1. INTRODUCCIÓN
1
Nos referimos a los supuestos de despido arbitrario y despido nulo a partir de lo regulado por el
Decreto Legislativo 728, regulado en su artículo 34 que a la letra dice: “El despido del trabajador fundado
en causas relacionadas con su conducta o su capacidad no da lugar a indemnización. Si el despido es
arbitrario por no haberse expresado causa o no poderse demostrar ésta en juicio, el trabajador tiene
derecho al pago de la indemnización establecida en el Artículo 38º, como única reparación por el daño
sufrido. Podrá demandar simultáneamente el pago de cualquier otro derecho o beneficio social pendiente.
En los casos de despido nulo, si se declara fundada la demanda el trabajador será repuesto en su empleo,
salvo que en ejecución de sentencia, opte por la indemnización establecida en el Artículo 38.”
2
Despido nulo, despido incausado y despido fraudulento. Para mayor explicación nos remitidos al
Expediente n.° 976-2011-AA/TC (Caso Eusebio Llanos Huasco) cuyo texto íntegro puede ser visto a través
de internet: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2003/00976-2001-AA.html (consulta de internet: 18 de
marzo de 2015).
1
de despido existentes; lo que ha originado una situación problemática en lo que
respecta a su tutela judicial y, por ende, al derecho constitucional al trabajo3 que
está en juego.
3
ES preciso señalar que el Tribunal Constitucional ha reconocido que el derecho al trabajo tiene dos
dimensiones: por un lado, la dimensión del derecho al trabajo y, por otro lado, la dimensión de acceso y
protección frente al despido injustificado. Para tal efecto, véase: AVALOS JARA, Oxal Víctor. El amparo
laboral. Gaceta Constitucional. Editorial de Gaceta Jurídica. Lima, Perú, p, 28. Así también, puede
revisarse la STC 0008-2003-AI/TC y la STC 1124-2001-AA/TC.
4
Un estudio cuasi integral sobre el debido proceso puede encontrarse en: SOSA SACIO, Juan Manuel
(Coordinador). El debido proceso. Estudios sobre derechos y garantías procesales. Gaceta Constitucional.
Editorial Gaceta Jurídica. Lima, Perú, 2010.
5
MESINAS MONTERO, Federico y QUISPE CHAVEZ, Gustavo. El despido en la jurisprudencia judicial y
constitucional. Dialogo con la Jurisprudencia. Editorial Gaceta Jurídica. Lima, Perú. 2009, p, 128.
6
STC 2192-2002-HC/TC, STC 2169-2002-HC/TC, STC 3392-2004-HC/TC, entre otras.
7
TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge y VINATEA RECOBA, Luis. Análisis y comentarios de la Nueva Ley
Procesal de Trabajo. Análisis de artículo por artículo con concordancias legislativas y referencias
doctrinarias y jurisprudenciales. Soluciones Laborales. Editorial Gaceta Jurídica, Lima, Perú, 2012, Ob. Cit.,
p, 47.
2
Toda esta gama de derechos son tan significativamente importantes que
adquieren la calidad de derechos fundamentales, es decir, son derechos cuyo
sustento es constitucional y, como tal, no pueden ser pasibles de
desconocimiento o limitación por ningún poder. De hecho, como ocurre con los
derechos fundamentales, ni siquiera es imprescindible su reconocimiento literal
en la norma constitucional, solo es suficiente que esté enmarcado su derecho
continente para que todas sus manifestaciones, que no son pocas, se entiendan
reconocidas y, en consecuencia, parte del derecho a un debido proceso.8
Determinar cuál es la vía judicial adecuada e idónea para tratar los casos de
impugnación de despido cuando se cuestiona la valoración de los hechos que se
atribuyen y, al mismo tiempo, el ejercicio razonable de la facultad sancionadora
del empleador, todo esto a partir de la invocación de la violación de los principios
de razonabilidad y proporcionalidad: ¿La vía ordinaria laboral o la vía
constitucional? Todo esto explicado en el marco de los trabajadores sujeto al
régimen de la actividad privada que requieran tutela judicial efectiva9, toda vez
que para los trabajadores del régimen público existe una regulación expresa
para cuestionar el despido como es el proceso contencioso administrativo.
8
MONROY GALVEZ, Juan. Comentando el artículo 139, 3 de la Constitución Política del Estado. En: La
Constitución comentada. Análisis artículo por artículo. Tomo II. Editorial Gaceta Jurídica y Congreso de la
República del Perú, Lima, Perú, p, 497.
