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LA DISLEXIA EN ADULTOS

Criterios diagnósticos del DSM-V para dislexia


Para el diagnóstico diferencial de la dislexia, incluida dentro de los trastornos del
neurodesarrollo como un trastorno específico del aprendizaje con dificultad en lectura / en la
expresión escrita, se deben cumplir los 4 criterios diagnósticos del manual DSM-5 (American
Psychiatric Association, 2014), especificando si las dificultades se dan en velocidad o fluidez, en
precisión y/o en comprensión lectora:

A) Presentar al menos uno de los siguientes síntomas, que han persistido por lo menos
durante 6 meses, a pesar de existir intervenciones dirigidas a tratar esas dificultades.
1. Lectura de palabras imprecisa o lenta y con esfuerzo (lectura vacilante, errores de
precisión, intenta adivinar las palabras…).
2- Dificultades para comprender el significado de lo que lee.
3- Dificultades ortográficas en referencia a la falta de precisión (omitir, añadir o
sustituir letras).
4- Dificultades en la expresión escrita (errores gramaticales o de puntuación, mala
organización de ideas…).

B) Las aptitudes o habilidades académicas afectadas, cuantificadas con pruebas


estandarizadas individualizadas aplicadas en una valoración clínica integral, están
significativamente por debajo de lo esperado por edad cronológica (2 cursos escolares) e
interfieren negativamente en el rendimiento académico, laboral o de la vida cotidiana. En
individuos mayores de 17 años, se pueden sustituir las pruebas o test estandarizados por
la historia documentada de las dificultades de aprendizaje en la edad escolar.

C) Las dificultades de aprendizaje comienzan en la edad escolar, aunque pueden no


manifestarse totalmente hasta que el aumento de las exigencias académicas supera la
capacidad de compensación cognitiva del estudiante (lo cual sucedería en los últimos
cursos de educación primaria o en secundaria).

D) Las dificultades de aprendizaje no se explican mejor por otras causas: deficiencias


intelectuales (Coeficiente Intelectual > 70), déficits visuales o auditivos no corregidos,
otros trastornos mentales o neurológicos, adversidad psicosocial, falta de dominio del
lenguaje o falta de instrucción académica adecuada.

Aunque para hablar de dislexia se plantea un desfase de dos cursos o dos años escolares,
comparando la habilidad lectora del escolar con la media establecida para su grupo de
edad (comparación interpersonal), también se plantea que las habilidades lectoras
afectadas se encuentran por debajo del percentil 5, más de 1,5 DS (desviaciones típicas)
por debajo del nivel de desarrollo de otras habilidades del propio sujeto (comparación
intrapersonal).

En cualquier caso, para valorar este aspecto resulta esencial tener en cuenta los apoyos
recibidos por el escolar, pues, si ha recibido intervención individualizada desde pequeño,
es de esperar que su habilidad lectora no esté tan desfasada a pesar de existir una dislexia.
Por otro lado, en función de las áreas académicas afectadas y de la posibilidad de
compensar los déficits con apoyos adecuados, en el DSM-V también se habla de la
importancia de establecer el nivel de gravedad actual de la dislexia: leve, moderado o
grave.

– Nivel leve: Presenta algunas dificultades relacionadas con las aptitudes de aprendizaje
en una o dos áreas académicas pero suficientemente leves para que pueda compensarlas
con los apoyos adecuados o cuando se aplican adaptaciones adecuadas en el ámbito
escolar.

– Nivel moderado: Presenta dificultades notables en las aptitudes de aprendizaje en una


o más áreas académicas, de manera que el individuo tiene pocas probabilidades de llegar
a ser competente en el ámbito académico si no tiene apoyos intensivos y adaptaciones
durante toda la edad escolar.

– Nivel grave: Dificultades graves en las aptitudes de aprendizaje que afectan a varias
áreas académicas, de manera que el individuo tiene pocas probabilidades de desarrollar
esas aptitudes sin una enseñanza constante, específica, individualizada e intensiva durante
toda la edad escolar. Además, necesitará adaptaciones curriculares y servicios de apoyo
en casa, en la escuela y en el trabajo, porque el individuo puede no ser capaz de realizar
con eficacia algunas actividades.

Nota. La dislexia es un término alternativo utilizado para referirse a un patrón de


dificultades del aprendizaje que se caracteriza por problemas con el reconocimiento de
palabras en forma precisa o fluida, deletrear mal y poca capacidad ortográfica. Si se utiliza
dislexia para especificar este patrón particular de dificultades, también es importante
especificar cualquier dificultad adicional presente, como dificultades de comprensión de
la lectura o del razonamiento matemático

Signos para detectar la dislexia a partir de los 12 años


Lenguaje oral

 Dificultad para exponer conocimientos de una forma autónoma, para expresarse


en términos precisos y usar adecuadamente los tiempos verbales.

