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LICEO EDUCATIVO INNOVADOR LEISAR

JUTIAPA

NOMBRE:

EDVIN ROLANDO CRUZ

GRADO:

4TO. BACHILLER

TRABAJO DE SEMINARIO

CICLO ESCOLAR 2019


1. FIN DE LA POBREZA

La pobreza es la forma más eficaz para asfixiar el potencial humano”. La pobreza


va más allá de la falta de ingresos para garantizar unos medios de vida sostenibles.

Bajo la perspectiva de capacidad y desarrollo humano, la pobreza implica


limitaciones en la capacidad para definir, elegir, construir y disfrutar vidas valiosas.
Esta capacidad se ve restringida por múltiples causas, sociales, políticas, culturales
y ambientales, es decir, multidimensionales. Además de ser multidimensional, la
pobreza causa impactos diferenciados a personas con distintas identidades y
condiciones.

Entre sus manifestaciones se incluyen el hambre y la malnutrición, el acceso


limitado a la educación y a otros servicios básicos, la discriminación y la exclusión
sociales y la falta de participación en la adopción de decisiones. El crecimiento
económico debe ser inclusivo con el fin de crear empleos sostenibles y promover la
igualdad. Erradicar la pobreza en todas sus formas sigue siendo uno de los
principales desafíos que enfrenta la humanidad. Si bien la cantidad de personas que
viven en la extrema pobreza disminuyó en más de la mitad entre 1990 y 2015, aún
demasiadas luchan por satisfacer las necesidades más básicas.

A nivel mundial, alrededor de 736 millones de personas aún viven con menos de
US$1,90 al día (2015) y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y
saneamiento adecuados. El crecimiento económico acelerado de países como
China e India ha sacado a millones de personas de la pobreza, pero el progreso ha
sido disparejo. La posibilidad de que las mujeres vivan en situación de pobreza es
desproporcionadamente alta en relación con los hombres, debido al acceso
desigual al trabajo remunerado, la educación y la propiedad. Los avances también
han sido limitados en otras regiones, como Asia Meridional y África subsahariana,
donde vive el 80% de la población mundial que se encuentra en condiciones de
extrema pobreza. Además, nuevas amenazas que plantean el cambio climático, los
conflictos y la inseguridad alimentaria necesitan mayores esfuerzos para sacar a las
personas de la pobreza.
ANÁLISIS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un compromiso audaz para


finalizar lo que comenzamos y terminar con la pobreza en todas sus formas y
dimensiones para 2030. Esto requiere centrarse en los más vulnerables, aumentar
el acceso a los recursos y servicios básicos y apoyar a las comunidades afectadas
por conflictos y desastres relacionados con el clima.

Si se pone en práctica, podría marcar un cambio de rumbo y favorecer la justicia


social en el mundo, a través de la erradicación de la pobreza y la reducción de las
desigualdades más graves. Permitiría progresar hacia la sostenibilidad económica,
social y medioambiental. En este período de reflexión sobre el papel de la OIT en
su segundo centenario, los medios de acción de la OIT reunidos para la Iniciativa
para poner fin a la pobreza pueden aportar una contribución significativa para
conducir el mundo hacia el camino de la justicia social como una base del desarrollo
sostenible.

2. HAMBRE CERO

Debido al rápido crecimiento económico y al aumento de la productividad agrícola


en las últimas dos décadas, el número de personas desnutridas disminuyó casi a la
mitad. Muchos países en desarrollo que sufrían hambrunas están ahora en
condiciones de satisfacer las necesidades nutricionales de los más vulnerables.
Regiones como Asia Central y Oriental y América Latina y el Caribe han avanzado
enormemente en la erradicación del hambre extrema.

Lo anterior son importantes logros que se alinean con las metas establecidas por
los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desgraciadamente, el hambre extrema y la
desnutrición siguen siendo grandes obstáculos para el desarrollo de muchos países.
Se estima que 795 millones de personas sufrían de desnutrición crónica en 2014, a
menudo como consecuencia directa de la degradación ambiental, la sequía y la
pérdida de biodiversidad. Más de 90 millones de niños menores de cinco años
tienen un peso peligrosamente bajo y una de cada cuatro personas pasa hambre
en África.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan terminar con todas las formas de
hambre y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en
especial los niños, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año. Esta
tarea implica promover prácticas agrícolas sostenibles a través del apoyo a los
pequeños agricultores y el acceso igualitario a la tierra, la tecnología y los mercados.
Además, se requiere el fomento de la cooperación internacional para asegurar la
inversión en la infraestructura y la tecnología necesaria para mejorar la
productividad agrícola.

ANALISIS

Todos los días, muchos hombres y mujeres de todo el mundo tienen dificultades
para darles a sus hijos una comida nutritiva. En un mundo en el cual producimos
suficiente comida como para alimentar a todas las personas, 795 millones de ellas
(una de cada nueve) siguen yéndose a dormir con el estómago vacío todas las
noches. Es más, una de cada tres sufre alguna forma de desnutrición.

Erradicar el hambre y la desnutrición es uno de los grandes desafíos de nuestra


época. Las consecuencias de una alimentación insuficiente o mala no son solo el
sufrimiento y un mal estado de salud, sino que también ralentizan el progreso de
muchas otras áreas de desarrollo como la educación y el empleo.

En 2015, la comunidad global adoptó los 17 Objetivos Globales para el Desarrollo


Sostenible para mejorar las vidas de las personas antes del 2030. El Objetivo 2
(Hambre Cero) tiene la intención de acabar con el hambre, lograr la seguridad
alimentaria, mejorar la nutrición y promover una agricultura sostenible, y esa es la
prioridad del Programa Mundial de Alimentos.
3. SALUD Y BIENESTAR

La salud es un impulsor, un indicador y un resultado del desarrollo sostenible. Las


personas sanas están mejor capacitadas para contribuir al desarrollo de sus países.
El mundo ha logrado grandes avances contra varias de las principales causas de
muerte y enfermedad. La esperanza de vida ha aumentado dramáticamente: la
mortalidad infantil y materna han disminuido; hemos cambiado el rumbo de la
epidemia del VIH y las muertes por malaria se han reducido a la mitad.

