El empleador puede efectuar descuentos sobre la base de la remuneración
y beneficios sociales cuando las normas legales lo permitan, cuando exista
mandato judicial o en caso el trabajador preste su autorización. De manera general podemos decir la situación se presenta en los siguientes casos:
1. Deducciones de cargo del trabajador por concepto de tributos y
aportes a los Sistemas Previsionales: Se refiere normalmente a la retención del Impuesto a la Renta de quita categoría y a la deducción de los aportes obligatorios a la ONP o AFP, según sea el caso. 2. Descuentos autorizados u ordenados por mandato judicial: Se refiere a los descuentos que se realizan a fin de garantizar o ejecutar las obligaciones del trabajador, generalmente de carácter alimentario. 3. Cuotas sindicales: Se refiere a las retenciones ordinarias o extraordinarias sobre la remuneración del trabajador cuando el sindicado y el trabajador así lo establecen. 4. Si el trabajador autoriza el descuento mediante la suscripción de un contrato o convenio: por ejemplo, como descuento por préstamo o la adquisición de un bien de la empresa, etc.
Cuando no se presente alguna de estas circunstancias, el empleador no
podrá efectuar descuentos de la remuneración de sus trabajadores y, de hacerlo, podrá considerare que está incurriendo en un acto de hostilidad.
En efecto, de conformidad con el literal b) del artículo 30° de la Ley de
Productividad y Competitividad Laboral (LPCL), se considera acto de hostilidad la reducción inmotivada de la remuneración o de categoría. Esta reducción puede darse tanto por descuento inmotivado puntual, como en el caso en el que se reduzca directamente la remuneración o algún beneficio de manera permanente. En este caso el trabajador puede optar por las siguientes opciones: (i) solicitar los reintegros correspondientes al empleador, (ii) emplazar al empleador imputándole el acto de hostilidad correspondiente, otorgándole un plazo no menor de seis (6) días naturales para que efectúe su descargo o enmiende su conducta.
En el primer escenario, el trabajador podría efectuar el requerimiento de
manera privada, presentar una denuncia ante la inspección de trabajo para que ésta eventualmente emita una medida de requerimiento para el pago del reintegro o demandar judicialmente el reintegro correspondiente.
En el segundo supuesto, en caso se verifique que el empleador no ha
modificado su conducta, trabajador puede accionar judicialmente para pedir al juez el cese de hostilidad o dar por concluido el contrato de trabajo, en cuyo caso tiene el derecho a demandar el pago de la indemnización que corresponde por despido injustificado y el pago de los beneficios sociales (legales o contractuales) que puedan corresponderle más el reintegro de los montos indebidamente descontados.