ENCAUZAMIENTOS
08/07/2017
Contenido
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4. ENCAUZAMIENTOS: CONCEPCIÓN Y PROYECTO
4.1 Definición
Un encauzamiento, es cualquier intervención que toma un tramo de cauce de un río como su
objeto de actuación primordial. Por tanto, conforme a esta definición se excluyen obras de
aprovechamiento del río y de infraestructura que interaccionan con el mismo (obras fluviales).
4.2 Objetivos
Protección frente a las inundaciones
4.3 Efectos
Los ríos tras las intervenciones experimentan cambios en sus contornos, a causa de los procesos
de sedimentación o erosión, cuyo ritmo es función de la cantidad de material que transporta el
río. Estos cambios son reajustes hacia un nuevo equilibrio como refleja la analogía de la balanza.
A continuación, se presentan dos ejemplos destacados que a la vez tienen una dinámica
opuesta:
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las aguas altas es responsable de la forma del cauce principal. Por ello es necesario que un
encauzamiento mantenga, respete o recree las características del cauce principal.
Durante la circulación de avenidas, este cauce como zona más profunda, puede ser donde se dé
una mayor velocidad y así constituirse en un “brazo vivo” o “eje” del río. Pero también, en ríos
aluviales, las erosiones y deposiciones de una crecida pueden desbaratar o colmatar un cauce
de aguas altas preexistente y originar uno nuevo, lo cual puede deberse a los siguientes
argumentos:
✓ La dirección del agua en una avenida, que desborda el cauce de aguas altas, es más recta
que este cauce. Estas aguas “extraordinarias” entran en “colisión” con el cauce
preexistente y puede transformarlo.
✓ La crecida tiene una capacidad de transporte sólido de fondo, que produce una erosión
general y un relleno del cauce principal en la fase de descenso.
✓ Si la crecida llega a anular la diferencia entre el cauce principal preexistente y el resto
(antes llanura de inundación), la circulación de las aguas puede traer la incisión de otro
u otros pequeños cauces preferentes en lugares distintos.
✓ Si no se llega a anular la diferencia entre cauce y llanuras, puede producirse la evolución
de las morfologías fluviales (progresión de los meandros) por erosión lateral.
Al crecer el caudal de agua y consiguientemente al crecer el caudal sólido, las formas sinuosas
se hacen mayores, sin variar la sinuosidad, y por otro lado la pendiente resultante (o de
equilibrio) se haría siempre menor. Tras la condición de equilibrio, las crecidas, las aguas altas y
las bajas se diferencian también por la sinuosidad: las crecidas tienden a una menor sinuosidad
(van más rectas). En el caso de las aguas bajas, van produciendo la incisión de un pequeño cauce
en el río.
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4.6 Modificación de la sinuosidad: cortas
Los encauzamientos que acortan la longitud se llaman “cortas”. Estas medidas se usan para
resolver los problemas de inundación o defensa de márgenes como consecuencia de la
disminución de la capacidad de desagüe debido a la presencia de curvas en los ríos (puesto que
condicionan una mayor longitud, menor pendiente y una resistencia al flujo).
Pero debe considerarse que esta “rectificación” implicará una reducción de la longitud y un
aumento de la pendiente, trayendo consigo una tendencia a la erosión del cauce hasta
alcanzarse una nueva pendiente de equilibrio. Por tanto, el encauzamiento debe estar
preparado y ser estable ante este descenso del fondo. La sinuosidad del encauzamiento debería
resultar de un compromiso entre los objetivos (reducción de inundaciones) y la valoración de
los efectos (erosión).