La Agenda 2030 refleja y responde a la creciente complejidad e interconexión de la


salud y el desarrollo, incluida la ampliación de las desigualdades económicas y
sociales, la rápida urbanización, las amenazas para el clima y el medio ambiente, el
agobio continuo del VIH y otras enfermedades infecciosas, y los nuevos problemas
de salud, como las enfermedades no transmisibles. El ODS 3 - “garantizar vidas
saludables y promover el bienestar para todas las edades”- y casi 50 metas a través
de 14 objetivos son fundamentales para garantizar la salud y el bienestar para todas
las personas. La cobertura universal de salud, basada en los principios de equidad,
acceso y calidad, será integral para lograr el ODS 3, terminar con la pobreza y
reducir las desigualdades. Las prioridades de salud global emergentes que no se
incluyen explícitamente en los ODS, incluida la resistencia a los antimicrobianos,
también demandan acción.

Sin embargo, el mundo no está bien encaminado para alcanzar los ODS
relacionados con la salud. El progreso ha sido desigual, tanto entre países como
dentro de ellos. Sigue habiendo una discrepancia de 31 años entre los países con
la esperanza de vida más corta y la más larga. Si bien algunos han logrado avances
impresionantes, los promedios nacionales ocultan el hecho de que algunas
poblaciones, grupos y comunidades se están quedando atrás. Los enfoques
multisectoriales, basados en derecho, y con perspectiva de género son esenciales
para abordar las desigualdades relacionadas con la salud, fortalecer la gobernanza
inclusiva y construir sistemas de salud resilientes.
ANALISIS

La buena salud es esencial para el desarrollo sostenible, y la Agenda 2030 refleja


la complejidad y la interconexión de ambos. Toma en cuenta la ampliación de las
desigualdades económicas y sociales, la rápida urbanización, las amenazas para el
clima y el medio ambiente, la lucha continua contra el VIH y otras enfermedades
infecciosas, y los nuevos problemas de salud, como las enfermedades no
transmisibles. La cobertura universal de salud será integral para lograr el ODS 3,
terminar con la pobreza y reducir las desigualdades. Las prioridades de salud global
emergentes que no se incluyen explícitamente en los ODS, incluida la resistencia a
los antimicrobianos, también demandan acción. Sin embargo, el mundo no está bien
encaminado para alcanzar los ODS relacionados con la salud. El progreso ha sido
desigual, tanto entre países como dentro de ellos. Sigue habiendo una discrepancia
de 31 años entre los países con la esperanza de vida más corta y la más larga. Si
bien algunos han logrado avances impresionantes, los promedios nacionales
ocultan el hecho de que algunas poblaciones, grupos y comunidades se están
quedando atrás. Los enfoques multisectoriales, basados en los derechos y con
perspectiva de género, son esenciales para abordar las desigualdades y asegurar
una buena salud para todas las personas.

4. EDUCACION DE CALIDAD

Desde 2000 se ha registrado un enorme progreso en la meta relativa a la educación


primaria universal. La tasa total de matrícula alcanzó el 91% en las regiones en
desarrollo en 2015 y la cantidad de niños que no asisten a la escuela disminuyó casi
a la mitad a nivel mundial. También ha habido aumentos significativos en las tasas
de alfabetización y más niñas que nunca antes asisten hoy a la escuela. Sin duda,
se trata de logros notables.

Sin embargo, el progreso también ha sido difícil en las regiones en desarrollo debido
a los altos niveles de pobreza, conflictos armados y otras emergencias. En Asia
Occidental y el Norte de África, los conflictos armados en curso han aumentado la
proporción de niños que no asisten a la escuela, constituyendo una tendencia
preocupante.
Si bien África subsahariana consiguió los avances más notables en la matriculación
en la escuela primaria entre todas las regiones en desarrollo (de 52% en 1990 a
78% en 2012), aún hay grandes disparidades, especialmente entre las zonas rurales
y urbanas. Por su parte, los niños de los hogares más pobres tienen hasta cuatro
veces más probabilidades de no asistir a la escuela que aquellos provenientes de
familias con más recursos.El objetivo de lograr una educación inclusiva y de calidad
para todos se basa en la firme convicción de que la educación es uno de los motores
más poderosos y probados para garantizar el desarrollo sostenible. Con este fin, el
objetivo busca asegurar que todas las niñas y niños completen su educación
primaria y secundaria gratuita para 2030. También aspira a proporcionar acceso
igualitario a formación técnica asequible y eliminar las disparidades de género e
ingresos, además de lograr el acceso universal a educación superior de calidad.

ANALISIS

En Guatemala alrededor del 70% de la población tiene menos de 30 años. Esto


quiere decir que hay un gran porcentaje de jóvenes y el resto está en proceso de
transición a esta etapa. En Guatemala existen varios factores que permiten que la
sociedad no cultive, ni desarrolle las competencias básicas y pensamiento crítico
necesario para que los jóvenes sean personas de acción e influyentes en hacer
cambios positivos en cualquier área. La educación que se brinda en Guatemala no
es de calidad, porque está diseñado para perpetuar un ciclo y mantener una
sociedad pobre, miedosa e ignorante de sus derechos y la realidad de su país. Para
el gobierno la educación pública no es una prioridad. No destina los recursos
económicos necesarios para que el sistema de educación tenga ni siquiera lo
básico. Las infraestructuras de varias escuelas son antipedagógicas para recibir
clases, no hay pupitres, y si lo hay están viejos y deteriorados. Y faltan recursos e
insumos, como libros de textos. Además la alimentación escolar llega muy tarde.
Vivimos un círculo vicioso, y si no la rompemos hoy, seguiremos así por muchas
generaciones. No esperes a que la realidad o el país cambie si tu no empiezas a
cambiar primero, si no te involucras, si no participas, si no accionas en tu
comunidad.
5. IGUALDAD DE GÉNERO

Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo
un derecho humano básico, sino que además es crucial para acelerar el desarrollo
sostenible. Ha sido demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas
tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el
desarrollo a nivel mundial.

