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Job es considerado un profeta en las religiones

abrahámicas: el judaísmo, el cristianismo y el Islam.


En los textos bíblicos, su historia es narrada en el Libro
de Job, tanto en el Tanaj como en el Antiguo
Testamento. En el Corán1 se hace referencia a la
paciencia del profeta Job.
Job era un ganadero muy rico, con 7 hijos y 3 hijas y
numerosos amigos y criados. Vivía en "la tierra de Uz",
la cual es una ciudad mencionada como parte del reino
de Edom.
Satán reta a Dios argumentando que el amor que Job
le profesa es por causa de sus bendiciones y no
porque realmente lo ame. Yahvé concede a Satán el
probar la integridad de Job.
El personaje antagónico, Satán, pone a prueba la
integridad de la fidelidad de Job con permiso de Dios.
Dios concede esta prueba con una única restricción:
que no le quite la vida a Job. A partir de ello, Satán
acecha a Job y le causa múltiples desgracias, tales
como enfermedades (sarna), el ataque
de caldeos y sabeos a sus criados, la muerte de su
ganado, la pobreza, el repudio de su mujer e incluso la
muerte de sus hijos.
Su autoría es desconocida, aunque la tradición lo
atribuye a Moisés. Según la tradición, Moisés pudo
conocer la historia de Job durante su huida del Bajo
Egipto. Si este fuera el caso, Job era un habitante de
la península arábiga, situada al este del imperio.
Aunque algunos de estos especialistas datan el libro
entre el año 500 a. C. y el año 250 a. C., su cita en
antiguos manuscritos judíos descartan tal opción.
Popularmente se considera que este fue escrito
alrededor del año 500 a. C.
Aun cuando la temática del libro es unitaria, hay
diversos indicios de una composición más compleja,
como por ejemplo, la variación en el uso de los
nombres divinos (Yahveh, Saddai, Eloah, Elohím). Sin
embargo, se mantiene a lo largo de la obra el uso
coherente (por ejemplo, Job solo usa una vez el
nombre “Yahveh” en el prólogo y en una expresión
corriente). Al parecer las arengas de Elihú resultan ser
añadidos debido a su forma de razonamiento y a que
el discurso anterior y posterior ni siquiera lo toman en
cuenta.
1. La inmensa pérdida de Job en cuanto a cosas
terrenales

El capítulo 1:13-17 describe con frases muy


breves como Job quedó arruinado en el término
de un día. A causa de robo, catástrofes
naturales y consecuencias de guerras, el rico
Job se volvió pobre.
¡El período de gran prosperidad había pasado!
Mientras el tercer mensajero comunicó la
terrible noticia a Job (1:17), llegó el último
golpe con el informe del cuarto mensajero, que
le anunció la repentina muerte de sus diez hijos
a consecuencia de una catástrofe de la
naturaleza (vv. 18, 19). Entiéndelo bien Job no
perdió a un hijo, y tampoco a dos, sino a los
diez todos juntos: siete hijos y tres hijas. Toda
la feliz familia quedó repentinamente destruida.
¡Una prueba de dimensión inimaginable!
2. La Prueba Física de Job

Esta segunda prueba es aún un grado más difícil


que la primera. Por más difícil que fuera, lo que
había pasado hasta ahora estaba fuera de Job
mismo. Pero luego fue afectado personalmente
por una abominable y repugnante enfermedad.
Satanás no se dio por satisfecho, y con el
consentimiento del Señor, los poderes de
enfermedad atacaron la vida de Job (cap. 2:1-8).
Esta enfermedad debe haber sido muy
repugnante, pues el muy considerado y glorioso
Job (cap. 1:3), al fin quedó sentado
miserablemente en un montón de basura.
Job 2: 7, 8 ¡Cómo habrá clamado Job a su Dios
para que le de alivio y sanidad! Pero la
respuesta desde lo Alto no llegó; solamente se
escuchaba la risa burlan del infierno. Muchos
pueden testificarlo: Nada estorba tanto la vida
interior, como los tormentos físicos.
3. El Matrimonio de Job se va Desmoronando

Esta tercera prueba fue aún más difícil, el


tornillo se fue apretando aún más fuertemente.
Job tenía un matrimonio feliz; de no ser así, no
hubiera tenido esta buena reputación. Sin duda
alguna, la fidelidad de Job al Señor y su
irreprochable manera de vivir también se debían
a la buena influencia de su esposa.
La esposa tiene una inmensa influencia en el
matrimonio, ya sea para bendición o para
maldición.
Acab jamás habría tenido un fin tan horrible, si
no hubiera sido influenciado por su esposa
Jezabel.
Sansón jamás habría caído de tal manera bajo
el poder del enemigo, si no hubiera sido
sucumbido por la influencia de Dalila.
Salomón jamás habría sido abandonado por el
Señor, si no hubiera escuchado a mujeres
extranjeras..
Pero encontramos en la Biblia también a
mujeres que ejercieron una influencia
bendecida, por ejemplo
Abigail, que hizo desistir a David de la idea de
matar a su marido Nabal (1º Samuel 25:18-35).
4. Job, el hombre que perdió su buena reputación
Esta cuarta prueba fue, en su naturaleza, aún
más difícil que las precedentes. Digo: en su
naturaleza, porque la honra delante de los
hombres es algo sustancial en la vida, algo
oculto y tenazmente mantenido -incluso en la
vida de Job, que dijo abiertamente: "Los oídos
que me oían me llamaban bienaventurado, y los
ojos que me veían me daban testimonio"
(29:11).
Pero después que todo se había derrumbado
encima de él, la opinión general de la gente se
volvió contra él. Comenzó la conocida "campaña
de los cuchicheos", y la gente se decía: "Algo no
anda bien en la vida de este hombre." El
capítulo 19: 13-16 habla de esto. Podemos
reconocer toda la amarga aflicción de Job por
estas pocas palabras representativas:
"...despojado...como extraños se apartaron de
mí...se olvidaron de mi...me tuvieron por
extraño...forastero fui yo...mi aliento vino a ser
extraño a mi mujer..." Es como si Job echara a
llorar fuertemente, cuando dice: "Me ha
despojado de mi gloria, y quitado la corona de
mi cabeza" (19:9)
5. Los mejores amigos de Job y sus hermanos en el
Señor se apartaron interiormente de él.

