- gran resonancia en Europa. Su importancia radica
derosos aunque olvidados reinos cristianos, quizá no sólo en el hecho de la conquista, sino también
en el este de África, quizá en alguna parte de Asia. en la osada decisión de retener la plaza con una
Si, además, era posible establecer comunicaciones guarnición portuguesa en lugar de arrasarla com-
con el este, por alguna ruta fuera del control turco, pletamente. Un Estado europeo emprendía, como
entonces el comercio oriental, que daba a los turcos Estado, la defensa y la administración de una po-
mucha de su riqueza, podría ser derivado hacia sesión ultramarina en territorio árabe. Ceuta ofrecía
canales cristianos. muchas posibilidades: una base para el avance en
La guen'a y el comercio marcharon juntos en las Marruecos, o para el ataque a Gibraltar, el otro gran
últimas cruzadas. Portugal tenía una gran costa, una baluarte moro en el Mediterráneo occidental; el
población considerable de pescadores y marinos, y incentivo -y probablemente en alguna medida la
una clase comercial poderosa muy emancipada de información- necesario para iniciar la sistemática
la injerencia feudal. Los portugueses podían y exploración y el comercio africanos. Con la toma de
deseaban pasar de un comercio atlántico de vinos, Ceuta, el movimiento cruzado pasaba de la fase me-
pescados y sal a operaciones de mayor riesgo, más dieval a la moderna; de una guerra contra el Islam
amplias y lucrativas, con esclavos, oro y especias. El en la cuenca del Mediterráneo a una lucha general
primero y claro objeto de la expansión mi!itar y para llevar la fe cristiana y el comercio y las armas
comercial portuguesa fue el noroeste de Africa, europeas alrededor del mundo.
donde vivía una colectividad musulmana grande y La figura más sobresalien te en las primeras eta-
14 INTRODUCCIÓN

pas de la expansión ultramarina portuguesa -y


·también de Europa- fue el príncipe Enrique de
Portugal, apodado el Nmlr.ganle por los historiadores
ingleses. El príncipe Enrique se distinguió mucho 1. LOS INSTRUMENTOS
en Ceuta, no sólo en la conquista, el año 1415, sino DE LOS EXPLORADORES
también tres años después cuando socorrió a la
guarnición portuguesa puesta en aprieto por un
contraataque moro. Estuvo íntimamente relaciona- 1) CARTAS
do con la cruzada en sus dos formas: la antigua, la
forma más restringida de una guerra ,mediterránea Si el espíritu de cruzada, en la persona del príncipe
contra los moros o los turcos, y la más nueva forma Enrique, fue ro que hizo emprender a los portugue-
de una estrategia mundial para el cerco del Islam, ses una carrera de expansión ultramarina, no fue,
una estrategia de la que fue sólo un primer paso la por supuesto,' el fervor de cruzada lo único a tener
exploración de la costa occidental africana y las islas en cuenta. El valor, la disciplina y la capacidad de
atlánticas. Hoyes principalmente recordado como organización jugaron su papel; y jun to a estas con-
organizador de la exploración de África; pero las sideraciones morales hay que colocar otros factores
expediciones al África eran para él un nuevo medio comerciales y sobre todo técnicos, que contribuye-
para un viejo fin. Su carácter multifacético resumió ron a las sorprendentes hazañas de los portugueses
lo mejor de lo antiguo y lo moderno en los tiempos en dos continentes durante un solo siglo. Como in-
mutables en que vivió. Fue retraído y hombre de troducción al relato de las proezas portuguesas, debe
negocios; ascético y anfitrión generoso; comenda- pasarse revista a estos factores, a Jos instrumentos
dor de la caballeresca Orden de Cristo y amigo de utilizables en el siglo xv para convertir en realidad
marinos, mercaderes, cartógrafos y constructorcs los sueños del príncipc Enrique.
de instrumentos; un cristiano católico de piedad pro- Una de las características más_obvias de la civi-
funda y ortodoxa y un patrocinador de muchas lización e'urop~a es su preocupación por los proble-
novedades del saber y la ciencia. Bajo tal dirección, mas técnicos y su dominio de un amplio campó de
el principio de la expansión europea por mar no creaciones mecánicas. La pericia técnica y la capaci-
fue una nlptura súbita con el pasado, sino el resul- dad para aplic~r el conocimiento teórico a fines ma-
tado natural de los siglos de esperanza y fracaso de teriales prácticos han sido factores principales en la
las cruzadas. extensión de l~ influencia europea por todo el mun-
do, y han dejado fuerte impronta, aunque nosiem-
pre favorable, ien todos los pueblos con quienes los
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16 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 17

europeos se han relacionado. Esta característica se dentcmente exacto. Tanto Eratóstenes como Estra-
ha observado más en el último siglo o siglo y medio; bón d~jaron descripciones reconocibles de los con-
pero ha sido un elemento importante en toda la his- tinentes de que tuvieron noticia. Más allá de los
toria de la expansión europea. El conocimiento cien- límites del conocimiento o la información contem-
tífico de la época, resultado de verdaderos descubri- poráneos, se contentaron con dejar un vacío y la
mientos del renacimiento del saber clásico, fue muy hipótesis de un vasto océano circundante. La culmi-
rápidamente utilizado para fines prácticos. nación de la geografIa antigua fueron, sin embargo,
Tres ramas del desenvolvimiento técnico mostra- las compilaciones del egipcio helenizado Tolomeo,
ron ser de primera importancia en la historia de la quien escribiq hacia el 130 d. C., en la época de la
exploración y expansión ultramarina. Una fue el mayor exten~ión del Imperio romano. Tolomeo
estudio de la geografia y la astronomía y su aplica- dejó dos obras principales, una de astronomía, co-
ción a los problemas de la navegación práctica. Otra, nocida más comúnmente por su título árabe, el
la construcción de barcos y el desenvolvimiento de la Almagesto, y una Geografía descriptiva provista de ex-
pericia para manejarlos. Y otra, el mejoramiento de celentes mapas.
las armas de fuego; T en particular de la artillería Los herederos de los griegos en geografia, como
naval. Al menos en las dos primeras ramas de la téc- ~n muchas otras ciencias, fueron los árabes. La ma-
nica, los hombres de la Europa occidental extraje- yoría de los cosmógrafos árabes prefirieron la des-
ron el conocimiento, ya de sus predecesores clási- cripción del mundo de Tolomeo a las de sus pre-
cos, ya de sus vecinos orientales, pero lo aplicaron decesores por ser más completa y simétrica. Por
de manera insospechada por sus descubridores ori- preocuparles también la astronomía y la astrología',
ginales .. los árabes hicieron gran uso del Almagesto pero des-
J

Fue conocimiento común entre la gente culta del deñaron la Geografía, que permaneció olvidada du-
siglo xv que la tierra era redonda. Éste, como tantos rante la mayor parte de la Edad Media. Los árabes
otros de los conocimientos académicos de la Edad enriquecieron, poco el conocimiento geográfico por
Media, tenía su origen, pasando por muchos cambios exploración teal, porque sus grandes' vi~jes así
y por extraviados caminos, en los antiguos. El mun- por tierra como por mar fueron por regiones ya' co-
do helénico había producido una escuela completa nocidas en general por los antiguos -el Mediterrá-
de matemáticos y cosmógrafos sistemáticos: Hiparco, neo y los países costeros del norte del Océano Índi-
Eratóstenes, Marino de Tiro y el geógrafo Estrabón, co-, Creyeron que el Atlántico no era navegable, y
mencionando sólo los nombres más conocidos. tuvieron un profundo temor supersticioso al "verde
Eratóstenes había calculado en realidad la circunfe- mar tenebroso", temor contagiado de la Europa occi-
rencia de la Tierra y llegado a un resultado sorpren- dental. Por otro lado, fue contribución de los geó-
18 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 19

grafos árabes una profusa e ingeniosa teoría sobre pia imaginación los espacios en blanco de los mapas
el centro hipotético del mundo habitado y la colo- primitivos. Inventó un vasto continente meridional,
cación simétrica de los continentes alrededor de él. unido por un extremo a África y por el otro a Chi-
Una mezcla compleja del Almagesto y la teoría árabe, na, haciendo del Océano Índico un mar interior;
transmitida en traducción latina, proporcionó la base declaró que todo el hemisferio sur no era navegahle
de la geografia académica en las postrimerías de la a causa del calor; e impugnó el cálculo de la circun-
Europa medieval. ferencia del globo hecho por Eratóstenes, sustitu-
Sobre esta base, escritores escolásticos europeos, yéndolo por el suyo, que era alrededor de un sexto
desde Roger Bacon hasta Pierre d'Ailly, compusieron menos del cálculo verdadero. La Geografía de Tolo-
tratados sistemáticos que comprenden un conjunto meo (~.icrció una influencia inmensa, aunque no
de referencias bíblicas, leyendas y relatos de viaje- indisputada, durante, por 10 menos, doscientos ailos;
ros. De estas obras, la de más inflttio, y una de las y gran parte de la historia de los primeros descu-
últimas en publicarse, fue el ¡mago Mundi del carde- brimientos fqe el relato de hombres prácticos que
nal Pierre d'Ailly, mina de citas de autoridades grie- demostraron que Tolomeo estaba equivocado.
gas, launas y árabes, y obra de inmensa erudición, Resulta claramente de todo esto que aun la mc;jor
pero completamente ajena a la realidad náutica. Es geografla académica de los comienzos del siglo xv
uno de los raros libros que se sabe fueron estudia- tenía poco que ver con la experiencia de los· nave-
dos por Colón. gantes prácticos. En cuanto los marinos la conocie-
El ¡mago Mundi fue escrito en 1410. Ese año fue ron de algún modo, constituyó un desaliento casi
también notable a causa de la recuperación por la paralizado de la exploración por mar; y los mapa-
Europa Occidental de la Geografia de Tolomeo, que mundi -los mapas mundiales teóricos basados en
al fin salió de su larga oscuridad en versión latina. ella- fueron inservibles a los fines de la navegación
Este ejemplo del firme renacimiento de la ciencia oceánica.
clásica fue evidentemente de enorme significación Sin embargo, los marinos del siglo xv no se hicie-
en el desarrollo de la geografIa científica. No fue, ron a la mar sin cartas. Por lo menos desde el siglo
sin embargo, un estímulo puro para los explora- XIII había existido en los puertos italianos y cata-
dores; pues aunque la obra de Tolomeo fue un gran lanes una escuela de hidrógrafos profesionales que
progreso respecto de la teoría corriente, contenía dibujaban jJorlolani -cartas diln0adas para su utili-
algunos errores antiguos de hecho. El mapamundi zación en el mar, basadas en la experiencia náutica
de Tolomeo era una representación bastante exacta y que debían poco a las ciencias acadé'Inicas-. Los
del Imperio romano y países adyacentes, pero füera primeros dibt!jantes de estas hermosas cartas de fines
de esos límites, Tolomeo había llenado con su pro- de la Edad Media son desconocidos, pero los dibu-
20 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 21

jos eran buenos, y como muchas invenciones usadas ser medida solamente por observación celeste; y en
por hombres prácticos fueron repetidos, con adicio- los comienzos del siglo xv el rudimentario saber as-
nes pero sin cambios fundamentales, de generación tronómico de Europa era dominio exclusivo de los
en generación. Consistieron en esbozos a pulso cIa- doctos. Para el navegante práctico era, todavía, un
ras y exactos de la línea de la costa con indicación libro cerrado en idioma desconocido.
de promontorios, ríos y bahías. Los últimos pOItolani El mundo docto de la Europa occidental recibió
tenían rosas de los vientos y estaban cruzados con de los árabes su conocimiento de la astronomía,
una red de líneas de rumbos o loxodromias que ser- principalmente a través de los judíos portugueses e
vían para mostrar las rutas de un lugar a otro. La iL:'llianos, que fueron en esta época los intermedia-
mayoría abarcaba el Mediterráneo y el Mar Negro; rios naturales entre la .cristiandad y el Islam. El fin
algunos se extendían hasta Europa septentrional e de los árabes al estudiar los cielos no fue original-
incluían una parte de África. Estaban dibt~ados con- mente la navegación, sino la cosmografía y la astro-
forme a una escala de distancias apropiada, pero no logía, y para el objeto que perseguían se fiaron del
a una proyección conveniente; hasta el siglo xv Almagesto de Tolomeo y de las obras de los primeros
no inventó Mercator su famosa proyección con una astrónomos hindúes, prescindiendo de la crítica. Sin
técnica para mostrar tan lo la latitud como la longi- embargo, completaron a Tolomeo con un gran vo-
tud por líneas rectas. Por eso, la exactitud opera- lumen de observación concienzuda hecha en varios
toria de los portulanos sólo era admisible para siglos. Identificaron y bautizaron muchas estrellas y
travesías relativamente cortas. Pudieron ser usados, estudiaron sus movimientos respecto de la Tierra.
con ciertos límites, para la navegación a la estima, Algo de este conocimiento astronómico influyó en
pero no para fijar la posición de un buque en alta la práctica de los navegantes orientales. Los mari-
mar. nos árabes navegaban normalmente orientándose
Cuando los portugueses emprendieron sus viajes por las estrellas; es decir, regulaban su rumbo por
al Sur, comenzaron a dibujarse cartas del tipo por- las posiciones que se sabía tenían ciertas estrellas
tulano de la costa africana, y fue necesario tener una principales al salir o al ponerse. Tal sistema era se-
escala de referencia que sirviera para señalar los ras- guro sólo en latitudes donde no había gran variaCión
gos de la costa una vez descubiertos. A fines del si- de los acimuts de las estrellas apropiadas, y donde la
glo xv, los cartógrafos portugueses empezaron a regularidad de los vientos estacionales hacía posible
agregar a la red de loxodromias ele sus cartas un solo navegar grandes distancias conforme a una ruta arre-
meridiano, por lo general el Cabo de San Vicente, glada de antemano. Algunos baghlas árabes cruzan
que se extendía a través de la carL:'l de norte a SU1', aClualmen te el Océano Índico de la misma manera.
con indicación de grados de latitud. La latitud podía Ylo que era más importante, los marinos árabes del
22 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 23

siglo xv poseían métodos rudimentarios para obser- día dado-o Aquí, el estudio árabe del cielo tuvo uti-
var la altitud de los cuerpos celestes como ayuda en lización, asimismo, a través de los judíos, Un aIma~
la determinación de su posición. Los navegantes naque que contenía tablas de declinación había sido
portugueses, al resolver problemas mucho más diH- compilado p<Dr un judío portugués llamado Abra-
ciles que Jos presentados jamás a los marinos ára- haln Zacuto, que fue profesor de astronomía en Sa-
bes, neccsi taran un mayor apoyo de los hom brcs de lamánca, y qu.e más tarde, al ser expulsados de Espa-
ciencia. Una de las empresas del príncipe Enrique y ña los .¡'udíos,', vino a Lisboa como astrónomo real.
sus sucesores fue la de reunir para este fin a los na- Las tablas de 'Zacuto estaban escritas en hebreo. La
vegantes y sabios de Europa. Junta de Juan II las tradujo al latín, y poco tiempo
La estrella más fácil y clara utilizada en la obser- después (la fecha es incierta) fueron publicadas en
vación de la latitud es la estrella Polar, porque siem- portugués como parle de un tratado general de na-
pre está alineada a pocos grados del eje tClTcstre. vegación, titulado O Regimento do Astrolabio. La pu-
La altitud de la estrella Polar -el ángulo vertical blicación de esta obra, el primer manual práctico,
entre la estrella y el horizonte del obsclvador- da marcó un adelanto revolucionario en la ciencia de
la latitud del observador. La primera observación la navegación.
registrada en un buque europeo de latitud derivada Es característico de la actitud de los portugueses
de la latitud de la esu'ella Polar tuvo lugar en 1462, que éstos no dejaran de enviar una expedición a
dos años después de la muerte del príncipe Enrique; Guinea en 1485 para probar los nuevos métodos de
pero no hay duda de que sus capitanes habían esta- observar la latitud.
do experimentando el método durante algunos allos En resumen: a principios del siglo xv, el nave-
antes. Sin embargo, al continuar la exploración, la gante carecía ,de medios para encontrar su posición
estrella Polar descendía hacia el horizonte: y al una vez que perdía de vista la tierra y, por consi-
aproximarse al Ecuador los exploradores la perdían guiente, tenía cuidado en general de no alejarse de
completamente de vista. La dificultad para observar ella. A fines del siglo, un navegante inteligente y
la latitud en el hemisferio sur fue un serio obstáculo preparado disponía de diversos métodos ·para hallar
para los navegantes del siglo xv; pero en 1484, un su latitud; tenía un cálculo admitido en la longitud
grupo de astrónomos consultado por el rey Juan 11 geográfica de un grado de latitud -dieciucho le-
sugirió que la latitud podía ser calculada por la guas portuguesas, un error de sólo cuatro por cien-
observación de la altura del sol al mediodía. Para to-; y lenía cartas en que sus observaciones podían
este c{llculo, el navegante necesitaría tablas de la de- ser registradas. No tenía miedo alguno de hallar su
clinación del sol -la distancia del cenit del sol al longitud -éste era un problema más difícil, no re-
norte y al sur del Ecuador, al mediodía, en cualquier suelto satisfactoriamente hasta el siglo XVII-; sin
24 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 25

embargo, por una combinación de la latitud obser- daba al navegante su dirección para gobernar el bu-
vada y el cálculo podía seguir bastante bien el curso que, y por un conocimiento somero de las corrien-
de su posición. Disipase así gran parte del horror tes marinas él calculaba que su ruta iba bien. La ve-
del navegante medieval al mar abierto. Toda esta locidad desarrollada fue en gran parte cuestión de
conquista se debió a una combinación sin prece- conjetura. La forma más primitiva de corredera fue
dente de experiencia marítima y conocimiento aca- un trozo de madera amarrado a una cuerda larga
démico; y los métodos fueron realmente eficaces. con nudos a intervalos regulares; cuando la corre-
En el gran viaje de Vasco de Gama a la India, que dera estaba flotando, la velocidad a que corrían los
cerró el siglo. no hubo rasgo más dramático que -la nudos sobre la popa era medida con un pequeño
exactitud de la navegación y de su primera recalada reloj de arena. Sin embargo, esta corredera "tarugo"
en la costa sudafricana. fue un invento de principios del siglo xv; en el si-
Sin embargo, sería erróneo suponer que ya a fines glo xv, el navegante estudiaba la marcha de su buque
del siglo la toma de observaciones celestes era co- a lo largo de trechos conocidos de costa, y así apren-
mún entre los navegantes. Por lo contrario, era un día a calcula~ su velocidad por la observación ele
gran acontecimiento y cuando tenía buen éxito era trozos de madera y otros objetos flotan tes. Para el
registrado con orgullo en los diarios de viajes. La na- cálculo, empleaba una ú'1rta de la clase ya descrita,
vegación celeste no formó parte todavía de la ense- dibujada gen~ralmente en pergamino. No tenía lá-
ñanza profesional de los marinos, y aun los expertos piz y en su defecto hacía agujeros en la carta con su
prácticos necesitaban condiciones favorables para compás -como aún lo hacen los navegantes desi-
alcanzar resultados seguros. ,diosas-. Por carecer de cartabón, alineaba su regla
Una palabra acerca de los instrumentos: Los bar- con la loxodromia más cercana y conveniente sobre
cos europeos habían llevado brújulas por lo menos la carta.
desde el siglo Xlii, y en los días del príncipe Enrique Para la navegación celeste el requisito principal
la brújula, que era una aguja imantada moviéndose era un instrumento para medir la altura de los cuer-
sobre un pedazo de madera en una vasija de agua, pos celestes. La ballestilla, luego perfeccionada, fue
se había transformado en una aguja que giraba en un insu'umento del siglo XVI; el instrumento común
un pivote sobre una rosa de los vientos marcada con del siglo xv fue el astrolabio. Los complicados astro-
los cuatro cardinales y los treinta y dos puntos que labios de latón, tanto los orientales como los euro-
conocemos. Los balancines fueron introducidos al.:. peos, que sobreviven en muchos museos, fueron
rededor de 1500. La existencia de la variación era concebidos para resolver diferentes problemas retó-
conocida, pero la amplitud de variación en diferen- ricos de índole astronómica y astrológica; y proba-
tes longitudes era cuestión de conjetura. La brújula blemente nunca fueron usados en el mar. Los as-
26 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 27