Desde 2000, la igualdad de género es un aspecto primordial de la labor del PNUD,


sus aliados de la ONU y el resto de la comunidad global, y se han registrado algunos
avances extraordinarios. Más niñas asisten hoy a la escuela que hace 15 años y en
la mayoría de las regiones se logró la paridad de género en educación primaria.
Además, las mujeres constituyen hoy el 41 por ciento de la fuerza laboral
remunerada no agrícola, en comparación con el 35 por ciento en 1990.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se apoyarán en estos logros para garantizar


el fin de la discriminación a mujeres y niñas en todo el mundo. Sin embargo, en
algunas regiones aún existen grandes desigualdades en el mercado del trabajo,
donde a algunas mujeres se les ha negado sistemáticamente el acceso igualitario
al empleo. Los obstáculos más difíciles de superar y que aún persisten son la
violencia y la explotación sexual, la división desigual del trabajo no remunerado -
tanto doméstico como en el cuidado de otras personas- y la discriminación en la
toma de decisiones en el ámbito público.

Garantizar el acceso universal a salud reproductiva y sexual y otorgar a la mujer


derechos igualitarios en el acceso a recursos económicos, como tierras y
propiedades, son metas fundamentales para conseguir este objetivo. Hoy más
mujeres que nunca ocupan cargos públicos, pero alentar a más mujeres para que
se conviertan en líderes en todas las regiones ayudará a fortalecer las políticas y
las leyes orientadas a lograr una mayor igualdad entre los géneros.
ANALISIS

La igualdad de género es un concepto que cada vez encontramos más en nuestro


día a día: en las noticias, en nuestros puestos de trabajo, en las redes sociales…
Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué significa exactamente? ¿Por qué se sigue
reivindicando la igualdad de género si todas las leyes reconocen los mismos
derechos a hombres y mujeres? ¿Qué diferencia hay entre igualdad y equidad? Hoy
queremos que cuando acabes de leer este artículo, tengas bien claras todas las
respuestas.

6. AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO

La escasez de agua afecta a más del 40 por ciento de la población mundial, una
cifra alarmante que probablemente crecerá con el aumento de las temperaturas
globales producto del cambio climático. Aunque 2.100 millones de personas han
conseguido acceso a mejores condiciones de agua y saneamiento desde 1990, la
decreciente disponibilidad de agua potable de calidad es un problema importante
que aqueja a todos los continentes.

En 2011, 41 países experimentaban estrés hídrico; 10 de ellos estaban a punto de


agotar su suministro de agua dulce renovable y ahora dependen de fuentes
alternativas. El aumento de las sequías y la desertificación ya está empeorando
estas tendencias. Se estima que al menos una de cada cuatro personas se verá
afectada por escasez recurrente de agua para 2050.

Con el fin de garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible para
todos en 2030, es necesario realizar inversiones adecuadas en infraestructura,
proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene en todos los
niveles.

Si queremos mitigar la escasez de agua, es fundamental proteger y recuperar los


ecosistemas relacionados con este recurso, como los bosques, montañas,
humedales y ríos. También se requiere más cooperación internacional para
estimular la eficiencia hídrica y apoyar tecnologías de tratamiento en los países en
desarrollo.ping countries.
ANALISIS

El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en
que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño.
Sin embargo, actualmente el reparto del agua no es el adecuado y para el año 2050
se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado
por escasez crónica y reiterada de agua dulce. La sequía afecta a algunos de los
países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición.

Esa escasez de recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y el
saneamiento inadecuado repercuten en la seguridad alimentaria, los medios de
subsistencia y la oportunidad de educación para las familias pobres en todo el
mundo. Afortunadamente, se han hecho algunos avances en la última década y más
del 90% de la población mundial tiene acceso a fuentes de agua potable mejoradas.

7. ENERGÍA ASEQUIBLE Y NO CONTAMINANTE

Entre 1990 y 2010, la cantidad de personas con acceso a energía eléctrica aumentó
en 1.700 millones. Sin embargo, a la par con el crecimiento de la población mundial,
también lo hará la demanda de energía accesible. La economía global dependiente
de los combustibles fósiles y el aumento de las emisiones de gases de efecto
invernadero están generando cambios drásticos en nuestro sistema climático, y
estas consecuencias han tenido un impacto en cada continente.

Desde 2011 y gracias a los esfuerzos por promover la energía limpia, más de un 20
por ciento de la energía mundial es generada por fuentes renovables. Sin embargo,
una de cada siete personas aún no tiene acceso a la electricidad. Debido que la
demanda sigue en aumento, es preciso un incremento considerable en la
producción de energía renovable en todo el mundo.

Para garantizar el acceso universal a electricidad asequible para 2030, es necesario


invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal. La adopción de
estándares eficaces en función del costo en una variedad de tecnologías también
podría reducir en 14 por ciento el consumo mundial de electricidad en los edificios.
Esto equivale a la energía generada por unas 1.300 centrales medianas cuya
construcción se podría evitar.

Expandir la infraestructura y mejorar la tecnología para contar con energía limpia en


todos los países en desarrollo, es un objetivo crucial que puede estimular el
crecimiento y a la vez ayudar al medio ambiente.

ANALISIS

La energía es fundamental para casi todos los grandes desafíos y oportunidades a


los que hace frente el mundo actualmente. Ya sea para el empleo, la seguridad, el
cambio climático, la producción de alimentos o para aumentar los ingresos. El
acceso universal a la energía es esencial.

Trabajar para alcanzar las metas de este objetivo es especialmente importante ya


que afecta directamente en la consecución de otros objetivos de desarrollo
sostenible. Es vital apoyar nuevas iniciativas económicas y laborales que aseguren
el acceso universal a los servicios de energía modernos, mejoren el rendimiento
energético y aumenten el uso de fuentes renovables para crear comunidades más
sostenibles e inclusivas y para la resiliencia ante problemas ambientales como el
cambio climático.