De las leyes de Fargue se desprende que el arco de círculo no es una curva apropiada para un
cauce. Los tipos de curvas recomendables porque ofrecen una variación más gradual de la
curvatura son: la clotoide, la lemniscata, la parábola y la función seno. Se recomienda que el
radio de curvatura medio de las curvas fluviales sea del orden de 5 a 8 veces la anchura del río
b. Otro aspecto importante de las curvas es su desarrollo (longitud), Fargue recomienda que
este parámetro sea del orden de 8 veces la anchura b, se considera un ángulo mínimo necesario
de (2α=50°)
Fig 2. Problema de inscribir un cauce principal entre dos límites paralelos de un cauce
de avenidas
Otras características del cauce principal (aguas altas) es que es de fondo móvil, pero al mismo
tiempo es un cauce permanente. Si el motivo del encauzamiento es la inestabilidad, es
importante hacer resistentes las orillas del cauce principal para garantizar que el brazo vivo no
cambia de posición, además un cauce sinuoso inscrito en otro cauce de avenidas estará más
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expuesto que uno recto a la erosión de las márgenes; el fondo en cambio no tiene que ser
resistente, sino todo lo contrario, para respetar los procesos físicos del río. Sin embargo, estos
procesos físicos están en parte relacionados con la erosión de orillas y sedimentación en barras,
por eso las orillas no deberían ser fijas; una idea es que los elementos que den resistencia al
cauce principal estén alejados de la orilla propiamente dicha, enterrados en la llanura de
inundación (la distancia que los separa es el espacio que se permite al desarrollo de los procesos
laterales.
Para el caso de río más pequeños, con regímenes de aguas bajas escasas; añadiéndose los ríos
con aguas sucias, se encuentra a veces económico un cauce de aguas altas en fondo fijo (se
transforma en un colector de aguas residuales) que desvanece el interés en hacerlo sinuoso pues
se impide la erosión del fondo.
En la práctica es común que el cauce de aguas bajas se haga más sinuoso que el de aguas altas,
pero con la misma longitud de onda, y este último más sinuoso que el de avenidas, pero también
con la misma longitud de onda. Suele considerarse necesario un trazado más recto para mejorar
la capacidad de desagüe, el trazado más sinuoso es aconsejable para los cauces de aguas
permanentes.
La recomendación de r = 5-8 b puede aplicarse con propiedad al cauce de aguas altas. En cambio,
el cauce más grande pierde desarrollo o longitud: no cumple 1/b=16, así tampoco cumple un
ángulo mínimo de (50°) de desarrollo.
Al trazar diques de avenida, en caso de que el cauce principal no sea fijado y pueda sufrir
cambios, es colocarlos a resguardo de la previsible evolución del río, es decir, hay que evitar
acercar demasiado el cauce principal a las motas, que será el brazo vivo en avenidas, contra
ellas.
La formación de un cauce de avenidas, en la medida en que limita la anchura ocupada por el río
aumenta la velocidad de circulación del agua en toda la sección. La llanura que quizá tan solo se
inundaba funciona más como un cauce, cuyo lecho se erosiona. Este efecto puede quedar
compensado si la sedimentación del río en el tramo en muy intensa.
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inestable, pues es incierto su comportamiento futuro. El caso del daño real por inundación es
función no sólo del calado sino también de la velocidad del agua, y aparecen daños indirectos
como los efectos en la economía local.
Tr = 50 – 100 años
Tr = 200 años
Tr = 25 – 50 años
La vía de intenso desagüe la parte de cauce y llanura en la que tiene la circulación de la mayor
parte del caudal, el cual es menor que el área ocupada por la avenida de 100 años. Se define
transfiriendo la capacidad de transporte residual de los extremos de la sección en forma de
incremento de nivel (30 cm) del centro. (Fig 3)
Este concepto puede inspirar un encauzamiento haciendo coincidir a grandes rasgos su anchura
con la vía de intenso desagüe.
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Las modificaciones del medio físico por un encauzamiento si pueden tener que contemplar los
caudales ecológicos (necesarios para mantener unas especies de flora o fauna), puesto que no
es el caudal el que mantiene las condiciones de vida, sino unos ciertos calcados y velocidades
mínimas.
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Fig 4. Condiciones de calado (y) y velocidad (v) peligrosas para las personas y para
vehículos y edificaciones
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PRINCIPIO DE GRADUALIDAD
Con pequeñas medidas que modifican el flujo pueden
alcanzarse cambios o correcciones de considerable magnitud.
Mediante espigones puede también conseguirse formar un cauce de aguas bajas inscrito en uno
de aguas altas más ancho y uno de aguas altas inscrito en uno de avenidas más ancho.
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a diferencia de los espigones, los revestimientos no restan sección hidráulica y fijan la orilla de
forma definitiva.