trolabios realmente empleados por los navegantes


portugueses eran mucho más sencillos; su forma 2) BARCOS
más simple consistía en un disco dividido en grados
con un indicador giratorio Slucto en el centro. El A principios del siglo xv, el comercio marítimo de
indicador estaba provisto de pínulas en ambos cx- Europa fuc hecho en barcos sensiblemente inferio-
Iremos. El instrumeJlto estaba suspendido vertical- res en trazado y construcción a los buques usados
mente en una argolla colocada en la parle superior. en muchas partes de .Oriente; pero a fines del siglo
El observador cogía la argolla con la mano izquier- xv los mejores barcos europeos eran los mejores del
da y con la derecha alineaba las pínulas con la es- mundo. Fucron quizá, menos marineros y menos
trella escogida; luego leía el ángulo señalado por el barlovcnleantes que los juncos de los mares de Chi-
extremo superior del indicador. Claro está que era na, pero en general, en su combinación de calidad
sumamente difícil mantener con fIrmeza el instru- marinera, resistencia, capacidad de transporte y po-
mento en la cubierta de un barco balanceándose. der de combate, se mostraron superiores a cualquier
Los exploradores portugueses de la costa africana otra embarcación, y desde entonces han conservado
preferían, cuando era posible, hacer sus observacio- tarsupcrioridad. La importanci.a de este factor en la
nes en tierra. Se dirigían a la costa, anclaban, iban expansión europea es evident~. Tanto en la nave-
remando a tierra, y colgaban astrolabios de trípodes gación como en el diseño de sus buques, los mari-
colocados en la playa. En esta posición hacían sus nos europeos tomaron prestado e imitaron primero,
observaciones de meridiano y obtenían sus latitudes y luego desarrollaron y mejoraron lo recibido hasta
con sorprendente exactitud, por lo general. dejarlo irreconocible.
Para hacer obscrVaciones cn el mar, el siglo xv Gran parte de las mercaderías de la Europa del
creó un instrumento algo más manejable, un cua- siglo xv lúe transportada en galeras. En el Medite-
drante rudimentario. Aunque más ligero y simple rráneo fueron preferidos los buques de remos por
que el asu'olabio, funcionaba conforme a un princi- su seguridad y no depender del viento. Las galeras
pio semejante, y no puede haber sido mucho más ganaron la batalla de Lepanto en año tan' avanzado
exacto cuando el barco estuviese balanceándose. ~omo 1570; hasta el siglo XVIII no desaparecieron
Colón, en su primer viaje, trajo ambos consigo, un por' completo; ¡pero fueron evidentemente inapro-
astrolabio y un cuadrante. Generalmente empleaba piadas para la éxploración o para cualquier clase de
el cuadrante para hacer observaciones de la estrella empresa en mares profundos, y para el comercio en
Polar. No hay constancia de que hiciera obscrvacio- aguas más agitadas, las naciones marítimas "de Euro-
nes solares o de que utilizara el astrolabio. En su se- pa tenían hacia 1400 considerable cantidad de bu~
gundo viaje parece que no lo usó. qucs de al,tllra que usaban re~os, si acaso, solamente
28 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 29

cuando intervenía la necesidad. Algunos de estos 1400, el principio de dividir el área del velamen de
barcos eran sumamente anchos; y también pesados, un barco para el fácil manejo estaba en su infancia.
de tingladillo por lo general, y de muy vasta manga. Unos cllantds buques grandes tenían dos o incluso
Su construcción les daba estabilidad y permiLia a su tres mástiles; los más sólo tenían uno. Cada mástil
obra muerta alcanzar considerable altura. Para fines llevaba una sola vela atada a una gran verga. Las ga-
de guerra, el peso era aumentado con "casl~llos" sa- vias, principales velas impulsoras de todos los gran-
lientes de combate a popa y a proa para alopr a los des buques bn los años posteriores, fueron intro-
ballesteros y la artillería ligera de la época, y para ducidas después de 1400, y al principio eran del
facilitar el abordaje. En la Edad Media, estos casti- tamaño de un ·pañuelo.
llos habían sido por lo general estructuras u'ansito- En general, el buque de vela de la Europa occi-
rias, y las ciudades constructoras de buques tenían dental, aunque hacia 1400 había alcanzado tamaño
frecuentemente gremios de artífices de castillos, considerable, era todavía tosco y primitivo. Con vien-
obreros especializados cuyo oficio consistía en trans- to favorable, podía llevar gran número de hombres
formar los buques mercantes en barcos de guerra o voluminosa carga para travesías relativamente cor-
proveyéndolos de castillos. Sin embargo, ya por 1400 tas. Era completamente inadecuado para seguir las
fue aumentando la práctica de construir castillos de sinuosidades de costas desconocidas, explorar estua-
proa y popa permanentes como parte de la estruc- rios, desafiar los peligros de los bajos, las costas de
tura de' grandes barcos, práctica llevada al extremo sotavento y los vientos de proa. El barco de aparejo
a principios del siglo XVI. de cruz -la nao- no jugó papel importante en los
El barco europeo de alrededor de 1400 llevaba primeros descubrimientos. Los portugueses pre-
casi siempre aparejo de cruz, y las limitaciones de firieron, tomándola prestada, la carabela de vela la-
este aparejo acentuaban la tosquedad del. ca~co. tina -una embarcación muy singular que traslucía
A menos de que el viento fuese de popa, o casI aSl, el la influencia asiática en todas sus líneas-o En esto,
barco tendía a derivar demasiado y un viento de proa también, los árabes fueron sus maestros.
le impedía salir del puerto. El aparejo de cruz, por El comercio en mar abierto del Océano Ín~ico,
otro lado, tenía una gran ventaja: hacía posible que desde Suez a Malabar, fue en el siglo xv casi un mo-
la superficie velera total de un buque fu,:se dividida nopolio árabe. Aprovechando los monzones perió-
en muchas unidades, cada una de tamano que per- dicos, los patronos de naves árabes sostuvieron un
mitía el fácil manejo. Por eso un buque de apar~jo comercio estacional, regular, como lo hacen actual-
de cruz podía llevar con seguridad un área de vela- mente. Los barcos ahora empIcados en el comercio,
men muy grande; y dicho aparejo mostró ser el más especialmente el tipo mayor, el baghlas del Golfo
adecuado para grandes barcos. Sin embargo, en Pérsico, muestran indudable influencia europea en
30 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 31

el peto de popa, con su primoroso adorno lallado, }' nientes. Uno es la dificultad para virar de bordo; la
en' el método de unión de las cuadernas con clavos verga tiene que ser trasladada hasta el tope, maniobra
de hierro. En el siglo xv todos los barcos árabes que resulta complicada y difícil. En las condiciones
fueron probablemente de extremos iguales y sus de vien to del Océano Índico, rara vez es necesario
tablones fueron unidos a la estructura con fibra de virar de bordo; y si debe cambiar de rumbo, el capi-
bonote. Los rasgos característicos del diseño -el tán árabe virará en redondo por lo general. El otro
arco de "gancho", la quilla profunda, la falta de cas- inconveniente es, más importante: el tamaño y el
tillo de proa elevado, la popa larga- son completa- peso de la arboladura. El diseño de la vela latina es
mente árabes y fueron entonces casi los mismos que de tal naturaleza que sólo una vela puede ser colo-
ahóra. Los cascos eran de junta a tope y entonces cada en cada mástil. Por ello, las velas tienen que
como ahora estaban construidos principalmente de ser anchas, y se necesita arboladura muy larga para
teca de Malabar, material más durable que el roble sostenerlas. La longitud del palo principal es gene-
europeo. ralmente casi igual que la longitud total del barco.
Tanlo en el diseño del aparc~jo como clel casco, Está hecho de dos o tres troncos de teca empalma-
los mayores barcos árabes han cambiado probable- dos y es naturalmente muy pesado. Hay, claro está,
mente poco desde el siglo xv. Tienen por lo general un límite en el tamaño del palo para que pueda ser
dos mástiles con una inclinación pronunciada hacia manejado, y este factor limita el tamaño del barco.
adelante. Cada mástil neva una sola vela laLina; üna Sin embargo, a pesar de estos inconvenientes, los
vela triangular o casi triangular, cuyo borde princi- buques árabes en general son fáciles de manejar,
pal está atado a una larga verga izada oblicuamente seguros y marineros; y los usados en la travesía del
al mástil. La vela latina es la contribución especial Océano Índico en los comienzos del siglo xv esta-
de los árabes al clesenvolviniiento de la marina mun- ban mucho mejor diseñados que cualquier barco de
dial; es tan característica del Islam como la misma tipo exclusivamente europeo ~mpleado a la sazón.
media luna. Es también un aparejo muy eficiente y El apar~jo latino y los conocimientos árabes sobre
útil. Las cualidades de cualquier vela cuando recibe el diseño del casco se extendieron al Mediterráneo
viento favorable dependen, en gran parte, de que a consecuencia de las incursiones musulmanas, y
tenga el borde principal tan largo y tenso como sea fueron sin duda estudiados e imitados por los por-
posible; estas cualidades son proporcionadas en la tugueses durante su larga contienda con los moros
vela latina por el largo de la verga, y por simples ajus- del norte de África. Sin embargo, los portugueses
tes puede cambiarse la posición de la vela adaptán- conservaron los métodos europeos de construcción
dola a casi cualesquiera condiciones de vicn too de casco y ligazón. A consecuencia de ello, las cara-
El aparejo latino árabe tiene dos graves incon~e- belas en que 'los capitanes del príncipe Enrique
32 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 33

hicieron la mayoría de sus viajes difirieron en aparc~ sig~o 'xv, los diseIladorcs de barcos de Portugal y Es-
jo y diseño, aunque no en constnlcción, de los barcos pana encontraron una solución al combinar en una
de apar"jo de cruz del resto de la Europa occiden- nave las ventajas del aparejo de cruz europeo Con
tal, y semejaban en muchos respc'ctos a' los sambuks las del latino-oriental. Esta nave fue la carabela re-
que pueden ser vistos hoy en cualquier puerto del donda, la carabela de aparejo de cruz, empleada en
Mar Rojo. la mayor parte de los vi~es de descubrimiento de
No obstante, los portugueses, a diferencia de los fines del siglo, xv y principios del XVI. Tuvo una cla-
árabes, no se contentaron con el aparc::jo latino tal se de aparejo de bergantín primitivo, generalmente
como lo encontraron. la carabela no se mantuvo en co~ velas ~cu~dradas en el trinquete -papahígo y
un tipo permanente; se desarrolló constantemente gaVIa, y mas tarde tambiénjuahete_. Conservaba el
a lo largo del siglo XV, a medida que los largos viajes aparejo latino en el palo mayor y el de mesana. La
de exploración mostraban 'sus defectos. En primer distribución de las velas cuadrada y latina varió en
lugar, la dificultad de virar a bordo fue vencida algún grado. El palo mayor podía ser de aparejo de
acortando las vergas, colocándolas más verticales y cruz como el trinquete; a veces había cuatro másti-
ajustándolas más apretadamente a los mástiles. Esto les, dos de ellos de aparejo de cruz. La carabela con
hizo' innecesario trasladar la verga hasta el tope en aparejo de cruz conservó las ventajas de la latina
el viraje, manteniéndola siempre al mismo lado del cuando navegaba de bolina, y su mayor extensión
mástil como en las modernas barcas latinas del Me'" de velamen la hizo mucho más rápida en la carrera.
diterráneo. La pérdida de superficie velera ocasio- La afortunada combinación de los aparejos de
"nada por estos cambios fue compensada con la ins- cruz y latino en una embarcación, fue un aconte-
talación de un palo de mesana, dando así a la cimiento de shma importancia en la historia de la
carabela tres mástiles en lugar de dos. navegación europea. Se extendió rápidamente no
Sin embargo, el número de mástiles no podía au- sólo a las emb~rcaciones ligeras del tipo de las cara-
mentar indefinidamente, y cuando los navegantes belas, sino tarpbién a los grandes barcos. A Plinci-
portugueses se alejaron cada vez más de su patria, pios del siglo XVI, los barcos de toda Europa estaban
comenzaron a encontrar sus carabelas demasiado provistos normalmente de una o más velas latihas.
pequeñas para los largos viajes que debían hacer y El famoso [-lenri Grace d Dieu, por ejemplo, construi.
las provisiones que debían llevar. Hemos visto que do por orden de Enrique VII, aunque conservó el
un buque de aparejo meramente latino no podía ser diseño tradicional del casco, con sus enonnes cas-
aumentado de tamaño más allá de cierto punto sin tillos de proa y popa, fue de aparejo compuesto. Te-
pérdida de eficiencia, y que los árabes nunca encon- nía cinco mástiles, tres de apan~jo de cruz; y los otros
traron solución a este problema. Hacia fines del clos latinos; y aunque barco muy grande para su
34 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMEN)"OS DE LOS EXPLORADORES 35

época, era un velero hastante rápido, podía navegar rece haber sido rutina diaria de los vigilantes de la
bastante pegado al viento, y era mucho más fácil de mañana. Durante el mal tiempo no había probable-
gobernar de 10 que hubiera sido con sólo aparejo mente espacio seco alguno en el barco. La cocina se
de cruz. hacía en un hornillo, en la proa, cuyo fondo estaba
La extensión del aparejo combinado hizo posible lleno de arena. Sobre la arena se hacía fuego de leña
un cambio en la naturaleza de los vi~es de explo- cuando el tiempo lo permitía. La comida consistía
ración. Los primeros viajes por las costas del África en carne salada de vaca y puerco, alubias, garbanzos
occidental fueron exploraciones realizadas por una y galleta; con excepción, quizá, de un suministro
o dos carabelas. Los viajes posteriores a la India y a racio'nado de ,provisiones frescas para la cabina de
través del Atlántico, desde la última década del siglo popa. Es interesante señalar que en Lisboa había
xv, fueron hechos por poderosas flotas que com- grandes hornbs de galleta que pertenecían a la co-
prendían tanto harcos como carabelas, los dos tipos rona y sólo a un tiro de piedra del palacio real. Como
que entonces eran capaces de navegar en compañía el agua en' pipa se corrompe pronto, se llevaban
con cualesquiera tiempos regulares; y las carabelas grandes cantidades de vino, siendo de litro y medio,
vinieron a ser empleadas, en cierto grado, como aproximadamente, la ración normal diaria por hom-
escoltas de los grandes barcos cargueros. bre. Las pipas de vino yagua constituían el princi-
Se saca en limpio de todo esto que las carabelas pallastre del buque.
españolas y portuguesas del siglo xv eran (iJertes, La flota de Colón en su primer viaje transportó
fáciles de manejar y marineras. No eran las tinas o noventa hombres, de los cuales quizá cuarenta na-
Cascarones de la historia popular, y todas, aun las más vegaron en la Santa Maria. Teniendo en cuenta que
pequeñas, estaban completamente cubiertas. Deben no era mucho mayor que un pesquero de Brixham,
haber sido, sin embargo, sumamen te incómodas. iba atestada conforme a las normas modernas; pero
No tenían sitio para dormir, excepto la cámara para como no llevaba ~oldados, iba mucho menos atibo-
los oficiales en la popa. Por regla general, una cara- rrada que las oaves de guerra de la época. La tripu-
bela no tenía castillo de proa levantado y la punta lación parece: haber trabajado con arreglo al, sis-
de proa estaba llena de cables y aparejos. No había tema de dos guardias, siendo las guardias casi las
hamacas, que fueron invento de los indios ameri- mismas que las actuales. El capitán y el piloto eran
canos. La tripulación dormía sobre cubierta o sobre los oficiales que mandaban las dos guardias. En esta
las cubiertas de escotilla como m"jor podía, y si ha- época, los barcos destinados a la guerra naval lleva-
bía mal tiempo, abajo. Esto debe haber sido muy ban frecuentemente un capitán de mar que dirigía
desagradable; además de la ratas y cucarachas, todos el barco y un piloto que gobernaba, así como el
los barcos de madera hacían agua, y el bombeo pa- capitán que .lo mandaba. El capitán no era necesa-
36 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES 37

riamente un marino profesional; en un buque de proay popa-o Tenían por objeto reforzar la acción
guerra era a menudo un militar. Solamente con el de los ballesteros y arcabuceros en el cometido de
desarrollo de la artillería naval los soldados fueron barrer al enemigo de la cubierta superior. Sin em-
desposeídos del mando naval. bargo, la carabela portuguesa, muy empleada para
exploración y escolta en mares dificiles, no tenía
castillo de proa levantado, sino sólo una modesta
3) ARMAS toldilla y carecía de torres de combate. En las cara-
belas, los cañones estaban montados en las amuras y
Los combates navales a fines de la Edad Media con- en la toldilla'l y si se necesitaba un poder de fuego
sistían principalmente en colocarse al costado y mayor, eran alineados a lo largo del combés y dis-
abordar. Las galeras iban a ve,ces provistas de espo- paraban por encima de la borda. Hacia finales del
lones, pero no es probable que con ellos hayan he- siglo xv, se abrieron cañoneras en las bordas para
cho mucho daño. Barcos de vela destinados al com- que los cañones disparasen a través de ellas. Una vez
bate fueron reconstruidos en la proa y la popa, con introducida la práctica del fuego por los costados,
el objeto originalmente de dar a los lugares de abor- se extendió rápidamen te a los grandes buques de
daje la ven taja de la altura. Estas superestructuras las naciones europeas. La sustitución de los cañones
mostraron ser tan útiles a los fines dd alojamiento fundidos por los armados produjo también un tipo
de personas, que continuaron siendo rasgo caracte- de artillería demasiado pesada para ser alojada en
rístico de casi todos los grandes buques mucho des- las estructuras de los castillos, y a comienzos del si-
pués de haber desaparecido su razón de ser original. glo XVI los constructores de buques dieron con la
En los siglos xv Y XVI los castillos y torres de com- idea revolucionaria de montar los cañones entre
bate en los buques de guerra estaban guarnecidos puentes y ahondar los lados del barco con troneras.
por soldados, que eran llevados para combatir y que Al principio, estas troneras eran pequeños agujeros
constituían un cuerpo distinto del de los marineros redondos que no permitían giro alguno a los caño-
que realizaban las faenas del barco. nes, de modo que todo el fuego tenía que ser en
Es difícil decir quién, y cuándo, introdujo primero línea recta; pero a lo largo del siglo XVI, se convirtie-
la artillería naval. Probablemente fueron los vene- ron en grandes troneras cuadradas con escotillones
cianos los primeros en usarla en el siglo XIV, en sus engoznados, que podían resguardarse contra el mar
incesantes peleas con los genoveses. A mediados del en caso de mal tiempo. Los cañones fueron luego pro-
siglo xv, la mayoría de los grandes barcos de guerra vistos de cuñas para levantarlos y aparejos para apun-
europeos llevaba cañones -generalmente pequeñas talados, y así siguieron equipados hasta el siglo XIX.
piezas de bronce eh las estructuras de los castillos de El desenvolvimien to del fuego por los costados
38 LOS INSTRUMENTOS DE LOS EXPLORADORES

no sólo influyó en las L.'Í.cticas navales, sino en la


construcción de buques. El montaje de gran núme-
ro de cañones a lo largo de los costados de los barcos
aumentó el peso de la parte superior y la tensión n. LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS
sobre el maderamen de los barcos. El deseo de con-
trarrestar estas tendencias, entre otras razones, de-
terminó la inclinación de los costados hacia aden- 1) Los CRUZADOS y EL MAR
tro, lo cual se volvió rasgo característico de los navíos
de guerra de madera desde el siglo XVI en adelante. La toma de Cleuta puso a los portugu~ses en pose-
En casos extremos, especialmente en los grandes sión de numerosa infonnación sobre Africa que no
barcos españoles, la anchura de la cubierta superior era asequible a otros europeos. En Ce uta, el prín-
era sólo como la mitad de la anchura que tenían en cipe Enrique debe haber oído hablar de las cara-
la línea de flotación. Cuando dos de tales barcos se vanas que cruzaban el desierto hacia Timbuktu y
encontraban uno al lado del otro, sus bordas esta- regresaban con marfil y polvo de oro obtenidos por
ban tan alejadas que era sumamente dificil el abor- trueque con los negros de la cuenca del Níger. Sea
daje; circunstancia que contribuyó a realzar la im- cual fuere la naturaleza precisa de esta información,
portancia de la artillería en los combates navales. condujo a despertar un creciente interés por África.
Los portugueses, guías de toda Europa en cues- En 1419, al año siguiente de su segunda expedi-
tiones náuticas durante el siglo xv, parecen haber ción a Ceuta, el príncipe Enrique aceptó el cargo
sido los primeros en reconocer al cañón y no al sol- más o menos sinecura de gobernador de Algarve, la
dado de infantería como principal arma en la lucha provincia más meridional de Portugal. Se retiró de
naval, y en utilizar cañones contra los barcos del la corte y de la política y comenzó a'levantar su pe-
enemigo más que contra sus hombres. Significativa- queña rcsidenf=ia en Sagres, en el Cabo San Vicentc,
mente, las primeras batallas en que se luchó ate- la punta rocosa del suroeste de Portugal. Aquí, do-
niéndose al principio del hundimiento de barcos minando el Atlántico, mantuvo su pequeña corte,
por medio del Fuego de los cañones tuvieron lugar formada en gran parte por hombres de mar o inte-
en el Océano Indico, y no en el Atlántico o en el resados en el comercio y la exploración marítimos.
Mediterráneo. No sólo navegantcs, sino' astrónomos, constructores
de barcos, cartógrafos, fabricantes de instrumentos,
m llchos de ellos italianos, fueron invitados a visi tal'
Sagres, para 'trabajar a expensas y bajo la dirección
del príncipe Enrique. Desde 1420, el príncipe co-
:3D
10 LOS CRISTIANOS YLAS ESPECIAS LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 41

menzó a enviar desde el próximo puerto de Lagos. y la esperanza de entrar en 'contacto con alguno de
una serie de expediciones pequeñas pero regulares tales gohernantes relacion6la exploración de África
a explorar la costa occidental de África. con la viqja cruzada mediterránea. El último y más
En el Cabo San Vicente no hubo un prematuro flo- poderoso motivo atribuido por Azurara al príncipe
recer del Renacimiento; el príncipe Enrique, aunque fue su deseo de cumplir con las predicciones de su
figura de notable relieve, también era un invetera- horóscopo, que lo comprometía a "emprender gran-
do conservador. Azurara, el cronista de las hazañas des y nobles conquistas y, sobre todo ... , a intentar el
del príncipe Enrique. contemporáneo suyo, enumera descubrimiento de cosas ocultas a otros hombres".
los motivos que lo movieron a organizar estos viajes, También ésta es una tradicional actitud medieval, que
y afirma que el primero fue el deseo de saber qué nos recuerda que en tiempos del príncipe Enrique
había más allá de las Canarias y del Cabo Bojador. los conocimientos astronómicos se aplicaban, aÚn
i'" Sin embargo, no hay ningún indicio de una curiosi- más que a la navegación, a la predicción del futuro.
dad científica o desinteresada; el propósito era prác- En general, fue por tradicionales motivos medieva-
tico y queda mejor exp1i~ado por el segundo motivo: les y con una dotación intelectual medieval como el
el deseo de establecer lucrativos comercios nuevos, príncipe Enrique se lanzó a la tarea de organizar la
puede suponerse que con los productores de oro. exploración del África occidental.
Desde luego, AzUl·ara insiste en .que sólo se comer- El progreso en los primeros años fue sumamente
ciaría con pueblos cristianos, que los exploradores lento. Pasaron catorce antes de que un barco europeo
esperaban encontrar más allá de las tierras de moros. se arriesgara más allá del gabo Bojador, el primer
Es esta una común doctrina medieval. Aunque algu~ mojón principal en la costa occidental de África. El
nos puristas consideraban a todo comercio como Cabo Bojador era un obstáculo formidable para los
incompatible con la condición de caballero, muchos barcos que navegaban pegados a la costa. Los nave-
consideraban legítimo privar de recursos de guerra gantes se detenían también por el viejo terror, here-
al infiel por medios indirectos, si los directos falla- dado de los árabes, al verde mar tenebroso; y por el
ban. Los objetivos tercero, cuarto y quinto que men- temor de que el mar tropical estuviera hirviendo, o
ciona Azurara son, todos, tradicionales metas de de que el $01 tropical los volviera negros. Pero el
cruzada: investigar la extensión del poder de los príncipe Enrique era perseverante y tenaz, y final-
moros, convertir paganos al cristianismo y buscar mente un j<;>ven caballero llamado Gil Eannes dobló
una alianza con todo gobernante cristiano que pue- con una carabela el Cabo Bojador y demostró que
da encontrarse. la duradera leyenda del preste]uan, el mar del sur era igual que el del norte. Después de
sostenida indudablemente por los nlrnores del,reino 1434, la exploración continuó fácilmente a un ritmo
capto de Abisinia, se localizó por entonces en Mrica; mucho más rápido.
42 LOS CRISTIANOS YLAS ESPECIAS LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 43