El acceso a tecnologías y combustibles menos contaminantes para cocinar aumentó


al 57,4% en 2014, poco más que el 56,5% registrado en 2012. Más de 3000 millones
de personas, la mayoría de Asia y África Subsahariana, todavía cocinan con
combustibles muy contaminantes y tecnologías poco eficientes.

En la actualidad, más de 3000 millones de personas, el 50% de ellas de África


Subsahariana, todavía cocinan con combustibles muy contaminantes y tecnologías
poco eficientes. Afortunadamente, la situación ha mejorado en la última década: la
proporción de la energía renovable ha aumentado respecto al consumo final de
energía gracias al uso de fuentes de energía como la hidroeléctrica, la solar y la
eólica, y la proporción de energía utilizada por unidad de PIB también está
disminuyendo.
8. TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Durante los últimos 25 años, la cantidad de trabajadores que viven en condiciones


de pobreza extrema ha disminuido drásticamente, pese al impacto de la crisis
económica de 2008 y las recesiones globales. En los países en desarrollo, la clase
media representa hoy más del 34% del empleo total, una cifra que casi se triplicó
entre 1991 y 2015.

Sin embargo, mientras la economía mundial continúa recuperándose presenciamos


un crecimiento más lento, un aumento de las desigualdades y un déficit de empleos
para absorber la creciente fuerza laboral. Según la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), en 2015 hay más de 204 millones de personas desempleadas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible apuntan a estimular el crecimiento


económico sostenible mediante el aumento de los niveles de productividad y la
innovación tecnológica. Fomentar políticas que estimulen el espíritu empresarial y
la creación de empleo es crucial para este fin, así como también las medidas
eficaces para erradicar el trabajo forzoso, la esclavitud y el tráfico humano. Con
estas metas en consideración, el objetivo es lograr empleo pleno y productivo y un
trabajo decente para todos los hombres y mujeres para 2030.

Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente


a unos 2 dólares estadounidenses diarios, con una tasa mundial de desempleo del
5.7%, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad
para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y
desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar
la pobreza.

La continua falta de oportunidades de trabajo decente, la insuficiente inversión y el


bajo consumo producen una erosión del contrato social básico subyacente en las
sociedades democráticas: el derecho de todos a compartir el progreso. La creación
de empleos de calidad sigue constituyendo un gran desafío para casi todas las
economías.
ANALISIS

Aunque la tasa media de crecimiento anual del PIB real per cápita en todo el mundo
va en aumento año tras año, todavía hay muchos países menos adelantados en los
que las tasas de crecimiento están desacelerando y lejos de alcanzar la tasa del 7%
establecida para 2030. La disminución de la productividad laboral y aumento de las
tasas de desempleo influyen negativamente en el nivel de vida y los salarios.

Para conseguir el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear


las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad,
estimulando la economía sin dañar el medio ambiente. También tendrá que haber
oportunidades laborales para toda la población en edad de trabajar, con condiciones
de trabajo decentes. Asimismo, el aumento de la productividad laboral, la reducción
de la tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes, y la mejora del acceso a
los servicios financieros para gestionar los ingresos, acumular activos y realizar
inversiones productivas son componentes esenciales de un crecimiento económico
sostenido e inclusivo. El aumento de los compromisos con el comercio, la banca y
la infraestructura agrícola también ayudará a aumentar la productividad y a reducir
los niveles de desempleo en las regiones más empobrecidas del mundo.

9. INDUSTRIA, INNOVACIÓN E INFRAESTRUCTURA

La inversión en infraestructura y la innovación son motores fundamentales del


crecimiento y el desarrollo económico. Con más de la mitad de la población mundial
viviendo en ciudades, el transporte masivo y la energía renovable son cada vez más
importantes, así como también el crecimiento de nuevas industrias y de las
tecnologías de la información y las comunicaciones.

Los avances tecnológicos también con esenciales para encontrar soluciones


permanentes a los desafíos económicos y ambientales, al igual que la oferta de
nuevos empleos y la promoción de la eficiencia energética. Otras formas
importantes para facilitar el desarrollo sostenible son la promoción de industrias
sostenibles y la inversión en investigación e innovación científicas.
Más de 4.000 millones de personas aún no tienen acceso a Internet y el 90 por
ciento proviene del mundo en desarrollo. Reducir esta brecha digital es crucial para
garantizar el acceso igualitario a la información y el conocimiento, y promover la
innovación y el emprendimiento.

Desde hace tiempo se reconoce que para conseguir una economía robusta se
necesitan inversiones en infraestructura (transporte, regadío, energía, tecnología de
la información y las comunicaciones). Estas son fundamentales para lograr un
desarrollo sostenible, empoderar a las sociedades de numerosos países, fomentar
una mayor estabilidad social y conseguir ciudades más resistentes al cambio
climático.

El sector manufacturero es un impulsor importante del desarrollo económico y del


empleo. En la actualidad, sin embargo, el valor agregado de la industralización per
cápita es solo de 100 dólares en los países menos desarrollados en comparación
con más de 4500 dólares en Europa y América del Norte. Otro factor importante a
considerar es la emisión de dióxido de carbono durante los procesos de fabricación.
Las emisiones han disminuido en la última década en muchos países, pero esta
disminución no ha sido uniforme en todo el mundo.

ANALISIS

El progreso tecnológico debe estar en la base de los esfuerzos para alcanzar los
objetivos medioambientales, como el aumento de los recursos y la eficiencia
energética. Sin tecnología e innovación, la industrialización no ocurrirá, y sin
industrialización, no habrá desarrollo. Es necesario invertir más en productos de alta
tecnología que dominen las producciones manufactureras para aumentar la
eficiencia y mejorar los servicios celulares móviles para que las personas puedan
conectadas.