Capacidades cognitivas y conductuales

 Los problemas conductuales aumentan, especialmente la baja autoestima y el


desinterés o pasotismo, además, pueden aparecer conductas disruptivas, depresión
o problemas de introversión o inhibición progresiva.
 Les sigue costando seguir una secuencia de instrucciones.
 Muestran gran aversión y apatía ante todas las tareas que implican la lectura y la
escritura.
 Debido al sobreesfuerzo que realizan en la escritura, a nivel gráfico, comprensivo,
ortográfico y de organización, suelen tener fobia hacia la escritura y se cansan
con frecuencia.
Dificultades de aprendizaje:

 Dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras.


 Dificultades en el aprendizaje de seriaciones y, por consiguiente, dificultad para
buscar en el diccionario.
 Además de dificultades en la lectura, escritura y cálculo pueden tener dificultades
de orientación espacio-temporal que repercute en otras materias como en
geografía, historia y geometría.
 Dificultad para el aprendizaje a través del leguaje escrito.

Lectura:

 La lectura es lenta, mecánica, vacilante y laboriosa y tienen graves problemas


de comprensión lectora. Debe poner gran esfuerzo en la decodificación por lo
que no es capaz de emplear recursos cognitivos en abstraer el significado de lo
que lee.
 Hay disléxicos a los que les resulta más eficaz la lectura silenciosa a la hora de
comprender el texto.

Escritura:

 Escritura descuidada, desordenada y, en ocasiones, incomprensible.


 Errores ortográficos, inconsistencias gramaticales, alteraciones de la estructura
sintáctica y, a veces, persisten otros errores de la etapa anterior como las
omisiones, sustituciones, inversiones…
 Dificultades para planificar y redactar textos y cualquier tipo de composición
escrita.
 Disortografía, principalmente en redacciones espontáneas. El problema de la
ortografía persiste normalmente aunque el disléxico haya mejorado su nivel
lectoescritor mediante instrucción adecuada.

Diagnóstico de la dislexia en adultos


¿En qué centramos la intervención de la dislexia?

Como ante cualquier tipo de intervención lo principal es identificar los aspectos concretos
que necesitamos tratar y, una vez delimitados, encontrar los procedimientos más
eficientes.

Dada la longitud del artículo nos limitaremos a comentar cuáles pueden ser los aspectos
a tratar, pues los procedimientos se explican en otros apartados como en el curso gratuito
de dislexia.

Aspectos a tener en cuenta al tratar a adultos con dislexia.

– La inseguridad y los problemas emocionales que le ocasiona sentirse inferior o


avergonzado por sus dificultades. (Aceptar y normalizar tales dificultades las reduce
considerablemente)

– La falta de fluidez en la lectura respecto a precisión y velocidad.

– La falta de comprensión lectora, que podría derivar de una falta de fluidez (volvemos
al nivel anterior) o del desconocimiento de las estrategias y demandas que implica la
comprensión del texto.
– Los errores ortográficos, refiriéndonos a la ortografía arbitraria, pues deberían estar
asimiladas las correspondencias F-G que no son arbitrarias. Si no fuera así,
retrocederíamos hasta ese punto.

– El conocimiento a nivel sintáctico y gramatical que repercute positivamente tanto en la


comprensión lectora como en la capacidad de redacción.

– La expresión por escrito de las ideas, en cuyo caso trabajaríamos a nivel superior de
escritura: planificación, creación de un borrador, utilización de nexos…

– Las técnicas memorísticas y de estudio, fundamentales a la hora de aprovechar el tiempo


y rendir más en el ámbito académico.

– Otros aspectos que se consideren relevantes en cada caso: la organización temporal o


espacial que afecte a la vida cotidiana, la mejora de la expresión oral y la ampliación del
vocabulario y el acceso al mismo, la mejora de la dicción…

En todo caso, el adulto debe ser partícipe fundamental y activo de su propia intervención,
autoanalizar su manera de procesar la información y de aprender y contribuir a desarrollar
estrategias que faciliten ese aprendizaje y potencien sus habilidades.

Como podemos apreciar, la mayoría de los aspectos a tratar están muy relacionados con
la lectoescritura y el estudio, es decir, con la vida académica, lo cual indica que si un
disléxico adulto está totalmente desligado de tales actividades, debería plantearse la
necesidad de llevar a cabo una terapia de intervención o no. Si, aun así, lo cree necesario,
quizás habría que prestar mayor atención a los aspectos emocionales y psicológicos que
puedan afectar su día a día en relación con este trastorno.

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