El escepticismo de los que creían que ningún pro- tos ultramarinos fue un rasgo importante de la di-
vecho se sacaría de las expediciones al África, fue el plomacia de la época, y produjo más tarde embara-
segundo obstáculo psicológico por vencer. Estos es- zosas complicaciones, cuando España y otras naciones
cépticos fueron refutados en 1441, año en que una se lanzaron al campo de las exploraciones maríti-
carabela trajo de la costa sur del Cabo Bojador una pe- mas. Esto colocó en buena situación al príncipe
queña cantidad de oro en polvo y algunos cautivos Enrique y constituyó gran parte integrante de su
negros. En los cinco años siguientes, las naves por- política -la política de apartar a los portugueses de
tuguesas trajeron cerca de mil esclavos, capturados los asuntos iberos y europeos, e interesarlos en acti-
o comprados a los jefes del litoral comprendido entre vidades en que su pericia como navegantes y. cons-
el Cabo Bojador y el Cabo Branco, cabo este último tructores de barcos les permitiera aventajar a na-
que fue alcanzado en 1442. Los cautivos eran bíen ciones mucho más fuertes-o El príncipe Enrique
tratados, según las normas de la época. Fueron ins- empleó generosament.e su monopolio, y ayudó fi-
truidos cuidadosamente en la fe crisuana y algunos nancieramente a mercaderes y exploradores tanto
utilizados como intérpretes en expediciones pos- extranjeros como portugueses. El veneciano Cada-
teriores. El comercio de esclavos llegó a extenderse mosto, por ejemplo, hizo viajes con autorización del
tanto C]ue en ] 448 el príncipe Enrique ordenó la príncipe Enrique a las islas del Atlántico y del África
cOllstrucciúu de un fuerte y depósito en la isla occidental, hasta la Gambia, en 1455 y 1456. Cada-
,.{\I."guim, en la bahía formada por la curva del <d!¿I? mosto escribió diarios que contienen descripciones
~_:.a~o. Este depósito de Arguim fue la primera fac- vívidas de los sitios que exploró, observaciones sobre
toría comercial europea en ultramar. comercio y navegación, y una riqueza de detalles
Cuando el príncipe vio que los descubrimientos amenos tales como la más convincente descripción
por él organizados tenían considerable valor comer- primItiva de un hipopótamo y algunas sugerencias
cial, obtuvo de su hermano el rey el derecho exclu- útiles sobre cómo cocinar huevos de avestruz. Est.:'l
sivo de visita y comercio de la costa de Guinea. AÍ locuacidad de Gadamosto es una compensación gra-
mismo t.iempo, trató de hacer de Guinea una em- ta del silencio de los portugueses contemporáneos.
presa atractiva por motivos religiosos, y obtuvo de La política oficial portuguesa fue de reserva por'lo
varios papas concesiones de indulgencia plenaria que tocaba a los descubrimientos, y esta reserva fue
para todos los que participaran en la exploración más estrecha y rígida después' de la muerte del prín-
africana; asimismo, recihió la coniirmaci6n papal de cipe Enric1l1c.
su propio monopolio de conversión al cristianismo El príncipe Enrique murió en 1460. De las mu-
de los negros africanos. Esta costumbre de recurrir chas conu"ibuciones contemporáneas a su obra, dos
al papa para la confirmación de los descubrimicn- son sobresalientes. Una, la Crónica del descubrimiento
44 LOS CRISTIANOS YLAS ESPECIAS LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 45

y conquista de Guinea, de Azurara, que es un panegí- manos, por lo menos el regente, príncipe Pedro, y
rico, pero sincero y convincente. La otra es una con- durante la vida de ambos príncipes se convirtió por
tribución indirecta -el mapamundi de Fra Mau- algún tiempo en asunto de sumo interés nacional.
ro-o Este famoso mapa, de gran tamaño y exquisita Sin embargo, después de la muerte de Pedro, ocu-
hechura, fue dibujado en el convento de Camaldo- rrida en 1449, disminuyó el ritmo de las explo-
lese de Murano, en Venecia, por encargo del rey de raciones; y cuando murió el príncipe Enrique y su
Portugal Alfonso V, sobrino del príncipe Enrique. monopolio PfsÓ a la corona, sobrevino una pausa
Se dice que Cadamosto contribuyó a dibl~ar el con- de más de diez años sin ningún descubrimiento
tinente africano. El mapa fue terminado un año an- principal. La siguiente fecha importante fue 1471,
tes de la muerte del príncipe Enrique; su rasgo más cuando Fernando Poo descubrió la isla que lleva su
sobresaliente es el registro de los descubrimientos nombre cerca de la desembocadura del ~íger, y
hechos durante su vida, desde Ceuta a Sierra Leona. también el definido curso meridional de África un
Ninguno de los relatos de la época oÜ'ec~ prue- poco al norte del ecuador. Esto debe haber consti-
bas de que el príncipe Enrique pensara slqutera en tuido un fuerte desengaño para los hombres que
la posibilidad de llegar a la India por mar. En aque- esperaban que la India estuviese casi al dar la vuelta;
lla época los europeos sólo de oídas sabían de la y cuatro atlOS después, en 1475, hubo una interrup-
India. Y conocían sus productos. Las ventajas co- ción aún más seria, bajo la forma de guerra con Es-
merciales del contacto directo eran obvias, si tal paña, originada por la pretensión portuguesa al
contacto resultaba factible. Sin embargo, sólo en los trono de Castilla. En esta guerra, cruel y destructiva,
últimos años de Enrique descubrieron sus capitanes Portugal fue derrotado, e Isabel quedó confirmada
el curso oriental de la costa de Guinea al sur de ~ierra como reina de Castilla; pero como OCUlTe a menudo,
Leona, haciendo surgir esperanzas de que Mrica los portugueses, que perdieron la guerra, "ganaron"
fuera una península, pese a las enseñanzas de :010: el tratado, al menos desde el punto de vista colo-
meo. Al surgir esta posibilidad, naturalmente anadlO nial. Entre sus muchas cláusulas, el tratado de Alca-
un nuevo y poderoso motivo para explorar la costa ~vas en 1479 confirmó a Portugal el monopolio
africana. del comecciQ,'_c_olonizacióri'y- exr-Ioré)..ción de la··cos-
ta occidental africana y l_~_.l~osesión de todasJ.~~.islas
2) EL CABO DE LAS TORMENTAS <:smocida§....~~l .~...!J~!1!!CO, excepto las Canarias que
continuaron bajo el dominio español. El primero de
Aunque la exploración de África empezó como l~na una larga serie de tratados europeos que determi-
afición particular del príncipe Enrique, tuvo la Slln- naron las esferas de influencia colonial constituyó,
patía, y probablemente la ayuda, de uno de sus her- pues, un triunfo diplomático para los portugueses.
LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS LOS 'CRISTIANOS YLAS ESPECIAS 47
Dos años más tarde moría Alfonso V y le sucedía órdenes fueron Diego Cao }' Bartolomé Díaz. En
Juan II, uno de los príncipes más capaces y menos 1483, Cao llegó a la desembocadura del Congo y lo
escrupulosos de su siglo, competente geógrafo y apa- exploró algo remontándolo. En 1486, en un segundo
sionado por los descubrimientos. Una de sus prime- viaje, navegó hasta el cabo Cross. En el año siguien-
ra disposiciones fue un decreto prescribiendo que te Bartolomé Díaz salía de Lisboa para emprender
todos los barcos extranjeros que navegasen por la el famoso viaje que habría de resolver el problema
costa de Guinea podían ser hundidos o apresados sin de la extremidad meridional del África.
averiguaci6n alguna. En el caso de ser apresados, Muy poco se sabe sobre Díaz. No se conoce reU'a~
sus oficiales y tripulantes debían ser arrqjados a los to alguno de él y se carece de relaciones detalladas y
tiburones, que se sabía infestaban aquellas aguas. fidedignas de su viaje. Probablemente fue un hom-
En parte para c:jccutar esta disposición, }' en parte bre de origcn lTluy humildc, como la mayorfa de los
para facilitar el comercio y defender a los mercade- marinos profesionales de su época; pero debe haber
fes contra los ataques de los nativos,Juan II empren- sido un navegartte muy capaz, pues Vasco de Gama,
dió en 1482 la construcción de un segundo fuerte diez aiios dc~pu~s, pudo seguir sus indicaciones con
y depósito en la costa africana, en una escala más exaclitucl y buen éxito. Sabemos que su experiencia
ambiciosa que el antiguo de Arguim. Elmina, en la fue empleada en el diseño y equipo de los barcos de
caleta de Benin, fue el sitio escogido. La piedra em~ la ilota de Vasco de Gama.
pleada en la construcción del castillo fue enviada La hazaña de Díaz flle alg? más que una mera
desde Portugal, con un pequeño ejército de traba- continuación de la navegación meridional. El cabo
jadores. Elmina se convirtió pronto en capital marí~ de Buena Esperanza no es el extremo meridional de
tima y comercial de los descubrimientos africanos y África. La punta más al sur es el Cabo Agulhas, mu~
en centro de un floreciente mercado de esclavos, cho méÍs al este.' Entre ambos se encuentra la bahía
marfil, polvo de oro y pimienta de Malagueta -la False y un trecho dificil de costa con una corriente
ordinaria pimienta negra de la costa de Guinea-. de este a oeste. Pero Díaz era un navegante afortu~
Una parte de las ganancias de este comercio fue nado y hábil. Estaba a la altura de la bahía Walfish o
dedicada al financiamien to de una oficina hidrográ- en las inmediaciones, cuando un fuerte viento el-el
fica y de una escuela de navegación. norte cogió a sus buques y los empl0ó hacia el sur
Teniendo los recursos financieros de la corona a con poca vela, (~urante trece días, lejos de la costa.
su disposición, y careciendo de la paciencia del prín~ Cuando moderó el viento, Díaz viró a la izquierda
cipc Enriquc hacia sus servidores inútiles, Juan 11 para ganar de ·I~UCVO la costa occidental de Á{i-ica;
logró rápidos resultados en la exploratión d~ África. pero ya había pasado el cabo sin saberlo, y casual~
Los capitanes más distinguidos que estuvieron a sus mente recaló en la bahía Mossel en el Océano Índico.
48 LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS tos CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 49
A Díaz le hubiera gustado explorar más allá, pero a la Illdia; pet"o ell realidad dicha nota no 7.aIp6
sus hombres estaban cansados y temerosos, e incli- hasta 1497.
nados a amotinarse, y sus dos carabelas eran peque- La !Iota de Vasco de Gama estaba formada por
ñas y estaban mal provistas para navegar más lejos, cuatro embarcaciones: tres barcos de aparejo de cruz
por lugares desconocidos. Había dejado su navío- con palos de mesana latinos, y una carabela latina;
almacén en la bahía de Walfish, y decidió volver allá por t.c1.nto, iba a comerciar y no solamente a explorar.
para unirse a él. Por 10 tanto, fue en la travesía de Dc:jando a un lado los resultados, el viaje fue memo-
regreso cuando Díaz vio por primera vez el gran rable por sí mismo como magnífica hazaña maríti-
cabo que había estado buscando. Según el cronista ma. Aprovechando la experiencia de Diaz, De Gama
Barros, lo llamó primero Cabo de las Tormentas; fue se mantuvo lejos a través del Atlántico hasta que
el rey quien, al regreso de Díaz, lo rebautizó con el alcanzó y pasó las zonas ele comercio; evitando así la
nombre de Cabo de Buena Esperanza. región de calmas ecuatoriales y realizando, sin com-
Durante algunos años sería el cabo de la esperan- paración, la trave::;Ía más larga hecha hasta entonces
za diferida. El camino a la India parecía abierto; sin por un barco europeo remontándose en alta mar.
embargo. los viajes a la India no serían emprendidos Ésta fue la ruta que seguirían después generaciones
por pequeños reinos europeos sin la debida refle- de navegantes posteriores a la India; ruta intrépida
xión. La atención del rey estaba puesta en inquietu- entonces cuando estaba en pañales la navegación
des políticas y disputas de sucesión; y para pertur- celeste. I •

bar más la situación, en marzo de 1493, la Niña De Gama tocó en varios lugares de la co::;ta orien-
de Colón entraba en el Tajo, habiendo regresado tal afrkana p~ra abastecerse de agua y combustible,
-según decía la tripulación- a través del Atlán ti- yen el puerto 'de Malindi recogió a un piloto musul-
ca, de la parte más oriental de Asia. Si Colón estaba mán, lbn M~jid, deparándole la suerte uno de los
en lo cierto, se había perdido la mejor parte de un principales expertos en navegación celeste de su épo.
siglo de exploraciones portuguesas; la presa que ca. Con !a ayuda de lbn Majid, navegó a través del
parecía estar en las garras de Portugal había caído Océano Indico hasta Calicut, uno de los mas imporw
inmerecidamente en manos de España; habría gue- tan tes puertos de especias de la costa Malabar~ El
rra inevitablemente. De hecho, los asertos de Corón recibimiento que allí le hicieron no fue particular-
no engañaron mucho tiempo a los portugueses; sin mente prometedor. Las mercancías portuguesas
embargo, condl~eron a largas y ásperas negocia- -chucherías y ropa de lana, en su mayor parte-
ciones, ideadas por los portugueses para impedir o eran inapI'opiadas para el mercado hindú. El régulo
limitar las exploraciones españolas ulteriores. Hasta hindú de Calicut no estaba dispuesto, naturalmente,
1495 no fue tomada la decisión de enviar una ilota a renunciar a sus provechosas relaciones árabes, y
50 LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 51

los mercaderes árabes allí residentes lo presionaron la macis, en Célebes y otras islas de las Indias orien-
cuanto pudieron para que rehusara dar facilidades tales, de donde salían por el puerto de Macasar. El
a los portugueses. No obstante, De Gama, con gran jengibre es un producto chino, aunque una clase
dificultad y persistencia, recogió cierta cantidad de inferior se da también en Malabar. El clavo. la más
pimienta y canela. Con esta carga regresó a su tie- preciada de las especias preservadoras, venía de la
rra. Empezaba la larga historia de la intriga europea más reducida área productora. unas cuantas islas
con los príncipes de la India. Durante su vj~e, que pequei1as del grupo de las Molucas, que compren-
duró más de dos años en total, De Gama pasó más de las islas Tidore, Ternate, Amboina y Banda. Para
de trescientos días en el mar y perdió casi una ter- complelH.r la lista de mercancías orientales, es con-
cera parte de su tripulación, probablemente a con- veniente añadir a las especias algunos productos que
secuencia del escorbuto. alcanzaban altos precios en Europa, y que venían
por las mismas rutas: seda china; tela de algodón
hindú; ruibarbo de la China, muy preciado en me-
3) EL COMERCIO DE ESPECIAS dicina, y piedras preciosas de varias clases -esme-
raldas de la India, rubíes del Tíbet y zafiros de
Es conoci.miento muy común de la historia econó- Ceilán-o .
mica que las comunidades agrícolas de Europa. an- El desarrollo del mercado de especias en el siglo
les del siglo XVII al menos, padecían un déficit cró- xv estaba muy ligado a la expansión de! Islam hacia
nico de forraje de invierno para el ganado. Gran el occidente y el oriente, a expensas de cristianos e
can tidad de bestias tenían que ser sacrificadas cada hindúes. Los turcos otomanos aterrorizaban a la
otoño, y su carne conservada para el consumo in- Europa oriental. Otros pueblos del Asia central pre-
vernal, salándola o adobándola. De ahí la constante sionaban en la India. Unas cuantas dinastías musul-
e inagotable demanda de especias para e! condi- manas extranjeras se habían establecido ~esde hacía
mento y la conservación. La sal era el preservador tiempo en Delhi, y una ristra de sultanatos musul-
más común y barato (aunque no particularmente manes débilmente organizados gobernaba la costa
barato conforme a pautas modernas) ,'y mucha de la occidental hasta Coa. En el sur únicamente sobre-
provisión de sal de la Europa occiden tal venía de vivía el poderoso y rico reino de Vijayanagar como
Portugal. Aparte de la sal, las especias preservadoras principal plaza fuerte del poder hindú. Al mismo
se producían todas en los países tropicales: la pi- t.iempo, el Islam estaba extendiéndose por mar. Los
mienta, la especia más común, en la India, en las lu- colonos ¡u·abes habían controlado largo tiempo las
dias orientales y. una clase muy inferior, en el África ciudades y el comercio del África oriental hasta Mo-
occidental; la cancla, en Ceilán, y la nuez moscada y
, zambique. Los mercaderes musulmanes difundían
52 LOS CRISTIANOS YLAS ESPECIAS 1.0S CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS

su religión por las Indias orientales y estableCÍan j::\do en su mayor parte por los árabes y musulmanes
principados mercantiles. Sultancillos, frecuentemen- sometidos a ellos. Las casas mercantiles de Arabia,
te de raza malaya y por lo general de religión mu- Egipto y África oriental tenían depósitos y comisio-
sulmana, estaban establecidos como príncipes mer- nistas, pagando a los gobernantes locales por el
caderes en las más importantes islas productoras de privilegio. Traían a Malabar caballos de Mesopotamia
especias. En cualquier sitio de Oriente adonde iban y cobre de Arabia. De Malabar sus dous salían con
los europeos cristianos veían éstos que los musul- cargas sumarr:tente valiosas para los puertos del Mar
manes se les habían adelantado, y hacia 1500 la pro- Rojo y del golfo Pérsico; y las especias, después
ducción y el mercado de especias estaban mayor- de haber sido conducidas por tierra a los puertos de
mente en manos de los musulmanes. Alejandría o Siria y de haber pagado fuertes impues-
En la Edad Media, gran parte del comercio en tre tos en El Cairo o Bagdad, eran compradas por los
Oriente y Occidente se efectuaba por tierra a través mercaderes venecianos para su distribución en Eu~
de Asia. Por lo que respecta ala Europa occidental, ropa. El costo del comercio era enorme; pero tam-
las actividades de los turcos reducían considerable- bién lo era la ganancia. Se deCÍa que un mercader
mcnte la importancia de esta ruta. El comercio que embarcase seis cargas y perdiese cinco, todavía
marítimo oriental es el que nos interesa principal- sacaba algún beneficio al vender la sexta.
mente. En su extremo oriental, el comercio era ma- Hasta la llegada de los portugueses a la India, el
nejado por los chinos, cuyos juncos recogían el clavo, L~jano Oriente conocía a los europeos principal-
la macis y la nuez moscada de las Indias orientales y mente por los relatos de misioneros franciscanos del
los llevaban al gran puerto malayo de Malaca. De siglo XIII, tale¡ como Carpini y William de Rubrnck,
Malaca a la India, a través de la bahía de Bengala, el que habían visitado los dominios de los khanes tár-
comercio había caído hacia 1500 en manos de los taros, y por el sin igual viajero y observador Marco
mercaderes musulmanes, ya hindúes, malayos o ára- Polo. Estos hbmbres viajaron desde Europa a Asia
bes. En la India, los cargamentos del Lejano Orien- por tierra, o ~n parte por rutas terrestres. Por eso,
te,junto con la canela de Ceilán y la pimienta de la naturalmente, aunque la intención de los portugue-
India, eran vendidos en los puertos de especias en ses era establecer comercio por mar con la India,
la costa Malabar -Cochin, Calicut, Cananore, Goa- Juan 1I no desdeñó las posibilidades de exploración
y más al norte en los puertos de Gujerat, especial- por tierra como medio de obtener información y de
mente Diu. La población de estos puertos era prin- establecer contactos preliminares. En la novena dé-
cipalmente hindú, aunque algunos, incluyendo Diu cada del siglo XIV fueron enviados algunos explora-
y Goa, tenían soberanos musulmanes. Su comercio dores-embajadores a varios lugares del Oriente para
con el resto del litoral del Océano Índico era mane- averiguar lo que pudieran acerca de la India, y. si
54 LOS CRISTIANOS YLAS ESPECIAS LOS
, CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 55