Es frecuente que al transformar una orilla erosionable en dura con una obra de revestimiento
se induzca una erosión del fondo al pie del revestimiento. También a la inversa, si se inmoviliza
el fondo de un río se induce una erosión en la orilla. Las dos direcciones de movimiento de los
meandros, progresión y profundización también guardan una relación de complementariedad.
Al defender la orilla exterior de una curva contra la profundización del meandro, puede ser que
se agudice la tendencia del meandro a la progresión hacia abajo.
El flujo en fondo móvil es semejante a una doble transición (en anchura y fondo). Estrechar
intensifica la acción hidráulica sobre el fondo (descenso) lo que produce un efecto que relaja la
intensidad de la acción. No hay efecto sobre la superficie libre, sino sobre el fondo.
Inversamente, un ensanchamiento tiene efecto sobre el fondo (asciende) pero tampoco sobre
la superficie libre.
Con respecto a la irregularidad hidrológica, cuando suben las aguas se acentúa el descenso del
fondo del tramo mientras crece el fondo del tramo ancho, y se vuelve al estado anterior cuando
bajan las aguas.
En resumen, un cauce estrecho en exceso puede originar problemas de erosión y con ello
descalce de muros, etc. En un cauce en exceso, por el contrario, se formarán barras por depósito
de material, que el río no es capaz de transportar, y con ello se perderá capacidad hidráulica.
Para el trazado, el punto clave del encauzamiento de una rambla es su anchura, pues una
alineación sinuosa no es tan importante debido a la naturaleza del flujo: efímero y rápido. Si el
cauce creado representa un estrechamiento, el aumento del caudal unitario producirá una
erosión general del lecho. Mediante traviesas se controla la erosión (intervención dura de
fijación local del lecho).
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En los encauzamientos de ramblas y ríos torrenciales es de temer la acreción, por depósito de
gran volumen de sedimentos, sobre todo en el caso de avenidas torrenciales.
Una traviesa, impide la erosión en el río (el lecho contiguo a la traviesa se mantiene a cota fija,
a la misma de la traviesa), la misma que afecta a la cimentación de las obras lineales y que se
manifiesta debido a las siguientes situaciones:
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MANIFESTACIONES DE LA EROSIÓN EN UN
ESTRECHAMIENTO
En el lapso de Presencia de
A largo plazo
una avenida caudales bajos
Con la implementación de estas estructuras se disminuye la pendiente del cauce entre traviesas,
la misma que es directamente proporcional a la distancia entre traviesas; esta última variable es
la de mayor influencia en reducir la erosión.
Efectos adversos:
• A pesar de que la traviesa limita la erosión aguas arriba (sólo a largo plazo y para aguas
bajas); muy al contrario, aguas abajo se desarrollará una erosión local inducida por la
obra.
• La inmovilización parcial del fondo reduce la contribución como espacio de área de flujo,
es decir la capacidad hidráulica del cauce es menor.
• A largo plazo, la suavización de la pendiente reduce también la capacidad hidráulica del
encauzamiento (niveles de agua más altos para un determinado caudal).
Las traviesas sirven también como corrección de la pendiente de un río, como puntos fijos del
perfil que determinan pendientes parciales.
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Reducción de la capacidad
de desagüe tanto para el
afluente como para el río
(más probabilidad de
inundación).
Para mitigar estos problemas en las desembocaduras, se realizan tramos de cauce (desvío o
corta) para que la confluencia de las aguas se más paralela. La erosión progresiva se puede
remediar mediante una traviesa en la sección de desembocadura del afluente al río.
En los estuarios con influencia de la marea, el objetivo es que la corriente de llenado y vaciado
transite por el mismo camino (para tener un solo cauce debido a la erosión). Para esto, se
requiere cerrar brazos con espigones.
En grandes ríos, las barras litorales (probablemente sumergidas), pueden ser un obstáculo para
la navegación. Para combatir su desarrollo de manera efectiva, se construyen diques que
penetren en el mar, de forma que la concentración del flujo de salida del río erosione la barra.
También se aplican dragados.
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• Cambio en el uso del suelo de la cuenca.
• Regulación artificial de los caudales por medio de embalses.
Restaurar el cauce según como fue en el pasado, sin tener en cuenta estos cambios es insensato.
Es preferible naturalizar los ríos de manera compatible con las nuevas circunstancias.
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