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Orígenes y Evolución

En la década de los años cuarenta, la producción artesanal no despertó en el Paraguay


el interés de los estudiosos, los cronistas y las instituciones públicas. La poca
importancia concedida a este rubro determinó una carencia a nivel de registros y
documentos referidos a los objetos artesanales. Esta situación, unida al hecho de que
la mayor parte de tales objetos corresponda a productos de uso cotidiano realizados
con materiales pocos duraderos, promovió la escasez de piezas suficientes y de
documentos que puedan constituirse en bases de un estudio cronológicamente
ordenado.

No obstante, la fuerte continuidad de las formas de la artesanía popular permitió su


desarrollo. Es clara la relación formal que existe entre muchas expresiones de la
cultura popular actual y las que corresponden a la época colonial y al siglo XIX. Esa
relación permite suponer la existencia de líneas comunes de crecimiento.

Época Colonial

Originalmente los guaraníes practicaban artesanías vinculadas a funciones rituales y


utilitarias. Las primeras (las pinturas corporales, el arte plumario y las ligadas a
significados mágico-religiosos) fueron erradicadas por el proyecto colonizador por
ser consideradas como incompatibles con el mismo, mientras que las segundas, (la
cerámica y los tejidos), reformuladas, fueron aprovechadas para las nuevas funciones
coloniales. Estas funciones plantearon, a su vez, la incorporación de nuevas técnicas
y materiales y el surgimiento de artesanías hasta entonces no existentes, la
catequesis evangelizadora promovió el desarrollo de toda una artesanía utilizada para
el culto (talla en madera, platería, tejidos y encajes, cueros etc.) La mano de obra
artesanal del indígena se organizó fundamentalmente de dos formas: la organización
civil con ayuda de algunas órdenes religiosas (esencialmente franciscanas) y las
específicamente misioneras manejadas por la Compañía de Jesús.

Época Independiente

Es probable que el enclaustramiento del país decretado por el Dr. Francia pudo haber
provocado el impulso de ciertas manifestaciones artesanales con raíces coloniales a
fin de abastecer la demanda local. Pero durante su gobierno no se contó tampoco con
una política cultural que promoviese expresiones creativas.
Durante el gobierno de los López, tanto la apertura comercial como la gradual
consolidación de un gusto más refinado, aunque promovieran la introducción de
elementos importados de Europa y del Río de la Plata (porcelana, loza, tejidos, joyas,
muebles) y la difusión de modelos de dichas metrópolis, de hecho no llegaron a
desplazar a las artesanías profundamente arraigadas en la cultura local. Es probable,
incluso, que el espíritu de lujo y boato -antes sólo ligado al culto religioso- se
desplazara también hasta los usos cotidianos de la clase pudiente criolla. Por
ejemplo, la utilización del ñandutí y otros encajes, anteriormente usados
específicamente como parte del ritual religioso, se habría extendido hasta formar
parte del ajuar familiar del criollo. Por otra parte estas condiciones afectarían
específicamente a Asunción y sus alrededores y muy difícilmente habrían incidido
sobre las artesanías de áreas rurales que siguieron desarrollándose en forma
marginal.

La Guerra de la Triple Alianza (1865-70) significó una conmoción profunda para la cultura
paraguaya. Ciertas artesanías sobrevivieron a la destrucción fundamentalmente porque
estaban ligadas a funciones utilitarias elementales y, como señala Josefina Plá, referidas a
la práctica femenina (ya que casi toda la población masculina adulta fue exterminada por la
guerra). Así, la cerámica y los tejidos, tradicionalmente a cargo de mujeres, se reponen más
rápidamente y crecen con más fuerza que otras artesanías, como la talla y el forjado de
metales, practicadas por varones.

Es probable que desde comienzos y hasta mediados de este siglo la recuperación del
progreso productivo hayan promovido el incremento de aquellas artesanías vinculadas a
fines utilitarios. Especialmente la cerámica y los tejidos, de uso personal y doméstico,
debieron haber recibido un nuevo impulso no sólo en cantidad sino también en variedad
(nuevos motivos y nuevas técnicas, por ejemplo, crochet) a partir del desarrollo de las
necesidades dentro de patrones aún tradicionales de consumo.
Época Actual

Es probable que desde comienzos y hasta mediados de este siglo la recuperación del
progreso productivo hayan promovido el incremento de aquellas artesanías vinculadas a
fines utilitarios. Especialmente la cerámica y los tejidos, de uso personal y doméstico,
debieron haber recibido un nuevo impulso no sólo en cantidad sino también en variedad
(nuevos motivos y nuevas técnicas, por ejemplo, crochet) a partir del desarrollo de las
necesidades dentro de patrones aún tradicionales de consumo.

Aproximadamente desde mediados de siglo el avance de la utilización de objetos de


consumo industrializados y una aceleración del ritmo de urbanización provocan el
debilitamiento de pautas socio-culturales campesinas y un gradual y luego acelerado
desarrollo de formas de artesanía híbrida que incorpora nuevos modelos, elementos y
técnicas. Pero paralelamente se va produciendo un fenómeno de valorización y toma de
conciencia de la cultura popular por parte de diferentes sectores de la sociedad y de la
administración pública, anteriormente mantenidos al margen de cualquier preocupación por
la misma. Esta actitud implica de alguna manera la apreciación de los valores estéticos de
la artesanía independientemente de sus funciones utilitarias. Por otra parte, esta situación
provoca una nueva demanda y facilita la emergencia de un nuevo mercado. A partir de estos
hechos no se buscan tanto los objetos artesanales para ser usados sino en cuanto se los
consideran como piezas de colección o elementos decorativos. Este factor que incide en la
producción de la artesanía popular presenta riesgos, abre posibilidades y plantea nuevos
desafíos a resolver. Por un lado, puede conducir a la proliferación del suvenir turístico o a la
producción meramente esteticista despegada de sus funciones originales. Por otro, abre la
posibilidad de que se creen respuestas que enfrenten las nuevas situaciones al margen de
las alternativas citadas.
Artesanía Paraguaya

La artesanía paraguaya es conocida y apreciada en todo el mundo. Es un patrimonio cultural


de nuestra nación. Ella encarna la riqueza folklórica de nuestro país, representando en las
diversas obras el conocimiento de innumerables generaciones de artesanos paraguayos,
con características especiales que singularizan a cada pueblo.

Muchas de las tradiciones paraguayas se remontan a la presencia de misioneros jesuitas y


franciscanos, en los siglos XVII y XVIII, la diversidad de cultura permite un desarrollo
constante y expansivo de la artesanía.

http://www.artesania.gov.py/index.php/tramites/artesania

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