La infraestructura básica, como las carreteras, las tecnologías de la información y


la comunicación, el saneamiento, la energía eléctrica y el agua, sigue siendo escasa
en muchos países en desarrollo
10. REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES

Es sabido que la desigualdad está en aumento y que el 10 por ciento más rico de la
población se queda hasta con el 40 por ciento del ingreso mundial total. A su vez,
el 10 por ciento más pobre obtiene solo entre el 2 y el 7 por ciento del ingreso total.
En los países en desarrollo, la desigualdad ha aumentado un 11 por ciento, si se
considera el aumento de la población.

Para frenar este aumento de las disparidades, es necesario adoptar políticas sólidas
que empoderen el percentil inferior de la escala de ingresos y promuevan la
inclusión económica de todos y todas, independientemente de su género, raza o
etnia.

La desigualad de ingresos es un problema mundial que requiere soluciones


globales. Estas incluyen mejorar la regulación y el control de los mercados y las
instituciones financieras y fomentar la asistencia para el desarrollo y la inversión
extranjera directa para las regiones que más lo necesiten. Otro factor clave para
salvar esta distancia es facilitar la migración y la movilidad segura de las personas.

En promedio –y teniendo en cuenta el tamaño de la población– la desigualdad de


los ingresos aumentó un 11% en los países en desarrollo entre 1990 y 2010.

La gran mayoría de los hogares en los países en desarrollo –más del 75% de la
población– se encuentran hoy en día en sociedades donde los ingresos se
distribuyen de manera mucho más desigual que en la década de 1990.

Los hechos demuestran que, por encima de un determinado umbral, la desigualdad


perjudica al crecimiento y la reducción de la pobreza, a la calidad de las relaciones
en los ámbitos público y político de la vida, y al sentimiento de realización y
autoestima de las personas.

No hay nada que sea inevitable en cuanto al incremento de la desigualdad de los


ingresos; varios países han logrado contener o reducir la desigualdad de los
ingresos, consiguiendo al mismo tiempo un fuerte crecimiento.
ANALISIS

La comunidad internacional ha logrado grandes avances sacando a las personas


de la pobreza. Las naciones más vulnerables –los países menos adelantados, los
países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo–
continúan avanzando en el ámbito de la reducción de la pobreza. Sin embargo,
siguen existiendo desigualdades y grandes disparidades en el acceso a los servicios
sanitarios y educativos y a otros bienes productivos.

Además, a pesar de que la desigualdad de los ingresos entre países ha podido


reducirse, dentro de los propios países ha aumentado la desigualdad. Existe un
consenso cada vez mayor de que el crecimiento económico no es suficiente para
reducir la pobreza si este no es inclusivo ni tiene en cuenta las tres dimensiones del
desarrollo sostenible: económica, social y ambiental.

Con el fin de reducir la desigualdad, se ha recomendado la aplicación de políticas


universales que presten también especial atención a las necesidades de las
poblaciones desfavorecidas y marginadas.

11. CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES

Más de la mitad de la población mundial vive hoy en zonas urbanas. En 2050, esa
cifra habrá aumentado a 6.500 millones de personas, dos tercios de la humanidad.
No es posible lograr un desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la forma
en que construimos y administramos los espacios urbanos.

El rápido crecimiento de las urbes en el mundo en desarrollo, en conjunto con el


aumento de la migración del campo a la cuidad, ha provocado un incremento
explosivo de las mega urbes. En 1990, había 10 ciudades con más de 10 millones
de habitantes en el mundo. En 2014, la cifra había aumentado a 28, donde viven en
total cerca de 453 millones de personas.

La extrema pobreza suele concentrarse en los espacios urbanos y los gobiernos


nacionales y municipales luchan por absorber el aumento demográfico en estas
áreas. Mejorar la seguridad y la sostenibilidad de las ciudades implica garantizar el
acceso a viviendas seguras y asequibles y el mejoramiento de los asentamientos
marginales. También incluye realizar inversiones en transporte público, crear áreas
públicas verdes y mejorar la planificación y gestión urbana de manera que sea
participativa e inclusiva.

La mitad de la humanidad, 3500 millones de personas, vive hoy en día en las


ciudades y se prevé que esta cifra aumentará a 5000 millones para el año 2030.

El 95% de la expansión de los terrenos urbanos en las próximas décadas tendrá


lugar en el mundo en desarrollo.

Actualmente, 883 millones de personas viven en barrios marginales y la mayoría se


encuentran en Asia oriental y sudoriental.

Las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el
60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.

ANALISIS

Las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad,


desarrollo social y mucho más. En el mejor de los casos, las ciudades han permitido
a las personas progresar social y económicamente. En los últimos decenios, el
mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca
de 4000 millones de personas vivía en ciudades y se prevé que ese número
aumente hasta unos 5000 millones para 2030. Se necesita mejorar, por tanto, la
planificación y la gestión urbanas para que los espacios urbanos del mundo sean
más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Ahora bien, son muchos los problemas que existen para mantener ciudades de
manera que se sigan generando empleos y siendo prósperas sin ejercer presión
sobre la tierra y los recursos. Los problemas comunes de las ciudades son la
congestión, la falta de fondos para prestar servicios básicos, la falta de políticas
apropiadas en materia de tierras y vivienda y el deterioro de la infraestructura.
12. PRODUCCIÓN Y CONSUMO RESPONSABLE

Para lograr crecimiento económico y desarrollo sostenible, es urgente reducir la


huella ecológica mediante un cambio en los métodos de producción y consumo de
bienes y recursos. La agricultura es el principal consumidor de agua en el mundo y
el riego representa hoy casi el 70 por ciento de toda el agua dulce disponible para
el consumo humano.

La gestión eficiente de los recursos naturales compartidos y la forma en que se


eliminan los desechos tóxicos y los contaminantes son vitales para lograr este
objetivo. También es importante instar a las industrias, los negocios y los
consumidores a reciclar y reducir los desechos, como asimismo apoyar a los países
en desarrollo a avanzar hacia patrones sostenibles de consumo para 2030.