era posible. establecer relaciones con el Preste Juan. Gama, zarpó, en 1502. Era una flota poderosa y bien
El más afortunado de estos viajeros portugueses fue armada, constituida por catorce barcos. Con ella
Pedro de Covilham, que salió de Lisboa en 1487, el realizó De Gama un fuerte bombardeo a la ciudad
mismo año en que Díaz emprendió su viaje al Cabo. de Calicut, acontecimiento importante en la histo-
Covilham, que hablaba árabe, viajó aparentemente ria de la artillería naval y en las relaciones indoeuro-
como mercader siguiendo la VÍa de El Cairo a Adén, peas. De Gama también libró y ganó la primera
donde tomo un dou árabe para ir a Calicut, e hizo batalla naval en la lucha por el control del Oriente,
un reconocimiento de los puertos de la costa Ma~ contra una flota equipada por los árabes de Malabar.
labar. De allí regresó en otro barco árabe al África Aunque numerosa, la flota árabe carecía evidente-
oriental, donde visitó varias ciudades árabes, regre- mente de habilidad para la maniobra y su artillería
sando luego a El Cairo. Posteriormente logró Covil- era pobre. Fue casi aniquilada por una armada por-
ham llegar a Abisinia, donde permaneció los últi- tuguesa mucho más pequeña que había.sido entre-
mos trece años de su vida. Pero antes de abandonar nada en el empleo de los cañones y a maniobrar
El Caira por segunda vez, encontró mensajero con como escuadra.
quien enviar un informe de su viaje a Juan n. Por Estos primeros viajes a la India demostraron que
tanto, en 1495, los que proyectaron la expedición de una flota portuguesa, si estaba bien armada y dirigi-
Vasco de Gama tenían ante sí no sólo el informe da, podía de'rrotar a cualquier flota asiática en mar
de Díaz sobre la ruta marina hasta el gran río Fish, abierto. Otl'a prueba fue proporcionada por la deci-
sino también la relación de Covilham tocante a los . siva victoria de Almeida, primer virrey portugués,
puertos y el comercio de la costa Malabar. Por tanto, 0 sobre las flotas combinadas de Egipto y Gujerati,
De Gama sabía lo que debía buscar; y cuando regre- fuera de Diu en 1509. Sin embargo, continuaba sien-
só con las nuevas de su triunfo, en 1499, el gobierno do una realidad que en comercio próspero y franco
portugués tenía preparado un minucioso plan para los portugueses no podían competir con los árabes
un comercio organizado, que incluía el estableci- ni contar con la buena voluntad de los rajás hindúes
miento de factorías en los puertos de la costa Ma- locales. Las manufacturas europeas erari toscas y sin
labar y el despacho de flotas anuales con carta real. atractivo para los orient.:'1les; y no cabía esperar que
En 1500 zarpó una flota al mando de Pedro Álva- los gobernan tes locales viesen en las tripulaciones
rez Cabral, quien a su llegada a CaliOla se enemistó desarrapadas que vivían en apiñada suciedad den-
con los mercaderes musulmanes residentes y con tro de desteñidos barcos, los precursores de un po-
las autoridades hindúes, y estableció una factoría en der r¡ue conquistaría a Medio Oriente. Momentá-
el puerto rival de Cochin, costa ab~jo. La tercera ilo- neamente podían ser peligrosos los europeos; pero
ta a las Indias, mandada otra vez por Vasco de a los ojos de un hindú culto eran simples malhe-
56 LOS CRISTIANOS Y lAS ESPECIAS LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 57

chores, pOCOS en número, bárbaros, feroces y sucios. sitaban una flota permanente en el Océano Índico.
Resultó evidente que para aprovechar completa- Para esto necesitaban una base naval segura con
mente su monopolio de la ruta del cabo los portu- facilidades adecuadas para el aprovisionamiento y la
gueses tendrían que destruir mediante las armas, en reparación de sus buques, y una reserva de marine-
el mar, el comercio árabe de especias. La tarea de ros en el país para reponer las aterradoras pérdidas
planear y ejecutar esta guerra naval le tocó al jefe causadas por el clima y las enfermedades en las tri-
naval más competente de su época, Alfonso de Albu- pulaciones de los barcos. Además, necesitaban fuer-
querque. tes, defendidos por escuadras de barcos, dominando
los términos y las casas de contratación de las rutas
4) LAS INDIAS PORTUGUESAS comerciales del Océano Índico. Tenían que trans-
formar un comercio marítimo intruso basado en
El plan de los portugueses en el Oriente nunca fue Lisboa, en una cadena de establecimientos comer-
de simple competencia mercantil. Aquéllos nunca ciales y navales permanentes que cubriera por com-
se propusieron vender a menos precio que los mer- pleto el Medio Oriente. Éste fue el costoso y mi-
I

caderes árabes y venecianos, inundando Europa de nucioso proyecto que Albuquerque impuso a un
especias baratas; ni hubieran podido hacerlo aun- gohierno parsimonioso, cuando en 1500 fue nom-
que así 10 hubieran deseado. Desde un principio, la brado gobernador general, después de Almeida.
relación en tre portugueses y árabes fue la guerra, La base que eligió fue Goa, una ciudad grande y
enconada por todas las circunstancias de odio racial próspera, edificada en una isla, con un puerto abri-
y religioso. gado, y uno de los centros de la indusuia constructora
Cuando Albuquerque fue por. primera vez a la de barcos de la costa Malabar. Todavía es una po-
India en 1503, las colonias portuguesas se compo- sesión portuguesa y todavía construye embarcacio-
nían solamente de almacenes donde los factores nes con la teca local. La toma de Goa fue una ope-
reales y los agentes de las casas comerciales de Lis- ración osada y dificil, Y su conservación contra los
boa se dedicaban al regateo de las especias en la ejércitos del sul\án de Bijapur, una lección ·sobre las
suciedad. de las ferias próximas al agua. Cada año o consecuencias del poder marino. Los estrechos qúe
cada te'rcer año, zarpaban de Lisboa flotas armadas separan a Goa de tierra firme son poco profundos y
para recoger los cargamentos de especias. La pose- podían ser for~ados -de hecho lo fueron varias
sión de las factorías y la continuación del comercio veces- por la caballería hindú. Los caballos no se
dependían de la tolerancia de los r~jás locales. Para criaban en el sur de la India; tenían que ser impor-
convertir esta precaria posición en un imperio cris- tados. La Ilota de Albuquerque, navegando frente a
tiano y marítimo duradero, los portugueses nece- Goa, podía privar a sus enemigos de esta arma esen-
58 LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS LOS CRISTIANOS Y LAS ESPECIAS 59

cial y podría limitar el suministro de caballos a prín- El lugar indicado era Malaca, que dominaba el
cipes amigos de los portugueses. estrecho por donde tenía que hacerse todo el tráfi-
Goa fue tomada en 1510. Antes de su caída, Albu- co con el L~jano Oriente. Albuquerque tomó Mala-
querque ya había establecido fortalezas cerca de la ca en 1511, arriesgando para ello su dominio sobre
costa árabe. Una se hallaba en la isla de Socotora, Coa, puesto qué el monzón que lo cogió en Malacn
frente al cabo Gardafui, y estaba destinada a servir le impidió regresar hasta cinco meses después. El
como base de las correrías por el Mar Rojo -aguas sitio agotó al extremo sus recursos de hombres y
desconocidas entonces por los europeos- y de la barcos y Goa estuvo a punto de caer durante su au-
interceptación de los cargamentos de especias desti- sencia. Lajugada le salió bien; con Malaca -límite
nadas a Jaddah y Suez. Adén hubiera sido una hase occidcn tal del comercio chino- en sus manos, la
mejor; pero las tentativas de Albuquerque para apro- ruta del Lejano Oriente quedó abierta a los por-
vecharse de Adén fracasaron, y Socotora también tugueses. El primer barco portugués en arribar a
fue abandonada al cabo de algunos años. La otra puerto chino entró en Cantón en 1513; fue la pri-
fortaleza árabe estaba en un sitio mucho más impor- mera visita europea a China registrada desde los
tante -Ormuz, isla situada a la salida del Golfo Pér- tiempos de Marco Polo. Los portugueses obtuvie-
sico, y uno de los mayores mercados del mundo en ron después el derecho a establecer un depósi to y
cuanto a productos orientales-o Ormuz aparece colonia en Ma~ao, algo abajo de Cantón, y comen-
constantemente en la literatura de los siglos XVI YXVII zaron a participar directamente en el comercio de
como sinónimo del esplendor y la riqueza orientales. China a Malaca.
Era la capital de un sultán independiente y tenía un Desde su prqpio punto de vista, más importante
poder naval considerable. Los portugueses la toma- todavía, aproximadamcn te en la misma época, fue
ron mecliante una sorprendente combinación de la llegada de I~s primeros barcos portugueses a las
bluJfy desu'eza marítima, con sólo seis barcos. Malucas, las famosas islas de las especias, que habían
Establecidos en Ormuz y Socolora, los portugue- sido la meta principal de casi toda su exploración.
ses dominaban los extremos occidentales de las rutas Los portugueses concertaron un tratado con el sul-
comerciales árabes. Con Una base principal en Goa tán de Ternate, la principal isla productora de Cla-
y pequeñas bases tendidas a lo largo de la costa vo, y construyeron en ella un depósito fortificado
Malabar, podían encontrar el comercio de la costa oc- para acopiar dicha especia. Sin duda pretendían con-
cidental de la India, y en su día extender su poder a vertir el lugar en una posesión franca como Goa y
la costa. de Ceilán. Para poder interceptar o contro- Malaca tan proo lO como su fuerza lo permitiera.
lar el comercio musulmán a través de la bahía de En toda esta sorprendente hi.~toria, ningún factor
Bengala, sólo les restaba tomar una base más al oriente. es tan importante como la seguridad de los juicios
(lO LOS CIUSTIANOS Y LAS ESPECIAS LOS CRISTIAN()S Y LAS ESPECIAS (jI

estratégicos de Albuquerque, basados, como no po- les y las habitaciones de los residentes europeos.
día por menos, en escatimada e incompleta infor- Los capitanes de puertos rara vez intervenían en los
mación. Fue quizá el primer comandante naval que asuntos administrativos fuera de las áreas de las for-
apreció cabalmente la compleja relación entre una talezas, excepto en casos de serios levantamientos o
flota y sus bases, teniendo en cuenta las complica- tumultos que amenazasen a los intereses portugue-
ciones adicionales causadas por los cambios de vien- ses. Aun en Goa, las comunidades hind(tes y musul-
tos estacionales. Calculó con sorprendente exactitud manas eran necesariamente gobernadas princi-
la proporción necesaria de convoyes para paquebo- palmente por sus propios jefes. Claro está que si los
tes mercantes, sin desperdiciar espacio para la carga portugueses hubiesen tratado, como lo hicieron los es-
ni dejar sin protección cargamentos valiosos. A fin pañoles, de educar a la manera europea a los súbdi-
de asegurar el monopolio del tráfico de especias de tos que acababan de sojuzgar, el intento hab,ría fra-
la corona portuguesa, estableció una especie de sis- casado; pero faltaba la' voluntad de proceder asÍ.
tema de salvoconducto marítimo, mediante el cual Pocos gobernadores portugueses se apartaron de una
sólo los buques que llevaban certificados del capi- política estrictamente comercial. Hubo, por supucs~
tán de un puerto portugués no eran molestados. to; mucha actividad misionera; hasta la fecha hay
Sus depredaciones contra los cargamentos árabes considerable cantidad de cristianos con nombres
de especias elevaron los precios que los venecianos de pila portugueses en el sur de la India y Ceilán
debían pagar en Alejandría; mientras que sus com- -cristianos católicos distintos de las mucho más
patriotas en Ceuta podían, a voluntad, cerrar el es- antiguas comunidades nestoriana5-. Pero sólo cons-
trecho de Gibraltar a los barcos venecianos. Por todos tituyen una parte de la población. En general, los
estos medios, las especias y otros valiosos cargamen- portugueses mostraron una notable torpeza en el
tos enviados a Europa por mar quedaron pronto trato con las religiones nativas. Consideraron al hin-
casi reservados a las naves portuguesas y conducidos dú, al menos en los primeros años, como una clase
vía el Cabo con gran provecho de los que se dedica- de cristiano, y se sintieron ultrajados cuando se negó
ban al comercio, y en particular de la corona por- a conducirse domo tal. Albuquerque mismo -el
tuguesa. único entre los gobernadores portugueses- trató
Albuquerque nunca cargó con la responsabilidad de establecer relaciones pacíficas con los residentes
y gasto de adquisiciones territoriales a menos que musulmanes y graqjearse su confianza, pero incluso
ellas contribuyeran directamente a las necesidades él fue incapaz de destntir su comercio con una mano
de la flota. En todos los puertos poseídos por los y convertirlos al cristianismo con la otra.
portugueses, los lugares de las fortalezas estaban
aparte y contenían los arsenales, depósitos, cuarte-
EL NUEVO MUNDO 63