Esta quinta prueba debe haber sido aún más difícil,


pues los lazos espirituales son más fuertes que los
lazos consanguíneos. Job tenía amigo
verdaderamente espirituales, que le demostraron su
amistad llorando amargamente junto con él y
sentándose con él en la tierra por siete días y siete
noches: "...porque veían que su dolor era muy grande"
(cap. 2: 12-13). Esta fue amistad de alta calidad.
Pero luego aconteció algo horrible: Cuando los amigos
comenzaron a hablar con Job, si bien hablaron muy
piadosamente, no llegaron a acertar su problema.
Carecían de todo entendimiento acerca de las
profundidades a las cuales el Señor había llevado a Su
siervo. Casi lo mataron con sus citas y enseñanzas
piadosas, de manera que finalmente Job les imploró:
"Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí,
tened compasión de mi" (cap. 19: 21) ¡Qué
indeciblemente grande debe haber sido la soledad de
Job! Los mejores, los más íntimos amigos le
abandonaron. Pero también aquí se destaca la imagen
de Jesús, quien fue abandonado por Sus mejores
discípulos en la hora de la mayor prueba.
6. La prueba espiritual de Job

Esta sexta prueba que entró en la vida de Job, fue de


carácter totalmente distinto. Fue la prueba de la
Palabra de Dios. ¿Fracasaría Job, al ser confrontado
en su situación con la Palabra castigadora de Dios?
¿No cerraría quizás su corazón? Considera bien: Al
triunfante fin de una prueba, siempre le precede el
profundo castigo y juicio de la Palabra de Dios.
Cuando un hijo de Dios que está en una prueba, busca
demasiado pronto las palabras consoladoras de Dios,
esto demuestra que su sentir es poco espiritual. Toda
prueba exterior, no importa cuán difícil es, purifica la
vida de nuestra alma, pero la Palabra del Señor nos
juzga y renueva aún más profundamente (leer He. 4:
12; 1 Pe. 1: 23; Sal. 107: 20; Mt. 8: 8). Es la Palabra de
Dios vino a Job por medio de una cuarta persona, que
no se contaba entre los tres amigos. Se llamaba Eliú
(cap. 32: 2). Eliú significa en español "Dios mismo".
Eliú dijo: "Espérame un poco, y te mostraré que
todavía hay más que decir en favor de Dios" (cap. 36:
2) Y luego, la Palabra de Dios hirió a Job como fuerte
golpe: "Tú también eres inocente delante de Dios"
(comp. cap. 34: 11-12)
7. La coronación de la prueba - La revelación del Señor a
Job

Estamos aquí ante una inmensa contradicción, que con


todo no es 7. ninguna contradicción, pues por lado, esta
última prueba fue la más difícil para Job, pero por otro
lado la más gloriosa. A partir del capítulo 38, el Señor
mismo se revela a Job, pero de manera rechazadora. Se
manifestó al Job juzgado en el juicio -por la Palabra, por la
tempestad y en Persona-, y ahí se destaca una vez más
de manera radiante la imagen del Salvador moribundo.
Está clavado en la cruz del Gólgota, completamente
despojado de todo y de todos; entonces el cielo se
oscurece y Dios Se revela en El. Inmediatamente antes
de la coronación de Su prueba, Jesús experimenta lo más
difícil, pues Dios Se Le revela de manera rechazadora.
Aparta Su faz de Su Hijo amado, y Jesús llama en alta
voz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?"
Job vio la santa majestad de Dios, y su reacción
demuestra una vez más que a través de todas las
pruebas, siguió aferrado fielmente a su Señor. HAsta
entonces, Job solamente se había mirado a si mismo:
"...los ojos que me veían..." (cap. 29: 11). Pero después,
en el punto cero de su vida, pudo ver al Señor: "mas
ahora mis ojos te ven" (cap. 42: 5). Entonces Job se
derrumbó, en lo más recóndito de su ser, ante la
presencia de Dios. El mismo describió su punto cero: "Por
tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza"
(cap 42: 6). Con esto, el Señor había guiado a Job
adónde quería tenerlo: al punto cero -culpable-
arrepentido. Job ya no era nada.
NOMBRE: SANTIAGO LIBERNNAL

TEMA : Libro de Job

MAESTROS: Olga Lucia Ayerbe, Jeison Newton Rivera

FECHA: 18 DE NOVIEMBRE DE 2018

NIVEL: Escuela de discipulado nivel 2

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