El consumo de una gran proporción de la población mundial sigue siendo


insuficiente para satisfacer incluso sus necesidades básicas. En este contexto, es
importante reducir a la mitad el desperdicio per cápita de alimentos en el mundo a
nivel de comercio minorista y consumidores para crear cadenas de producción y
suministro más eficientes. Esto puede aportar a la seguridad alimentaria y llevarnos
hacia una economía que utilice los recursos de manera más eficiente.

Si la población mundial llegase a alcanzar los 9600 millones en 2050, se necesitaría


el equivalente de casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales
precisos para mantener el estilo de vida actual.

Con el aumento del uso de minerales no metálicos en de la infraestructura y la


construcción, ha habido una mejora significativa en el nivel de vida material. La
“huella de material” per cápita de los países en desarrollo aumentó de 5 toneladas
métricas en 2000 a 9, en 2017.

El 93% de las 250 empresas más grandes del mundo presentan informes en materia
de sostenibilidad.
ANALISIS

El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los


recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio
ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos
ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales. Todo ello
se traduce en una mejor calidad de vida para todos y, además, ayuda a lograr planes
generales de desarrollo, que rebajen costos económicos, ambientales y sociales,
que aumenten la competitividad y que reduzcan la pobreza.

En la actualidad, el consumo de materiales de los recursos naturales está


aumentando, particularmente en Asia oriental. Asimismo, los países continúan
abordando los desafíos relacionados con la contaminación del aire, el agua y el
suelo. El objetivo del consumo y la producción sostenibles es hacer más y mejores
cosas con menos recursos. Se trata de crear ganancias netas de las actividades
económicas mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación
y la contaminación, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida. Se
necesita, además, adoptar un enfoque sistémico y lograr la cooperación entre los
participantes de la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor
final. Consiste en sensibilizar a los consumidores mediante la educación sobre los
modos de vida sostenibles, facilitándoles información adecuada a través del
etiquetaje y las normas de uso, entre otros.

13. ACCIÓN POR EL CLIMA

No hay país en el mundo que no haya experimentado los dramáticos efectos del
cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero continúan
aumentando y hoy son un 50 por ciento superior al nivel de 1990. Además, el
calentamiento global está provocando cambios permanentes en el sistema
climático, cuyas consecuencias pueden ser irreversibles si no se toman medidas
urgentes ahora.

Las pérdidas anuales promedio causadas solo por tsunamis, ciclones tropicales e
inundaciones alcanzan los cientos de miles de millones de dólares y exigen
inversiones de unos US$ 6.000 millones anuales solo en gestión del riesgo de
desastres. El objetivo a nivel de acción climática es movilizar US$ 100.000 millones
anualmente hasta 2020, con el fin de abordar las necesidades de los países en
desarrollo y ayudar a mitigar los desastres relacionados con el clima.

Apoyar a las regiones más vulnerables -como los países sin litoral y los Estados
islas- a adaptarse al cambio climático, debe ir de la mano con los esfuerzos
destinados a integrar las medidas de reducción del riesgo de desastres en las
políticas y estrategias nacionales. Con voluntad política y un amplio abanico de
medidas tecnológicas, aún es posible limitar el aumento de la temperatura media
global a 2°C respecto de los niveles pre-industriales. Para lograrlo, se requieren
acciones colectivas urgentes.

Entre 1880 y 2012, la temperatura media mundial aumentó 0,85 grados


centígrados. Esto quiere decir que por cada grado que aumenta la temperatura, la
producción de cereales se reduce un 5% aproximadamente. Se ha producido una
reducción significativa en la producción de maíz, trigo y otros cultivos importantes,
de 40 megatones anuales a nivel mundial entre 1981 y 2002 debido a un clima más
cálido.

Los océanos se han calentado, la cantidad de nieve y de hielo ha disminuido, y ha


subido el nivel del mar. Entre 1901 y 2010, el nivel medio del mar aumentó 19 cm,
pues los océanos se expandieron debido al calentamiento y al deshielo. La
extensión del hielo marino del Ártico se ha reducido en los últimos decenios desde
1979, con una pérdida de hielo de 1,07 millones de km2 cada decenio Dada la actual
concentración y las continuas emisiones de gases de efecto invernadero, es
probable que a finales de siglo el incremento de la temperatura mundial supere los
1,5 grados centígrados en comparación con el período comprendido entre 1850 y
1900 en todos los escenarios menos en uno. Los océanos del mundo seguirán
calentándose y continuará el deshielo. Se prevé una elevación media del nivel del
mar de entre 24 y 30 cm para 2065 y entre 40 y 63 cm para 2100. La mayor parte
de las cuestiones relacionadas con el cambio climático persistirán durante muchos
siglos, a pesar de que se frenen las emisiones
ANALISIS

El cambio climático afecta a todos los países en todos los continentes, produciendo
un impacto negativo en su economía, la vida de las personas y las comunidades.
En un futuro se prevé que las consecuencias serán peores. Los patrones climáticos
están cambiando, los niveles del mar están aumentando, los eventos climáticos son
cada vez más extremos y las emisiones del gas de efecto invernadero están ahora
en los niveles más altos de la historia. Si no actuamos, la temperatura media de la
superficie del mundo podría aumentar unos 3 grados centígrados este siglo. Las
personas más pobres y vulnerables serán los más perjudicados.

En la actualidad, tenemos a nuestro alcance soluciones viables para que los países
puedan tener una actividad económica más sostenible y más respetuosa con el
medio ambiente. El cambio de actitudes se acelera a medida que más personas
están recurriendo a la energía renovable y a otras soluciones para reducir las
emisiones y aumentar los esfuerzos de adaptación. Pero el cambio climático es un
reto global que no respeta las fronteras nacionales. Es un problema que requiere
que la comunidad internacional trabaje de forma coordinada y precisa para que los
países en desarrollo avancen hacia una economía baja en carbono.