aunque sin éxito, Portllgal trató de basar una con-


trarreclamación a las Canarias. A medida que avanzó
el siglo y fueron descubiertos otros grupos de islas,
III. EL NUEVO MUNDO los portugueses procuraron ocuparlos antes de que
Castilla o que cualquier otra potencia pudiera ha-
cerlo. Las islas del Atlántico eran importantes por
1) LAS ISLAS AFORTUNADAS tres razones: en primer término, por sí mismas, pues-
to que muchas de ellas eran fértiles y llegaron a ser
El príncipe Enrique de Portugal no sólo fue el insti- sumamente productivas; en segundo, como bases y
gador de los viajes de exploración a lo largo de la puertos que, de ser ocupados por extranjeros. podían
costa occidental de África. con la India como meta servir para atacar al comercio portugués del África
final; fue también, por razones conexas aunque algo occiden tal; en tercero, hacia fines del siglo, como
diferentes, el patrocinador de la exploración atlán- puertos de refugio en posibles tentativas para llegar
tica hacia el occidente. Naturalmente, los portugue- a Asia navegando hacia el occidente.
ses estaban celosos de su monopolio comercial de Cuatro grupos principales de islas estaban involu-
África y más tarde de la India, y atacaban sin piedad crados: las Canarias, el grupo de Madeira, las Azores
a cualquier embarcación europea que encontraban y las islas de Cabo Verde. Los europeos, desde prin-
en alta mar cerca de la costa africana. Los españoles cipios del siglo XIV por lo menos, conocían la exis-
eran los principales, o sospechados, intrusos. Du- tencia de todos estos grupos, a excepción de las islas
rante el siglo xv, en toda disputa, diplomática o de de Cabo Verde que fueron vistas por primera vez,
otro tipo, entre España y Portugal, las posesiones bien por Cadamosto, bien por un portugués con-
coloniales y el comercio ultramarino estaban siem- tempOl-áneo. Algunos de los más am biciosos portu-
pre entre los motivos de la contienda. lanos del siglo XIV señalaban las Canarias y Madeira,
El odio de estas primeras disputas coloniales sur- y aun indicaban, aunque vaga e incorrectamente,
gió no sólo del temor de los portugueses a España las Azores. Hubo muchos relatos de viajes hechos a
en su país, sino también del hecho de tener los por- varias islas por catalanes y franceses, e incluso por
tugueses en su flanco marítimo, durante la explora- un inglés, llamado Machin, de quien se supone que
ción del Á¡¡'¡ca occidental, un grupo de islas, algunas fue a las Azores acompañado por una novia raptada.
de las cuales esta han ocupadas, y todas eran recla- Muchos de estos relatos fueron leyendas románti-
madas, por Castilla. Eran las Canarias -las Islas cas. Hasta el siglo XV no se hicieron intentos siste-
Afortunadas, que según Tolomeo señalaban el extre- máticos para ocupar o explorar las islas, y la coloni-
mo occidental del mundo habitado-o A menudo, zación de Madeira y las Azores en la época del
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príncipe Enrique puede ser llamada con propiedad mucho más litigiosa y complicada. A diferencia de
un redescubrimiento. Madeira, las Canarias estaban habitadas por un pue-
La primera colonización de Porto Santo, y desde blo primitivo pero numeroso y bélico, los guanches.
allí la de Madeira, empezó en 1420 con cart..'1 del La conquista. y colonización de las islas -hay siete
príncipe Enrique. Después de las inevitables penali- importantes- fue tarea larga y dificil. La corona
dades del comienzo, las islas se convirtieron rápida- castellana obtuvo ya en el remoto año de 1344 cier-
mente en productivas y prósperas y dieron pingües ta especie de título papal a la posesión de las Cana-
beneficios a los colonizadores y a quienes comercia- rias; desde los primeros años del siglo xv varios
ban con ellos, e indirectamente a su soberano, el aven tureros fundaron colonias en Lanzarote, Hie-
príncipe Enrique. El primer comercio importante rro y Fuerteventura y rindieron homenaje al rey de
fue la exportación a Portugal de madera de buena Castilla. Las tent...'\tivas del príncipe Eilrique res-
calidad para muebles y vigas de casas. El siguiente, pecto de las islas empezaron por dos expediciones,
pero económicamente más importante, fue el co- en 1425 y 1427, a la Gran Canaria, entonces no ocu-
mercio de azúcar. La demanda de azúcar de toda pada por europeos; estas expediciones fueron re-
Europa era grande y creciente. El príncipe Enrique cházadas por los nativos. Luego, en 1439, obtuvo
consiguió que fuera extraída caña de azúcar de Enrique una bula del papa que le autorizaba a colo-
Sicilia y plantada en Madeira. En 1452 puso el capi- nizar las islas que no estuviesen ocupadas por Espa-
tal necesario para construir el primer molino de ña; pero el rey de Castilla protestó, y dos años más
agua para triturar la caña, y desde esa época el azú- tarde la bula fue anulada. En 1488, el príncipe com-
car de Madeira comenzó a enviarse no sólo a Portu- pró los derechos sobre Lanzarote a la principal fa-
gal sino a los principales puertos de Europa. También milia colonizadora, y envió una expedición que logró
debe Europa al príncipe Enrique la introducción ocupar la isla. Siguió luego un periodo de guen'a
en Madeira de la uva malvasía de Creta, con la que local no declarada, pero feroz, salpicado de interva-
se hacen los característicos vinos dulces de Madcira. los de relativa paz. Durante uno de esos intervalos
Cuando alrededor de un siglo después el azúcar de visitó Cadamosto las Canarias y estuvo en islas espa-
Brasil conquistó el mercado portugués, el vino se ñolas y portuguesas. Su diario muestra que las Cana-
convirtió en el principal negocio de Madeira, y ha rias seguían económicamente las mismas líneas que
continuado siéndolo hasta ahora. Madeira, siendo el azúcar, el vino y el trigo sus prin-
El derecho del príncipe Enrique a Madcira se basó cipales prodllctoS.
en la sólida razón de la ocupación previa apoyada en La guerra corsaria entre las islas fue absorbida en
donación del papa, y nunca fue seriamente disputa- 1745 por la guerra de sucesión entre España y Por-
do. La colonización de las Canarias fue una historia tugal; por el tr~tado de A1ca<;ovas, la corona portu-
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guesa renunció a cualquier derecho a las Canarias, San Brendan, (rente a Irlanda; la Atlántida o Anti-
mientras que los españoles se comprometieron a lla, que era la más famosa de todas, la isla de las siete
respetar ·el monopolio portugués en los otros tres ciudades, adonde se rumoreaba que habían emigra-
archipiélagos. Los españoles habían ocupado la Gran do siete obispos portugueses con sus greyes durante
Canaria durante la guerra. Conquistaron Palma en la invasión de los bárbaros, y en donde sus descen-
1490 y Tenerife en 1493; de modo que hacia lines dientes vivían desde entonces en piedad y gran
del siglo todo el archipiélago estaba en su poder, y prosperidad. Uno de los sueños de los navegantes
ha permanecido en él hasta nuestros días. del siglo xv era volver a descubrir esta tierra mítica,
Una consecuencia de esta conquiSlc'l fue que las su población cristiana y su oro. Probablemente en
naves portuguesas que se dirigían a Guinea o más al los puertos atlánticos de España y Portugal había
sur tendieron a internarse mucho en el Atlántico hombres que pretendían haber visto la Antilla;
para evitar a los corsarios españoles, y hacer su pri- quizás hacia el occidente a la puesta del sol, sólo
mera escala en las Azores. La explora,ción sistemáti- para perderla por un error de dirección durante la
ca de las Azores había empezado en la cuarta década noche. En ese mundo de cuentos fantásticos de ma-
del siglo xv, y ya en 1439 habían sido descubiertas rinos donde podía suceder cualquier cosa, fue en el
siete islas. En dicho año, el príncipe Enrique con- que Colón vino a vender de puerta en puerta, por
cedió títulos a varios individuos para colonizar las las cortes de Europa, la "empresa de las Indias".
islas. La colonización siguió c:onstantemente desde
esa época y, por orden del citado príncipe, llegaron
ovejas en gran cantidad. Las dos islas más occiden- 2) EL DESCUBRIMIENTO
tales, Flores y Corvo. no fueron descubiertas hasta
después de la mitad del siglo. Corvo está en la lati- Se ha gastado mucha tinta y erudición sobre el pro-
tud de Nueva York, y una vez allí, los portugueses se blema de qué esperaba. encontrar Colón, y proba-
hallaban realmente en la ruta de América. blemente nunca se conocerá la respuesta exacta.
Durante el siglo xv los navegantes fueron descu- Era Colón un hombre reservado y guardó los deta-
briendo islas en el Atlántico. Ninguna razón apa- lles de la "empresa de las Indias" para sí mismo. En
rente había para que el descubrimiento de nuevas las capitulaciones que hizo con la corona de Castilla
islas no continuara indefinidamente. Los explora- en 1492, se estipulaba que él iba a mandar una ex-
dores optimistas veían una isla en cac.la banco de pedición aprestada principalmen te a expensas de la
nubes y acribillaron Jos mapas del Atlántico de islas corona, "para descubrir y adq~¡jrir las islas y lierra
imaginarias: el peñón del Brasil, que no desapareció firme en el Mar Océano". Si lograba bucn éxito, re-
de las cartas del Almirantazgo hasta 1873; la isla de cibiría las recompensas enumeradas dCLallaclamcnte.
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Años antes, en 1484, había perseguido un convenio conforme a las tOf1:eladas modernas, las cifras serían
semejante con la corona portuguesa; pero su peti- sin duda más bien menores. Aunque pequeños, los
ción, después de escuchada favorablemente, fue veleros eran fáciles de manejar y estaban bien cons-
rechazada. Colón pasó los ocho años siguientes tra- truidos, especialmente las carabelas. Desde Palos, su
tando de interesar en su proyecto -India o Antilla- puerto de estancia, llevaban U'ipulaciones seguras,
a varios gobiernos, hasta que al fin se las arregló con oficiales competentes y experimentados. Colón
para conseguir el apoyo de un alto oficial del Estado, mismo poseía grandes conocimientos de hidrografia
Luis de Santángel, tesorero del rey de Aragón y de y había servido algunos años en buques genoveses y
la Santa Hermandad. El propio Santángel allegó portugueses. El viaje lo revelaría como un navegan-
una gran parte del dinero necesario para financiar te prudente y exacto. Pintarlo como un místico sin
la empresa. Gracias a sus buenos oficios, fue obteni- práctica, es simple caricatura. Colón conocía su ofi-
do el consentimiento de los monarcas españoles, y cio e hizo preparativos completos y escrupulosos; ello
una vez concedido, éstos admitieron todas las con- realza, no deprime la fe y el valor que exigía la "em-
diciones de Colón. Fueron fletados para la expedi- presa de las Indias".
ción, o incorporados de otra manera a ella, tres bu- Dejando a un lado la enorme distancia a que la
ques: la nao Santa Maria y dos carabelas, una de las tierra quedaba atrás, el vi~e de ida fue afortunado.
cuales, la Pinta, era de aparejo de cruz. La otra cara- La ruta de Colón, exactamente en dirección occi-
bela, la Niña, es probable que hubiese sido original- dental desde las Canarias, pasaba a lo largo de la
mente de aparejo latino, pero fue transformada en línea septentrional de la zona comercial del noreste.
navío de aparejo de cruz durante la estancia de la La navegación ro es siempre segura al norte, y sep-
flota en Las Palmas -islas Canarias- a la ida, al tiembre es la estación de los huracanes, de modo
parecer porque Colón vio que no tenía suficiente que Colón tuvo suerte al contar con un viento favo-
velamen. El tamaño de los veleros es cuestión de rable durante todo el vi~je de ida. Si hubiera viajado
conjetura. Ninguna de sus dimensiones reales es co- en un barco portugués y hecho su últiIna escala en
nocida. En aquel tiempo, el tamaño de un barco era las Azores, habría tenido que luchar con vientos del
generalmente calculado por el número de toneles occidente o del suroeste, y nunca habría podido ile-
de vino que podía llevar en el casco. Medidas de esta gar a Amédca. De la manera como ocurrió, después
manera, se dice que las carabelas de Colón habían ele treinta y tres días de navegación tranquila, la
sido de unas sesenta toneladas. La Santa Maria era flota divisó los cayos exteriores de las Bahamas.
mayor, quizá de cien a ciento veinte toneladas. Esta Cualquiera que haya sido el objetivo original de
antigua medida de capacidad no guarda relación Colón, no hay duda que juzgó a San Salvador como
exacta con ningtm sistema moderno de cálculo; y una isla exterior del archipiélago de que se creía
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formaba parte el Japón -un archipiélago tal como dió regresar, dejando en tierra a algunos de sus hom-
el que se encuentra señalado, por ejemplo, en el bres con'el encargo de construir casa y buscar minas
globo de Martin Behaim, de 1492-. Al parecer, Co- de oro. El Almirante se propuso volver al año si-
lón llegó a esta conclusión combinando el cálculo guiente con una flota mucho mayor.
hecho por Marco Polo de la longitud tcrresU'e de En su viaje de regreso, Colón tuvo otra vez suerte
Asia, de Oriente a Occidente, que era exagerado; el con los vientos; bien por azar o por buen criterio,
informe del mismo vhlicro acerca de la distancia decidió navegar al norte o al noreste hasta la latitud
cntreJapón y las costas ele Asia, 1500 millas, era aún de las Bennudas, de donde podía descender hacia las
mucho más exagerado; y el cálculo hecho por Tolo- Azores antes de que reinasen los vientos del oeste.
meo del tamaño del mundo, que era corto. Así su- No obstante, al acercarse a Europa tuvo mal tiempo,
puso que la dimensión de un grado ecuatorial de y se vio forzado a buscar refugio primero en las Azo-
longitud era 10 por ciento menor que el que Tolomeo res y después en el Tajo; y allí, en un puerto portu-
calculó, y 25 por ciento menor que la cifra verdade- gués, fue naturalmente requerido por el rey para
ra. De esta manera Colón fuó la distancia de Europa explicar sus actividades y sus extraordinarias preten-
al.1apón por el occidente en menos de 3 mil millas siones -pretensiones que, de cqnfirmarse, asestarían
marinas. La verdadera distancia por el gran círculo un golpe mortal a las ambiciones portuguesas-o
es de 10 600 millas marinas. Según el razonamiento Juan II era un geógrafo competente y no se im-
de Colón, San Salvador se hallaba muy cerca del presionó por el razonamiento geográfico de Colón.
lugar donde debía estar el Japón, y el siguiente paso Los portugueses eran escépticos acerca de las exa-
era encontrar el Japón mismo. geraciones italianas, y renuentes a creer en cualquier
Con ese objeto la expedición exploró Santa María caso que los nuevos descubrimientos tenían cone-
de la Concepción, a la que posteriores y mcnos pia~ xión con Asia. Ni siquiera la descripción que hizo
dosos navegantes han rebautizado con el nombre de Colón de los primitivos araguacos concordaba con
Cayo del Ron, la costa noreste de Cuba y parte de la los legendarios relatos de la Antilla. De hecho, Colón
costa norte de la Española, el moderno Haití. En había descubierto algunas islas nuevas yapare";te-
la Española aumentaron las perspectivas, pues la mente sin valor en el Atlántico. De todas maneras,
isla producía un poco de oro aluvial, y se obtuvo de el hecho mism'o de la exploración española en el
los nativos, mediante trueque, cierta cantidad de na- Atlántico fue mal acogido. Juan II decidió reclamar
rigueras, brazaletes y otros ornamentos de oro. Sin el derecho a las: tierras descl1hierlas por Colón sobre
embargo, Colón perdió en la Española su buque la base de que entraban dentro de las previsiones
almirante, que se hundió, al parecer, por descuido del tratado de A1ca~ovas y de que estaban cerca de
del oficial de guardia. A consecuencia de ello, dcci- las Azores, e incluso podían ser consideradas como
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parte de este archipiélago. Para reforzar su caso en Mientras tanto, España y el resto de Europa, salvo
las negociaciones conU'a esta pretensión, los monar- Portugal, aceptaron la estimación que el mismo Co-
cas españoles solicitaron el apoyo de la única autori- lón había hecho de sus descubrimientos. Fernando
dad internacional reconocida, la Santa Sede. e Isabel creyeron en su relato y cumplieron todas
El papa de en tonces, Alejandro VI, era español, sus promesas. En 1493, antes de concluir las nego-
y por diversas razones políticas resultó dócil a las ciaciones de Tordesillas, se le despachó al mando
demandas españolas. De acuerdo con los deseos de de una impon~nte armada, constituida por diecisiete
Fernando e Isabel, que seguían los consejos de Colón, buques, para establecer una colonia en la Española,
expidió una serie de bulas, la primera de las cuales y utilizar la isla como base para continuar su viaje al
confirmó la posesión española de las tierras recién .lapón y a la India como había prometido.
descubiertas; la segunda. la famosa Inter CtElera, trazó
una frontera imaginaria de norte a sur, cien leguas
al occidente de las islas Azores y de Cabo Verde, y 3) LA INTERPRETACIÓN DEL DESCUBRIMIENTO
dispuso que la tierra y el mar oeste de esta línea sería
un área de exploración española. Colón, en su segundo viaje, empleó cerca de un año
Juan II no tenía intención de ir a la guerra por en explorar las innumerables islas de las Antillas,
unas cuantas islas del Atlántico occidental. Aceptó pero fracasó en el intento de hallar algo que remo-
la bula de demarcación como base para la negocia- tamente se pareciera a la India o Cathay. Como go-
ción, y únicamente pidió que la línea fronteriza fue- bernador de la nueva colonia de la Española fra-
ra trasladada 270 leguas más al oeste. Los monarcas casó, y c,uando regresó a España en 1496, la colonia
españoles aceptaron, confiaqos en las ideas equivo- estaba alborotada y los indios alzados. Sus sobera-
cadas que Colón se había formado respecto de la nos le proveyeron de una flota para un tercer viaje.
ruta occidental a la India. En todo caso, ambas par- en el que descubrió la isla de Trinidad y la desem-
tes debieron haberse dado cuenta de que una fron- bocadura del Orinoco; pero al reproducirse los dis-
tera tan vaga no podría ser f~ada con exactitud, y turbios en la Española, lo remplazaron no sin razón
haber pensado que se engañaban mutuamente. El como gobernador, y su sucesor lo envió a España
tratado de Tordesillas fue debidamente firmado en encadenado. En 1502, se le permitió hacer otro via-
1494 -señalado triunfo diplomático para Portu- je de descubrimiento a expensas del rey. En este
gal-, confirmando a los portugueses no sólo la ver- cuarto vi~je, el más peligroso y, para él, el menos
dadera ruta a la India, sino la imaginaria tierra de provechoso, fue descubierta una larga extensión de
Antilla y la red ele Brasil; aunque probablemente la costa continental de Honduras y Costa Rica, y
ésta era desconocida a la sazón, incluso en Lisboa. conseguido algo de oro; pero en esta época los
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monarcas españoles ya estaban cansados de las im- Cabato o Cabot, italiano recién establecido en Bris-
portunidades financieras de Colón. Se negaron a tal, para explorar al occidente del Atlántico sep-
confiar de nuevo en él como administrador, o a per- tentrional. Na9a se sabe con certeza de las intencio-
mitirle ejercer cualquiera de sus funciones como al- nes de Cabal. Su proyecto sin duda era mucho más
mirante y virrey; y murió en 1506, contrariado, aun- que un viaje de pesca, y más que tlna simple bús-
que todavía rico. queda de islas en el Atlántico. Quizás hubiese cono-
Naturalmente, el desengaño del segundo viaje de cido, por los m:arinos de Bristol dedicados al comer-
Colón hizo que algunos españoles responsables sos- cio con Islandia, una parte de la historia de Vinland:
pecharan lo que los portugueses ya habían supuesto de aquellos peregrinos noruegos que, hacía siglos,
-que las nuevas tierras del occidente en modo al- habían encontrado tierras al sudoeste de sus colo-
guno formaban parte de Asia-. nias de Groenlandia; acaso oyera hablar de mapas
La exploración fuera del Caribe confirmó cada escandinavos, o de que unos ingleses habían llega-
vez más esta sospecha, cuando otros gobiernos eu- do a ver la 'costa de un continente; probablemente
ropeos, particularmente los de Inglaterra y Portugal, pensó que tal costa, de existir, tenía que ser una ex-
se interesaron en los descubrimientos del occidente tensión nororiental de Asia, y se haya propuesto
del Atlántico septentrional. Este interés no era nue- seguirla hacia el sudoeste hasta llegar a la China
vo en los ingleses. En los puertos situados al sud- continental, mucho más al oeste que las engañosas
oeste de Londres se había hablado desde hacía tiem- islas de Colón. Los viajes que emprendió de acuer-
po de las islas al occidente de Irlanda, y se habían do con la licencia de 1496 siguieron, aproximada-
hecho intentos de descubrirlas. Desde.cerca de 1490 mente, la ruta de los vikingos a través del Atlántico
al parecer nO sólo se pensó en islas; según informes, septentrional -aunque un tanto más al sur, ya que,
regularmente partían de Bristol, cada dos o tres por lo que sabemos, no vio Islandia ni Groenlan-
años, barcos con destino desconocido en el Atlánti- dia- aprovechan~o los vientos del este, frecuentes
co occidental. Es posible que los marinos de Bristol a principios del verano en aquellas latitudes. No se
hubiesen descubierto y estuviesen explorando los sabe nada, a ciencia cierta, de un primer viaje., in-
bancos de pesca de Banks; es concebible que hasta fructuoso, de 1496. En su viaje de 1497, Cabal en-
hubiesen llegado a la costa continental. Al parecer, contró tierra, posiblemente en Terranova, y después
nada de esto se sabía en Londres. En 1488 había vi- de costear durante algún tiempo regresó a dar aviso.
sitado a Inglaterra Bartolomé Colón, y no había lo- Su última expedición, en 1498, al parecer siguió al
grado interesar a Enrique VII en los proyectos de su descubrimiento, navegando más allá de Terranova
hermano. Sin embargo, en 1496, enterado del des- y de Nueva Escocia, hasta Nueva Inglaterra, quizá
cubrimiento de Colón, Enrique dio licencia a Juan más lejos aún. Los resultados geográficos, con ban-
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deras inglesas, aparecen en el mapa de De la Cosa. Comprendía un opúsculo en latín intitulado Quat-
Los barcos de Cabal no volvieron con sedas ni espe- tuor navigationes, que pretendía ser una carla del flo-
cias: su proyecto fue un fracaso comercial; él mismo rentino América Vespucio en que se describían cua-
pereció en el viaje. y sus partidarios ingleses perdie- tro viajes al Nuevo Mundo. Hoy este opúsculo es
ron todo interés en el asunto. generalmente -aunque no universalmente- con-
Durante la ausencia de Cabot, el primer viaje de siderado una falsificación, por cuanto no fue escrito
Vasco de Gama había revelado a una envidiosa Eu- por Vespucio. Era un relato apócrifo, parcialmente
ropa la verdadera rutá de la India. Ninguna otra basado en auténticas cartas de Vespucio, parcial-
nación europea se interesó, por entonces, en dispu- mente inventado; pero los principales hechos que
tar a los portugueses el monopolio de esa ruta. Por describía eran reales,' Unas cartas manuscritas des-
otra parte, ni el éxito de Vasco de Gama ni los fraca- pués descubiertas y más atribuibles a Vcspucio, aun-
sos de Colón y de Cabot bastaron para acabar con la que contradicen los opúsculos impresos en detalles
esperanza de llegar al Asia navegando hacia el oeste. importantes y registran sólo dos viajes, confirman
Acaso fuera posible aún tender un hilo entre las los hechos centrales. Vespucio era un hombre de
varias masas de tierras inhóspitas hasta entonces negocios, un hombre importante en su nativa Flo-
descubiertas. El Nuevo Mundo, como se le empe- rencia. Primero fue a España en 1492 como repre-
zaba a llamar, al menos tenía cierto valor propio. sentante de los Médicis, para supervisar cierto nú-
Colón había encontrado un poco de oro; Cabal no mero de contratos de abastecimientos marítimos.
había hallado especias, 'pero había descubierto ri- Su estudio de lí' geogratra y la navegación fue sólo
quísimos bancos de peces. En 1500, la flota de las un pasatiempo aunque, a juzgar por sus cartas, los
Indias de Pedro Álvarez Cabral llegó a la costa de realizó seria y sistemáticamente. Su estancia en
Brasil y reveló la presencia de palo del Brasil, im- Sevilla le dio la oportunidad de aplicar sus conoci-
portante materia prima para la industria de las tin- mientos teóricQs a fines prácticos, y bien llegado a
turas. Aparte de las consideraciones prácticas inme- la edad mediana abandonó sus negocios para dedi-
diatas, el interés público por el Nuevo Mundo se carse a explorar. De los dos viajes hoy generalmente
mantuvo despierto gracias a un buen número de aceptados como autén ticos, el primero, hecho dm
libros acerca de descubrimientos, publicados por buques españoles en 1499, fue a la región visitada
entonces en Alemania e Italia. Las obras sobre des- por Ojeda, yen parte de la ruta acompañado de éste.
cubrimientos se contaban entre los best-sellers de la Recorrió la costa desde un punto situado al oeste
época. Una de las más famosas fue una compilación del Caho San Roque hacia el noroeste y hacia el
llamada Cosmograt,hiae Introductio, publicada en 1507 oeste hasta la laguna de Maracaibo. La descripción
por Martin Waldseemüller en St. Dié, en Lorena. hecha por Vespucio de las tierras costeras hundidas
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de Guyana y Venezuela es reconocidarncnte pre- siendo el primero en ocupar ese cargo, de importan-
cisa. También en este viaje hizo pruebas, originales cia y responsabilidad, que conservó hasta su muer-
e importantes, de un método para calcular la longi- te, en 1512. Su obra fue considerable no sólo por la
tud a partir de los momentos de conjunción de los magnitud de sus descubrimientos. no sólo por la ce-
planetas con la luna, método demasiado engorroso lebridad -no buscada por él- que los acompañó,
para ser de gran uso práctico, aunque persistió en sino más aún por la profundidad de sus conoci-
los manuales de teoría de la navegación hasta fines mientos geográficos y lo certero de su criterio. Como
del siglo XVIII. En 1501 se lanzó Vcspucio a un se- intérprete de descubrimientos, nadie lo superó.
gundo viaje. auspiciado por los portugueses; entera- Gracias a él toda Europa tuvo a América por lo
do de que Cabral había avistado la costa de Brasil, que era, un nuevo continente y una barrera -una
Vespucio llegó a la misma costa en cerca de 5° Sur, barrera incómoda para todos, excepto para los por-
y la siguió en dirección sudoeste a lo largo de más tugueses- entre Europa y Asia. Por ello, el proble-
de 2 mil millas, más allá del Río de la Plala, hasta un ma dc encontrar un paso occidental hacia las islas
punto -quizás SanJulián- de la cosL~ de la Patago- de las especias tornósc, no en hallar un camino a
ni a; acertadamente, Vespucio supuso que se hallaba través de un archipiélago, sino en encontrar un es-
en el lado español de la Línea de Demarcación. Por trecho a través de una masa terrestre cuyas dimen-
tanto, los dos viajes de Vespucio cubrieron, entre siones de este a oeste eran desconocidas. La creen-
ambos, la mayor parte de la costa atlántica de la cia de que tal estrecho existía era fortalecida por los
América del Sur, revelaron la continuidad y enormes informes acerca del fuerte flujo de la corriente del
dimensiones del continente y señalaron el camino Golfo desde el Atlántico al Caribe. Seguramente se
que después habían de seguir Salís y Magallanes en arguyó que un volumen tan enorme de agua debía
busca de un paso hacia el oeste. La magnitud de tener salida por alguna parte.
estos descubrimientos movió a Waldseemüllcr a su- Casi todos los monarcas europeos, en un momen-
gerir que se diera el nombre de Vespucio al conti- to u otro, soñaron con encontrar un paso occiden-
nente cuya costa había explorado. La sugerencia tal y quebrantar el monopolio portugués del comer-
despertó la fantasía popular, y pronto se dio el nom- cio oriental. Esta ambición universal reclamaba Ün
bre de América al continente meridional. Más ade- nuevo tipo de especialista -el explorador profesio-
lante, en el mismo siglo. en gran parte por el uso nal-. A principios del siglo XVI, la actividad explo-
que le daba Mercalor, también se aplicó a la Améri- radora estaba limit.-'1da a un pequcño grupo ele hom-
ca del Norte. bres a quienes preocupaba poco la lealtad nacional,
Vespucio volvió a España en 1505. Fue nombrado que eran capaces y estaban deseosos de emprender
piloto mayor de la Casa de Contratación ele Sevilla; exploraciones en favor de cualquier monarca que
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los empleara. Eran la contrapartida marítima de la' ces nadie sabía cuán estrecha era la fi"anja terrestre
gran legión de soldados mercenarios que en aque- que separaba los dos océanos, Balboa no buscaba
lla época convertían en profesión la guerra terrestre un paso al occidente, pero su descubrimiento fue un
en Europa. La mayor parte eran italianos, como gran incentivo para quienes lo hacían.
Vespucio mismo, Verrazano y los dos Cabots, padre De las muchas expediciones que buscaron un
e hijo, o portugueses, como Fernández, MagalIanes paso a través de Centro y Sudamérica, todas menos
y Salís. Sernan sucesivamente a los reyes de España, una constituyeron fracasos -fracasos, al menos, en
Francia e Inglaterra y a la Gran Señoría de Venecia. su objeto inmediato, porque los hombres que toma-
Sobre un fondo de celos crecientes y de enconu'ados ron parte en ellas, aunque fracasaron en el intento
propósitos diplomáticos, cambiaban de lealtad a su de encontrar un estrecho, fundaron un imperio-o
arbitrio y llevaban de corte en corte informes que La historia de la conq uista española pertenece a un
sus amos hubieran preferido mantener secretos. capítulo ulterior; por el momento, este relato del
Sin embargo, era tal el valor concedido a sus co- descubrimiento marítimo atañe sólo a un triunfo
nocimicn tos que siempre se les recibía bien en cual- aislado, el viaje. de Magallanes al PaCÍfico, El año de
quier lugar que eligieran para establecerse. Sólo los 1519, en el que Cortés salía de Cuba para conquis-
portugueses tuvieron cuidado de emplear a sus pro- tar a México, fue también el año en que Magallanes
pios nacionales siempre que pudieron y, por con- salía de España con objeto de llegar al Oriente na-
siguiente,' únicamente ellos lograron conservar se- vegando hacia occidente. .
cretos sus descubrimientos, hasta que Magallanes, El empleo de Magallanes por la corona española
según frase de los marineros, rompió la vela. fue la culminación de una larga contienda diplomá-
tica. En 1494 los españoles hicieron un mal nego-
cio, pues al acceder a que las bulas de demarcación
4) EL REPARTO DEL MUNDO fueran remplazadas por el tratado de Tordesillas,
traspasaron sin saberlo su derecho a explotar el Bra-
La búsqueda de un paso occidental fue estimulada sil. Los po"rtugueses afianzaron su ventaja ·obtenien-
no sólo por la teoría engañosa de las corrientes do una confirmación papal del tratado con la bula
oceánicas, sino también por un descubrimiento ca- Ea qUfE, dada por Julio II en 1506, Esta bula impedía
sual hecho en Centroamérica el año 1513. Un aven- cualquier intento de revivir la línea demarcatoria
turero español llamado Balboa, que vivía en la Espa- de Alejandro VI. En esta época, la llegada regular a
ñola, vino con un grupo de compañeros a buscar Lisboa de cargamentos de especias reveló a los espa-
oro al continente. Cruzó el Istmo del Darién y por ñoles que estaban siendo vencidos en la pugna por
primera vez divisó el Océano Pacífico. Hasta en ton- las ¡sIal'; de las especias. Trataron, por ello, de em-
82 EL NUEVO MUNDO EL NUEVO MUNDO 83