9
“Si el derecho a la tutela judicial efectiva presenta unos contenidos plurales que se desenvuelven a lo
largo del proceso de declaración, y aún se extienden también al de ejecución, es evidente que el
presupuesto del ejercicio y la observancia de todos ellos hade ser, obviamente el derecho de acceso a los
tribunales de los sujetos que invoquen la lesión de un derecho subjetivo o de un interés legítimo
controvertido.” Cfr. GARBERÍ LLOBREGAR, José. El derecho a la tutela judicial efectiva en la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional. Editorial Bosch. Barcelona, España, 2008 , p, 27 a 28.
3
Sobre la respuesta a la pregunta formulada tal vez a primera vista sería que la
vía ordinaria laboral es la adecuada e idónea, pues, con la vigencia de la Ley
29497, Nueva Ley de Trabajo, publicada en el diario oficial El Peruano el 15 de
enero de 2010, se establece una norma procesal abierta que a la letra dice: “En
proceso abreviado laboral, de la reposición cuando ésta se plantea como pretensión única ”
(artículo 2, numeral 2.); de modo tal que si la norma invocada no hace ningún
tipo de distingo sobre el fundamento de la reposición que se persigue (pues la
única condición que impone la norma es que se plantee la reposición como
pretensión única) es perfectamente posible argumentar la vulneración de los
principios de razonabilidad y proporcionalidad en la impugnación del despido que
se arguye haber sufrido, con lo cual el problema quedaría totalmente
solucionado, sin embargo, la cuestión no es tan sencilla, en la medida que hasta
la fecha no existe jurisprudencia a nivel de los tribunales del Poder Judicial al
respecto, sino, tan sólo algunos casos a nivel del Tribunal Constitucional por la
controversia álgida surgida en su momento. Con esto último, es posible también
advertir que la vía constitucional sería la idónea por existir jurisprudencia en ese
sentido, conforme al principio de predictibilidad.
4
no cabía reposición alguna, sino, sola una indemnización; siendo ésta la
interpretación imperante.
10
Un estudio sobre el tema bastante elocuente puede encontrarse en: ABAD YUPANQUI, Samuel B.
Amparo y residualidad. Los cambios introducidos y su desarrollo jurisprudencial. Diálogo con la
Jurisprudencia. Editorial Gaceta Jurídica. Lima, Perú, 2009, p, 9-70.
5
trabajador, ya sea de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin
expresarle causa alguna derivada de la conducta o la labor que la justifique; y, c)
despido fraudulento, el cual se daba cuando se despide al trabajador con ánimo
perverso y auspiciado por el engaño, por ende, de manera contraria a la verdad y
la rectitud de las relaciones laborales; aun cuando se cumple con la imputación
de una causal y los cánones procedimentales, como sucede cuando se imputa
al trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios o, asimismo,
se le atribuye una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de
tipicidad, o se produce la extinción de la relación laboral con vicio de voluntad o
mediante la “fabricación de pruebas”.
11
Véase: PACHECO ZERGA, Luz. Las vías procedimentales para la protección del derecho al trabajo y los
derechos conexos. Comentario a la sentencia del Exp. 0206-2005-PA/TC. En: CASTAÑEDA OYSU, Susana
(Directora). Comentarios a los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional. Editorial Grijley. Lima,
Perú, 2010, p, 761 y ss.
6
976-2007-AA/TC, para los casos de despido incausado (en los cuales no exista imputación de
12
Véase su texto en: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/03169-2006-AA.html (consulta de
internet: 15 de marzo de 2015). En este caso, lo relevante es que el Tribunal decretó que: “este Tribunal
considera que la sanción impuesta al demandante resulta desproporcionada e irrazonable, pues si bien
conforme se ha señalado en fundamento que precede al demandante se le puede reputar que ha
incurrido en la falta grave que se le imputa, no es menos cierto que en ningún momento ha incurrido en
algún acto de violencia, injuria o faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador, del
personal jerárquico o de otros trabajadores, ni ha ocasionado daño alguno al patrimonio ni al acervo
documentario de la Municipalidad emplazada. Siendo así y teniéndose en cuenta que la Municipalidad, en
la fundamentación de las cartas cuestionadas y durante el curso del proceso de amparo, no ha
argumentado que el demandante tenga antecedentes disciplinarios, se debe concluir que la sanción
impuesta (despido) no fue la más adecuada e idónea, pues la emplazada podía haberle impuesto
cualquiera de las otras sanciones disciplinarias ya citadas anteriormente.” (fundamento 15).
7
en estado etílico), no obstante ello, considera también que no era menos cierto
que en ningún momento incurrió en algún acto de violencia, injuria o faltamiento
de palabra verbal o escrita en agravio del empleador, del personal jerárquico o de
otros trabajadores, ni ha ocasionado daño alguno al patrimonio ni al acervo
documentario de la Municipalidad emplazada. A ello se suma, en consideración
del Tribunal, que no se argumentó que el demandante haya tenido antecedentes
disciplinarios. Por tanto, determina que la sanción impuesta (despido) no fue la
más adecuada e idónea, pues la emplazada podía haberle impuesto cualquiera de
las otras sanciones disciplinarias.
proporcional.”