Para fortalecer la respuesta global a la amenaza del cambio climático, los países
adoptaron el Acuerdo de París en la COP21 en París, que entró en vigor en
noviembre de 2016. En el acuerdo, todos los países acordaron trabajar para limitar
el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados centígrados. Usted puede
obtener más información sobre el acuerdo aquí. La implementación del Acuerdo de
París es esencial para lograr alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y
proporciona una hoja de ruta para acciones climáticas que reducirán las emisiones
y crearán la resiliencia climática que el mundo necesita. Usted puede ver qué países
han firmado el acuerdo y cuáles han presentado su ratificación. A abril de 2018, 175
Partes han ratificado el Acuerdo de París y 10 países en desarrollo presentaron la
primera versión de sus planes nacionales de adaptación, para responder al cambio
climático.
14. Vida submarina

Los océanos del mundo, su temperatura, composición química, corrientes y vida


son el motor de los sistemas globales que hacen que la Tierra sea un lugar habitable
para los seres humanos. La forma en que gestionamos este recurso vital es
fundamental para la humanidad y para contrarrestar los efectos del cambio
climático.

Los medios de vida de más de 3.000 millones de personas dependen de la


biodiversidad marina y costera. Sin embargo, el 30 por ciento de las poblaciones de
peces del mundo está sobreexplotado, alcanzando un nivel muy por debajo del
necesario para producir un rendimiento sostenible.

Los océanos también absorben alrededor del 30 por ciento del dióxido de carbón
generado por las actividades humanas y se ha registrado un 26 por ciento de
aumento en la acidificación de los mares desde el inicio de la revolución industrial.
La contaminación marina, que proviene en su mayor parte de fuentes terrestres, ha
llegado a niveles alarmantes: por cada kilómetro cuadrado de océano hay un
promedio de 13.000 trozos de desechos plásticos.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible generan un marco para ordenar y proteger


de manera sostenible los ecosistemas marinos y costeros de la contaminación
terrestre, así como para abordar los impactos de la acidificación de los océanos.
Mejorar la conservación y el uso sostenible de los recursos oceánicos a través del
derecho internacional también ayudará a mitigar algunos de los retos que enfrentan
los océanos.

Para 2025, prevenir y reducir de manera significativa la contaminación marina de


todo tipo, en particular la contaminación producida por actividades realizadas en
tierra firme, incluidos los detritos marinos y la contaminación por nutrientes

Para 2020, gestionar y proteger de manera sostenible los ecosistemas marinos y


costeros con miras a evitar efectos nocivos importantes, incluso mediante el
fortalecimiento de su resiliencia, y adoptar medidas para restaurarlos con objeto de
restablecer la salud y la productividad de los océanos
ANALISIS

Los océanos cubren las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, contienen
el 97 por ciento del agua del planeta y representan el 99 por ciento de la superficie
habitable del planeta en volumen.

Más de tres mil millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera


para su sustento.

A nivel mundial, el valor de mercado de los recursos marinos y costeros, y su


industria se estima en $ 3 billones por año o alrededor del 5 por ciento del PIB
mundial.

Los océanos contienen casi 200,000 especies identificadas, pero las cifras reales
pueden ser de millones.

Los océanos absorben alrededor del 30 por ciento del dióxido de carbono producido
por los humanos, amortiguando los impactos del calentamiento global.

Los océanos sirven como la mayor fuente de proteínas del mundo. Más de 3.000
millones de personas dependen de los océanos como fuente principal de proteínas.

15. VIDA EN LA TIERRA

La vida humana depende de la tierra tanto como del océano para su sustento y
subsistencia. La flora provee el 80 por ciento de la alimentación humana y la
agricultura representa un recurso económico y un medio de desarrollo importante.
A su vez, los bosques cubren el 30 por ciento de la superficie terrestre, proveen
hábitats cruciales a millones de especies y son fuente importante de aire limpio y
agua. Además, son fundamentales para combatir el cambio climático.

La actual degradación del suelo no tiene precedentes y la pérdida de tierras


cultivables es de 30 a 35 veces superior al ritmo histórico. Las sequías y la
desertificación también aumentan todos los años; sus pérdidas equivalen a 12
millones de hectáreas y afectan a las comunidades pobres de todo el mundo. De
las 8.300 especies conocidas de animales, el 8 por ciento ya está extinto y otro 22
por ciento corre el riesgo de desaparecer.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible apuntan a conservar y recuperar el uso de


ecosistemas terrestres como bosques, humedales, tierras áridas y montañas para
2020. Detener la deforestación también es de vital importancia para mitigar los
impactos del cambio climático. Es urgente tomar medidas para reducir la pérdida de
hábitats naturales y la biodiversidad, que son parte del patrimonio común de la
humanidad.

Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres


como bosques, humedales, tierras áridas y montañas, y luchar contra la
desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la
pérdida de diversidad biológica es otro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
que se pretende alcanzar para el 2030.

12 millones de hectáreas están afectadas por las sequías y la desertificación que


aumentan cada año y afectan a las comunidades más pobres del planeta. Alrededor
de una cuarta parte del territorio de la India se está convirtiendo en un desierto y la
degradación de las áreas de cultivo supone un problema y una grave amenaza para
la seguridad alimentaria del segundo país más poblado del mundo.

ANALISIS

El 30% de la superficie terrestre está cubierta por bosques y estos, además de


proporcionar seguridad alimentaria y refugio, son fundamentales para combatir el
cambio climático, pues protegen la diversidad biológica y las viviendas de la
población indígena. Cada año desaparecen 13 millones de hectáreas de bosque y
la degradación persistente de las zonas áridas ha provocado la desertificación de
3.600 millones de hectáreas. La deforestación y la desertificación –provocadas por
las actividades humanas y el cambio climático– suponen grandes retos para el
desarrollo sostenible y han afectado a las vidas y los medios de vida de millones de
personas en la lucha contra la pobreza. Se están poniendo en marcha medidas
destinadas a la gestión forestal y la lucha contra la desertificación.
16. PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES FUERTES

Sin paz, estabilidad, derechos humanos y gobernabilidad efectiva basada en el


Estado de derecho, no es posible alcanzar el desarrollo sostenible. Vivimos en un
mundo cada vez más dividido. Algunas regiones gozan de niveles permanentes de
paz, seguridad y prosperidad, mientras que otras caen en ciclos aparentemente
eternos de conflicto y violencia. De ninguna manera se trata de algo inevitable y
debe ser abordado.