plear el tratado de Tordesillas para detener el avance Portugal todas las tierras que conquistara a los in-
portugués en el Lejano Oriente, confiando en que fieles, no sólo en África y la India, sino en cualquier
pronto se encontraría un paso occidental. Según la región a que se pudiese llegar navegando hacia el
interpretación española, la línea de demarcación oriente.
establecida por el tratado corría derecha alrededor Magallanes, aunque portugués, fue impulsado
del mundo, dividiéndolo en dos mit.-1.dcs; en una de por las circunst.'"mcias a ignorar el fallo de la bula.
ellas, todas las tierras deshabitadas o en poder paga- Antes de la fecha de su partida había estado varios
no correspondían a Portugal; en la otra, a España. años en el Oriente y había asislido a la toma de Ma-
Los portugueses, por su parte, no tenían la inten- laca. No es seguro que entonces visitara las Molucas,
ción de aceptar ninguna limitación a su expansión pero algunos de sus amigos sí lo hicieron, y él sabía
oriental. Aun después de su llegada a las Malucas, la latitud de las islas. En cuanto a su longitud, creía
carecían de medios exactos para determinar la lon- que las Malucas estaban bastante cerca de Sudamé-
gitud de las islas y desconocían la ext,ensión del Pa- rica, y den tro d<¡ lo que los españoles consideraban
cífico. Si se hubiera aceptado· el punto de vist.1. espa- como su esfera de influencia. En esto, por supuesto,
ñol acerca del tratado de demarcación, de ningún estaba equivocado. También creía que era posible
modo cabría admitir que las Malucas estuvieran del encontrar un p~so occidental siguiendo la ruta del
lado portugués de la línea; muchas cartas contem- tercer viaje de yespucio, en el extremo meridional
poráneas, incluyendo algunas portuguesas, las colo- de Su clamé rica. En ~sto estaba en lo cierto. Cuanclo
caban del lado español. Los portugueses reclama- Salís hizo su viaje al Río de la Plata en 1515, Maga-
fon una declaración autoritaria de que la línea de Hanes interrogó a los supcIV'ivientes y calculó por
demarcación estaba confinada al Atlántico, y que sus informes que la dirección suroeste de la costa
servía simplemente para determinar a cada poten- sur del estuario hacía caer todo ese territorio meri-
cia la ruta que se debía seguir a las Indias. Una vez dional dentro de la demarcación española. También
más buscaron la ayuda del papado. acerla.ba en esto. Evidentemente un afortunado via-
El aflable hedonista León X, un Médicis, estaba je de descubrimiento basado en los razonamientos
interesado en el descubrimiento e inclinado a Por- de Magallanes sólo beneI1ciaría a los españoles;· y
tugal. El capricho papal había sido ya satisfecho con era inútil esperar que el gobierno portugués finan-
el regalo de un notable elefante enviado a Roma ciase tal viaje. Por consiguiente, Magallanes acudió
por A1buquerque, y en 1514 León accedió a todas a España ofreciéndole descubrir ricas islas en el
las peticiones portuguesas. La bula PraxclsO! Dcuolio- Oriente, dentro de la demarcación española y por una
nis dio la bendición papal a los descubrimientos y ruta completam'ente española.
conquistas futuras de los portugueses y concedió a En las capituhlciones entre Magallanes y el empe-
84 EL NUEVO MUNDO EL NUEVO MUNDO 85

radar, las Malucas no estaban mencionadas espe- vlembre de 1521 llegó a las Malucas. Los españoles
cíficamente. MagalIanes sabía, aunque Carlos V fueron recibidos por el sultán de Tidore. en cuyo te-
probablemente no, que los portugueses ya habían rritorio desembarcaron. Cambiaron su mercancía
llegado a las Malucas, y que la bula PraJcelsaJ Devotic;- por cargas de clavo y establecieron un depósito en
nis se aplicaba a las islas. Quizá esperaba encontrar Tidore, dejando una pequeña guarnición para pre-
otras islas igualmente valiosas en la misma longitud; parar futuras expediciones. En'tonces, como ningu-
pero se suponía por lo general que las Malucas eran no de los tripulantes se mostraba dispuesto a arros-
su meta. Su empresa apareció como un acto de trar los peligros del estrecho de Magallanes, Elcano
agresión a Portugal y como un desafío al papa. El dividió sus fuerzas. La Tdnidad se dirigió a través del
gobierno portugués trató de detener la expedición Pacílico hacia la costa de México y fue capturada por
por todos los medios diplomáticos posibles, pero los portugueses algunos días después. Elcano mis-
sin éxito, y en septiembre de 1519, Magallanes salió mo eludió a los portugueses y con su maltrecha Vic-
de Sevilla con una flota de cinco carabelas, cargadas toria atravesó el Estrecho de Macasar, cruzó el Océa-
con aquellas mercancías que la expériencia portu- no Índico, dobló el Cabo de Buena Esperanza y
guesa vio que eran adecuadas para el comercio con regreso a España con su precioso cargamento. Estu-
e! Oriente. vo fuera tres años. Fue una prodigiosa hazaña náuti-
Los acontecimientos del viaje de Magallanes son ca y EIcano compartió con Magallanes el honor de
muy conocidos: el naufragio y el motín en la costa este asombroso; viaje. Fue el primer capitán que dio
de Patagonia; el descubrimiento y la aterradora tra- la vuelta al mundo.
vesía en treinta y ocho días del estrecho que lleva el L'l riqueza de información que este viaje propor-
nombre de Magallanes; el interminable cruce de! cionó puede verse en el mapa oficial español dibu-
Pacífico, que obligó a las tripulaciones de los barcos jado por Diego Ribero en 1529, mapa en que se in-
a alimentarse de ratas y cuero, los inhospitalarios cluyen los conocimientos suministrados por Elcano.
desembarcos en Ladrones y Filipinas y la muerte de Dejando a un lado el descubrimiento, el regreso
Magallanes, y cuarenta compañeros en una guerra triunfante de Elcano ocasionó dos series paralelas
local. La habilidad, resistencia y hazañas de Maga- de consecuencias. La primera fue un estado de gue-
llanes lo colocan,junto a Colón y Vasco de Gama, en- rra más o menos abierta entre españoles y portu-
tre los más grandes exploradores. Pero e! viaje sólo gueses en las islas. La segunda fue una nueva serie
había llegado a su mitad. Sebaslián E1cano, el nave- de relaciones exteriores amistosas en tre Espaila y
gan te español en quien recayó el mando de la expe- Portugal en Europa. La segunda expedición espa-
dición. navegó hacia el sur desde las Filipinas con ñola a Tidore <tn 1524, constituyó un fracaso desas-
sólo dos barcos restantes. costeó Borneo. y en no- troso; sólo un barco de una poderosa flota llegó a
86 EL NUEVO MUNDO

su destino, y tornóse claro que, pasase lo que pasase


en Europa, los portugueses dominaban la situa-
ción en el Oriente y el valor de las pretensiones es-
pañolas empezaba a depreciarse. IV, EL IMPERIO DE LA PLATA
En 1527, el emperador, en guerra con Francia y
al borde de la insolvencia, concibió la ingeniosa
idea de vender o empeñar su derecho a las Malucas 1) LA CONQUISTA ESPAÑOLA
antes de que se depreciaran todavía más. En 1529,
a pesar de la oposición de las cortes españolas, el Si las dos primeras décadas del siglo XVI pueden ser
tratado de Zaragoza fue firmado en toda regla. Por llamadas la época del explorador profesional, las
este tratado, Carlos V cedía a Portugal por 350000 tres siguientes,lde 1520 a 1550, fueron el periodo
ducados todos sus derechos a las Malucas, y se fijaba del conquistador --del conquistador profesional-o
una línea arbitraria dedemarcación 17 al oriente
0
En esos años tinos cuantos miles de soldados en
de las islas. La pequena guarnición de Tidorc, que apuros, producio de la tradición de las guerras ára-
se había mantenido tenazmente en condiciones muy bes, se apoderaron de la mayor parte de las regiones
desventajosas durante más de cinco años, recibió pobladas de ambas Américas y establecieron el pri-
instrucciones de ceder el'lugar a sus adversarios, y mer gran imperio europeo ultramarino.
se dieron a los españoles pasajes para su patria en Antes de 1520 habían sido exploradas muchas de
buques portugueses. las grandes islas de las Antillas y un gran número
El tratado de Zaragoza marcó el final de un capí- de españoles se había establecido en ellas, princi-
tulo en la historia del descubrimiento. El estrecho palmente en la Española y Cuba. Estos colonos im-
de Magallanes nunca fue usado después por los es- portaron ganado y caballos, y también negros para
pañoles u oU'os navegantes como canal regular de remplazar a los nativos araguacos que iban extin-
comercio y la ruta doblando el Cabo de Hornos es guiéndose, y se hicieron hacendados esclavistas. Sús
relativamente reciente. Aparte de una frontera dispu- colonias eran turbulentas e inestables. M1..tchos de
tada en el Río de la Plata y la cuestión relativamente los pobladores eran soldados que habían servido en
sin importancia de las Filipinas, las cuestiones colo- las campañas árabes o italianas; no había trab.yo
niales litigiosas en tre España y Portugal estaban apropiado para ¡ellos en España, ni se proponían tra-
resueltas por el momento. Pero ni las bulas ni los btüar en las Indias. Se establecían por corto tiempo
tratados de esta larga contienda diplomática podían y luego abandonaban sus bienes en pos de un ya-
obligar a terceros, y la búsqueda de un paso occi- cimiento aurífero de cuya existencia corría el rumor,
dental sería continuada por otras naciones. o simplemente por tedio o desasosiego.
87
88 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 89

El descubrimiento del Pacífico por Balboa en se apoderaron de los principales centros de la civi-
1513 alentó a algunos de los aventureros a unirse a lización americana se puede comparar con la rapidez
la búsqueda general de un paso marítimo a través de la expansión comercial portuguesa en el Orien-
de Centroamérica; en varios sitios de la costa del te; pero la conquista española logró resultados mu-
Golfo los exploradores encontraron adornos de oro cho más duraderos y su buen éxito es aún más difí-
y plata usados por los nativos, y tuvieron noticia de cil de explicar satisfactoriamente. La posesión de
moradores de ciudades civilizadas que vivían en las armas de fuego fue un factor importante, pero qui-
montañas del interior. Esparcidos por la América zá no decisivo. Un buque lleva su armamento don-
tropical, principalmente por ,regiones montañosas, dequiera que va; pero en tierra los cañones tienen
había en realidad varios pueblos que, si bien care- que ser conducidos por montañas y pantanos me-
cían de vehículos de ruedas y bestias de carga, y diante la fuerza humana. El ejército con que Cortés
usaban herramientas de madera o piedra, habían invadió a México poseía solamente algunos cañones
alcanzado, sin embargo, una habilidad notable en y trece lTIOsquetes. Los caballos fueron quizá más
algunas artes, en escultura y construcción, en agri- importantes que las armas, pero los indios pronto
cultura e industrias manuales, incluyendo el trabajo les perdieron el miedo y aprendieron a montarlos.
de metales blandos. Sus poblaciones principales, Cortés tenía dieciséis caballos cuando desembarcó.
adornadas con templos de piedra o adobe y casas Los más de sus hombres lucharon a pie con espada,
comunales, eran lo bastante grandes para poder lla- pica y ballesta. Tenían la ventaja del acero sobre la
marse ciudades. En dos centros al menos -México piedra, pero no eran un ejército europeo bien equi-
y la meseta central de los Andes- habían impuesto pado peleando contra una horda de salvajes des-
su imperio tribus guerreras que exigían tributo y validos.
trabajo obligatorio a los pueblos sometidos en una Los españoles tenían un valor sin límites y la dis-
vasta zona, y habían establecido organizaciones po- ciplina que da la necesidad. Combatían de manera
líticas que tenían un ligero parecido con los imperios brutalmente práctica, hasta matar y conquistar, sin
o reinos, en el sentido <1:el Viejo Mundo. En los re- importar la convención azteca de hacer 'prisioneros
latos de los españoles, la riqueza y el poder de estos vivos para después sacrificarlos. Podían explotar
pueblos no se amenguaba; y para cristianos piado- algunas de las leyendas y supersticiones de sus ad-
sos, sus religiones tenían una horrible fascinación, versarios a fin de paralizar la oposición, al menos
combinando, como en algunos casos ocunió, leyen- temporalmente. Tenían la ayuda de un gran número
das mesiánicas de extraña belleza con repugnantes de indios aliados que -ignorando 10 que les ocu-
ritos de sacrificios humanos y canibalismo ritual. rriera a las ranas que pidieron rey- atacaban ale-
La rapidez con que los conquistadores españoles gremente a sus antiguos señores o rivales. Final-
90 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 91

mente, los españoles tenían la ventaja de su trucu- noche, perdiendo en ella una tercera parte de sus
lenta fe misionera: el indio pensaba que su religión hombres y casi todo su bagaje. Sin embargo, las tri-
le exigía pelear y, si era necesario, morir valiente- bus auxiliares permanecieron fieles a la alianza con
mente; el español creía que su religión le hacía ca- Espaíi.a y Cortés fue reforzado por otra expedición
paz de ganar. procedente de Cuba. Construyó bergantines para
La expedición destinada a la conquista de Méxi- luchar en el lago y puso sitio formal a la ciudad,
co, que promovió el gobernador de Cuba y mandó saqueándola y destruyéndola sistemáticamen te casa
Cortés, se componía de unos seiscientos hombres. por casa tnientras avanzaba hacia el centro, hasta
En 1519, Cortés desembarcó cerca de la actual Ve- 1521 en que se rindieron los aztecas supervivientes.
racruz e inició sus operaciones con dos actos sim- En la hermosa ciudad española que Cortés comen-
bólicos: la quema de las embarcaciones con que zó a construir en el lugar, apenas hay vestigios de
vino desde Cuba, y la solemne fundación de un con- los antiguos edificios indígenas: el sitio fue edifica-
cejo. Ante los magistrados de la "ciudad" de Vera- do tan completamente como las ciudades romanas
cruz. resignó Cortés los poderes que había recibido de Europa.
en Cuba; y de aquéllos, en su calidad de represen- Cortés mostró genio, no sólo al mantener unidos
tantes de la corona española en México, recibió nue- a sus propios hombres, sino al conseguir por lo me-
vos poderes; y habiendo legalizado así de la m<;jor nos la lealtad pasiva de los indios sometidos. Obró
manera que pudo su ascenso a un mando indepen- tan sabiamente que no hubo después ninguna difi-
diente, condujo a su ejército, subiendo la escarpada cultad seria con los indígenas de la meseta. Sus imi-
pendiente, desde los tórridos matorrales de Veracruz tadores en Centro y Sudamérica fueron menos afor-
hasta la alta meseta central de México. Después de tunados o menos hábiles. Los territorios mayas de
algunas luchas, las ciudades cercanas a la meseta Centroamérica fueron conquistados con gran bru-
consintieron en ayudarle con alimentos, cargadores talidad por los lugartenientes de Cortés. El Imperio
y guerreros; y aprovechando astutamente las supers- inca, con su centro en el Cuzco sobre la alta meseta
ticiones de Moctezuma, el caudillo azteca, efectuó de los Andes peruanos, no fue descubierto por .~os
Cortés la entrada pacífica de su ejército en Tenoch- españoles hasta 1530, después pe ocho años de ex-
titlan, la capital edificada sobre islas del lago de Mé- ploración por tierra desde Cartagena y por mar des-
xico. Su ocupación pacífica fue corta: el celo de los de Panamá. La conquista del Perú fue organizada
españoles en la destrucción de templos paganos por una compaílía cuyo miembro principal era un
provocó un levantamiento en el que [ue muerto oscuro aventurero llamado Francisco Pizarra. Piza~
Moctezuma, y Cortés tuvo que retirarse de la ciudad rro entr6 en el Perú con un grupo más reducido
combatiendo a 10 largo de los canales durante la aún que el de Cortés. Tuvo suerte al hallar un
92 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 93