13
Véase su texto en: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2009/00535-2009-AA.html (consulta de internet: 15 de
marzo de 2015).
8
De lo antes expuesto, se puede apreciar con meridiana claridad que en los
despidos impugnados no se pone en tela de juicio ni los hechos imputados ni la
falta prevista, sino, más bien, la apreciación y valoración que se ha hecho de los
mismos y, así mismo, el ejercicio de la facultad sancionadora; concretamente, se
objeta la vulneración de los principios de razonabilidad y proporcionalidad. Esto
último aunque parezca genérico o ambiguo, pues, cabe preguntarse qué es lo
significa uno y otro. Al respecto, el propio Tribunal Constitucional ha desarrollado
su significado, indicando lo siguiente: “(…) se debe tener en cuenta el principio de
proporcionalidad, el cual está estructurado por tres subprincipios: (i) el de idoneidad o de
adecuación; (ii) el de necesidad; y (iii) el de proporcionalidad en sentido estricto. Esto supone que
el Tribunal deberá evaluar todas las posibilidades fácticas (idoneidad y necesidad), a efectos de
determinar si, efectivamente, en el plano de los hechos, no existía otra posibilidad menos lesiva
para los derechos en juego que la decisión adopta .” [Ver: Tribunal Constitucional.
Expediente Nº 3567-2005-AA/TC. Sentencia del 16 de noviembre de 2005.]. En
ese mismo sentido, ha indicado que: “(…) el principio de razonabilidad conduce a una
valoración respecto del resultado del razonamiento del juzgador expresado en su decisión,
mientras que el procedimiento para llegar a este resultado sería la aplicación del principio de
proporcionalidad. La razonabilidad es un criterio íntimamente vinculado a la justicia y está en la
esencia misma del Estado constitucional de derecho. Se expresa como un mecanismo de control o
interdicción de la arbitrariedad en el uso de las facultades discrecionales, exigiendo que las
decisiones que se tomen en ese contexto respondan a criterios de racionalidad y que no sean
arbitrarias. Como lo ha sostenido este Colegiado, esto “implica encontrar justificación lógica en los
hechos, conductas y circunstancias que motivan todo acto discrecional de los poderes
14
No obstante, cabe recalcar que “la principal limitación del proceso de amparo es la ausencia de una
etapa probatoria…” Cfr. TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge y VINATEA RECOBA, Luis. Análisis y comentarios
de la Nueva Ley Procesal de Trabajo. Análisis de artículo por artículo con concordancias legislativas y
referencias doctrinarias y jurisprudenciales. Soluciones Laborales. Editorial Gaceta Jurídica, Lima, Perú,
2012, Ob. Cit., p, 84.
10
Miranda Canales, Sardón de Taboada y Espinoza – Saldaña Barrera) ha dado a
entender lo contrario en el Expediente N° 3070-2013-PA/TC, específicamente, ha
dicho que para recurrir a la vía constitucional debe agotarse previamente el
examen de la “vía igualmente satisfactoria”15 cuyo análisis corresponde a una
perspectiva objetiva relacionada con el análisis de la vía propiamente dicha (vía
idónea), y otra subjetiva, relacionada con el examen de la afectación
iusfundamental (urgencia iusfundamental). 16 Sobre esta misma sentencia, es
preciso señalar que el mismo Máximo Intérprete de la Constitución ha señalado
que el Código Procesal Constitucional señala que únicamente procede acudir a la
vía especial y urgente del amparo para solicitar la protección de derecho
fundamentales si no existe una vía ordinaria (específica) que sirva de igual o
mejor modo para la tutela de los mismos derechos (es decir, no existe una vía
igualmente satisfactoria)”. Así también, pone de relieve que: “El examen de esta
causal de improcedencia no propone verificar simplemente si existan otras vías
judiciales en las que también se tutelen derechos constitucionales (de hecho, en
la mayoría de las vías ordinarias se protege, de manera más o menos directa,
ámbitos garantizados por derechos constitucionales), sino que debe analizarse si
tales vías ordinarias serían igual o más efectivas, idóneas o útiles que el proceso
de amparo para lograr la protección requerida.”
Con lo antes expresado, se puede evidenciar que los nuevos integrantes del
Tribunal Constitucional han optado por garantizar el carácter urgente y
extraordinario del proceso de amparo para casos en los cuales verdaderamente
15
Sobre este punto, es preciso poner de relieve la siguiente reflexión: “Si bien resultar cuestionable lo
referente a la vía específica, lo que sí nos queda claro es que por tratarse de causas que requieren de una
compleja carga probatoria, estos casos no son susceptibles de llevarse a cabo en el proceso de amparo,
ya que la vía judicial, la que si cuenta con esta etapa ´probatoria, podría brindar una mejor protección al
derecho presuntamente vulnerado.” Véase: AVALOS JARA, Oxal Víctor. El amparo laboral. Ob. Cit., p, 199.