Los altos niveles de violencia armada e inseguridad tienen consecuencias


destructivas para el desarrollo de un país, afectan el crecimiento económico y
redundan a menudo en agravios arraigados que pueden extenderse por
generaciones. La violencia sexual, los delitos, la explotación y la tortura también son
fenómenos generalizados donde existen conflictos o no hay Estado de derecho y
los países deben tomar medidas para proteger a los sectores que corren más
riesgos.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan reducir sustancialmente todas las


formas de violencia y trabajan con los gobiernos y las comunidades para encontrar
soluciones duraderas a los conflictos e inseguridad. El fortalecimiento del Estado de
derecho y la promoción de los derechos humanos es fundamental en este proceso,
así como la reducción del flujo de armas ilícitas y la consolidación de la participación
de los países en desarrollo en las instituciones de gobernabilidad mundial.

Las amenazas de homicidio intencional, la violencia contra los niños, la trata de


personas y la violencia sexual, son temas importantes que debe ser abordados para
crear sociedades pacíficas e inclusivas. Allanan el camino para la provisión de
acceso a la justicia para todos y para la construcción de instituciones efectivas y
responsables en todos los niveles. Si bien los casos de homicidios y trata de
personas han experimentado un progreso significativo en la última década, todavía
hay miles de personas en mayor riesgo de homicidio intencional en América Latina,
el África subsahariana y Asia. Las violaciones de los derechos del niño a través de
la agresión y la violencia sexual siguen asolando a muchos países en todo el mundo,
especialmente porque la falta de información y la falta de datos agravan el problema.
ANALISIS

Para hacer frente a estos desafíos y construir sociedades más pacíficas e inclusivas,
es necesario que se establezcan reglamentaciones más eficientes y transparentes,
y presupuestos gubernamentales integrales y realistas. Uno de los primeros pasos
a la protección de los derechos individuales es la implementación del registro
mundial de nacimientos y la creación de instituciones nacionales de derechos
humanos más independientes en todo el mundo.

Entre las instituciones más afectadas por la corrupción se encuentran el poder


judicial y la policía

La corrupción, el soborno, el robo y la evasión impositiva cuestan alrededor de US


$ 1,26 billones para los países en desarrollo por año; esta cantidad de dinero podría
usarse para ayudar a aquellos que viven con menos de $ 1.25 al día por encima de
$ 1.25 durante al menos seis años

Se ha registrado el nacimiento del 73% de los niños menores de 5 años, pero solo
el 46% del África subsahariana ha registrado su nacimiento

Aproximadamente 28.5 millones de niños en edad escolar primaria que no asisten


a la escuela viven en áreas afectadas por conflictos

17. ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden lograr con el compromiso


decidido a favor de alianzas mundiales y cooperación. Si bien la asistencia oficial
para el desarrollo de las economías desarrolladas aumentó en 66 por ciento entre
2000 y 2014, las crisis humanitarias provocadas por conflictos o desastres naturales
continúan demandando más recursos y ayuda financiera. Muchos países también
requieren de esta asistencia para estimular el crecimiento y el intercambio
comercial. Hoy el mundo está más interconectado que nunca. Mejorar el acceso a
la tecnología y los conocimientos es una forma importante de intercambiar ideas y
propiciar la innovación. Para lograr el crecimiento y desarrollo sostenibles, es vital
que se coordinen las políticas para ayudar a los países en desarrollo a manejar su
deuda y para promover inversiones para los menos desarrollados. La finalidad de
los objetivos es mejorar la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur, apoyando los planes
nacionales en el cumplimiento de todas las metas. Promover el comercio
internacional y ayudar a los países en desarrollo para que aumenten sus
exportaciones, forma parte del desafío de lograr un sistema de comercio universal
equitativo y basado en reglas que sea justo, abierto y beneficie a todos. Un
programa exitoso de desarrollo sostenible requiere alianzas entre los gobiernos, el
sector privado y la sociedad civil. Estas alianzas inclusivas construidas sobre
principios y valores, una visión compartida, y metas compartidas, que colocan a la
gente y al planeta en el centro, son necesarias a nivel global, regional, nacional y
local.

ANALISIS

Se han realizado progresos en relación a las alianzas para el financiamiento,


especialmente con un aumento de la ayuda dirigida a los refugiados en los países
donantes. Sin embargo, se requieren más alianzas para la prestación de servicios
fijos masivos, que son aún en la actualidad de costo muy elevado. También hay una
falta de censos de población y vivienda, necesarios para obtener datos desglosados
que sirvan de base para la implementación de políticas y programas de desarrollo.
Por otro lado, se necesita una acción urgente para movilizar, redirigir y desbloquear
el poder transformador de billones de dólares de los recursos privados para cumplir
con los objetivos del desarrollo sostenible. Inversiones a largo plazo, incluida la
inversión extranjera directa, son necesarias en sectores críticos, especialmente en
los países en desarrollo. Estas incluyen la energía sostenible, la infraestructura y el
transporte, así como las tecnologías de la información y las comunicaciones. El
sector público tendrá que establecer una dirección clara. La revisión y supervisión
de los esquemas de trabajo, los reglamentos y las estructuras de incentivos, que
permiten estas inversiones, deben ser repotenciados para atraer nuevas
inversiones y fortalecer el desarrollo sostenible. Los mecanismos nacionales de
control como las entidades fiscalizadoras superiores y las funciones de supervisión
de parte de los órganos legislativos deben también reforzarse.

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