usurpador en el trono inca. A imitación de Cortés por funCionarios reales. La exploración y la con-
urdió apoderarse del jefe reinante, Atahualpa, a quista continuó en las regiones fronterizas, en el
quien ejecutó después. Como Cortés, también, or- norte ele México y el este de los Andes; y en la sépti-
ganizó Pizarra sus conquistas fundando ayunta- ma década del siglo XVI, una conquista bien planea-
mientos con la debida pompa legal. Yal igual que da, hábilmente dirigida y casi sin derramamiento de
Cortés, envió a sus lugartenientes a explorar, hacia sangre, añadió las Filipinas al imperio español. Sin
el sur, a Chile, y hacia el norte, a Quito y Nueva Gra- embargo, en la mayoría de las regiones de América,
nada. Pero aunque reunía todas las cualidades mi- la edad de oro de los cOlfquistadores terminó cuando
litares de Cortés, estaba bastante falto de diploma- las principales :áreas de población sedentaria que-
cia y del atractivo que tenía éste. Su nombramiento daron aseguradas. Los bosques y las praderas des-
como gobernador de la mejor parte de los dOlni- pobladas no eran de su gusto. Cortés pasó los últi-
nios incas provocó violentas querellas personales y, mos años de su vida en un retiro aburrido y litigioso.
con el tiempo, la guerra civil entre los conquista- Le quedaba poco que conquistar.
dores. Francisco Pizarra, su hermano Gonzalo, su
socio y rival Almagro, y cientos de sus compañeros.
fueron muertos. Sus bandos lucharon intermitente- 2) LA TEORíA DEL IMPERIO
mente durante casi veinte años, y se restableció la
paz con muchas dificultades mediante la interven- La conqüista española en América fue una verda-
ción del gobierno peninsular. dera cruzada, incitando tanto al celo misionero de
Naturalmente, los gobernantes indios supervi- ganar almas como el afán de gloria militar y de botín.
vientes trataron de aprovechar la situación, pero era Sin embargo, a diferencia de las cruzadas primitivas,
demasiado tarde. Sólo en el sur de Chile las armas tuvo corno secuela una inmensa tarea de gobierno
indígenas vencieron a las españolas. Una gran rebe- imperial. Los conquistadores habían venido a Amé-
lión en el México occidental fue aplastada por el rica a sus propias expensas. pasaron grandes penali-
primer virrey, Antonio de Mendoza, en 1542. Hacia dades y arriesgaron sus vidas y fortunas -tal c0l!l0
1550 todos los centros principales de población eran- sin ayuda elel Estado español. La mayoría de
sedentaria de la América tropical estaban en poder ellos buscaron un retiro retribuido; algunos vivieron
de los españoles -pero no en manos de los grandes en España del producto elel botín; pero muchos más
conquistadores-o Jefes privados como Cort.és, Piza- vivieron en las Indias del trab;~jo y el tributo de las
rra Balcázar y Nuño de Guzmán, que dependían de razas sqjuzgaclas, como habían hecho antes que ellos
su poder sobre su séquito personal, si lograban esca- los incas y los aztecas. Abandonados a sí mismos.
par a los cuchillos de sus rivales. eran desplazados habrían establecido probablemente comunidades
94 EL IMPERIO DE LA PLATA :EL IMPERIO DE LA PLATA 95

autónomas, empleando las formas feudales que eran La conquista de un imperio grande y semibárbaro
ya anacronismo en España, explotando a los indios presentó sin duda un problema difícil para los de-
conforme al dictado de las necesidades del momen- fensores de la monarquía' constitucional. Todos
to y dando homenaje verbal pero poco más a la co- admitían -ningún católico podía negarlo- que las
rona española. Muchos de los cabecillas rebeldes bulas dadas por Alejandro VI en 1493 habían re-
del Perú -Gonzalo Pizarro, en particular- pudie- vestido aJa corona española del deber y el derecho
ron ver precisamente tal sociedad, extravagante- exclusivo de convertir a los naturales de AInérica a la
lTIente leal en el sentimiento, pero virtualmente in- fe cristiana. Si los indios se oponían a la predicac~ón
dependien te en la práctica. del Evangelio podían ser legítimamente reducidos
Los gobernantes españoles jamás pensaron por por la fuerza de las armas. El deber de civilizar a un
un momento permitir que persistiera tal estado de pueblo hárbaro y el hecho de que los españoles fue-
cosas. En las postrimerías del siglo xv y a principios ron los primeros europeos que descubrieron Améli-
del XVI, la corona, con gran derramamiento de san- ca eran razone~ válidas, aunque secundarias, para la
gre y gastos, había cortado felizmente las garras a conquista. Pero si los indios fuesen reducidos por
las grandes casas feudales, a las órdenes militares una conquista ¡justa, ¿qué derechos políticos y jurí-
y las corporaciones locales privilegiadas. Un absolu- dicos conserva~an?; ¿podían ser desposeídos de sus
tismo real en auge no podía tolerar el nacimiento de gobernantes, s'i en efecto habían sido gobernantes
una nueva aristocracia feudal en·, ultramar. Al mis- legítimos?; ¿podían ser "convertidos" por la fuerza?;
mo tiempo, el gobierno real no era en modo algu- ¿podían ser hechos esclavos, o despojados de la tie-
no un absolutismo sin derecho o ilimitado. La Igle- rra o las propiedades?; ¿estarían sometidos a los m-
sia y la curia eran sus compañeras honradas y sus bunales de justicia, civiles y eclesiásticos?; ¿qué dere-
más útiles servidoras. La conquista de América afec- chos tenían los colonos españoles al tributo y al
tó no solamente a la autoridad real, sino también a trab'jjo de los indios?
la conciencia real y a la tradición de la justicia real. Los escritores españoles diferían profundamente
La discusión de la naturaleza y deberes de la mo- en sus respuestas a estas cuestiones, y el principal
narquía. tanto en términos jurídicos como teológi- motivo de la discrepancia era la naturaleza de"los
cos, fue cosa común en la España del siglo XVI. Fue indios. Los colonos, naturalmente, subrayaban la apa-
una época de vigoroso y franco pensamiento políti- rente indolencia de gente acostumbrada a la agri~
co, pensamiento que era, en su mayor parte, categó- cultura mínima -para la subsistencia- y el re-
ricamen te opuesto al despotismo y que colocaba el sentimiento ~aicionero de una raza conquistada.
derecho divino y las leyes y costumbres de los pue- Reclamaban un señorío local ilimitado basado en el
blos libres por encima de la voluntad de los reyes. trabajo forzoso, y sostenían, no sin alguna razón,
EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 97

. que un feudalismo paternal respondería mejor a los mo europeo. Entre Sepúlveda y Las Casas, y entre
intereses de los indios. Por otro lado, muchos misio- las escuelas y los intereses que representaban, se tra-
neros -en particular el famoso predicador domini- bó un violento y áspero debate. La importancia de
co Las Casas- insistían sobre la naturaleza pura- tales controversias radica en el interés público que
mente espiritual de la empresa española. La teoría despertaron y en su efecto sobre la política real. Los
lascasiana del imperio descansaba sobre la creencia métodos de gobierno españoles, en cuanto distintos
de que los indios, de igual modo que los españoles, ~e los métodos de la conquista, fueron cautos, lega-
eran súbditos naturales de la corona española y go- lIstas, lentos y Isobre todo concienzudos. Fueron
zaban desde el momento de pasar a la dominación i~fluidos tanto por informes de la experi~ncia prác-
española de todas las garantías de libertad y justicia tIca como por consideraciones de derecho abstrac-
concedidas por las leyes castellanas. Afirmaba que to. Hacia la mi~d del siglo XV1, brotó del polvo de la
eran cápaces racionalmente de cumplir los deberes controversia uda política oficial y una teoría oficial
de los súbditos españoles y de recibir la fe. Contem- del imperio que, a pesar de las constantes vacilacio-
plaba un imperio ideal en que los indio~ vivirían nes en cuestiones de detalle, fueron mantenidas con
bajo sus propios jefes, pero sujetos a la autoridad de mucha consistencia durante doscientos años.
funcionarios reales benévolos que los instruirían en Las Indias eran reinos de la corona de Castilla,
las costumbres europeas y los persuadirían a aban- distintos de los reinos de España, y administrados
donar las prácticas bárbaras. La Iglesia llevaría a por un consejo real propio. Los indios eran súbdi-
cabo pacíficamente su obra de evangelización y ad- tos directos de la corona, no del Estado español ni
ministración espiritual. Si a otros europeos, como de españoles individuales. Eran hombres libres y no
personas privadas, se les permitía residir en las In- podían ser esclavizados a menos que se les cogiera
dias, deberían vivir apartados de los indios y soste- en rebelión armada. Su tierra y bienes les pertene~
nerse con su propio trabajo. cían, y no podían serIes quitados. Sus jefes debían
Las Casas no era un mero teórico, sino un misio- ser confirmados en el cargo y empleados como fun-
nero fervoroso que había pacificado una región gran- cionarios menores .. Dependían de los tribunales de
de y salvaje de América Central. En España era una justicia español~s y podían demandar a los españo-
personalidad poderosa y respetada. Representaba, les y éstos a ellos; pero sus leyes propias debían ser
por supuesto, una opinión extrema. La opinión respetadas. excepto cuando eran evidentemente bár-
opuesta, la de los colonos, talnbién tuvo sus defen- baras o contrarias a las leyes españolas de Indias.
sores, especialmente Juan Giner de Sepúlveda, el Por supuesto, los indios debían ser convertidos al
distinguido letrado y humanista, y amigo de Erasmo, cristianismo tan pronto como fuera posible y ser
uno de los apologisl.:'1s más capaces del imperialis- admitidos a todos los sacramentos de la Iglesia. Su
98 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 99

conversión debía ser libre y no forzada, y sus caídas misioneros, funcionarios -una clase gobernante-o
en la herejía debían ser tratadas por la jurisdicción No trataron de desplazar a la población indígena,
ordinaria de los obispos y no por la Inquisición. sino de organizarla y educarla y vivir de su trabajo.
Para satisfacer las peticiones de los colonos, con- Tomaron tal como funcionaban los sistemas de re-
cedió la corona a los conquistadores y colonizado- caudación de tributos organizados en el pasado por
res que 10 merecieron, el derecho a cobrar los tribu- las tribus dominantes de México y Perú. En pocos
tos impuestos a detenninados pueblos, a manera años crearon muchos intereses, los cuales, profun-
de pensión. Estas concesiones de encomienda no damente arraigados, hicieron muy dificil la ejecu-
implicaban jurisdicción o propiedad territorial; ni, ción de una política oficial uniforme.
después de mediados de siglo, trabajo forzoso. En- El grupo más poderoso de intereses era natural-
trañaban, para el encomendero, la obligación de mente el representado por los "antiguos conquista-
prestar servicio militar y el deber de pagar los sala- dores" y sus descendientes. Formaban una sociedad
rios del clero parroquial. El trabajo obligatorio fue pendenciera y desordenada, cuya buena conducta
permitido -se le consideró realmente inclispensa- tenía que ser comprada con encomiendas, mercedes
ble-; pero confonne al sistema de mita o reparti- de tiena y oficios menores, retribuidos. El único
miento, la coacción era aplicada por autoridad pú- intento hecho por la corona para dar fuerza legal a
blica, y se establecieron cuotas de salario oficiales las proposiciones de Las Casas y abolir la encomien-
para el trabajo así suministrado. da, en las "leyes nuevas" de 1542, provocó una
Naturalmente, las disposiciones que prescribían revuelta armada de los colonos del Perú, en la cual
esta política eran obstruidas a menudo y a veces fue muerto el virrey. Las "leyes nuevas~' tuvieron
abiertamente desafiadas; pero eso no disminuye los que ser reformadas, y los pobladores presionaron
méritos de la política, como un producto del pen- constantemente para lograr más concesiones, parti-
samiento y la experiencia del siglo XVI. Además, la cularmente la conversión en perpetuas de sus enco-
ejecución de la política, aunque incompleta, de nin- miendas, que eran temporales. Nunca hubo en-
gím modo fue tan incompetente como pretendie- comiendas u oficios suficientes para todos, y casi
ron los enemigos de España. desde el principio apareció una clase de "blancos
pobres" que vivían entre los indios y que dificultaba
constantemente la labor de los misioneros. Muchos
3) SOLDADOS, MISIONEROS y LETRADOS colonos, ricos y pobres, se casaron con indias, y así
se ailadió una clase mestiza a la sociedad ya com-
Los españoles que pasaron al Nuevo Mundo no pleja. Con el tiempo, esla gente de sangre mezclada
eran colonos que buscaban tierra libre, sino soldados, sobrcpas6 en número a los indios y españoles puros;
lOO EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 101

y en la actualidad muchos de los pueblos latinoame- en lenguas i'1dígenas tan pronto como pudieron.
riCanos son predominantemente mestizos. Establecieron comunidades misionales y convi~tie­
I

Los pobladores españoles encontraron sus princi- ron la iglesia de la misión en centros de la vida de
pales órganos de expresión en los cabildos, podero- muchos miles de indios. Iniciaron, al menos, la im-
sos y celosos de sus privilegios tanto en las Indias partición de educación primaria y secundaria tanto
como en España. No había nada democrático en religiosa como literaria a los indios, una empresa
estos cuerpos; eran oligarquías locales. Los regido- ambiciosa encaminada, en último término, a prepa-
res, en los primeros tiempos, eran nombrados por \ 1
rar indios seleccionados para el sacerdocio. Es ver-
los jefes militares o los gobernadores provisionales, dad que esta empresa fue, en lo principal, un fraca-
pero en la segunda mitad del siglo XVI arraigó la so. La iglesia de las Indias nunca produjo un clero
práctica de la compra de esos oficios, por vida, a nativo numeroso y su fuerza e influjo espiritual sobre
la corona. Los regidores elegían a sus magistrados sus conversos se resintió finalmente a consecuencia
municipales y ejercían amplios poderes adminis- de ello. Las razones de ese fracaso son demasiado
trativos, no sólo dentro de los distritos municipales, complejas para analizarlas aquí; 10 que resulta se-
sino en grandes territorios lindantes. Escribían di- guro es que la política de las órdenes religiosas en
rectamen te a la corona y eran siempre sostenedores el siglo XVI chocó con la relación señor-vasallo que
resueltos de los intereses españoles locales. Sin los colonos trataban de establecer con los indios. La
embargo, raramente desplegaban mucha actividad diferencia de actitud no fue solamente de carácter
constructiva. No eran responsables, ni en un senti- humanitario, pues la encomienda y el repartimiento
do exacto instituciones representativas; y en el siglo no eran por naturaleza instituciones crueles, aunque
XVII, a medida que aumentó el poder de los corregi- dieran lugar a muchos abusos. Las diferencias im-
dores y la venta de oficios se hizo casi general, los portantes eran de carácter legal y espiritual.
cabildos se sumían en la decadencia. En general, la corona apoyó las miras de las órde-
Por supuesto, la conquista española fue una con- nes misioneras, pero no se atrevió a ejecutarlas total-
quista tanto espiritual como militar, y la principal mente. Los frailes también difirieron entre sí y se
oposición local al gobierno de los militares vino de mostraron rebeldes e impacientes ante el control; no,
los soldados de la Iglesia -los frailes de las órdenes por supuesto, al grado de llegar a la revuelta armada,
misioneras-o Las tres órdenes, pero especialmente pero sí al de r~alizar muchos actos de indisciplina de
la franciscana, enviaron a las Indias, en los primeros menor en tidad. En diversas oc.asiones desafiaron in-
tiempos, hombres escogidos, y la conversión que directamente el poder de la corona, burlando la au-
trataron de realizar fue más que una mera confor- toridad de los obispos a quienes aquélla nombraba.
midad externa. Los frailes enseñaron y predicaron Las diferencias entre los españoles tuvieron como
102 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 103

reflejo diferencias entre los indios, pues la mayoría nal-. Diez audiencias -tribunales de apelación-
de éstos mostró una sorprendente docilidad y re- fueron establecidas en las Indias durante el siglo
signación. Bajo el golpe de la conquista, su natu- XVI. Los jueces de la audiencia eran siempre aboga-
raleza se hundió a menudo en la melancolía apática, dos de calTera y españoles peninsulares. Constitu-
rota sólo por las fiestas religiosas y las borracheras qUe yeron la única rama del servicio colonial en que
las acompañaban. Los indios dominados perdieron confió realmente la corona. Los juristas profesiona~
la cultura material y espiritual de sus antepasados, les fueron los agentes ideales del gobierno centra-
sin adquirir completamente la de los conquistadores lizado. No tenían excesivo orgullo familiar) ni, por
españoles. Se convirtieron en extraños en su propia 10 general, afán de gloIia militar. Su educación dia-
tierra. Sin embargo, muchas tribus quedaron sin les un profundo respeto a la autoridad y un hábito
dominar y siguieron siendo peligrosas durante el de cuidadosa atención al detalle, al paso que des-
periodo colonial, y aun entre los pueblos domina- alentó cualquier tendencia a una acción precipitada
dos continuaron existiendo grandes diferencias. o desautorizad~. Además, los jueces, representando
Algunos jefes indios recibieron encomiendas o se la jurisdicción del monarca, mantenían una cierta
convirtieron en latifundistas. Muchos otros, si se da impersonalidad~ que les ayudaba a controlar a los
crédito a los informes oficiales, explotaron de buen conquistadores,: a quienes hubiera molestado la au-
grado a su propio pueblo en provecho de los colonos toridad de uno de su propia casta.
españoles. Desde el principio, una clase considerable Cada provincia tenía su gobernador, y los gober-
de artesanos, sirvientes, etc., se unió en gran núme- nadores de las dos provincias mayores -México y
ro a la comunidad española. En muchas partes de Perú- gozaban del título y dignidad de virreyes.
las Indias la antigua vida aldeana empezó pronto a Algunos de estos gobernadores fueron eclesiásticos
desintegrarse, aunque no sin protesta. La corona o juristas; ou'os, militares aristócratas; pero bajo los
insistió repetidamente en que las quejas de los in- desconfiados Habsburgos, militares excedentes. Nun-
dios debían ser escuchadas libremente, no sólo por ca se les confiaron los poderes· y tentaciones del
los jueces, sino también por las autoridades admi- mando independiente. Incluso un gran· adminis-
nistrativas. El gobierno nombraba incluso abogados trador como Francisco de Toledo recibió poca afu-
a sueldo para presentar las reclamaciones de los cIa de la metrópoli, y sólo gracias mezquinas de Fe-
indios. lipe II por trece años de con~u'ucción imperial en
La insistencia real en que debía haber audiencia el Per(l, La mayoría de los virreyes desempeñaron el
en todas partes ayuda a explicar una de las princi- cargo por periodos mucho más cortos, y todos fue-
pales características del gobierno colonial español ~on cuidadosamente vigilados por sus audiencias.
-el gran poder y prestigio de la justicia profesio- Estas eran mucho más que tribunales de apelación;
104 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 105

eran juntas de magistrados facultadas para aconse- liarmente bien apropiada para el temperamento de
jar a los virreyes y gobernadores en todos los asun- los conquistadores: una vida al aire libre sobre gran-
tos administrativos, informar sobre su conducta, y des zonas, que ofrecía muchos estímulos y que re-
conocer las apelaciones contra sus fallos. Un virrey quería ele gran pericia en la equitación y explosio-
podía pasar por encime de su audiencia temporal- nes periódicas de extraordinaria energía, pero que
mente, pero al recurrir los jueces a España era pro- para los más no exigía esfuerzo constante o prolon-
bable que se les diera la razón, pues el Consejo de gado. En España, los propietarios de rebaños y ha-
Indias era un organismo predominantemente judi- tos eran favorecidos social y económicamente a ex-
cial, al cual los jueces coloniales podían esperar ser pensas del labrador; el derecho de pasto tendía a
promovidos al ir ganando antigüedad. imperar sobre toda olra clase de derechos agrarios.
Este engorroso sistema de frenos y conU'apesos Pronto se prodtuo una situación semejante en las
podía beneficiar a la imparcialidad y el respeto del regiones templadas de la América española, donde
derecho -respeto, al menos, de las fOlIDas jurídi- el laboreo de la tierra fue abandonado principal-
cas-; pero no benefició ciertamente a la eficiencia mente a los indígenas. Se importaron gran cantidad
administrativa o rapidez de acción. Todas las deci- de caballos, ,vacas y ovejas, que se multiplicaron rá-
siones importantes y muchas insignificantes se to- pidamente. Como en todas las actividades de los
maban en España. En las Indias no hubo decisión españoles en el Nuevo Mundo, los métodos emplea-
alguna que no pudiera ser revocada y ninguna juris- dos fueron descuidados y ruinosos. El cuero alcan-
dicción que no pudiera ser inhibida. Las apelacio- zaba un alto precio en Euro'pa en aquellos tiempos
nes y contra-apelaciones podían sostener la acción turbulentos: por un jubón de piel de buey se daría
esencial durante años, hasta que la causa de ella una cuchillada. A menudo las bestias eran sacrifi-
fuera olvidada. El "obedézcase pero no se cumpla" cadas sólo por sus pieles, dejándose descomponer la
llegó a ser el lema administrativo de un imperio carne sin provecho. A pesar de eso prosperó la in-
cuya legislación y política básica eran, en muchos dustria. Grandes haciendas se formaron en torno
respectos, modelos de ilustración para su tiempo. de las estancias ganaderas, donde los ganaderos
españoles vivían en estado patriarcal, rodeados por
sus empleados españoles -de clase humilde- y
4) EL COMERCIO ATLÁNTICO y LAS FLOTAS mestizos, y sus peones indios.
DE l.A PLATA F.n las tid-ras tropicales de la costa, donde no po-
día prosperar el ganado, el principal producto espa-
La ocupación característica del español del Nuevo ñol fue el azúcar, que había sido introducida en las
Mundo fue la ganadería. Era una ocupación pecu- An tillas por Colón y en México por Hernán Cortés.
106 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 107

