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Guía legal > Ante la Justicia Penal > La denuncia, la querella y el atestado

Es la declaración que una persona efectúa por escrito para poner en conocimiento
del Juez unos hechos que cree que presentan las características de delito. Con ella
el querellante solicita la apertura de una causa criminal en la que se investigará la
comisión del presunto delito, y se constituirá como parte acusadora en el mismo.

Puede interponer una querella cualquier ciudadano español independientemente de


que haya sido o no ofendido por el delito; sin embargo, los extranjeros sólo podrán
querellarse en el primero de los casos, esto es, si son directamente ofendidos por
el delito que declaran.

La persona que realiza la declaración (o querellante) ha de manifestar en la querella


su intención de intervenir en el procedimiento judicial como parte acusadora,
pudiendo apartarse del mismo en cualquier momento, sin perjuicio de que pueda
exigírsele la responsabilidad civil y / o penal que en su caso proceda.

El Juez o Tribunal decidirá si admite o no a trámite la querella interpuesta.

Contra la resolución (auto) que dicte desestimándola podrá presentarse el


llamado recurso de apelación.

Por su parte, en la querella se podrán denunciar tanto delitos


públicos como privados.

Los delitos públicos son aquellos que se persiguen ‘de oficio’, esto es, por las propias
autoridades. Sin embargo, para el seguimiento de los delitos privados (por ejemplo,
las injurias y calumnias… etc. ) será necesario que el afectado por los mismos formule
una querella en la que manifieste su voluntad de ser parte acusadora en el
procedimiento penal.

La querella ha de formularse por escrito, es necesaria la intervención de abogado y


procurador y en ella debe figurar:

 El Juez o Tribunal al que se dirige.

 Nombre, apellidos y vecindad (viene determinada por el lugar de residencia)


del querellante.

 Nombre, apellidos y vecindad del querellado. Si se desconoce la identidad


del querellado, se debe indicar su descripción así como todas aquellas señas
de las que se dispongan y que puedan contribuir a su identificación.

 La descripción de los hechos, el lugar, la fecha, y la hora en que ocurrieron.


 Las diligencias que deben practicarse para comprobar el hecho.

 La petición de que se admita a trámite la querella, de que se practiquen las


diligencias indicadas y se tomen las medidas cautelares personales o reales
que se consideren oportunas.

 La firma del querellante.

Junto a la querella deberán aportarse aquellos documentos o pruebas que sirvan


para acreditar los hechos objeto de la misma o indicar dónde pueden encontrarse.

Cuando se trate de un delito “in fraganti”, de los que no dejan señales de su comisión
o en los que exista un temor fundado de que el presunto culpable va a escaparse o a
ocultarse, el particular que tenga la intención de formular querella podrá acudir
además a cualquier funcionario de policía solicitando la práctica de las primeras
diligencias averiguatorias y, en su caso, detener al delincuente.

En los delitos privados, excepto para el caso de violación y secuestro, junto con la
querella se presentará la certificación que acredite que se ha celebrado o intentado
el acto de conciliación entre querellante y querellado.

No obstante, podrán celebrarse aquellas diligencias de carácter urgente dirigidas a


la comprobación de los hechos o para la detención del delincuente, debiendo
presentar la certificación lo antes posible, de lo contrario se paralizarían las
actuaciones.

En cualquier caso, un abogado podrá ofrecer asesoramiento sobre todas estas


cuestiones a la vista de las particularidades que presente cada supuesto concreto.

Cuando el que presenta la querella no es el perjudicado por el delito, sus herederos o


representante legal o, en el supuesto de homicidios o asesinatos, el viudo o la viuda,
y los parientes ascendientes y descendientes consanguíneos o afines de la víctima
hasta el segundo grado, deberá prestar fianza para cubrir los gastos del juicio.

En el caso de los extranjeros, únicamente quedarán exentos de presentar fianza si


así se contempla en algún tratado internacional que les sea de aplicación o por el
régimen de reciprocidad con el país de origen del extranjero.