16
Para mayor información puede revisar su texto íntegro en la siguiente página web:
http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2014/03070-2013-AA.pdf (fecha de consulta: 17 de marzo de 2015).
11
se pueda dar una protección efectiva17, idónea e útil para el derecho
constitucional invocado. La propia jurisprudencia del Tribunal ha desarrollado
algunos casos extraordinarios en los que procede el amparo, por ejemplo, a favor
de la persona mayor de edad18, a la personada con discapacidad19, la mujer
embarazada20, entre otros casos excepcionales que encajan con el carácter
urgente y extraordinario del amparo. Esto también se justifica en el hecho que
los jueces ordinarios son los primeros defensores de los derechos fundamentales.
En suma, por descarte, desde un punto de vista procesal, sólo cabe recurrir a la
vía ordinaria (ya sea a través del proceso ordinario laboral o del abreviado
laboral) para impugnar el despido donde se alegue la violación de los principios
de razonabilidad y proporcionalidad. Esto se refuerza con la idea que “el
mecanismo procesal célere implementado con la NLPT, permite que a través de
la vía abreviada se brinde una tutela urgente al trabajador que ha sido víctima de
un acto lesivo de su derecho al trabajo, constituyéndose por tanto de una vía
17
Sobre este punto, es importante tener en cuenta que: “Entonces, como se advierte, al no ser ya un
amparo alternativo sino residual, se concluye que solo podrán ser objeto de amparo aquellos despido
incausados, nulos y fraudulentos que requieran tutela urgente, o que no puedan ser dilucidados con la
misma eficacia e idoneidad que en el proceso de amparo.” Cfr. SALINAS CRUZ, Sofía Liliana. Reglas de
admisibilidad y procedencia en el proceso de amparo. Análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencia.
Normas legal. Biblioteca Temas Actuales del Derecho. Editorial Gaceta Jurídica, Lima, Perú, 2011p, 79.
18
Un ejemplo límite lo constituye la STC 00828-2014-PA/TC (Caso Juana Aurora Herrera Valdivia de 107
años). Puede verse en: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2015/00828-2014-AA.pdf (consulta de
internet: 15 de marzo de 2015).
19
Un claro ejemplo lo constituye la STC 5218-2007-PA/TC (Caso Miguel Ángel Palomino Angulo). En:
http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/05218-2007-AA.html (consulta de internet: 15 de marzo de
2015).
20
Una sentencia constitucional emblemática puede encontrarse en STC 05652-2007-PA/TC (Caso Rosa
Bethzabe Gambini Vidal). En: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/05652-2007-AA.html (consulta
de internet: 15 de marzo de 2015).
12
igualmente satisfactoria para su derecho invocado, en busca de la reposición a su
centro de trabajo.”21
21
TOYAMA MIYAGUSUKU, Jorge y VINATEA RECOBA, Luis. Análisis y comentarios de la Nueva Ley
Procesal de Trabajo. Análisis de artículo por artículo con concordancias legislativas y referencias
doctrinarias y jurisprudenciales. Ob. Cit., p, 83.
13
CR)22 que a la fecha tiene por objeto regular el despido incausado y
fraudulento incorporándolos al artículo 40 del Decreto Supremo 003-97-TR
TUO del Decreto Legislativo 728.
4. CONCLUSIONES
c. La vía constitucional resulta ser una vía urgente y extraordinaria que sólo
procede en determinados casos, de modo tal que frente a ello la vía
ordinaria laboral se convierte en la primera opción para que el trabajo
demanda el despido en comento.
22
Cfr.
http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/Contdoc02_2011_2.nsf/d99575da99ebfbe305256f2e00
6d1cf0/ec32096124fb8a7805257bd6005affe8/$FILE/PL02581290813.pdf (consulta de internet: 16 de
marzo de 2015).
14
constitucional, en cuyo supuesto debe acreditar el carácter urgente y
extraordinario de lo pretendido.
15
BIBLIOGRAFÍA
3. PACHECO ZERGA, Luz. Las vías procedimentales para la protección del derecho al
trabajo y los derechos conexos. Comentario a la sentencia del Exp. 0206-2005-
PA/TC. En: CASTAÑEDA OYSU, Susana (Directora). Comentarios a los
precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional. Editorial Grijley. Lima, Perú,
2010.GARBERÍ LLOBREGAR, José. El derecho a la tutela judicial efectiva en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Editorial Bosch. Barcelona, España,
2008
16