El azúcar era un articulo que se prestaba a la pro- da para extraer' la plata del mineral, en general por
ducción en gran escala, puesto que se necesitaba un procedimie~ to de amalgamación con mercurio.
equipo bastante complicado para triturar la caña, Estos adelantos prodt~eron luchas ilegales y acalo-
extraer}' refinar el jarabe y cristalizar el producto radas por la plata, y pronto se fundaron tribunales
final. Las plantaciones de azúcar fueron iniciadas especiales en lds reales de minas para registrar que-
por varios españoles, particularmente ccrca de las jas y fallar pleitos. Es probable que algunos españo-
costas del Caribe y del Golfo. Había una constante les trabajaran pequeñas pertenencias con sus propias
demanda de azúcar -entonces un lqjo ca1"O- en manos, pero el típico minero de plata era un capi-
Europa, y la industria prosperó bastante a pesar de talista y un contratador de trabajo nativo, experto o
los métodos antieconómicos y de la intervención gu- no, en un escala bastante grande.
bernamental. Tanto el azúcar como eltahaco -pro- La corona exigía una parte, gen~ralmente un
ducto de considerable importancia económica en el quinto de todo el' metal producido. Este era el im-
siglo XVlI- se producían principalmente mediante puesto que despertó la envidia y el recelo de los de-
el trabajo de esclavos, negros africanos iillportados más monarcas europeos. Realmente, en la mayoría
a tal fin. Como los negros eran súbditos de reyes de los años quizá no ascendió a mucho más del diez
africanos bárbaros y no del rey de España, ningún o quince por ciento de la ren ta total de la corona
. reparo legal había, y pocos reparos humanitarios, española, y era empeñado a los banqueros alema-
de haber alguno, para su adquisición como esclavos. nes mucho anqes de salir de América. La constante
Tenían que ser conseguidos por medio de agentes importación de plata tuvo efectos desastrosos en los
portugueses, y eran sumamente caros en las Indias. precios y en el ,conjunto de la estructura económica
Los productos animales y vegetales de las Indias española -efectos que los conlemporáneos solían
eran casi insignificantes para muchos españoles, en atribuir a cuaIt¡uier ou'a causa menos a la verdade-
comparación con los productos minerales ---:-los me- ra-. Las teorías económicas de la época conside-
tales preciosos-o La minería de oro y plata a raíz de ¡;-aron a los metales preciosos como el producto más
la conquista era una simple cuestión de extracción y importante y valioso de las Indias. El gobierno trató
lavado en corrientes a propósito; pero (l. mediados por todos los medios posibles de estimular la mine-
del siglo XVI se descubrieron riquísimas vetas argen- ría de oro y plata y obligar al pago del impuesto
tíferas en Zacatecas y Guanajuato, México, y en Po- sobre las barras de dichos metales. Se empleó un
tosí, que pertenece ahora a Bolivia. Varias formas numeroSO cuerpo de oficiales para pesar, ensayar
de tosca producción en grande sustituyeron rápida- y marcar las barras de plata conforme salían de
mente al primitivo proceso de lavado, y una enorme las minas y tomar la parte real. Todavía más, en los
planta -enorme para aquellos días- fue estableci- puertos había vigilantes para evitar las tentativas de
108 EL IMPERIO DE LA PLATA EL IMPERIO DE LA PLATA 109

contrabando de la plata sin marcar. A mediados del El comercio con las colonias fue un monopolio
siglo XVI se ideó un sistema de convoy para proteger durante la mayor parte de los siglos XVI Y XVI!. El
los cargamentos metálicos durante la u'avesía del monopolista no era la corona (como en Portugal),
Atlántico. Desde 1564 se despacharon desde España sino el consulado -gremio de los mercaderes- de
dos flotas armadas cada año, una para México y los Sevilla, con su organización auxiliar en Cádiz. Por
puertos del Golfo, y otra para el istmo de Panamá. una serie complicada ele ficciones, todas las casas
Ambas flotas invernaban en América y en la prima- comerciales de España, mediante apoderados, lle-
vera siguiente se juntaban en La Habana para el via- garon a ser miembros del· consulado sevillano, con-
je de regreso. Cada flota se componía de veinte a se- signando sus cargamentos a nombre de mercaderes
senta buques, escoltados generalmente por varios residen tes en Se,-;illa. Aun las firmas comerciales ex-
barcos de guerra -entre dos y seis-o Excepto en tranjeras -algunas alemanas, inglesas y flamencas-
uno de estos convoyes, estaba prohibido a cualquier adoptaron este recurso, de modo que los verdaderos
barco cruzar el Atlántico, a menos que se le hubiese miembros del gremio hacían un enorm,e negoCio
concedido permiso especial. Las salidas eran bas- de comisión que vino a eclipsar su propio comercio
tante regulares, lo cual permitía a los corsarios es- legítimo. Sevilla fue el cuello de botella del comer-
perarlos, y casi todos los años se perdían uno o dos cio de las Indias; un cuello de botella estrechado aún
barcos. El plan total muestra la excesiva confianza más por el reglamento de licencias de la Real Casa
de Felipe II en el poder de la unión y volumen y su de Contratación -licencias de emigración, para
incapacidad para darse cuenta del valor de manio- evitar el embarque de judíos y herejes; licencias de
bra y velocidad -el mismo error que provocó el de- navegación, para comprobar el buen estado de las
sastre de la Invencible en 1588-. Sin embargo, los embarcaciones; de pilotos, para comprobar su com-
convoyes cumplieron su propósito: man tuvieron sa- petencia-. Algunas mercancías sólo podían ser ex-
lidas regulares durante siglo y medio, y sólo tres portadas con licencia especial -las armas de fuego
veces en ese periodo, una por los ingleses y dos por y los esclavos negros, por ejemplo-. Esta reglamen-
los holandeses, fue in terceptada y derrotada toda la tación es comprensible, puesto que la corona temía
flota. El costo de los convoyes era sufragado por una siempre la posibilidad de un motín de esclavos;
serie de pesados y complicados impuestos sobre pero el sistema en conjunto constituía un tremendo
todas las mercancías que iban y venían; así que la obstáculo para el comercio.
seguridad de las flotas se compraba a alto precio; y Además del monopolio y la reglamentación, hubo
el apresto general aumentaba mucho las demoras mucha rigidez en la estructura económica total de
para obtener mercancías en las colonias y el precio España, lo cual hizo sumamente difícil el rápido
de éstas, en el caso de que llegaran. crecimiento del comercio de exportación. Entre las
110 EL IMPERIO DE LA PLATA

causas de esta rigidez estaban: el desprecio sentido


hacia el empleo trabajoso; la decadencia de las artes
mecánicas y de la agricultura debida a las guerras
contra los moros y a la expulsión de judíos y moris- V. PESCADORES, EXPLORADORES
cos; los privilegios concedidos a la Mesta y los per- YTRATANTES DE ESCLAVOS
juicios de ellos derivados para los intereses agríco-
las; la gran proporción de gente con ocupaciones
improductivas, especialmente la Iglesia; y los gravo- 1) LAs PESQUERÍAS DEL ATLÁNTICO
sos impuestos y constantes guerras europeas. Ade-
más, los centros comerciales más florecientes de Las proezas más espectaculares de la gran edad del
España, en Cataluña y Aragón, estaban entregados descubrimiento fueron sucesos ocurridos en la bus-
a sus relaciones mediterráneas y no tenían interés ca de especias o metales preciosos~ pero éstos no
en participar en el comercio de Indias. constituyeron los únitos productos ultramarinos de
Todas las Indias eran un mercado ansioso de telas, gran demanda en Europa. Territorios que no pro-
armas, herramientas y quincallería de toda clase, li- ducían ninguno de ellos llegaron a ser considera-
bros, papel, vino, aceite y esclavos. Los productores dos como poseedores de cierto valor propio y dig-
españoles no podían, o no querían, exportar estas nos de merecer el esfuerzo de explorarlos. De todos
mercancías en cantidad suficiente o a precios de los artículos mercantiles de la Europa de los siglos
competencia. Por ello, el comercio de las Indias era XVI y XVII, el pescado fue probablemente el más im-
una tentación permanente no sólo para los piratas y portante. Los monasterios y los señores poseían sus
corsarios, sino para los tratantes de esclavos, contra- propias lagunas para pescar; pero para la mayor
bandistas y comerciantes irregulares de todas las parte del pueblo el pescado seco o salado era un ali-
naciones. mento vital en el invierno y en los días de ayuno. En
consecuencia, la pesca marítima fue una industria
importan te y el fracaso gradual de la pesca de aren-
que en el Báltico, monopolizada durante muchos
años por los buques de la Hansa alemana, obligó a
los pescadores de todas las naciones a explorar el
litoral de Europa e Islandia y aventurarse mucho en
el Atlántico.
En cuan lo a la polencia marítima de Espaíia y
Portugal, más que de mirar por la observancia de
111
112 PESCADORES, EXPLORADORES PESCADORES, EXPLORADORES 113

las bulas papales, se preocupaba en mantener aleja- pesca de los bancos de Terranova. A los pocos años,
dos a los barcos de otras naciones de las fuentes el bacalao llegaba a Portugal en cantidad suficiente
ya descubiertas de especias y metales preciosos. El para que un impuesto de importación sobre él
Atlántico del norte no frecuentado por españoles o mereciera la pena. Los portugueses se anticiparon
portugueses era otra cuestión, y Enrique VII se tOlnó así a los franceses y a los ingleses, y nunca dejarían
la libertad de enviar a Juan Cabot a explorarlo, a de ser sus fuer,tes compe~idores. Muchos pescadores
pesar de los rumores de protesta por parte de España. portugueses se establecieron en Nueva Inglaterra
Cabat descubrió que el mar vecino a Terranova era con posterioridad y aún pueden ser encon trados
abundan te en pesca mayor; pero el primer pueblo sus descendien tes en Princetown.
que se aprovechó de este descubrimiento fue, tina Los franceses llegaron poco después. En 1509, un
vez más, el portugués. Según una tradición creíble, barco normando trajo a Rouen un grupo de indios,
uno de los miembros de la tripuÚ,ción de Cabot con la canoa en que habían sido cogidos; y al me-
había sido un portugués, un tal Fenlández, apoda- nos por esa fecha los normandos'y los bretones pes-
do el Labrador; y fue él quien dio su nombre, pri- caban regularmente en los bancos. Faltan informes
mero a Groenlandia, y después al territorio denomi- acerca de los primeros viajes de pesca hechos por
nado ahora Labrador. Fernández volvió a su pau'ia y los ingleses; pero los Cabot, padre e hijo~ eran muy
refirió lo que había visto. Sus informes fueron pron- conocidos en Bristol, y los pescadores de los puertos
tamente reforzados por los hermanos Corte-Real, occidentales no iban despacio cuando se trataba de
portugueses residentes en las Azores que hicieron sacar provecho de sus descubrimientos.
una serie de viajes por comisión real para descubrir A medida que aumentó el nílluero de barcos en
tierras en el noroeste, dentro de la demarcación los bancos, cambió la naturaleza del comercio, pa-
portuguesa. A diferencia de Cabot, los hermanos sando de la venta inmediata de pescado fresco en el
Corte-Real no tenían esperanzas de encontrar espe- mercado, a la venta de mayores cantidades de pes-
cias, pero apreciaban el valor de Terranova como cado seco a intervalos más largos. Los pescadores
una fuente de madera para mástiles y vergas, y recla- levantaban albergues temporales en tierra durante
maron toda la costa para Portugal. A la sazón, se los meses de verano para sacar y reparar las redes y
creía en general que el Labrador estaba en el sector ahumar y salar la pesca. Las pretensiones territoria-
portugués según la demarcación de Tordesillas yasí les de Portugal no fueron tomadas en cuenta, pues
se señaló en 1502 en el mapa de Can tino. La costa allí no había fuertes ni patrullas navales. Las playas
era demasiado {lriela para tentar a los españoles o de la costa de Terranova se convirtieron en campa-
portugueses a colonizar, pero estos últimos, desde mentos estacionales regulares de una vigorosa y
principios del siglo XVI, comenzaron a explotar la libre comunidad pesquera cosmopolita.
114 PESCADORES, EXPLORADORES PESCADORES, EXPLORADORES 115

El desarrollo de las pesquerías del norte del Atlán- aumento del número de barcos y hombres aptos
tico tuvo efectos de gran alcance, tanto en la misma para largas y peligrosas travesías. Una serie de leyes
Europa como en la historia de la expansión euro- de los Tudor se refiere a las pesquerías como un
pea. Evidentemente, la importación de grandes can- plantel de buques marinos, y los legisladores sólo
tidades de bacalao fue por sí misma un acan leci- expresan la verdad. Los barcos que buscaron pasos
miento económico significativo en un continente al norte y establecieron el comercio con Rusia; las
donde mucha gente vivía más próxima al hambre expediciones que comenzaron la colonización de
una parte del año. Los campamentos pesqueros de Norteamérica; las flotas inglesas y holandesas que
estación llegaron a ser también centros de trueque derrotaron a los navíos españoles, eSk'lban tripula-
con los nativos, así que el comercio de pieles se des- dos por marinos entrenados en la dura escuela de la
arrolló como una lucrativa línea lateral de la pes- pesquería en los bancos.
quería. El natural deseo de aumen tar la nllración
efectiva de la estación de la pesca y el comercio de
pieles dio origen a proyectos, como los de sir Hum- 2) LA BUSCA DE UN PASO POR EL NORTE
phrcy Gilbert a fines cleI siglo XVI, para remplazar
los campamentos estacionales por colonias perma- Los estados marítimos del norte de Europa no esta-
nentes en Terranova y otras partes de Norteaméri- ban satisfechos en modo alguno con saber que sus
ca. Es cierto que estos planes no emanaron por lo pescadores obtenían una rica cosecha de mar. Du-
general de la comunidad pesquera. Los patrones de rante el siglo XVI la demanda de especias y otros
embarcaciones no eran proyectistas a largo térmi- artículos orientales continuó siendo tan urgente
no; su negocio consistía en coger abundante pesca como siempre, y los precios fueron tan altos como
durante los meses de verano y regresar al hogar con antes o más; aunque ahora las ganancias eran para
ella antes de que llegaran los vientos de otoño. La los embarcadores portugueses y los revendedores
mayoría se opuso rudamente a cualquier idea de de Amberes, ciudad que se había convertido en
establecer colonias en Norteamérica, cuyos habitan- principal mercado europeo de especias. Los ingle-
tes podían competir con los pescadores de eSú'lción ses, franceses y holandeses aún anhelaban encon-
a causa de que pescaban una parte mayor del año; trar una ruta directa a la "Especiería". El estrecho
pero aunque los jefes dé la comunidad pesquera no de MagaIlanes era demasiado. peligroso y la ruta del
estaban in teresados en explorar para sus propios Cabo estaba muy bien guardada por los portugue-
fines, los pescadores a menudo se comprometieron ses. Los grandes ríos que parecían oli"ecer posjbili~
a hacer viajes de exploración. Quizá el resultado dades ele comunicación con el Pacílico fueron ex-
más importante d~ la pesca en los bancos [ue el plorados uno tras otro sin esperanza: el Río de la
PESCADORES, EXPLORADORES 117
116 PESCADORES, EXPLORADORES
de lugar. Eran el Bona SjH:ranza, el Eona Confidenza y
Plata por Salís y Sebastián Elcano, el Hudson
el Edward Bonaventura. Cerca de las islas Lofoten
(quizá) por Verrazano y el San Lorenzo por Cartier.
una tormenta separó los buques. Dos de ellos, in-
Unicamente quedaba la posibilidad de la circunna-
cluyendo el bJque enseña de Willoughby, entraron
vegación o de pasar por los extremos s~pten triona-
en una ensenada cerca del Cabo Norte. Allí se he-
les de América o Europa.
laron pronto y toda la tripulación murió de frío y
A los navegantes que habitualmente usaban un
hambre. Sin ~mbargo, el Edward, mandado por el
globo terráqueo les parecía obvio que debía de ha-
viejo navegante Richard Chancellor, entró al mar
ber una ruta más directa al Oriente a través del Ártico
Blanco y llegó a Arcángel. Allí se enteró Chancellor
que doblando el Cabo de Buena Esperanza; y efec-
por vez primera del poder y riqueza del emperador
tivamente la hay, aunque sólo sea posible mediante
de Rusia, y tras largos cabildeos con los habitantes
la aviación. ~a mayoría de los mapas del siglo XVI
dcllugar, él y alguno de sus oficiales hicieron en tri-
muestran el ArtieD como un "mar abierto con gran-
neos de caballos un asombroso vi~e en pleno in-
des islas muy separadas entre sÍ. Poco se sabía en-
vierno desde Arcángel a Moscú.
tonces sobre la vasta extensión de la capa de hielo
En esa época Rusia estaba casi completamente
septentrional. Los navegantes argüían que, contra
aislada de los otros países civilizados. Pueblos nó-
todos los supuestos, los trópicos habían resultado
madas la rodeaban por él sur y el este; ningún inter-
franqueables, ¿por qué no el Ártico? Inglaterra pro-
cambio estaba permitido con la belicosa y católica
yectó un gran número de viajes al norte, que fueron
Polonia, al oeste, y su única costa, al norte, estaba
financiados, o por sindicatos especiales, o por las
cubierta de hielo gran parte del año. En este aisla-
compañías mercantiles que se formaron a mediados
miento, Iván el Terrible y su antecesor habían con-
del siglo XVI. En particular, la "Compañía de aven-
seguido un grado considerable ,de orden y unidad
tureros mercantes para el descubrimiento de regio-
nacional en la Gran Rusia. El iínico contacto de
nes, dominios, islas y lugares desconocidos" tuvo
Iván con Europa se efectuaba a través de los barcos
como primer director a Sehastián Cabot, el viejo,
de la Hansa del norte de Alemania. Y ocurrió que
que había sido piloto mayor de España, y que des-
las relaciones con las ciudades de la Hansa se' ha-
pués de sus fracasos en el noroeste y en el Río de la
bían roto poco an les de la llegada de Chancellor
Plata, determinó explorar en el noroeste.
por varias razones políticas y Moscú sufría por la
En 1553, la Compañía despachó una flota de tres
consiguiente carencia de mercancías importadas,
buques al mando de sir Hugh Willoughby con la
ropa de lana y principalmente armas de ladas clase.
intención expresa de llegar a China por un paso al
Inglaterra producía estos artículos y era tatnhién un
noreste. Los nombres de los barcos son dignos de
mercado estable para pieles, cáñamo y sebo, que pro-
mención por su optimismo valiente aunque fuera
118 PESCADORES, EXPLORADORES PESCADORES, EXPLORADORES 119

duda Rusia. Por estas razones, los aventureros in- comienzo. La ~ompañía Moscovita que se formó
gleses fueron doblemente bien venidos, como extran- para explotarlo :duró relativamente poco. El viaje a
jeros civilizados y como comerciantes. Por suerte, Rusia era muy largo y dificil Y los riesgos demasiado
ChancelIor era, a la vez que buen marino, diestro grandes. Rusia no aparefería como figura perma-
diplomático. Fue recibido con una hospitalidad real nen te en el escenario europeo hasta la época de Pe-
impresionante. Su visita produjo la apertura del dro el.Grande; pero esto no quita mérito a la proe-
cor:nercio y una larga serie de conversaciones diplo- za de Richard Chancellor. Su viaje fue uno de los
máticas, que se extendieron incluso a sugestiones mayores viajes ingleses de descubrimiento, aunque
tanteadoras de alianza y matrimonio real. contribuyó poco a la solución del problema del paso
Los resultados de estas conversaciones no fueron por el noreste. Posteriormente, el personal de la
enteramente satisfactorios. El in,terés de Iván res- Compañía Moscovita hizo intentos para encontrar
pecto de Inglaterra no era sólo comercial sino el paso, y también los realizaron a fines del siglo
diplomático, militar y social. El interés de Isabel algunos exploradores holandeses, el más prominen-
respecto de Rusia sólo era comercial. El in tercarn- te de IOfol cuales fue WiIliam Barents. Los holandeses
bio entre ambos países se caracterizó por propósitos continuaron la búsqueda hasta 1624, pero el único
contrarios' e incomprensiones, como ha ocurrido resultado de sus viajes fue el acopio de información
casi constantemente desde entonces. Esto no fue sobre Spitzberg, Nueva Zembla y la costa norte de
culpa de ChanceIlor o de Antony Jenkins, su suce- Rusia. Este conocimiento fue útil, no ciertamente
sor. Sus relaciones personales con Iván fueron siem- para los comerciantes de especias, sino para los pa-
pre excelentes. Chancellor era un soñador de insó- trones de balleneros. La Compañía Moscovita y va-
litas facultades y en uno de sus informes escribió un rias empresas holandesas se interesaron en la pesca
juicio sobre los rusos digno de ser citado: de ballenas, y e! continuo desarrollo de ella en el
Ártico a lines de! siglo XVI y principios del XVll fue
Si conocieran su poder -dice-, ningún h o.mbre po- en gran parle suscitado por los informes traídos por
dría luchar con ellos, ni a los que habitan cerca deja- los buscadores ele un paso al noroeste.
rían tranquilos, pero creo que esto no 10 quiere Dios:
La existencia de un paso al noroeste había sido
pues puedo compararlos a un potro que no conoce su
fuerza. a quien una criatura maneja con una brida, a
sostenida por los geógrafos antiguos y modernos
pesar de su .gran fuerza; porque si él la conociera, ni más que la del 'noreste. El convincente Discurso de
niño ni hombre podrían manejarlo. sir Humphrcy Gilbert sobre la materia ofrece una
imponellte lista de autoridades. La verdadera bús-
El comercio entre Rusia e Inglaterra nunca au- qucda r¡uc comenzó con el primer viaje de Frobisher
mentó mucho en el siglo XVI a pesar de su próspero en ] 576, fue otra historia de heroísmo, de fracaso

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