Se entenderá abandonada la causa criminal:

 Si a los 10 días de practicarse las últimas diligencias solicitadas por el


querellante, éste no insta la continuación del procedimiento.

 Cuando la causa esté paralizada porque el querellante no solicita que se


practique ninguna actuación.
 Por muerte o incapacidad del querellante, si la causa no se continúa por sus
herederos o representantes legales en el plazo de 30 días naturales desde que
se les notifique la existencia de la querella.

La denuncia es la declaración que efectúa una persona para poner en conocimiento


del Juez, Ministerio Fiscal o la policía, unos hechos que se considera que pueden
constituir un delito.

A diferencia de la querella, el denunciante no interviene personalmente como parte


acusadora en el desarrollo del proceso penal.

Los delitos objeto de denuncia pueden ser públicos, perseguibles de oficio por las
autoridades, o privados, señalando que éstos sólo podrán ser perseguidos si la
denuncia es presentada por los sujetos determinados por la ley.

En caso de que la denuncia se interponga por unos hechos que resulten ser falsos, el
denunciante podrá incurrir en responsabilidad tanto civil como penal.

La denuncia puede realizarse por escrito o de palabra ante el funcionario


correspondiente, personalmente o por medio de representante con poder especial.

Debe ser firmada por el denunciante o por alguien a su petición, si él no pudiera


firmarla.

No es necesario que se dirija contra una persona determinada, aunque en el caso de


que existiera algún sospechoso, el denunciante puede especificarlo. Tampoco es
necesaria la intervención de abogado o procurador, ni tampoco la prestación
de fianza.

Si la denuncia se realiza verbalmente, se extenderá un acta en forma de declaración


que será firmada por el declarante y por el funcionario o autoridad que tome la
declaración. En este acta debe hacerse constar la identidad del denunciante.

Generalmente se entregará un resguardo de haber formulado la denuncia, en caso


contrario puede solicitarlo. El denunciante no puede apartarse de la denuncia. Una
vez formalizada la denuncia, se procederá a comprobar la veracidad de los hechos
denunciados.

Una de las manifestaciones del deber de colaborar en la persecución de la


delincuencia es la formulación de denuncias. Así, están obligados a
presentar denuncia:

 Quiénes presencien los hechos delictivos.

 Los que conozcan los hechos por el cargo, la profesión o el oficio que
desempeñan.
 Los que, de cualquier, otra forma tengan conocimiento de la existencia de un
delito.

Sin embargo, no estarán obligados a denunciar aunque si lo desean pueden


hacerlo, las siguientes personas:

 El cónyuge del delincuente.

 Los ascendientes o descendientesvinculados de forma directa al


delincuente.

 Los niños y los que no tengan uso de razón.

 Los abogados y procuradores respecto de las explicaciones que recibieron de


sus clientes.

 Los sacerdotes respecto de las noticias que hubiesen recibido en el ejercicio


de sus funciones eclesiásticas.

 Aquellas personas que desempeñando un cargo, profesión u oficio determinado,


tuviesen noticia de algún delito público, excluyendo en este caso Abogado y
Procuradores respecto de las instrucciones que recibieron de sus clientes.

Es un instrumento oficial en el que los funcionarios de policía judicial hacen constar


las diligencias que se practican para averiguar y comprobar un hecho delictivo,
especificando en el mismo los hechos averiguados, las declaraciones e informes
recibidos y todas las circunstancias que hubiesen observado y que pudiesen constituir
indicio de delito.

El atestado se levantará bien directamente por la Policía al tener conocimiento


directo de unos hechos que pueden ser constitutivos de delito, por denuncia de un
particular o bien a consecuencia de las diligencias practicadas por el Ministerio Fiscal.

Para realizar las averiguaciones, los funcionarios de policía judicial están obligados
a observar estrictamente las formalidades legales, no debiendo utilizar medios de
averiguación que la ley no autorice.

El atestado será firmado los agentes que lo hayan extendido, y será puesto en
conocimiento del Ministerio Fiscal o de la Autoridad Judicial en su caso.

Los atestados de las autoridades tendrán la consideración de denuncia.

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